Escena I
|
|
Dicen dentro:
|
|
Vaya a la sima arrojado |
|
el Soñador, y veremos, |
|
|
—201→ |
si le diéremos la
muerte, |
|
qué le aprovechan los
sueños. |
|
|
|
|
(Salen los hermanos de JOSÉ.)
|
JUDAS |
Ya que en la cisterna
está, |
5 |
de su talar ornamento |
|
despojado, que fue antes |
|
de nuestro rencor objeto, |
|
el darle la muerte ahora, |
|
decidme, ¿de qué
provecho |
10 |
nos puede ser, sino
sólo |
|
quedar de su sangre reos? |
|
¿No es mejor, pues
Ismaelitas |
|
mercaderes, con camellos |
|
de aromas y de resinas, |
15 |
pasan a Egipto a venderlos |
|
de Galaad, que lo vendamos |
|
por Esclavo? Pues, con eso, |
|
no se manchan nuestras manos, |
|
y se consigue el intento |
20 |
de quitarlo de los ojos |
|
de nuestro Padre. (Así
quiero |
|
evitar el mayor daño |
|
de su muerte.) |
|
|
RUBÉN |
Tu consejo,
|
|
Judas, admitimos todos; |
25 |
y así, vamos a
venderlo. |
|
|
|
|
(Vanse.)
|
Escena II
|
|
Salen la INTELIGENCIA, la CIENCIA, el LUCERO, la ENVIDIA y la CONJETURA.
|
LUCERO |
Hermosa Inteligencia, esposa
mía, |
|
que desde aquel primer dichoso
día |
|
que tuve ser en tan dichosa
Esfera, |
|
has sido, con la Envidia,
compañera |
30 |
|
—202→ |
de mi varia fortuna, tan
constante, |
|
tan fina, tan fiel y tan
amante, |
|
que no te has desdeñado |
|
de estar conmigo en tan terrible
estado, |
|
cuando Hermosura y Gracia me
dejaron |
35 |
y en el Solio Supremo se
quedaron, |
|
y sólo tú constante,
sin dejarme, |
|
al Abismo bajaste a
acompañarme, |
|
quizá porque en mí
fuese más tormento |
|
tener tan perspicaz
entendimiento: |
40 |
pues ver que el Hombre está
de ti privado, |
|
no siendo más enorme su
pecado, |
|
me obliga a presumir que no es
blandura. |
|
|
|
CONJETURA |
Eso dirá mejor tu
Conjetura, |
|
pues hija tuya soy y de tu
Ciencia, |
45 |
y después sacarás la
consecuencia. |
|
|
|
ENVIDIA |
Y yo, la de sentir, pues soy la
Envidia, |
|
hija tuya también,
áspid que lidia |
|
en tu abrasado pecho, |
|
de donde las entrañas te he
deshecho; |
50 |
pues después que tu Ciencia
pervertida |
|
abortos concibió, la
preferida |
|
fui yo, a los demás
vicios, |
|
que ocupas en tan varios
ejercicios |
|
del incesable anhelo |
55 |
de hacerle guerra continuada al
Cielo. |
|
|
|
LUCERO |
Así es verdad; mas deja ese
argumento |
|
(que es digresión, no
principal intento), |
|
y a lo que consultaros quiero,
vamos. |
|
Y puesto que el principio ya
asentamos |
60 |
de que no fue blandura ni
clemencia |
|
el que Dios me dejase con la
Ciencia, |
|
ni privar de ella al Hombre fue el
castigo |
|
mayor en él, mi
narración prosigo. |
|
Y veréis, en los casos
subsecuentes |
65 |
|
—203→ |
(que son ya antecedentes), |
|
cómo Dios a él le da,
por varios medios, |
|
esperanzas obscuras de
remedios, |
|
y le va concediendo, |
|
de unos siglos en otros
trascendiendo, |
70 |
varias apelaciones, |
|
cuando a mí, en mis
prisiones, |
|
leyó definitiva, en mi
delito, |
|
sentencia de prescito; |
|
de donde saco, porque más me
asombre, |
75 |
que Dios intenta remediar al
Hombre, |
|
y que yo, eternamente
condenado, |
|
pague un solo pecado. |
|
Y más, ahora, este prodigio
nuevo |
|
de ese hermoso Mancebo, |
80 |
a quien ahora visteis que
inhumanos |
|
vendieron sus hermanos |
|
(que no sé qué en
él veo, |
|
que ni lo dudo bien, ni bien lo
creo), |
|
¿qué tipo o
qué figura, |
85 |
como a quien ve de lejos la
pintura, |
|
descubre misterioso? |
|
Y pues el atenderlo es ya
forzoso, |
|
de ti, Ciencia, me valgo, |
|
para ver si inferir podemos
algo; |
90 |
y pues para tu idea |
|
no hay distancia ni tiempo que lo
sea, |
|
los siglos hacia atrás
retrocedamos, |
|
las distancias midamos |
|
de la pasada edad, y la futura |
95 |
primicias le dará a la
Conjetura, |
|
para que de uno y otro
antecedente |
|
saque, si no evidente, |
|
probable conclusión, por ver
si acierto |
|
en el daño, que ya imagino
cierto. |
100 |
|
|
CIENCIA |
Bien has dicho, Lucero, |
|
que soy yo tu tormento más
severo; |
|
y pruébelo el que ahora
tú me ordenas |
|
que renueve tus penas |
|
|
—204→ |
con discurrir los tiempos, y
señales |
105 |
que al Hombre anuncian bienes, a ti
males. |
|
Mas, pues tú lo has
mandado |
|
y obedecerte es sólo mi
cuidado, |
|
empezaré primero por la
parte |
|
lo que pueda consolarte: |
110 |
que fuera necedad en mi
desvelo |
|
el no darte, pudiendo, algún
consuelo. |
|
Y pues tiene retórica
licencia |
|
de fabricar, la Ciencia, |
|
sus entes de razón, y hacer
posible |
115 |
representable objeto lo
invisible, |
|
vuelve los ojos hacia el
Paraíso |
|
y verás cómo al barro
quebradizo, |
|
en su culpa infelice, |
|
dice... Pero ya el mismo Dios lo
dice. |
120 |
|
|
Escena III
|
|
Ábrese el carro en que está el
Paraíso, con Adán y Eva; y cantan
dentro:
|
MÚSICA
[Voz de Dios] |
Supuesto que preferiste, |
|
desatento, ciego y loco, |
|
al sacro Precepto Mío, |
|
de tu Mujer el antojo, |
|
comiendo la
fruta |
125 |
del Árbol que solo |
|
intacto a tu gusto |
|
puse entre los otros, |
|
de las hierbas
de la tierra |
|
será tu alimento corto, |
130 |
feriado de tus fatigas |
|
a los afanes costosos. |
|
Maldita
será la tierra; |
|
y a tu brazo congojoso, |
|
en vez de frutos opimos, |
135 |
te dará espinas y
abrojos; |
|
costarate el
Pan |
|
el sudor del rostro, |
|
|
—205→ |
hasta resolverte, |
|
como polvo, en polvo. |
140 |
|
|
LUCERO |
Espera, que no sé por
qué me asombra, |
|
cuando oigo mentar Pan, no
sé qué sombra. |
|
¿Qué Pan ha de ser
éste, |
|
que es menester que tanto sudor
cueste? |
|
Pues si está a comer hierbas
sentenciado, |
145 |
que, sin costar afanes al
arado, |
|
producirá la tierra,
¿con qué intento |
|
se le pone a asignar otro
alimento? |
|
Mas quédese esto así;
y si gustas, Ciencia, |
|
refiéreme, aunque llore, mi
sentencia. |
150 |
|
|
CIENCIA |
Mejor la escucharás
representada |
|
en la idea que queda ya
asentada. |
|
|
|
MÚSICA
[Voz de Dios] |
Porque tanto mal causaste, |
|
serás Maldito entre
todos |
|
los animales y brutos, |
155 |
haciendo, por más
oprobio, |
|
que para
moverte |
|
hagas, vergonzoso, |
|
arrastrados pies |
|
de tu pecho propio. |
160 |
La tierra sola,
a tu vida |
|
le será alimento tosco; |
|
y entre la Mujer y tú |
|
impondré perpetuos
odios. |
|
Quebrantará, altiva, |
165 |
tu cuello orgulloso; |
|
y a su carcañal |
|
le pondrás estorbos. |
|
|
|
ENVIDIA |
Bien se ve que intenta |
|
sólo que vivas en eterna
afrenta, |
170 |
|
—206→ |
Dios; pues cuando se muestra
más airado |
|
por el delito con que el Hombre
yerra, |
|
no le maldice a él, sino a
la tierra |
|
y a ti, que en tal conflicto |
|
te llama, entre las fieras, el
Maldito. |
175 |
|
|
CONJETURA |
Luego bien conjeturo |
|
que intenta remediarle en lo
futuro; |
|
y más, si a aquella
circunstancia atiendo, |
|
que entre ti y la Mujer odios
poniendo, |
|
Ella ha de quebrantarte la
cabeza, |
180 |
y su Progenie. ¡Oh qué
delicadeza! |
|
Discúrralo, si puedes, tu
conciencia, |
|
pues es punto que toca a
Inteligencia. |
|
|
|
INTELIGENCIA |
Y ¿qué importa,
¡ay de mí!, que yo lo sea, |
|
si todo mi discurso titubea |
185 |
cuando imagino qué misterio
oculto |
|
en esa cláusula hay, que
dificulto: |
|
que la Mujer, que ya por el
pecado |
|
en mi dominio ha entrado, |
|
pueda después vencerme |
190 |
y, siendo Esclava, pueda
someterme |
|
debajo de su huella? |
|
¿O qué Progenie puede
nacer de ella, |
|
que pueda hacer oposición
alguna, |
|
si los hizo cautivos su
fortuna, |
195 |
y el Hijo de la Esclava
miserable |
|
es Esclavo por ley
inderogable? |
|
¿Pues cómo puede ser?
¡Válgame el Cielo! |
|
¿Con qué confuso
velo |
|
cubre secreto, Dios, tan
estupendo, |
200 |
que ni lo ignoro todo, ni lo
entiendo? |
|
|
|
LUCERO |
Y añade a ese discurso, que
no alcanzas |
|
el de poner al pie las
asechanzas, |
|
o al carcañal, en que tu luz
me avisa |
|
|
—207→ |
de cuán distintas cosas
simboliza: |
205 |
pues la Filosofía,
allá en su ciencia, |
|
por símbolo lo da de la
inocencia; |
|
y por de libertad, el más
temido |
|
jeroglífico ha sido |
|
en Egipto; y también, de la
victoria, |
210 |
es en otras naciones. ¡Oh
memoria! |
|
¡Cuánto me aflige el
ver mi Inteligencia |
|
la libertad, victoria e
inocencia |
|
en él significada! |
|
¿Qué infieres,
Conjetura? |
|
|
|
ENVIDIA |
Yo sí, que como quiera me
deshago |
|
de sospechar su bien; y así,
a su estrago |
|
acudamos aprisa. |
|
|
LUCERO |
Así lo intento.
|
|
Mas para obrar con todo
fundamento, |
|
muéstrame, Inteligencia,
otra figura, |
220 |
a ver qué de ella tu
discurso apura. |
|
|
|
Escena IV
|
|
Ciérrase el carro de Adán; y
descúbrese el de ABRAHAM, y un cielo de
estrellas.
|
ABRAHAM |
Señor, si sin hijos
muero, |
|
¿qué bien me puedes
hacer, |
|
si al fin será éste
el ser |
|
mi criado mi heredero? |
225 |
Generación
no me has dado; |
|
y así, en suerte tan
escasa, |
|
vendré a dejar en mi
casa |
|
por heredero al criado. |
|
|
|
—208→
|
|
|
(Canta dentro una
Voz.)
|
[Voz de Dios] |
No tengas ese recelo: |
230 |
que tu Hijo te ha de heredar; |
|
y si puedes numerar |
|
todas las luces del Cielo, |
|
junta tu Generación |
|
na de ser, y descendientes; |
235 |
y en Ella, todas las Gentes |
|
alcanzarán
bendición. |
|
|
|
LUCERO |
¡No más, Inteligencia;
aparta, quita! |
|
¿Qué
Generación puede ser bendita, |
|
si ya con el pecado |
240 |
el Mundo todo está
contaminado? |
|
|
|
INTELIGENCIA |
Pues mira otra figura, |
|
a ver qué infieres de ella,
Conjetura. |
|
|
|
Escena V
|
|
Ábrese otro carro; y en él aparece
JACOB dormido al pie de la
escala, y arriba el Señor; y dentro, canta una
Voz.
|
MÚSICA
[Voz de Dios] |
Yo soy el Dios verdadero |
|
de Abraham, tu padre, y de
Isaac, |
245 |
que aquesta tierra en que
duermes |
|
toda te tengo de dar. |
|
Excederá
tu progenie |
|
a las arenas del mar; |
|
y en ti y tu Semen, benditas |
250 |
todas las Gentes serán. |
|
|
|
|
|
(Despierta JACOB, y
levántase.)
|
JACOB |
Verdaderamente Dios |
|
asiste en este lugar, |
|
|
—209→ |
sin saberlo mi rudeza. |
|
Sin duda no hay aquí
más |
255 |
que la Casa del Señor |
|
y la Puerta Celestial. |
|
Y así, si Dios me
ayudare |
|
al camino que he de andar, |
|
guardándome; y si me
diere, |
260 |
para mi sustento, Pan, |
|
será mi Dios el
Señor; |
|
y la piedra que en Altar |
|
y título erigí,
Casa |
|
del Señor se
llamará; |
265 |
y de aquellos bienes todos |
|
que me diere Su bondad, |
|
décimas de rendimiento |
|
le ofrezco sacrificar. |
|
(Vase.)
|
|
|
Escena VI
|
LUCERO |
¿Qué es esto,
Inteligencia? |
|
|
|
LUCERO |
Que otra vez Dios la
bendición reitera, |
|
y otra vez vuelve el Pan a dar
horrores |
|
a mis tristes temores. |
|
¿Y qué será
tan misteriosa Escala |
|
que el alto Cielo con la Tierra
iguala, |
275 |
y el paso (que cerrado |
|
tiene el fuerte candado |
|
de la Original Culpa) hace
patente, |
|
para cualquiera que subir
intente? |
|
Y no sólo (¡oh
recelo!) |
280 |
da tránsito a la Tierra para
el Cielo, |
|
sino del Hombre a Dios, que es lo
que temo; |
|
pues si bien miro el uno y otro
extremo |
|
de la Escala, veré (porque
me asombre) |
|
|
—210→ |
que en el uno está Dios y en
otro el Hombre; |
285 |
con que ascendiendo el Hombre, o
descendiendo |
|
Dios, es preciso... Pero no lo
entiendo, |
|
ni discurrirlo por ahora
quiero, |
|
hasta ver las premisas por
entero; |
|
y pues estas figuras, que he
mostrado, |
290 |
son del tiempo pasado, |
|
porque saques mejor las
ilaciones |
|
de las que ya sospechas
conclusiones, |
|
queden estos notables, ya
pasados, |
|
para cuando nos sirvan,
asentados. |
295 |
Y así, vamos ahora a lo
presente: |
|
este mozo Josef... |
|
|
CONJETURA |
Escucha, tente,
|
|
y no pases el nombre sin
reparo. |
|
|
|
LUCERO |
¿Pues qué tiene de
raro |
|
el nombre de José, que
así te inquieta? |
300 |
|
|
CIENCIA |
El que de Dios Aumento se interpreta. |
|
|
|
LUCERO |
Misterio es; pero como lo
Infinito |
|
ni crece ni decrece, no lo
admito; |
|
y aunque Aumento de Dios José se
escribe, |
|
es Aumento que da, no que
recibe. |
305 |
|
|
|
CIENCIA |
¿Qué recelo
|
|
puedes tener? |
|
|
CONJETURA |
Que como, en todo, el Cielo
|
|
|
—211→ |
pone misterio, en esto sólo
advierto... |
|
Explicarme quisiera, mas no
acierto, |
|
que es el punto en extremo
delicado, |
310 |
que aún a tu inteligencia no
le es dado. |
|
Digo que temo, en fin, que aunque
Infinita |
|
es la Esencia Divina, en ella
admita |
|
otra Naturaleza, |
|
que (aunque no crezca nada su
grandeza), |
315 |
por no haberla tenido antes de
ahora, |
|
pueda llamarse Aumento.
¿Quién lo ignora? |
|
Y sin que de ser deje lo que ha
sido, |
|
pueda el ser recibir, que no ha
tenido. |
|
|
|
ENVIDIA |
¡Calla; no ya prosigas, |
320 |
que a mayor rabia mi furor
obligas! |
|
|
|
INTELIGENCIA |
Pues a José volvamos. Ya has
notado |
|
los misteriosos sueños que
ha soñado; |
|
pues en el uno vio que las
Estrellas, |
|
el Sol y Luna, con sus luces
bellas, |
325 |
su persona adoraban; |
|
y en el otro miró que se
postraban |
|
los Manípulos todos, y
obsequiosos |
|
daban al suyo adoración,
gozosos; |
|
por lo cual, envidiosos, sus
hermanos... |
330 |
|
|
ENVIDIA |
De mi rabia incitados
inhumanos |
|
le quisieron dar muerte; mas,
opuesto |
|
Judas a tan sangriento
presupuesto, |
|
la pena de morir conmutó en
venta, |
|
de donde le resulta más
afrenta: |
335 |
pues no sólo del bajo
tratamiento |
|
padecerá, de Esclavo en el
tormento, |
|
sino que allí podrán
por varios modos |
|
apoderarse de él los vicios
todos; |
|
pues viviendo entre
Idólatras, ¿quién duda |
340 |
que el más constante las
costumbres muda? |
|
|
—212→ |
Y cuando un infiel y otro se le
llegue, |
|
será preciso que algo se le
pegue; |
|
con que hemos conseguido, por lo
menos, |
|
quitarle los ejemplos de los
buenos: |
345 |
pues, en lo regular, siempre
contemplo, |
|
que hay pocos que obren bien sin el
ejemplo. |
|
Pero vamos allá, pues no hay
distancia |
|
que se precie de hacernos
repugnancia. |
|
|
|
CIENCIA |
Bien dices; que, a su vista, |
350 |
mejor se emprenderá nuestra
conquista. |
|
|
|
CIENCIA |
¿Pues qué es lo que
esperamos? |
|
¡Vamos a Egipto! |
|
|
|
|
(Vanse.)
|
Escena VII
|
|
Sale la MUJER DE
PUTIFAR, y JOSÉ.
|
MUJER |
¡Espera, galán
Hebreo; |
|
y si a obligarte no bastan |
|
las prendas de mi belleza, |
|
los adornos de mi gracia; |
|
si en los rizos
de mi pelo, |
5 |
los tesoros de la Arabia |
|
no te aprisionan, porque |
|
son, en fin, cadenas blandas; |
|
si de mis ojos
los rayos, |
|
si de mi frente la plata, |
10 |
|
—213→ |
si en mi boca los
rubíes, |
|
si en mis mejillas el
nácar, |
|
no te mueven ni
te incitan, |
|
ni a que te enamores bastan, |
|
porque son prendas caducas |
15 |
que pagan al tiempo parias; |
|
muévate
una alma rendida: |
|
que los tesoros del alma |
|
no pagan pensión al
tiempo, |
|
ni tributo a las mudanzas! |
20 |
¡No huyas,
Josef; espera: |
|
vuelve siquiera la cara; |
|
mírame, que con la
vista |
|
tu fidelidad no manchas! |
|
¡Vuelve los
ojos! |
|
|
JOSÉ |
¡No quiero:
|
25 |
que quien la vista no guarda, |
|
no guardará el
corazón, |
|
pues abre la puerta franca! |
|
Lo que no le es
al deseo |
|
lícito, no es bien que
haga |
30 |
lícito a mis ojos yo; |
|
que (aunque el precepto no
caiga |
|
sobre el ver), como la vista |
|
ministra especies al alma, |
|
que despierten al deseo |
35 |
y que susciten su llama, |
|
si yo una vez las recibo, |
|
será imposible
borrarlas, |
|
y difícil resistirlas, |
|
y es muy necia confianza |
40 |
que yo mismo a mi enemiga |
|
admita dentro de casa. |
|
|
|
MUJER |
Pues, ingrato, ¡vive el
Cielo |
|
que, supuesto que no basta |
|
la terneza ni el cariño |
45 |
a tu condición ingrata, |
|
|
—214→ |
la ha de vencer la violencia, |
|
y así de esta
suerte...! |
|
|
|
MUJER |
¿Cómo soltarte?
|
|
Primero... |
|
|
|
Escena VIII
|
|
Sale la PROFECÍA y pónese en
medio; huye JOSÉ y
queda sola la MUJER DE
PUTIFAR.
|
PROFECÍA |
Ya te vale, porque el Cielo |
|
nunca, a quien lo invoca,
falta. |
|
¡Huye, José; porque
Dios, |
|
sólo a quien se guarda,
guarda! |
|
|
|
|
(Vase JOSÉ,
corriendo.)
|
MUJER |
Huyó el ingrato, y
dejome |
55 |
sólo en las manos la
capa. |
|
¿Qué nuevo furor me
incita? |
|
Ya todo el amor es rabia. |
|
¡Hola, crïados,
familia! |
|
|
|
|
(Salen LUCERO, la
INTELIGENCIA y la
ENVIDIA.)
|
LUCERO |
Pues con apariencias falsas |
60 |
a Putifar asistimos |
|
|
—215→ |
como criados de casa, |
|
donde más
cómodamente |
|
puedan nuestras asechanzas |
|
ver lo que pasa en Josef, |
65 |
adonde de mí incitada |
|
lo persigue esta Mujer, |
|
¡salgamos a ver, pues
llama, |
|
qué es lo que le ha
sucedido! |
|
|
|
MUJER |
¡Hola! ¿No hay gente
en mi casa? |
70 |
¡Hola! ¿No hay quien
me socorra? |
|
|
|
|
(Llegan todos.)
|
INTELIGENCIA |
Aquí estamos.
¿Qué nos mandas? |
|
|
|
MUJER |
¿Qué he de querer?
¡Ay de mí! |
|
¿Conocéis aquesta
capa? |
|
|
|
TODOS |
Muy bien, que es la del
Esclavo. |
75 |
|
|
MUJER |
Pues (el aliento me falta) |
|
ese traidor circunciso |
|
intentó (yo estoy
turbada) |
|
con violencia mi deshonra |
|
y con halagos mi infamia; |
80 |
y a mi noble resistencia |
|
su traición acobardada, |
|
dejó la capa en mis
manos, |
|
viendo que yo voces daba, |
|
que es testigo de creencia, |
85 |
que acredita mis palabras. |
|
|
|
CRIADO 1 |
¿Qué dices?
¡Qué atrevimiento! |
|
|
|
—216→
|
|
INTELIGENCIA |
¿A ti se atrevió un
crïado? |
|
|
|
ENVIDIA |
¿A ti un villano te
agravia? |
90 |
|
|
LUCERO |
(A sus compañeros,
aparte.)
|
Esforcemos el engaño, |
|
por ver si con esto acaban |
|
en la vida de este Hebreo |
|
los temores que me causa. |
|
|
|
INTELIGENCIA |
Dices bien. Y pues nos tiene |
95 |
por criados y criadas |
|
esta engañada Mujer |
|
(que a nuestras mismas
instancias |
|
solicitó que
José |
|
pecase), y pues su constancia, |
100 |
huyendo de ella, dejó |
|
las diligencias burladas, |
|
solicitemos ahora, |
|
con pretexto de esta causa, |
|
su muerte, que es ya el
remedio |
105 |
último de nuestras
ansias. |
|
¡Insta, Lucero! |
|
|
LUCERO |
Sí haré.
|
|
(Termina el
aparte.)
|
Señora: deslealtad
tanta, |
|
como que a romper se atreva |
|
|
—217→ |
una persona tan baja |
110 |
el decoro a tu persona |
|
y el respeto de tu casa, |
|
es tan criminal delito, |
|
que aun con la vida no paga. |
|
|
|
|
INTELIGENCIA |
Dilo a tu Esposo,
|
115 |
para que tome venganza |
|
de su delito en su vida. |
|
|
|
|
INTELIGENCIA |
La causa
|
|
es de todos tus criados. |
|
¡Vamos, porque preso
vaya |
120 |
donde en público
suplicio |
|
el traidor pague su infamia! |
|
|
|
|
|
(Apartes de cada
uno:)
|
MUJER |
Así vengaré el
desaire |
|
de dejarme despreciada. |
|
|
|
LUCERO |
Así acabarán, con
él, |
125 |
los indicios que me matan. |
|
|
|
INTELIGENCIA |
Así, en su muerte,
aseguro |
|
los temores que me causa. |
|
|
|
—218→
|
ENVIDIA |
Así tendrá, en sus
ultrajes, |
|
algún alivio mi rabia. |
130 |
¡Vamos, pues, y el traidor
muera! |
|
|
|
MUJER |
¡Muera, pues a mí me
mata! |
|
|
|
|
(Vanse; y salen JACOB y los hermanos.)
|
Escena IX
|
JACOB |
No hay consuelo para
mí, |
|
después que perdí a
mi hijo; |
|
y aun todo lo que me aflijo |
135 |
no basta al bien que
perdí. |
|
A su hermano, Benoní |
|
(que es «Hijo de mi
Dolor») |
|
puso su Madre (¡ay,
amor!, |
|
¡ay, mi adorada
Raquel!), |
140 |
que no le conviene a
él, |
|
y a José viene mejor. |
|
|
|
|
Tú
moriste al trance fuerte |
|
a que te destinó el
Cielo; |
|
pero llevaste el consuelo |
145 |
de que era vida, tu muerte, |
|
del Benjamín. Mas mi
suerte |
|
con mayor dolor batalla, |
|
no pudiendo conmutalla |
|
a otra de mí más
querida, |
150 |
si aunque pierda yo la vida, |
|
a José no puedo dalla. |
|
|
|
JUDAS |
¡No te aflijas, Padre,
tanto! |
|
Si una fiera lo mató |
|
y ya el caso sucedió, |
155 |
¿qué remedias con el
llanto? |
|
|
|
—219→
|
RUBÉN |
De ver tu dolor me espanto. |
|
|
|
ZABULÓN |
Sosiega el llanto prolijo. |
|
|
|
JACOB |
¡No haré: que en el
alma fijo, |
|
mientras viva, lo
tendré; |
160 |
y al Abismo bajaré |
|
llorando a José, mi
Hijo! |
|
|
|
Escena X
|
|
Vanse; y sale FARAÓN, y el PINCERNA y
acompañamiento.
|
MÚSICA |
(Cantan.)
|
¡Viva el magno
Faraón, |
|
en que enlazadas se miran |
|
a los timbres heredados |
165 |
las hazañas adquiridas; |
|
en quien se cifran |
|
los blasones, los timbres, las
glorias |
|
que Egipto admira! |
|
¡Viva, viva! |
170 |
|
|
FARAÓN |
¿Qué timbres ni
qué blasones |
|
hay en mi grandeza altiva, |
|
si los desvanece un
sueño |
|
y si una aprensión los
quita? |
|
|
|
PINCERNA |
Pues, gran Señor,
¿qué congoja |
175 |
en el mundo habrá, tan
digna, |
|
que inquiete tu ánimo
excelso, |
|
que a tu augusto pecho oprima? |
|
En esfuerzo tan sublime, |
|
en condición tan
invicta, |
180 |
|
—220→ |
¿ha de tener una pena |
|
tanto poder que la rinda? |
|
¡Diviértete! |
|
|
FARAÓN |
¿Cómo puedo,
|
|
si veis que, en toda la
Egipcia |
|
Ciencia de mis Agoreros, |
185 |
no hay quien el obscuro enigma |
|
me descifre de dos
sueños |
|
que misteriosos indician |
|
ya infortunios, ya bonanzas, |
|
ya rigores, ya caricias, |
190 |
que ya amenazan, severos, |
|
ya previenen, compasivas, |
|
ni sé si a Mí o a mi
Reino, |
|
si a mi grandeza o mi vida? |
|
De donde, lo que yo infiero |
195 |
es que, puesto que me avisa, |
|
el Cielo quiere que Yo, |
|
o al estrago me resista |
|
(porque suele suceder |
|
que las penas antevistas |
200 |
se sienten menos), o que |
|
al remedio me aperciba |
|
(pues hay desgracias que no |
|
llegarán, a
prevenirlas). |
|
Pero de cualquiera modo |
205 |
que la desgracia conciba, |
|
o bien como contingente, |
|
o bien ya como precisa, |
|
faltan a la provisión |
|
los medios, pues la noticia |
210 |
falta también de la
especie |
|
en que vendrá la
desdicha; |
|
y mal puede, quien la ignora, |
|
hacer, por más que se
aflija, |
|
diligencias de estorbarla |
215 |
ni paciencia de sufrirla. |
|
|
|
PINCERNA |
Señor, atiende un
consejo |
|
|
—221→ |
(y en él, una culpa
mía |
|
confieso de ingratitud, |
|
pues acordarme debía |
220 |
de un Mancebo, a quien
debí |
|
los anuncios de mi vida). |
|
Sabe que, cuando
en la cárcel, |
|
yo y otro de tu familia |
|
estuvimos, también
preso |
225 |
un Mozo Hebreo asistía. |
|
Soñamos, los dos, dos
sueños; |
|
y al referirlos de día |
|
el uno al otro, el Hebreo |
|
inteligencias distintas |
230 |
dio tan ciertas a los dos, |
|
que el hecho las verifica: |
|
pues, como él se lo
predijo, |
|
murió el otro por
justicia; |
|
y yo, como él me
anunció, |
235 |
a mi dignidad antigua |
|
volví. Y así, gran
Señor, |
|
no dudes de que él te
diga |
|
los misterios de los
sueños, |
|
si tú se los comunicas; |
240 |
que yo espíritu no vi |
|
más cierto, de
profecía. |
|
|
|
FARAÓN |
Pues ¿qué
esperáis? Id por él, |
|
a ver si me pronostica |
|
la verdad, como a vosotros. |
245 |
|
|
|
FARAÓN |
¡Id aprisa,
|
|
que yo lo voy a esperar! |
|
|
|
|
—222→
|
MÚSICA |
¡Viva el magno Faraón!
etcétera. |
|
¡Viva, viva! |
250 |
|
|
|
(Vanse, con la MÚSICA.)
|
Escena XI
|
|
Salen la INTELIGENCIA, CIENCIA y LUCERO.
|
INTELIGENCIA |
¿Qué te parece,
Lucero, |
|
la fuerza de mi desdicha, |
|
pues aquellos mismos medios |
|
que eligió la industria
mía |
|
para acabar de ese Hebreo |
255 |
con la aborrecible vida, |
|
se han vuelto medios con que |
|
en más exaltación
viva? |
|
Pues ¿quién duda,
según Dios |
|
de sus asistencias cuida, |
260 |
que, como vemos, le da |
|
de los futuros noticia, |
|
se la dé también
ahora |
|
de lo que le comunica |
|
Faraón? De sus dos
sueños, |
265 |
en que vio siete lucidas |
|
Vacas que del Nilo undoso |
|
en verde margen pacían, |
|
pingües, lozanas y
hermosas; |
|
a que luego se seguían |
270 |
otras siete tan hambrientas, |
|
delgadas y descaecidas, |
|
que esterilizando el campo, |
|
con voracidad no vista |
|
tragaron a las primeras: |
275 |
y la mayor maravilla |
|
fue que, con tanto alimento, |
|
quedaron tan amarillas, |
|
|
—223→ |
tan pálidas y tan
flacas |
|
como antes de la ruïna. |
280 |
Y el otro, cuya visión |
|
fue a aquésta muy
parecida, |
|
era una fértil macolla |
|
de que brotaban opimas, |
|
ostentando sus verdores, |
285 |
siete fértiles Espigas; |
|
y tras ellas, otras siete |
|
tan mustias y tan marchitas, |
|
que (desmintiendo su ser) |
|
apenas eran aristas: |
290 |
en quien el mismo suceso |
|
de las Vacas antevistas |
|
se experimentó,
supuesto |
|
que unas y otras reducidas |
|
a sequedad, no quedó |
295 |
de la abundancia noticia. |
|
Y no ha halládose, entre
tantos |
|
Arúspices que adivinan |
|
en Egipto, quien entienda |
|
qué suceso pronostica |
300 |
la ordenación
misteriosa |
|
de este numeral enigma: |
|
que claro es que no es forjada |
|
ficción de su
fantasía, |
|
la que orden tan regulada |
305 |
guarda entre sí, y tan
seguida, |
|
que en dos diferentes
daños |
|
dos jeroglíficos pinta, |
|
tan conformes y ordenados, |
|
que uno a otro se confirman |
310 |
de que no es natural
sueño; |
|
y claro es que la noticia |
|
le ha de faltar a los Magos, |
|
de lo que ellos significan, |
|
pues lo ignoro yo, que soy |
315 |
la que dársela
podía. |
|
|
|
LUCERO |
Pues ahora, es necesario |
|
|
—224→ |
que nuestra atención le
asista, |
|
atendiendo a su respuesta |
|
con diligencia más
viva. |
320 |
Y pues, como ya he asentado, |
|
no hay distancia que me impida |
|
ni obstáculo que me
estorbe, |
|
mira en esta perspectiva |
|
lo que a Faraón
responde. |
325 |
|
|
|
Escena XII
|
|
Aparece FARAÓN en un trono;
JOSÉ, en pie
delante de él; y la PROFECÍA, en lo alto,
cantando.
|
PROFECÍA |
(Canta.)
|
Josef: atiende, escucha |
|
la luz que te ilumina, |
|
que en tu espíritu
influye |
|
la sacra Profecía. |
330 |
¡Atiende, escucha, mira! |
|
A futuros
sucesos |
|
abre la interior vista, |
|
y verás los misterios |
|
que el sueño significa. |
335 |
¡Atiende, escucha, mira! |
|
Tu mente
iluminada |
|
vuele sobre sí misma, |
|
pues logras en tu ayuda |
|
asistencias Divinas. |
340 |
¡Atiende, escucha, mira! |
|
|
|
JOSÉ |
(A FARAÓN.)
|
No soy yo quién te
responde. |
|
Dios, Señor, es quien te
avisa |
|
que ese sueño es uno
solo, |
|
pues lo es lo que significa, |
345 |
|
—225→ |
por expresar una cosa |
|
las Vacas y las Espigas: |
|
y es, que serán siete
años |
|
tan abundantes, tan ricas |
|
en Egipto las cosechas, |
350 |
que no quepan las semillas |
|
en las trojes ni los
hórreos; |
|
pero después, la
caricia |
|
del tiempo vuelta en rigores, |
|
y la ventura en desdicha, |
355 |
se seguirán otros siete |
|
tan estériles, que
impidan |
|
el sembrarse y el cogerse |
|
en todas estas Provincias. |
|
Para lo cual,
gran Señor, |
360 |
si cuerdo el remedio aplicas, |
|
harás que la quinta
parte |
|
del fruto que desperdician |
|
los siete años
abundantes, |
|
en trojes apercibidas |
365 |
se reserven, para que, |
|
llegando la carestía, |
|
halle sustento tu Reino. |
|
|
|
LUCERO |
¡Basta, Inteligencia:
quita, |
|
corre de mi entendimiento |
370 |
aquesa mortal cortina, |
|
que no quiero atender tanto |
|
a lo que me martiriza! |
|
|
|
|
(Córrese el velo.)
|
Escena XIII
|
[LUCERO] |
Y dime, ya que a éste,
Dios |
|
le hace patentes las
líneas |
375 |
obscuras de lo futuro, |
|
si habrá podido
inferirlas |
|
por razones naturales. |
|
|
|
—226→
|
INTELIGENCIA |
No, porque a tener premisas, |
|
ya en los aspectos celestes, |
380 |
ya en los vientos que dominan, |
|
o ya en los temperamentos |
|
que diferencian los climas, |
|
o en otras ocultas causas, |
|
que aunque nunca comprendidas |
385 |
son de los hombres, lo es el |
|
efecto que pronostican |
|
(como Egipto experimenta: |
|
pues en la creciente, libra, |
|
del Nilo, el suceso, o bueno |
390 |
o malo, de sus semillas, |
|
conforme al flujo o reflujo |
|
de sus recias avenidas, |
|
lo cual conocen, teniendo |
|
pozos a quienes ministra |
395 |
por ocultos minerales |
|
el Nilo sus aguas mismas: |
|
que si, cuando está
creciente, |
|
de los pozos la medida |
|
no pasa de doce codos, |
400 |
esterilidad indica; |
|
si a catorce, moderados |
|
son los frutos; y si arriba |
|
excede de diez y siete, |
|
que será abundante
afirman); |
405 |
y si hubieran, como he dicho, |
|
precedido estas premisas, |
|
se pudieran alcanzar, |
|
o ya por ciencia adquirida |
|
o por razón natural |
410 |
o Astrológica pericia, |
|
siendo humana conjetura, |
|
no Revelación Divina, |
|
y entonces yo, mejor que
él, |
|
lo alcanzara, y la noticia |
415 |
les diera a los agoreros. |
|
Demás de que no
podía |
|
por la corriente del Nilo |
|
|
—227→ |
saberse la sucesiva |
|
orden de tan largos
años, |
420 |
pues, cuando mucho,
podría |
|
hacerse de un año
sólo. |
|
Mas ¿a qué fin
averiguas esto, |
|
que no es del intento? |
|
|
|
LUCERO |
Por ver si acaso mis iras, |
425 |
en las edades futuras, |
|
con esas razones mismas |
|
pueden desacreditar |
|
su verdad con mi mentira, |
|
desmintiéndole Profeta: |
430 |
que no faltará quien
diga |
|
que fue ciencia natural. |
|
|
|
CIENCIA |
Su respuesta, prevenida |
|
y frustrada tu
intención |
|
deja, pues en ella afirma |
435 |
que Dios es el que responde. |
|
Mas escucha, que en festivas |
|
aclamaciones, el Pueblo |
|
de sí mismo se concita, |
|
diciendo en voz popular: |
440 |
(Dentro:)
|
¡Mande, goce, triunfe y
vira! |
|
|
|
Escena XIV
|
|
Sale JOSÉ
en un carro triunfal, con acompañamiento y MÚSICA.
|
MÚSICA |
El Salvador del Mundo, |
|
que con piedad benigna |
|
ha redimido a Egipto |
|
|
—228→ |
de tan grande desdicha! |
445 |
Y así, decid todos, |
|
con voces festivas: |
|
|
|
TODOS |
¡que mande, que triunfe, que
goce y que viva! |
|
|
|
MÚSICA |
Al que, en humilde traje |
|
oculto, desmentía |
450 |
de su Divina Ciencia |
|
las altas maravillas; |
|
al que, aunque
quiso hollarle |
|
aleve la malicia, |
|
sirvió de que luciesen |
455 |
sus virtudes más vivas, |
|
llegad a adorar
todos; |
|
e hincada la rodilla, |
|
venerad en su cetro |
|
por triunfo las Espigas, |
460 |
repitiendo alegres, |
|
con voces festivas. |
|
|
|
TODOS |
¡que goce, que mande, que
triunfe, que viva! |
|
|
|
|
(Da vuelta el carro, y éntrase.)
|
LUCERO |
¿Qué es esto,
Inteligencia? |
|
Ya me falta la vida y la
paciencia. |
465 |
¡Ocúlteme el
profundo, |
|
pues decir oigo: Salvador del
Mundo! |
|
|
|
INTELIGENCIA |
No te aflijas; espera, |
|
y que éste es sólo un
hombre considera. |
|
|
|
LUCERO |
¿Y qué importa
(¡ay de mí!) que un hombre sea? |
470 |
¿Qué más
señales quieres ya que vea |
|
|
—229→ |
para hacer la ilación en que
me fundo, |
|
de que Dios quiere redimir al
Mundo? |
|
|
|
INTELIGENCIA |
Pues con el triunfo vamos, |
|
porque desde más cerca le
asistamos. |
475 |
|
|