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Volumen 20 - carta nº 445

De ANGEL ROSANES
CATEDR?TICO
A   MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

[Septiembre 1909] [*]

Mi respetado y sapientísimo maestro: Ante todo debo expresarle la más profunda gratitud por la atenta carta de V., 3 de Mayo último, contestando á otra mia en que le comunicaba la noticia del informe dado por el Sr. Alemany á mi libro «Elementos de Gramatica Castellana». No olvidaré nunca las benévolas frases con que intentó V. devolver la calma á mi atribulado espíritu. ¡Dios se lo premie!

Por este correo le envio un ejemplar de la 2.ª edición, que, como Vd. recordará, estaba ya bastante adelantada cuando recibí el disgusto. A última hora, estando imprimiéndose el último pliego, logré una copia literal del mencionado dictamen, que le incluyo, para que V., maestro de maestros, juzgue y decida. El artículo addenda et corrigenda, que va al fin, es brevísimo comentario á los reparos que comprende la censura del docto académico. De éstos sólo creo deber aceptar los señalados con los n.º 1 y 4 en parte también el relativo al n.º 9. Los demás nacen, en mi concepto, ó de prejuicios en materias opinables, ó de una interpretación poco fiel de la doctrina expuesta, ó de haber adoptado el censor puntos de vista distintos del autor, el cual atendió más á la conveniencia didáctica, que al rigorismo científico, del que en ocasiones prescinde, sin incurrir por ello en manifiesto error, para evitar ciertas explicaciones, ajenas á la índole de la obra, que por una parte no estaría al alcance de las personas á quienes el libro está consagrado, y que por otra desviaría la atención del punto principal que se examina.

Pero de todas suertes, ¿no le parece á V. que el Sr. Alemany extremó su rigor crítico, condenando toda la Primera parte por dos omisiones (1 y 4), de importancia muy relativa en el fin que la obra persigue, y por una apreciación, cuyo fundamento no puedo admitir, relativa al Capítulo de los cambios fonéticos (n.º 3)? y que diré de los puestos á la Segunda parte, de los que sólo tengo por admisible en extremo rigor científico el explicado en el n.º 9? Agregue V. á esto que todo ello es crítica menuda y negativa, sin una palabra referente al conjunto, al desenvolvimiento de la doctrina, á la lógica interna de la obra, á la clasificación de los verbos llamados irregulares etc. etc. La Tercera parte se libró de las iras del crítico, no sé porqué.

No debo molestarle más. Dispénseme V., D. Marcelino, tales desahogos: disgustos de cierta índole, aprisionados en el pecho, minan la existencia, y todavía deseo vivir; que tengo muchos hijos y pequeñuelos.

Son tantas y tan fecundas y gloriosas para nuestras Letras las ocupaciones de V., que quizá sea temeridad pedirle que se tome una más, hojeando mi libro, de cuyo contenido me agradaría conocer el juicio que V. se forme; juicio que me serviría de norma en lo sucesivo. Perdone mi atrevimiento; pero merced al funesto precedente sentado por el Sr. Alemany, he de tentarme mucho la ropa antes de solicitar nueva revisión de mi libro en la Academia Española.

De V. fervoroso admirador y humilde s.s.q.b.s.m.

Angel Rosanes

P D. No me extraña la actitud de V. con respecto á la Academia. Conocia de sobra la causa que ha podido determinarla, pero no ese efecto. La Política lo invade y envenena todo. Tiene favores para unos, y pretericiones é injusticias para otros, hasta en las Academias.

Vale.

 

[*] Según su carta de 13 marzo 1910.