91
No se nos entienda en sentido vitalista orteguiano: queremos referirnos -no sabemos si con éxito, pues las palabras no llegan al reino del silencio- a la vida preideológica, a la vida no-vivida.
92
Frente al desengaño, huir de las apariencias mundanas para, a través de su forma sustancial, remontarse a lo supralunar, el engaño, presentar apariencias desemejantes, falsa sangre sin especie divina impresa que le dé el ser.
93
«Todo lo miraba Anselmo, cubierto detrás de unos tapices donde se había escondido, y de todo se admiraba, y ya le parecía que lo que había visto y oído era bastante satisfación para mayores sospechas y ya quisiera que la prueba de venir Lotario faltara, temeroso de algún mal repentino suceso» (I, 34; 409).
94
«La cual tan vivamente fingía aquel extraño embuste y fealdad, que por darle color de verdad la quiso matizar con su misma sangre» (I, 34; 411); «viendo a Camila tendida en tierra y bañada en su sangre» (I, 34; 412); «sólo le dijo que procurase tomarle la sangre, porque él se iba a donde gentes no le viesen» (I, 34; 412); «Leonela tomó, como se ha dicho, la sangre de su señora, que no era más de aquello que bastó para acreditar el embuste» (I, 34; 413).
95
Resulta curioso que sólo Casalduero recoja la correspondencia religiosa entre sangre y vino, si bien lo hace de manera diversa a nosotros: «También creo que hay que tener en cuenta la relación vino-sangre, lascivia-purificación» (159).
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Sobre el tema, véase Salazar 288-315.
97
Es cierto que, en teoría, el linaje se transmite a través de la línea paterna en Castilla, pero no menos ciertas las tremendas restricciones sociales que un hijo de don Fernando y Dorotea tendría (Maravall, Poder 99-118).
98
«Todo esto escuchaba Sancho, no con poco dolor de su ánima, viendo... que la linda princesa Micomicona se le había vuelto en Dorotea, y el gigante en don Fernando» (I, 37; 434).
99
See, for example, Green. For discussions of the function of melancholy in the character's psyche throughout the novel, see Johnson 16-26 and Redondo 121-46.
100
For a defence of the application of speech-act theory to Cervantine texts, see Oriel 105-08. Soufas, in his attack on the application of speech -act theory to the comedia, comments that the approach would be more suitable for the studyof eighteenth- and nineteenth-century works given the historical acceptance of «the idea of a self-referential world-one that does not refer to a macrocosm» (116). I would submit that Cervantes has already indicated such an ideological aperture in the self-referentiality of Don Quijote, and even the protagonist's concern for his reputation in this world.