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31

Garcilaso de la Vega, Cancionero. Poesías castellanas completas, ed. Antonio Prieto (Barcelona: Bruguera, 1982), p. 3. (N. del A.)

 

32

Pietro Bembo, Asolani, cap. XV, Lib. II. (N. del A.)

 

33

Miguel de Cervantes, Novelas ejemplares, ed. Juan Bautista Avalle-Arce (Madrid: Castalia, 1982), I, 65. (N. del A.)

 

34

«Y con esto me despido, ofreciendo a Vuestra Excelencia los Trabajos de Persiles y Sigismunda, libro a quien daré fin dentro de cuatro meses, Deo volente; el cual ha de ser o el más malo o el mejor que en nuestra lengua se haya compuesto, quiero decir de los de entretenimiento; y digo que me arrepiento de haber dicho el más malo, porque según la opinión de mis amigos, ha de llegar al estremo de bondad posible», Miguel de Cervantes, «Dedicatoria al Conde de Lemos» (1615), Don Quijote de la Mancha, ed. Martín de Riquer (Barcelona: Planeta, 1975), p. 572. (N. del A.)

 

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Con respecto a la isla de Tule, patria de Persiles, escribe Olao Magno, Historia de las gentes septentrionales, ed. J. Daniel Terán Fierro (Madrid: Tecnos, 1989),p. 87 : «La tierra de Islandia está situada debajo del polo Ártico, expuesta principalmente al viento cierzo, y cercana al mar Glacial; por esto merece denominarse Tierra glacial, o finalmente Tule, la isla celebrada por todos los antepasados cuyos pobladores son considerados por Saxo Sialándico como los más frugales, bastante cristianos en cuanto a religión, poseedores de escritura propia y de una historia de magníficas gestas. Todavía hoy redactan las hazañas de su tiempo: que celebran con cánticos y ritmos, y esculpen en promontorios y peñascos, para que ningún ultraje, si no es la propia naturaleza, lo haga desaparecer para la posteridad. La situación de la isla se extiende entre el Austro y el Bóreas, con una longitud de cien millas germánicas. En su mayor parte es montañosa y sin cultivar, particularmente hacia la región septentrional, debido a los severos soplidos del ya mencionado viento cierzo, que ni siquiera permite elevarse a los arbustos». Del fragmento transcrito interesa resaltar, además de los rasgos propiamente geográficos, la idea de que los habitantes de Tule son cristianos y guerreros, elementos que se dan en desigual medida en el protagonista cervantino. (N. del A.)

 

36

Véase Heliodoro, Historia etiópica de los amores de Teágenes y Cariclea, trad. Fernando de Mena, ed. Francisco López Estrada (Madrid: Real Academia Española, 1954), pp. 7-17 del prólogo. (N. del A.)

 

37

Téngase en cuenta, además de las ediciones habitualmente mencionadas, la casi siempre omitida edición de Toledo, 1563, que reproduce la versión anónima de Amberes. Véase al respecto, Javier González Rovira, «Una edición olvidada de Teágenes y Cariclea de Heliodoro», Boletín de la Biblioteca Menéndez Pelayo (en prensa). Agradezco a González Rovira la copia de su buen artículo, aún inédito, sobre la cuestión. (N. del A.)

 

38

Marcel Bataillon, Erasmo y España (México: Fondo de Cultura Económica, 1966), pp. 620-22. (N. del A.)

 

39

«Quede asentado ya, dice, que la imitación en prosa es un poema sin atavío, pero vivo y verdadero», Alonso López Pinciano, Philosophía antigua poética, ed. Alfredo Carballo Picazo (1953; reimp. Madrid: CSIC, 1974), I, 279. (N. del A.)

 

40

Véanse los importantes estudios sobre esta cuestión de Stanislav Zimic, «Alonso Núñez de Reinoso, traductor del Leucipe y Clitofonte», Symposium, 21 (1967), 166-75; «Leucipe y Clitofonte y Clareo y Florisea en el Persiles de Cervantes», Anales cervantinos, 12-14 (1974-75), 37-58, y Cervantes, lector de Aquiles Tacio y de Alonso Núñez de Reinoso, tesis, Duke University, 1964. (N. del A.)