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Acto segundo

 
 
Salón en casa de la DUQUESA DOÑA BLANCA. Decoración cerrada. Cuatro puertas, dos a cada lado. Una del cuarto de BLANCA, otra del de BÁRBARA, otra del oratorio, y la última secreta y cubierta con un tapiz. Reja practicable con cerradura. Es de noche.
 
 
Escena I
 
ROBERTO embozado. FEDERICO en cuerpo.
       
FEDERICO      A tanto riesgo, señor,
es temerario exponeros.
ROBERTO Ayuda vengo a pedirte,
Federico, y no consejos.
FEDERICO Mis canas de aconsejaros 5
me dan el triste derecho.
ROBERTO En inútiles coloquios
es vano perder el tiempo.
¿Estás dispuesto a servirme?
FEDERICO ¿Y cómo negarme puedo? 10
ROBERTO Pues bien, oye, Federico:
todos me juzgan ya lejos
de Ratisbona: aquí oculto
esta noche pasar quiero.
A ti sólo me confío, 15
nadie más ha de saberlo.
FEDERICO ¿Ni la Duquesa?
ROBERTO                              Tampoco.
FEDERICO ¡Pues con ella tal misterio!
ROBERTO Yo tengo acá mis razones.
FEDERICO Aunque es mujer, el secreto 20
supiera guardar.
ROBERTO                             No importa:
a no verla estoy resuelto.
Tú procura algún paraje
en que ocultarme aquí dentro.
FEDERICO Mi estancia, señor, no es digna 25
de recibir tal sujeto:
mas si vos queréis honrarla...
ROBERTO Ya he pensado en tu aposento;
pero no: no me conviene.
Has de buscarme otro puesto. 30
(Aparte.)
Está en alto y no pudiera
servir para mis intentos.
FEDERICO En el resto de la casa
por imposible lo tengo.
ROBERTO ¿No pudiera, Federico, 35
aquí mismo, por ejemplo...
FEDERICO Aquí es delirio intentarlo.
Esa puerta que estáis viendo,
no sé ya si os acordáis...
ROBERTO De Bárbara el aposento. 40
FEDERICO Esotra de la Duquesa
es la estancia: resta luego
el oratorio...
ROBERTO                        ¿Y en él
pasar la noche no puedo?
FEDERICO La llave de la Duquesa 45
no se aparta ni un momento.
ROBERTO Mal haya tanto guardarla.
¡Que no encuentre ningún medio!
FEDERICO Si ser visto no queréis
debéis retiraros presto. 50
ROBERTO ¿Pues no están ya de recogidas?
FEDERICO No quisiera que mi celo
me llevara más allá...
ROBERTO Explícate sin rodeos.
FEDERICO La verdad es que a deshora 55
alguna noches observo
que hay luces en esta cuadra,
que se interrumpe el silencio...
Los criados lo atribuyen
a diabólico misterio; 60
pero yo, que por mis años,
no parto ya de ligero...
ROBERTO Sospechas que no hay más diablos
en esto que un galanteo.
Y a propósito esa reja 65
pudiera servir...
FEDERICO                             Yo tengo
la llave siempre, señor.
ROBERTO (Después de haber meditado.)
Pues dámela, amigo, presto.
FEDERICO (Dándosela.)
Tomadla. (Pasos dentro.) ¿No habéis oído?
Alguien viene.
ROBERTO                           Vamos luego. 70
 
 
Escena II
 
BLANCA. BÁRBARA con una lámpara que coloca sobre una mesa.
 
BÁRBARA BLOMBERG Juraría que escuché
algún rumor al entrar.
DUQUESA DOÑA BLANCA Pues quien pudiera aquí estar
a estas hora no lo sé.
BÁRBARA BLOMBERG Si duda, Blanca, me engaño. 75
DUQUESA DOÑA BLANCA Tú siempre tan animosa,
estar hoy tan temerosa.
BÁRBARA BLOMBERG Temo siempre nuevo daño.
DUQUESA DOÑA BLANCA Ya Roberto se salvó.
BÁRBARA BLOMBERG Pero errante y fugitivo 80
le tiene el destino esquivo,
y culpada me creyó.
Y mi padre entre cadenas
está el triste sollozando,
tal vez la muerte esperando 85
por término de sus penas.
DUQUESA DOÑA BLANCA Tu padre, Bárbara mía,
cuéntalo ya por seguro:
no ha de pasar, te lo juro,
sin que le abraces un día. 90
BÁRBARA BLOMBERG ¿Y quién dirá a mi Roberto:
tu Bárbara es inocente?
DUQUESA DOÑA BLANCA Serate el Cielo clemente...
BÁRBARA BLOMBERG Cuando ya me hubiere muerto.
DUQUESA DOÑA BLANCA ¡Oh, Bárbara!, y es por mí. 95
BÁRBARA BLOMBERG Mi amistad te lo perdona.
DUQUESA DOÑA BLANCA Si de amistad hay corona
se te debe sola a ti.
BÁRBARA BLOMBERG ¿Ay, del triste que será?
DUQUESA DOÑA BLANCA ¿De quién dices?
BÁRBARA BLOMBERG                               De tu hermano. 100
DUQUESA DOÑA BLANCA A un príncipe luterano
sin duda se acogerá.
BÁRBARA BLOMBERG ¿Y otra vez en rebelión,
se librará como ahora? (Dan las doce.)
Mas ¿no es esta ya la hora? 105
DUQUESA DOÑA BLANCA Las doce, Bárbara, son.
BÁRBARA BLOMBERG Adiós, Blanca, ya te dejo:
de mi padre no te olvides.
DUQUESA DOÑA BLANCA ¿Por qué tu misma no pides
su perdón?
BÁRBARA BLOMBERG                     Muy mal consejo: 110
en tu boca una palabra
será con él poderosa.
Mujer amada y hermosa
¿qué duro pecho no labra?
DUQUESA DOÑA BLANCA Te veré, Bárbara, luego. 115
BÁRBARA BLOMBERG Velando te esperaré.
DUQUESA DOÑA BLANCA La gracia conseguiré,
si algo pudiere mi ruego.
 
 
Escena III
 
DUQUESA DOÑA BLANCA Ya más de las doce son
y todavía no viene... 120
no te alarmes corazón,
cuando Carlos se detiene
sobrárale la razón.
¡Qué soledad! ¿Que no alumbre
esa lámpara mejor! 125
¡Ah! No hay tiempo, no hay costumbre
que el ojo escudriñador
de la conciencia deslumbre.
 
(Rumor de pasos.)
 
Pasos siento... ¿quién será?
¿Quién ha de ser si no es él? 130
 
(Dirigiéndose a la puerta secreta.)
 
A su lado cesará
esta congoja cruel.
 
 
(Abre la puerta.)
 
Gracias a Dios aquí está.
 
(El EMPERADOR entra por la puerta secreta.)
 
 
Escena IV
 
El EMPERADOR. BLANCA.
 
EMPERADOR D. CARLOS V Aquí está, Blanca divina,
el que se mira en tus ojos: 135
de tu beldad peregrina
son sus coronas despojos:
ante ella todo se inclina.
DUQUESA DOÑA BLANCA Muy cortesano, muy fino,
en palabras os mostráis; 140
y teneisme aquí sin tino
esperando que vengáis;
el por qué no lo adivino.
EMPERADOR D. CARLOS V Estrecha cuenta pedís,
severa estáis por demás. 145
DUQUESA DOÑA BLANCA Con gran calma vos me oís.
EMPERADOR D. CARLOS V ¿Enojada, Blanca, estás?
DUQUESA DOÑA BLANCA Como vos, señor, decís.
EMPERADOR D. CARLOS V (Acerca dos sillas, se sienta en una, y hace seña a BLANCA para que ocupe la otra.)
Sentémonos, te diré
la causa de mi tardanza. 150
DUQUESA DOÑA BLANCA Estoy bien, señor, de pie.
EMPERADOR D. CARLOS V ¿Ni que me escuches alcanza,
Blanca querida, mi fe?
DUQUESA DOÑA BLANCA (Sentándose.)
Ya estoy sentada escuchando.
EMPERADOR D. CARLOS V (Acercando la silla de BLANCA a la suya.)
Acércate más aquí. 155
¡Ya estás, Blanca, suspirando!
¿Qué puede faltarte a ti,
a quién ciego estoy amando?
DUQUESA DOÑA BLANCA La paz del alma, señor;
la quietud de mi conciencia, 160
cuyo continuo clamor
apenas vuestra presencia
acalla, ni vuestro amor.
EMPERADOR D. CARLOS V ¿Ya olvidaste que tardé,
mi Blanca, en venir a verte? 165
Callando me vengaré
ya que hablando me das muerte.
¡Por Dios que no lo diré!
DUQUESA DOÑA BLANCA Tendreisme siempre enojada
si en eso guardáis silencio. 170
EMPERADOR D. CARLOS V No andarás tan despiadada.
DUQUESA DOÑA BLANCA Como rebelde os sentencio,
no puede ablandarme nada.
EMPERADOR D. CARLOS V Al cabo habré de ceder
porque haya paz a lo menos. 175
Mas consigue una mujer
que pueden propios y ajenos:
¡a mí llegarme a vencer!
DUQUESA DOÑA BLANCA ¿Con que en fin me explicaréis
de la tardanza el misterio? 180
Mas, qué fueron me diréis
los negocios del Imperio:
con ellos me engañaréis.
EMPERADOR D. CARLOS V Tal vez los descuido más
que debiera, Blanca, hacerlo; 185
en fin, a escucharme vas,
si debes o no creerlo
por ti propia juzgarás.
Respondite a tu billete
que esta noche y a las doce. 190
No hay hombre que más respete,
lo sabe quien le conoce,
que Carlos lo que promete.
Sonando estaba la hora
cuando con Quijada entré 195
en tu calle; y sin demora
a la puerta caminé
de mi amor encubridora.
A abrirla estaba dispuesto,
mas Quijada me advirtió 200
que un hombre guardaba el puesto;
y aún a mí me pareció
de mala traza y mal gesto.
A caber celos en mí,
tal vez, Blanca, los tuviera; 205
mas ni pienso que hay aquí
quien conmigo compitiera,
ni tan mal juzgo de ti.
La calle al vernos dejó
aquel ladrón o curioso; 210
Quijada allá le siguió
y a adorar tu rostro hermoso,
mi Blanca, me vine yo.
Probada está mi inocencia,
y es curioso, por Dios vivo, 215
justificarse en presencia
de juez adusto y esquivo,
quien bajo de su influencia...
DUQUESA DOÑA BLANCA ¿Dos mundos tiene rendidos?
Pero en el reino del amor 220
esos títulos perdidos
son sin otros mi señor.
EMPERADOR D. CARLOS V ¿No los tengo merecidos?
DUQUESA DOÑA BLANCA ¡Demás por desdicha mía!
EMPERADOR D. CARLOS V Siempre llorando, mi bien; 225
más congojas cada día.
DUQUESA DOÑA BLANCA ¡Ah!, mis desdichas también
aumenta la suerte impía.
EMPERADOR D. CARLOS V ¿Y qué nuevo mal te aqueja?
¿Es tal desdicha el amarme? 230
¿De qué, Blanca, tienes queja?
DUQUESA DOÑA BLANCA Sola a mí debo culparme.
EMPERADOR D. CARLOS V Ese pensamiento aleja...
DUQUESA DOÑA BLANCA Lo quiero, mas no lo puedo.
Conociendo que hago mal, 235
a mi desventura cedo:
yo soy, señor, criminal
y tengo al castigo miedo.
EMPERADOR D. CARLOS V ¡Puedes hacer tanto bien
amando al Emperador...! 240
Cuantas desdichas no ven
sus ojos...
DUQUESA DOÑA BLANCA                    ¡Ah! Sí señor;
y vos la sabréis también.
EMPERADOR D. CARLOS V Sírvale, pues, de consuelo,
al llagado corazón, 245
que ese piadoso desvelo
ha de alcanzar el perdón
de tus faltas en el Cielo.
DUQUESA DOÑA BLANCA (Insinuante.)
Empezad vos perdonando.
EMPERADOR D. CARLOS V Ya a Roberto perdoné, 250
ya me motejan de blando.
DUQUESA DOÑA BLANCA Otra gracia os pediré
aunque tal vez abusando...
EMPERADOR D. CARLOS V Si es justa no es abusar.
DUQUESA DOÑA BLANCA Piedad os vengo a pedir. 255
EMPERADOR D. CARLOS V ¿Quién te puede interesar!
DUQUESA DOÑA BLANCA Yo no me atrevo a decir...
EMPERADOR D. CARLOS V ¿Puédolo yo adivinar?
DUQUESA DOÑA BLANCA No justicia, gracia pido.
Perdonad la vida a un hombre 260
que os tiene muy ofendido.
EMPERADOR D. CARLOS V Pero decidme su nombre.
DUQUESA DOÑA BLANCA Es Blomberg.
EMPERADOR D. CARLOS V                         Está perdido.
DUQUESA DOÑA BLANCA ¡Con qué es inútil mi ruego!
EMPERADOR D. CARLOS V Salvarle no está en mi mano; 265
ese triste acaso al fuego,
mañana por luterano
irá pertinaz y ciego.
DUQUESA DOÑA BLANCA ¿Qué es de Bárbara sabéis
padre ese anciano infelice? 270
No tan severo os mostréis.
¡Oh cuanto de amor desdice
el semblante que tenéis!
EMPERADOR D. CARLOS V Nada en eso puedo hacer.
DUQUESA DOÑA BLANCA ¿No puede el Emperador...? 275
No le falta, no el poder;
pero le falta el amor
y el quererme complacer.
EMPERADOR D. CARLOS V Injusta mi Blanca está.
Todas las cusas de fe 280
las tiene el prelado ya.
DUQUESA DOÑA BLANCA Si él muere yo moriré.
EMPERADOR D. CARLOS V El tiempo os consolará.
DUQUESA DOÑA BLANCA No puede, no, consolarme
de ver triste y desvalida 285
a aquella que, por salvarme,
me ha dado más que la vida
que vos queréis arrancarme.
Ha sido el mejor amigo
ese anciano de mi padre: 290
si su gracia no consigo
hora que...
 

(BLANCA al llegar aquí calla avergonzada: el EMPERADOR la mira con ternura, le toma la mono, se llega a ella y le escucha algunas palabras, dichas las cuales BLANCA se oculta el rostro entre las manos, y el EMPERADOR manifiesta grande alborozo y ternura.)

 
EMPERADOR D. CARLOS V ¿Qué dices!
DUQUESA DOÑA BLANCA                        No sé que digo.
EMPERADOR D. CARLOS V ¡Será cierto, Blanca mía!
DUQUESA DOÑA BLANCA Muy cierto por desventura. 295
Callarlo me prometía.
EMPERADOR D. CARLOS V ¿Ocultarme tal ventura
por qué mi amada quería?
DUQUESA DOÑA BLANCA Todo van a descubrirlo.
Hora se pierde mi fama; 300
Bárbara puede decirlo
si ese perdón que reclama
no alcanzo yo a conseguirlo.
EMPERADOR D. CARLOS V A entrambos cuenta nos tiene
conservar este secreto. 305
Un medio se me previene.
DUQUESA DOÑA BLANCA ¿Y el perdón?
EMPERADOR D. CARLOS V                          Yo lo prometo.
Ver a Bárbara conviene.
DUQUESA DOÑA BLANCA ¿Pues qué decirla queréis?
EMPERADOR D. CARLOS V Ve por ella, Blanca, al punto 310
y las dos escucharéis
lo que pienso en el asunto.
DUQUESA DOÑA BLANCA En breve aquí nos tendréis. (Vase.)
 
 
Escena V
 
EMPERADOR D. CARLOS V De Alemania emperador,
de la noble España rey, 315
Italia bajo mi ley,
de un mundo nuevo señor;
¡y esclavo soy de este amor!
¡Descender a engaño y ruego
quien con el hierro y el fuego 320
a la Francia hizo temblar!
Bien te puedes alabar
de tu poder, niño ciego.
 
 
Escena VI
 
El EMPERADOR. BÁRBARA. BLANCA.
 
BÁRBARA BLOMBERG (Queriendo arrodillarse.)
Dejadme que agradecida
(El EMPERADOR la levanta.)
los pies os llegue a besar. 325
Tanta merced a pagar
apenas basta mi vida.
EMPERADOR D. CARLOS V Sólo a Blanca le debéis,
señora, agradecimiento;
y pagárselo al momento 330
y con usura podéis.
DUQUESA DOÑA BLANCA ¡Pagarme, señor, a mí!
Yo soy quien debo pagar...
BÁRBARA BLOMBERG ¿Qué pudieras desear
que yo te negara a ti? 335
EMPERADOR D. CARLOS V (Aparte.)
Poco me dejan que hacer
en esta negociación.
Vuestro noble corazón (A BÁRBARA.)
en eso se deja ver.
BÁRBARA BLOMBERG Lo que Blanca quiere espero 340
que me digáis, gran señor.
EMPERADOR D. CARLOS V ¿Querréis salvarle el honor?
 

(BLANCA se retira a un lado. BÁRBARA y el EMPERADOR permanecen en el proscenio.)

 
BÁRBARA BLOMBERG ¿Dudar podéis que lo quiero?
DUQUESA DOÑA BLANCA (Aparte.)
¡Oh cielos! ¡Qué sacrificio
intenta de ella exigir! 345
EMPERADOR D. CARLOS V En vos está el impedir
su ruina sólo, a mi juicio.
BÁRBARA BLOMBERG Cuanto en mi mano estuviere
no hay que dudar que lo haré.
DUQUESA DOÑA BLANCA (Aparte.)
¿Y así de ella abusaré? 350
Mi propia mano la hiere.
EMPERADOR D. CARLOS V ¿Qué estáis resuelta, señora?
BÁRBARA BLOMBERG A pagar cuanto le debo.
DUQUESA DOÑA BLANCA (Aparte.)
También a la muerte llevo
a Roberto que la adora. 355
EMPERADOR D. CARLOS V Tal vez llegando el momento...
BÁRBARA BLOMBERG Señor: ¿qué queréis decirme?
DUQUESA DOÑA BLANCA (Aparte.)
No puedo más: he de irme:
faltarme el ánimo siento.
 
(Vase sin que lo adviertan el EMPERADOR ni BÁRBARA.)
 
 
Escena VII
 
BÁRBARA. El EMPERADOR.
 
BÁRBARA BLOMBERG Decidme, señor, os ruego, 360
qué se pretende de mí.
EMPERADOR D. CARLOS V ¿No habéis dicho ya que sí?
BÁRBARA BLOMBERG Y que lo he dicho no niego.
EMPERADOR D. CARLOS V Parece que vaciláis
en cumplir vuestra promesa; 365
que a Blanca sola interesa,
tal vez, Bárbara, olvidáis.
Tened presente también
que el que os está aquí rogando
pudiera, acaso mandando, 370
llegar a su fin muy bien.
Me explicaré sin rodeos,
el misterio cesará.
BÁRBARA BLOMBERG Vuestra Majestad verá...
EMPERADOR D. CARLOS V Obras quiero y no deseos. 375
A Blanca desde la infancia
le debisteis protección:
de vuestro padre el perdón
arrancó a mi tolerancia...
BÁRBARA BLOMBERG Si piensa que di al olvido 380
cuanto debo a su amistad,
injusto su Majestad
imaginándolo ha sido.
EMPERADOR D. CARLOS V No está demás recordaros
uno y otro beneficio 385
porque es duro el sacrificio
que pido; y puede amargaros.
Di la vida a vuestro padre
que contra mí peleó;
que salvéis os ruego yo 390
a Blanca que va a ser madre.
BÁRBARA BLOMBERG ¡Dios eterno! ¿Y es posible?
¿A tal su desdicha llega?
EMPERADOR D. CARLOS V Que la salvéis Blanca ruega.
BÁRBARA BLOMBERG ¿Cómo de mal tan terrible? 395
EMPERADOR D. CARLOS V Pues sino basta rogar,
tened, Bárbara, entendido
que aunque blando hasta aquí he sido
he de saberlo mandar.
BÁRBARA BLOMBERG ¿A lo que Dios ordenó 400
qué remedio le pondremos?
EMPERADOR D. CARLOS V Al menos lo ocultaremos.
BÁRBARA BLOMBERG ¿Y cómo lo puedo yo?
EMPERADOR D. CARLOS V (Resuelto.)
Pasando vos por culpada:
que no encuentro otro remedio. 405
 
(Breve pausa de sorpresa e indignación en BÁRBARA.)
 
BÁRBARA BLOMBERG (Con energía.)
Buscar podéis otro medio:
no he de verme deshonrada.
EMPERADOR D. CARLOS V Pensadlo un poco mejor:
recordad que le debéis...
BÁRBARA BLOMBERG Mas nunca me probaréis 410
que yo le deba mi honor.
¿Dais a mi padre la vida
tan solo porque consienta
una mujer en su afrenta
por la merced recibida? 415
Ese anciano entre cadenas
más vale, señor, que expire
que pierda su honra mire
sólo por culpas ajenas.
EMPERADOR D. CARLOS V (Con dignidad.)
El perdón que dado está 420
lo ha dado el emperador:
deponed todo temor,
que atrás no se volverá.
Aquí podéis del amigo
al ruego ser insensible; 425
podéis segura, terrible
estar, Bárbara, conmigo.
Nada sabe el soberano
de lo que pasa al amante:
este pone en el instante 430
su destino en vuestra mano;
cuando de aquel al poder
en uno y otro hemisferio,
no se encuentra acaso imperio
que resista obedecer. 435
BÁRBARA BLOMBERG ¡Tened compasión de mí!
EMPERADOR D. CARLOS V No acierto a que me imploráis,
pues vos sois la que negáis
y yo soy el que pedí.
BÁRBARA BLOMBERG ¡Ah!, que al negarle yo a Blanca 440
cualquiera cosa, señor,
siento que acerbo dolor
del pecho el alma me arranca.
EMPERADOR D. CARLOS V ¿Estáis, Bárbara, resuelta
a que muera vuestra amiga? 445
A vos el nudo no os liga
en que Blanca se ve envuelta.
Libre sois en conclusión;
si rendida aparecéis,
disculpa grande tenéis 450
en que soy yo la ocasión.
¿Queréis en tierra lejana
ir a ocultaros? Podéis.
Si una corona queréis
os puedo hacer soberana. 455
Pensad bien lo que elegís:
por mi dama estáis tenida:
os engañáis, por mi vida,
si otra cosa presumís.
BÁRBARA BLOMBERG El Cielo de mi inocencia 460
es a lo menos testigo:
yo tengo a Dios por amigo.
EMPERADOR D. CARLOS V Mas no a la maledicencia.
BÁRBARA BLOMBERG ¡Por culpada he de pasar,
¡oh Dios! ¡Estando inocente! 465
EMPERADOR D. CARLOS V No podréis a tanta gente
vos sola desengañar.
BÁRBARA BLOMBERG ¡Verdad horrible, espantosa!
¡Para siempre sin honor!
 
(Breve pausa. BÁRBARA profundamente abatida.)
 
EMPERADOR D. CARLOS V (Con dulzura.)
¿La salvaréis?
BÁRBARA BLOMBERG                          Sí señor. 470
Sea Blanca al menos dichosa.
EMPERADOR D. CARLOS V Juraisme que este secreto
no revelaréis jamás.
BÁRBARA BLOMBERG ¡Aún pretendéis eso más!
No importa. Yo lo prometo. 475
EMPERADOR D. CARLOS V (Con ternura tomándola la mano.)
Dichosa seréis también.
BÁRBARA BLOMBERG Imposible.
EMPERADOR D. CARLOS V                    ¿Por qué no?
Nunca el Señor olvidó
al que sufre y hace bien.
BÁRBARA BLOMBERG En él pongo mi esperanza. 480
Ampáreme su piedad.
EMPERADOR D. CARLOS V Premiaré vuestra amistad,
si cuanto puedo lo alcanza.
BÁRBARA BLOMBERG Mercedes, señor, no quiero:
ya muy caras he pagado 485
las que me habéis otorgado.
Una gracia sola espero.
EMPERADOR D. CARLOS V Ya la tenéis concedida
con vacilar un momento.
 
(ROBERTO subiendo por una escala aparece en la reja, que abre con su llave.)
 
BÁRBARA BLOMBERG Pasar quiero en un convento 490
lo que me resta de vida.
 
(ROBERTO ha entrado por la reja y salta a las tablas.)
 
 
Escena VIII
 
El EMPERADOR. BLANCA. BÁRBARA. ROBERTO. Después QUIJADA.
 
ROBERTO (Al saltar.)
¡Tu vida!, corta será.
(Saca la espada.)
EMPERADOR D. CARLOS V (Se vuelve, se emboza, y empuña.)
Seáis amante o ladrón
venís en mala ocasión.
ROBERTO Eso pronto se verá. 495
BÁRBARA BLOMBERG (Aparte.)
¡Oh cielos! Este es Roberto.
D. LUIS QUIJADA (En la reja.)
Pensaba haberse escapado
pues por Dios que se ha engañado.
(Salta y empuña.)
(A ROBERTO.)
Dadme la espada o sois muerto.
ROBERTO (Acometiéndole.)
Primero lo seréis vos. 500
EMPERADOR D. CARLOS V (Interponiéndose.)
Teneos quieto, Quijada:
dejadme probar la espada.
BÁRBARA BLOMBERG (Conteniéndole.)
¡Roberto mío, por Dios!
ROBERTO (Apartándola.)
Aparta, infame mujer.
D. LUIS QUIJADA (Al EMPERADOR.)
Perdonadme si resisto... 505
EMPERADOR D. CARLOS V Callad: no el rostro me ha visto.
 

(ROBERTO se desembaraza de BÁRBARA, y acomete al EMPERADOR, que, apartando a QUIJADA, le recibe con la espada.)

 
BÁRBARA BLOMBERG (A ROBERTO.)
¡Así te quieres perder!
 
(El EMPERADOR desarma a ROBERTO, y pone el pie sobre su espada.)
 
ROBERTO (Presentándole el pecho.)
No tardéis en darme muerte,
o tal vez lo lloraréis.
EMPERADOR D. CARLOS V De que el rostro no me veis 510
dadle gracias a la suerte.
Idos ya, sin replicarme,
por donde aquí habéis venido:
y de hoy más tened sabido
que no es tan fácil matarme. 515
ROBERTO (Yéndose con rabia.)
El tiempo lo ha de decir.
 
(Vase por la reja.)
 
D. LUIS QUIJADA Ingrato, como traidor.
¿No le escuchasteis, señor?
EMPERADOR D. CARLOS V ¿Qué importa? Dejadle ir.
 
FIN DEL ACTO SEGUNDO

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