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Babar: revista de literatura infantil y juvenil - Núm. 14, diciembre 1993



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ArribaAbajoSumario

BABAR nº 14. Revista de Literatura Infantil y Juvenil.

Diciembre 1993.

Tirada 500 ejemplares.

Edita: LIBRO CLUB DE ARGANDA.

C. P. «Nuestra Señora del Castillo».

Carretera de Morata, nº 7-Tel.: 874 81 22.

28540 Perales de Tajuña - Madrid.

Composición: EDIPLUS, S.L.

Presidencia: Marta Vidal.

Secretaría: Eva García.

Administración: Rubén Martín.

Consejo de redacción de «BABAR»:

Dirección: Nuria Fernández.

Sección Autor: José Ángel Esteban.

Sección Libro Documental: Vanessa Gordo.

Sección Literatura infantil: Ester García.

Sección Creación: Jacinta Casado.

Sección Libros: Teresa García.

Sección De Cuento: Fernando Martín.

Sección Poesía: Pablo Cruz.

Distribución: Mónica Puentes y David Martín.

Coordina: Antonio Ventura.



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ArribaAbajoAutora: Federica de Cesco

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Federica de Cesco durante su estancia con los Kei Rela.

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ArribaAbajoLibre como el Sol

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Traducción: Mayte Valentí Celaya.
Editorial Juventud.
Barcelona, 1971.

El olor a cuero, el imsad, el sabroso Kus-Kus, el desierto protegido por Alá, Aicha, Chenani... Todos estos recuerdos merodeaban por la mente de Mari Emma.

Ella conocía sus orígenes. Sabía que su verdadero nombre era Elisabeth Wenger, que procedía del continente europeo y no del africano y que sus verdaderos padres no se llamaban Tohra y Amed ag Ralí, pero su actual sentimiento era de identificación con los Tuareg.

No conseguía hacerse a la idea de que un maldito periodista europeo, la quisiera arrancar de su tierra como si de la raíz de una planta se tratase. Sus raíces estaban allí, junto a los Kei Rela. Ella no era ya una europea, era una Tuareg y amaba el desierto igual que los de su tribu.

En el largo recorrido que la protagonista sigue hacia su deseada libertad, se encuentra con diversos personajes: una amistad eterna que la une a Stephanie, un odio infinito hacia Pasquier, y un verdadero y puro amor que siente hacia Chenani.

Mari Emma ante todo ello, quiere conseguir una única cosa: ser «libre como el Sol».

En esta apasionante aventura que nos cuenta Federica de Cesco, conocemos la lucha continua de las tribus africanas por su completa libertad. Nos da a entender el amor que los Kei Rela sienten hacia sus tierras y orígenes y nos da la oportunidad de leer una bella historia.

SONIA DÍAZ CARRASCO



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ArribaAbajoBajo el signo de la llama azul

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Traducción: Germán Merinero.
Editorial: Alfaguara.
Colección: Juvenil Alfaguara.
Serie Roja nº 104.
Madrid, 1984.

Siglo uno antes de Cristo, en la región actualmente llamada Japón. Himiko, la suma sacerdotisa, disfruta de todo el poder sobre Yamatai (al Sur del actual Japón). Para mantener la pureza de sangre real seduce a su hermano Susanoo, y nace una niña, Toyo. Esta, es educada como sacerdotisa de la diosa del Sol, Amaterasu. Susanoo es culpado de provocar la ira de los dioses, y es condenado a la proscripción. Este, como venganza lanza un ataque contra la capital, tras haber forjado la «espada estelar». Pero Toyo predice la invasión, y se gana el favor del joven príncipe de Nimana (Corea), Iri. Susanoo humilla a Iri, pero al enterarse de que su hermana ha caído malherida en combate, tiende la espada estelar. Susanoo es encarcelado, pero al enterarse Toyo de que es su padre le libera para que forme un nuevo reino.

Pero esto sólo son los acontecimientos previos...

A partir de ahí se desarrolla toda la acción de un fascinante libro que no debes dejar de leer.

La narración se caracteriza por continuas e impresionantes descripciones, algunas de ellas te llegarán a doler. La obra tiene un mensaje pacifista y defensor de los derechos humanos.

SERGIO A. GONZÁLEZ CONDE



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ArribaAbajoAnanda

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Editorial: Alfaguara.
Traducción: Mª Teresa Zubiaurre.
Colección: Juvenil Alfaguara.
Serie Roja nº 118.
Madrid, 1984.

Ischi nos cuenta su viaje al Nepal con su amiga Ananda y el padre de esta última, Tobías. Este está muy entusiasmado con la expedición que va a realizar a la montaña que tiene el mismo nombre que su hija, ya que Tobías tiene una atracción especial por esta montaña.

Ananda, por no defraudar a su padre, decide no hablar del miedo que siente ante el viaje.

A pesar de todas las advertencias que les han hecho sobre aquella montaña, Tobías no quiere echarse atrás.

Antes de empezar la escalada pasan unos días con unos amigos, e Ischi nos cuenta con todo detalle las costumbres nepalesas, cómo es la gente, cómo viste, etc. En fin, un mundo totalmente diferente al nuestro, aunque quieran inculcarles las costumbres inglesas.

Todo lo bonito que tenía la expedición lo va a tener también de trágico. Si quieres descubrirlo está al alcance de todos vosotros. Es un libro muy interesante, tras Ischi que es quien nos lo narra, se oculta la pluma de esta gran autora italo-germana.

ITZIAR DÍAZ-MAROTO DE LINIERS



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ArribaAbajoBajo el viento de la Camarga

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Traducción: Mª Teresa de Zubiaurre.
Editorial: Alfaguara.
Colección: Juvenil Alfaguara nº 150.
Madrid, 1986.

La novela de Federica de Cesco, Bajo el viento de la Camarga tiene como escenario la región de la Camarga, al sur de Francia. El personaje principal es una muchacha, Estrella, con un fuerte carácter y una gran fuerza de voluntad. Estrella vive con su padre que trabaja de vaquero. Tras la muerte de éste, Estrella se empeñará en ocupar su puesto, y lo conseguirá.

Pero ser vaquero no es nada fácil, y mucho menos tratándose de una mujer y encima tan joven. Estrella tendrá que enfrentarse a burlas y desprecios, antes de ser admitida entre los hombres como uno más.

Federica de Cesco nos muestra al término de la novela, que la mujer puede ponerse, si se lo propone, a la altura del hombre.

Yo os animo a leer este libro que refleja la dureza de la vida.

PATRICIA LÓPEZ SANZ



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ArribaAbajoLa pista conduce a Estocolmo

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Traducción: Anton Dieterich.
Editorial: Alfaguara.
Colección: Juvenil Alfaguara nº 227.
Madrid, 1986.

Federica de Cesco, nos cuenta la historia de dos chicas que son periodistas, que se conocieron en un aeropuerto y desde ese momento se hicieron muy amigas.

La historia trata sobre estas dos chicas, Tina que es suiza y Emi que es japonesa; tanto Tina como Emi siempre están dispuestas a buscar información para escribirla en los periódicos.

Un día Jean-Paul, el compañero de trabajo de Tina, les cuenta a Tina y a Emi una historia sobre drogas que les podía interesar, para redactar un buen artículo. Tina y Emi deciden investigar el asunto de las drogas con ayuda de Jean-Paul.

Poco tiempo después, Tina y Emi encontraron una carta que les condujo a Estocolmo, allí empezaron sus investigaciones, con ayuda de Jean-Paul, Kazú, el hermano de Emi, que es fotógrafo y de Peck, que es amigo de Kazú. Juntos se ven envueltos en muchas aventuras. Al final descubren a los traficantes de droga.

Este libro lo recomiendo para personas mayores de doce años.

La historia ha estado francamente interesante, muy intrigante; empiezas a leer el libro y quieres continuar leyendo, hasta que te lo lees entero.

MARÍA DEL PILAR FERNÁNDEZ



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ArribaAbajoBajo el signo del sol rojo

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Traducción: Anton Dieterich Arenas.
Editorial: Alfaguara.
Colección: Juvenil Alfaguara.
Serie Roja nº 271.
Madrid, 1987.

Yamatai es un pueblo del siglo I después de Cristo situado en el actual Japón. En él, reina Himico, la sagrada y respetada Reina.

Su hija, la princesa Toyo, es la protagonista principal de este libro. Toyo, para poder sustituir a su madre en el reinado deberá ir a la Isla Sagrada sin ninguna ayuda, para recibir allí, de la mano de la Guardiana del Templo, su educación como sacerdotisa.

Pero cuando ella vuelve de la isla, los Hombres Gavilanes, vecinos de Yamatai, se han revelado contra su pueblo e intentan tomarlo.

Toyo se une a la lucha junto a su madre y los demás hombres, pero durante la guerra, la Reina cae herida por un dardo venenoso.

Es entonces cuando Toyo debe emprender un rápido y arriesgado viaje hacia Nimana, pueblo hermano de Yamatai, para pedir refuerzos y el antídoto para su madre.

A la vuelta, con la ayuda del Príncipe Iri de Nimana y sus hombres consiguen ganar la batalla, pero para la Reina será demasiado tarde.

La cultura en la que nos sitúa la autora, lejana en situación y en tiempo, me parece muy interesante, ya que es muy distinta a la nuestra. Las situaciones están muy bien descritas, con mucho detalle, y da esa agradable sensación de estar dentro del libro.

La acción es lenta y la parte que me ha parecido más interesante y con más ritmo es a partir del viaje de Toyo a Nimana.

Es, sin duda, una buena obra de esta conocida autora.

DAVID SACO RIESCO



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ArribaAbajoEl caballo de oro

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Autora: Federica de Cesco.
Editorial: S.M.
Colección: Gran Angular nº 83.
Madrid, 1988.

Emi, Tina, Jean-Paul y Kazú, son cuatro amigos que viajan a Gran Bretaña a realizar una entrevista a una famosa escritora, que había escrito un libro: El Caballo de Oro, en el que con un poco de ingenio se podía descifrar dónde Sara -la escritora- había enterrado una alhaja con forma de caballo.

Al llegar a su lugar de destino, Padstow -un pueblo de Gran Bretaña-, decidieron ir a tomar un té al «Ceylon Tea Centre».

Allí se encontraron con el Doctor Morningstar, un psicólogo, y Lucy, su nieta, una niña que posee poderes para-normales.

Estos les cuentan que ya casi han descifrado el enigma de la alhaja, cuando Lucy entra en trance, pone los ojos en blanco y comienza a gritar aterrada que ve sangre.

Cuando llegan a casa de lady Sara, ésta les recibe muy alegre.

Pasan los días y comienzan a ocurrir cosas extrañas en la mansión. Kazú descubre que lady Sara no es lady Sara, sino su hermana lady Vera, que en teoría estaba viviendo en Estados Unidos. ¿Dónde está lady Sara? ¿Por qué Lucy veía sangre?...

Lo que en principio parecía una inocente entrevista se convierte en una gran aventura.

Es un libro maravilloso e intrigante que a mí me ha encantado.

Yo recomiendo su lectura a partir de los trece años.

SUSANA VILLALVILLA GARCÍA



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ArribaAbajoPies fríos en primavera

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Traducción: María Dolores Abalos.
Editorial: Alfaguara.
Colección: Alfaguara Juvenil.
Serie Roja nº 370.
Madrid, 1989.

Al llegar nuevo a clase, Raden, un joven asiático, despierta cierta curiosidad en varios de sus compañeros, los cuales se muestran de inmediato interesados por conocerle.

Entre ellos surge una amistad, que les abrirá paso ante los problemas que cada capítulo presenta acerca de las diferentes relaciones familiares que mantienen los cuatro adolescentes protagonistas. Así mismo, a estas dificultades se añaden considerables problemas en torno al mundo de las drogas a los que tendrán que enfrentarse, y en los que Raden les implica de forma involuntaria.

En el transcurso de la novela, estos jóvenes van perdiendo su inseguridad, su incomprensión hacia los demás... actitudes que son comunes en esta época de la vida. Pero lo más importante es que empiezan a confiar y a conocerse a sí mismos.

Federica de Cesco, pretende convencernos de que no hay peor nostalgia que aquella en que añoramos lo que nunca ha sucedido, animándonos a que nos queda toda la vida por delante para conseguir nuestros propósitos... mientras, hay que hacer frente a lo que nos depare el destino.

La autora, concluye esta magnífica novela juvenil, con una excursión estudiantil que los protagonistas realizan a la montaña y en la que viven una experiencia singular, y de la que regresan con algo más que sus «Pies fríos en primavera».

CAROLINA ALDA MARTÍNEZ





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ArribaAbajoLibros Documentales


ArribaAbajoCol. Mundos asombrosos

¿Te has preguntado alguna vez cómo el señor escorpión corteja a su pareja?¿Qué infinidad de maravillosos colores podemos encontrar en la fugaz vida de una mariposa? La editorial BRUÑO nos presenta en su serie «MUNDOS ASOMBROSOS» una amplia gama de sorprendentes criaturas, que introducirá a grandes y a pequeños en el fascinante y apasionante mundo de la fauna, que muchas veces nos puede parecer ideal y fantástica, pero siempre de una singular belleza.

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Asómbrate observando el luminoso desfile que sutilmente nos ofrece uno de los más hermosos animales que podrás contemplar en «Asombrosas aves»: el pavo real, cada vez que este despliega su cola. ¿Sabías que mamá elefanta conserva su bebé en la manada familiar, guiada por la hembra más grande llamada matriarca? En «Asombrosos mamíferos» se te abren las puertas del mundo de esta especie y de muchas otras. Déjate atrapar por la dulzura y suavidad de la tela que una diminuta araña puede llegar a trenzar, como se te mostrará en «Asombrosas arañas». Pero ¡cuidado con los venenosos colmillos de las víboras, y los «cariñosos» abrazos de la pitón, porque según «Asombrosas serpientes» pueden costarte la vida!

«Asombrosos sapos y ranas» nos ilustran con una divertida paradoja (entre otras cosas), que trata sobre la «rana paradójica», que a lo largo de su vida en lugar de crecer, disminuye de tamaño. ¿No es increíble?

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Con «Asombrosos felinos aprenderás a no temer el potente rugido o la larga melena del león, sino al sigiloso paseo de su pareja, que es quien se encarga de traer la comida al hogar, aunque el macho siga siendo el feroz rey de la selva.

El camaleón es poco hablador, así que si quieres saber cuál es su humor, deberás observar el color que adopta. Podrás aprender aún mucho más en «Asombrosos lagartos».

¿Has probado la comida japonesa? Si lo haces, asegúrate de que el pez globo ha sido despojado de todo su veneno, pues cada año mueren por esta causa 20 personas aproximadamente, según se afirma en «Asombrosos animales venenosos».

Esta original colección, cuyas detalladas ilustraciones se distribuyen de una forma atractiva, que tú mismo descubrirás, te invita a asombrarte al contemplar otros muchos animales, como las mariposas, los monos, los peces y los reptiles. Todos ellos están a tu alcance con la simple apertura de un libro.

Nosotras hemos disfrutado mucho conviviendo con la multitud de seres que «MUNDOS ASOMBROSOS» nos presenta, que aunque no se trata de un diccionario enciclopédico, muestra aspectos muy interesantes de la fauna mundial, por lo que es imposible que te aburras mientras tengas alguno de estos catorce volúmenes entre tus manos.

MÓNICA Y BEATRIZ RUIZ RUIZ



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ArribaAbajoColección Grandes pintores para niños

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Los seis protagonistas de la colección «Grandes pintores para niños» publicada por Ediciones B, decidieron desde muy pequeños que lo que realmente les atraía era la pintura. A pesar de estar muy separados cronológicamente y de haber vivido en distintos ámbitos sociales, todos supieron plasmar en un lienzo cómo sentían la vida, la naturaleza, el hombre o sus propios sentimientos.

A través de tres de sus más famosos cuadros, los libros intentan mostrar la evolución de cada uno de los pintores, así como sus tendencias artísticas, la influencia de la sociedad o sus técnicas. Retrocediendo en el tiempo, llegamos al Renacimiento, la época donde el polifacético Leonardo Da Vinci desarrolló sus múltiples inquietudes culturales y artísticas.

De entre todas sus obras la más conocida es, sin duda alguna, «La Gioconda». Esa dama con la misteriosa sonrisa que a todos fascina y que persigue con su mirada a todo aquel que la contempla. La tenue luz del anochecer y el lejano y sombrío paisaje resaltan su belleza y calma interior.

En el «AVE» del tiempo nos introducimos en la ciudad que vio nacer y crecer a uno de los más grandes pintores españoles, Velázquez. Este pintor cortesano, que se nos aparece, a veces, en sus propios cuadros, llegó a ser una de las principales figuras de la corte. Demostró en «Las Meninas» su enorme talento a la hora de dar sensación de profundidad; en «Las Hilanderas» o «La vieja friendo huevos» mostró su interés por los temas de la vida cotidiana.

En el siglo de oro de la pintura holandesa brilló con luz propia un pintor llamado Rembrandt. Este genial holandés plasmaba con gran autenticidad realidades muy diversas. Su mayor habilidad consistía en expresar el estado anímico de los personajes retratados.

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En este pequeño viaje por la historia, entramos en una época de cambios: Revolución Francesa, Declaración de Independencia de los E.E. U.U., etc. Es en este periodo donde se nos incorpora un nuevo talento: Goya.

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Fue el pintor realista por antonomasia, pues pintaba todo sin esconder nada, incluso los defectos de la reina fueron admirados por ésta. Supo adaptarse a la vida de la corte, donde sentía que ningún otro pintor podía superarle.

Y por fin nos apeamos en el siglo XX para analizar uno de los más admirados pinceles de nuestra época, Pablo Picasso. Este artista creó una nueva tendencia revolucionaria: el cubismo, a través de la cual reflejó toda su personalidad. Con el «Guernica» simbolizó el horror de la Guerra Civil Española.

Por último y muy próximo a nuestros días, vivió Joan Miró. Sus cuadros se alejan de la realidad que tradicionalmente había sido la protagonista de las obras pictóricas y se sumergen en un mundo donde la imaginación juega libre, ofreciendo numerosas interpretaciones.

En estos originales álbumes, dirigidos a los pequeños, cabe destacar las ilustraciones y los comentarios sobre los cuadros que permiten descubrir detalles que pueden hacerse invisibles a primera vista. Todos ellos siguen siempre el mismo esquema: en primer lugar, presentan al pintor protagonista con un lenguaje bastante sencillo y accesible. A continuación se analizan tres obras para pasar a explicar pequeñas curiosidades sobre la vida del artista.

Si te interesa la pintura no dudes en consultar cualquiera de estos álbumes pues te ayudarán a conocer mejor los grandes genios que siempre te han atraído. Y si decides que lo tuyo es el pincel ¡adelante!

VANESSA GORDO Y EVA GARCÍA





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ArribaAbajoLiteratura Infantil


ArribaAbajoEl gato y el diablo

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James Joyce.
Traducción: Julián Ríos.
Ilustraciones: Mabel Piérola.
Editorial Lumen.
Barcelona, 1993.

Los habitantes del pueblo de Beaugency, tienen un problema: ¿Cómo pasar al otro lado del río Loira?

Esto llega a oídos de un diablo muy singular que pacta con el alcalde. Construirá un puente si a cambio el primer habitante que lo cruce pasa a ser de su propiedad.

Lo que el diablo no sospecha es que será burlado.

¿Quién será el primero en cruzar el puente? Este es un original cuento escrito por James Joyce, sí, el mismo Joyce que escribió el Ulises, Dublineses, etc... y que nos tiene acostumbrados a un complicado lenguaje. Esta vez nos sorprende con una historia sencilla que escribió especialmente para su nieto.

El libro además viene ilustrado con enormes y ocurrentes dibujos en blanco y negro de una extraña belleza, por Mabel Piérola.

MARTA VIDAL



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ArribaAbajoLa clase de dibujo

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Tomie de Paola.
Ilustraciones del autor.
Traducción: Juan González Álvaro.
Editorial: Everest.
Colección: Rascacielos.
León, 1993.

Desde muy pequeño Tommy había sentido unas terribles ganas de pintar. Nada le gustaba más. Estaba muy ilusionado por empezar el jardín de infancia pero las cosas no eran tan bonitas como las imaginaba.

Tomie de Paola critica cómo el sistema de educación entiende a Tommy, un niño entusiasmado con el dibujo y que empieza a recibir las primeras normas de la «educación» limitándole: el espacio, la fantasía y el material.

El álbum va ilustrado, con unas sencillas láminas que desprenden toda la ternura e inocencia de una infancia que podría ser la tuya. Está dirigido tanto a un lector infantil, que puede identificarse con Tommy, como a un público adulto que capte el mensaje crítico que el autor pretende transmitir. ¡Ah! Tommy siguió y siguió pintando.

JACINTA CASADO TALADRIZ



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ArribaAbajoLa Torre de Zoe

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Paul y Emma Rogers.
Ilustraciones: Robin Bell Corfield.
Traducción: Esther Roehrich-Rubio.
Editorial: Kókinos.
Madrid, 1993.

La Torre de Zoe bien podría acaparar un solo calificativo: enigmático.

Este libro escrito por Emma y Paul Rogers e ilustrado por Robin Bell Corfield, nos relata el paseo de una niña desde que sale de su casa hasta que llega a una torre a la cual ha bautizado con su nombre: Zoe. Desde allí observa todo el paisaje y acto seguido, vuelve de nuevo a su hogar.

Esta es la historia en sí, sencilla y encantadora. ¿Por qué encantadora? Porque las palabras son completadas por los bellos y diversos tonos paisajísticos que adornan toda la obra y además, esas mismas palabras se encuentran envueltas en una atmósfera que atrapa al espectador y si se descuida, lo hipnotiza. Zoe nos quiere hacer saber a los mayores que las cosas son sencillas e íntimas y sobre todo que hasta la cosa más rutinaria o repetitiva como puede ser dar un paseo, puede hacerse con ese aire de solemnidad que todos los niños saben captar. En definitiva, un libro recomendado para pequeños y para aquellos que no lo son tanto. Desde mi punto de vista es una historia con tan poca acción, que puede pasar desapercibida para muchos y resultar incomprensible para los niños. Vale la pena leerlo debido a las muchas interpretaciones que se le puede dar. Os invito a ello.

CAROLINA RUIZ



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ArribaAbajoLa familia de Mic

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Miguel Ángel Pacheco.
Ilustradora: Ana López Escrivá.
Ediciones Destino.
Barcelona, 1993.

Mic convive con una familia un tanto extraña. En ella nos encontramos personajes como: su hermana mayor que tan solo pesa 30 gramos y mide 10 centímetros, y la pequeña que pesa 20 kilos con sólo 6 meses. Sus padres son iguales que los nuestros aunque tienen la casa llena de gatos y perros pues les quieren mucho y recogen a todos. Tiene dos abuelas, una que sabe volar y se escapa por las ventanas para estar junto a los pájaros y la otra se dedica a vender trozos de arco iris. Uno de sus abuelos es pirata y el otro lleva años reconstruyendo los planos de la torre de Babel. Su tío fabrica agujeros y su mujer prepara a su loro para que llegue a ser un gran académico de la lengua. Tienen tres hijos: la chica mayor mantiene un profundo sueño, pues espera su príncipe azul y sus dos hermanos gemelos que sólo pueden comer uno fuego y otro agua. El hermano mayor de su padre es vampiro y vive apartado de la sociedad. Mic es un niño muy normal, sensato y muy sincero, que nos presenta a su familia porque le parece increíble todo lo que le rodea y necesitaba contarnos la pura verdad.

La familia de Mic es un álbum de pastas duras, el texto es muy escueto y está escrito en letra grande. Predominan principalmente las ilustraciones de Ana López Escrivá, utilizando una técnica mixta en la que podemos apreciar la sutileza que los pasteles necesitan y la ternura que con una buena pincelada consigue.

Este libro ha ganado el premio Apel-les Mestres 1993, ello es importante pero no esencial, porque lo que realmente interesa es que la imaginación fluya, no sólo en los niños, sino en todas las personas.

Gracias a Miguel Ángel y Ana retomamos el camino que nos conduce a una quimera, repleta de ilusiones, alegrías, sorpresas, pues quizás es lo que siempre buscamos y lo que nunca encontramos. Es bonito pensar que existe un Mic en cada uno de nosotros, podríamos hacer tantas cosas...

Pero aún tengo una duda: ¿Los niños siempre dicen la pura verdad?

MARIOLA RODRÍGUEZ





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ArribaAbajoTres relatos

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Ilustración de Giri Sliva.

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ArribaAbajoLas edades

«Es así que Whitman gozaba de una buena salud...»


André Gide.                


1

¿Estaría obligado a relatarle todos mis errores y culpas? Puede que no me escuchase, no son más que causas encadenadas que me han traído hasta aquí, ya que muchas veces pensé que la libertad era parte y responsabilidad de uno mismo, una facultad para desarrollar con independencia, la razón de la existencia para unos, la incomodidad del pensamiento para otros.

Iván seguía, a veces como hasta ahora. Parecía un bebé sucio de canas, trajeado, con demasiado color en los ojos, y es esto lo que se deja estar con el tiempo perdido. No son tiempos de fotos del colegio, donde nos veíamos plasmados trágicamente, como clavados y esposados. «Sagrado Corazón». Asistíamos con el total fanatismo de hacerles la tarea un poco más dura a los pedagógicos lutos de las carmelitas que casi a diario nos tenían en boca del claustro. Siento a veces cuando doy un momento la vuelta a esa antigua foto descolorida, confusa entre tantos rostros, que Iván ha vuelto a marcar el paso, el del pelo revuelto y sucio por el barro de las calles donde él y yo rodábamos esparciendo nuestros instintos provocativos, los ojos avispados vigilando el mínimo desconcierto, como en pleno vuelo, él todavía surcaba y lo siguió haciendo durante algunos años, nuestro cielo tan visto, tan leído desde los tejados, testigo de metas y rencores, nuestro techo dejuguete que iluminaba estas caras marcadas por la desidia.

Después de interminables cesiones de desahogo mutuo, peleas, revolcones y risas, solíamos comparecer ante el frío muchas noches, frente a frente sentados en troncos hinchados y húmedos. Era casi una ceremonia sagrada, todo un protocolo ineludible que llevábamos a cabo en silencio, conocedor cada uno de su papel y sus estudiados movimientos. Después de destapar con solemnidad nuestro «mármol del respeto» y sacar un atado de cigarros también húmedos y pastosos, fumábamos   —23→   a trompicones disimulando nuestro malestar. Las blancas nubes que se destacaban sobre ese fondo profundo que era nuestro tan querido cielo, ahora distante y tenebroso, iluminaban la ceremonia como cirios derretidos que goteaban sin prisa suaves y casi imperceptibles gotas de fino licor que nosotros degustábamos con total dedicación, exponiendo nuestras turbias fauces, en actitud quejumbrosa, hacia aquel que escanciaba su néctar transparente. Nuestra boca se encharcaba, rebosaba felicidad, sereno placer, hasta que, como vasos que se vuelcan sobre el blanco tapete, girábamos nuestros cuellos doloridos para derramar el líquido mezclado con nuestra pura saliva sobre el sedoso musgo. Manteníamos nuestras risas rasgando la niebla estrepitosamente durante instantes que a nosotros nos gustaba llamar «edades». Las edades de la risa y el llanto se mitigaban lentamente, ensombreciendo nuestros labios.

Ese era el momento de las reflexiones en voz alta, el viaje por el tiempo que nos convertía en firmes-personas-maduras con papel en este juego «mi vida ha tenido demasiados ratos de agitación. Simón, creo que ha llegado este esperado triunfo en el que nunca te volcaste. Ahora sé lo que siento, y lo afronto».

Días después le conocí. Tenía un pálido brillo bajo los párpados, y su escaso cabello se recortaba sin orden en intrincados remolinos, su pelo parecía un mar de hojaldre, encrespado bajo esa fuerte luna de julio. Su cara rasurada de la poca y débil vida era mate y firme, sin rastros de incertidumbre, sabía agazaparse, atento, y ser el fugitivo que muchas tardes iluminaba nuestros blancos ojos.

No podía ser él, pensaba, pero nunca se lo dije a Iván. Desde que le conocí con ganas supe que Sauhma sería la noche más larga, la quimera inalcanzable que poblaría todos los pensamientos de mí, ya con el tiempo, hermano.

  —24→  

2

Ahora sus ojos tenían la misma ilusión que entonces, todo su porvenir concentrado en dos cálidos focos que hace años me pidieron silencio y dijeron que para él las primaveras serían llanto y homenaje, la sonrisa, pálida conmemoración de su ya caduca alma y que yo sería su último vestigio en este viaje sordo. Se marchaba, huía hacia las cumbres que abrigaban su sinrazón. Estaba dispuesto a olvidar que él nunca fue témpano en la masa, no una mirada vacía interrogando al presente, parecía cansado de mirar hacia adelante, pero no sabía jugar de otra manera. Su vida no vivida era lo que le impulsaba a seguir con ánimo oculto, y efímera seguridad en lo suyo. «Yo nunca forjé un blindado para combatir, mi lucha fue mi desgracia, lo sé, no hay que saber que uno fue algo que se perdió con el momento y concibo esto como mera supervivencia, no puedes imaginar cuánto me ha costado».

La caída se produjo como suelen pasar las horas, sin prisa pero con inevitable seguridad.

«La caída fugaba mis luces entonces cuando partió».

Y con serenidad inconstante, zarpó con puerto de destino, navegó contra el hielo que fundiría su desazón de antaño. Estaba sembrando su tierra, eso era lo único de lo que Iván se alegraba, y esperaba recibir algo amable, candor, fuga...

De vuelta a mí, detuve la catástrofe y envidié aquel infantil abrigo que nunca compré, mi maltrecha tumba situada en mi propio jardín, aunque verde poblado de flores, se abrió hace algún tiempo bostezando por mi ausencia.

Con el silbido profundo desperté súbitamente, oyendo a Iván rematar mi verdad «ya sale el tren, y lo sé».

Le va toco buwe.

PABLO CRUZ



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ArribaAbajoEl santo negro

Bien podría haber sido aquel su último combate.

Apenas un cross de izquierda, algún tímido gancho exagerado y otros tantos golpes ciegos que dieron la suficiente confianza al contrincante para tumbarle en el tercer round.

Durante toda la velada -también el resto- Abdú mantuvo esa expresión titánica que únicamente le es concedida en suerte a aquellos que se saben condenados de antemano, envolviéndoles suavemente, magníficos e hipnotizados, como un manotazo ampuloso y demente, tercamente aureolado de un orgullo impertinente e infantil que les rescata y les salva, por el que son rescatados y salvados en un último instante. Pudo ser la postura sonriente de él, ridícula también por su encanto, imperdonable, que pareció haber sido copiada de la escena de algún retablo, en el rostro incólume y calmoso de los santos que tanto le impresionaban, a él, que estaba más deslumbrado que un manojo de niños haciendo muecas.

Reflexionó seriamente sobre la gracia de la situación: el culo alzado, el rostro congestionado por la vergüenza.

La multitud aplaudió como una torcedura desobedecida, tronando al borde del cataclismo los desperdicios de su suerte.

«Yo, criminal, el más honesto de los hombres y cegado de las hemorragias, me desplomo insolente, casi distraído, estudiando mi caída en un salto repentino y espantado, aturdido como una lengua taimada de sudor y peste...

Solapo mi estupro verbal y voluptuoso sobre los brazos de un dios tan subterráneo como ignorante, reforzando mi trazo y su milagro como un émbolo superior de salivazos.

Yo, criminal, ¡Me declaro inocente!».

Abdú, único killer, carcajada mal pronunciada, descuella tu jeta terrena en este mismísimo altar.

Porque él era un ángel derrochando cielos, en verga dura, (¡Me encanta esta farsa!) y había caído estrujado contra la lona: el pene erecto (como mueren los ahorcados), la boca torturada, el gesto erguido, el cuerpo entero aún cabeceando sobre las cuerdas que retuercen, balancean, esculpen, chupan, tiran y aflojan como un charco de nortes y bujías sobre la mole calurosa de su enorme musculatura...

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¡VENDO CUERPOS DERROCHADOS EN LA GLORIA Y SUS ENTRAÑAS DE SAL!, crispados en toda su alma por la rabia que arde y bambolea, respetuosos y traicioneros con la vida, asaltadores, hermosos manojos de estrellas de carnaza, diferentes, «estrellados».

Soy vendedor de estos cuerpos y estos corazones en saldos o al contado.

Y tiene gracia verle allí tirado, corpóreo, retozando silencioso en toda su gloria, y pálido, pues ha descubierto algo de tal herencia que ni él mismo pensó jamás en encontrarlo.

Absorto en la visión de su claridad. ¡Bello y lúcido como el increíble sexo de los ángeles!

Debo señalar «inmediatamente» la precisión de esta comedia, pues este púgil, un auténtico fajado, estaba representando a voz viva una de las más hermosas frases que se puedan pronunciar: nada impúdica, nada dramatizada, nada de parloteo, «declamando todo su cuerpo derrochado en gloria». Todo entero, pleno de iluminación eléctrica y fecundidad.

Una derrota que le envanecía y exageraba su cólera como la despedida de un asesino que va a ser ejecutado en público y, en el último momento, se jacta de la belleza de su crimen y escupe por vez primera sobre la multitud que desea amarle en su venganza. ¡Y se exhibe en público desvergonzado!

Tendida sobre el ring su estatura resplandece como una enorme piedra miliar. Los flancos fértiles por el sudor adiamantado, turgentes y vírgenes. La frente endurecida de vitriolos y encajes de carne. Semejante a los ídolos sedosos de una noche azteca y veloz.

Poblado de goteras y de estrellas.

Misterioso como esos cuadros flamencos que representan jardines lechosos delatados en su negrura por un ungüento de luz y mármol. Beatos.

Los hombres de este tamaño deberían descansar incrustados en grandiosos escaparates de formol para que, de este modo, el resto del planeta pudiese admirar celoso la hermosura de su ensueño.

Sería gratificante que mostrasen todo su esplendor y que éste planease como un aviador kamikaze enjaulado en sangre (nueva sangre renovada) la locura de los concurrentes, exorcizándoles.

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Desenvuelve, desenvuelve saltando grosero, camaleónico, sobre la plataforma de su visión. Su cuerpo humano y físico; ella canta aleluyas descubierta echando carne a los restos, por los restos. Amén. Recién salido de este lodazal de abucheos tiene ya la sólida composición de estructuras, finge haber no nacido, para después asestar disimuladamente, descaradamente el golpe de gracia sobre aquellos que aclaman enardecidos; y atraviesa las cuerdas, y vuelve, retrocede, se exhibe... ¡Se hace mágico y elástico hacia su propio sabor! -Experimento mi propia temperatura, digo, muerdo, ruedo, retuerzo, fornico-. O seamos el diablo. O no nos desgastemos en esfuerzos, digo, muerdo, ruedo...

Resolvamos que pierdo su pista. En los vestuarios. La pista de los santos. Es así como se pierde también la señal de los recorridos demasiado rápidos.

«Una lógica destrucción alcanzando el tono adecuado de silencio. Una perfecta síntesis de clarividencia».

¡ZAS! Quiero baremar la corriente que se avanza, tan tenue, tan tierna, tan descorchada.

Ella canta aleluyas descubiertas.

Eacute;l canta también aleluyas descubiertos. Sin agonía ni flema. Y si no fuera por su voluntad de odio, cualquiera podría pensar que se había enamorado. Pero solo estaba borracho y una borrachera no beneficia el amor; acentúa la sexualidad, exalta el odio o, por lo menos, el desprecio, su hermano pequeño. Un soberano desprecio. Pero jamás el amor. De todas formas, es el asco la fórmula del odio, el primer indicio de amor, el escalón en el que se desata su carrera contra natura de rechazos. Cubro las perfecciones, descubro al héroe y sueño cada día y cada noche con mi propia impostura. Únicamente. Estoy dentro del combate pero no golpeo, contemplo entusiasmado las rencillas; fluyo en su nervio, salto en su elasticidad, en sus muelles, como un chapoteo viril y cenagoso. ¡Mierda, golpeo!

Y todo esto es la sangre o la falta de sangre.

Recuerdo la letra de la canción: «Un amanecer como una nariz sangrante»

Y añado que aquí huele a clínica.

¡Vuelta a comenzar!

¡Me río, me río ¡Me destornillo como un pantacruel libidinoso! Y si soy un angelote... ¡Que comience otro!

«...a nuestra herencia no le precede ningún testamento» R. Ch.

¡En marcha! ¡A mí la legión!

JOSÉ ÁNGEL ESTEBAN



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ArribaAbajoLa niña, el palacio y la araña

Hubo una vez, en un frondoso y tupido bosque, una niña. Vivía en él y se había construido en uno de los más altos árboles un pequeño nido, semejante al de sus amigos los gorriones. Su nido estaba hecho de ramitas secas y hierbas que le habían dado sus amigos los topos, sacadas del fondo de la tierra.

A la niña le gustaba ver amanecer, se despertaba todos los días con los primeros rayos del Sol que se dejaban posar delicadamente en sus mejillas. Y al atardecer, veía cómo se ocultaba el Sol, tras los montes, escuchando el suave rumor de las hojas de los árboles, chocando entre sí, y el cantarín sonido de un riachuelo de agua que pasaba cerca de su nido. Era feliz.

Un día, la niña, cosía su vestido con finos hilos, hechos de raíces de árboles, cuando de pronto vio aparecer una serpiente. Era vieja y fea, de color marrón, con motas amarillas y rojas. La niña se asustó tanto que, salió corriendo despavorida, dejando caer al suelo su pequeña aguja y el fino hilo de raíces. En su carrera, no se dio cuenta de que se adentraba en el lugar más oscuro y sombrío de todo el bosque, donde nunca antes había estado. Pero una vez allí, decidió investigar lo que aún no había visto.

La vegetación era casi inexistente, lo único que allí abundaban eran las hojas secas, esparcidas por el suelo, y los altos árboles, con sus retorcidas ramas, no permitían el paso de los rayos del Sol. No parecía haber nada más que ver, así que la niña decidió salir de allí cuanto antes, pues le daba escalofríos la vista de aquel espectáculo. De pronto, y como surgida de la nada apareció ante los ojos de la niña una araña. Ésta no era una araña corriente, tenía doce patas, dos ojitos pequeños y un hermoso pelaje, de cierta tonalidad rojiza y una especie de aureola invisible.

-«Hola niña» -dijo la araña.

-«Ho... hola, araña» -dijo la niña.

-«Te estaba esperando» -se apresuró a decir la araña.

-«Si... ¿sí?» -intentó preguntar, aún sorprendida, la niña.

-«Ven, sígueme» -dijo la araña.

La niña, como empujada por una fuerza poderosa, siguió a la araña, que a pesar del misterio envolvente, inspiraba confianza.

  —29→  

No tardaron mucho en llegar a su destino, y de pronto, una luz blanca, iluminaba sin deslumbrar con gran intensidad, el suelo, blanco, que también era de nubes, que parecían hechas del más puro y fino algodón del universo entero, y al fondo de todo esto, se divisaba un enorme palacio. Este palacio no era como ninguno de los que se habían visto hasta ahora. Paredes de cristal, techos de cristal, cristal, cristal. Todo era de cristal. El más fino, casi invisible, dispuesto con la mayor nitidez que jamás se haya conseguido, estaba allí, en nubes de algodón, formando un magnífico palacio.

A la niña le gustó tanto todo aquello que con el permiso de la araña se quedó a vivir allí.

La niña era muy feliz viviendo en el palacio, pero un día se dio cuenta de que en el palacio existía una habitación que no era de cristal como las otras, sino que era oscura, estaba cerrada y aquello le empezó a intrigar mucho. Al día siguiente, con gran sorpresa, pudo observar cómo la araña, hacía su aparición, saliendo de aquella habitación. La curiosidad en la pequeña mente de la niña empezó a crecer y se adentró al descubrimiento. Así pues, un buen día vigiló a la araña. Cuando ésta salió de la habitación y aún no le había dado tiempo para cerrar la puerta, la niña salió como si de un fantasma se tratara de detrás de un mueble contiguo, y ante el estupor de la araña, la niña entró en la habitación. De nada sirvieron las negativas de la araña. La niña ya había entrado.

Lo primero que sintió la niña era frío, un frío cortante, insoportable, para después pasar a una sensación de bienestar. La visión era magnífica, veía lo que siempre había deseado ver anteriormente, su pasado, viéndose a ella misma, rodeada de sus amigos en el bosque. El presente, donde comprobó que su imagen y ella misma estaban allí. Y por último el futuro... donde ya no se vio nada más, sólo se podía apreciar una oscuridad completa, impenetrable, silenciosa.

Ahora, lo único que queda, es un lugar vacío en el bosque de frondosos árboles, y en uno de ellos un nido, hecho de hojas y hierbas secas, soplando una ligera brisa, haciendo rumorear las hojas de los árboles.

FERNANDO MARTÍN





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ArribaAbajoDe Cuento


ArribaAbajoEl urogallo

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Michel Tournier.
Traducción: Lourdes Ortiz.
Editorial: Alfaguara.
Madrid, 1988.

El Urogallo está formado por 14 cuentos dirigidos fundamentalmente a los jóvenes y a aquellos que no envejecen con el tiempo. Algunos cuentos están inspirados en novelas de aventuras, en cuentos tradicionales o en relatos bíblicos.

En «El fin de Robinson Crusoe» nos encontramos un Robinson alcohólico que deambula de tasca en tasca contando cómo invirtió toda su fortuna en regresar a su añorada isla pero que por extrañas razones no pudo encontrar.

«La familia de Adán» parte del relato bíblico de Adán y Eva, pero aquí Tournier modifica los acontecimientos y da su propia visión. «La fuga de Pulgarcito» comienza como el cuento tradicional, pero esta vez no son los padres quienes abandonan a sus hijos, sino que un hijo, Pedro, decide abandonar a su familia porque ésta ha decidido irse a vivir a la ciudad. A Pedro esta idea no le gusta y se fuga. Al anochecer llega a casa de un viejo hippie, allí pasa la noche con el extraño hombre y sus siete hijas. Durante la velada el hombre les cuenta lo que él cree que es la filosofía de los árboles. Mientras habla, los niños fuman unos extraños cigarrillos. Tras esto se van a la cama y continúan los niños solos la fiesta. Al amanecer aparece la policía y detiene al hombre, junto a la policía va el padre de Pedro.

Todos los cuentos están escritos con un lenguaje sencillo y ágil. La religión, la tolerancia, el sexo y la muerte son algunos de los temas principales del libro.

DAVID MARTÍN



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ArribaAbajoEl lobo-hombre

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Boris Vian.
Traducción: J. B. Alique.
Editorial: Tusquets.
Barcelona, 1993.

El lobo-hombre son trece historias para ser leídas con malas intenciones, sin ningún tipo de prejuicio ni reparo que las moje en su salsa, trece historias, ante todo, molestas, burlonas y de mala sangre.

Sobre todas ellas planea el brillante humor mordaz cínico y corrosivo de Boris Vian siempre envuelto en el escándalo, y muerto prematuramente en 1959. Consigue en ellas, extraer de lo más simple toda una madeja de acciones ampulosas y descaradas.

En «El lobo hombre», el primero de los cuentos, nos narra la historia de un pobre lobo, tímido y poca cosa, al que la única atracción que le ofrece su bosque es poder ver a las parejas mareándose entre los setos durante su paseo digestivo. A causa del infortunio de su desdichado destino, se verá transformado en hombre cada luna llena, con la posibilidad de degustar los mundanos placeres del mundo civilizado.

En la mayoría de los cuentos, al igual que en otras historias del autor, es importante el papel de la policía, «esos bípedos que circulan emparejados y vestidos de azul oscuro», cuya solemne e inevitable función será la de merodear a los personajes. Así es, por ejemplo, en «Las murallas del sur», donde el sableador Mayor y los incrédulos Bison (el propio Vian), Bisonne y Bisonette, quedarán atrapados por una especie de hilarante aparato burocrático y policial que entorpecerá su intento de veraneo, viéndose así fatalmente avocados a evitar a toda costa el rastreo implacable de la justicia.

En la mayoría de los casos los personajes quedarán sometidos a las más grotescas y ridículas situaciones, con lo que, al igual que en novelas como Escupiré sobre vuestra tumba o Con las mujeres no hay manera el humor negro jugará un importante papel como vía de escape para el absurdo. Este es el caso de «Los perros, el deseo y la muerte», el cual apareció firmado con el pseudónimo de Vernan Sullivan (también utilizado en los libros antes citados) que narra las hazañas de una cantante de Brooklyn que tiene la emocionante afición de atropellar perros... y más. La situación absurda, la anécdota, el humor chorreante y la burla son los ejes principales de estas narraciones, de las cuales no escapa nada ni nadie, ni siquiera el iluminado protagonista de «El pensador».

JOSÉ A. ESTEBAN



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ArribaAbajoCuentos orientales

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Marguerite Yourcenar.
Editorial: Alfaguara.
Traducción: Emma Calatayud.
Madrid, 1993.

Cuento. Lo que el diccionario como «breve narración de sucesos ficticios y de carácter sencillo hecha con fines morales o recreativos» se transforma con Marguerite Yourcenar en un mundo mágico de fantasía, ilusión y ensueño.

Esta novelista belga nos presenta en su libro Cuentos orientales, diez cuentos (en toda la amplitud, y el encanto de la palabra) ambientados en Oriente, e inspirados -según la propia autora- en fábulas, leyendas y canciones de estas tierras. El relato «El último amor del príncipe Genghi» se basa en un texto de la literatura japonesa del siglo XI, «Genghi Monogarati» y nos narra un episodio de la trama contra el príncipe japonés, al que en su momento alude la autora en el relato: la muerte del propio príncipe Genghi.

Los cuentos que forman el libro son:

«Cómo se salvó Wang-Fô», «La sonrisa de Marko», «La leche de la muerte», «El último amor del príncipe Genghi», «El hombre que amó a las Nereidas», «Nuestra Señora de las Golondrinas», «La viuda Afrodisia», «Kali decapitada», «La muerte de Marko Kralievitch» «La tristeza de Cornelius Berg».

Estos no son «cosa de niños», son relatos que a los más creciditos nos maravillan; en mayor medida, cuando se trata de cuentos de una calidad como los que nos encontramos en este libro: el pintor que se pierde en su propia obra y consigue salvarse de la muerte, el amor de una madre más allá de seta vida, la leyenda de una pequeña capilla griega... Temas todos ellos que nos envuelven y en cuya redacción podemos observar los rasgos más característicos de la escritura de Marguerite Yourcenar: sobriedad de estilo, sutileza de pensamiento, y sobre todo la «creación de una figura humana», con todo lo que ello entraña.

NURIA FERNÁNDEZ CONEJERO





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ArribaAbajoLibros

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Ilustración de Miroslav Barták.

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ArribaAbajoEl Príncipe de la Niebla

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Carlos Ruiz Zafón.
Ilustración: Constantino Gatagán.
Editorial: Edebé.
Col. Periscopio nº 11.
Barcelona, 1993.

Carlos Ruiz Zafón nos presenta la historia de los Carver, una familia que decide pasar el verano en una casa de un pequeño pueblo a orillas del Atlántico. El nuevo hogar de los Carver está lleno de misterio. Jacob, el hijo de los antiguos propietarios murió ahogado en extrañas circunstancias. Ahora Max, Alicia y Roland van a intentar aclarar el enigma de su muerte. Ayudados por el Príncipe de la Niebla, un espeluznante personaje que, a cambio de un alto precio, es capaz de conceder cualquier deseo.

El anciano Victor Kray, abuelo de Roland, desvelará numerosos secretos de su juventud relacionados con El Príncipe de la Niebla, lo cual contribuirá al esclarecimiento de los misterios.

Lo que más me ha gustado de este libro es la fantasía con la que el autor relata las aventuras de los tres protagonistas. Si te interesa conocer cuál es el final de este emocionante libro y te apetece pasar un rato realmente agradable no dudes en leerlo, te gustará.

ANA M. GARCÍA



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ArribaAbajoDidrik

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Christina Herrström.
Traducción: Deerie Sarriols.
Editorial: Juventud.
Barcelona, 1992.

Didrik es un chico de doce años cuya mayor afición es tocar el piano. En su casa, su padre, ansioso de que asista a clases para que consiga aprender a tocar, se opone a la idea de tener un piano para que Didrik lo «aporree» sin ton ni son. Su madre, a la cual Didrik jamás ha visto perder la paciencia, es una mujer tranquila y sosegada. Y su hermana Ebba, más pequeña que él, no entiende por qué a su hermano le apetece estar en ciertos momentos sólo con su piano.

De repente conoce a Yrla, una joven de 22 años alegre y dinámica que está pasando una temporada cerca de la costa junto a su amigo Teofil. A partir de ahí, Didrik, totalmente fascinado por la bella muchacha, solo tendrá ojos para ella, lo cual molestará bastante a Tova que, enamorada de Didrik, piensa que su amor será correspondido muy pronto. Junto a estos personajes se mezclan, entre otros, Rubén, compañero de clase que se muestra celoso de Didrik a causa de lo que Tova siente por él, Teofil, el amigo de Yrla al cual le interesan especialmente los asuntos relacionados con los antepasados de la gente, y Kaj Husell, cantante de ópera y amigo de Didrik, el cual le considera una persona con suerte por poder hacer las cosas cuando le apetezcan.

Christina Herrström nos relata en su primera novela para jóvenes una historia de amor que, contada de una manera sencilla y amena, pretende explicarnos qué es en realidad estar enamorado.

MÓNICA PUENTES



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ArribaAbajoUnos chicos especiales

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Rachel Anderson.
Traducción: Bárbara Macshane.
Editorial: Alfaguara.
Col. Alfaguara Juvenil nº 458.
Madrid, 1993.

Unos chicos especiales «es la historia de siete jóvenes con diferentes discapacidades físico-psíquicas.

Rebecca, una niña con cuarenta y siete cromosomas en vez de cuarenta y seis como los demás. Lucha por ser una persona normal, pero en la boda de su hermana se da cuenta que su propia madre la quiere esconder para no avergonzar a la familia.

Micky, un chico con parálisis cerebral al que su madre trata como un bebe a pesar de tener dieciséis años. Ve como única salida a esta situación, un internado en el que él mismo tiene que realizar las cosas: comer, moverse... situaciones que antes su «esclava» le había solucionado.

Jonathan, un joven al que le cuesta realizar cosas tan sencillas como atarse los cordones, busca tan sólo ser útil y lo consigue en una iglesia a la que va todos los domingos.

Marilyn, una muchacha mocosa que no cae bien a nadie.

Fleur, una chica que no habla por los malos tratos recibidos de sus padres biológicos y a la que todo el mundo quiere adoptar por su aspecto delicado.

Thoby, un chico que siendo un superdotado para la música tiene un accidente con la bicicleta de su hermana y sufre grandes daños en el cerebro.

Danny, un joven que vive con su tía Beth, con la que va de aventuras, a la iglesia, al zoo... Su tía le había enseñado todo hasta que le obligan a ir a la escuela.

Todas estas historia es Bertram, el conductor del microbús que se encarga de llevarles al colegio especial, quien nos las narra.

Un libro triste, pero real; narrado con una gran sensibilidad y un estilo directo y sugerente.

NADIA ROJAS



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ArribaAbajoEl vicario que hablaba al revés

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Roald Dahl.
Ilustraciones: Quentin Blake.
Traducción: Paz Barroso.
Ediciones S.M. El Barco de Vapor.
Serie Oro / Azul nº 2.
Madrid, 1993.

En El vicario que hablaba al revés Roald Dahl, nos cuenta una historia infantil muy divertida.

Esta historia gira en torno a Robert Ozire, que de niño padeció la enfermedad de la dislexia, pero gracias a sus profesores, pudo escribir y leer muy bien. Entonces decidió estudiar para sacerdote.

Y le confiaron al pueblo de Nibbleswicke. En su primera noche el vicario no podía dormir, y su mente hizo un ruido muy extraño: «clic», y la dislexia le volvió otra vez, pero él no lo sabía.

Cuando dijo su primera misa, algunas palabras, las decía al revés. Las misas eran muy divertidas, pero el vicario no se daba cuenta.

El médico le diagnosticó un remedio: tendría que andar hacia atrás. Y así el vicario, habló normal.

Y muy pronto se acostumbró a andar para atrás; llevaba un espejo retrovisor pegado a la frente para ver por dónde iba caminando.

Las misas fueron entonces aún más divertidas.

Con una letra grande y unas ingeniosas ilustraciones de Quentin Blake se presenta este divertido libro, que yo recomiendo no sólo a los que les guste este autor, sino a todos los lectores, sea cual sea su edad.

VANESSA COLMENAR



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ArribaAbajoSissi no quiere fotos

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Paco Climent.
Ediciones Toray.
Barcelona, 1993.

Leticia es una columnista que escribe artículos para el periódico de su ciudad, Cádiz.

Su mayor deseo es llegar a ser corresponsal en Marruecos, cargo que para ella es de suma importancia, para así vivir más cerca lo que luego plasmará en las columnas del periódico local.

Algo cambia su vida, un hecho transcendente en su vida como periodista: la emperatriz de Austria y reina de Hungría, Elisabeth de Baviera, planea de enero a febrero de 1893 hacer un viaje de descanso por las bellas tierras de España.

A Leticia se le han encargado que siga el recorrido que S.M.I. haga por la península, y que como corresponsal realice las crónicas de dicho viaje.

Pero, ¿Por qué «Sissi» no quiere fotos?

Novela fundamentalmente histórica, con elementos de ficción, que plasma los últimos años de una reina desgraciada e infeliz, melancólica y solitaria: Elisabeth de Baviera, conocida como Sissi.

Libro ideal para los amantes de la Historia, tanto por los sucesos que narra, como por la ambientación.

LIDIA G. NAVARRO



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ArribaAbajoIsla de rojo coral

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Nicolás Guillén.
Lóguez Ediciones.
La Joven Colección.
Salamanca, 1993.

Isla de coral rojo es una antología de poemas de Nicolás Guillén en la que se recopilan muy diversas obras suyas.

Si hay algo en común a todos estos poemas es el ritmo que hace que más que poemas podamos hablar de canciones de corro.

Por ello, a mitad del libro, o quizá antes, te ves bailando, y no solo eso, sino que también comienzas a reírte pues muchas de las poesías son realmente graciosas.

Para mí los versos de Nicolás Guillén han hecho que mi mente se fuera abriendo poco a poco a un mundo antes desconocido para mí, que es la poesía.

ESTRELLA ESCRIÑA





  —I→  

ArribaAbajoHomenaje a Luis Cernuda

A los 30 años de su muerte

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  —III→  

«Un día, tú ya libre
de la mentira de ellos,
me buscarás. Entonces
¿qué ha de decir un muerto?»


De Un español habla de su tierra.                


  —IV→  

ArribaAbajoTal vez tu nombre



Tal vez tu nombre esté escrito con amargura
tras las puertas cerradas. Si está oculto en
la oscura habitación que llevo dentro, no me
hagas imposible atisbar tu rostro deseado y
mortuorio a través del cristal opaco.  5

Si pronuncio tu nombre, queda en la noche
como un ruido imposible, apresado entre
los finos hilos de la luna. Te espero para vivir,
pero me voy muriendo.

Y en mi piel está escrito que el deseo prohibido  10
lo borre un placer, un instante. Y la angustia
carcome mis manos imaginando acariciar tus
labios.

Será que busco una sombra enterrada, perdida
en una caja vacía. Será que mis ojos sólo  15
vean cenizas; y en mi garganta duerme un
grito como las notas de la boca de una
guitarra que necesitan la caricia de una mano.

Tal vez tu nombre no exista.

Teresa García Adame



  —V→  

ArribaAbajoOtra caída


Otra caída,
son muchas las heridas
de un alma que se ahoga
en su propio llanto.
¿Intentar levantarse?  5
¿Luchar hasta el dolor,
hasta sentir las manos,
la cara, la sonrisa,
el alma misma,
ensangrentadas,  10
por erguirse
cuando tras unos pasos
me espera,
palpitante
el precipicio?  15
¿Esperanza?
¡No!
Ya no espero
(la esperanza
amarga en mis labios);  20
¿Soñar?
Ya no sueño
(significa despertar
inmersa en un lago
de desprecio).  25
¿Luchar desde la tierra,
arrastrando
todo lo que he sido
(todo lo que sentido
por las piedras que  30
me gritan:
«¡No estás viva!»
Para intentar balbucir
una palabra
que no quiere salir  35
de mis labios
por no sentir
lástima de una ilusión
quebrantada.
¡Solo quiero descansar!  40
Quedarme
tumbada,
donde ya no puedo caer.
Descansar.

Nuria Fernández



  —VI→  

ArribaAbajoUn triste S.O.S



En esta noche,
en la cual sólo se oye
el triste llorar y gemir de las estrellas,
sólo espero encontrar «DONDE HABITE EL OLVIDO».
Solo quiero encontrarme con él,  5
hablarle, y que me hable;
entender y que me entienda;
curarle y ser correspondida.
Tan solo, y después de estar con él
me recorrió el cuerpo  10
el frío acero de sus palabras, sus gestos, él.
Sólo sabía reír
mientras mi alma lloraba,
sólo sabía mentir
mientras seguía queriéndole,  15
sólo es «VIVIR SIN ESTAR VIVIENDO».
Poco a poco, la luz se apaga
y comienzan a surgir, entre tú y yo,
«PLACERES PROHIBIDOS», tan efímeros,
como tus palabras, como tú.  20
Quiero recuperar mí perdida ataraxia
mi placentera agonía, todo lo que perdí.
Fue aquel día que mis ojos chocaron con los tuyos
y ambos rompieron una doble vida;
fue en el momento que comencé a ver  25
y sentir «SOMBRAS BLANCAS»;
ahora el infierno tenía forma de alma
con sus sombras blancas, y es aquí
donde poco a poco se van
marchitando los pétalos de mi corazón.  30
—VII→
Estoy vacía,
aún no tengo vísceras que quieran
empaparse en el rugido de furia de tu pasión,
que un día asestó un golpe mortal a mi juventud.
Aún llueve, y sigo cayendo  35
en el error de quererte.
Una lengua de luz y fuego
inunda la cúpula estrellada
Una lágrima recorre mi piel
miro al suelo, levanto la vista  40
y de mi boca emanó un rugido de pasión y odio
que enmudeció la noche.
Y la noche lloró conmigo.
Encontré en el fondo de mi ser
un «REMORDIMIENTO EN TRAJE DE NOCHE»  45
sin saberlo caí en
LA GLORIA DEL POETA
aquella que sólo la saboreaste
tú, Cernuda
y que queremos conseguir  50
pero nos es imposible.
Sólo sabes que te quiero te odio.

    P.D. Hace tiempo caí en el
    pozo de las dudas y las sombras,
    sólo fue por ti.  55
    Sólo puedo salvarme con el
    fresco significado que emane de tus palabras.

Vanessa Gordo Pacheco



  —VIII→  

ArribaAbajoSabio


Sabes perfectamente que todo es mi vida,
puedes de mi vida conocerlo todo y plasmarla levemente
en tus poemas,
salpicada.
Solamente escribiendo tu vida en cada verso,
podrás describir hasta el más leve gesto de mis labios  5
y sintiendo que estás cerca de mí,
me sumergiré en toda tu fragancia,
en todo tu espíritu;
es por eso el todo que nunca tocamos
salpicando en la vida la verdadera felicidad  10
que lo que para otros es nada,
y a veces lo que creías como una creación
no era más que la mera descripción
de una vida sencilla, una vida para nada ajena,
mi propia vida.  15
Sólo una extraña sensación de lo que podía ser un mar de
sueños,
solamente escribirás para empezar,
eras el único salvaje de esta vida capaz de morir, de soñar,
soñar al reír, reír y llorar, amar para vivir.  20

Miguel Ángel Dorado



  —IX→  

ArribaAbajoMenelao, o la corrupción del amor

«El amor que no osa pronunciar su nombre».


O. W.                


Brutalidad sagrada, oculta de lascivas fugas de amor, lazo con premisas prohibidas. Con besos ardientes se oculta la esperanza de otro más, se ciega la terrible ansiedad de un secreto destino, del tabú sagrado, padre de las doctrinas. Un salto, dos saltos. ¡Esquivas miradas sangrientas! Atrás permanecemos cansados, hirientes de jergas que inventaron los griegos, perdiendo la noción de la firmeza progresiva, persiguiendo por panteones y negras ciudades saciar el fruto prohibido. Sangre humeante se esparce oteando en el suelo. Ríos que manan quietos, una gota tras otra, escuchando las canciones que en su día ya pasaron y se encuentran en el mar. El amor que no osa publicar la verdad del hombre, el gran macho que no ha conseguido dar fin a tan largo sueño. Cartas, reproches mezquinos, falsas mentiras tumbadas de noche en la alfombra, se arrastran, serpentean por las colinas escarpadas los bosques entramados, las parvas comedias de la aurora, los falos candorosos que apagan el tiempo. Se acabaron los jarros que llenaban continuamente la boca de dulce sabor amargo, se acabó el néctar, el sátiro persigue a las diosas.

Pablo Cruz



  —X→  

ArribaAbajoZoom



Si fueras virgen te derramaría en seda y trajes de tu calvario.
Te cubriría, en definitiva, de paño y sangres de tul:
tu auténtica falsa indumentaria.

Su piel lasa dibuja cabriolas con el despliegue de la carne
y rodea enorme y curva el cordón rosado de su faja, que se  5
levantaría así en danza-ella-hasta bailotear sin tembleque la
bombilla muelle de su nuca.
Sus mamas se respirarían entonces en tam-tam abiertas de risa
hacia mil direcciones, rezumando de carcajadas, como una
coreografía negra que bañase ídolos de bello sexo.  10

Cubre de rosa su cuello: ajo perla y simiente, los muslos en arco,
y su entrepierna estrellada doblando ángulos y gimnasias.
Colgantes nalgas, finuras contrahechas;
cosecha la suave oración de su perfecta ternura.
Cubre grabado de huesos y estigma su cuerpo:  15
el pecado en su envoltura
no sería más gracioso que la muerte.

Su amor es un cariño sobrenatural que alaba este Siglo.

J. Ángel Esteban



  —XI→  

ArribaCiprés



Sería lo más penoso, triste,
no poder oír un gran chiste.
Vivir en cuatro paredes,
oliendo la muerte de las flores.
Suelo cubierto de mármoles  5
todos tallados con sus nombres.
Ser alto y fuerte,
protegiendo a la muerte.
Rígido como un cirio,
sus raíces no llegan al río.  10
Ser regado por las lágrimas
que no bajan de las cimas,
sino de los cuerpos dolidos
por la pérdida de sus parecidos.

Sería lo más penoso, triste,  15
poder oír, un gran chiste.

Me doblo con el viento
y al sol le tiento,
por no quemar mi manto
que me donarán por ser santo.  20
En soledad vivo,
tristeza no tiene motivo.
Hablan con la muerte
porque conmigo no les divierte.
Soy un ciprés aburrido  25
que vive del olvido.
Tan sólo quiero que me cuenten
lo que las personas no entienden.
Por un ciprés que existe
porque el cementerio le viste.  30

Sería lo más penoso, triste,
no poder oír un gran chiste.

Daniel Regidor

  —XII→  

Imagen

- LUIS CERNUDA ENTRE VICENTE ALEIXANDRE
Y FEDERICO GARCÍA LORCA -







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