Visor de obras.

Volumen 8 - carta nº 370

Madrid, 7 mayo 1887

Mi muy querido amigo: Ante todo tengo que decir a Vd. que he recibido la primera carta del Budismo esotérico: que me ha encantado la tendencia espiritualista, metafísica y cristiana que en toda ella domina, y que tengo por honor singularísimo el que estas cartas vengan dirigidas a mí, por uno de esos rasgos de bondad a que Vd. me tiene tan acostumbrado.

Vd. me dirá si de he dar estas cartas a la Revista de España, o directamente a Catalina. Yo me inclino a la publicación previa en la Revista, porque esto, lejos de perjudicar al libro, le da a conocer de antemano y hace entrar a las gentes en deseo de poseerle íntegro.

El asunto es de los más divertidos y extraños, y abre ancho campo al entendimiento y a la fantasía de Vd. para explayarse en interesantes consideraciones sobre todo lo humano y lo divino.

El P. Mir no está ahora en Madrid, pero es tan admirador de Vd., que creo que no encontraría nada que reparar en estas cartas, como tampoco lo encuentro yo, lego y profano. En la primera carta hay cosas elocuentísimas, y que, a mi entender, no pueden menos de producir en todo lector bien inclinado el más sano efecto moral y religioso, poniéndole de manifiesto lo contradictorio y superficial de las negaciones positivistas. Espero con mucha curiosidad la segunda carta y todas las restantes.

Laverde vive, aunque muy enfermo. En todas las cartas que me escribe, se acuerda mucho de Vd. Está de catedrático en la Universidad de Santiago. Escríbale Vd. alguna vez y lo agradecerá muchísimo.

Catalina sigue imprimiendo los Apuntes sobre el nuevo arte de hacer novelas, y en el mismo tomo piensa insertar el Budismo esotérico.

Supongo que a estas horas ya habrá Vd. recibido las tres lecciones que D.ª Emilia Pardo Bazán nos ha dado en el Ateneo sobre Rusia y la novela rusa. Poca originalidad tienen, pero son amenas y bien escritas. La pobre señora anda un poco artibulada porque aquí no nos entusiasmamos bastante con el naturalismo parisiense.

Otro día le escribiré más largamente. Entretanto, ya sabe Vd. que es su mejor amigo

Valera-Menéndez Pelayo , p . 374-375.

SÁNCHEZ DE MUNIÁIN, J. M.ª: Antología de Menéndez Pelayo , p . 972 (fragmento).