Visor de obras.

Volumen 3 - carta nº 139

Madrid, 11 agosto [1878]

Mi querido amigo: Ya empiezo a sentir los inconvenientes de haber aceptado la presidencia del Tribunal de oposiciones. Llueven sobre mí los empeños, y los mismos interesados, Canalejas y Sánchez Moguel, han venido a visitarme y a recomendarse ellos mismos. Esto, sin embargo, aceptada ya la cosa, no me perturba en lo más mínimo. Yo estoy seguro de mí en cuanto a la buena y recta voluntad. Daré mi voto a quien me parezca que más lo merece. De modo que si peco, será por error de entendimiento.

Me siento con bríos hasta para dejar a Vd. en segundo o tercer lugar, si llego a creer que lo exige así la justicia. Hasta ahora no lo creo. A Sánchez Moguel ya le conocía, y en cuanto al Sr. Canalejas me ha parecido presumidísimo, cosa que en mi sentir desgracia mucho cualquiera prenda que pueda tener.

Trabajo poco, o el trabajo no me cunde, y esto me desespera, porque tengo mil compromisos y veo que no los voy a poder cumplir. Doña Luz es sólo quien adelanta algo. Llevo escritos ocho capítulos y en todo serán veinte.

No sé qué pensar. El asunto me enamora: pero reconozco que todo depende de la ejecucion, del primor del estilo.

Anoche leí su artículo de Vd. en la Revista Europea. Salvos los elogios apasionados, que Vd. amistosamente me prodiga, el artículo me parece bonito, escrito con sencillez y facilidad, razonable, lleno de erudicion, como todo lo de Vd., y con un reposo y una serenidad superiores a los pocos años de Vd., que es lo que más me maravílla. Cuídese Vd. mucho y viva sano y largo tiempo, pues va a ser notabilísimo personage en las letras españolas. Ya es Vd. tal, que la X de la firma no puede ser más fácil de despejar por quien sepa de estos negocios. ¿Quien sino Vd. había de haber escrito el artículo? El anónimo es un disimulo inútil.

Dígame Vd. si visitó a la ilustre marquesa de Aranda, que no dudo le habrá agradado.

Soy su afmo.

Valera - Menéndez Pelayo, p. 36-37.