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Volumen 8 - carta nº 552

De JUAN VALERA
A   MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

Bruselas, 26 octubre 1887

Mi querido amigo Menéndez: Días ha que recibí la carta de Vd. del 17. No he contestado antes porque esperaba ya decir, de modo definitivo, el día en que salgo de aquí. Pero la cosa no está clara aún, y por no retardarlo más, le escribo hoy.

Aunque voy con licencia, y lo natural es que yo vuelva cuando la licencia termine, esto es poco ameno y tan caro para nosotros, que mi mujer y los chicos no quieren quedarse aquí durante mi ausencia.

Todos, pues, traspondremos a Madrid. Ya Vd. comprenderá que arrancar con toda esta gente, mujer, hijos, suegra, aya inglesa, libros, ropas, vajillas y demás objetos, es cuestión dificultosa y larga. Creo, no obstante, que en todo el mes de noviembre próximo estaremos ahí.

Grandísimas ganas tengo de ver a Vd., de ver ahí a los demás amigos de toda la vida, de asistir a las juntas de la Academia y aun de tener en mi casa alguna que otra tertulia literaria clandestina, como las que hubo en mejores tiempos, aunque ahora serían de menos número de personas y no durarían hasta tan tarde.

He leído con muchísimo gusto el discurso de Vd. sobre Quintana, en el cual no hay cosa que yo no aplauda, y sobre todo la alta y desinteresada imparcialidad de Vd., que le lleva más allá de lo que hubiera yo ido en las alabanzas.

Me alegro de que haya Vd. leído y aprobado mi artículo primero sobre la Historia de la civilización ibérica. Ya salió el artículo segundo, que, supongo, habrá Vd. leído también. No quisiera que hallase Vd. demasiada mi detención en revolverme, burlarme y protestar contra esta manía de africanizarnos que priva ahora. Yo quiero probar que España, después de Grecia y de Italia, ha sido y es la nación más europea, más clásica y más católica y romana en todos los sentidos, a pesar de los judíos y de los moros. Ya aduciré yo mis razones. Aun tengo muchísimo que decir, y recelo que los artículos van a ser cinco, cuando no media docena. Lo malo es que, con preparativos de viaje, despedidas, etc., no voy a poder escribir en algunos días, y va a haber larga interrupción en esta producción y publicación.

Adiós. Escríbame sólo cuando nada mejor tenga que hacer. Gusto infinito de cartas suyas, pero no de robarle su tiempo.

Créame su afmo. amigo

Juan Valera

 

Valera-Menéndez Pelayo , p. 409-410.