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Castelvines y Monteses

Lope de Vega



  -fol. 279-  
Las personas que hablan en la primera jornada.
 

 
ROSELO,   caballero.
ANSELMO,   caballero.
OTAVIO,   caballero.
ANTONIO.
TEOBALDO.
FABRICIO.
JULIA,   dama.
DOROTEA,   dama.
FABIO,   máscara.
CELIO,   máscara.
MARÍN,   criado.
LIDIO,   criado.





ArribaAbajoJornada I

 

Salen ANSELMO y ROSELO, caballeros; MARÍN, criado.

 
ANSELMO
Árdese la casa toda
de fiesta y de regocijo.
ROSELO
¿Casa alguna hija o hijo?
ANSELMO
O es el concierto, o la boda.
ROSELO
Ve por tu vida, Marín,5
y entra al descuido.
MARÍN
¡Harto bien!,
¿porque en colación me den
las exequias de mi fin
en casa de tus enemigos,
me mandas entrar a ver?10
ROSELO
¿Pues quién te ha de conocer?
MARÍN
Para mal, siempre hay testigos,
son gente crüel y fiera
los del bando Castelvín.
ROSELO
Tú, lindo gallina, en fin.15
MARÍN
Pluguiera a Dios que estuviera
junto el bando de esa gente,
y en aquesta calle armada,
y yo con capa y espada
contra todos solamente, 20
que tú vieras si de alguna
hubiera hazañas tan ciertas;
pero coger entre puertas,
eso es desgracia perruna.
ANSELMO
Si tienes tanto deseo25
-fol. 280-
de ver aqueste festín,
donde el bando Castelvín
junto y con cuidado veo,
ponte una máscara y entra;
pensarán que eres pariente.30
ROSELO
¿Y podré seguramente?
ANSELMO
Podrás, si nadie te encuentra
que quiera saber quién eres.
ROSELO
Entremos, Anselmo, allá.
ANSELMO
Hecha un paraíso está35
de hermosísimas mujeres;
pero el peligro es notable,
porque del bando Montés
tu padre cabeza es,
y aun no sufre que se hable40
desta gente en su presencia,
cuanto más verla en su casa,
que luego en furor se abrasa,
sin modestia y sin paciencia.
Pues Antonio, donde agora 45
se celebra este festín,
es cabeza Castelvín,
que en estos bandos adora
y aborrece vuestras vidas.
ROSELO
Basta, que el cielo reparte 50
en la una y en la otra parte
dos cosas bien conocidas.
A nuestro bando Montés
ha dado valientes hombres,
de tan excelentes nombres55
como en las historias veis;
y en el de los Castelvines,
mujeres de tal belleza,
que hurtó la naturaleza
la estampa a los serafines.60
Pienso que si se juntaran
los bandos, por casamientos
de su venganza dejaran
tuviera la Italia envidia
de los hombres de Verona.65
MARÍN
No solo en cualquier persona
me cansa, enoja y fastidia
ver el odio que en vosotros
es causa de tantos yerros.
Pero el ver que hasta los perros 70
se muerdan unos con otros,
que es ver salir de las puertas
Monteses y Castelvines,
bravos gozques y mastines,
las bocas de furia abiertas;75
que si los dientes sutiles
espadas pudieran ser,
bastaban a enriquecer
por horas los alguaciles.
No hay hombre que sin carlanca80
traiga su alano valiente;
que parece linda muerte
sobre la piel negra o blanca;
pues los gatos, tan airados
andan en sus bandos juntos, 85
que hacen campaña por puntos
las cocinas y tejados.
Si maúllan, es por fin
de declarar su interés,
porque unos dicen Montés,90
y otros dicen Castelvín.
Hasta en los gallos se ve
de aquestos bandos la furia,
porque tienen por injuria
que alguno cantando esté.95
Y con tantos intereses,
que si un Castelvín primero
comienza en su gallinero,
responden treinta Monteses.
ROSELO
Tus discursos son muy propios 100
de tu ingenio y condición.
MARÍN
Los tuyos pienso que son
harto más locos y impropios,
pues en casa van a entrar,
donde están mil enemigos, 105
que de pasados castigos,
en ti se pueden vengar,
-fol. 281-
que si estos discursos hago,
es por solo entretenerte.
ROSELO
Pues yo, Marín, de otra suerte110
mi condición satisfago.
Desprecio lo que es posible,
lo difícil apetezco.
Anselmo, si algo merezco,
con tu prudencia invencible, 115
pierde esta vez de su humor
y acompaña el loco mío,
porque la sangre y el brío
son temerario furor.
Dos ropas nos vestiremos, 120
con dos rostros de Ferrara,
y en la parte menos clara
de la sala nos pondremos.
Ven, que en tanta confusión
no seremos conocidos.125
ANSELMO
Los rostros y los vestidos
nuestro pasaporte son.
Vamos, que a ti la hermosura
de las damas te ha imitado.
ROSELO
Y la privación me ha dado130
ánimo a tanta locura.
ANSELMO
De tu condición lo creo.
MARÍN
Mas, ¿que vuelves con disgusto?
ROSELO
Los peligros en el gusto
despiertan siempre el deseo.135
 

(Éntrese y salga la música del festín, ANTONIO y TEOBALDO, viejos hermanos, las damas que puedan, JULIA, hija de ANTONIO, y OTAVIO de TEOBALDO.)

 
ANTONIO
Aquí estaremos mejor,
por el calor de allá dentro.
OTAVIO
Yo prima, ni salgo, ni entro,
todo es un mismo calor.
JULIA
A falta de algún galán,140
favor me queréis hacer.
OTAVIO
Favores he menester.
JULIA
¿Y estas damas no os lo dan?
OTAVIO
¿Cómo, si no se los pido?
JULIA
Pues pedídselos.
OTAVIO
No quiero,
145
por querer donde no espero
ser para siempre admitido.
TEOBALDO
Tomad asientos aquí.
ANTONIO
¿Cuáles están nuestros hijos?
TEOBALDO
No fueran los regocijos150
menos buenos para mí,
si pudieran ser casados.
ANTONIO
Primos son, bien pueden ser,
y bien lo pueden hacer,
hermanos tan concertados.155
 

(Dos máscaras: CELIO y FABIO.)

 
CELIO
¿Hay licencia de danzar?
ANTONIO
¿Por qué no, si vós queréis?
CELIO
Danzemos.
FABIO
¿Qué danzaréis?
CELIO
Con los ojos un mirar,
una mudanza que veo,160
que en el alma el son me toca;
unas quejas con la boca
y un favor con el deseo.
 

(Entren con máscaras ANSELMO, ROSELO y MARÍN, de mascara graciosa.)

 
ANSELMO
¿Máscaras hay por acá?
MARÍN
Siempre por acá es lenguaje165
de danza.
ROSELO
La voz se baje.
Pienso que danzaron ya,
y se han salido al jardín
solo a hablar.
ROSELO
Brava hermosura,
así Dios me dé ventura,170
que sois cielo, Castelvín.
Perdono todo el rigor
que con la leche me han dado
los padres que me han crïado.
  -fol. 282-  
ANSELMO
¿Quién te parece mejor?175
ROSELO
La que habla aquel dichoso
que merecïó lugar.
ANSELMO
Tú puedes también hablar.
ROSELO
¡Qué rostro tan enfadoso!
ANSELMO
¿La máscara te has quitado?180
ROSELO
No reparé en lo que hacía.
ANSELMO
Póntela presto.
ROSELO
Sería
dar a esta gente cuidado,
que imaginas en traición.
Mejor es estarme ansí.185
ANSELMO
Ya te han visto.
ROSELO
Necio fui.
ANSELMO
¡Qué notable confusión!
ANTONIO
¿Hay mayor atrevimiento?
¡Roselo en mi casa!
TEOBALDO
Oíd.
ANTONIO
¿Qué he de oír?
TEOBALDO
Solo advertid
190
lo que deste mozo siento
que es una noble llaneza,
y que con su poca edad
no siente la enemistad
que es en el naturaleza, 195
y es señal que no ha tenido
odio jamás a esta casa,
pues sabiendo lo que pasa,
a donde veis, ha venido.
ANTONIO
¿No puede venir armado200
y intentar una traición?
TEOBALDO
Eso es hablar con pasión,
de noble el mancebo ha entrado,
sin reparar si era error,
estando junto un linaje.205
ANTONIO
¿Y no es de mi casa ultraje?
TEOBALDO
Antes me parece honor.
ANTONIO
Yo lo juzgo de otra suerte,
y le quisiera matar.
TEOBALDO
Pues yo no os pienso ayudar210
a hacer tan cobarde muerte.
Este, como simple azor,
se ha entrado en el palomar
a ver si puede cazar
algunas aves de amor.215
No alborotéis a Verona,
ni el bando resucitéis.
ANTONIO
Mucha prudencia tenéis.
TEOBALDO
La edad
Antonio me abona,
y si tenéis hija aquí,220
yo también.
ANTONIO
Por vós le dejo.
TEOBALDO
Lo que importa os aconsejo.
ANSELMO
¿Qué miras?
ROSELO
Mi muerte vi.
ANSELMO
No dices mal, pues mirando
con tanta contemplación,225
ha dado justa ocasión
a los del contrario bando
para que te den la muerte.
ROSELO
Con mucho sosiego están.
ANSELMO
Por ventura juzgarán230
tu necedad de otra suerte.
ROSELO
Déjame, Anselmo, que vea
aquel ángel celestial,
y sucédame tan mal
como esta gente desea;235
que si es fuerza que la vida,
para llegar hasta el cielo,
se ha de perder en el suelo,
la muerte es justo que pida,
si matan los Castelvines,240
con basiliscos mirando.
¡Oh, quién fuera de su bando!
ANSELMO
No me espanto que te inclines
a tan debida hermosura.
ROSELO
¿No es bella?
DOROTEA
¡Qué hermoso talle
245
de mancebo!
ROSELO
Cuando calle
mi temor, mi amor procura,
-fol. 283-
Anselmo, hablando por mí,
dará a entender mi pasión,
que estos mis contrarios son.250
ANSELMO
Bien haces, piénsalo ansí.
JULIA
Si el amor se disfrazara,
para disfrazar su hecho,
pienso que deste mancebo,
el talle y rostro buscara.255
Y yo pienso que amor es,
que para quitar la paz
viene con este disfraz.
ROSELO
¡Ay, cielos, que fui Montés!
¿No fuera yo Castelvín?260
¿Tanto le costaba al cielo?
JULIA
Entre las flores del suelo
de aqueste verde jardín,
el abril debe de haber
resucitado a Narciso.265
ROSELO
Si aqueste es el paraíso,
¿mi bando que viene a ser?
Claro está, pues es contrario,
que es el infierno, por fuerza.
Amor, mi temor esfuerza.270
Loco soy, soy temerario,
creo que me he de atrever.
JULIA
¡Oh, si se llegase a mí,
que de cuantas hay aquí,
más lo pienso agradecer!275
DOROTEA
Mi hermano con Julia está,
sin duda que a mí se llega
la máscara.
ROSELO
El amor me ciega,
y el mismo me alumbra ya.
JULIA
¡Ay, mancebo, si yo fuese 280
tan dichosa!
DOROTEA
¡Ay, si tomase mi lado!
JULIA
Ay Dios, si llegase.
DOROTEA
Ay Dios, si amor me tuviese.
 

(Siéntese al lado de JULIA ROSELO y ANSELMO al de DOROTEA, y diga OTAVIO.)

 
OTAVIO
Habrá parecido amor
para enseñarme a querer, 285
que había yo menester
tan cerca el competidor.
Mas en vano gasta el fuego,
aunque está fresco el jardín.
Perdóneselo, que en fin290
todos me dicen que es ciego.
ROSELO
Aunque atrevimiento ha sido,
señora, el haber tomado
el lugar de vuestro lado,
de mí tal mal merecido.295
Bien me podéis perdonar,
pues que vós tenéis la culpa,
y para vuestra disculpa
ya no me podéis culpar.
De vuestra rara hermosura300
mi atrevimiento nació.
Ella misma me llamó,
con su luz divina y pura.
Como mariposa anduve,
alrededor de la llama,305
que para morir con fama,
cobarde al principio estuve.
Di tornos al rayo hermoso,
hasta que vine a tener
atrevimiento de ser 310
Faetón en morir dichoso.
Abrásame vuestro cielo,
que más estimo a este lado
morir, señora, abrasado,
que vivir conmigo en yelo.315
Y no os parezca mi bien
atrevimiento y locura,
que si es rayo la hermosura,
su efeto es rayo también.
Presto digo lo que os quiero, 320
presto me siento mortal,
no es mal sino mata el mal,
bien puedo hablar,
pues hoy muero.
  -fol. 284-  
JULIA
Tierno la máscara viene,
razones fingidas son.325
OTAVIO
No habla como es razón,
pues ya quitada la tiene.
ROSELO
Como máscara he tenido,
Otavio, este atrevimiento,
que solo el calor que siento330
me puede hacer atrevido.
Si os canso, levantareme.
OTAVIO
Bien podéis, si gusto os da.
JULIA
¿Para qué? Bien estará
junto a vós, si el calor teme,335
que de lo que a mí me heláis,
le podré helar de tal modo
que le vuelva en yelo todo.
OTAVIO
Prima, mirad como habláis.
JULIA
Favorezco a un hombre estraño,340
porque a vós no es menester.
OTAVIO
Sí, mas no me habéis de hacer
por tan vuestro, tanto daño;
que si pierdo el bien, creed
que no le quiero sin vós;345
y hareme estraño, por Dios,
para que me hagáis merced.
ROSELO
Señora, si yo he tenido
la culpa, ireme de aquí.
JULIA
¿Dónde?
ROSELO
A entretenerme allí.
350
JULIA
Estáis mal entretenido.
ROSELO
No lo puedo estar mejor;
pero si soy descortés...
JULIA
Nunca es descortés el que es
digno de hacerle favor;355
estaos quedo, y ojalá
que este necio se enojase,
de suerte que nos dejase.
Otavio, llégate acá.
OTAVIO
¿Qué me tengo de llegar,360
si al otro lado te vuelves?
JULIA
Presto a enojos te resuelves.
Mas quiero contigo hablar.

 (Vuélvese a él, y da la mano al otro.) 

OTAVIO
¡Agora sí que me pagas!
El enojo que tenía,365
te perdono.
ROSELO
¡Oh, mano mía!
JULIA
Quiero que te satisfagas
de que pues mi atrevimiento
llega a no mirar mi honor,
no puedo hacerte favor370
de más encarecimiento.
 

(Adviértase que JULIA hable con OTAVIO, pero la intención y señas sean con ROSELO, y él lo mismo, pero OTAVIO piense que es por él.)

 
ROSELO
No ha menester quien le brinde
el que a beber se resuelve.
JULIA
El que las espaldas vuelve,
a su enemigo se rinde.375
OTAVIO
Cuando tú me las volvías,
y a mi enemigo la cara,
no era mucho que pensara
Julia que me aborrecías.
JULIA
Aborrézcote de modo380
que todo por ti lo dejo.
OTAVIO
Señora, ya no me quejo.
ROSELO
Bien por mí lo dice todo.
JULIA
Esto de no poder más
obliga a descortesías.385
OTAVIO
Ya entendí yo que lo hacías,
por el lugar en que estás.
JULIA
Bien tienes que agradecerme,
aunque te parezca poco.
OTAVIO
Digo que me vuelvo1 loco.390
ROSELO
Notable favorecerme.
JULIA
Si aquí me dieran lugar,
tú vieras mi atrevimiento.
OTAVIO
¡Bien haya mi pensamiento!
ROSELO
¿Hay tal manera de hablar?395
JULIA
Grande es la fuerza de amor.
  -fol. 285-  
OTAVIO
¡Tanto bien, tras tal desprecio!
ROSELO
Habla conmigo, y el necio
piensa que le da favor.
JULIA
En mi vida, Otavio, vi 400
cosa que más agradase.
OTAVIO
Mil veces amor me abrase.
ROSELO
Todo lo dice por mí.
JULIA
No te parezca que ha sido
libertad este favor.405
OTAVIO
No hay liviandad en amor.
ROSELO
No soy yo tan atrevido;
que de la suerte que yo
te quise cuando te vi,
pudo sucederte así.410
JULIA
Mucho el verte me agradó.
Eres gallardo y galán.
OTAVIO
Seré un ángel si me quieres.
ROSELO
Espejo a lo menos eres,
adonde sus rayos dan,415
que aunque dan agora en ti
porque del sol estoy lejos,
salen de ti los reflejos
y queda la luz en mí.
Presumes que el sol me asombra420
porque le tienes enfrente,
pero como es transparente,
ni tiene espaldas, ni sombra.
JULIA
¿Quién me quiere bien?
OTAVIO
Yo.
ROSELO
Yo.
JULIA
¿De quién soy?
OTAVIO
De mí.
ROSELO
De mí.
425
JULIA
¿Serás tú mío?
OTAVIO
Sí.
ROSELO
Sí.
JULIA
¿Y negaraslo?
OTAVIO
No.
ROSELO
No.
JULIA
¿Verasme?
OTAVIO
Veré.
ROSELO
Veré.
JULIA
¿Tarde es bien?
OTAVIO
Mejor.
ROSELO
Mejor.
JULIA
¿Quién te guía?
OTAVIO
Amor.
ROSELO
Amor.
430
JULIA
Ven solo.
OTAVIO
Sí haré.
ROSELO
Sí haré.
JULIA
¿Esperaré?
OTAVIO
Espera.
ROSELO
Espera.
JULIA
¿Será cierto?
OTAVIO
Cierto.
ROSELO
Cierto.
JULIA
¿A qué parte?
OTAVIO
Al güerto.
ROSELO
Al güerto.
JULIA
Calla.
OTAVIO
Aunque muera.
ROSELO
Aunque muera.
435
OTAVIO
Paréceme que he sentido
el eco de mis razones.
JULIA
Serán imaginaciones.
ROSELO
Todo lo tengo entendido.
JULIA
No me espantan tus recelos,440
ni me agravia tu temor,
que de las voces de amor
siempre son ecos los celos
Y aunque la voz se reparte,
por haber más gente aquí,445
como sale y topa en ti,
resurte el eco a otra parte.
OTAVIO
En fin, Julia, que los celos
son ecos de amor.
ANTONIO
Ya es tarde.

 (Pone JULIA a ROSELO un anillo en la mano que le tiene.) 

JULIA
Guarde aqueste.
ROSELO
¿Que este guarde?
450
OTAVIO
¿Qué me das?
ROSELO
¿Qué os debo, cielos?
JULIA
Luego no me has entendido.
OTAVIO
No, Julia.
  -fol. 286-  
JULIA
Puse la mano
en el corazón, que es llano,
que te le ha dado y rendido, 455
y por eso te decía:
«guarda aqueste.»
OTAVIO
Y dices bien,
porque tus manos le den
y le guarde el alma mía.
ROSELO
Qué divina discreción,460
de oírla me maravillo.
Dice que guarde el anillo,
y él piensa que el corazón
matome el entendimiento,
si me rindió la hermosura.465
ANTONIO
Por ti he tenido cordura.
TEOBALDO
Lo que te aconsejo siento.
Cese la fiesta, que es tarde.
ANTONIO
¡Hachas! ¡Hola!
TEOBALDO
Guárdeos Dios.
ANTONIO
Mañana hablemos los dos.470
DOROTEA
Prima, adiós.
JULIA
El cielo os guarde.
 

(Todos se vayan y quédense allí JULIA y CELIA, criada; y adviértase que al salir ROSELO, se vayan él y JULIA mirando.)

 
JULIA
Espérate Celia aquí,
que tengo un poco que hablarte.
CELIA
Bien tengo yo que contarte,
y más si te importa a ti.475
JULIA
¿Has visto más gallardía
que la de aquel gentilhombre
que me habló?
CELIA
¿Sabes su nombre?
JULIA
No, mas saberle querría,
porque en la vista primera 480
hizo tal efeto en mí,
que pienso que el galán fui,
de atrevida y lisonjera.
Mas el oído que se ponen
hechizos muchos mancebos,485
con que a pensamientos nuevos
las más altivas disponen,
y este sin duda traya
algo destos, porque ya
sin su vista no podrá490
sosegar el alma mía.
CELIA
Buen lance habemos echado,
pero no juzgues a hechizo
lo que este mancebo hizo,
siendo en Verona estimado,495
por su talle y discreción,
de las más hermosas damas,
pero haz cuenta si le amas,
que es tu misma perdición,
porque este mozo es Roselo,500
hijo de Arnaldo, cabeza
de aquel bando.
JULIA
¡Qué tristeza!
No me digas más, ¡ay, cielo!
CELIA
Pues bien, ¿de qué es el pesar?
¿No fuera mejor avisarte505
para que puedas guardarte,
cuando te puedes guardar?
JULIA
¿Cómo puedo?, que le di
livianamente la mano.
Pero, ¿cómo ese villano510
osó, Celia, entrar aquí?
CELIA
A fe que vi yo tratar
a los viejos de matalle,
y quiera Dios que a la calle,
o le salgan a matar.515
JULIA
Escucha... ¡Válgame Dios,
asómate! Mas no es nada,
toda estoy alborotada...
Y va solo.
CELIA
Y otros dos.
Pero Teobaldo, tu tío,520
sé yo que le reportaba.
JULIA
¿Para qué este mozo entraba
-fol. 287-
en casa? ¿Hay tal desvarío,
hay tal locura? Y si entró,
con máscara se estuviera;525
ni mi padre se ofendiera,
ni me enamorara yo.
CELIA
Calla, que es mayor locura
decir que le quieres.
JULIA
Quiero
mi honor, ¡ay tirano fiero,530
visto por mi desventura!
CELIA
Pues tú, ¿qué honor has perdido,
si aun la espalda le volvías
en el estrado, y tenías
a Otavio favorecido?535
JULIA
Con Otavio hablaba. ¡Ay, cielo!
CELIA
¿Pues de qué triste te pones?
JULIA
De que todas las razones
las dije siempre a Roselo,
de suerte que hablaba a Otavio540
y Roselo me entendía.
CELIA
Todo el sarao lo sufría.
No hay en el honor agravio.
JULIA
Dile un anillo.
CELIA
Es favor
de fiestas.
JULIA
Hice concierto
545
que me viese en este güerto.
CELIA
No verle.
JULIA
Téngole amor.
CELIA
Olvidalle, porque es hombre,
que antes te darán a un moro
tus padres.
JULIA
¡Con qué decoro
550
le hablara, a saber su nombre!
¡Ha, qué mal que me atreví!
No dudes, hechizos tiene,
si él a verme otra vez viene,
no sé que ha de ser de mí.555
Mañana, Celia, mañana
le busca, y di que he sabido
quién es, y di que le pido
ya que he sido tan liviana,
que no atraviese esta calle.560
CELIA
Yo lo haré, y cree que a mí
me pesó cuando te vi,
con tanto despejo hablalle.
JULIA
¡Ojalá me lo dijeras!
CELIA
Cayome, señora, al lado565
su crïado.
JULIA
¿Su crïado?
CELIA
Sí, por tu vida.
JULIA
¿De veras?
CELIA
Y te juro que si tiene
talle y discreción el dueño,
que el del mozo no es pequeño.570
JULIA
Mucho saber me conviene
del mozo, si quiere bien
Roselo en alguna parte.
Procura, Celia, informarte,
que me va el honor también.575
CELIA
¿Para qué, si has de olvidalle?
JULIA
¡Ah, sí!, ya no me acordaba,
dile que inocente estaba,
y que no pase esta calle.
¿Pero qué puede dañar580
que sepas si quiere bien?
CELIA
Eso es locura también.
Déjale, señora, amar
a donde le diere gusto,
pues para ti no ha de ser.585
JULIA
¡Oh, qué enfadosa mujer!,
siempre me ha de dar disgusto.
¿Qué se te da que yo quiera,
que no quiera a nadie?
CELIA
Es cosa
justa2.
JULIA
¿Otra vez, enfadosa?
590
CELIA
Ven, que la cama te espera.
JULIA
Ya no me quiero acostar.
CELIA
Iré a llamar a Roselo,
que te lo ruegue.
JULIA
Consuelo
me da el oírte nombrar.595
-fol. 288-
Ponte mañana el vestido
con que ayer vi a Dorotea.
CELIA
Plega a los cielos que sea
Roselo.
JULIA
¿Qué?
CELIA
Tu marido.
JULIA
¿No ves que no puede ser?600
CELIA
Como eso puede el amor.
JULIA
Agora hablaste mejor,
¡oh, qué discreta mujer!
Y aprende deste disgusto,
que no hay remedio importante 605
para templar un amante
como hablar bien de su gusto.
 

(Éntrense, y salga de camino FABRICIO, viejo padre de ROSELO, con un criado.)

 
FABRICIO
Quítame, Lidio, estas espuelas.
LIDIO
¿Vienes
cansado de la villa?
FABRICIO
No me cansa
la soledad del campo, que a Verona 610
el cuidado me trae de mi casa,
que a no ser por la hacienda y la familia,
mejor estoy cazando en el aldea.
Toma aqueste arcabuz.
LIDIO
Mucho me pesa
que vayas solo y vengas.
FABRICIO
Mira Lidio
615
donde le pones.
LIDIO
Bien, bien cargado.
FABRICIO
Si lo que trae en el cañón, tuviera
Antonio Castelvín dentro del pecho,
gozara agora más descansado el mío.
¿Qué hay de mi hijo?
LIDIO
Bueno está, a Dios gracias.
620
FABRICIO
¿Estudia?
LIDIO
Poco, pero no le faltan
liciones virtüosas3.
FABRICIO
¿Qué?
LIDIO
La esgrima,
el caballo, y un poco de pelota.
FABRICIO
¿Virtud llamas al juego?
LIDIO
Entre los nobles,
se tiene por virtud este ejercicio,625
como dados y naipes por mal vicio.
FABRICIO
¿Sale de noche?
LIDIO
Yo me acuesto luego.
Su privanza es Marín; ellos se entienden.
FABRICIO
Gran persona Marín. Yo te aseguro
que no le lleve a que sermones oiga.630
¡Oh, qué de mujercillas que en mi ausencia
-fol. 289-
habrán entrado en esta galería!
LIDIO
Hasta que esté Marín en las galeras,
la galería pasará trabajo.
FABRICIO
En faltando a una fuerte barbacana,635
entra quien quïera en ella fácilmente.
Mi hijo es mozo, y temo que estos bandos,
que saben que los ojos con que veo
me los eclipsen dándole muerte,
efeto fácil de la escura noche,640
que cubre las traicïones fácilmente,
y se deleita en agradar la envidia.
LIDIO
Quitalle este Marín, que es el cabestro
con que le lleva manso donde quiera.
FABRICIO
¿Y faltarale otro Marín tan malo?645
En los crïados dice una experiencia
toda mi vida.
LIDIO
¿Y es?
FABRICIO
Si no me engaño,
aquel es el peor que entonces sirve,
y más si ha mucho tiempo que está en casa,
que entonces el señor es su crïado,650
y más si acaso sabe algún secreto,
por no haber sido su señor discreto.
LIDIO
Si el crïado lo es, y bien nacido,
mientras más sirve, más leal parece.
FABRICIO
Lidio, yo quiero cautivar mi hijo;655
con esto pienso que estaré seguro,
que no hay pasión para los tiernos años
de más fuerza que un noble casamiento.
Una de sus virtudes, que son muchas,
es dar seso a los mozos.
LIDIO
Mientras tenga
660
al lado un socarrón como Marín,
no haya miedo que baste el casamiento.
Antes será peor.
FABRICIO
¿De qué manera?
LIDIO
Porque cualquiera libertad que haga
siendo mancebo, esa disculpa tiene;665
pero si este Marín, que le conduce
a casa de mujeres sospechosas,
casado, le cautiva con alguna,
¿cuál andará su honor y el de su casa?
-fol. 290-
Luego tendrás pendencia con sus suegros,670
luego andarás pagando mil deudillas,
para que no se sepan sus flaquezas.
Luego hallarás a su mujer llorando
de celos de la libre mujercilla.
Quitarale las joyas y vestidos;675
no comerá en su casa muchas veces,
y cuando coma, será mal y tarde.
Vendrá acostarse al alba, y la familia
estará desvelada y afligida.
Todo será pendencias y deshonras, 680
y más si pone alguna vez las manos
en su mujer celosa, que es muy cierto,
pues tenlo tú que es un infierno en vida,
galera donde vive el alma asida.
FABRICIO
¿Tanto podrá Marín?
LIDIO
¡Y cómo tanto!
685
FABRICIO
Algo te ha hecho a ti.
LIDIO
Ya me espantaba
que no juzgases mal de mis consejos.
FABRICIO
Malicias nunca faltan a los viejos.
Yo, siempre que un criado se apasiona,
en decir mal de otro pienso, y creo690
o que le quiere mal, o que le envidia.
LIDIO
Eso será en las casas de los príncipes.
FABRICIO
Donde quiera la envidia se entremete.
LIDIO
¡Que tenga esta ventura un alcabuete...!
Pero pienso que a mí me ha sucedido,695
diciéndote que sabe deste trato,
lo que al juez que el alcabuete azota:
que desde que le azota, le da fama.
Tú, como todavía te enamoras,
habrate parecido buen crïado700
Marín para tus gustos.
FABRICIO
No respondo,
porque cansado estoy de ti, y del campo.

 (Váyase.) 

LIDIO
Las verdades carecen de respuesta.
Confieso mi pasión; mas todavía
me obliga la lealtad que te debía.705
 

(MARÍN entre.)

 
MARÍN
Famoso Lidio, ¿qué hay desque ha venido
-fol. 291-
el gruñidor de casa?
LIDIO
Y está en ella.
MARÍN
¿Qué dice de su hijo?, ¿no pregunta,
como suele, prolijas sutilezas?
LIDIO
Pocas son, a sus voces, mil cabezas.710
Aquí me estuvo agora examinando.
MARÍN
¿Preguntote de mí? Mas, ¿quién lo duda?
LIDIO
Hartas cosas me dijo, mas yo a todas
le respondí que no tuviese pena,
que mientras te tuviese por maestro,715
y trajese por ayo, bien podía
dormir a sueño suelto, y confiado
en tu virtud y buen entendimiento.
Díjele los consejos que le dabas
y cuántas ocasiones le quitabas.720
MARÍN
¡Bien haya el día que te di la mano
de amigo, el vino que bebimos juntos,
y las muchachas cuya limpia casa
fue de aquella merienda campo ilustre!,
pues yo te juro, Lidio, que no pierdas 725
en las fianzas nada.
LIDIO
A mí me basta
cumplir con lo que debo a bien nacido.
MARÍN
Hoy, por esta merced, quiero llevarte
en casa de dos bellas forasteras,
donde veras, con una guitarrilla,730
todo el donaire que despierta el gusto.
LIDIO
Yo voy a ver agora si reposa
nuestro cansado viejo, tu entre tanto
prevén la casa.
MARÍN
Haré cuanto me mandes.
LIDIO
De hoy más hemos de ser amigos grandes.735

 (Váyase LIDIO.) 

MARÍN
Este es el mayor bellaco,
envidioso y socarrón,
que ha disfrazado traición,
con el rosario y el saco.
Pero quien quiere vivir 740
en paz en ajena casa,
ha de sufrir lo que pasa,
y ver, y callar, y oír.
Siempre ha de ser lisonjero,
y hasta el mal agradecer,745
y para causar placer,
hablador y chocarrero.
Poco obrar, y gran parola
para no caer en mengua,
y cuando alargue la lengua,750
ha de picar con la cola.
Esto del servir entiendo,
-fol. 292-
y que es, en fuerza o voluntad,
el que tratare verdad
medrará poco sirviendo.755
 

(Sale ROSELO, y ANSELMO.)

 
ROSELO
Nunca mayor desventura
ha sucedido por hombre.
ANSELMO
Este es su linaje y nombre.
ROSELO
Mal empleada hermosura.
¿Que de Antonio Castelvín760
este serafín nació?
Engañome, pues me dio
veneno en un serafín.
ANSELMO
¿Para qué fuiste a su casa?
ROSELO
Marín...
MARÍN
En la tuya está
765
tu padre.
ROSELO
Presto sabrá
este furor que me abrasa.
MARÍN
Lindo desatino.
ROSELO
Estoy
que pierdo el seso, Marín.
MARÍN
¿Sabes ya que es Castelvín770
tu dama?
ROSELO
Y que muerto soy.
MARÍN
En los principios no hay mal
que el remedio dificulte.
ANSELMO
Harto temo que resulte
algún desatino igual;775
y si toma mi consejo,
ha de hacer cuenta que entró,
y que una pintura vio,
y que se vio en un espejo,
que en quitándose de allí,780
no se ve más la figura.
ROSELO
No importa si su hermosura
truje retratada en mí,
que fue Julia espejo digo.
Mas si la figura fui785
que en sus bellos ojos vi,
esa me traigo conmigo.
ANSELMO
Pues Roselo, no hay que hablar
de querer esta mujer,
que es echaros a perder790
y revolver el lugar.
Advierte que si algún día
pasases una vez sola
por su calle, una pistola
Castelvín te tiraría,795
que las piedras y la casa
se moverán y caerán
sobre ti.
ROSELO
No harán.
ANSELMO
Sí harán.
ROSELO
Qué mal sabes lo que pasa.
ANSELMO
¿Yo qué tengo que saber,800
más de que eres su enemigo?
ROSELO
¿De lo que pasa conmigo
aquella hermosa mujer?
ANSELMO
¿Qué te pudo a ti decir
la que en su vida te vio?805
ROSELO
¡Ay!, que la mano me dio.
ANSELMO
Como eso pudo fingir
para que te den la muerte.
ROSELO
Diome este anillo también.
ANSELMO
Los ojos más ciegos ven810
que te engañó desta suerte.
ROSELO
Quiere que por el jardín
la vea.
ANSELMO
Bien digo yo,
que para el jardín trajo
sobre Roselo tu fin.815
ROSELO
Eres un necio, pues ella
no sabe con quien habló,
solo el amor la obligó,
como a mí el verla tan bella;
y porque no me canséis,820
sabed que me voy a armar,
que esta noche la he de hablar,
aunque más me lo estorbéis
Anselmo, si eres mi amigo,
Marín, si eres mi criado,825
en esta locura he dado,
-fol. 293-
y esto he resuelto conmigo,
el que me quisiere bien.
ANSELMO
Seguirete, aunque me pese,
y aunque mil muertes me den.830
Pues que soy temerario,
a tu lado moriré.
Quien con tanto amor se ve,
no tiene mayor contrario.
Poco hiciera yo en quererte, 835
Julia, a ser amiga mía.
Ojalá llegase el día
que te obligase mi muerte.
 

(Váyanse, y entren OTAVIO, JULIA y CELIA.)

 
OTAVIO
No te entiendo.
JULIA
Ni yo a ti.
OTAVIO
Mira prima, que he venido840
a lo que me has advertido.
JULIA
¿Yo a ti?
OTAVIO
Si, Julia, tú a mí.
Y si es que no me aguardabas,
¿qué hacías en el jardín?
JULIA
Pienso que solo a este fin845
de enojarme, si llegabas.
OTAVIO
En el festín me dijiste:
«Ven aquesta noche a verme».
JULIA
Primo, mi padre no duerme.
Yo lo dije, y bien hiciste;850
sube a entretenerle un rato,
haz que se acueste, y después
verás, Otavio, si es
contigo mi amor ingrato.
OTAVIO
¿Cumpliraslo?
JULIA
No hayas pena
855
que niegue lo que prometo.
OTAVIO
Voy a entretenerle a efeto
de que después de la cena
no recoja, como suele,
la familia.
JULIA
Aquí te espero.
860
OTAVIO
Haz sueño, que el más ligero
ministro, a esta casa vuelve,
y la cubra de tu olvido.
JULIA
¿Celia?
CELIA
¿Señora?
JULIA
¿Qué haré?
CELIA
Que mientras tu padre esté865
con Otavio entretenido,
desengañes a Roselo,
si acaso viniere aquí.
JULIA
¿Que le desengañe?
CELIA
Sí.
JULIA
Cruel sentencia; a amor apelo.870
CELIA
Cuánto sabe una mujer:
del mismo competidor
se vale para el favor
que, a quien ama, quiere hacer.
A tu primo haces estar 875
con tu padre entretenido.
JULIA
Y entretengo a quien pretendo
aborrecer y engañar.
Si Otavio hablar me quitaba
mi Roselo, estese allá.880
CELIA
Ruido he sentido.
JULIA
Y ya
el corazón me avisaba.
CELIA
Con escala habrá subido.
JULIA
¿Pues dónde la pudo asir?
¡Oh!, plegue a Dios que al subir885
no caiga.
CELIA
Si no ha caído.
JULIA
Si escala la tapia iguala,
alta ha sido.
 

(Entre ROSELO, muy galán.)

 
ROSELO
Aquí esperad.
JULIA
Si fuera mi voluntad,
no era menester escala.890
ROSELO
¿Podré, querida señora,
llegar a verte?
JULIA
Bien puedes
con la modestia, que es justo,
más que a quien soy, a quien eres;
y antes, Roselo, que digas 895
palabras tiernas, que suelen
-fol. 294-
engañar nuestros oídos
lisonjera y fácilmente
(que las mujeres, en fin,
aunque discretas y fuertes,900
son mujeres, y si escuchan,
responden como mujeres),
quiero que sepas que sé
quien eres, y que me duele
tanto que quien eres seas,905
o que yo lo que soy fuese,
que estoy perdiendo el jüicio
y maldiciendo mi suerte,
pues soy de los Castelvines,
como tú de los Monteses.910
Cuando en ti los ojos puse,
siguiose amarte de verte,
porque dicen en Verona
las damas que lo mereces.
Entonces te di licencia915
para hablarme y para verme,
en fe de hacerte mi dueño,
si igual a mis prendas fueses.
Pero en sabiendo tu nombre,
atrás el amor se vuelve,920
con el temor, que es razón
de mi daño y de tu muerte.
Hazme un favor, como noble:
No que el anillo que tienes
me vuelvas, no quiero digas925
que me arrojaba a quererte,
sino solo que no hables,
y por las mismas paredes
te bajes, que estoy temblando,
y pues no pierdes, me dejes.930
ROSELO
Sabe el cielo que lo hiciera
si pudiera obedecerte,
querida enemiga mía,
luz del alma que aborreces.
Mas, ¿cómo sera posible?,935
pues será fácil volverte
el anillo y las palabras,
y el saltar estas paredes,
pero no dejaré de hablarte
y decirte que no pienses940
que hay volver, si no hay peligro,
ni amor, que sin él se esfuerce.
Advierte pues, Julia mía,
que también de oírte y verte
te amé sin saber quién eras,945
tú sabes si lo mereces;
y que cuando supe el nombre,
y vi el peligro presente,
amenazando mi cuello
si este mi amor se supiese,950
procuré dejar de amarte,
mas amor, que siempre ofrece
industrias en imposibles,
y no hay mal que no remedie,
me dijo que no dejase,955
Julia mía, de quererte,
pues de secreto, los dos,
si el amor nos favorece,
bien podremos, Julia mía,
bien, Julia mía.
JULIA
Detente,
960
detente pues; y no digas,
Julia mía, tantas veces,
que temo que harás en mí
los efetos que quisieres.
Que el nombre, en ajena boca,965
alegra, enternece y mueve.
Mas di, ya que hablaste4, cómo
podrás hablarme y quererme.
¿Qué intento llevas?, ¿qué fin?,
¿qué procuras?, ¿qué pretendes?970
ROSELO
Que nos casemos los dos,
luz mía, secretamente,
en vuestra parroquia un día;
que con quien hacer lo puede,
yo tengo estrecha amistad;975
y si el peligro le ofende,
bien podemos engañarle.
  -fol. 295-  
JULIA
Tiemblo de oírte.
ROSELO
¿Qué temes?
JULIA
Mil desdichas.
ROSELO
¡Ay, señora!,
¿qué desdicha te detiene,980
si puede ser que estos bandos
con tu casamiento cesen?
Mira que por dicha el cielo
nos provoca ocultamente
a este amor honesto y santo,985
con que todos en paz quede.
JULIA
¡Ay, sirena!, bien decía
que no hablases. Pero vete,
no venga acaso mi primo,
que a tu enemigo entretiene.990
No sé cómo me engendró
para amarte.
ROSELO
¿Qué resuelves?
JULIA
Que iré a la iglesia que dices,
si a quien nos case previenes,
que yo quise escucharte995
y no fui discreta sierpe.
En taparme los oídos,
bien es que los ojos cierre.
Vete, pues que siento pasos.
ROSELO
Voyme, pero no te quedes,1000
porque a tu primo no hables.
JULIA
Mira que de mí te acuerdes.
ROSELO
Eso dices, plega a Dios
que nunca mis cosas lleve.
JULIA
No jures, que los que juran1005
mucho del crédito pierden.
ROSELO
¿Qué diré?
JULIA
Que me deseas.
CELIA
Señora mía, que vienen.
JULIA
¿Quieres el pie?
ROSELO
Y aun la mano.
JULIA
Los brazos también.
MARÍN
Vete.
1010

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