Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
 

151

En «La boda y la Virgen», ésta se muestra celosa de su devoto: «Assaz eras varón bien casado comigo: / mucho te queria como a buen amigo; / Mas tu andas buscando meior de pan de trigo», Gonzalo de Berceo, Milagros de Nuestra Señora, ed. de Antonio G. Solalinde (Madrid: Espasa-Calpe, 1972), estrofa 341, p. 85. «Provar todas las cosas el apóstolo manda: / fue yo provar la sierra e fiz loca demanda, / perdí luego la mula, non fallava vïanda: / quien mas de pan de trigo busca, sin seso anda» (Libro de Buen Amor, ed. cit., estrofa 950, p. 373), refiriendo el Arcipreste su aventura con las serranas. «El hombre que tiene trigo / no deve buscar trast[r]igo. Quando ya el hombre es casado / y tiene y puede tener / su muger de noche al lado / [¿]para que es enamorado / ni busca ya otra muger[?] / es dino de gran castigo / pues en casa ay provision / que el hombre que tiene trigo / no debe buscar trastrigo / ni andar ya hecho garçon», Horozco, Teatro universal de proverbios, ed. de José Luis Alonso Hernández (Universidades de Groningen-Salamanca, 1986), nº 921, p. 229; en el «Glosario» se recalca el «mensaje erótico que Horozco atribuye a este refrán» (p. 873). Celebrando Sancho Panza a su esposa -afirma-, «vengo a descubrir mis castos deseos, pues no ando a buscar pan de trastrigo por las casas ajenas» (Don Quijote, II, 67, 1094).

 

152

La cultura popular en la Edad Media y el Renacimiento (Barcelona: Barral Editores, 1974), p. 181 y nota 2.

 

153

Francisco Márquez Villanueva, «Génesis literaria de Sancho Panza,» Fuentes literarias cervantinas (Madrid: Gredos, 1973), p. 31, nota 26; Augustin Redondo, «Tradición carnavalesca y tradición literaria: Del personaje de Sancho Panza al episodio de la ínsula Barataria en el Quijote», Bulletin Hispanique, 80 (1978), 39-70, en pp. 44-45.

 

154

En la siempre citada Tragicomedia de Lisandro y Roselia (1542), de Sancho de Muñón. Ya Menéndez y Pelayo, Orígenes de la novela, ed. de Enrique Sánchez Reyes en Obras completas, XIII-XVI (Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1961), IV, 98-99, opina de la fiesta que «acaso no fué ajena al nombre que dió Cervantes a su escudero».

 

155

Poesía erótica, nº 131, 2 y 3. Alforja: «Testículo», o en plural «escroto», Real Academia Española, Diccionario Histórico de la Lengua Española (Madrid, 1965-), s. v., acepción 3ª.

 

156

Poesías humanas, ed. de Henry Bonneville (Madrid: Castalia, 1987), nº 16, vv. 65-68 y nota 76, pp. 132-33.

 

157

«Notas sobre el enigma erótico, con especial referencia a los Cuarenta enigmas en lengua española», Criticón, 27 (1984), 71-108.

 

158

El primer título de este trabajo, «Auristela hechizada: un caso de brujería en el Persiles», implicaba cierta equiparación entre hechicería y brujería que los tratadistas del tema no suelen contemplar, antes al contrario se dice que «hay que distinguir entre hechicería y brujería... la primera es un fenómeno atemporal y mundial, mientras que la segunda se limitó a unos tres siglos, entre 1450 y 1750, y a la Europa Occidental cristiana (además del estallido de Salem). La hechicería es un intento de dominar la naturaleza para producir resultados benéficos o maléficos, por lo general con la ayuda de espíritus del mal. Por otra parte, la brujería engloba a la hechicería, pero va más lejos, pues la bruja firma un pacto con el Diablo para realizar actos mágicos con el fin de negar, repudiar y afrentar al Dios cristiano», Rossell Hope Robbins, Enciclopedia de la brujería y demonología, trad. Flora Casas (Barcelona, Debate/Círculo de Lectores, 1988), 298. Otros estudiosos establecen que la hechicería es un fenómeno típicamente urbano, en tanto que la brujería se desarrolla en medios rurales. De acuerdo con esto, optamos por sustituir «brujería» por maleficia, puesto que Julia, la causante del maleficio, es una hechicera romana, sin que Cervantes ofrezca muchas noticias acerca de la misma, y teniendo en cuenta que maleficia es un término latino que ofrece un carácter englobador más amplio, que puede entenderse también como un efecto dañino, provocador de enfermedades, cosa que le ocurre a Auristela; R. H. Robbins, Enciclopedia de la brujería y demonología, 379 y ss.

 

159

Miguel de Cervantes, Los trabajos de Persiles y Sigismunda, ed. Juan Bautista Avalle-Arce (Madrid: Castalia, 1969), p. 45. Las referencias restantes a páginas de esta edición se indican en el cuerpo de la comunicación.

 

160

Véase al respecto Antonio Cruz Casado, «Una revisión del desenlace del Persiles», Actas del Segundo Coloquio Internacional de la Asociación de Cervantistas (Barcelona: Anthropos, 1991), pp. 719-26.