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Auto historial alegórico El cetro de José

Juana Inés de la Cruz Jer.



  —200→  

Personajes

JACOB.
JOSÉ.
RUBÉN.
SIMEÓN.
LEVÍ.
JUDAS.
ZABULÓN.
ISACAR.
DAN.
GAD.
ASER.
NEFTALÍ.
BENJAMÍN.
EL LUCERO.
LA INTELIGENCIA.
LA CIENCIA.
LA ENVIDIA.
LA CONJETURA.
LA PROFECÍA.
LA MUJER DE PUTIFAR.
FARAÓN.
EL PINCERNA.
Acompañamiento.
Música.
Voz de Dios.





ArribaAbajoCuadro I


Escena I

 

Dicen dentro:

 
Vaya a la sima arrojado
el Soñador, y veremos,
—201→
si le diéremos la muerte,
qué le aprovechan los sueños.
 

(Salen los hermanos de JOSÉ.)

 
JUDAS
Ya que en la cisterna está, 5
de su talar ornamento
despojado, que fue antes
de nuestro rencor objeto,
el darle la muerte ahora,
decidme, ¿de qué provecho 10
nos puede ser, sino sólo
quedar de su sangre reos?
¿No es mejor, pues Ismaelitas
mercaderes, con camellos
de aromas y de resinas, 15
pasan a Egipto a venderlos
de Galaad, que lo vendamos
por Esclavo? Pues, con eso,
no se manchan nuestras manos,
y se consigue el intento 20
de quitarlo de los ojos
de nuestro Padre. (Así quiero
evitar el mayor daño
de su muerte.)
RUBÉN
Tu consejo,
Judas, admitimos todos; 25
y así, vamos a venderlo.
 

(Vanse.)

 


Escena II

 

Salen la INTELIGENCIA, la CIENCIA, el LUCERO, la ENVIDIA y la CONJETURA.

 
LUCERO
Hermosa Inteligencia, esposa mía,
que desde aquel primer dichoso día
que tuve ser en tan dichosa Esfera,
has sido, con la Envidia, compañera 30
—202→
de mi varia fortuna, tan constante,
tan fina, tan fiel y tan amante,
que no te has desdeñado
de estar conmigo en tan terrible estado,
cuando Hermosura y Gracia me dejaron 35
y en el Solio Supremo se quedaron,
y sólo tú constante, sin dejarme,
al Abismo bajaste a acompañarme,
quizá porque en mí fuese más tormento
tener tan perspicaz entendimiento: 40
pues ver que el Hombre está de ti privado,
no siendo más enorme su pecado,
me obliga a presumir que no es blandura.
CONJETURA
Eso dirá mejor tu Conjetura,
pues hija tuya soy y de tu Ciencia, 45
y después sacarás la consecuencia.
ENVIDIA
Y yo, la de sentir, pues soy la Envidia,
hija tuya también, áspid que lidia
en tu abrasado pecho,
de donde las entrañas te he deshecho; 50
pues después que tu Ciencia pervertida
abortos concibió, la preferida
fui yo, a los demás vicios,
que ocupas en tan varios ejercicios
del incesable anhelo 55
de hacerle guerra continuada al Cielo.
LUCERO
Así es verdad; mas deja ese argumento
(que es digresión, no principal intento),
y a lo que consultaros quiero, vamos.
Y puesto que el principio ya asentamos 60
de que no fue blandura ni clemencia
el que Dios me dejase con la Ciencia,
ni privar de ella al Hombre fue el castigo
mayor en él, mi narración prosigo.
Y veréis, en los casos subsecuentes 65
—203→
(que son ya antecedentes),
cómo Dios a él le da, por varios medios,
esperanzas obscuras de remedios,
y le va concediendo,
de unos siglos en otros trascendiendo, 70
varias apelaciones,
cuando a mí, en mis prisiones,
leyó definitiva, en mi delito,
sentencia de prescito;
de donde saco, porque más me asombre, 75
que Dios intenta remediar al Hombre,
y que yo, eternamente condenado,
pague un solo pecado.
Y más, ahora, este prodigio nuevo
de ese hermoso Mancebo, 80
a quien ahora visteis que inhumanos
vendieron sus hermanos
(que no sé qué en él veo,
que ni lo dudo bien, ni bien lo creo),
¿qué tipo o qué figura, 85
como a quien ve de lejos la pintura,
descubre misterioso?
Y pues el atenderlo es ya forzoso,
de ti, Ciencia, me valgo,
para ver si inferir podemos algo; 90
y pues para tu idea
no hay distancia ni tiempo que lo sea,
los siglos hacia atrás retrocedamos,
las distancias midamos
de la pasada edad, y la futura 95
primicias le dará a la Conjetura,
para que de uno y otro antecedente
saque, si no evidente,
probable conclusión, por ver si acierto
en el daño, que ya imagino cierto. 100
CIENCIA
Bien has dicho, Lucero,
que soy yo tu tormento más severo;
y pruébelo el que ahora tú me ordenas
que renueve tus penas
—204→
con discurrir los tiempos, y señales 105
que al Hombre anuncian bienes, a ti males.
Mas, pues tú lo has mandado
y obedecerte es sólo mi cuidado,
empezaré primero por la parte
lo que pueda consolarte: 110
que fuera necedad en mi desvelo
el no darte, pudiendo, algún consuelo.
Y pues tiene retórica licencia
de fabricar, la Ciencia,
sus entes de razón, y hacer posible 115
representable objeto lo invisible,
vuelve los ojos hacia el Paraíso
y verás cómo al barro quebradizo,
en su culpa infelice,
dice... Pero ya el mismo Dios lo dice. 120


Escena III

 

Ábrese el carro en que está el Paraíso, con Adán y Eva; y cantan dentro:

 
MÚSICA
[Voz de Dios]
Supuesto que preferiste,
desatento, ciego y loco,
al sacro Precepto Mío,
de tu Mujer el antojo,
    comiendo la fruta 125
del Árbol que solo
intacto a tu gusto
puse entre los otros,
    de las hierbas de la tierra
será tu alimento corto, 130
feriado de tus fatigas
a los afanes costosos.
   Maldita será la tierra;
y a tu brazo congojoso,
en vez de frutos opimos, 135
te dará espinas y abrojos;
   costarate el Pan
el sudor del rostro,
—205→
hasta resolverte,
como polvo, en polvo. 140
LUCERO
Espera, que no sé por qué me asombra,
cuando oigo mentar Pan, no sé qué sombra.
¿Qué Pan ha de ser éste,
que es menester que tanto sudor cueste?
Pues si está a comer hierbas sentenciado, 145
que, sin costar afanes al arado,
producirá la tierra, ¿con qué intento
se le pone a asignar otro alimento?
Mas quédese esto así; y si gustas, Ciencia,
refiéreme, aunque llore, mi sentencia. 150
CIENCIA
Mejor la escucharás representada
en la idea que queda ya asentada.
MÚSICA
[Voz de Dios]
Porque tanto mal causaste,
serás Maldito entre todos
los animales y brutos, 155
haciendo, por más oprobio,
    que para moverte
hagas, vergonzoso,
arrastrados pies
de tu pecho propio. 160
    La tierra sola, a tu vida
le será alimento tosco;
y entre la Mujer y tú
impondré perpetuos odios.
   Quebrantará, altiva, 165
tu cuello orgulloso;
y a su carcañal
le pondrás estorbos.
ENVIDIA
Bien se ve que intenta
sólo que vivas en eterna afrenta, 170
—206→
Dios; pues cuando se muestra más airado
por el delito con que el Hombre yerra,
no le maldice a él, sino a la tierra
y a ti, que en tal conflicto
te llama, entre las fieras, el Maldito. 175
CONJETURA
Luego bien conjeturo
que intenta remediarle en lo futuro;
y más, si a aquella circunstancia atiendo,
que entre ti y la Mujer odios poniendo,
Ella ha de quebrantarte la cabeza, 180
y su Progenie. ¡Oh qué delicadeza!
Discúrralo, si puedes, tu conciencia,
pues es punto que toca a Inteligencia.
INTELIGENCIA
Y ¿qué importa, ¡ay de mí!, que yo lo sea,
si todo mi discurso titubea 185
cuando imagino qué misterio oculto
en esa cláusula hay, que dificulto:
que la Mujer, que ya por el pecado
en mi dominio ha entrado,
pueda después vencerme 190
y, siendo Esclava, pueda someterme
debajo de su huella?
¿O qué Progenie puede nacer de ella,
que pueda hacer oposición alguna,
si los hizo cautivos su fortuna, 195
y el Hijo de la Esclava miserable
es Esclavo por ley inderogable?
¿Pues cómo puede ser? ¡Válgame el Cielo!
¿Con qué confuso velo
cubre secreto, Dios, tan estupendo, 200
que ni lo ignoro todo, ni lo entiendo?
LUCERO
Y añade a ese discurso, que no alcanzas
el de poner al pie las asechanzas,
o al carcañal, en que tu luz me avisa
—207→
de cuán distintas cosas simboliza: 205
pues la Filosofía, allá en su ciencia,
por símbolo lo da de la inocencia;
y por de libertad, el más temido
jeroglífico ha sido
en Egipto; y también, de la victoria, 210
es en otras naciones. ¡Oh memoria!
¡Cuánto me aflige el ver mi Inteligencia
la libertad, victoria e inocencia
en él significada!
¿Qué infieres, Conjetura?
CONJETURA
Mucho y nada.
215
ENVIDIA
Yo sí, que como quiera me deshago
de sospechar su bien; y así, a su estrago
acudamos aprisa.
LUCERO
Así lo intento.
Mas para obrar con todo fundamento,
muéstrame, Inteligencia, otra figura, 220
a ver qué de ella tu discurso apura.


Escena IV

 

Ciérrase el carro de Adán; y descúbrese el de ABRAHAM, y un cielo de estrellas.

 
ABRAHAM
Señor, si sin hijos muero,
¿qué bien me puedes hacer,
si al fin será éste el ser
mi criado mi heredero? 225
   Generación no me has dado;
y así, en suerte tan escasa,
vendré a dejar en mi casa
por heredero al criado.
  —208→  
 

 (Canta dentro una Voz.) 

[Voz de Dios]
No tengas ese recelo: 230
que tu Hijo te ha de heredar;
y si puedes numerar
todas las luces del Cielo,
junta tu Generación
na de ser, y descendientes; 235
y en Ella, todas las Gentes
alcanzarán bendición.
LUCERO
¡No más, Inteligencia; aparta, quita!
¿Qué Generación puede ser bendita,
si ya con el pecado 240
el Mundo todo está contaminado?
INTELIGENCIA
Pues mira otra figura,
a ver qué infieres de ella, Conjetura.


Escena V

 

Ábrese otro carro; y en él aparece JACOB dormido al pie de la escala, y arriba el Señor; y dentro, canta una Voz.

 
MÚSICA
[Voz de Dios]
Yo soy el Dios verdadero
de Abraham, tu padre, y de Isaac, 245
que aquesta tierra en que duermes
toda te tengo de dar.
    Excederá tu progenie
a las arenas del mar;
y en ti y tu Semen, benditas 250
todas las Gentes serán.
 

  (Despierta JACOB, y levántase.) 

JACOB
Verdaderamente Dios
asiste en este lugar,
—209→
sin saberlo mi rudeza.
Sin duda no hay aquí más 255
que la Casa del Señor
y la Puerta Celestial.
Y así, si Dios me ayudare
al camino que he de andar,
guardándome; y si me diere, 260
para mi sustento, Pan,
será mi Dios el Señor;
y la piedra que en Altar
y título erigí, Casa
del Señor se llamará; 265
y de aquellos bienes todos
que me diere Su bondad,
décimas de rendimiento
le ofrezco sacrificar.
 

(Vase.)

 


Escena VI

LUCERO
¿Qué es esto, Inteligencia?
INTELIGENCIA
¿Qué te altera?
270
LUCERO
Que otra vez Dios la bendición reitera,
y otra vez vuelve el Pan a dar horrores
a mis tristes temores.
¿Y qué será tan misteriosa Escala
que el alto Cielo con la Tierra iguala, 275
y el paso (que cerrado
tiene el fuerte candado
de la Original Culpa) hace patente,
para cualquiera que subir intente?
Y no sólo (¡oh recelo!) 280
da tránsito a la Tierra para el Cielo,
sino del Hombre a Dios, que es lo que temo;
pues si bien miro el uno y otro extremo
de la Escala, veré (porque me asombre)
—210→
que en el uno está Dios y en otro el Hombre; 285
con que ascendiendo el Hombre, o descendiendo
Dios, es preciso... Pero no lo entiendo,
ni discurrirlo por ahora quiero,
hasta ver las premisas por entero;
y pues estas figuras, que he mostrado, 290
son del tiempo pasado,
porque saques mejor las ilaciones
de las que ya sospechas conclusiones,
queden estos notables, ya pasados,
para cuando nos sirvan, asentados. 295
Y así, vamos ahora a lo presente:
este mozo Josef...
CONJETURA
Escucha, tente,
y no pases el nombre sin reparo.
LUCERO
¿Pues qué tiene de raro
el nombre de José, que así te inquieta? 300
CIENCIA
El que de Dios Aumento se interpreta.
LUCERO
Misterio es; pero como lo Infinito
ni crece ni decrece, no lo admito;
y aunque Aumento de Dios José se escribe,
es Aumento que da, no que recibe. 305
INTELIGENCIA
Bien está; mas recelo...
CIENCIA
¿Qué recelo
puedes tener?
CONJETURA
Que como, en todo, el Cielo
—211→
pone misterio, en esto sólo advierto...
Explicarme quisiera, mas no acierto,
que es el punto en extremo delicado, 310
que aún a tu inteligencia no le es dado.
Digo que temo, en fin, que aunque Infinita
es la Esencia Divina, en ella admita
otra Naturaleza,
que (aunque no crezca nada su grandeza), 315
por no haberla tenido antes de ahora,
pueda llamarse Aumento. ¿Quién lo ignora?
Y sin que de ser deje lo que ha sido,
pueda el ser recibir, que no ha tenido.
ENVIDIA
¡Calla; no ya prosigas, 320
que a mayor rabia mi furor obligas!
INTELIGENCIA
Pues a José volvamos. Ya has notado
los misteriosos sueños que ha soñado;
pues en el uno vio que las Estrellas,
el Sol y Luna, con sus luces bellas, 325
su persona adoraban;
y en el otro miró que se postraban
los Manípulos todos, y obsequiosos
daban al suyo adoración, gozosos;
por lo cual, envidiosos, sus hermanos... 330
ENVIDIA
De mi rabia incitados inhumanos
le quisieron dar muerte; mas, opuesto
Judas a tan sangriento presupuesto,
la pena de morir conmutó en venta,
de donde le resulta más afrenta: 335
pues no sólo del bajo tratamiento
padecerá, de Esclavo en el tormento,
sino que allí podrán por varios modos
apoderarse de él los vicios todos;
pues viviendo entre Idólatras, ¿quién duda 340
que el más constante las costumbres muda?
—212→
Y cuando un infiel y otro se le llegue,
será preciso que algo se le pegue;
con que hemos conseguido, por lo menos,
quitarle los ejemplos de los buenos: 345
pues, en lo regular, siempre contemplo,
que hay pocos que obren bien sin el ejemplo.
Pero vamos allá, pues no hay distancia
que se precie de hacernos repugnancia.
CIENCIA
Bien dices; que, a su vista, 350
mejor se emprenderá nuestra conquista.
CIENCIA
¿Pues qué es lo que esperamos?
¡Vamos a Egipto!
INTELIGENCIA
¡Vamos!
 

(Vanse.)

 




ArribaAbajoCuadro II


Escena VII

 

Sale la MUJER DE PUTIFAR, y JOSÉ.

 
MUJER
¡Espera, galán Hebreo;
y si a obligarte no bastan
las prendas de mi belleza,
los adornos de mi gracia;
    si en los rizos de mi pelo, 5
los tesoros de la Arabia
no te aprisionan, porque
son, en fin, cadenas blandas;
   si de mis ojos los rayos,
si de mi frente la plata, 10
—213→
si en mi boca los rubíes,
si en mis mejillas el nácar,
    no te mueven ni te incitan,
ni a que te enamores bastan,
porque son prendas caducas 15
que pagan al tiempo parias;
   muévate una alma rendida:
que los tesoros del alma
no pagan pensión al tiempo,
ni tributo a las mudanzas! 20
   ¡No huyas, Josef; espera:
vuelve siquiera la cara;
mírame, que con la vista
tu fidelidad no manchas!
   ¡Vuelve los ojos!
JOSÉ
¡No quiero:
25
que quien la vista no guarda,
no guardará el corazón,
pues abre la puerta franca!
   Lo que no le es al deseo
lícito, no es bien que haga 30
lícito a mis ojos yo;
que (aunque el precepto no caiga
sobre el ver), como la vista
ministra especies al alma,
que despierten al deseo 35
y que susciten su llama,
si yo una vez las recibo,
será imposible borrarlas,
y difícil resistirlas,
y es muy necia confianza 40
que yo mismo a mi enemiga
admita dentro de casa.
MUJER
Pues, ingrato, ¡vive el Cielo
que, supuesto que no basta
la terneza ni el cariño 45
a tu condición ingrata,
—214→
la ha de vencer la violencia,
y así de esta suerte...!
JOSÉ
¡Aparta,
suéltame!
MUJER
¿Cómo soltarte?
Primero...
JOSÉ
¡El Cielo me valga!
50


Escena VIII

 

Sale la PROFECÍA y pónese en medio; huye JOSÉ y queda sola la MUJER DE PUTIFAR.

 
PROFECÍA
Ya te vale, porque el Cielo
nunca, a quien lo invoca, falta.
¡Huye, José; porque Dios,
sólo a quien se guarda, guarda!
 

(Vase JOSÉ, corriendo.)

 
MUJER
Huyó el ingrato, y dejome 55
sólo en las manos la capa.
¿Qué nuevo furor me incita?
Ya todo el amor es rabia.
¡Hola, crïados, familia!
 

(Salen LUCERO, la INTELIGENCIA y la ENVIDIA.)

 
LUCERO
Pues con apariencias falsas 60
a Putifar asistimos
—215→
como criados de casa,
donde más cómodamente
puedan nuestras asechanzas
ver lo que pasa en Josef, 65
adonde de mí incitada
lo persigue esta Mujer,
¡salgamos a ver, pues llama,
qué es lo que le ha sucedido!
MUJER
¡Hola! ¿No hay gente en mi casa? 70
¡Hola! ¿No hay quien me socorra?
 

(Llegan todos.)

 
INTELIGENCIA
Aquí estamos. ¿Qué nos mandas?
MUJER
¿Qué he de querer? ¡Ay de mí!
¿Conocéis aquesta capa?
TODOS
Muy bien, que es la del Esclavo. 75
MUJER
Pues (el aliento me falta)
ese traidor circunciso
intentó (yo estoy turbada)
con violencia mi deshonra
y con halagos mi infamia; 80
y a mi noble resistencia
su traición acobardada,
dejó la capa en mis manos,
viendo que yo voces daba,
que es testigo de creencia, 85
que acredita mis palabras.
CRIADO 1
¿Qué dices? ¡Qué atrevimiento!
  —216→  
CRIADO 2
¡Qué osadía tan villana!
INTELIGENCIA
¿A ti se atrevió un crïado?
ENVIDIA
¿A ti un villano te agravia? 90
LUCERO

 (A sus compañeros, aparte.) 

Esforcemos el engaño,
por ver si con esto acaban
en la vida de este Hebreo
los temores que me causa.
INTELIGENCIA
Dices bien. Y pues nos tiene 95
por criados y criadas
esta engañada Mujer
(que a nuestras mismas instancias
solicitó que José
pecase), y pues su constancia, 100
huyendo de ella, dejó
las diligencias burladas,
solicitemos ahora,
con pretexto de esta causa,
su muerte, que es ya el remedio 105
último de nuestras ansias.
¡Insta, Lucero!
LUCERO
Sí haré.

 (Termina el aparte.) 

Señora: deslealtad tanta,
como que a romper se atreva
—217→
una persona tan baja 110
el decoro a tu persona
y el respeto de tu casa,
es tan criminal delito,
que aun con la vida no paga.
MUJER
¿Pues qué haré?
INTELIGENCIA
Dilo a tu Esposo,
115
para que tome venganza
de su delito en su vida.
MUJER
Bien lo dispones.
INTELIGENCIA
La causa
es de todos tus criados.
¡Vamos, porque preso vaya 120
donde en público suplicio
el traidor pague su infamia!
 

 (Apartes de cada uno:) 

MUJER
Así vengaré el desaire
de dejarme despreciada.
LUCERO
Así acabarán, con él, 125
los indicios que me matan.
INTELIGENCIA
Así, en su muerte, aseguro
los temores que me causa.
  —218→  
ENVIDIA
Así tendrá, en sus ultrajes,
algún alivio mi rabia. 130
¡Vamos, pues, y el traidor muera!
MUJER
¡Muera, pues a mí me mata!
 

(Vanse; y salen JACOB y los hermanos.)

 


Escena IX

JACOB
No hay consuelo para mí,
después que perdí a mi hijo;
y aun todo lo que me aflijo 135
no basta al bien que perdí.
A su hermano, Benoní
(que es «Hijo de mi Dolor»)
puso su Madre (¡ay, amor!,
¡ay, mi adorada Raquel!), 140
que no le conviene a él,
y a José viene mejor.
    Tú moriste al trance fuerte
a que te destinó el Cielo;
pero llevaste el consuelo 145
de que era vida, tu muerte,
del Benjamín. Mas mi suerte
con mayor dolor batalla,
no pudiendo conmutalla
a otra de mí más querida, 150
si aunque pierda yo la vida,
a José no puedo dalla.
JUDAS
¡No te aflijas, Padre, tanto!
Si una fiera lo mató
y ya el caso sucedió, 155
¿qué remedias con el llanto?
  —219→  
RUBÉN
De ver tu dolor me espanto.
ZABULÓN
Sosiega el llanto prolijo.
JACOB
¡No haré: que en el alma fijo,
mientras viva, lo tendré; 160
y al Abismo bajaré
llorando a José, mi Hijo!


Escena X

 

Vanse; y sale FARAÓN, y el PINCERNA y acompañamiento.

 
MÚSICA

  (Cantan.) 

¡Viva el magno Faraón,
en que enlazadas se miran
a los timbres heredados 165
las hazañas adquiridas;
en quien se cifran
los blasones, los timbres, las glorias
que Egipto admira!
¡Viva, viva! 170
FARAÓN
¿Qué timbres ni qué blasones
hay en mi grandeza altiva,
si los desvanece un sueño
y si una aprensión los quita?
PINCERNA
Pues, gran Señor, ¿qué congoja 175
en el mundo habrá, tan digna,
que inquiete tu ánimo excelso,
que a tu augusto pecho oprima?
En esfuerzo tan sublime,
en condición tan invicta, 180
—220→
¿ha de tener una pena
tanto poder que la rinda?
¡Diviértete!
FARAÓN
¿Cómo puedo,
si veis que, en toda la Egipcia
Ciencia de mis Agoreros, 185
no hay quien el obscuro enigma
me descifre de dos sueños
que misteriosos indician
ya infortunios, ya bonanzas,
ya rigores, ya caricias, 190
que ya amenazan, severos,
ya previenen, compasivas,
ni sé si a Mí o a mi Reino,
si a mi grandeza o mi vida?
De donde, lo que yo infiero 195
es que, puesto que me avisa,
el Cielo quiere que Yo,
o al estrago me resista
(porque suele suceder
que las penas antevistas 200
se sienten menos), o que
al remedio me aperciba
(pues hay desgracias que no
llegarán, a prevenirlas).
Pero de cualquiera modo 205
que la desgracia conciba,
o bien como contingente,
o bien ya como precisa,
faltan a la provisión
los medios, pues la noticia 210
falta también de la especie
en que vendrá la desdicha;
y mal puede, quien la ignora,
hacer, por más que se aflija,
diligencias de estorbarla 215
ni paciencia de sufrirla.
PINCERNA
Señor, atiende un consejo
—221→
(y en él, una culpa mía
confieso de ingratitud,
pues acordarme debía 220
de un Mancebo, a quien debí
los anuncios de mi vida).
    Sabe que, cuando en la cárcel,
yo y otro de tu familia
estuvimos, también preso 225
un Mozo Hebreo asistía.
Soñamos, los dos, dos sueños;
y al referirlos de día
el uno al otro, el Hebreo
inteligencias distintas 230
dio tan ciertas a los dos,
que el hecho las verifica:
pues, como él se lo predijo,
murió el otro por justicia;
y yo, como él me anunció, 235
a mi dignidad antigua
volví. Y así, gran Señor,
no dudes de que él te diga
los misterios de los sueños,
si tú se los comunicas; 240
que yo espíritu no vi
más cierto, de profecía.
FARAÓN
Pues ¿qué esperáis? Id por él,
a ver si me pronostica
la verdad, como a vosotros. 245
CRIADO
Ya te obedezco.
FARAÓN
¡Id aprisa,
que yo lo voy a esperar!
CRIADO
Pues la Música prosiga.
  —222→  
MÚSICA
¡Viva el magno Faraón! etcétera.
¡Viva, viva! 250
 

(Vanse, con la MÚSICA.)

 


Escena XI

 

Salen la INTELIGENCIA, CIENCIA y LUCERO.

 
INTELIGENCIA
¿Qué te parece, Lucero,
la fuerza de mi desdicha,
pues aquellos mismos medios
que eligió la industria mía
para acabar de ese Hebreo 255
con la aborrecible vida,
se han vuelto medios con que
en más exaltación viva?
Pues ¿quién duda, según Dios
de sus asistencias cuida, 260
que, como vemos, le da
de los futuros noticia,
se la dé también ahora
de lo que le comunica
Faraón? De sus dos sueños, 265
en que vio siete lucidas
Vacas que del Nilo undoso
en verde margen pacían,
pingües, lozanas y hermosas;
a que luego se seguían 270
otras siete tan hambrientas,
delgadas y descaecidas,
que esterilizando el campo,
con voracidad no vista
tragaron a las primeras: 275
y la mayor maravilla
fue que, con tanto alimento,
quedaron tan amarillas,
—223→
tan pálidas y tan flacas
como antes de la ruïna. 280
Y el otro, cuya visión
fue a aquésta muy parecida,
era una fértil macolla
de que brotaban opimas,
ostentando sus verdores, 285
siete fértiles Espigas;
y tras ellas, otras siete
tan mustias y tan marchitas,
que (desmintiendo su ser)
apenas eran aristas: 290
en quien el mismo suceso
de las Vacas antevistas
se experimentó, supuesto
que unas y otras reducidas
a sequedad, no quedó 295
de la abundancia noticia.
Y no ha halládose, entre tantos
Arúspices que adivinan
en Egipto, quien entienda
qué suceso pronostica 300
la ordenación misteriosa
de este numeral enigma:
que claro es que no es forjada
ficción de su fantasía,
la que orden tan regulada 305
guarda entre sí, y tan seguida,
que en dos diferentes daños
dos jeroglíficos pinta,
tan conformes y ordenados,
que uno a otro se confirman 310
de que no es natural sueño;
y claro es que la noticia
le ha de faltar a los Magos,
de lo que ellos significan,
pues lo ignoro yo, que soy 315
la que dársela podía.
LUCERO
Pues ahora, es necesario
—224→
que nuestra atención le asista,
atendiendo a su respuesta
con diligencia más viva. 320
Y pues, como ya he asentado,
no hay distancia que me impida
ni obstáculo que me estorbe,
mira en esta perspectiva
lo que a Faraón responde. 325
LUCERO
Pues oye a la Profecía.


Escena XII

 

Aparece FARAÓN en un trono; JOSÉ, en pie delante de él; y la PROFECÍA, en lo alto, cantando.

 
PROFECÍA

  (Canta.) 

Josef: atiende, escucha
la luz que te ilumina,
que en tu espíritu influye
la sacra Profecía. 330
¡Atiende, escucha, mira!
   A futuros sucesos
abre la interior vista,
y verás los misterios
que el sueño significa. 335
¡Atiende, escucha, mira!
   Tu mente iluminada
vuele sobre sí misma,
pues logras en tu ayuda
asistencias Divinas. 340
¡Atiende, escucha, mira!
JOSÉ

  (A FARAÓN.) 

No soy yo quién te responde.
Dios, Señor, es quien te avisa
que ese sueño es uno solo,
pues lo es lo que significa, 345
—225→
por expresar una cosa
las Vacas y las Espigas:
y es, que serán siete años
tan abundantes, tan ricas
en Egipto las cosechas, 350
que no quepan las semillas
en las trojes ni los hórreos;
pero después, la caricia
del tiempo vuelta en rigores,
y la ventura en desdicha, 355
se seguirán otros siete
tan estériles, que impidan
el sembrarse y el cogerse
en todas estas Provincias.
    Para lo cual, gran Señor, 360
si cuerdo el remedio aplicas,
harás que la quinta parte
del fruto que desperdician
los siete años abundantes,
en trojes apercibidas 365
se reserven, para que,
llegando la carestía,
halle sustento tu Reino.
LUCERO
¡Basta, Inteligencia: quita,
corre de mi entendimiento 370
aquesa mortal cortina,
que no quiero atender tanto
a lo que me martiriza!
 

(Córrese el velo.)

 


Escena XIII

[LUCERO]
Y dime, ya que a éste, Dios
le hace patentes las líneas 375
obscuras de lo futuro,
si habrá podido inferirlas
por razones naturales.
  —226→  
INTELIGENCIA
No, porque a tener premisas,
ya en los aspectos celestes, 380
ya en los vientos que dominan,
o ya en los temperamentos
que diferencian los climas,
o en otras ocultas causas,
que aunque nunca comprendidas 385
son de los hombres, lo es el
efecto que pronostican
(como Egipto experimenta:
pues en la creciente, libra,
del Nilo, el suceso, o bueno 390
o malo, de sus semillas,
conforme al flujo o reflujo
de sus recias avenidas,
lo cual conocen, teniendo
pozos a quienes ministra 395
por ocultos minerales
el Nilo sus aguas mismas:
que si, cuando está creciente,
de los pozos la medida
no pasa de doce codos, 400
esterilidad indica;
si a catorce, moderados
son los frutos; y si arriba
excede de diez y siete,
que será abundante afirman); 405
y si hubieran, como he dicho,
precedido estas premisas,
se pudieran alcanzar,
o ya por ciencia adquirida
o por razón natural 410
o Astrológica pericia,
siendo humana conjetura,
no Revelación Divina,
y entonces yo, mejor que él,
lo alcanzara, y la noticia 415
les diera a los agoreros.
Demás de que no podía
por la corriente del Nilo
—227→
saberse la sucesiva
orden de tan largos años, 420
pues, cuando mucho, podría
hacerse de un año sólo.
Mas ¿a qué fin averiguas esto,
que no es del intento?
LUCERO
Por ver si acaso mis iras, 425
en las edades futuras,
con esas razones mismas
pueden desacreditar
su verdad con mi mentira,
desmintiéndole Profeta: 430
que no faltará quien diga
que fue ciencia natural.
CIENCIA
Su respuesta, prevenida
y frustrada tu intención
deja, pues en ella afirma 435
que Dios es el que responde.
Mas escucha, que en festivas
aclamaciones, el Pueblo
de sí mismo se concita,
diciendo en voz popular: 440

 (Dentro:) 

¡Mande, goce, triunfe y vira!


Escena XIV

 

Sale JOSÉ en un carro triunfal, con acompañamiento y MÚSICA.

 
MÚSICA
El Salvador del Mundo,
que con piedad benigna
ha redimido a Egipto
—228→
de tan grande desdicha! 445
Y así, decid todos,
con voces festivas:
TODOS
¡que mande, que triunfe, que goce y que viva!
MÚSICA
Al que, en humilde traje
oculto, desmentía 450
de su Divina Ciencia
las altas maravillas;
    al que, aunque quiso hollarle
aleve la malicia,
sirvió de que luciesen 455
sus virtudes más vivas,
   llegad a adorar todos;
e hincada la rodilla,
venerad en su cetro
por triunfo las Espigas, 460
repitiendo alegres,
con voces festivas.
TODOS
¡que goce, que mande, que triunfe, que viva!
 

(Da vuelta el carro, y éntrase.)

 
LUCERO
¿Qué es esto, Inteligencia?
Ya me falta la vida y la paciencia. 465
¡Ocúlteme el profundo,
pues decir oigo: Salvador del Mundo!
INTELIGENCIA
No te aflijas; espera,
y que éste es sólo un hombre considera.
LUCERO
¿Y qué importa (¡ay de mí!) que un hombre sea? 470
¿Qué más señales quieres ya que vea
—229→
para hacer la ilación en que me fundo,
de que Dios quiere redimir al Mundo?
INTELIGENCIA
Pues con el triunfo vamos,
porque desde más cerca le asistamos. 475



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