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Acto segundo



(Sale ROCAFORT bandolero.)

          
 
ROCAFORT        ¿Que sola una oposición
entre dos linajes pudo
ocasionar tanto incendio
en Cataluña, que puso
al ejercicio más bajo 5
tantos nobles, como juntos
en cuadrillas se abandonan,
y pasando los abusos
de la venganza, se abaten
a sustentarse de hurtos? 10
¿Que pudiendo en las batallas
alcanzar invictos triunfos
con que hacer su nombre eterno
sólo obtengan en el mundo
renombre de bandoleros? 15
¿Yo soy Rocafort? ¿Yo junto
presunción de un pecho hidalgo
con oficio que presumo
que se afrentará un plebeyo?
Vive el cielo, que confuso 20
me arrepiento de ser noble;
porque no digan que sufro
un tabardillo en mi sangre,
que le corrompe lo puro
de su nobleza, o al menos, 25
si yo soy el que le infundo
la peste, que también sea
quien sangre el humor corrupto
con que vive envenenada,
o por acabar en uno 30
ya con el honor la vida;
y pues delitos incurro
contra mi honra, yo mismo
sea delincuente y verdugo
 

(Sale un bandolero con SANSÓN preso.)

 
SANSÓN Bandolero de mis ojos, 35
si ya te di tres escudos,
que era todo mi caudal,
¿qué me quieres?
BANDOLERO                              Darte unos
confites que te ha guardado
Rocafort.
SANSÓN                  Pues ¿cómo supo 40
Rocafort que yo era amigo
de confites? No acostumbro
comerlos, por vida mía,
que son mis achaques muchos,
y los confites me matan. 45
Fuera de que yo no gusto
de beber agua jamás,
y siempre anduvieron juntos
comer dulce y beber agua.
BANDOLERO Pues darte aun trago del puro. 50
SANSÓN Harto trago es el prenderme.
ROCAFORT ¿Quién es ese hombre?
BANDOLERO                                        Barrunto
que acaso se habrá soltado
de algún gallinero.
SANSÓN Juro
que yo me holgara de ser 55
viéndome en aqueste punto
gallina física y real:
que yo excusara estos sustos,
y en mi corral me estuviera
poniendo huevos; mas plugo 60
a los hados de mi estrella
que yo por secreto influjo
sea gallina con bigotes,
como otros que hay en el mundo.
ROCAFORT ¿Cómo te llamas?
SANSÓN                               Sansón. 65
ROCAFORT ¿Sansón? Pues di, ¿no es injusto
tener tan valiente el nombre
y tener tan pocos humos
de valor en ese pecho?
¿No has de tomar por asunto 70
azorar la valentía
a desgajar con los puños [55]
las quijadas a un león
y astillar la testa a un bruto?
SANSÓN ¡Oh en malas galeras reme 75
quien este nombre me puso,
que todos me dan en cara
si con él cumplo o no cumplo!
ROCAFORT Sansón, y si te aprisionan
la suerte o los infortunios, 80
¿no has de saber destrabarte
de las coyundas los pulsos?
¿No arruinaras de un vaivén
en un edificio juntos
columnas, pilastras, yambas, 85
ancones, carquesios, cúneos,
plintos, boceles, llumazos,
chelonios, cimazos, plúteos,
repisas, histrias, cornisas,
cimborios, frisos y cubos, 90
haciendo de todo ello
tu portentoso sepulcro,
echándote encima roto
todo un templo a sólo un tumbo?
SANSÓN Ya escampa, y llovían guijarros, 95
ancones, plintos y plúteos
No dijera más si diera
en bandolero Vitrubio.
Válgate el diablo por hombre,
Rocaforte o Rocafurto, 100
las bernardinas, que ha echado
en arquitecto o en culto:
que para mí tanto monta,
pues ni un vocablo, ni uno,
he podido penetrarle 105
según han sido de obscuros,
ocultos y revesados.
ROCAFORT Pues sin ser Sansón, yo dudo
que Sansón se le opusiera
a mi valor, pues sojuzgo 110
los más fieros animales
y suelo hacerlos menudos.
SANSÓN Señor, yo haré penitencia
de este nombre que me cupo
y que tan indignamente 115
tomo en mis labios inmundos,
y prometo no llamarme
Sansón más, sino don Lucio,
o don Floro, o don Lucindo,
que todos, según barrunto, 120
son nombres afeminados.
ROCAFORT Deja ahora esos discursos
y di, ¿dónde caminabas?
SANSÓN A Barcelona, con unos
despachos de Carlos Quinto. 125
ROCAFORT ¿Y de ti los fía?
SANSÓN                           ¿Que mucho
no valgo para correo?
ROCAFORT Muestra
SANSÓN                En vano los oculto.
 

(Dale un pliego de cartas.)

 
ROCAFORT Al virrey el sobrescrito
dice, pero está seguro 130
que no he de romper la nema,
porque soy noble, y es justo
que el noble lo muestre ser
en la lealtad al augusto
señor suyo natural. 135
El pliego te restituyo
 

(Vuélveselo a dar.)

 
sin abrirle, porque entiendas
que del rey sólo un dibujo
trasuntado en un papel
causa respetos ocultos, 140
SANSÓN Señor, no contiene más.
ROCAFORT Pues di, ¿yo te lo pregunto?
SANSÓN Soy lacayo, con que he dicho
que ningún secreto sufro.
ROCAFORT Pero pues que tú lo sabes, 145
que lo sepa yo no es mucho.
¿Qué contiene?
SANSÓN                            Pide el César
un auténtico trasunto
en ciertas informaciones
de un recelado tumulto 150
que a Cataluña alteró.
ROCAFORT ¿Quién es el virrey?
SANSÓN                                  Excuso
su elogio por ser mi amo;
que es un ángel te aseguro.
Es don Francisco de Borja, 155
en cuya persona puso
el Autor mil buenas partes,
y siempre amistades tuvo
con bandoleros.
ROCAFORT                             ¿Qué dices?
¿Es buen médico ninguno 160
que conociendo la fiebre,
y su intoxicado influjo,
le da fuerzas al veneno
que está en las venas oculto?
No puede ser buen virrey, 165
que eso es dar fuerzas y jugo
a la peste de los reinos,
amparar por sus alumnos
los hombres facinerosos. [56]
SANSÓN Fue lisonja, que antes juzgo 170
que es justiciero en extremo.
Con todo, saber procuro
¿por qué tan recto le quieres
que te causase disgusto
verle amparo de ladrones? 175
ROCAFORT Ese, amigo, es otro punto,
que juzgo lo que es razón
con mi entendimiento agudo,
pero con mi propio amor
siempre mis daños rehuso; 180
sé que es justo hacer justicia
pero conmigo no gusto.
SANSÓN Aquí el refrán castellano
se ha caído de maduro:
justicia y no por mi casa. 185
ROCAFORT Es el refrán oportuno.
Dime ¿es mozo ese virrey?
SANSÓN Aún no cumplió los seis lustros,
que solos veinteinueve años
ha que ve la luz del mundo. 190
ROCAFORT ¿Debe de ser muy prudente?
SANSÓN Es un Séneca, un Licurgo
es un centro de prudencia.
 

(Sale otro BANDOLERO segundo, con una MUJER presa.)

 
BANDOLERO Señor, esta mujer.
ROCAFORT                                Juro
a Dios que no sé, no sé 195
como resisto a un impulso
que me viene de matarte.
¿No he dicho a todos mis súbditos
que a las mujeres les debe
pasaje y salvoconducto 200
el respeto y la piedad
y el valor en su recurso?
El respeto, porque siempre
da a la decencia tributo;
la piedad, porque a quien llora 205
mostrar fiereza es injusto,
y el valor, porque rendir
flaquezas nunca fue triunfo.
Idos, señora, en buen hora
y que siento, os aseguro, 210
la necia descortesía
del que a mis ojos os trujo.
MUJER Yo me voy, y plegue al cielo
premiar tan cristiano asunto
con darte una buena muerte. 215
 

(Vase la MUJER.)

 
SANSÓN Conforme fuere el verdugo.
ROCAFORT Sansón, prosiga también
de su jornada el discurso.
SANSÓN Dios te depare una horca
nueva, que no haya ninguno 220
estrenándola hasta ti. (Vase.)
ROCAFORT Páguete Dios el anuncio.
En viendo un hombre cobarde,
amigos, mal disimulo
agradecerme a mí mismo 225
las fuerzas, porque yo lucho
con un oso, y lo barbeo,
y más de una vez, alguno
que intentar quiso ofenderme,
tan presto el castigo suyo 230
conoció, que entre mis brazos
alzando el cuerpo membrudo,
fue tan veloz el ahogarle,
que abrió la boca, y no tuvo
lugar de cerrarla más, 235
y juzgara quien estuvo
a la mira, que la abrió
el oso medio difunto,
por sólo escupirme a mí
las entrañas con el susto. 240
BANDOLERO 2 Parece encarecimiento.
BANDOLERO 1 Tu valor es sin segundo.
ROCAFORT Ni es esto sólo en los brazos,
que una vez que con orgullo
quiso un soberbio alazán 245
hacerme a mí de su curso
Faetón estrellado a un risco,
tal le apreté entre los muslos,
que le reventé la vida
pareciendo en aquel punto 250
que llegó al despeñadero,
atrevido y disoluto,
sólo a despeñar el alma,
porque el cuerpo quedó surto
en el brocal de la peña; 255
yo tan en mí, que no dudo
decir que ni aun me turbé
y me importó, pues no hubo
sucedido aqueste lance
cuando la ocasión me puso 260
en otro más apretado:
salióme un toro sañudo
al encuentro, alto de cuerpo,
bajo de hombros, confuso [57]
el lomo de negro y pardo, 265
el pecho de pardo y rubio,
corto cuello, ancho de testa,
frente rizada, ojos turbios,
cerviz gruesa, hosca la barba,
de la luna tan agudos 270
los dos buidos estoques
que eran sus puntas dos puntos.
Paróse soberbio y bravo;
paréme serio; desnudo
la espada; con él me afirmo; 275
conmigo se encara el bruto;
peina con el callo el puesto;
de polvo levanta nublos;
da un bramido, parte ciego,
tan ligero, que discurro 280
que formó nubes de polvo
por salir de sus disturbios;
como el rayo cuando rompe
la nube con trueno y humo,
acometió, y al bajar 285
la testa, con tiento y pulso
le embebí por la cerviz
el estoque hasta el puño,
cosiéndole con el pecho
la barba, y pasando en uno 290
cerviz, pecho, piel, garganta,
tan presto, que con el zuño
iba a bramar, y el bramido
yo tan veloz le interrumpo,
que abriendo en la dura caña 295
fiera cicatriz, le cupo
a la herida rematar
el bramido, que no pudo
más que empezar con la boca,
y de esta suerte concluyo 300
de aquel ruidoso cometa
las presunciones y orgullos,
perdonad si os he cansado,
y vamos a ver si algunos
robos ha hecho mi gente. 305
BANDOLERO 1 Tu fama celebre el mundo,
y a tus heroicas hazañas
les rinda lauros y triunfos.
 

(Vase, y sale BELISA disfrazada de paje.)

 
BELISA A Barcelona he venido
siguiendo a Borja los pasos, 310
a donde el César invicto
por su virrey le ha enviado.
Como paje de su casa
me he vestido y disfrazado,
por ver si tengo ocasión 315
de rendir su pecho ingrato.
Aunque de Granada vino
para mi amor tan mudado,
que de vencerle mi pecho
casi va desesperando. 320
Pues cuando volvió a la corte,
por verle me puse al paso
a hacer costosa experiencia
de su pasión; y en llegando
conmigo a frontarse, fue 325
como cuando un agraviado
con el agresor se encuentra,
que apenas le terminaron
sus ojos, cuando del rostro,
semblante y color robado, 330
las acciones indecisas,
los movimientos pausados,
emponzoñada la vista,
con ella le está flechando
de su rabia una saeta, 335
de sus ardores un rayo.
Pues de la misma manera,
al verme suspendió el paso,
perdió el color, vistió el rostro
del afecto más airado, 340
que si viera un enemigo.
Quise hablarle, mas fue tanto
el pavor que concebí
que echó a la boca un candado,
a la vista una vergüenza, 345
a las potencias un manto,
a las acciones un miedo,
al movimiento un embargo,
a los sentidos un hielo,
a los miembros un desmayo, 350
al pecho triste un dolor,
al entendimiento un pasmo,
al corazón un ahogo,
y a mis dos ojos un llanto
en que hasta ahora me anego, 355
con que temiendo y dudando
ni sé esperar, ni quisiera
desconfiar de alcanzarlo.
 

(Sale SANSÓN de camino.)

 
SANSÓN ¿Qué hay, niño, común de dos?
BELISA ¿Qué hay, Sansón, cómo has llegado 360
de la corte?
SANSÓN                     En una mula.
BELISA Pues yo pensé...
SANSÓN                           ¿Que en un macho [58]
vas a decir?
BELISA                     Tú lo dices.
SANSÓN Pues de tal mano, tal dado.
BELISA Bravamente Barcelona 365
su virrey ha celebrado;
nunca tal vido este reino.
SANSÓN Pues dime, Belisa, ¿es barro
un tan gran virrey, marqués
de Lombay, que ya ha heredado 370
el ducado de Gandía,
grande en Castilla, privado
del invicto Carlos Quinto
y su pariente cercano,
de línea real bisnieto 375
del mismo rey don Fernando?
Para tan alto señor
es corto cualquier aplauso,
para un duque todo es poco,
para un grande, lo alto es bajo. 380
Y viniendo a lo adquirido,
con ser tanto lo heredado,
no ha de estar loco este reino
de regocijo, gozando
un virrey tan apacible, 385
tan tratable, tan humano,
tan advertido, tan cuerdo,
tan erudito, tan sabio,
tan sosegado en la paz,
en la milicia tan bravo, 390
tan gentilhombre de a pie,
tan buen jinete a caballo,
tan amigo de hacer bien,
tan limosnero, tan franco,
tan religioso en la iglesia, 395
tan cortesano en palacio;
que vela como que duerme,
duerme como que es un Argos
disimula a lo advertido,
advierte disimulado, 400
perdona lo remisible,
castiga lo necesario,
ni inexorable en rigores,
ni en hacer justicia blando.
BELISA Acaba, que me das celos. 405
¿Hasta cuándo has de alaballo?
SANSÓN Pues soy una perla yo,
sino que él es un ingrato.
BELISA Vengamos a lo que importa:
dime, Sansón, ¿en qué estamos? 410
¿Tú no me diste un papel?
SANSÓN Es verdad,
BELISA                    ¿No me has jurado
que era de Borja?
SANSÓN                               También.
BELISA ¿Que al mío se mostró blando?
SANSÓN Blando como una manteca, 415
así sea el sueño del gato.
BELISA ¿No me has hecho disfrazarme
como paje de palacio?
SANSÓN Como paja era mejor,
y podrás servir a un macho. 420
BELISA Pues, ¿cómo está tan cruel
y a mí amor tan poco grato?
SANSÓN Ya te he dicho que volvió
de Granada tan mudado,
que para santo le falta 425
no más de canonizarlo.
BELISA ¿Pues es posible, Sansón,
que si yo me le declaro,
no conseguiré rendirle?
SANSÓN ¿Declarar dijiste? ¿Cuándo? 430
¿Dónde? ¿A qué hora? ¿En qué puesto?
Que todo el día no hay rato
desembarazado, en que
no está el virrey ocupado:
ya en públicos ejercicios, 435
y en publicidad es claro
que no hay lugar oportuno;
ya en secreto retirado
a su oratorio, y si vas
a verle en lugar tan sacro, 440
te dirá mil exorcismos,
como si viera algún diablo.
Y no me he alargado mucho,
que hay mujer que monta tanto
como un diablo, y algún indio 445
me responderá ihuan tlaco.
BELISA Una industria se me ofrece;
ya sabes que de ordinario
se va a cazar el virrey
bandoleros y leopardos, 450
los unos por la justicia,
y los otros por dar vado
con este divertimiento
a su excesivo trabajo.
Pues al monte he de ir contigo, 455
allá los trajes mudando
que aquí oculta el disimulo,
y cuando le vea apartado
de sus monteros, fingiendo
que voy perdida, está claro 460
que la noble compasión
hará que me preste gratos
oídos; entonces yo
de su papel le haré cargo,
de mi afecto obligación, 465
y al fin sabré, si le hablo, [59]
si hay en mi esperanza vida,
o muerte en mi desengaño.
SANSÓN Bien digo yo que una de éstas
sabe más que cien mil diablos, 470
pero el virrey viene aquí.
BELISA ¡Qué afable, qué cortesano!
 

(Sale BORJA, y DON JUAN niño, su hijo, y acompañamiento.)

 
DON JUAN Cansado está vueselencia.
BORJA Os aseguro, hijo amado,
que pesa mucho un gobierno, 475
y son mis hombros muy flacos.
DON JUAN Vuestra excelencia, señor,
le hace mucho más pesado,
adelantándoles siempre
a las fuerzas el trabajo: 480
porque ni el Emperador
ni Dios le obligan a tanto
como vueselencia toma
de desvelos y cuidados,
ejecutando por sí 485
lo que pudiera un criado.
BORJA Ay, don Juan, ¿ha de dar cuenta
de mi oficio y de mi cargo
el ministro? ¿O yo que tengo
de satisfacer por ambos? 490
Como original defecto
es el de un ministro malo,
que comete uno la culpa
y contraen dos el pecado.
Y así quiero en mi gobierno 495
de mí solo dar descargo,
y que no me amargue a mí
lo que no llegó a mis labios.
DON JUAN Por lo menos, vueselencia,
como se muestra tan llano, 500
da ocasión con su humildad
a que le crezca el trabajo.
Porque no hay hora del día,
que no tengan paso franco
para hablarle cuantos quieren 505
y es tan poco cortesano
el vulgo, que la licencia
la conmuta en desacato
porque tienen ya tan fácil
y tan sin embargo el paso 510
para hablar con un virrey
como con un ordinario.
BORJA Aquesas bachillerías
os confieso que me han dado
mucha pena, porque indician 515
en vos pensamientos vanos.
Mientras los príncipes son
al mundo más encumbrados,
su misma alteza les fuerza
a tener demiso el ánimo. 520
No penséis que sin misterio
le llamaron carga al cargo,
no sólo porque le tiene
de molestias y quebrantos,
sino porque a la manera 525
que quien tiene algo pesado
a cuestas, la carga misma
le inclina el cuello a lo bajo.
Así el príncipe, teniendo
el peso del solio y mando 530
sobre sus hombros, le obliga
a inclinarse tanto, tanto,
que se agobie hasta igualarse
aun con sus mismos vasallos.
Dios se llama en la escritura 535
Azucena de los Campos
el porqué yo os lo diré,
y quedaréis enseñado
en el mando, a ser humilde,
en la altura, a ser humano, 540
en el solio, a demitiros,
y en la grandeza, a inclinaros.
 
En solio de esmeralda la azucena,
reina de plata se alza entre las flores;
desde su nacimiento Flora ordena 545
que de cetro a su vara ornen primores.
Con su origen su reino se encadena,
porque al verse entre tantos esplendores
entronizado al solio aquel pimpollo,
le agradezca su honor a este cogollo. 550
 
Crece la vara a la mayor altura,
descuelga la esmeralda, caja breve
que deposita la mayor blancura;
rompe el botón, descoge plata, y nieve
flueca el oro cairel y bordadura, 555
porque en su imperio la azucena pruebe,
si la imagen de un rey en sí retrata,
que no hay posible rey sin oro y plata.
 
Ya puesta la azucena en tal grandeza,
vistiendo tan preciosos recamados, 560
con imperial corona en la cabeza,
de flores la república y los prados
vasallaje rindiendo a tanta alteza,
como a todos de sí los ve colgados,
el cuello agobia, porque en sus candores 565
la cara de su reina vean las flores. [60]
 
¿Quién duda que la flor no se humillara,
si sobre el cuello el peso no tuviera
de la imperial diadema? Es cosa clara,
que si hasta aquella cumbre no subiera, 570
a aquesta demisión no declinara,
pues de la misma suerte en alta esfera
al príncipe, al señor, a ley de sello,
el peso de su honor le agobia el cuello.
DON JUAN Enseñado, señor, y corregido 575
con su saber me deja vueselencia,
y en su enseñanza, quedo ya advertido
de la regla mayor de la prudencia.
BORJA Sansón.
SANSÓN               Señor.
BORJA                          ¿Está ya prevenido
lo que mandé?
SANSÓN                           Tan presta es mi obediencia 580
que al punto, y al momento, y a la hora
entre mandar y hacer no hubo demora;
ya aguardan los caballos y monteros.
BORJA Pues vamos, y una escuadra de soldados
llama, porque si hubiere bandoleros, 585
mis trabajos daré por bien premiados,
con cazar en el monte hombres tan fieros,
que no hay, caza tan dulce a mis cuidados,
como prendiendo fieras mi codicia,
ser también cazador de la justicia. 590
SANSÓN Ah, Rocafort amigo, aquí te quiero,
que guardados te tengo unos confites
que te alarguen un palmo el tragadero.
BELISA Sansón, ahora es bien que solicites
la ejecución de mi contrato.
SANSÓN                                               Espero 595
servirte en todo.
BELISA                              Con mi amor compites.
Yo tengo que salir de aqueste encanto;
ven, porque lleves mi basquiña y manto.
 

(Vanse todos. Salen ROCAFORT y un BANDOLERO.)

 
BANDOLERO Mucho tu valor desdora
sujetarle a esa pasión. 600
ROCAFORT Fuerza es de imaginación
la que me entristece ahora.
BANDOLERO Es ofender al sentido
con un manifiesto engaño,
idolatrar en un daño 605
por un mal aprehendido.
 
Y es contra sí muy cruel,
quien por sospechas inciertas
a su mal abre las puertas
antes de tocarlas él. 610
ROCAFORT Eso se decir en rigor,
que sólo es mal el presente,
y que al futuro y ausente
no se le tenga temor.
BANDOLERO ¿Pues qué temes?
ROCAFORT                               Temo que 615
en algún mal he de verme.
BANDOLERO ¿Cómo?
ROCAFORT                 Que ha de sucederme.
BANDOLERO ¿De qué lo sacas?
ROCAFORT                                 No sé.
BANDOLERO ¿Quién lo dice?
ROCAFORT                           El corazón.
BANDOLERO Puede engañarse.
ROCAFORT                               Es leal. 620
BANDOLERO ¿Qué aprehende?
ROCAFORT                              Mucho mal.
BANDOLERO No lo creas.
ROCAFORT                       Es pasión.
BANDOLERO ¿Quién causa dolor tan fuerte?
ROCAFORT Mi pensamiento.
BANDOLERO                              Es engaño.
¿Quién lo acredita?
ROCAFORT                                 Mi daño. 625
BANDOLERO ¿Qué mal ha de ser?
ROCAFORT                                   Mi muerte.
BANDOLERO ¿Quién la ocasiona?
ROCAFORT                                   El deberla.
BANDOLERO ¿Quién la debe?
ROCAFORT                             Mi malicia.
BANDOLERO ¿Quién te la da?
ROCAFORT                              La justicia.
BANDOLERO ¿Quién lo amenaza?
ROCAFORT                                    El temerla. 630
BANDOLERO ¿Luego el temor es la muerte?
ROCAFORT Es el temor su prenuncio.
BANDOLERO ¿Luego es morir el anuncio?
ROCAFORT Sí, cuando quien teme es fuerte.
BANDOLERO ¿Por qué?
ROCAFORT                   Porque ya el valor, 635
que ha sabido despreciarla,
muy cerca viene a mirarla
cuando la tiene temor.
 
Porque puede suceder
de su rostro a los reflejos 640
que burlada desde lejos,
de cerca se haga temer.
 
Luego si no la temí,
y ahora la temo, es cierto [61]
que estoy muy cerca de muerto 645
porque de cerca la vi.
 

(Sale el SEGUNDO BANDOLERO.)

 
BANDOLERO 2 Señor, en el monte está
con mucha gente el virrey.
ROCAFORT Si pagar quien debe es ley,
mi deuda se pagará; 650
mas si ha de ser con morir,
tengo de morir matando.
BANDOLERO 2 El monte vienen trazando.
ROCAFORT Pues tras mí os podéis venir.
 

(Vanse desnudando las espadas, y salen BELISA y SANSÓN.)

 
BELISA Dame, Sansón, mi vestido. 655
SANSÓN Toma tu vestido, niña.
BELISA ¿Traes el manto y la basquiña?
SANSÓN Manto y basquiña he traído.
BELISA Mas un hombre viene allí,
que se apartó de otros dos. 660
SANSÓN Rocafort es, vive Dios,
y se encara para mí.
 
¡Oh mal hayan tus amores
que me hicieron alejarme
y a este páramo apartarme. 665
¡Válgame Dios, qué sudores!
 
Pero yo escaparme espero,
que a una mujer que prendió
uno de aquéllos, mandó
soltarla este bandolero. 670
 

(Descoge el manto, y poniéndosele SANSÓN, prosigue.)

 
Oh, si el fervor le durara,
¡ay manto precioso y santo!,
de ti me he de valer, manto,
porque no me vea la cara,
que si él me viene a tener 675
por mujer, me dejará.
BELISA Sansón, ya viene hacia acá.
SANSÓN Dile que soy tu mujer,
o que soy tu hermana, niño.
BELISA Aguarda, no te alborotes. 680
SANSÓN ¡Oh mal hayan los bigotes;
quién fuese ahora lampiño!
BELISA Aquí me valgan los pies,
y dé el rayo en este loco.
SANSÓN ¿Pues te vas?
BELISA                       Aguarda un poco 685
y te llamaré al marqués.
 

(Vase BELISA, y sale ROCAFORT con la espada desnuda.)

 
ROCAFORT Como en laberinto estoy,
que tejiendo y destejiendo,
ni acierto a escaparme huyendo,
ni sé decir donde voy. 690
 

(Mirando a SANSÓN.)

 
Mas ¿qué visión es aquesta?
¿Quién eres sombra espantosa?
Si eres mi muerte afrentosa,
dispara ya tu ballesta.
Acaba ya de acabarme 695
tira, tira, que si no,
te tengo de matar yo,
porque tardas en matarme.
SANSÓN ¿Matar dijo? San Antón,
¿matar dijo? ¡Qué crueldad! 700
¿Matar? Terrible impiedad.
Jesús, Jesús, confesión.
ROCAFORT ¿Qué te puede retardar?
¿No respondes? ¿Qué recelas?
SANSÓN Tengo un gran dolor de muelas 705
(Atiplando la voz.)
que no me deja hablar.
ROCAFORT Sombra encantada, ¿quién eres?
SANSÓN ¿Yo, señor?
ROCAFORT                     Tú.
SANSÓN                           ¿Yo?
ROCAFORT                                     Pues voto.
SANSÓN No votes, que yo soy Cloto,
o soy lo que tú quisieres. 710
ROCAFORT ¿Cloto? Pues, parca, no ceses
de hacer tu oficio. ¿Qué aguardas?
¿Cómo en matarme te tardas?
SANSÓN Aguardo a que te confieses.
ROCAFORT ¿Quién te hizo tan religiosa 715
con tan piadosos cuidados?
SANSÓN Soy muerte de los ahorcados,
y siempre he sido piadosa.
ROCAFORT Esa es rigurosa ley,
¿luego estos plazos me diste 720
para la horca?
SANSÓN                         Tú dijiste,
y ahora lo dirá el virrey.
 

(Sale una escuadra de SOLDADOS, y dice dentro BORJA.)

 
BORJA Por allá podéis buscar los otros.
SOLDADO Según yo siento, [62]
si no es por encantamiento, 725
éste no se ha de escapar.
Ríndete al virrey, ladrón.
 

(Acuchíllenle.)

 
ROCAFORT Matarte he primero a ti,
que es muy poco para mí,
no una escuadra, una legión. 730
Conocerá vuestra suerte
que yo Rocaforte soy,
con estas treguas que os doy
desde la vida a la muerte.
 

(Sale BORJA.)

 
BORJA Ríndete luego a prisión. 735
ROCAFORT Resistir intento en vano
que falta el pulso a la mano
y el ánimo al corazón.
A ti sólo doy la espada
con rendida voluntad, 740
vencido de una deidad
que en tu rostro vi estampada.
 

(Dale la espada a BORJA.)

 
SANSÓN (Aparte.) Válgate el diablo lebrón,
¿eres tú el que reventabas
leones, y osos ahogabas, 745
y esto sin ser tú Sansón?
¿Qué ahora como una gallina
das las armas y la espada?
SOLDADO 1 Hola, ¿no veis la tapada?
SOLDADO 2 La figura es peregrina. 750
BORJA ¿Quién es la que está contigo?
ROCAFORT No sé.
SOLDADO 1             Mujer, di quién eres.
SOLDADO 2 Ella es monstruo de mujeres.
SANSÓN ¿Habla usamesté conmigo?
SOLDADO 1 Contigo.
SANSÓN                 ¡Qué desvarío! 755
BORJA Llegad a reconocella.
SANSÓN Soy una pobre doncella
que aquí perdí un hijo mío.
 

(Llegan a destapalle el manto.)

 
SOLDADO 1 Ea.
SANSÓN Pese a los soldadillos. 760
¿Quién aquí los entremete?
Ay, que me ajan el rodete
y me quiebran los zarcillos.
SOLDADO 2 Linda doncella.
SOLDADO 1                           Extremada.
 

(Descúbrenle.)

 
SOLDADO 2 ¡Jesús, Jesús, qué visión! 765
BORJA ¿Quién es?
SOLDADO                     Señor, es Sansón.
BORJA ¿Qué es esto?
SANSÓN                         Una sansonada.
BORJA De esta acción tan indecente
la causa no te he pedido
porque yo estoy más corrido 770
que tú.
SANSÓN              Soy un imprudente.
BORJA Y tú ¿quién eres, que así
has manchado tu opinión
con tan baja ocupación
como te envilece aquí? 775
ROCAFORT Aunque tan confuso estoy,
señor, pues lo has preguntado,
te diré quién me ha mudado
de lo que fui a lo que soy.
 
Barcelona me dio suelo, 780
la Fortuna, padres nobles,
y ojalá que me negara
las que me dio obligaciones.
Que no saliera la mancha
en mi linaje, tan torpe, 785
si como cayó en brocado,
hiciera sus impresiones
en el sayal más humilde,
donde menos se conoce.
Del tronco de los Caderes 790
era mi padre. Crióme
con más licenciosos fueros
que era justo, daño enorme
permitir el padre a un hijo
libertades, que si entonces 795
las atajara, no viera
por su casa deshonores,
que a despecho de su sangre
abortan sus permisiones.
Criéme siempre resuelto, 800
cruel, atrevido, y diome
Naturaleza tal fuerza
que levantaba dos hombres
en las palmas de las manos,
desgajaba el tronco a un roble, 805
hendía con el puño un mármol.
SANSÓN Ahora van los leones, [63]
y los osos, y el caballo,
boceles, plintos y ancones.
ROCAFORT Pero destas y otras gracias 810
tan mal usé, que se corre
el pundonor refiriendo
mis sucesos. Ya conoces
la sangrienta enemistad
y fieras conspiraciones 815
con que a los Narros altivos
perpetuamente se oponen
los vengativos Caderes,
(nocivo abuso en los nobles
el fuero de la venganza), 820
que antes arguye el reporte
más valor, cuando se tiene
en los agravios mayores,
porque es vencerse a sí mismo.
Paso al suceso: una noche 825
que entre otras mis paseos
iban buscando ocasiones
de sólo hacer mal, sentí
que se acuchillan dos hombres.
Era el son de los aceros 830
a mi gusto tan conforme,
que me entretuve gran rato,
con oír aquellos toques,
como se suspenden otros
escuchando unas canciones 835
puestas en músico acento,
hasta que al uno quebróse
la espada, y el otro dijo:
«Aquí Fortuna valióte,
pues sólo te da la vida 840
no tener armas.» Yo entonces,
pesándome que acabasen
sin hacer sangre estos golpes,
llevado de mi fiereza
natural, dije «No corte 845
la lid vuestra cortesía
por la falta del estoque,
que al rendido ofrezco el mío.»
Dísele; dado, afirmóse
con su contrario, y apenas 850
le embiste, cuando embebióle
toda mi espada hasta el puño;
cayó el herido, dejóse
el agresor el acero;
voyle a cobrar; estorbóme 855
el caído con decirme:
«Hombre, Dios te lo perdone
que más me mataste tú
pues diste, sin que te importe,
las armas a mi enemigo 860
y de dos competidores
queda un Narro victorioso
de don Juan de Rocaforte,
que es gloria de los Caderes.»
Y al decir esto faltóle 865
el aliento y murió luego.
Quedé helado a estas razones,
porque el muerto era mi padre.
Pienso que cuantos me oyen
lo atribuyen a castigo 870
del cielo, con que dispone
que aprendan todos los padres
a refrenar las disformes
costumbres de un hijo malo:
pues las disimulaciones 875
le aguzan tal vez la espada
que a ellos el pecho les rompe.
Sin cobrar mi espada fuime,
entre rabia y confusiones,
siguiendo el fiero homicida; 880
entró en su casa, encerróse,
y llegando yo a la puerta
le rompí un tablero a coces.
Entré, subí la escalera,
y pienso que mis ardores 885
me daban tal ligereza
y espíritus tan veloces,
que atrancando, no subiendo,
le volé los escalones,
poniendo un pie en el primero, 890
y el otro en los corredores.
Llegué a la sala, y estaba
mi contrario sin colores,
calzándose unas espuelas,
que ya había dos bootes, 895
preparándose en el patio
para él y un criado. Viome
y acabóse de turbar,
yo de irritarme. Hallóse
sin espada, yo también: 900
con que a fuer de luchadores
en un abrazo juntamos
ánimos tan desconformes.
Levantéle entre los brazos,
vide abiertos los balcones, 905
y le despeñé por uno
diciendo «A tus pies traidores
han sobrado las espuelas,
pues porque el trabajo ahorres
de andar la postrer jornada 910
al paso de los bridones,
te la haga pasar volando
cual despeñado Faetonte,
siendo tu Eridano el suelo,
y tu castigo este golpe.» 915
Acudió infinita gente [64]
al suceso y a las voces
que su mujer triste daba.
Mi furia por todos rompe,
y arrancándole la espada 920
de la cinta al primer hombre
que encontré, subí en el bruto
que prestamente compone
para su amo el lacayo.
Salí a la calle, burlóse 925
de todos mi valentía,
y abrí tal campo, que en orden
parece que se pusieron
a ver la gala y primores
con que pasé la carrera. 930
Llegué al campo, entré en el bosque
cuando el gigante saluda
al alba en brutos albogues.
Encontré esos bandoleros;
juntéme a ellos. Conocen 935
mi valor y mi nobleza;
danme mil aclamaciones;
hácenme su capitán.
Gobiérnolos, soy del monte
obedecido monarca; 940
pongo leyes, doy blasones,
castigos al disoluto,
al benemérito, honores.
En los robos no permito
que se haga mal a los pobres, 945
venero los religiosos,
las mujeres y los nobles.
Y en fin, señor, te prometo
que a un lado el ser robadores,
en lo demás soy mejor, 950
después que habito estos bosques,
que en la ciudad. Pero el cielo,
negando más dilaciones
a mis delitos, permite
que tú con tus cazadores 955
me encuentres. Pruebo a huir:
no doy paso que no corte
con el temor la conciencia.
Vuelvo a este lugar; opones
tu presencia a mi huida; 960
pídesme las armas; doyte
sin resistencia el acero,
conociendo superiores
deidades en tu semblante
porque reparen los hombres 965
en tu sagrada justicia;
y en mi tragedia no ignoren
que aunque más al pecador
dilate Dios el azote,
alguna vez llega el plazo, 970
que pagando sus errores,
saque escarmientos ajenos
y propias satisfacciones.
SANSÓN La horca de aquéste es cierta.
Bien pueden tocar a doble, 975
y sácolo de que ha hecho
un sermón, y los ladrones
nunca en la vida predican,
sino el día que les ponen
por púlpito la escalera, 980
y, como ven que los oyen,
es tentación de ahorcados
el dar en predicadores.
BORJA Tus desgracias me lastiman,
sábelo Dios, mas perdone 985
la compasión que no puedo
dispensar con los rigores
de la justicia. Llevadle,
y hechas averiguaciones,
pagará en un cadalso 990
sus delitos; y conforme
tengo mandado otras veces,
daréis a algún sacerdote
limosna de un treintanario
de misas por él.
ROCAFORT                           Cumplióse 995
mi recelo. No eran vanos
de mi muerte los temores.
SANSÓN Limosna para hacer bien
por el alma de este pobre.
 

(Llévale preso y sale DON GASPAR.)

 
DON GASPAR Aquí me dicen que está, 1000
señor.
BORJA            Don Gaspar.
DON GASPAR                                 No corre
tan veloz una estafeta
como yo cumpliendo el orden
que me diste. Llevé al César
tu pliego; viole; otorgóte 1005
la licencia que le pides
de cumplir obligaciones
de tu estado y retirarte
a Gandía, pues tu noble
padre faltó a sus vasallos, 1010
y esta carta te responde.
 
(Dale la carta.)
 
BORJA Estimo tu diligencia;
pues parte luego, y dispónme
la partida, que a Gandía
me he de ir antes de la noche. 1015
DON GASPAR Mi obediencia es tu mandato. [65]
 

(Vase DON GASPAR.)

 
BORJA Alma mía, si tan móvil
y tan veloz es la vida,
yo haré que en mis oblaciones,
cuando se llegue la muerte, 1020
halle quemadas las flores
de mi loca vanidad.
Yo haré que sus harpones,
cuando a mí los asestare,
de suerte el tiro malogren, 1025
que sólo maten un muerto
al mundo y sus ambiciones.
Mi Dios, si alcanzo de días
a la duquesa, no borres
el fervor con que voté 1030
entrar religioso adonde,
hollando el mundo, desista
de sus locas pretensiones.
Que al fin el tiempo corre,
y muere tanto el rico como el pobre. 1035
 

(Vanse y sale DOÑA LEONOR DE CASTRO y FLORA, dama con un espejo.)

 
FLORA Tócate, que estás hermosa.
LEONOR ¡Qué importa, Flora, si luego
en el tiempo como en fuego
es la beldad mariposa!
No hay tan presumida rosa 1040
que no llegue a marchitarse,
flor que no pueda secarse,
y en fin, beldad y hermosura
en perderse aquello dura
que tarda el fin en llegarse. 1045
FLORA Por lo menos mientras vive
florida la lozanía,
¿quién quitó la fantasía
del aliento que recibe?
LEONOR El tiempo que le apercibe, 1050
que sabe halagar el paso,
y con sólo un leve caso
pone una luz refulgente
desde el más lucido oriente
hasta el más funesto ocaso. 1055
FLORA Este espejo, sombra fiel,
te dirá si yo te engaño.
LEONOR Muestra.

(Mírase al espejo y túrbase.)

               ¡Ay, Dios, qué desengaño!
Jesús, Jesús, ¡qué tropel
de confusiones me asaltan! 1060
Mil ansias me sobresaltan.
FLORA Pues el cristal ¿qué te apunta?
LEONOR Flora, en él me vi difunta;
Jesús, los pulsos me faltan.
FLORA ¿Con eso sales ahora? 1065
No creas en ilusiones.
LEONOR Aquesas mismas razones
le dije yo a mi señora,
y vi que sus miedos, Flora,
cobraron verdad, de suerte 1070
que estando robusta y fuerte,
en la mayor bizarría,
marchitó su lozanía
la amarillez de la muerte.
FLORA Extraños casados son 1075
don Francisco y la duquesa,
que el uno y otro profesa
traer siempre el corazón
con una vana opinión
de que su muerte es muy cierta. 1080
(Aparte. Ojalá llegue a tu puerta,
que a mi pretensión altiva,
como el duque Borja viva,
le importa que tú estés muerta.)
Leonor, ese es convidarla 1085
LEONOR Flora, no es sino temerla.
FLORA No es eso sino quererla.
LEONOR No es esto sino esperarla.
FLORA Podrá el tiempo dilatarla.
LEONOR También podía conducirla. 1090
FLORA Suele a veces divertirla.
LEONOR Y tal vez la apresuró.
FLORA Alguno en verla tardó.
LEONOR Pero nadie pudo huirla.
FLORA Siempre lejos la he mirado. 1095
LEONOR Siempre de cerca la he visto.
FLORA Yo su memoria resisto.
LEONOR Su memoria es mi cuidado.
FLORA Eso es a mí muy pesado.
LEONOR Y muy provechoso a mí. 1100
FLORA ¿Por qué ha de atreverse a ti?
LEONOR Porque nací mortal yo.
FLORA Yo la burlo.
LEONOR                     Pues yo no.
FLORA No la temo.
LEONOR                     Pues yo sí.
Lleva, Flora, ese cristal, 1105
que le he cobrado temores.
FLORA Pues llévole. (Vase.)
LEONOR                       ¿Qué rigores
hallé en su imagen fatal?
Mi Dios, en un grave mal
con que el duque mi señor 1110
llegó a perder el vigor,
os ofrecí yo mi vida [66]
por la suya, ¿si es cumplida
la hora? Fuerte pavor.
Pero yo renuevo aquí 1115
mi oferta amorosa y fiel.
la parca no toque a él,
y logre su arpón en mí.
Cúmplase en buen hora así;
llegue la parca atrevida 1120
a mí, sin ser su homicida,
y haga en mí su dura suerte,
que no hace al caso mi muerte,
e importa mucho su vida. (Vase.)

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