Visor de obras.

Volumen 12 - carta nº 632

Madrid, 23 abril 1894

Mi querido amigo: Vienen a mis manos en estos días dos nuevos libros de Vd., que tan bien sabe aprovechar el tiempo, y tan buenas y loables cosas está dando de sí, y en plena juventud. Su libro Catalina de Siena y su tiempo (Páginas de la historia de Italia en el siglo XIV.), y el otro: Historia de Santa Catalina de Siena, que viene a ser cual la continuación del primero de esos dos libros, y aún promete Vd. un tercer libro, y del mismo asunto... He leído ya los dos libros, y he de decirle a Vd. sinceramente que me ha asombrado la mucha y selecta y bien cernida erudición que hay en ellos, indistintamente. Ambos suponen muchas y muy escogidas lecturas, y un saber histórico impropio de sus años de Vd., y más propio de algún grave y paciente historiador hecho y derecho, acostumbrado a pasar su vida entre el polvo de archivos y de bibliotecas conventuales. Del segundo de esos libros debo celebrar grandemente la originalidad y la novedad con que Vd. habla de los discípulos de la Santa. Y aun más salientes, a mi parecer, esas notas de que a Vd. le hablo, en el capítulo El Cautiverio de Aviñón, y en la magnífica semblanza que Vd. hace del Papa Gregorio XI; e igualmente donde Vd. describe la azarosa odisea de ese Papa a Roma, a ruegos de la Santa; y en los dos capítulos en los que se trata del Cisma, tras del nombramiento pontificio del Papa Urbano VI, antes Cardenal Jorge Orsini. Y aparte de esa su erudición histórica de Vd., impropia, como le decía antes, de sus años; aparte de esto, debo decirle que también es muy de celebrar en esos dos libros la lozanía y la belleza del lexico; hay páginas en ellos que no se desdeñarían de firmar nuestros primeros literatos de hoy día.

Mi cordial parabién; y queda como siempre a su mandar su servidor y amigo,

Tomada de: SADOVAL, A. de: Menéndez Pelayo , p. 258-259.

[1] Carta de dudosa autenticidad.