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Carta de Vicente Blasco Ibáñez a María Blasco del Cacho1

París, 29 de enero de 1891

Transcripción

Vicente Blasco Ibáñez





  -[fol. 1r]-  

[Membrete:]

 Vicente Blasco Ibáñez
     ABOGADO
PLAZA DE SAN GIL, 5 PRAL.
    VALENCIA

París, enero 29/91

 

 

Mi querida Marujita:

Dispénsame que no te haya escrito antes pero me encontraba estos últimos días sin un céntimo y no tenía ni un real para un sello.

Siento mucho todo eso que me dices de mi papá y de mi familia pero te vuelvo a repetir que no hagas caso de tales cosas por dos motivos. Primero, porque siempre habrá algo de exageración pues hay mala gente que goza en decir mentiras y exageran las cosas, y segundo porque queriéndote yo como tú sabes que te quiero y te querré toda la vida nada te debe de importar cuanto digan.

¿No sabes tú que mi corazón es tuyo y que yo no pienso   -[fol. 1v]-   a todas horas más que en ti? ¿Pues entonces por qué debes de preocuparte de lo que digan los demás?

Muéstrate muy despreocupada y no te entristezcas pues lo que debes procurar ahora es estar muy contenta y nada más.

Me alegro mucho de que esté ahí tu prima Amalia Cacho y que vaya a hacerte compañía algunos ratos, pues de este modo te distraerás que bien lo necesitas. Dale a Amalia muchas expresiones de mi parte.

Cuando me escribas dime lo que ha dicho Garrote el procurador de los poderes y si ahora están bien hechos.

De Senent no hagas caso de lo que te diga de mi familia pues es muy impresionable y hoy dice una cosa y mañana otra.

Enseguida que yo vaya a esa nos casaremos. Yo no hago cuenta de seguir ejerciendo exclusivamente de abogado pues esto es muy largo y los resultados se tocan después de muchos años. Hoy   -[fol. 2r]-   gano con la obra 40 duros al mes y dentro de poco cuando vaya a España ganaré 50 en vista de la regular aceptación que tiene la Historia.

En esta me queda aún trabajo para dos años y después tengo ya arreglado con el editor escribir «La leyenda republicana», «La leyenda libre-prensadora» y la «Historia de la civilización española», obras todas de gran tamaño con las cuales hay trabajo lo menos para diez años. Y tras estas obras haré más, muchas más.

Ya ves nenita que con esto podremos vivir no con lujo sino modestamente pues a esto uniremos lo que me den de mi casa y además conforme vayan teniendo las obras aceptación y el nombre sea conocido iré percibiendo mayor retribución.

Con esto ya comprendes que podremos casarnos y vivir regular y esto haremos enseguida que yo vaya a Valencia pues tengo verdaderos deseos de ser pronto tu maridito.

No podremos vivir en grande pero viviremos. Ya ves Amalia se ha casado y pregúntale y verás   -[fol. 2v]-   como su marido no tiene de paga más allá de 50 duros.

No debes pues entristecerte; al contrario debes estar alegre pues enseguida que yo vaya a esa nos casaremos.

Siento mucho que tu mamá esté tan enferma. Yo espero que eso no es más que un decaimiento por la muerte de tu abuelita y que pasará pronto.

Mi mamá me hace elogios de ti en sus cartas por lo bien que cuidas a la tuya.

No te extremes tampoco tanto en el cuidado no sea que te mueras tú o te pongas enferma. ¡Si supieras cuán intranquilo estoy por esa fatiga que tú sufres continuamente! Duerme mucho pues el no dormir es causa principal de las enfermedades.

Adiós nenita mía; corazoncito mío. Da expresiones a la familia Calvo y a Amalia y tú sabes que quien más te quiere en el mundo y desea que seas pronto su mujercita es tu

Vicente

 

 

Aquí ya no hace tanto frío aunque no por esto hace buen tiempo.





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