Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
Indice


ArribaAbajo

Canarias en los caminos cinematográficos como lugar de tránsito entre continentes


Jorge Gorostiza López





Canarias, debido a su posición geográfica estratégica en el Atlántico, ha sido históricamente un lugar de paso y encuentro entre Europa y América.

Los espectáculos anteriores al Cine y cinematográficos, tenían que pasar por el Archipiélago en su tránsito marítimo hacia otros continentes, aprovechando su estancia en las Islas para dar funciones de su espectáculo, funciones que han quedado recogidas en la prensa de la época.

Hay muy pocos casos en que un espectáculo se haya generado en las islas, viajando después a otros países, sin embargo a mediados de noviembre de 1875 el artista tinerfeño Gumersindo Robayna expuso un Gabinete Óptico en los salones del Casino La Tertulia. Situado en la Plaza de la Constitución, este Gabinete estaba constituido por una serie de telas de gran tamaño pintadas por Robayna con temple sobre muselina que mediante «una ingeniosa combinación de cristales el aventajado pintor produce sobre sus cuadros los más preciosos efectos de luz natural, que contribuyen a hacer más perceptibles las muchas bellezas artísticas que su hábil pincel ha trasladado al lienzo»1. Dos años después, por culpa del cierre de la Academia de Bellas Artes donde Robayna daba clases de dibujo, se traslada a Cuba, llevándose los lienzos, exhibiéndolos hasta 1876, año en que regresa a Tenerife. Por las pocas descripciones del espectáculo que se conservan parece estar basado en el Diorama de Daguerre, los lienzos que todavía se conservan, tienen motivos arquitectónicos con forzadas perspectivas que servían para simular la realidad.

El papel de Canarias como punto de paso hubiera podido servirle para ser uno de los primeros territorios del Estado en que se hubiese exhibido el cinematógrafo. El diecisiete de junio de 1896 el Diario de Las Palmas publicaba el siguiente suelto: «Ocupándose un colega de Madrid del aparato llamado cinematógrafo que tanta aceptación ha tenido en dicha capital, y que hemos de observar aquí, por cuanto lo trae la compañía dramática inglesa que mañana se espera...», el día siguiente el Heraldo de Canarias, un periódico de La Laguna en la isla de Tenerife, publicaba la siguiente noticia: «Hoy se espera en Las Palmas la compañía dramática inglesa del célebre actor Maurice Baudman que va á dicha ciudad con objeto de dar algunas representaciones. Entre las obras que pondrá en escena figuran, Hamlet, Othello, David Garrick, Merchant of Venice, Macbeth, Trílby Leah y otras. También se expondrá al público el Cinamatógrafo, célebre invento de Edison que representa con maravillosa exactitud escenas de la vida real por medio de fotografías animadas». No es extraño que una compañía dramática inglesa actuase en las islas, ya que la colonia de ese país fue siempre numerosa. Desgraciadamente todavía no se han encontrado documentos que confirmen la exhibición de este espectáculo2.

Como tampoco se han encontrado documentos que prueben que la primera exhibición colectiva de la imagen en movimiento fuese la de un Animatógrafo traído desde Portugal. A principios de julio de 1897 la prensa3 anuncia la llegada «á esta Capital un Sr. que trae un magnífico Animatographo» añadiendo que «ha estado actuando en los teatros de Lisboa y Madeira y se propone dar algunos espectáculos en nuestro coliseo; los periódicos portugueses hacen grandes elogios de las bellezas de este aparato». El Ayuntamiento en la Sesión del 19 de julio acuerda ceder el Teatro Municipal, pero en ningún periódico se da cuenta de la celebración del espectáculo. Durante años se creyó que el Animatógrafo lo traía Edwin Rousby por un dato que daba Félix Ribeiro4, hoy gracias a Videira Santos5 se sabe que Rousby en enero de 1897 continuó hacia Inglaterra vía París después de sus proyecciones en Portugal, Videira aporta el dato que fue Joao Anacleto Rodrigues quien hizo las exhibiciones en Madeira y en dos ocasiones, junio de 1897 y noviembre del mismo año, anunció que pensaba abandonar la isla para seguir sus proyecciones en Canarias. Tampoco se ha encontrado constancia de que se efectuasen estas exhibiciones.

Antes se citaba Cuba en relación con Robayna y esa isla tiene también mucho que ver en la vida de Miguel Brito Rodríguez, fotógrafo palmero y pionero del cine en las Islas, fue el primer canario que explotó un kinetoscopio en las islas de Tenerife y La Palma. En 1897 conoció un aparato de proyección, decidiendo a finales de ese año viajar a Estados Unidos para adquirir uno de Edison. Cuando su barco hizo escala en Cuba encontró un cinematógrafo Lumière y decidió adquirirlo y volver a las Islas6. Recuérdese que, por extraño que parezca dada la cercanía de la República de Cuba con los Estados Unidos, fue el representante de la Casa Lumière de París, Gabriel Beyre, quien en enero de 1897, hizo las primeras proyecciones públicas del Cinemathographe Lumière. Brito estuvo exhibiendo muchos años su aparato hasta que lo dejó abandonado.

Las Islas Canarias como lugar de paso entre continentes ha propiciado encuentros que dicen mucho de la lejanía y la incomunicación de sus habitantes. Mr. Edgar John Gaze es un ciudadano inglés que regentó el British Bar, un conocido local en los años treinta. Él mismo cuenta como una mañana de 1936 entró en su bar cercano al puerto una joven extranjera que viajaba a bordo de un trasatlántico, iba acompañada de una señora mayor, Mr. Gaze se acercó a ella y después de invitarla le pidió que saliera con él. A las tres de la tarde la joven le esperaba en la plaza de la República, tomaron un taxi y salieron con destino al norte de la isla, la joven cantaba unas canciones bellísimas y estaba muy contenta, la excursión acabó en Tacoronte, donde tomaron unas copas antes de regresar. Mr Gaze acompañó a la joven hasta el barco y allí se despidieron. Al día siguiente mientras se bañaba en la playa un periodista que se encontraba allí le dijo: «¿A dónde fuiste ayer con Marlene Dietrich?»7.

Aunque en 1936 Marlene no era tan joven, ya tenía treinta y cinco años, es cierto que a finales de julio embarcó en el Normandie rumbo a Europa, con veinte baúles, treinta bolsas, dos doncellas y su ama de llaves María8, contratada por Alexander Korda para protagonizar Knight without armour (La condesa Alexandra) de Jacques Feyder con Robert Donat.

La relación de Canarias con otros lugares, no sólo se ha referido a su posición de paso, la emigración de sus habitantes ha propiciado que muchos de ellos se convirtieran en profesionales de la imagen que trabajaron en los más diversos lugares, aunque su destino fuera preferentemente Sudamérica.

El barítono grancanario Juan Pulido Rodríguez marchó en los años veinte a Cuba, «desde allí realizó fructuosas excursiones por diversos países americanos, que le procuraron buena nombradía y abundante dinero... Hizo películas, cantó en teatros y emisoras de radio, viajó y vivió con plenitud y entrega de verdadero artista»9. Lo cierto es que en 1930 intervino en la versión en castellano de Galas de la Paramount, donde cantaba el tango Donde esta el corazón. Juan Pulido murió en Méjico el 22 de noviembre de 1972.

Pulido no es el único caso de artistas que han tenido que triunfar en América. Olga Henríquez Fuenmayor nació en Santa Cruz de Tenerife en 1940, trabaja en Venezuela donde protagonizó Pantano en el cielo dirigida por Napoleón Ordosgoitti en 1956, con Carlos Márquez, actuando asimismo en televisión. Bárbara Teyde nació en Tenerife trasladándose a Venezuela de muy corta edad, allí estudió en la Escuela de Teatro Escénico, trasladándose a Madrid a continuar sus estudios en la Escuela de Arte Dramático y el Instituto de Experiencias Cinematográficas, trabaja en la Compañía María Guerrero, en la televisión y en las películas Cristo negro (Ramón Torrado, 1963), Rogelia (Rafael Gil, 1963) y Los ojos perdidos (Rafael García Serrano, 1966), ha ganado varios premios de interpretación en Venezuela, donde reside actualmente. Asimismo Jaime Díaz Bethencourt, nacido en 1938 en Arrecife de Lanzarote, trabaja en Caracas como actor.


Cristo negro

También los descendientes de canarios han tenido relación con el cine10. Siguiendo con Sudamérica, la actriz mejicana Pituca de Foronda y los hermanos Rojo son hijos de la tinerfeña Mercedes Pinto, así como los hermanos Junco, José y Víctor, son hijos de José Junco Toral, un magistrado exilado de Las Palmas.

El padre de la actriz Patricia Medina también había nacido en Las Palmas de Gran Canaria, por su trabajo relacionado con la exportación agrícola se trasladó a Inglaterra, casado con una inglesa, el 19 de julio de 1923 nació su hija Patricia en Liverpool, ella misma reconocía en una entrevista: «mi padre es canario, a pesar de que mi hermana pequeña nunca llegó a conocer las islas. Quien sí las conoce bien es la mayor». Su carrera cinematográfica empezó en Inglaterra en 1942, en 1946 fue a Estados Unidos contratada por la Metro Goldwyn Mayer, hizo televisión, teatro y cerca de cuarenta películas11, protagonizando hasta cuatro películas en un mismo año, trabajando en Inglaterra, Estados Unidos, España, Japón y en los estudios más famosos de Hollywood (Universal, 1949-50; Columbia, 1950-52 y 1954-56; Paramount, 1952-54; Warner Brothers, 1953-54; Metro Goldwyn Mayer, 1946-49 y 1959-60; United Artists, 1956-59...), con los directores más conocidos (George Sidney, Jean Negulesco, Richard Quine, Orson Welles, Tay Garnett, Gordon Douglas, Robert Aldrich...), y junto a las «estrella» de la época (Gene Kelly, Lana Turner, James Mason, Alan Ladd, Orson Welles, Douglas Fairbanks, Maurice Chevalier, Glenn Ford, Karl Malden, Deborah Kerr...), los estudios la encasillaron como le solía pasar a casi todos los actores, en un tipo de papel determinado, que en su caso fue el de exótica aventurera y aunque muchas de sus películas no llegaron a España fue la protagonista en la mayoría de ellas.

Los canarios no sólo han trabajado en el cine como actores. Claudio de la Torre Millares nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1895, en 193112 se traslada a París contratado por la Paramount para trabajar como adaptador de diálogos en los estudios de Joinville-Le Point, allí en 1931 rueda Pour vivre hereux. Amigo de Buñuel, Lorca y Dalí13 vuelve a España, donde en 1936 dirige los estudios C. E. A.14, dirigiendo algunas películas15 sin demasiado éxito.

Otro director que tuvo una relación importante con Canarias fue Richard Leacock. Hijo de un curioso terrateniente inglés afincado en Galdar (Gran Canaria), que a su muerte donó las tierras a sus trabajadores, en 1935, con sólo catorce años, rodó en Gran Canaria un cortometraje de 16 mm titulado Canary Bananas producido por el Sindicato Agrícola del Norte, según contaba16 estudiaba interno en Inglaterra y «no tenía forma de decirle a la gente de dónde venía y quería explicarles cómo era la vida aquí». La película con una clara influencia del cine documental soviético, cuenta el trabajo que se hace con los plátanos desde que se recolectan hasta que se embarcan para distribuirlos. Se acabó justo cuando empezó la guerra civil y Leacock no creía que se hubiera exhibido en Canarias, su padre tenía una copia y se la enseñó a algunos amigos, él la proyectó en muchos colegios ingleses, logrando una publicidad turística que en aquellos años bélicos no tuvo repercusión.

Pero los canarios no sólo han emigrado hacia América o Europa, ni han trabajado en el cine sólo haciendo películas. Martín Moreno es el seudónimo por el que se conoce a Francisco Pérez García, actor, periodista y director de las primeras películas sonoras canarias; en 1965 tuvo que emigrar al Sahara, a la ciudad de La Güera cercano a la frontera con Mauritania, después de tener un restaurante en el que proyectó algunas películas de 16 mm; en 1970 decide montar un cine en una de las naves del hospital viejo. El propio Martín Moreno era el proyeccionista, su mujer era la taquillera y su hijo y un amigo de la familia vigilaban el interior de la sala. Las películas las mandaban por avión a través de los Rodríguez Doreste, unos conocidos distribuidores grancanarios; también exhibió películas «moras», los franceses de Mauritania iban a su cine y «los españoles pasaban a Mauritania a ver películas pornográficas»17. En 1975 con la descolonización del Sahara tuvo que abandonar el país regresando a Canarias.

Y para finalizar un apunte todavía en proceso de investigación, el de otro caso de promotor cinematográfico canario, el pionero del cine en China y Filipinas Antonio Ramos que fue uno de los tinerfeños enviados a China para enseñar allí la técnica del calado textil, técnica que ha llevado a que la mayoría de los calados que se venden en las Islas procedan de China.

Si bien es cierto que en Canarias no ha habido una industria cinematográfica, las relaciones de las Islas con el Cine son abundantes y peculiares, todavía falta mucho por investigar y cada día aparecen nuevos datos que hacen este trabajo más apasionante.





  Arriba
Indice