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Volumen 12 - carta nº 435

De MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO
A   JUAN VALERA

Madrid, 2 noviembre 1893

Mi muy querido amigo D. Juan: Hace un siglo que debí escribir a Vd. en contestación a la última suya gratísima, pero lo he ido dilatando hasta que Cánovas volviese y nos reuniésemos en la Academia de la Historia y pudiera yo decir a Vd. algo positivo sobre la compra de los papeles históricos que ahí se nos ofrecen. A Cánovas y a mí y también a la Academia, que asintió a nuestro dictamen, no nos parece excesiva cantidad la de 400 ó 500 florines por la parte de manuscritos que Vd. ha examinado. Pero como en la parte que todavía no conocemos y que Beer se encargó de revisar puede haber algo de igual o mayor importancia, hemos creído prudente tener también noticia exacta de esta segunda parte para hacer nuestro presupuesto, que seguramente nos resultará mejor comprándolo todo si vale la pena.

Hay que tener en cuenta que la Academia de la Historia no es rica como la Española, y para todas estas cosas tiene que pedir limosna al Gobierno. Venga, pues, la nota de Beer y, en vista de ella, podemos hacer nuestra oferta por la totalidad de la colección si nos conviene, según creo.

Esto mismo piensa Cánovas, y la Academia hará lo que nosotros propongamos.

Supongo en poder de Vd. un prólogo que escribí para la Colección de sus Obras, que está imprimiendo en Mallorca el amigo Quadrado. Recibirá Vd., dentro de pocos días, el segundo tomo de Poetas americanos (Cuba, Santo Domingo, Puerto Rico y Venezuela), que está ya enteramente impreso. Y luego otras cosas que irán saliendo.

Aquí no se habla más que de Melilla, y como supongo a Vd. enterado y saturado de todo esto, no insisto en ello. Hay entusiasmo sincero en la gente, aparte del ficticio que promueven los periódicos, y creo que este ramalazo ha venido a tiempo para despertar la energía del espíritu nacional.

Hay poco de letras. Se preparan muchas recepciones de académicos electos, entre ellas las de Santiago Liniers, cuyo discurso sobre el género epistolar he leído y me ha gustado mucho. Le contestará Silvela.

Al fin, después de medio siglo de esperanzas y promesas, Mariano Aguiló se ha resuelto a publicar su Romancero Catalán. El libro es bellísimo en la parte tipográfica, y las canciones que ha elegido para formar el primer tomo son preciosas, pero desgraciadamente no tienen novedad, porque todas ellas las había incluído Milá en la segunda edición de su Romancerillo.

Aguiló ha sido víctima del error, tan común en España, de dejar todas las cosas para última hora, esperando siempre la última noticia.

De todos modos, creo que el libro de Aguiló (si es que llega a ponerse a la venta, porque hasta ahora no lo está) ha de llamar la atención en Europa a todos los amantes de las canciones populares. Además, Aguiló le ha puesto un prólogo delicioso en un catalán que yo creo que no se ha hablado nunca y que recuerda las taraceas de D. Serafín Calderón.

Leí el artículo de Rubió sobre el primer tomo de la Antología y quedé agradecidísimo.

Aunque yo sea torpe y perezoso para escribir, no imite Vd. mi ejemplo y escríbame Vd. con frecuencia, y no dude nunca del cariño de su mejor amigo

M. Menéndez y Pelayo

 

Valera - Menéndez Pelayo , p. 464-465.