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201

Atribúyese a Benavente en el libro: Navidad y Corpus Christi..., 1664.

 

202

Impreso como de Velez a continuación de su comedia titulada: La nueva ira de Dios, y gran Tamorlán de Persia.

El de Los cinco Galanes se publicó a nombre de Calderón, y con título de Guárdame las espaldas, en las Tardes apacibles, 1663.

El de La reliquia se halla atribuido a Malo de Molina en el librito de Entremeses varios. -Zaragoza, Diego Dormer, sin año de impresión, y en la Floresta de entremeses... Parte segunda. -Madrid, 1691.

 

203

Probablemente son una misma.

 

204

Juan Ochoa de la Salde tradujo también del portugués la Corónica del esforzado Príncipe y Capitán Jorge Castrioto Rey de Epiro y Albania. Traducida de lengua portuguesa en castellana, por... Madrid, 1597; folio.

 

205

El título con que salió a luz esta academia, libro sumamente curioso y raro, es el siguiente: Iardín de Apolo. Academia celebrada por diferentes ingenios. Recogida por don Melchor de Fonseca y Almeida. Dedícala a don Tomás Meléndez Ayones, regidor perpetuo de la ciudad de Segouia. Año (Esc.) 1654. Con licencia. -En Madrid por Iulián de Paredes; 8.º

 

206

Según Jimeno, añadió tercera jornada a la de Salazar y Torres: También se ama en el abismo.

 

207

Esta pieza, observa el señor Durán, es la misma queda titulada: Lo que lo toca al valor, va en la Parte treinta y cuatro como de Mira de Amescua, y en la Parte cuarenta y cinco, anónima, con título de Ingrato a quién lo hizo bien.

 

208

Pudiera, en vista de ese dato, creerse que fue clérigo, pero no admite duda que profesó la Jurisprudencia y que fue seglar, aunque célibe. Léanse estos pasajes de su Retrato (Romance IX):


    Mi nombre es Pantaleón,
si bien conjeturas mías
que no fue nombre sospechan,
apodo sí de la pila.
    Hombre tan de lueñas faldas
que solo me desobliga
de mujer, el no calzarme
once dedos de Taugía.
    Algo Abenámar mi rostro,
y mi tez algo Xarifa,
al juicio de un espejo
ni me acusan ni me libran.
    Negro todo el año el traje,
mas que me viste, me tizna;
alma soy de la bayeta
y humanidad de la frisa.
    Espíritu soy de un Réquiem,
que en la profesión jurista
me gradué de funesto
bachiller por la otra vida.
[...]
    Por no ser enamorado
no sé con verdad qué os diga
de mis costumbres, que solo
de amante no tengo pizca.



A propósito de su retrato diremos que le pintó don Diego de Lucena, «pintor famoso y grande ingenio», según consta del epígrafe de dos sonetos que a este cuadro escribió el retratado.

 

209

«Sin cumplir los treinta años de su edad».

 

210

En el Romance donde refiere este viaje dice que llegó malo, pero en manera alguna alude a la herida, como lo hubiera hecho en caso de no hallarse curado de ella.