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1.       Aún se recuerda en Inglaterra la vestidura húngara llevada por el príncipe Nicolás Esterhazy en la coronación de Jorge IV, de un valor de varios millones de florines.

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2.       Ya se sabe cuántos nombres gloriosos ha dado Polonia al calendario y al martirologio de la Iglesia. La curia romana concedió a la orden de los Trinitarios, o Hermanos de la Redención, destinada a rescatar los cristianos caídos en la esclavitud entre los infieles, el privilegio exclusivo para este país de llevar un cinturón rojo sobre el hábito blanco, en memoria de los numerosos mártires que dieron, principalmente en los establecimientos cercanos a la frontera, tal como este de Kamieniec-Podolski.

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3.       Una de ellas, en fa mayor, ha quedado célebre. Ha sido publicada con una viñeta que representa al autor dándose un tiro de revólver en la cabeza; comentario novelesco que se ha tomado largo tiempo, con razón, por un hecho verdadero.

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4.       En el tesoro de los príncipes Radaiwill, en Nieswirz, se veían en los tiempos de su esplendor doce monturas incrustadas de piedras finas, cada una de un color diferente. Se veía, también, a los doce Apóstoles, de tamaño natural, en plata maciza. Este lujo no extrañe, cuando se sabe que esta familia descendiente del último gran Pontífice de Lituania (al cual le fueron dados en propiedad, cuando abrazó el Cristianismo, todos los bosques y las tierras que habían sido consagrados al culto de los dioses paganos), poseyendo todavía 800.000 siervos hacia el final del siglo pasado, aunque sus riquezas hubiesen disminuido ya considerablemente. Una pieza no menos curiosa del tesoro de que hablamos y que subsiste aún, es un cuadro representando a san Juan Bautista, que lleva una banderola con este lema: «En nombre del Señor, tú, Juan, serás vencedor». Fue encontrado por Juan Sobieski mismo, después de la victoria que ganó a las puertas de Viena, en la tienda del gran visir Kara-Mustafá y fue dado después de su muerte por María De Arquin a un príncipe Radziwill, con una inscripción de su puño y letra que indica su origen y el donativo hecho. El autógrafo lleva un sello real que se encuentra en el dorso del lienzo.

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5.       N. del T.

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6.       Dedicatoria de Modesto Mignon a Mme. Hanska.

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7.       La costumbre de otros tiempos, de beber en su propio zapato a la salud de las mujeres a quienes se quería honrar particularmente, es una de las tradiciones más originales de la entusiasta galantería de los polacos.

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8.       Memorias de ultratumba, I volumen.

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9.       Memorias de ultratumba, III volumen. Atala.

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10.       Pasaron años sin que diera ninguno y nos parece que su concierto de 1844, en los salones de Pleyel, tuvo lugar diez años después del anterior.

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11.       Los polacos conservan en su formulario de cortesía una gran influencia de las costumbres hiperbólicas de la lengua oriental. Los títulos de «muy poderoso» y «muy esclarecido Señor están aún en vigor. Se usa constantemente en la conservación este de «bienhechor» (Dobrodzi), y el saludo corriente entre hombres o de hombre a mujer es: «yo me rindo a sus pies» (Padam do nog): en el pueblo es una solemnidad y de una sencillez auténtica: «Gloria a Dios» (Slava bohu).

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12.       Heine, Salón, Chopín.

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13.       Sobre Paganini, a su muerte.

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14.       Lucrecia Floriani. Nota de la 2ª edición.

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15.       Lucrecia Floriani. Novela de Jorge Sand. (N. Del T.)

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16.       Jorge Sand. Lucrecia Floriani.

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17.       Cartas de un viajero.

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18.       «Cartas de un viajero».

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19.       «Spiridion».

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20.       «Cartas de un viajero».

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21.       «Lucrecia Floriani».

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22.       «Lucrecia Floriani».

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23.       «Lucrecia Floriani».

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24.       «Lucrecia Floriani».

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25.       Schiller. «El ideal».

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