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21

Describe la casa como un «Undifferentiated body cavity which denies the need for elimination» (44). (N. del A.)

 

22

«Carrizales's house can be viewed as an ínsula inhabited by a racially diverse group of natives, who are maintained in perpetual childhood -reinforced through the candy and dolls- not by any innate incapacity but by the zealous, jealous, and extremist precautions of the indiano governor Carrizales» (974). (N. del A.)

 

23

Yi-Fu Tuan peca de no citar el famoso estudio del filósofo francés La poétique de l'espace, traducido ya al inglés en 1964. Ambos libros se dedican a estudiar el espacio en sus vertientes más positivas. Tuan se encarga de explorar «the affective bond between people and place or setting» (4). De manera similar la concepción de la casa en Bachelard está íntimamente ligada a imágenes de protección e integridad psicológica. De hecho, Bachelard nos dice que el espacio hostil casi no se mencionará en su trabajo (xxxii). Él asocia ese espacio con la guerra y el combate. Quisiera puntualizar aquí dos cosas antes de proseguir. Primero que nada, quiero distanciarme de una concepción demasiado positiva e individualista del locus de la casa, ya que no concuerda con una infinidad de textos en que las casas son, como para Pleberio, lugares cuya protección e integridad han sido demolidas por fuerzas ajenas al espacio íntimo. Además, dentro de la evolución del sujeto en el espacio del hogar, la casa no siempre ha sido un espacio que produzca recuerdos positivos. Por eso la huída del pícaro, por eso el aburrimiento de Don Quijote, por eso los traumas psicológicos originados en las tempranas relaciones familiares. En segundo lugar, cuando tomo prestado el término topofilia, lo utilizo en referencia a un gusto particular que demuestran infinidad de textos del Siglo de Oro español, cuya estética está ligada insistentemente a representaciones espaciales como generadoras de actividad. (N. del A.)

 

24

Para la descripción de las Indias Cervantes utiliza una serie de apelativos irónicos importantes que forman parte de un estilo particular que extiende y promueve las analogías en forma de enumeración. Las Indias se definen como remedio, refugio, amparo, iglesia, salvoconducto, pala y cubierta, añagaza y engaño (todos en la pág. 99 de la edición de Harry Sieber. El número de página de esta edición aparecerá en el texto entre paréntesis. Consulto también la ed. de Avalle-Arce que contiene el manuscrito Porras). Luego veremos que la misma tendencia aparecerá a la hora de describir los atributos de la casa. (N. del A.)

 

25

Este momento reflexivo se asemeja al tema del movimiento y autoevaluación que aparece en el soneto I de Garcilaso (Avilés). Lo vemos también en Antonio de Guevara: «El hombre prudente y cuerdo, si piensa una hora en lo que ha de decir, ha de pensar diez en lo que ha de hacer» (142-143). Esta especie de autoanálisis será utilizado varias veces en la novela. (N. del A.)

 

26

No podemos despistarnos con las palabras del narrador sobre estos hechos: «Y por concluir con todo lo que no hace a nuestro propósito» (100). Ese «no hace a nuestro propósito» tendería a desviar la atención de una temprana historia del personaje que, como veremos, es fundamental para el desarrollo de la novela. (N. del A.)

 

27

«ver nota 6» en el original. (N. del E.)

 

28

Esa relación se define como encerramiento: «Casarme he con ella; encerraréla y haréla a mis mañas, y con esto no tendrá otra condición que aquella que yo le enseñaré»; (102). Volviendo sobre la reflexión privada nos dice el narrador: «Y así hecho este soliloquio, no una vez, sino ciento...» (103). Esta manera de pensar antes de tomar decisiones es un indicio fuerte de la dificultad que el personaje enfrenta al tener que actuar dentro de unos códigos culturales muy silver [p. 75] específicos, característicos de una sociedad urbana. Se manifiesta a través de un recurso literario bastante extendido en la narrativa de la época y que Cervantes utiliza en, por ejemplo, el famoso episodio de Sancho Panza y el (des)encuentro con Dulcinea (Don Quijote II, 105-106). Sobre esto volveremos más adelante. (N. del A.)

 

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Los vestidos, hechos a la medida de una mujer pobre que sirvió de sustituta al sastre, «fueron tantos y tan ricos, que los padres de la desposada tuvieron por más dichosos en haber acertado con tan buen yerno, para remedio suyo y de su hija. La niña estaba asombrada de ver tantas galas...» (103). Se concluye de la cita que los vestidos tienen un efecto hipnótico tanto para los padres como para la «niña». La compra de la ropa responde pues a una funcionalidad retórica de convencimiento y persuasión. (N. del A.)

 

30

Por eso, en las citas que describen la casa, dominan los verbos como «cerró»; «hizo»; «levantó»; «compró»; (utilizado varias veces), «herrólas» y «concertóse». Todos ellos describen acciones necesarias para poder vivir de acuerdo a unos imperativos individuales. (N. del A.)