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Calderón, nuestro problema (bibliográfico y textual): más aportaciones sobre las comedias de la Segunda parte

Germán Vega García-Luengos


Universidad de Valladolid



Calderón es uno de los beneficios sólidos de la historia cultural de Occidente, aún capaz de aguantar nuestra mirada desde los escenarios o los libros tras 400 años. Por lo que es seguro que lo hará siempre. Como contra-partida, aunque la pereza mental o la inercia de los editores y estudiosos prefieran no planteárselo con todas sus consecuencias, Calderón constituye un importante problema bibliográfico y textual. Tenemos derecho al usufructo de sus versos. Pero eso comporta el deber, previo a cualquier otro, de recuperarlos en las mejores condiciones. La obligación es insoslayable y el trabajo arduo. Porque la fuerza con que el dramaturgo nos alcanza hoy descansa en gran medida en el componente verbal de sus obras. Sin apenas noticias extratextuales sobre las características de las representaciones a que dieron lugar en su época, son las palabras de los versos y las acotaciones las principales referencias también de la dimensión escénica. Pues bien, aquellas palabras de don Pedro no brotaron y se colocaron por azar en el discurso dramático. Eran palabras medidas y engranadas por el ritmo, la rima, la retórica, el ingenio, la poesía; se conectaban por sutiles relaciones de sonido y sentido con otras cercanas o distantes. Y, sin embargo, lo que surgió como un artefacto verbal preciso y virtuoso no se ha tratado con parejo cuidado en su transmisión, sino que ha sido en muchos casos estrago de manipulaciones interesadas o negligentes.

La recuperación textual del teatro de Calderón es el primer deber, por importancia y por su situación en la logística del asedio crítico al dramaturgo. Se han hecho esfuerzos, pero se echan en falta más. Muchos más. A medida que se van conociendo en profundidad los distintos episodios de la transmisión, aumenta la inquietud. Nos hacemos más conscientes de lo complicado y perentorio que es ese rescate. Por lo que, efectivamente, podemos considerar como mayor decepción de las celebraciones del cuarto centenario de su nacimiento el que no hayan servido para organizar un proyecto editorial de las comedias del autor, con todas sus consecuencias científicas y económicas.

Una buena porción nos ha llegado a través de las ediciones de Vera Tassis, cuya labor, aparte de suscitar nuestro agradecimiento y comprensión desde las premisas editoriales de la época, debemos esforzarnos en conocer lo mejor posible para obrar en consecuencia. Aunque no desechó hacer enmiendas ope codicum, según algunos casos delatan,1 lo cierto es que su propia vocación de escritor, y quizá la conciencia de que la voluntad de su admirado amigo podía haberse desvanecido en las copias que manejaba, le empujaron más a los arreglos ope ingenii. Es claro que las cinco partes de cuyas primeras ediciones se hizo cargo necesitan nuestras labores editoriales. Las piezas incluidas de la Quinta a la Novena parte deben ser restauradas en la medida de lo posible (que distará siempre de la ideal) de las lecturas inauténticas que tenían las copias que Vera Tassis tomó como base y aceptó, y de los cambios que el ingenio y el gusto personal del editor introdujeron.

Pero tampoco las cuatro partes que salieron en vida de Calderón pueden dejarnos impasibles. Ni siquiera las dos primeras, por mucho que las firmara José Calderón, y que los investigadores sospechen -creo que con razón- que Pedro estuvo detrás.

En esta ocasión volvemos sobre la Segunda parte. De nuevo, porque es quizá la que ha merecido más atención específica por parte de los estudiosos (Heaton, «On the Segunda parte»; Wilson, «Notes on the text»; Cruickshank, «The textual criticism»; Valbuena Briones, «Una metodología»; Ruano de la Haza, «Las dos versiones»). Sus trabajos han permitido que hoy conozcamos aspectos relevantes de esa significada recopilación de doce piezas, entre las que figuran algunas de las más valoradas del repertorio calderoniano. Hoy sabemos, gracias sobre todo a Wilson y Cruickshank, la verdadera identidad y los nexos textuales de las tres ediciones antiguas del volumen:

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  • QC es la princeps. Madrid, María de Quiñones-a costa de Pedro Coello, 1637.
  • S: Madrid, Carlos Sánchez-a costa de Antonio de Ribero, 1641.
  • Q es una edición falsificada, que aunque dice ser de Madrid, María de Quiñones, 1637, en realidad fue producida bastante más tarde, hacia 1672-1673, como producto de la colaboración entre Fernández de Buendía y Melchor Alegre.

Cuando a partir de 1634 el Consejo de Castilla levantó tácitamente la suspensión de licencias, vigente desde 1625, para imprimir literatura de ficción, Calderón parece que decidió seguir el ejemplo de otros dramaturgos y publicar sus comedias. Seguro que uno de los motivos fue afirmar la propiedad de algunos textos que le habían sido usurpados en favor de Lope. También la publicación de las dos primeras partes debió de ser considerada como refrendo de su ascenso literario y social (Paterson, «La socialización de los textos de Calderón»). El éxito en el arte de la palabra estaba asociado a la letra impresa, naturalmente, y en esos momentos también entre los autores dramáticos. En la portada de la Segunda parte ya podía ostentar su recién concedida calidad de caballero de Santiago, a la que se había hecho merecedor por su excelencia en el cultivo de las letras. Y hay más aspectos que muestran que Calderón confió en este volumen la misión de enaltecer su condición de poeta cómico laureado y oficial. Las piezas que lo componen no están colocadas aleatoriamente, sino con estrategia sagaz. El libro se abre y se cierra con dos altamente significativas: El mayor encanto amor y Los tres mayores prodigios. Ambas son comedias palaciegas, cuyas fechas de escritura y exhibición están muy cerca de la del libro, inusitadamente próximas para los hábitos editores de la época: se representaron en sendas noches de San Juan de los años inmediatamente anteriores, 1635 y 1636. Debió de considerar Calderón que la buena acogida en la corte de estas y otras obras era soporte de su bonanza personal, por lo que decidiría hacer ostentación de ellas a manera de escudos de armas literarias. Su intención le llevó también a destacarlas en el propio índice del volumen, donde sus títulos son los únicos que se acompañan de las explicaciones más oportunas para el objetivo que comentamos:

  • El mayor Encanto Amor, fiesta que se representò à su Magestad noche de S. Iuan del año de seiscientos y treinta y cinco, en el estanque del Real Palacio del buen Retiro.
  • Los tres mayores Prodigios, fiesta que se representò à su Magestad noche de S. Iuan del año de seiscientos y treinta y seis, en el patio del Real Palacio del buen Retiro.

Hay otra cuestión que a buen seguro separa estas dos piezas de las demás y que es bien pertinente para uno de los cometidos principales que nos hemos marcado aquí: indagar sobre la autenticidad textual de las obras. Intuyo que deben de presentar muchos menos problemas que la mayoría de las restantes. El hecho de que hubieran sido compuestas poco tiempo antes da a entender que el escritor controlaba sus textos primigenios, sin tener que rescatarlos de copias circulantes por las compañías o las librerías. Parece claro, por otra parte, que aquellos textos no estaban destinados a correr la misma suerte que los pensados para las condiciones de los corrales. Su misión habría sido celebrar unos festejos palaciegos concretos, donde las disponibilidades de personas y medios eran muy diferentes a las de los circuitos comerciales. No tendría mucho sentido que los «autores» comprasen unos derechos sobre un material de imposible explotación fuera de palacio, de no mediar adaptaciones drásticas. Así pues, todo incita a pensar que dichas piezas seguirían ligadas al poeta.

Pero el gran problema para Calderón (José o Pedro, o los dos) debió de ser conseguir los textos de las otras diez comedias. Puede que en algunos casos intentase pedírselos a los «autores» amigos que ya habían agotado su explotación escénica, pero hay testimonios conocidos que apuntan a que también echó mano de copias impresas. Lo cierto es que cada vez somos más conscientes de que el poeta no contó en bastantes ocasiones con manuscritos sacados de los cajones de su oficina, donde hubieran estado celosamente guardados esperando la oportunidad de darlos a las prensas. Frente a este supuesto del escritor pendiente desde el momento creativo de la difusión de sus obras por los dos canales posibles, está la realidad que impone unas condiciones de enajenación completa del producto para su explotación exclusiva en los escenarios. Por otro lado, en los años en que Calderón se había asentado como dramaturgo, y alcanzaba un volumen de producción capaz de completar una o más partes, no podía abrigar la expectativa de conseguir licencia para publicarlas. Recuérdese que hasta 1634 no se levantó la suspensión de imprimir comedias y novelas.

Conocemos bastante bien los casos de tres obras: El mayor monstruo del mundo (Ruano, «Las dos versiones»), A secreto agravio, secreta venganza (Wilson, «Notes on the text») y El astrólogo fingido (Oppenheimer, «Addenda on the Segunda parte»). Los textos que de las mismas ofrece la Segunda parte no son los únicos autorizados2. Pero necesitamos estudiar otras, tanto por lo que concierne a su rehabilitación textual como para tener más información sobre las características de la labor editorial de los Calderón.

Éste es el objetivo del presente trabajo: analizar varios testimonios editoriales ignorados hasta ahora de otras tres comedias constituyentes de la Segunda parte: El médico de su honra, Origen, pérdida y restauración de la Virgen del Sagrario y Amor, honor y poder. Sus resultados nos informarán sobre distintos planos de la realidad teatral y, en mayor o menor medida, ayudarán a mejorar el estado textual de las piezas respectivas. Las sueltas antiguas en las que se basa el estudio de las dos primeras han estado perdidas hasta hace poco (Vega, «Treinta comedias desconocidas», 66 y 67). De un ejemplar de la correspondiente a la última había referencia en el Manual bibliográfico calderoniano de K. y R. Reichenberger (I, 122, 353; III, 441), pero no parece que haya suscitado el interés de los especialistas.


ArribaAbajoEl médico de su honra

En unas pocas líneas del trabajo que se acaba de citar despachaba la noticia de la única copia localizada de una comedia que dice llamarse El celoso de su honra. Me limitaba a confirmar en ellas lo que sospechaban K. y R. Reichenberger en el apartado sobre «obras supuestas» de su catálogo: que algunos títulos sólo documentados hasta entonces por su mención en las listas de Vera Tassis, Faxardo o Medel correspondieran a obras ya conocidas (Manual bibliográfico calderoniano, I, 734). Efectivamente, el impreso localizado en la Biblioteca Nacional (T-55360/48) en cuyo encabezamiento se lee dicha denominación en realidad lo que ofrece es el texto de El médico de su honra, aunque con algunas variantes. Sobre ellas interesa detenerse ahora.

Las más llamativas, que, además, son intencionadas, se agrupan en dos apartados: uno que podemos llamar de la alternativa celoso / médico, que implica a bastantes lugares más que el título. En la nueva versión está silenciada una serie de términos y expresiones relacionados con la profesión sanitaria: bien porque faltan los versos que los contienen,3 bien porque se utilizan otros. Como ejemplo de tales operaciones, considérense estos fragmentos del largo y característico monólogo de don Gutierre Alfonso de Solís en la segunda jornada (vv. 1659-76 y 1708-12):

Segunda parte (QC)Suelta de El celoso
D.G.d. Gu.
a peligro estais honor,A peligro estais honor,
no ay hora en vos que no seano ay hora en vos que no sea
critica en vuestro sepulcrocritica, en vuestro sepulcro
viuis, puesto que os alientaviuis, puesto que os alienta
la muger, en ella estaisla muger, en ella estais
pisando siempre la guessa,pisando siempre la guessa,
y os he de curar honor,y os he de apurar honor,
y pues al principio muestra,y pues al principio muestra,
este primero acidenteeste primero acidente
tan graue peligro sea,tan graue peligro, sea
la primera medicina,la primera medicina,
cerrar al daño las puertas,cerrar al daño las puertas,
atajar al mal los passos: atajar al mal los passos:
y assi os receta y ordena y assi os receta, y ordena
el Medico de su honra, el zeloso de su honra
primeramente la dieta primeramente la dieta
del silencio, que es guardardel silencio, que es guardar
la boca, tened paciencia.la boca, tened paciencia.
[...][...]
pues basta, que quando llegapues basta, que quando llega
vn marido a saber que ayvn marido a saber que ay
zelos, faltàra la ciencia,zelos, faltarà la ciencia,
y es la cura postrera,y es la cura postrera,
que el Medico de honor hazer intenta.que el zeloso de honor hazer intenta.
(107v,a-b)(10v,b-llr,b)

El otro grupo reseñable de variantes lo conforman las ausencias de algunas de las intervenciones que en la versión ya registrada protagoniza Coquín, el singular representante del donaire en la obra: hasta un total de 79 versos, correspondientes a tres momentos diferentes (vv. 450-78,1441-1485 y 2765-69).

En lo expuesto hasta aquí he procurado no dar a entender que desecho la posibilidad de que El celoso de su honra fuera una versión que contase también con el beneplácito de Calderón. A fin de cuentas, algunas diferencias ostentan sentido y coherencia: así, las que afectan a Coquín. Lo que se ha suprimido en relación con esta figura atañe principalmente a sus gracias más ligeras; apenas afecta a las graves, esas que le constituyen en el gracioso profundo e imposible dentro del ambiente funesto de la obra. Hasta podría parecer que ésta gana en intensidad trágica sin algunos chistes del personaje.

No puede decirse lo mismo de la dualidad médico / celoso y los términos asociados correspondientes. Porque el universo de la enfermedad y sus remedios no es sólo cuestión verbal en la obra de Calderón, implica también al resto de los niveles significativos: identidad de los personajes, acción dramática, elementos escénicos, etc. Estos factores están presentes en las dos versiones. Incluso, en la de El celoso existe bastante léxico médico (como puede comprobarse en los fragmentos transcritos más arriba). No cabe duda de la mayor redondez semántica y artística del texto hasta ahora conocido.

Del examen del sentido de las respectivas versiones se deduce que El celoso salió de El médico y no al revés. Y que no debemos responsabilizar a Calderón de un arreglo más o menos cuidadoso con la superficie pero falto de coherencia interna.

Los móviles por los que se perpetró esta transformación parecen intuirse. El repertorio controlado del teatro español del siglo XVII está plagado de dobles y triples titulaciones, cuya razón de ser la mayoría de las veces estribaría en el interés por vender como nuevos unos productos que habían sufrido el desgaste de los escenarios. En el caso que nos ocupa, además, el título original habría sufrido una doble erosión, al ser aplicado a dos obras diferentes: la atribuida, con poco fundamento, a Lope de Vega (publicada en la espúrea Parte 27 de comedias del Fénix, Barcelona, 1633) y la de Calderón. Aunque en muchas ocasiones el arreglista se limitaba a trocar el título, en ésta habría extendido su labor a diversos puntos del interior.

Todo lo dicho hasta aquí resulta una historia bien manida dentro del repertorio dramático áureo, y más tratándose de Calderón. Sin embargo, las características físicas de la suelta de El celoso le concedían más interés que el de la mera redundancia en estos aspectos de la transmisión. Efectivamente, los indicios de una datación temprana y de su adscripción a un entorno bien peculiar en la emisión de tales productos incitaban a proseguir la investigación. Gracias a estudios tipográficos como los de J. Moll y D. W. Cruickshank, hoy contamos con posibilidades de identificar la procedencia de algunos impresos teatrales de especial valor, dada su antigüedad, en los que no figura ningún pie de imprenta. Concretamente, la fisonomía de nuestra suelta la relaciona con otras sin datos de fabricación estudiadas por Cruickshank, correspondientes a las comedias La madrastra más honrada y La vida es sueño, ambas atribuidas a Lope de Vega (Calderón, La vida es sueño, 8)4. Hay sólidos indicios de que la de El celoso procede de la misma ciudad, taller y época que éstas, con las que comparte semejante combinación de estilos y tamaños de los tipos. Es decir, se trataría de un nuevo producto del taller sevillano de Francisco de Lyra, cuya labor, pocas veces pulcra con las atribuciones y los textos teatrales, se prolongó desde mediados de la segunda década del XVII hasta la mitad del siglo5. D. W. Cruickshank propone como fechas 1640-416.

Tras la evaluación de las variantes textuales entre la suelta y la parte, se llega a las siguientes conclusiones:

  1. Existe una evidente cercanía entre ambos textos. Si se exceptúan los versos que faltan en la suelta, son relativamente pocos los cambios que se aprecian.
  2. La relación tuvo que establecerse a través de impresos, como denuncian los paralelismos en puntuación y grafías7.
  3. Desde el punto de vista textual, no existe ningún impedimento grave para aceptar que la suelta provenga de la parte. La dirección contraria es imposible, por varias razones: la principal la constituyen los versos omitidos, muchos de ellos tendentes a paliar la presencia de la medicina en la obra y a restar intervenciones al gracioso Coquín. Los errores métricos y de sentido de la parte que se corresponden con lecturas aparentemente correctas en la suelta -más adelante se consignan casos significativos- pueden ser producto de la conjetura. Incluso, algunas variantes se perfilan como arreglos un tanto chapuceros, que solucionan la métrica pero no el sentido.

Así pues, los resultados del análisis textual y del tipográfico pueden encajar. Estaríamos ante una reedición, corregida y levemente reducida, del texto de 1637. Es bien probable que sea anterior a la de Madrid, Carlos Sánchez -a costa de Antonio de Ribero, 1641; y, en todo caso, es independiente de ella, como se deduce del examen de las variantes: de las catorce ocasiones consignadas por Cruickshank en que S corrige errores más o menos evidentes de QC (vv. 30, 78, 110, 182, 735, 749, 763, 860, 1361, 1500, 1622, 1826, 1847 y 2884) (Calderón, El médico, 63-64), nuestra suelta coincide en siete (vv. 30, 182, 735, 860, 1361, 1622 y 2884); el resto lee con QC, menos en el v. 1826, cuya enmienda se adelanta a la que adoptará Vera Tassis8. Si a esto añadimos las correcciones propias que se apuntarán enseguida, deberemos sacar una idea de que el responsable del texto de este testimonio trabajó con cierto cuidado.

La consecuencia para la fijación de la letra de El médico de su honra9 es que sobre la Segunda parte sigue recayendo el peso de la recuperación textual. La suelta, eso sí, puede y debe ayudarnos, a partir de ahora, con algunas de sus soluciones en los casos de error. Aunque no fueran de responsabilidad de Calderón, en igualdad de posibilidades, siempre serán preferibles las conjeturas de una edición cercana que las más alejadas de Vera Tassis, como hasta aquí se venían utilizando. Veamos algunos casos singulares, cotejándolos también en nota con las opciones adoptadas por D. W. Cruickshank en su edición:

SEGUNDA PARTE (QC)SUELTA DE EL CELOSO
Rey: Si las torres de SevillaSi las torres de Seuilla
saluda de essa manera,10saludan dessa manera,
nunca a Sevilla viniera,nunca a Seuilla viniera,
nunca dexàra a Castillanunca dexára a Castilla,
(95v,a)(lr,a)
Rey: Llegad a essa quinta bella,Llegad a essa Quinta bella,
que està del camino al passoque està del camino al passo,
don Arias a ver si a caso don Arias, a ver si a caso
regozijo vn poco en ella,11regozijo vn poco en ella,
cobra salud el Infante, cobra, y salud el Infante,
(95v,b)(lr,a)
Don Gutierre: 
...sale el farol...sale el farol
del cielo, y a su arreboldel cielo, y a su arrebol
toda la sombra se reduze,12toda la sombra reduze;
(99r,b)(4r,a-b)
Leonor: 
de parte de mi honor vengo a
pediros
de parte de mi honor vengo a pediros
con vozes, que se anegan en
suspiros
con vozes, que se anegan en suspiros,
con suspiros, que en lagrimas se anegan,con suspiros, que en lagrimas se anegan,
justicia para vos, y Dios Apolo.13justicia a vos, señor, a vos apelo.
(99v,a)(4v,a)
Don Gutierre: 
con engaño pretende,14y con engaño pretende,
puesto que vos lo sabeispuesto que vos lo sabéis
valerse de vos:valerse de vos:
(102r,a)(6r,b)
Mencía: Coquin, q[ue] ai en fin?Coquin, que ay en fin?
Coquín: Fin al principio en
Coquin,
Fin al principio en Coquin,
ay que es esto! que estoi canta[n]do,15ay que es esto! estoy cantando,
(104v,a)(8v,a)
Don Gutierre: 
...que testigo prueua...que testigo prueua
aqui, que no pudo seraqui, que no pudo ser
vn acaso de contingencia,16 vn caso de contingencia,
(107r,b) (10v,b)
Leonor: 
que en todas las ocasiones,que en todas las ocasiones
con obra, y con dezir,17 con obras, y con dezir,
sabrà viue Dios cumplirsabrà, viue Dios, cumplir
muy bien sus obligaciones,muy bien sus obligaciones,
(108v,a)(llv,b)

Por otra parte, el impreso que ahora es posible examinar descubre una nueva faceta en la frenética y desaseada actividad de Francisco de Lyra como negociante en impresos teatrales: se le había visto por los años 1632-1634 a la rapiña de obras de dramaturgos varios para atribuírselas a Lope (inclusive del propio autor de La vida es sueño, de lo que quedó constancia más arriba); después, hacia 1635, hizo lo propio en favor de Rojas Zorrilla, tal vez de Tirso (Vega, «Tirso en sueltas», 188-98), y, sobre todo, de Calderón (Vega, «Cómo Calderón desplazó a Lope»). Ahora, a partir de la publicación de las dos primeras partes del dramaturgo ya definitivamente encumbrado, le sorprendemos manipulando sus propias comedias, cambiándoles el título y retocando los versos para venderlas como nuevas. Hasta podría haber sido el propio Lyra el responsable directo de los cambios, dada su condición de escritor de versos18.




ArribaAbajoOrigen, pérdida y restauración de la Virgen del Sagrario

Han aparecido dos nuevas ediciones sueltas de esta obra, ambas con el título de Las tres edades de España (Vega, «Treinta comedias desconocidas», 66). Vera Tassis creyó que se trataba de una comedia diferente y la anatematizó como espúrea en el prólogo de la Quinta parte (1682). Lo que algo afecta al cuidado con que el amigo de Calderón habría separado las comedias verdaderas de las falsas, tal como afirma en el prólogo. Tampoco debemos extrañarnos demasiado, ya que años antes, en los preliminares de la Cuarta parte (1672), el propio Calderón no supo identificar como suya una comedia titulada Los empeños que se ofrecen, que en realidad sí lo es, conocida como Los empeños de un acaso. Para el cambio de título de la que ahora nos ocupa, además de las razones que quedaron apuntadas en relación con el caso anterior, debió de pesar el deseo de abrir la recepción de una obra surgida a instancias de un encargo concreto, y acotada a un tiempo y un lugar determinados. Las tres edades de España permitiría que interesara a públicos distintos del toledano, más allá de la devoción local a la Virgen del Sagrario.

Las dos sueltas, localizadas en la Biblioteca Nacional de Madrid, presentan rasgos de adscripción sevillana. No parecen posteriores a la mitad del siglo XVII. Ambas están estrechamente relacionadas en grafías, puntuación y texto. Las escasas variantes que las separan permiten deducir, con mínimas objeciones, que la suelta T-55309/7 -a la que llamaremos A- fue el modelo de T-55360/58 -B-.

Si ponemos en relación la suelta A con la edición de la Segunda parte, podemos apuntar de nuevo la estrecha unión de sus textos. Las variantes son relativamente escasas tratándose de un volumen grande de versos. También se aprecia una cercanía notable en la puntuación (incluso en aspectos tipográficos de detalle, como puede ser la sangría francesa de las octavas).

El número y las características de las variantes permiten descartar que la parte haya tenido como modelo a la suelta A. Dejando al margen las erratas, he contabilizado 28 disparidades en las que el texto de la parte ofrece mejor lectura. Es la principal la falta de un verso en la suelta al final de la segunda jornada:19 «Diziendo assi, que morirè de honrado» (131v,a).

Por contra, no existe impedimento grave para que la parte haya sido el modelo directo de la suelta, a pesar de que ésta lee mejor que aquélla en una serie de ocasiones (algunas de las cuales se consignan más adelante). Estas lecturas bien podrían ser producto de conjeturas para enmendar los errores evidentes -en alguna ocasión, no tanto- de medida, rima o sentido del presunto texto base. También las variantes nos dicen que la relación más estrecha se establece con QC (1637), la princeps de la Segunda parte, y no con S (1641) o Q (h. 1672-73); lo que deja abierta para nuestro impreso una fecha de elaboración temprana.

Así pues, nada nos dice que las variantes que mejoran el texto de la parte procedan de Calderón, sino del buen sentido del encargado de revisar su texto. Sin embargo, estas mejoras, avaladas por su antigüedad y una posibilidad no del todo descartada de provenir de una copia que mantuviera lecturas auténticas desaparecidas, siempre serán preferibles a las introducidas con posterioridad por otros editores. He aquí una relación de las más destacadas:

SEGUNDA PARTE (QC)SUELTA A DELAS TRES EDADES DE ESPAÑA
Dentro. Por aca. Rey. Bestiglo fieroDêt. Por acà, por acà Rey. Bestiglo fiero
tras tu velocidad mi aliento lleua.tras tu velocidad mi aliento lleua.
(119r,a) (Alr,a)
Sabeis lo que he sentidoSabeis lo que he sentido
mas, que este Herege vil se aya atreuidomas, que este hereje vil se aya atreuido
a mostrarse contrarioa mostrarse contrario
delante de la Virgen del Sagrario,delante de la Virgen del Sagrario,
y que a su casa mismay que a su casa misma
veniste a introduzir tan baxa
cisma,
viniesse a introduzir tan baxa cisma,
(121r,a)(A2r,a)
supuesto que la creyeronsupuesto que la creyeron
de otros, que en la información,de otros, que en la información
sus dichos, señor, dixeron:sus dichos solo dixeron:
 (A3r,b)
para que Angel mas puropara que al Angel mas puro
se atribuya su deidad,se atribuya su deidad,
(123v,a)(A4r,a)
Donde, sino os rendis a buen partido,Donde sino os rendis a buen partido,
Qual os estè mejor, pues necessitaqual os esté mejor, pues necessita
Del valor, y a mi poder rendido,del el valor, y a mi poder rendido,
No me entregais vuestra mayor Mezquita:no me entregais vuestra mayor Mezquita:
(127v,a)(B3v,a)
Entra, assuela, destruye, quema, tala,Entra, assuela, destruye, quema, tala
Ciudad, campañas, montes,
valles, rios,
ciudad, campañas, montes, valles, riscos,
Derriba, postra, humilla, mide, igualaderriba, postra, humilla, mide, iguala
Muros, torres, almenas, y
obeliscos:
muros, torres, almenas, y obeliscos:
(128r,a)(B4r,a)
En fin al llegar aqui,En fin al llegar aqui,
elado el pie se responde,elado el pie se suspende,
inmouil el cuerpo queda, inmobil el cuerpo queda,
(129v,b) (Clv,a)
viendo Vrbano este milagroViendo Vrbano este milagro
a su mismo Altar no buelue.a su mismo Altar la buelve,
Y poniendo en vna caxay poniendo en vna rexa20
los cuerpos, que no resueluelos cuerpos, que no resuelve
la tierra en primer materiala tierra en primer materia
de ceniza, y polvo leue.de ceniza y polvo leue.
(129v,b)(Clv,a)
Tar. A partidoTar. A partido
se quieren dar sin duda,se quieren dar sin duda,
que la desdicha los consuelos
muda.
que la desdicha los consejos muda.
(131r,a)(C2v,a)
Ra. Aunque estuuiera de marmolRa. Aunque estuuiera de marmol
fabricado nuestro Señor,fabricado nuestro ser,
para imprimirse en el marmol,para imprimirse en el marmol,
el dolor fuera cinzel.el amor fuera cinzel.
(133v,b)(C4v,a)
I. R. Y no es biê nuestra sâgreIua. Y es biê nuestra sangre pierda
pierda diuinas executorias,diuinas executorias,
que su honor en las Historiasque su honor en las historias
inmortaliza, y acuerda?inmortaliza, y acuerda?
(135r,a)(Dlv,a)
y bueluo assegurar de nueuobueluo assegurar de nueuo
estos juramentos propiosestos juramentos propios
(137r,a) (D3v,a)
tal mudança mis sentidosTal mudança mis sentidos
hizieron, que a cada instantehizieron, que a cada instante
yo oluidè las especies,o yo olvidé las especies,
que comprehendi por ser facil, que comprehendi por ser facil,
ò ella mudò, y es mas cierto,o ella mudó, y es mas cierto,
(139v,b)(Elr,a)

Vera Tassis en su edición de la Segunda parte (1686) estuvo atento a los defectos métricos, gramaticales o de sentido, y dispuesto a corregirlos de acuerdo con su gusto personal (a veces, con la ayuda de otros testimonios; cuya utilización en este caso no está comprobada). Sus intervenciones en los pasajes anteriores coinciden con la suelta en nueve ocasiones (121r,a; 123v,a; 127v,a; 128r,a; 129v,b; 129v,b; 131r,a; 133v,b; 139v,b). Sin embargo, en otras dos propone enmiendas que consiguen resultados correctos en apariencia, pero más alejados que los de la suelta de los que se perfilan como auténticos, a juzgar por los términos presentes en el texto de QC. Una es la de 135r,a:

Iuâ.
No es bien nuestra sangre pierda
diuinas executorias,
que su honor en las historias
inmortaliza, y acuerda:


La opción de Vera de prescindir de la pregunta retórica, que encaja con el contexto, ha debido de ser forzada por la edición que ha tomado como modelo, que no es QC (1636) sino Q (h. 1672-73). Ésta es la única vez en que ambas ediciones de la Segunda parte difieren en los pasajes anteriormente consignados: Q mantiene la hipermetría pero ha prescindido del signo de interrogación.

El otro caso es el de 137r,a:


Y buelvo à jurar de nueuo
estos juramentos proprios



En otras dos ocasiones no se percató de las anomalías que podía presentar el texto de Q y las mantuvo. En 119r,a era bastante evidente que le faltaban tres sílabas a ese primer verso de la octava, que la suelta consigue restaurar correctamente. El caso de 122v,b es mucho más difícil de apreciar. La solución que aporta la suelta, además de evitar el apelativo «señor», que no conviene, habida cuenta de que Ildefonso se está dirigiendo a la reina, algo mejora el sentido, aunque no acabe de convencer del todo.




ArribaAbajoAmor, honor y poder

Esta penúltima comedia de la Segunda parte constituye uno de los textos más antiguos de Calderón, tanto por fecha de escritura y representación -nos consta que fue vista en palacio durante el verano de 1623 (Shergold y Varey, «Some Early Calderón Dates», 276)- como de publicación; si bien, en las primeras ediciones fechadas se adjudica a Lope de Vega con el título de La industria contra el poder y el poder contra la fuerza. Su carácter temprano no obsta para que se trate de una de las grandes comedias del poeta.

Con las susodichas atribución y denominación fue incluida en el fraudulento tomo titulado El Fénix de España Lope de Vega Carpio. Veinte y tres parte de sus comedias, y la mejor parte que hasta hoy se ha escrito, conservado en la Biblioteca de la Universidad de Pennsylvania (Regueiro, Spanish Drama of the Golden Age, 2323). En el pie de imprenta se hace constar: Valencia, Miguel Sorolla, 1629; pero en realidad es un conglomerado de sueltas salidas de los talleres sevillanos de Simón Faxardo, entre 1626 y 1628, como ha aclarado D. W. Cruickshank («Some Notes on the Printing»). También se publicó en la Parte 28 de Diferentes Autores (Huesca, Blusón-Escuer, 1634). Existen asimismo varias sueltas de la comedia con este título y a nombre de Lope fechables en los siglos XVII y XVIII (Reichenberger, Manual bibliográfico calderoniano, I, 122-25).

La que ahora merece nuestra atención es temprana y presenta también el título alternativo de La industria contra el poder y el honor contra la fuerza, pero atribuida a Calderón. Se trata con toda probabilidad de un nuevo producto sevillano. He localizado dos ejemplares en la Biblioteca Nacional de Madrid (T-15031/21 y T-55309/14), que parecen de la misma edición que el custodiado en la British Library (C. 108. bbb. 20 [3])21.

La collatio de los cuatro testimonios que ofrecen a priori mayor pertinencia textual -QC, Parte 23, Parte 28 y Suelta- ha arrojado unos resultados de indudable interés con repercusiones textuales de cierta relevancia sobre el texto base de la Segunda parte:

  1. Los cuatro testimonios configuran lo que podríamos llamar tres estados diferentes del texto: 1. El conformado por la Parte 23 y la Parte 28. La primera podría estipularse como modelo de la segunda, que excluimos como codex descriptus. 2. El de la Suelta. 3. El de QC.
  2. La combinatoria de variantes entre los tres textos fundamentales es amplia: 1 y 2 frente a 3, 1 y 3 frente a 2, 2 y 3 frente a 1.
  3. Ninguno de los tres testimonios básicos sirvió de modelo a los restantes.
  4. Las tres ediciones son imprescindibles para intentar aproximarnos lo más posible a los designios de Calderón, toda vez que la abundancia de errores de cierta entidad que presenta el texto de la Segunda parte casi descarta que éste responda a una supervisión en condiciones del propio poeta.
  5. Los errores y ausencias de QC son subsanables en mayor medida con el texto de la Suelta que con el de la Parte 23.

Como muestra de la capacidad que tiene este impreso de recuperar lecturas preferibles a las de los otros testimonios, y que muy probablemente estuvieron en el original, pueden aducirse algunos pasajes.

El seleccionado en primer lugar corresponde al encuentro entre el Rey y Tosco en la segunda jornada:

SEGUNDA PARTE (QC)SUELTA
Rey. Donde està Estela?Rey. Donde està Estela?
Tos.                     Muy prestoTos.                     Muy presto
con la respuesta vendrè22.con la respuesta vendrè.
Rey. No te has de ir, sin que me digasRey. No te as de yr sin que me digas
en que està agora ocupada.en que està aora ocupada.
Tos. Direlo sin faltar nada,Tos. Dirèlo sin faltar nada,
que eres Rey, y a mucho obrigas;atención, y no prosigas.
Estela es coja, y mulata,Estela es coxa, y mulata,
aunque tan branca la ves,aunque tan blanca la ves;
çurda y tuerta, porque esçurda, y tuerta, porque es
el ojo izquierdo de prata,el ojo yzquierdo de plata.
seis dedos en vna manoSeys dedos en vna mano
tiene, y con tormento eterno,tiene, y con tormento eterno,
sabañones el Inuierno,sabañones en Invierno,
y suda mucho el Verano.y suda mucho en verano.
Vna sarna le acompaña,23 
tanto, que nunca la dexa, 
y aunque aquesta es tacha vieja 
tiene vna potra tamaña,24 
los dientes, aunque esto passa,Los dientes, aunque esto passa,
señor, como cosa poca,señor, como cosa poca,
son vezinos de su boca,son vezinos de la boca
que se mudan a otra casa.que se mudan a otra casa.
Estar tropica no es nada, 
teniendo tan gran barriga, 
que no ay nadie, que no diga, 
doña Estela està preñada. 
Leuanta vna costilla25Levantase vna costilla
àzia la mano derecha,àzia la mano derecha,
aunque poco le aprouechaaunque poco le aprovecha
ponerse vna almoadilla,26el ponerse una almohadilla.
con que lleuarà vna Cruz Con que llevarè vna Cruz,
pues queda sin cabellera,pues queda sin cabellera,
que parece la mollera que parece su mollera
el hueuo de vna abestruz27.guevo de alguna Avestruz.
  Solo le queda vn cerquito
 de cabello alrededor,
 con que parece, señor,
 un monje de San Benito.
Y quando por su trabajoY quando, por su trabajo,
el moño se està poniendo,el moño se està poniendo,
pienso que le està diziendo pienso que le està diziendo
el cabello, que esta abajo:28el cabello que està abaxo;
Tu que me miras a miTu que me miras a mi,
martir de rizado asseo,martir de riçado asseo
no te caigas, tente en ti,no te caygas, tente en ti,
que qual tu te ves me vi,que qual tu te ves me vi,
veraste como me veo. verte às como me veo.
Y con esto, si me dasY con esto si me dàs,
licencia me quiero ir,licencia, me quiero yr,
que yo boluerè ha dezirque yo bolverè a dezir
quatrocientas cosas mas.quatrocientas cosas mas, Vase.
Rey. Vete, que yà el Alua hermosaRey. Vete, que ya el Alva hermosa
entre açucenas y lirios,entre açucenas, y lirios,
baxa à dar vida a las floresbaxa a dar vida a las flores,
coronada de jacintos. coronada de jacintos.
(238v,a-b)(Clv,a-b)

Aparte de variantes menores y erratas, se aprecia cómo el texto que recoge QC ha prescindido -muy posiblemente por censura o autocensura- de la mención a san Benito de la redondilla que sólo recoge la Suelta. Otro tanto puede decirse de ésta en relación con el humor grueso de las estrofas de la Segunda parte que comienzan por «Vna sarna le acompaña» y «Estar tropica no es nada».

Un poco más adelante el rey increpa a Estela:

SEGUNDA PARTE (QC)SUELTA
No tienen amor la [sic] flores,No tienen amor las flores?
no es este cardeno lirio no es este cardeno lirio
el que en las seluas de Arcadiael que en las selvas de Arcadia
fue enamorado jacinto: fue enamorado Iacinto?
no es eclipse esta flor del Sol,29No es Clicie esta flor del Sol?
y este Cipres Cipariso?30y este ciprès Cipariso?
no es Adonis esta planta,31no es Adonis esta planta?
y este Narciso es Narciso?32y este Narciso, Narciso.
Pues si en la tierra las flores,Pues si en la tierra las flores,
si los pezes en los riospues si en el cielo los signos
aman, para que te preciasaman, para qué te precias
de libre con pecho altiuo,de libre, con pecho altivo?
mira que es en el soberbiomira que es en el sobervio
siempre mayor el castigo.siempre mayor el castigo.
(240r,b-240v,a) (C3r,a)

Parece claro que son preferibles las variantes de la Suelta en los tres versos en que se producen. Las de la Segunda parte son lectiones faciliores, tan desafortunadas, en algún caso, que incluso desaconsejan pensar en que Calderón supervisara el texto para su publicación. Y aún más alejado del original está la Parte 23.

Enseguida llega Enrico, hermano de Estela, y el rey se esconde entre las obras de arte de su colección:

SEGUNDA PARTE (QC)SUELTA
Enr. El Rey se ha retirado,Enr. El Rey se ha retirado,
confessose culpado,confessose culpado,
yà que de la razon la fuerça hallo,y aqui de la razon las fuerças hallo
pues teme el Rey a tan leal vassallo,33pues teme vn Rey a tan leal vassallo.
que el Rey, que el Rey ha sido,Que el Rey, que el Rey à sido;
otro no fuera, pero soy marido,otro no fuera, pero soy marido?
si, pues no està casada,34si, pues no esta casada,
corte la lengua donde no la
espada:
corte la lengua, donde no la espada.
hermana, que mirabas estas fuentes,35Hermana, que miravas estas fuentes,
con tantos artificios diferentes,con tantos artificios diferentes,
marmores, y figuras.marmoles, y figuras?
Est. Estaba contemplando sus pinturas.Est. Estava contemplando sus pinturas,
Enr. Es propio de los Reyeses propio de los Reyes
estas grandezas tales,36estas grandezas tales,
 que son sus gustos en el mundo leyes.
bultos ay que parecen naturales,Enr. Bultos ay que parecen naturales,
vno vi que quisiera,vno vi que quisiera,
 si copiarle pudiera,
mas no quisiera nada, mal resisto,mas no quisiera nada, mal resisto,
yo pienso hermana que el mejor no has vistoyo pienso hermana, que el mejor no às visto,
llega y verasle37.llega y veràsle.
(241r,a)(C3r,b-C3v,a)

La Suelta ofrece mejor puntuación que QC y también mejores lecturas. Así ocurre en el cuarto y quinto del parlamento de Enrico. Otro tanto pienso de los dos que presenta. Ambos son oportunos tanto por métrica como por sentido. Desde luego, convienen a la silva de pareados, tan calderoniana. Si bien es cierto que el primero posiblemente se encuentre en la Suelta desplazado de su posición original, donde tal vez se leería: «es propio de los Reyes, / que son sus gustos en el mundo leyes, / estas grandezas tales». Se trata de un verso nada inocuo, puesto, junto con los que le acompañan, en boca de Estela. Porque, en efecto, también creo que es preferible la opción de la Suelta que le atribuye a ella estos versos, y no a su hermano. «Que son sus gustos en el mundo leyes» además de hacer referencia, en la superficie, a la capacidad colectora de obras de arte, permite que la dama se lamente por la fuerza que el rey ejerce sobre ella.

Enrico está en prisión al comenzar la tercera jornada. Hasta allí ha llegado la Infanta «con hábito de hombre». Al darse la mano para sellar el pacto de ayuda, él experimenta una extraña sensación:

SEGUNDA PARTE (QC)SUELTA
Inf.                     Que sientes?Inf.                     Que sientes?
Enr. No se, no se que blandura,Enr. No sè, no sè que blandura,
que suauidad diferente que suavidad diferente
de la mia està en tu mano,de la mia està en tu mano,
con que los sentidos mueue,con que los sentidos mueues38.
 No sè que apascible llama
 dentro de mi pecho enciende,39
pues siendo de fuego el tacto, que siendo de fuego el tacto,
es à la vista de nieue.es a su vista de nieue.40
Tu presencia me enamora,Tu presencia me enamora,
tus razones me suspenden,tus razones me suspenden,
tu entendimiento me alegra, tu sentimiento me alegra,41
y me regozija el verte,y me regozija el verte.
  No sè que siento en el alma,
 que por los ojos alegre
  quiere salir, y por Dios
 que tu temor la detiene.
 Con saber que te conozco,
 no me atrevo a conocerte,
  que solo tengo vnas señas
  de averte visto otras vezes42.
sino temiera enojarte,Sino temiera enojarte,
dixera, que eras. dixera, que eras.
Inf.                     Detente...Inf.                     Detente...
(244v,a)(Dlv,a-b)

Las variantes y los versos de más que presentan la Suelta y la Parte 23 en este pasaje tienen todos los visos de ser auténticos. En el caso de los segundos cabe dilucidar si se eliminaron por la voluntad del poeta en una supuesta revisión. Sin embargo, a ese titubeo del reconocimiento, con semejante juego de palabras, se alude algo más adelante en palabras de Enrico que todos los testimonios ofrecen, incluido QC:


Quanto antes que te viesse
no conocerte sentia,
siento agora el conocerte...


(244v,b)                


En QC y en la Parte 23 el cuadro escénico acaba con la marcha de la Infanta y el lamento de Enrico:


Ay honor! lo que me deues,
dos vidas quisiste darme;
porque dos vidas me cuestes.


(245r,a)                


La Suelta ofrece a continuación cuatro versos más puestos en boca del gracioso Tosco:


Yo también puedo dezir,
ay honor lo que me deves,
pues voy muriendo de hambre,
y voy temiendo la muerte.


(D2r,a)                


Esta formulación, tan característica del contraste de visiones del mundo entre caballero y criado, tiene muchas posibilidades de que la haya escrito Calderón.

Otro pasaje interesante se encuentra al final de la obra:

SEGUNDA PARTE (QC)SUELTA
Lud. Su Magestad se sienta,43Lud. Su Magestad se sienta,
y a su lado la Infanta.y a su lado la Infanta.
Enr.                     El Rey airadoEnr.                     El Rey ayrado,
con grauedad admira,con grauedad que admira,
seuero y graue a todas partes mira.severo, y grave a todas partes mira.
Rey. Cauallero [sic], mis deudos, y vassallosRey. Cavalleros, mis deudos, y vassallos
leales, nobles, y amigos,fieles, nobles, y amigos,
a vuestro bien aueis de ser testigos,a vuestro bien aveys de ser testigos,
pues por satisfazerospues por satisfazeros
tantas hazañas, que en el mundo han sido,tantas hazañas, que en el mundo an sido,
termino al tiempo, limite al oluido,termino al tiempo, limite al olvido,
oy quiero lisonjearosoy quiero lisonjearos
con vna Reyna, que pretendo daros,con vna Reyna que pretendo daros.
Estela es, quien mereceEstela es, quien merece
partir conmigo la Imperial Corona, 
que luziente en mis sienes resplandece;la corona que en mis sienes resplandece,
porque veais en tan felize estado,porque veays en tan felice estado,
vencido mi poder, su honor laureado,vencido mi poder, su honor premiado.
no repliqueis, sentaos en esta silla,No repliqueys, sentaos en esta silla,
pues solo merecisteis ocupalla,44pues solo merecistes ocupalla,
siendo del mundo espanto, y marauilla.siendo del mundo espanto, y marauilla.
Estel. No merezco essos pies.Estel. No merezco essos pies.
Rey. Y quando fuera fuera45.Rey. Y quando fuera hiziera.
del mundo Emperador, lo mismodel mundo Emperador, lo mismo
(247v,a-248r,a)(D4r,a-D4v,a)

También en esta ocasión la Suelta ofrece lecturas preferibles. Su respaldo viene fundamentalmente de criterios métricos:

  • «Leales» de QC convierte el verso en hipermétrico, de no recurrir a una sinéresis, que no he conseguido ver atestiguada en Calderón46. Por el contrario «fieles» siempre es bisílabo.
  • «La corona que en mis sienes resplandece» de la Suelta suma doce sílabas: es posible que le sobre el artículo «la». Pero, en todo caso, su incorrección es menor que la que ofrece QC, donde se ha añadido un verso que permanece aislado en la silva de pareados y que, además, separa a los dos que normalmente deberían rimar juntos en consonante.
  • Es obvio que el «fuera» del último verso de QC es una simple errata.

Los casos mostrados hasta aquí, y bastantes otros, parecen dejar claro que Calderón no pudo revisar a conciencia el texto de Amor, honor y poder para su inclusión en la Segunda parte. De lo contrario, no se le habrían escapado las enmiendas de algunos pasajes, bastantes, en que las deficiencias de sentido o de métrica son obvias. Su instinto de creador hubiera dado con mejores opciones de las que hoy ofrece el texto de 1637, por conjetura, sin necesidad de recordar cuál fue su escritura inicial. Efectivamente, también de esto se deduce que no consultó ninguna de las copias que podían haberle hecho ver cuáles fueron esas primeras opciones. Lo que se da la mano con lo conocido en las tres comedias de la Segunda parte mencionadas más arriba: El mayor monstruo del mundo, A secreto agravio, secreta venganza y El astrólogo fingido. Los textos utilizados por José Calderón no correspondían al original ni a ninguna copia más o menos directa o «autorizada», sino a otras con alteraciones patentes. También apuntan que José o Pedro no se tomaron demasiadas molestias en arreglarlas47.

Sobre el caso de El mayor monstruo se ha pronunciado recientemente Ruano de la Haza («Las dos versiones», 45):

El texto publicado en la Segunda parte de Comedias, además de estar plagado de errores, es una burda adaptación teatral llevada a cabo por un autor de comedias sin muchos escrúpulos, que no se preocupaba de aspectos tan fundamentales como la función del fondo histórico o la de la intriga secundaria. Hemos de suponer, pues, que la aseveración antes citada de Joseph Calderón de que no deseaba que las comedias de su hermano salieran erradas no es cierta, al menos en lo que respecta a El mayor monstruo del mundo, y que la recogida de manuscritos para esta Segunda parte no fue aprobada ni supervisada en su totalidad por Don Pedro.


Y ése es el aspecto que quizá sorprende más. Conociendo la mentalidad y las circunstancias de la época, podemos llegar a entender las limitaciones de las copias de las que tuvo que servirse. Pero necesitaremos esforzarnos más para asumir que un escritor o su editor de confianza, o los dos, que respaldan la presunta autenticidad de sus versos y que incluso proclaman su labor correctora en los prólogos, puedan dar por buenas las lecturas manifiestamente erróneas de las comedias incluidas. Errores que saltan a la vista, sin necesidad de cotejarlos, con las lecturas de otras copias; errores que cualquier lector mínimamente entendido, y con tiempo y ganas, hubiera podido si no corregir con lecturas auténticas sí tapar con otras aparentes.

¿Qué les llevó a esa postura a los Calderón? Sin duda, algo tuvieron que ver las prisas: el tomo de 1637 fue un producto de oportunidad relacionado con la biografía del escritor y cortesano. Pero al fondo se intuyen razones más serias: fue quizá la asunción por parte de los responsables de la imposibilidad de que los textos regresasen al estadio primero, junto con la conciencia del trabajo arduo que suponía dar sentido y corrección métrica a bastantes de los errores, las que les sumirían en la conformidad y la inacción. Siempre que se refiere a sus comedias, el poeta habla no tanto desde el enfado como desde la resignación, cual héroe de una tragedia editorial que asume su destino adverso. Léase, a propósito, la dedicatoria de la Cuarta parte de sus comedias (1672):

Mandame V. Merced, Señor, y amigo mio, que para sobrelleuar la soledad à que le han reducido sus desengaños, le remita los libros inclusos en la memoria de su carta [...] En cuya vltima linea, especialmente pone los libros de Comedias, en que andan algunas mias esparcidas. Yo con el deseo de obedecer en todo, à pesar del dexo con que ya miro esta materia, y desimaginado (por el poco afecto que he puesto en andar en sus alcances) de lo que auia de encontrar en ella, acudi a buscarlos...


O la de sus Autos sacramentales, alegóricos y historiales (1677):

Este consentido abuso [...] me ha puesto en rezelo de que los Autos Sacramentales [...] no corran (pues no ay quien lo impida) la desecha fortuna que han corrido las Comedias.


En definitiva, de las tres comedias de las que he localizado y analizado testimonios no tenidos en cuenta hasta ahora, el caso de Amor, honor y poder es el que ofrece variantes más transcendentales, que los editores y estudiosos deberán tener en cuenta para paliar las deficiencias textuales de la Segunda parte. El valor de los otros dos es menor en este campo de los Remedia textus, pero qué duda cabe que lo contemplado ofrece interesantes perspectivas nuevas.








ArribaBibliografía

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