Visor de obras.

Volumen 8 - carta nº 312

Bruselas, 27 marzo 1887

Mi querido amigo Menéndez: Como estamos siempre a media correspondencia, esto es, como yo escribo a Vd. harto menudo y Vd. no responde, y yo confío y creo en la buen amistad de Vd., empiezo a recelar si estará Vd. enfermo. Quiera Dios que no.

Yo me aburro extraordinariamente. Cada día se exacerba más mi nostalgia. Pero mis pobres recursos y la familia no me consienten hacer mi gusto, que sería soltar el turrón y largarme a Madrid.

Mientras aquí siga, uno de mis mayores consuelos es tener cartas de Vd. ¿Por qué me las escatima Vd. tanto? Siempre tendrá Vd. algo que decirme; pero, en el día, tiene que decirme además mil cosas que me interesan. Voy a poner aquí algunas en forma de interrogatorio, a ver si Vd. contesta al cabo:

I. ¿Repartió Vd. ya ejemplares de Cuentos, diálogos y fantasías, y a quién?

II. ¿Por qué se callan todos los periódicos, y no dicen siquiera que tal libro se ha publicado?

III. ¿Por qué Cánovas me hace el cruel desaire de no contestar a mi carta?

IV. Quiero que me diga Vd. de nuevo, y con toda franqueza, si los Apuntes le parecen bien a los amigos. En caso afirmativo, deseo que se impriman pronto en un tomito. Excite Vd. a Catalina a que lo haga, sin tardar demasiado. La carta a Alarcón, que servirá de Prólogo, pronto irá ahí. Se la enviaré al mismo Alarcón.

V. Si publica usted su conferencia en el Ateneo, envíeme un ejemplar.

VI. No deje Vd. de dar a Moret un ejemplar de mi nuevo libro; y

VII. Para acabar, perdone Vd. que le muela tanto.

Escríbame, no sea flojo, y créame siempre su afmo. y buen amigo

Valera-Menéndez Pelayo , p. 363-364.