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Comedia de San Francisco de Borja

A la feliz venida del excelentísimo Señor Marqués de Villena, Virrey de esta Nueva España

Matías de Bocanegra

[40]

PERSONAJES             
                                                  
EL EMPERADOR CARLOS V. DON FRANCISCO DE BORJA, duque.
LA EMPERATRIZ. DON JUAN DE BORJA, su hijo.
DOÑA LEONOR DE CASTRO. SANSÓN, lacayo.
BELISA, que representa la Hermosura. EL PRÍNCIPE FILIPO II.
FLORA, que representa la Vanidad. LA VIRTUD.
ROCAFORT, bandolero. UN PARANINFO.
DOS BANDOLEROS. SAN IGNACIO DE LOYOLA.
DON GASPAR DE VILLALONIO. EL MAESTRO DE NOVICIOS.
MÚSICA. EL HERMANO MARCOS.
UN PAJE. LA COMPAÑÍA.
SOLDADOS.


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Loa

                                   Si engrifado gigante al cielo aspira,              
señor excelentísimo, del monte
crestón volado; si su alteza mira
humilde el valle, bajo el horizonte,
más que tierra en su cumbre, cielo admira 5
su penacho sin riesgos de Faetonte,
arriscado hasta el cielo, donde sube
globo a globo con él, y nube a nube.
 
Celebra el valle en verdes primaveras
merecer tal pizarra, que autorice 10
con su altura lo humilde de sus veras.
Pide a Flora que adornos le matice,
en cambio de su plata, a las riberas,
que abierto grifo su cristal enrice,
mostrando con fineza nada parca 15
tanto aplauso al gozar tanto monarca.
 
El prado le agradece a su fortuna
hacerle de tan gran monte vasallo,
que apuntalando la triforme luna
jamás le niega la ocasión mirallo, 20
donde todas las flores una a una
puedan en su grandeza contemplallo,
pues aunque humildes, por mostrarse ella
su príncipe se azora a las estrellas.
 
La sangre que heredó vuestra excelencia, 25
los títulos que goza, los rëales
blasones de su ínclita ascendencia;
los méritos heroicos personales,
se subieron a tanta preeminencia
que en navas de este reino occidentales 30
tan alto monte México le mira,
que sólo de alcanzarle a ver se admira.
 
Con príncipe tan grande el reino ufano
júbilos brota, vístese de flores,
blasona dichas, canta soberano 35
su virrey, en sus sacros esplendores [41]
tan divino le aclama, como humano,
porque de su nobleza los candores
parecieron subir a esta grandeza
para mostrar al valle tal cabeza. 40
 
Entre tan justas, pues, aclamaciones,
entre aplausos, que calla mi Talía,
por no hacer escarmientos sus borrones,
sacrifica, señor, la Compañía,
juntando en uno muchos corazones, 45
ofrenda sacra en aras de alegría
a vuecelencia. Allí la musa explica
lo que ofrece, y a quién lo sacrifica.
 
Al más grande por duque, al de Escalona;
por marqués al primero, al de Villena; 50
por estirpe al más claro, al que encadena
de muchas en su sangre una corona;
 
al afable, al magnánimo, al que abona
cortos obsequios que su agrado llena;
al prudente en gobierno, en cuya estrena 55
aun los que espera México blasona,
 
como a quien debe de finezas tanto,
da un marqués, un virrey, un duque santo,
un grande en Borja, humilde Compañía;
 
que en aplausos de quien su amparo fía 60
a tal hijo el festejo es justo mande,
de un marqués, un virrey, un duque, y grande.




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Acto primero



(Ruido de caza dentro, y dicen BORJA y SANSÓN.)

             
 
BORJA          Sansón, por aquese otero
antes que más se remonte,
no se nos pierda en el monte
el girifalte gruero.
SANSÓN Vuestra excelencia le asalte 5
la caza por el crestón.
BORJA Es imposible, Sansón.
SANSÓN Pues piérdase el girifalte
que hay aquí muchas quebradas,

(Sale SANSÓN de lacayo.)

y no hay para qué presumas 10
que tengo en el curso plumas
si no es cuando hay cuchilladas.
 

(Sale BORJA de caza.)

 
BORJA No es posible dar favor
al pájaro, aunque más corra.
SANSÓN Podrá ser que le socorra 15
por allá el emperador.
BORJA Cansado estoy.
SANSÓN                           No has de estallo
si andas los montes trazando,
¡el alma siempre volando
y el cuerpo siempre a caballo! 20
 
Que guste un hombre cansarse
salvando montes y breñas,
hecho trasgo de las peñas,
a peligro de matarse.
 
Y de lo que más me río 25
en esta locura es
de ver el poco interés
que saca su desvarío.
 
Pues después de tanta bulla,
tanto ruido y tanto enfado, 30
queda muy hueco un barbado
de haber cogido una grulla.
BORJA Nunca, amigo, la osadía
midas con el interés,
pues nunca en si es o no es 35
repara la fantasía.
 
Sola la reputación
mueve a un noble la esperanza,
y si ésta en el hecho alcanza,
soborna ya su ambición. 40
 
Y si bien quisieres verlo,
en la caza que emprendí
mira, no lo que cogí,
sí la gloria del cogerlo.
 
Y ser poco no es desaire 45
si este honor la caza encierra,
que se esté un hombre en la tierra,
y haga suertes en el aire.
SANSÓN Sin salir pie de tu casa,
hay en los naipes halcones 50
que te cacen mil doblones
con solamente una basa.
BORJA No; que perder no es prudencia,
del juego entre la inquietud,
con el tiempo la quietud 55
y el dinero y la conciencia. [42]
SANSÓN Enamora.
BORJA                  No es valor
por sola una liviandad
sujetar la voluntad
a esclavitudes de amor. 60
SANSÓN Pues, ¿para qué te casaste,
o, por huir tanto daño,
por qué no fuiste ermitaño
o religioso te entraste?
BORJA Es nuestra vida, Sansón, 65
una comedia de estado,
y hago el papel que me han dado
de su representación.
De casado represento
en la jornada primera. 70
SANSÓN Es decir, que no hay tercera
pues se hizo ya el casamiento.
BORJA No sé ahora lo que resta
de mi vida en adelante.
SANSÓN Si de ella eres comediante, 75
te has de casar cada fiesta,
mudar trajes, ir de noche,
echar versos a un balcón,
soneto a la dilación,
daca el soto, vuelve el coche. 80
 
A cada guante, un conceto;
a cada caso, un billete;
y hacerme a mí el alcahuete,
porque hago el papel faceto.
BORJA No te lo dije por tanto. 85
SANSÓN Pues aquesto es ser comedia.
BORJA Bien podrá, si es remedia,
ser mi comedia de un santo.
SANSÓN No será muy aplaudida;
mas, si en santo has de parar, 90
para un Corpus podrás dar
la comedia de tu vida.
 

(Sale el EMPERADOR CARLOS V, de caza y acompañamiento.)

 
CARLOS Por poco se escapara
la grulla, si el lebrel no la abocara.
BORJA Señor.
CARLOS            ¿Qué hay, don Francisco? 95
El pájaro se va, si no me arrisco.
BORJA Que bastara, imagino,
tener su vuelo tu poder divino,
y trasladar, humano,
el pájaro del aire hasta tu mano; 100
que el poder de los reyes
aun en los aires establece leyes.
CARLOS Si bien lo consideras,
más fácil que hombres se gobiernan fieras.
SANSÓN Si entran en conferencias 105
estos dos, se las pelan a sentencias.
CARLOS En diáfano elemento
si vive la república del viento,
en numerosas sumas
llega el hombre a cogerlas por las plumas. 110
Si ufano el albedrío
del pez trasiega el elemento frío,
con muy poco desvelo
a la red le sujetan y al anzuelo.
Si en selvas y eriales 115
la fiera esgrime corvos pedernales
con que peina la arena,
sabrá el valor traerla a la melena.
Si el toro belicoso
ensangrienta sus puntas en el coso 120
para lograr las eras,
le pone el labrador en sus manseras.
Si el bufador caballo,
rayo con piel desde el copete al callo,
de cólera es abismo, 125
emulación altiva de sí mismo,
el freno le sofoca
los ardores que escupe por la boca;
si el acicate su inquietud altera,
la rienda le reporta la carrera. 130
Todo, en fin, lo hace llano,
amigo Borja, del imperio humano
la industria o la osadía;
sola del hombre indócil fantasía,
que es tan resuelta, sabes, 135
que no se puede asir, como las aves;
tan fugitiva a veces,
que no se prende así, como los peces;
ni quieren sus costumbres carniceras
domesticar su ardor como las fieras, 140
pues tiene por desdoro
amansarse en el yugo, como el toro;
y en su loca altivez, no hay reducille,
a que como el caballo se atraílle.
Si le detienen, vuela, 145
reacio pára, si le dan espuela,
y en fin es más difícil gobernallo
que al ave, al pez, al toro y al caballo.
SANSÓN Rápese, señor Borja, aquese rato,
y mire si halla horma del zapato. 150
Vive Dios, que le estancan las razones,
según le han aturdido a sentenciones. [43]
BORJA Tu discurrir, señor, es tan divino,
al fin como de ingenio peregrino,
y si de menos grave das renombre 155
al gobierno de fieras que al del hombre,
que es porque en él concurre, considero,
de todas las más fieras lo más fiero,
traduciendo a su ser monstruosa estampa,
que a todas las dibuja en sí.
SANSÓN                                              Ya escampa. 160
BORJA Del ave lo altanero,
del pez lo fugitivo y lo ligero,
lo bravo de la fiera,
lo arriscado del toro en la barrera,
del caballo alentado 165
lo atrevido, resuelto y desbocado,
pues si de tales cosas el abismo
las junta el hombre en un sujeto mismo,
¿qué mucho que regirle sea más grave
que no al caballo, al toro, al pez y al ave? 170
SANSÓN Señor, con tu licencia
también diré mi poco de sentencia;
y a darla un dicho de mi amo media,
que dice que vivimos de comedia,
y tiene la comedia entre otras leyes 175
que hablen los lacayos con los reyes.
CARLOS Yo aquesa opinión sigo.
Di en buen hora, Sansón.
SANSÓN Pues, señor, digo
que en gobierno de imperios absolutos, 180
más fácil que hombres se gobiernan brutos,
porque aunque penas mil se les recrezcan,
no supieron jamás lo que se pescan.
Si el ave es una boba
cuando el azor la roba; 185
si es un vinagre pez tan majadero
que él mismo se barrena el tragadero;
si con tener el toro arma tan cierta
se deja atar, como una mosca muerta;
si para sujetallo 190
una manta mojada es el caballo
del freno a la molestia,
y se deja ensillar como una bestia:
eso es porque les falta entendimiento,
y no saben más todos que un jumento. 195
Pero el hombre aprehende,
y al más prudente rey se las entiende;
ni es fácil enfrenallo,
como al necio caballo;
ni hacerle aleve robo, 200
como al pájaro bobo;
ni amarralle a las leyes
como al yugo los bueyes;
ni echarle a su peligro capa o velo,
que a pescado que entiende no hay anzuelo; 205
y con tener los hombres tantos males,
no hay quien pretenda ser rey de animales;
y regirlos se tiene en más decoro,
que no al caballo, al ave, al pez y al toro.
CARLOS Con sal y discreción has discurrido. 210
SANSÓN Lo de sal ya lo sé; lo otro has suplido.
BORJA Ya el sol, señor, nuestro horizonte deja,
por enrubiar de nuevo su madeja.
CARLOS Pues vamos, Borja amigo.
BORJA Tu sombra soy, y tus pisadas sigo. 215
 

(Vanse. Sale la EMPERATRIZ y DOÑA LEONOR DE CASTRO.)

 
EMPERATRIZ Gran consuelo me ha dado,
Leonor, tu estado dichoso,
que sin duda se acertó
con Borja tu matrimonio.
LEONOR Señora, tu Majestad 220
siempre me ha hecho notorio
el amor con que trataste
de mis progresos el logro.
EMPERATRIZ Desde que de Portugal,
suelo tuyo venturoso, 225
los hados te tradujeron
a mi servicio, de modo,
Leonor, te quiero y estimo;
mis bienes te son tan propios,
que pudiera vacilar 230
el pensamiento, dudoso,
si eres tú la Emperatriz,
o si yo en ti me trasformo.
LEONOR Aunque no es paga a tal deuda,
de mi amor objeto sólo 235
tu Majestad desde entonces
ha sido.
EMPERATRIZ               Al fin reconozco,
aunque hay tantos caballeros
en la corte, que de todos
sólo Borja te merece 240
por lo noble y virtuoso.
Pero dejando esto a un lado,
Leonor, no sé qué espantosos
sobresaltos traigo a cuestas,
o entre qué funestos golfos 245 [44]
mi vida triste fluctúa
llena de pavor y asombros.
Leonor, Leonor.
LEONOR                             Mi señora.
EMPERATRIZ Leonor, escúchame un poco;
quizá alcanzaré en mis penas, 250
contándolas, desahogo.
LEONOR ¡Válgame Dios, que aun los pechos
soberanos e imperiosos
no se escapen de tristezas!
¡Oh naturaleza, cómo 255
se conocen más tus menguas
en los más altivos tronos!
EMPERATRIZ Amiga, amiga, la causa
que me pone en tan pasmosos
sobresaltos es un sueño 260
(plegue al cielo que sean solos
sueños), en el de mi muerte;
eran presagios notorios,
cuantos a la fantasía
se representaron monstruos. 265
Soñaba, soñaba (¡ay, cielos!),
soñaba (¡qué temerosos
golpes me da el corazón!),
soñaba que estando Cloto
ministrando de mi vida 270
los nobles hilos de oro,
y Laquesis en la urdimbre
sutil de mis años pocos,
llegaba la fiera hermana,
la del aspecto sañoso, 275
la muda estatua de mármol,
la del aspecto sañoso,
la rigurosa medida
de tiempos largos y cortos
que en ampolleta de huesos 280
las horas registra en polvo,
y abriendo de su tijera
los dos filos rigurosos,
a cortar iba la estambre
de mi edad (lance forzoso). 285
Yo entonces la tuve el brazo
helado, diciendo «¿Cómo,
Atropos, apresurada,
anticipas el malogro
de mi florida hermosura? 290
¿Cómo me matas a soplos
la luz que empezaba a arder?
¿Cómo ha llegado tu agosto
dentro de mi primavera
a secar su verde adorno? 295
¿Cómo deslava mi grana
la amarillez de tu rostro?
¿Cómo el cristal de los míos
empañan tus negros ojos?
¿Cómo mi serenidad 300
se anubla con tus asombros?
¿Cómo a tan dulces alientos
embargan ecos tan roncos?
Ten el brazo, ten el brazo;
basta, basta; aguarda un poco; 305
detente, severa parca.»
Aquí, mezclando sollozos
con el temblor, desperté:
sueltos en sudor los poros,
confundidos los cabellos, 310
hechos dos fuentes los ojos
los dientes titubeando,
el color pálido todo,
la respiración pausada,
los suspiros temerosos, 315
las potencias medio muertas,
el entendimiento absorto.
Ni pensé que estaba viva,
ni que, estándolo, tampoco
durar mi vida pudiera, 320
pues en aquel tiempo corto
juzgué el alma entre los dientes,
y los traspillé de modo
que ni aun respirar quisiera
con recelos pavorosos 325
de no resollar el alma,
siendo mi aliento, su soplo.
Desde entonces, Leonor mía,
en este dolor me ahogo,
en estas lágrimas vivo, 330
y muero en estos sollozos.
Y aunque está Toledo en cortes
jugando cañas y toros,
todo, amiga, me fastidia;
las fiestas me dan en rostro, 335
y hoy me ha dado calentura.
LEONOR Quizás, señora, es antojo,
y te juro por quien eres,
que haces agravio notorio
a tu misma discreción. 340
Si no es más que un sueño todo,
no creas jamás en sueños.
EMPERATRIZ Ni los creo, ni los oigo;
pero sé que muchas veces
avisa el cielo piadoso 345
en sueños lo venidero.
LEONOR Serena tu hermoso rostro,
que el Emperador ha vuelto
con los que le dan despojos: [45]
el aire, en cándidas garzas, 350
la tierra, en ligeros corzos.
EMPERATRIZ Con cuidado me tenía
su tardanza, pues tres tornos
ha hecho en su zona ardiente
el planeta luminoso, 355
sin que en la corte se vea
de su humano sol el rostro.
 

(Salen el EMPERADOR, BORJA, SANSÓN y acompañamiento.)

 
EMPERATRIZ Sea vuestra Majestad,
señor, bienvenido, como
ha sido bien deseado, 360
y de mí más que de todos.
CARLOS Las gracias le doy al cielo
de volver a vuestros ojos,
cuando, aunque de breve ausencia,
vuestra presencia recobro. 365
EMPERATRIZ ¿Cómo en el monte os ha ido?
CARLOS Como soy tan belicoso,
siempre hallo gusto en la caza,
donde entre pinos y chopos,
a bruto ejército embisto, 370
o en el viento vagaroso
de fugitivas escuadras,
número y concierto rompo.
Y yendo Borja conmigo,
me divierto entre los ocios 375
del tiempo, con su prudente
conversación, y perdono
las inclemencias al cielo,
de su entendimiento absorto.
BORJA Con besar tus reales plantas 380
a tanto favor respondo.
CARLOS Levantad, Borja, y desde hoy
marqués de Lombay.
BORJA                                   Ignoro
mérito en mí a tanta gracia.
CARLOS También del hábito rojo 385
sois comendador.
SANSÓN                              Estate,
que se ha picado de modo
que te ha de hacer gran sofí
si le replicas.
BORJA                       No hay logro
como servir tal monarca. 390
CARLOS Vuestros méritos conozco,
caballerizo mayor,
de la Emperatriz.
EMPERATRIZ                             Mi propio
pensamiento adivinó
tu Majestad.
CARLOS                      Aunque pocos 395
son vuestros años, también
por mi visorrey os nombro
en Cataluña, que fío
de vuestra prudencia el colmo
de un acertado gobierno; 400
allí importáis.
BORJA                        Y yo pongo
a tus plantas imperiales
el favor mismo que gozo.
 

(Levántase.)

 
SANSÓN No te levantes barbado,
que si te estás otro poco 405
de rodillas, te hacen papa.
LEONOR No puede ser provechoso
estar aquí a mi señora,
que le ha destemplado un poco
la sangre, de un accidente 410
el incendio, y es forzoso
atender a su salud.
CARLOS Señora mía, ¿pues cómo
no está ya la medicina
haciendo experiencia y logro 415
en curar vuestra dolencia?
Vamos, y llámense todos
los médicos de Toledo.
EMPERATRIZ Aunque con veros mejoro,
vamos, (Aparte.) y permita el cielo 420
que mis penas paren sólo
en sueños.
CARLOS                   Este accidente
me lleva muy receloso.
 

(Vanse, y salen por una puerta BELISA y FLORA por otra.)

 
BELISA Corrida estoy, vive el cielo.
FLORA Vive el cielo, que me corro. 425
BELISA Que sólo Borja en la corte
me desdeñe.
FLORA                      De que sólo
Borja en la corte se burle
de mí.
BELISA            Pues yo podré poco
o le he rendir. [46]
FLORA                         Pues yo 430
seré de valor muy corto
si no le sujeto.
BELISA                         Emprendo
un fin muy dificultoso
de acabar.
FLORA                  Aunque en mi empresa
a un arduo fin me dispongo. 435
BELISA Mas yo ¿no soy la Hermosura
y él hombre como los otros?
¿Yo celebrada, él galán;
yo de cera, él no de plomo;
yo engañosa, él comedido; 440
yo sutil, él ingenioso;
yo atrevida, él arriscado;
yo lisonjera, y él mozo?
Pues ánimo, beldad mía,
que he de hacer este soborno 445
a tu valor, de rendir
de fortaleza este monstruo,
de constancia aqueste muro,
de castidad este asombro,
esta roca a mis embates, 450
este hielo a mis bochornos,
este bronce a mis halagos,
este diamante a mis dolos.
Y he de secar, aunque muera,
de este cedro los pimpollos, 455
de aquesta flor los matices,
y de esta rosa el adorno.
FLORA Yo, ¿no soy la Vanidad,
que todo a mis pies lo postro?
¿No se conforman en uno 460
mi lustre y su ser lustroso,
mi altivez y su nobleza,
sus incendios y mis globos,
su aplauso y mi aclamación
su privanza y mis apoyos, 465
su dominio y mi poder,
su alabanza y mis elogios?
Pues ¿qué importa que se humille?
¿Qué importa que olvide el solio?
¿Qué importa afectar piedades? 470
¿Qué importa rendirse a todos?
Si sabré ponerle yo
en el ser más ambicioso,
en la más altiva cumbre,
en el más soberbio trono; 475
donde peligre, inconstante,
donde naufrague, dudoso,
donde se pierda, engañado,
y se desvanezca, loco.
Y todo el mundo me tenga 480
de mí misma por oprobio,
si esta fuerza no conquisto,
si este piélago no sondo,
si esta nube no derrito,
si este sol no mato a soplos, 485
si esta santidad no venzo,
y si esta virtud no ahogo.
 

(Aparece en lo alto en un bofetón la VIRTUD.)

 
VIRTUD Escandalosas harpías,
cuyos silbos venenosos
en fieras conspiraciones 490
se arriscan a los oprobios
de la Virtud, que soy yo,
aunque con dispendios propios,
mirad bien lo que emprendéis
contra Borja, que yo tomo 495
sus causas todas por mías,
y contra mí vuestros odios:
si es muro, yo soy su torre;
si bronce hueco, yo el plomo;
si nube, yo soy su rayo; 500
si sol, yo soy su bochorno;
si cristal, yo soy su hielo;
si cedro, yo su pimpollo;
si pedernal, yo su fuego;
si rosa, yo su decoro. 505
Batid el muro, y las balas
os resurtirán al rostro;
herid el bronce, y veréis
si tiene el eco sonoro;
romped la nube, y al punto 510
os dará el rayo en los ojos;
soplad la luz, y saldrá
su incendio más luminoso;
quebrad el hielo en menuzos,
y os apedrearán sus copos; 515
tocad el cedro, y serán
vuestro erizo sus cogollos;
deshojad la flor, y haréis
aromas más olorosos;
enriscad el pedernal, 520
y se hará centellas todo,
que a la virtud de Borja el cielo absorto,
su lucimiento admira en vuestros odios.
 

(Desaparece.)

 
BELISA Pues a rendirle sola yo me azoro,
porque al cielo de verlo cause asombro. 525
FLORA Pues yo he de ser de su virtud desdoro,
porque a mis pies se rinde el mundo todo. [47]
 

(Vanse, y sale BORJA, y SANSÓN.)

 
BORJA ¡Que pueda un accidente
llegar al más altivo y eminente
trono majestuoso, 530
oh rosa, oh lustre, oh flor, oh rostro hermoso!
¿De qué te sirve tan lozano aliento
si puede deshojarte sólo un viento?
SANSÓN Señor, ¿eso te espanta, aqueso, dices,
no son mortales las emperatrices? 535
BORJA Sansón, yo lo confieso.
SANSÓN Pues, siendo, como son, de carne y hueso,
qué mucho si se apura,
que estén sujetas a una calentura;
si tienen cuatro humores, 540
¿de qué te espantas que les den sudores?
Si tienen sangre y flemas,
¿quién les quita que tengan sus postemas?
Y si les dio el Autor, cuando las hizo,
nariz, ¿qué mucho tenga romadizo?, 545
si tienen bazo, estómago y riñones,
bien podrán enfermar de opilaciones.
Si una vena se cierra,
y más, si comen tierra,
si beben, contraerán hidropesía; 550
si andan mucho, gota y pulmonía;
manquera si se pasma alguna arteria;
si los bofes se pudren, disenteria;
y Procrates lo dice regla oncena,
y de morbis acutis Avicena; 555
Galeno De cirugia, octavo texto,
Baldo de juris regulis in sexto;
dijisteis de contractuVillarrubio,
y de las noches áticas Vitrubio:
tasándose ante mí el pliego y la plana 560
el licenciado Murcia de la Llana,
de toda tasación juez ordinario,
y de los libros eterno secretario.
BORJA Suspende esas locuras.
SANSÓN Hoy puedo hablar de humor y calenturas, 565
que he estudiado en la aula salmantina
de cánones mi poco, y medicina,
y aún tengo viva la reminiscencia
que era rector de escuelas vueselencia;
y a la ley de honrado médico protesto 570
no hablar de morbis sin echar un texto.
 

(Sale BELISA, y FLORA, cada una por su puerta.)

 
BELISA Solo está en la antesala
el marqués; la ocasión no ha sido mala
FLORA En la antesala he visto
a Borja solo; la ocasión conquisto. 575
BELISA Ríndale mi porfía.
FLORA Vénzale porfiando mi osadía.
BELISA Ya me acerco.
FLORA                         Ya llego.
BELISA Venza mi llama aquí.
FLORA                                     Venza mi fuego.
BELISA ¡Oh Borja!
FLORA                   ¡Oh noble Borja! 580
SANSÓN Pues le cogen vuecedes muy de gorja.
Está de linda boya.
BORJA Señoras, ¿en qué os sirvo?
SANSÓN Aquí fue Troya.
FLORA Belisa es quien llamaba. 585
BELISA Florinda fue, señor, quien os buscaba.
 

(Vanse diciendo aparte cada una.)

 
FLORA Enojo ésta me ha dado.
BELISA Mil enojos aquesta me ha causado
que aquesta aquí viniese.
FLORA Que Belisa viniera.
BELISA                                  Que me viese. 590
FLORA Voy rabiosa y corrida.
BELISA Corrida voy, celosa y ofendida.
SANSÓN Señor, ¿qué dices de esto?
BORJA Que en confusión notable me hallo puesto.
 

(Suena música dentro.)

 
MÚSICA Si de Dios el temor mi pecho guía, 595
postrada quedará mi fantasía:
Vanidad y Hermosura vencerme intentan;
pues potencias del alma, guerra, guerra,
que temo a Dios, y sé que soy de tierra.
BORJA Mas ya, ya lo he entendido, 600
que el cielo al corazón me lo ha advertido;
la hermosura conozco de la una, [48]
de esotra la ambición y la fortuna.
La una es Vanidad, la otra, Hermosura;
Vanidad y Beldad, batalla dura 605
para vencer a un roble,
si es mozo y aplaudido, rico y noble.
Mas, potencias del alma, guerra, guerra,
que temo a Dios, y sé que soy de tierra.
El apetito nunca al pecho acierta 610
si de Dios el temor cierra la puerta,
y jamás se envanece el más bizarro
en las honras, si piensa que es de barro.
Temor a Dios me guía,
mi barro postrará mi fantasía; 615
pues, potencias del alma, guerra, guerra,
que temo a Dios, y sé que soy de tierra.
 

(Vase. Sale el EMPERADOR solo.)

 
CARLOS ¡Oh, cómo las penas hacen
más rigurosos efectos,
cuando sus golpes asestan 620
a más soberanos pechos!
Como los príncipes son
de adversidad más exentos,
más cercanos a los gustos,
a las lágrimas más lejos, 625
es fuerza que sientan más
cuando piensan sentir menos;
es fuerza que el golpe rompa
mayor herida en sus pechos;
es fuerza que más se ahoguen 630
de lágrimas en el piélago,
y que se ensangriente más
en ellos el dolor, siendo
de complexión delicados,
de entendimiento despiertos, 635
de afecciones sensitivos,
de naturaleza tiernos.
Esto en mis penas conozco,
esto en mis lágrimas veo
cuando está la Emperatriz 640
ya, ya en los lances postreros
de la vida, y tiene echado
el fiero dogal al cuello,
con que la severa parca
ahoga su dulce aliento, 645
matando en una dos vidas,
helando en uno dos cuerpos,
sacando en una dos almas,
pasando en uno dos pechos.
¿Mas si será muerta? No, 650
que ya yo me hubiera muerto,
porque los dos somos uno,
luego los dos fallecemos.
¿De sola una calentura,
de sólo un achaque? Luego 655
en mis pulsos podré ver
de los suyos el suceso.
Intercadentes me laten,
que me los pausa el recelo;
golpes me da el corazón, 660
que me le turba el tormento.
Ronca es mi respiración
porque me la oprime el miedo;
yertos los miembros están,
que me los marchita el hielo. 665
El alma siento arrancarse:
¡ay Dios!, es decir que siento
que ya se arranca la suya,
que ya, que ya; pero quedo,
que viene gente, y no es justo 670
que conozcan en mi esfuerzo,
rendirse con la violencia
de tan doloroso afecto.
 

(Sale DOÑA LEONOR.)

 
LEONOR Aquí esta el Emperador,
¡qué callado, qué severo! 675
o es este, hombre de mármol,
o es mucho su sufrimiento.
¡Qué triste nueva le aguarda!
Quisiera darla, y no puedo,
porque no podré con ella 680
darle también el consuelo.
Ya me voy; pero si es fuerza
que lo sepa, ya me resto.
Callaré; mas ya lo digo.
Señor; pero no me atrevo. 685
CARLOS Corazón, sentid, sentid
vuestras penas allá dentro;
ojos, represad el llanto;
lengua, tenedme silencio.
Y ahogadme todos, ahogadme, 690
que en reprimiros pretendo
daros mayor valentía,
con que me matéis más presto.
 

(Sale BORJA por la otra puerta.)

 
BORJA Si sabrá el Emperador
el caso, ¿pero qué es esto? 695
La marquesa está en la sala,
y el Emperador atento
le está bebiendo el semblante
con un mirar circunspecto.
¿Si doña Leonor lo ha dicho? 700
Que yo, aunque pruebo, no acierto.
CARLOS A los marqueses el alma
toda les estoy leyendo;
ellos recelan hablarme,
y yo llamarlos recelo. 705 [49]
¿Si murió la Emperatriz?
Mas no quisiera saberlo.
¡Ay, Dios, saberlo querría,
mas faltará el sufrimiento!
El alma tengo en un hilo; 710
o, si acabaran aquestos
de despenarme, sin duda
que a más dolor me condeno.
Quisiera que me lo digan
y que se quede secreto, 715
y quisiera, al pronunciarlo,
entenderlo y no entenderlo.
BORJA Estoy por irme.
CARLOS                              Marqués
BORJA Señor.
CARLOS            Decid.
BORJA                       ¡Santo cielo!
CARLOS ¿Cómo está la Emperatriz? 720
BORJA (Aparte.) Aquí los sentidos pierdo.
CARLOS ¿No me habláis?
BORJA                             Ya te respondo.
CARLOS Acabad.
BORJA               Ya te obedezco.
CARLOS Ya os aguardo.
BORJA                           Ya lo digo.
CARLOS No lo digáis; ya lo entiendo; 725
murió ya, y tenéis temor
de no atravesarme el pecho.
BORJA Sucede como lo has dicho.
 

(Quédase suspenso el EMPERADOR.)

 
Suspenso quedó, suspenso
el sol de los hombres, Carlos, 730
de su eclíptica en el medio,
porque el menguar de su luna
fue eclipse a sus lucimientos.
LEONOR ¡Válgame Dios, qué dolor!
BORJA ¡Válgame Dios, qué tormento! 735
LEONOR ¡Qué compasión!
BORJA                              ¡Qué tragedia!
LEONOR ¡Qué hielo mortal!
BORJA                                ¡Qué hielo!
LEONOR ¡Qué agonía!
BORJA                       ¡Qué congojas!
LEONOR ¡Qué ardor!
BORJA                     ¡Qué llama!
LEONOR                                         ¡Qué fuego
a un tiempo le abrasa el alma, 740
y le deja helado el cuerpo!
BORJA El cuerpo a hielos le embarga
y el alma le abrasa a incendios.
LEONOR Hasta en él llorar es grave.
BORJA Aun en los llantos es serio. 745
LEONOR Aun a la pena es medido.
BORJA Aun al dolor es severo.
CARLOS Marqués.
BORJA                  Señor.
LEONOR                             Ya volvió.
CARLOS Marqués.
BORJA                 Señor.
CARLOS                              Esto es hecho.
Llevó Dios lo que era suyo, 750
su voluntad obedezco.
Dios la dio, Dios la quitó;
a su querer me sujeto.
Reciba su Majestad
este dolor que le ofrezco. 755
Pero Borja, por quien soy,
que me refiráis os ruego
lo que en su muerte ha pasado.
BORJA Eso es querer que de nuevo
la herida se torne a abrir 760
que a todos nos pasa el pecho.
CARLOS Borja, cuando un corazón
de congojas está lleno,
apenas consuelo admite
sino en sus propios lamentos. 765
Que como penas son mares,
y el corazón nada en ellos,
gusta que más se dilaten
por dar campo a los tormentos
en que nadar penetrando 770
el golfo de sus afectos.
El pecho arrojé a nadar;
Borja, dilatad los senos
al mar de mis agonías
si no queréis que en estrecho 775
piélago de disimulo
me ahogue con el silencio.
BORJA Obedecerte es amarte.
CARLOS Decid, marqués.
BORJA                            Está atento.
Después que las Majestades 780
tuya y suya dispusieron
que doña Leonor de Castro
y yo en uno celebremos
el matrimonio, que ya
los dos lustros va cumpliendo, 785
tuvo un sueño mi señora
que más fue aviso que sueño,
en que a su temprana muerte
disponerla quiso el cielo.
Comunicólo a Leonor; 790
Leonor la consuela; pero
¡quién le puede trastornar
las persuasiones a un miedo!
Pasáronse algunos días,
mientras en Toledo vemos 795
contigo a solemnes cortes
concurrir todo tu imperio. [50]
Y estando solemnizando
la presencia de su dueño
con fiestas y regocijos, 800
donde a máscara y torneos
dieron teatro los días,
donde las noches reflejos
tuvieron de ardientes soles,
y con fingidos diseños 805
era una mentida Troya
la verdadera Toledo,
restallando en invenciones
la pólvora, fuego, fuego,
y entre nubadas de humo, 810
centellas chispando al viento.
Quizás la tierra, presaga
de ver que intentan los cielos
quitarle a la Emperatriz,
fulminaba estos incendios 815
por presentalles batalla,
tiro a tiro y trueno a trueno.
Si no es por concurrir
a la fiesta el universo,
que al alma de mi señora 820
en el empíreo le hicieron,
quiso obligarse a poner
las luminarias el suelo.
En medio, pues, de estos gustos,
de aquestas risas en medio, 825
para que se verifique
que en llanto son sus extremos,
hirió una fiebre maligna
el vapor rojo y sincero
que matizaba la nube 830
de la Emperatriz; crecieron
a todo andar los bochornos
encendidos, convirtiendo
la candidez de su plata
en granas de su ardimiento. 835
No dejó la medicina
por ejecutar remedio,
mas donde Dios desahucia,
¿qué importa el saber del médico?
Conocióse su peligro, 840
recibió los sacramentos
frecuentados tanto en vida
de su religioso afecto.
Hasta aquí, señor, sabías;
a lo que no sabes vengo: 845
llegó la última hora,
llegó el combate postrero.
Llegó con la muerte a brazos,
y con Dios a abrazos tiernos,
dándoles tan apretados 850
a un crucifijo, que pienso
que quiso ganar luchando
a brazo partido el cielo,
y no cesar de la brega
con su mismo Dios diciendo: 855
«Ni te he [de] dejar, ni has de irte
sin bendecirme primero,
movido con mis sollozos,
vencido con mis requiebros.»
Ya llegando al corazón 860
de la fiebre los venenos,
palpitaba por huirlos,
hasta que, hallándose preso
de sus mortales embargos,
daba los golpes más lentos, 865
destemplados los colores,
aunque el semblante modesto,
tan mesurado, tan grave,
tan imperioso, que entiendo
que la majestad del rostro 870
fue de la muerte un respeto.
Los ojos que hasta allí claros
al cielo estaban atentos,
se cerraron al reposo
postrero, y en este sueño, 875
del mundo se durmió el sol,
del sol se añubló el espejo,
del espejo faltó el vidrio,
el vidrio reventó al fuego,
el fuego empeñó sus luces, 880
la luz se apagó en el hielo
de aquel profundo letargo,
de aquel forzoso silencio,
donde de la Emperatriz
la noble vida muriendo, 885
dormido el cuerpo en la cama,
despertó el alma en el cielo.
De esta suerte la perdiste,
de esta suerte la perdemos;
el mundo se vista lutos, 890
la voz, roncos epicedios,
los pechos, tristes gemidos,
la lengua, lúgubre acento,
el corazón, dolor grave,
los ojos, mares inmensos. 895
El mármol dé a la memoria
de su sepulcro el diseño,
el bronce dé a las edades
de su tragedia el letrero.
Y la fama erija al mundo 900
de su virtud los monteos.
CARLOS Que me ha dado algún alivio
la relación, os confieso,
que gusta un triste de oír
hablar de sus sentimientos. 905
Ahora, marqués, habéis
de tomar por mí otro nuevo
trabajo con la marquesa,
porque a los dos encomiendo [51]
el cuidado de llevar 910
hasta Granada su cuerpo,
a la capilla, que en ella
es de los reyes entierro.
LEONOR Mi propio amor me forzara
cuando no fuera precepto 915
tuyo hacer a mi señora
estos últimos obsequios.
BORJA A prevenir la jornada
vamos.
CARLOS              Marqués, partid luego.
 

(Vanse todos, y sale SANSÓN.)

 
SANSÓN No puedo ir a Granada, 920
que tengo una espinilla lastimada,
y es fuerza caminar con mil desvelos,
llorando muertos y gimiendo duelos.
 

(Sale BELISA con un billete.)

 
BELISA Aquí a Sansón he visto.
Sansón
SANSÓN              ¿Otra? 925
BELISA Sansón.
SANSÓN               Pléguete Cristo,
sin duda que a mí era
a quien ésta buscó la vez primera.
Por Dios, que esto va lindo;
de aquí adelante doy en bisbirindo, 930
y nadie si me viere hacer figuras
diga, no beberé de estas linduras.
BELISA Hable el papel, aunque la lengua calle.
SANSÓN Debo de ser, sin duda, de buen talle.
BELISA ¿Me has oído, Sansón? 935
SANSÓN Sansón te ha oído,
y tú de este Sansón Dalila has sido.
Mas no has de echarme lazo,
ni tengo de dormir en tu regazo,
ni cortarme el cabello, 940
ni sujetarme a la tahona el cuello,
ni para tus despojos
hacerme tu rigor sacar los ojos
o busca otro Sansón a tus deseos,
que yo he de ser Sansón sin filisteos. 945
BELISA Por el nombre, a lo menos, que te pones,
has de saber desquijarar leones.
SANSÓN Fuerzas mal empleadas,
que me ofende el león con sus quijadas.
¿Yo hacer mal? No me atrevo, 950
que soy Sansón del Testamento Nuevo.
BELISA Ni aún burlando lo digas.
SANSÓN                                           Hay tal tema
que éste se ponga aquí con mucha flema;
a que quiera o no quiera,
me ponga yo a rifar con una fiera. 955
Por Dios, tema inhumana
vete con Dios, hermana,
que no quiero pendencias con leones,
aunque fuera yo solo diez Sansones.
BELISA ¿Pues de aquesto te apuras? 960
SANSÓN Soy ya grande para esas travesuras.
BELISA Más me importa tu gusto.
SANSÓN                                           Vaya de eso,
que yo tu gusto ejecutar profeso.
BELISA Aquesa verdad pruebas
si este papel a tu señor le llevas. 965
SANSÓN Doscientas persuasiones
me has echado a perder en dos razones,
pues blanco me fingí de tu conquista,
y a dos por tres me hallo recaudista.
Mas sé que tu papel no tendrá efeto, 970
porque es Borja un galán muy recoleto,
y nunca lee papeles sin licencia.
BELISA ¿Pues a quién se la pide?
SANSÓN                                           A su conciencia.
BELISA Dale el papel, aqueso no te aflija,
y toma por el porte esta sortija. 975
SANSÓN Haré mil maravillas,
que al lacayo más santo hará cosquillas
una sortija de oro.
BELISA                                Va infinito
en dar este papel.
SANSÓN                             ¿Sin sobrescrito?
BELISA Y sin firma también, que en sus renglones, 980
mucha pólvora va en cuatro razones.
SANSÓN Con todo a dudar llego
si pólvora hay aquí, que allá haya fuego.
BELISA Al fin si oye mis voces,
dame tú a conocer, pues me conoces. (Vase.) 985
SANSÓN Haré con el papel hechos bizarros,
que hay en él para más de dos cigarros.
¿Papelito al marqués? Pobre lacayo,
un taco hiciera y me tirara un rayo. [52]
 

(Sale FLORA con otro papel.)

 
FLORA Con paso feliz entro, 990
pues apenas te busco, y ya te encuentro.
SANSÓN ¿Qué es esto, más empleos?
Pues no he de malograr otros chiqueos.
FLORA En tu nombre contemplo
que si es bastante a derrocar un templo 995
desde el plinto a la altura,
desrasando su eterna arquitectura.
SANSÓN No es para perder el juicio un hombre,
la tema que éstas tienen con mi nombre,
que por fuerza, o de grado, 1000
porque murió su santo degollado,
ha de ser degollado, aunque resista,
cualquiera que se llame Juan Bautista.
FLORA Aguarda, que otro templo me aseguro
derrocar piedra a piedra, y muro a muro. 1005
Éste es Borja, tu amo,
en cuyas pretensiones yo me inflamo.
Llévale este papel, que en lo que reza,
pretendo derribar su fortaleza,
y si le hallo propicio, 1010
el Sansón serás tú de su edificio.
SANSÓN (Aparte.) Aquí me importa urdir una tramoya;
quizá esta boba me dará otra joya.
-Mi amo fue primero
quien de aqueste papel me hizo tercero, 1015
para saber cuán entendida eres
 

(Dale el papel.)

 
en descifrar aquestos caracteres;
y va sin firma y nombre,
y de mujer parece, y es de hombre;
y dice que en volviendo de Granada, 1020
verás su voluntad en ti empleada.
FLORA Posible es que tal veo
que logró su esperanza mi deseo.
SANSÓN Acaba ya de darme algún anillo.
FLORA Muchos te doy en este cabestrillo. 1025
SANSÓN Mire si es como quiera
la pólvora de esta otra escopetera;
advierte que hay peligro en publicarlo.
FLORA Dile que yo sabré disimularlo.
Y dale ese papel, que lleva dentro 1030
de fuego y llamaradas otro centro,
y su tenor al que me das confirma,
pues va también sin sobrescrito y firma.
SANSÓN Brava tramoya es ésta;
ya tengo para esta otra una respuesta. 1035
Sansón, ruede la bola,
que ya por ésta vuesarced manola.
¡Oh papel bien feriado,
llamarte tengo mi papel sellado! (Vase.)
FLORA ¿Qué le sirve a la piedra más constante 1040
resistir del martillo impresión fiera,
si en sangre de un cordero vuelto cera,
cera perdió lo que ganó diamante?
 
¿La exhalación qué medra, si flamante
cometa sobre el viento se aligera, 1045
tardándose en caer de aquella esfera
lo que se estuvo en ser rayo tronante?
 
Y al hombre ¿qué le importa, blasonando
de fuerte, que ser piedra se prometa?
¿Qué importa a la región subir volando, 1050
a donde el aire su altivez respeta,
si vuelve un Tuego su diamante blando,
y baja rayo quien subió cometa?
 

(Vase, y salen por una puerta el ARZOBISPO DE GRANADA, y un SECRETARIO, y algunos criados, y por la otra BORJA y acompañamiento de luto.)

 
SECRETARIO Infinita es la gente que se llega
a ver la ceremonia de esta entrega. 1055
ARZOBISPO Desde esta madrugada
junta en la iglesia está toda Granada.
¿Quién de hacer esta entrega y juramento
ha venido encargado?
SECRETARIO Señor, ese cuidado 1060
al marqués de Lombay el César fía,
heredero del duque de Gandía,
cuya noble persona
está electa en virrey de Barcelona.
ARZOBISPO Pues jure vueselencia 1065
de todo este concurso en la presencia,
que el cuerpo que ha traído,
de Toledo a Granada remitido,
y en esta caja nos entrega ahora,
es de la Emperatriz nuestra señora. 1070
BORJA Abrid aquesa caja.
 

(Descúbrenla, y parece una calavera.)

 
El espanto y pavor mi lengua ataja.
Válgame Dios, ¿qué veo? [53]
¿Cómo puedo jurar lo que no creo?
SECRETARIO Haga vuestra excelencia la protesta. 1075
BORJA ¿Cómo la Emperatriz es ésta? ¿Es ésta?
No hay tal; yo me he engañado;
mas ¿qué cuenta he de dar de mi cuidado?
SECRETARIO Parece que habla con razones mudas.
ARZOBISPO Que está, parece, entre temor y dudas. 1080
BORJA Señores, aunque pruebo
a hacer el juramento, no me atrevo,
que en esta caja puse yo una estrella,
y no hallo de su lumbre una centella.
A esta tumba traduje todo el polo, 1085
y no hallo de su luz un rayo solo.
La Emperatriz hermosa entonces era,
y ahora una desnuda calavera.
No es aquél, no es aquél su rostro hermoso,
no es su semblante aquél majestuoso. 1090
Por tanto entre las dudas que aquí siento,
será solo el tenor del juramento
que juro, que según fue mi cuidado,
en haber este cuerpo trasladado
de Toledo a Granada moralmente, 1095
juzgo que ningún caso ni accidente
pudo hacer que el que yo os entrego ahora
no sea de Isabel nuestra señora;
que decir que es el mismo, y afirmallo
juzgo imposible cuanto más jurallo, 1100
porque le quede al mundo de esta suerte
testimonio en mudanzas de la muerte.
SECRETARIO ¡Por cierto caso extraño!
ARZOBISPO ¡Qué materia hay aquí de un desengaño!
Secretario, dad fe de lo jurado 1105
con el tenor que Borja lo ha dictado.
SECRETARIO Doy fe de dicho y hecho,
con instrumento y forma de derecho.
BORJA ¡Que aquí paró tan verde primavera!
No más servir señor que se me muera. 1110
Herido estoy, mi Dios, y arrepentido
de lo mal que he vivido.
¡Oh, quién naciera ahora,
para no malograr sola una hora!
¡Oh, quién siempre trajera 1115
presente el rostro de la muerte fiera!
¡Oh, si rompiera tanto loco enrido
ya que no vuestro amor, siquiera el miedo
que aquí pára la pompa lisonjera!
No más servir señor que se me muera. 1120
SECRETARIO Ya el instrumento cierro.
ARZOBISPO Pues mañana será misa y entierro,
y el cuerpo quedará depositado
en la real capilla, a mi cuidado.
 

(Cierran la cortina, vanse todos y queda BORJA solo.)

 
BORJA Imperios, ¿en qué estribáis? 1125
Tronos, ¿sobre qué os tenéis?
Majestad, ¿de qué pendéis?
Grandezas, ¿a qué aspiráis?
¿De que sirve que creáis
la pompa que el mundo admira, 1130
si tan fácilmente expira
el trono y la majestad?
Sola la muerte es verdad,
que lo demás es mentira.
 
Hermosura, ¿qué te has hecho? 1135
Beldad, ¿dónde te escondiste?
Salud, ¿cómo te has deshecho?
Lozanía, ¿qué provecho
conserva tu lucimiento,
si eres flor expuesta a un viento, 1140
si rosa eres bella y roja,
que a un embate se deshoja,
y se marchita a un aliento?
 
¿Qué locura es, qué locura
la de mis necios engaños, 1145
si los más floridos años
dan en una sepultura?
Girasol, ¿cuánto te dura
beberte del sol el rayo,
si llega un mortal desmayo 1150
cuando se ausenta su coche,
y acaba sola una noche
los lucimientos de un mayo?
 
¿Qué importa que de tus galas,
oh pajarillo, presumas? 1155
¿Qué importa, nave de plumas,
que peinen luces tus alas,
si hay en los cañones balas
con qué romperte las velas,
y al tiro que no recelas, 1160
sesgando el aire sereno,
te interrumpe sólo un trueno
la presunción con que vuelas? [54]
 
Arroyuelo, ¿a dónde vas?
¿Dónde corres, arroyuelo? 1165
Mira no te encuentre un hielo
que a tu pesar pararás;
o al menos, si corres más
hasta el mar, anegaráste,
y si a sus ondas llegaste, 1170
tú mismo tu muerte fuiste,
pues más temprano moriste
cuanto más te apresuraste.
 
Pues si a girasol aspiro
¿cómo no temo una helada? 1175
Si soy ave remontada,
¿cómo no recelo un tiro?
Si dulce arroyo me miro,
¿quién me podrá ser apoyo
para no hundirme en el hoyo, 1180
que es como el mar de la muerte,
acabando de una suerte
hombre, flor, ave y arroyo? (Vase.)

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