Visor de obras.

Volumen 3 - carta nº 220

Madrid, 30 diciembre [1878]

Mi querido amigo: Acabo de recibir su grata carta del 29, a la que contesto, deseando a Vd. felicísimo Año Nuevo.

Sigo bien, pero sin poder sacudir la pereza y cobrar fecunda actividad, como deseo, para dar cima a muchos trabajos, entre ellos mi discurso de entrada en la Academia de Ciencias morales y políticas, que estoy avergonzadísimo de no haber escrito. Vd. me ha dado materiales para escribirle pero todavía he de abusar más de la bondad de Vd. para que me dé más auxilio en esta empresa, cuando Vd. por aquí venga.

Nada he hecho de los Persas. Las alabanzas, que Vd. me transmite, del Obispo de Tamaulipas, me lisonjean y me alientan sobremanera. Ganas tengo de escribir a dicho señor dándole gracias.

He hablado con grandísimo interés sobre lo de Sanchez Moguel, primero a Cardenas, y a Cánovas luego. Si no se nos logra, no será culpa mía.

El estado deplorable de mis negocios en Villabermeja, donde mi Respetilla me roba de un modo inicuo, me obligará sin duda a ir por allí, a ver si pongo en aquello algún orden. Si voy, será para el 8 de este próximo enero, de suerte que podré ver a Vd. en Madrid antes de partir.

Mi estancia en Villabermeja y en Cabra no pasará de quince o veinte días. Adiós. ¿Qué es de Laverde y cómo está? Cariñosas expresiones mías cuando le escriba. Déselas Vd. también a su padre, y créame su buen amigo.

Valera - Menéndez Pelayo, p. 47-48.