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Caracas a la vista de los viajeros en 1810

José Félix Díaz Bermúdez





Vista general de Caracas

Vista general de Caracas finalizando el siglo XIX
(Litografía original)

El panorama que contemplaban los viajeros en Caracas en los años inmediatos a la revolución de 1810, era la presencia de una hermosa ciudad, agradable por su clima, por sus edificios, por sus costumbres, por su gente. «Un delicioso valle» observa Dauxion Lavaysse al describirla, donde se sorprendía el europeo advertir la constancia de su clima benéfico, donde inclusive en el verano: «es raro que el calor sea fuerte».

Sus calles se encontraban bien dispuestas: «cortadas en ángulos derechos y suficientemente largas». Sus casas de buen estilo y adecuadas al clima, eran regularmente bien construidas con: «ladrillos o muros de tierra», la mayoría de una planta y con excepciones de un piso, con aquellos patios interiores, plácidos y seductores.

Un boulevard en Caracas

Un boulevard en Caracas
(Litografía original)

Los atractivos del paisaje y del ambiente se multiplicaban por: «los cuatro ríos que la atravesaban», que contribuían al frescor, a la limpieza y a la sociabilización de la ciudad, como no lo disponían muchas otras, y admiraba descubrir la circunstancia de que cada propietario de Caracas disponía en su casa de: «un hilo de agua», sin omitir en sus calles los pozos o las fuentes públicas. Comparando las viviendas y las calles de Caracas con las de España, concluían eran las nuestras entonces más dispuestas y limpias.

La Iglesia de Altagracia era considerada el edificio más suntuoso y grande, y admiraba al extranjero que a la misma acudía la gente de color de la propia Caracas y de sus alrededores.

Catedral de Caracas

Catedral de Caracas finalizando el siglo XIX
(Litografía original)

Entonces a Caracas la integraban cinco sus parroquias: Catedral, Altagracia, San Pablo, Santa Rosalía y La Candelaria, y para el año de 1810, tiempo singular de la revolución en sus inicios, existía y aproximadamente unas 50000 personas, pero considerando toda la provincia de Venezuela se estimaba un total de 496772 personas. Sus límites bordeaban por al norte el mar, al occidente la provincia de Maracaibo, por el oriente la de Cumaná y por el sur, la de Barinas.

La Guaira, era el importante puerto comercial de Caracas, apreciada como una: «bahía abierta a todos los vientos». La Guaira, «está adosada a una montaña» y su temperatura era muy elevada, húmedo el clima, y estimulaba según los extranjeros: «fiebres inflamatorias» que afectaban singularmente durante 24 a 36 horas a los viajeros europeos.

Militarmente Caracas era una población bien fortificada, con unos 800 hombres en su guarnición. Y no obstante ello, la templanza de las autoridades coloniales, el conservadurismo de la iglesia, la sujeción de muchos al dominio de España y su monarca, se gesta en ella, en la Caracas señora y principal, mantuana y parda, conspiradora y rebelde, la primera libertad y los hombres fundamentales de la América nuestra, y en su gloriosa descendencia, el olimpo sagrado de los héroes, Miranda precursor y Bolívar realizador de la empresa política y humana más singular del Nuevo Mundo.





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