Jornada primera |
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Estará el teatro de selva; y sale CALIPSO.
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CALIPSO: |
En aquesta espesura, | | cuya crespa maraña que el mar
riega, | | al que verle procura | | tal vez se le concede, y tal
se niega, | | ¡en acecho de Ulises, con enojos | 5 | sus ondas mirarán
mis tristes ojos! | | ¿Por dónde Ulises fiero | | huyó
de mis halagos amorosos? | | Mas, ¡ay!, ¡que en vano espero | | alivio en mis tormentos lastimosos! | 10 | Si tirana, infeliz
mi triste suerte, | | inmortal me hizo por dolor más
fuerte, | | ¿de qué me sirve (¡ay, triste!) | | que mi deidad
domine con violencia | | en todo cuanto insiste | 15 | y que alcance
el imperio de mi ciencia | | mover los montes y parar los ríos, | | cuando mover no puede sus desvíos? | | ¡Oh, qué
bien «cauteloso | | Ulises» te apellidan las naciones, | 20 | puesto
que, cariñoso, | | cubriste tus tiranas intenciones, | | y al buscarte mi amor, de halagos llena | | no te encontró
mi fe, para más pena! | | ¡Oh, tú, encarnada rosa | 25 | que suspirando exhalas la fragancia, | | porque la impetuosa | | saña del noto y rígida arrogancia, | | de aquel
clavel el vástago ha tronchado, | | y tirano le aparta
de tu lado! | 30 | ¡Oh, tú, yedra que el lazo | | aprietas
en el tronco de aquel olmo, | | y ya, no por abrazo, | | sí
porque el viento en el frondoso colmo | | con ráfagas
luchando, cruel porfía | 35 | en quitarte tu amada compañía! | | ¡Y tú, tórtola amante, | | que llorando la ausencia
de tu esposo, | | siempre estás más constante, | | negándote del nido al fiel reposo! | 40 | ¡Aunque todas
sentís lo que yo siento, | | no podréis igualarme
en el tormento! | | ¿Cómo, Jove tonante | | pues te toca
mi agravio, no me vengas? | | Ingrato, infiel amante, | 45 | de Neptuno
arrojado, roto vengas | | otra vez a esta isla, y mi deidad | | escuche que decís: |
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VOCES: | (Dentro.) |
Dioses,
¡piedad! | |
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CALIPSO: | ¡Pero, qué oigo y veo, cielos! | |
Una nave combatida | 50 | de las dos contrarias fuerzas | | de
agua y viento allí se mira, | | las gavias y entenas
rotas, | | sin timón que la corrija, | | que entre embates
fluctuando | 55 | a cada vaivén la quilla | | descubre desbaratada, | | y de la aviada impelida, | | en aquellos arrecifes | | viene a
dar. Si es que movidas | 60 | las deidades de mi agravio, | | la
venganza me encaminan. | | ¿Y es el cauteloso Ulises? | | Mas si
no miente la vista, | | o mi deseo, el que viene | 65 | en la popa,
entre fatigas, | | clamando a los dioses, es; | | acercaréme
a la orilla | | para enterarme mejor. | | (Vase.) |
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Ábrese
el foro; y se ve una nave fluctuando, medio desbaratada,
y en ella, TELÉMACO, MENTOR, RANACUAJO y MARINEROS.
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1º Y 2º MARINEROS: |
Cía,
vira; | 70 | no demos en esa roca. | |
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TELÉMACO: | ¿En qué
está de mí ofendida | | vuestra deidad, sacro
Jove, | | para examinar tus iras? | |
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MENTOR: | No desmayes, Telémaco, | 75 | que en las dichas y desdichas | | debe el gran hijo de Ulises | | estar igual. |
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RANACUAJO: | ¡Madre
mía, | | ya tu hijo Ranacuajo | | será racional sardina!
| 80 | Sale CALIPSO. |
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CALIPSO: | Desde esta parte mejor | | los míseros
se divisan; | | pero él es: supremos dioses, | | suspéndase
vuestra ira; | | llore yo su ingratitud, | 85 | y Ulises dichoso viva. | |
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VOCES: | (Los MARINEROS.) | ¡Ya da la quilla en las peñas! | |
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TODOS: | Vuestra piedad nos asista, | | sacro Jove. | Despedázase
en cuarteles la nave. |
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RANACUAJO: | ¡Ay
de mí! | | ¡Que se hunde!, ¡que se empina!, | 90 | ¡que
se hiende!, ¡que se raja!, | | ¡se parte!, ¡se descuartiza!, | | ¡se trastorna! |
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CALIPSO: | Ya
en cuarteles | | la nave está dividida; | | mas no importa,
si a mi arbitrio | 95 | están los monstruos que habitan | | las alcobas de Neptuno. | | ¡Ah, olas, entrañas frías | | del mar, oíd! |
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Puéblase el mar de sirenas y de monstruos
marinos; y se pondrán encima TELÉMACO, MENTOR
y RANACUAJO, a su tiempo.
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CALIPSO: | Que falúas sensitivas
| 100 | siendo de esos infelices, | | los conduzcáis a la
orilla. | |
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MÚSICA: | Naufragantes dichosos, | | pues Calipso
divina | | de vosotros se apiada, | 105 | llegad adonde os sirvan | |
nereidas y tritones | | de carrozas marinas. | |
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(Suben en los monstruos.)
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TELÉMACO: | Sin duda los altos dioses | | de nosotros
se lastiman. | 110 |
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RANACUAJO: | ¡Sin duda que éste es
milagro | | de la bruja de mi tía! | |
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MENTOR: | Para ocultar
mi deidad, | | fuerza es que su amparo admita. | |
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CALIPSO: | Conducidle
hasta mis brazos, | 115 | donde admire mis caricias. | | (Andan.) |
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RANACUAJO: | Poco a poco, por las piedras, | | ¡que los golpes
me lastiman! | |
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Van pasando con ellos mientras cantan.
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MÚSICA: |
Surcad, surcad, tritones, | | nereidas, a la orilla, | 120 | siendo
timón las colas | | de escamas guarnecidas; | | virad, virad,
a tierra, | | y las voces repitan, | | sirviendo de clarines: | 125 |
¡viva Calipso, viva! | | (Ocúltanse.) |
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CALIPSO: | Ya
hasta tierra le han sacado | | con otros dos (¡alma, albricias!); | | nunca mis encantos fueron | | para mí de más
delicia; | 130 | ninfas, sátiros y faunos, | | conducidlos
a mi vista. | |
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Salen TELÉMACO, MENTOR y RANACUAJO.
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MÚSICA: |
Venid, navegantes, | | a ver la divina | | Calipso; venid, | 135 | corred,
llegad aprisa. | |
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MENTOR: | (Aparte.) | ¡Ay, Telémaco,
de ti!, | | ¡qué de riesgos se conspiran | | a perturbar
tu constancia, | | y tu inquietud solicitan! | 140 |
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TELÉMACO: | (Aparte.) |
¡Cielos, cuanto miro dudo | | si es verdad, o
es fantasía! | |
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RANACUAJO: | (Aparte.) | ¡Si se me ha
quitado el lobo, | | o le tengo todavía! | |
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CALIPSO: | Llegad;
mas, ¿qué es lo que veo? | 145 | Mintióme la aprensión
de mi deseo | | si es que advierto, en tan claros desengaños, | | siendo mi pena más, menos sus años. | |
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TELÉMACO: |
Emulación hermosa de Dïana, | | si eres quien nos
libró de la tiran | 150 | suerte que nos destina | | la
cólera del mar; si eres divina | | ocasión que
el naufragio hizo propicio, | | a tus pies, en humilde sacrificio, | | ya postrados nos tienes. | 155 |
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(Arrodíllanse los tres.)
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CALIPSO: | Hombre mortal que a perturbarme vienes, | | di si
acaso has venido | | a aumentarle la guerra a mi sentido, | | ¿quién
eres?, que se admira | | mi duda tanto más cuanto te
mira. | 160 |
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TELÉMACO: | ¿Luego haberme del riesgo defendido | | fue porque por otro me has tenido? | |
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CALIPSO: | Es sin duda. ( Aparte.
¡Mi pecho un hielo fragua!) | |
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RANACUAJO: | (Aparte.) | ¿Cuánto
va que nos vuelve a echar al agua? | |
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MENTOR: | (Aparte.) | Como
él es de su padre viva copia, | 165 | se confunde en sus
señas ella propia. | |
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TELÉMACO: | ¡De que soy infeliz
me desengaño, | | pues si alcancé piedad fue por
engaño! | |
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CALIPSO: | Di, ¿quién eres?, que el verte
más me ofusca, | | y a quién encuentro en ti,
mi duda busca. | 170 |
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TELÉMACO: | Yo soy, deidad divina, el
desdichado | | hijo del sabio Ulises, que acosado | | de la adversa
fortuna, a tus pies llega. | |
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TELÉMACO: |
Sí,
que nunca niega | | el ser que le ha debido generoso | 175 | mi noble
fe. | |
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CALIPSO: | ( Aparte. ¡Oh, ingrato cauteloso!) | | ¿Pues qué
suceso ha sido | | el que a surcar el mar os ha traído? | |
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TELÉMACO: | Si atenta me escucháis, creo merezca | 180 | de mis adversidades se enternezca | | vuestra deidad. | |
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CALIPSO: |
Decid, que ya os escucho. | | ( Aparte . Con nuevo afecto (¡ay,
infelice! lucho.) | |
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TELÉMACO: | Hermosísima deidad, | 185 | que deidad es bien que crea | | a quien desdice de humana | |
tan divina gentileza: | | Yo soy Telémaco, hijo | | de Ulises,
en quien se prueba | 190 | de la fortuna inconstante | | lo instable
aun en ser adversa, | | pues en medio de un naufragio | | hizo
que a tus plantas venga. | | Ítaca es mi patria, adonde | 195 | nací; sin duda, a que fuera | | roca expuesta a los
embates, | | sin que desquiciarla puedan | | tantas olas de desdichas, | | ni piélagos de influencias. | 200 | Penélope, que
es mi madre, | | que llora la amarga ausencia | | de mi padre,
sin saber | | (desde la ruina funesta | | de Troya) si es vivo
o muerto, | 205 | que salga en su busca ordena, | | sin dejar reino,
provincia, | | isla, ciudad, villa, aldea, | | monte, valle, puerto
y playa, | | por el mar y por la tierra, | 210 | que el rumbo no le
penetre, | | y la noticia no inquiera, | | hasta llegar a alcanzar | | la segura inteligencia, | | si vive, de su fortuna, | 215 | si es
muerto, de su tragedia. | | Salí aboyando a ese monstruo | | la cerviz de espuma crespa, | | en un bajel prevenido | | de los
náuticos que sepan | 220 | los más ignorados climas, | | las regiones más opuestas. | | Navegaba confiado | | de aquella confusa ciencia, | | que sus aciertos dependen | 225 |
de observación de una estrella | | (¡qué difícil
será el arte | | que para acertar es fuerza | | medir las
distancias que hay | | desde el cielo hasta la tierra!), | 230 | y
bien se vio, pues perdiendo | | el rumbo que nos gobierna, | | anduvimos tan a tiempo | | que ya el bastimento apenas | | nos
podía mantener | 235 | dos días, de tal manera | | que
echamos suertes porque | | al que la suerte cupiera | | fuera infelice
por suerte | | y vïanda humana fuera | 240 | de la cruel necesidad | | de otros humanos. ¡Qué adversa | | esta hora! ¡Oh,
qué trance | | tan amargo es el que fuerza | | a que para
que unos vivan | 245 | es forzoso que otros mueran! | | Y cuando ya
por instantes | | la hora esperaba postrera | | un infeliz, que
la suerte | | cayó en él, una desierta | 250 | isla inhabitada
vimos, | | y para poder en ella | | hacer aguada arribamos, | | y al desembarcar, las fieras | | hambrientas nos aguardaban | 255 | para cebar su braveza. | | Considere tu deidad | | en confusión
como aquesta: | | ¿qué haría quien esperaba | | el
ser de su especie mesma | 260 | pasto infeliz en el mar, | | o ser
pasto en la ribera | | de los brutos? Aunque es cierto | |
que más bruta es la perversa | | necesidad, pues obliga | 265 | a hacer cosas que no hicieran | | los brutos e irracionales, | | ni las indómitas fieras. | | En aquesta confusión | | vimos bajar de un sierra | 270 | un hombre, según la forma | | que confusa ver se deja, | | a quien las fieras postradas, | | sin ninguna resistencia, | | al ímpetu de su voz | 275 | le
rindieron la obediencia. | | Mandóles que se apartasen | | de aquel paraje, a que ellas | | con obedecerle mansas | | le
volvieron la respuesta, | 280 | y acercándose a la orilla | | dijo, en voz, de esta manera: | | «Infelices navegantes, | | a quien la fortuna opuesta | | persigue, si acaso vais | 285 | sin
bastimento, y es esa | | la ocasión que a aquesta isla | | os conduce, en hora buena | | vengáis, llegad, y hallaréis, | | con voluntad lo que en ella | 290 | hubiere.» Y aunque confusos, | | admitimos las ofertas, | | porque la ocasión no
daba | | lugar a pensar quién fuera. | | Saltamos, pues,
en la playa, | 295 | y en palabras halagüeñas | | me preguntó
(con la causa | | de aquel arribo) quién era. | | Díjeselo,
con mi intento; | | y él con los brazos promesa | 300 | me hizo
(al oír mi designio) | | de acompañarme; éste
era | | Mentor, que es el que miráis, | | que como padre
me cela, | | como amigo me acompaña | 305 | y como maestro me
enseña, | | a quien mi cariño ama, | | mi veneración
respeta | | como padre, maestro, amigo, | | pues no sé qué
oculta ciencia | 310 | a este respeto me mueve | | y a este cariño
me fuerza. | | Lo que a seguirme le obliga, | | según
me ha dicho en diversas | | ocasiones, es que un hijo | 315 | de tal
padre, a quien vocea | | (por todo el orbe) la fama, | | el sabio
Ulises, no pierda | | aqueste renombre, y él | | aconsejarme
protesta | 320 | por estorbar que mi oído | | a las voces se
adormezca | | de engañosos cocodrilos | | y de halagüeñas
sirenas; | | pues son en las cortes siempre, | 325 | por turbar a quien
gobierna, | | sirenas y cocodrilos | | los lisonjeros que fuerzan | | a los príncipes a que | | se dejen llevar de aquellas | 330 | cadencias de la lisonja | | que matan aunque deleitan, | | y ensordecen el oído | | a la verdad, que no suena | |
bien la realidad a quien | 335 | los oídos paladea | | con adulaciones
dulces; | | porque amarga la aspereza | | de la verdad al que siempre | | de lisonjas se alimenta, | 340 | y, como manjar extraño, | | ni le gusta ni le asienta. | | Después que en aquella
isla | | nos proveímos de frescas | | frutas y delgadas
aguas | 345 | y unas raíces que eran | | muy tiernas y substanciales, | | con que la falta suplieran | | de pan o bizcocho, dimos | | al
aire hinchadas las velas, | 350 | engolfándonos alegres, | | fïados, en la inclemencia | | del aire y agua. ¿Qué
bruto | | hay, que de su centro quiera | | salir? El pez surca
el agua, | 355 | el ave el aire navega, | | la salamandra en el fuego, | | y aun los brutos en la tierra, | | como a su madre piadosa, | | habitan, y no la dejan. | 360 | Y el hombre, con más sentido, | | deja su centro y se entrega | | en manos de sus opuestos. | | Pues, ¡qué buen suceso espera | | quien se expone de
la mar | 365 | al riesgo de si se altera, | | a la cólera del
noto | | si sopla irritado o llega | | a calmar, pues de ambas
suertes, | | si es que se irrita le anega, | 370 | si calma no le conduce | | a aquel puerto que desea! | | ¡Oh, viveza del discurso, | | y cuántas desgracias cuestas! | | Bien lo experimenté
(¡ay, triste!) | 375 | en la pasada tormenta, | | pues apenas mar tranquilo | | navegábamos, apenas | | pasamos de un huracán | | a ser de su saña empresa; | 380 | pues aunque el piloto
al ver | | una nube muy pequeña | | (como práctico
en el mar) | | hizo amainasen las velas | | y calar los masteleros, | 385 | no pudo ser tan apriesa | | que antes no viéramos todos | | que aquella nube cubriera | | el horizonte de luto, | | y todo
el cielo de nieblas. | 390 | Ya las ráfagas del aire | | venían
publicando guerra, | | siendo clarín los bramidos | | del huracán que amedrenta; | | las cajas eran los truenos, | 395 | las espumas las banderas, | | los montes de agua, las tropas, | | y las armas las centellas. | | Huía acosada la nave | | (aunque en vano), que la cercan | 400 | por una y por otra parte | | vientos contrarios y opuestas | | olas; y cüal pelota | | los vientos con ella juegan; | | uno la saca, otro vuelve, | 405 | y nadie hace falta en ella. | | Perseguida, en fin, de todos, | | quiere ampararse de aquesta | | isla, y hasta ella contraria | | con indignación le espera, | 410 | pues por puerto que la
ampare | | halla arrecifes y peñas | | que la destrocen;
no es mucho, | | que es elemento la tierra | | poderoso, y viene
huyendo | 415 | de dos poderosas fuerzas, | | y es mísera y
desvalida, | | ¡y no siempre un pobre encuentra | | asilo en un
poderoso, | | si de otro el temor le ahuyenta! | 420 | Pero las deidades
son | | quien los libra de su fiera | | indignación,
y así vos | | fuisteis el iris que templa | | el ceño
adusto del cielo | 425 | cuando irritado se muestra; | | la calma feliz
que al mar | | lo precipitado enfrena; | | el puerto dichoso que | | de los naufragios alberga; | 430 | si piadosa a mis sucesos | | el
ser de deidad ostentas, | | porque divina os admire, | | para
que por diosa os tenga, | | y postrado a aquesas plantas | 435 | vuestra
piedad agradezca. | | (Arrodíllase.) |
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CALIPSO: | Telémaco,
alzad del suelo, | | y pues que llegáis a esta | | isla,
no fue muy adverso | | el hado en vuestra tragedia. | 440 | Yo soy
Calipso, señora | | de todo cuanto se encierra | | en
aqueste circuïto, | | y a quien rinden obediencia | | sátiros,
faunos y ninfas; | 445 | y hasta lo insensible alienta | | al conjuro
de mi acento; | | ya habéis visto la experiencia | | cuando
a la orilla os sacaron | | los tritones y nereidas, | 450 | al imperio
de mi voz, | | que en la tierra y mar impera. | | A esta isla
vuestro padre | | llegó arrojado, y en ella | | le di amoroso
hospedaje, | 455 | y aun pretendía que fuera | | conmigo inmortal;
mas él | | lo despreció; de esta ofensa | | es preciso
no acordarme | | si habéis de hallarme halagüeña | 460 | vos. ( Aparte. Con esta amenaza | | le obligaré a que
no sea, | | como su padre, tan falso; | | ¡que en su gallarda
presencia | | mi amorosa fantasía | 465 | a Ulises me representa!) | |
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MENTOR: | (Aparte.) | Con fingidas amenazas | | le provoca
y amedrenta. | | ¡Prevente, gallardo joven, | | a la batalla que
espera! | 470 |
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TELÉMACO: | ¿Mi padre Ulises (¡qué dices!) | | estuvo aquí? |
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CALIPSO: | ¿Qué
recelas? | | A mí me debió su amparo. | |
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TELÉMACO: |
¿Y sabes dónde estar pueda? | |
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CALIPSO: | No he pretendido
inquirirlo, | 475 | aunque es fácil a mi ciencia, | | mas como
tú a mi cariño | | desconocido no seas, | | no habrá
cosa que desees | | que no examines y veas. | 480 |
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MENTOR: | (Aparte.) | ¡Oh,
cómo astuta pretende | | atraerle con promesas! | |
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RANACUAJO: | (Aparte.) | A buen puerto hemos llegado, | | donde
nada se desea. | |
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TELÉMACO: | ( Aparte. Más
fuerte peligro es éste | 485 | que el de la saña violenta | | del mar, mas aquí es preciso | | valerse de la cautela.) | | Nunca podré ser ingrato | | a vuestra deidad, que fuera | 490 | ser a vos desconocido, | | la más extraña vileza
| | que pudiera cometer. | |
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CALIPSO: | Aquestas razones mesmas | | vuestro padre me decía, | 495 | y aun muchas más;
no quisiera | | que vos fuerais tan ingrato. | |
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RANACUAJO: | Vuestra
deidad no lo crea, | | porque es tan agradecido, | | que sacándole
una muela | 500 | una persona, que él | | estimaba (cosa es
cierta), | | de un mojicón que le dio | | le echó
tres o cuatro fuera. | |
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TELÉMACO: | No haga caso tu belleza, | | que es loco. |
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RANACUAJO: | ¿Cómo
que loco?; | | más loco es el que lo piensa, | | aunque
por varios caminos | | no hay nadie que no lo sea. | 510 |
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|
RANACUAJO: | No
basta. ¿Hay hombre | | que para engañar no tenga | | habilidad a una ninfa, | | aunque deidad le parezca?; | | ¡porque
también las deidades, | 515 | si son deidades terrenas, | |
con cualquiera carantoña | | un hombre las embelesa! | |
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TELÉMACO: | El tiempo os descubrirá | | si es lo
que he dicho evidencia. | 520 |
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CALIPSO: | Y así hallaréis
en mi afecto | | cuanto el deseo apetezca. | |
|
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MENTOR: | (Aparte.) | Aunque
Telémaco quiere | | fingir mentidas finezas, | | mucho temo
no le atraiga | 525 | con hechizos, que si llega | | solo el encanto
amoroso | | a perturbar la más cuerda | | condición,
¿qué hará ayudado | | de hechizos y sutilezas? | 530 |
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CALIPSO: | (Aparte.) | No sé qué en este Mentor | | adivina el alma atenta, | | que vergonzosa le mira | | y postrada
le venera. | |
|
|
MENTOR: | ( Aparte. Confusamente me mira; | 535 | yo
haré que el recelo pierda.) | | El no haber llegado antes, | | señora, a las plantas vuestras, | | ha sido por no estorbaros | | oír la relación cierta | 540 | de Telémaco. | (Arrodíllase.) |
|
|
CALIPSO: | No,
anciano | | venerable, así en la tierra | | os postréis. |
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MENTOR: | Si
vos la holláis, | | no es tierra ésta, que es
esfera. | |
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RANACUAJO: | (Aparte.) | Mira a Mentor, ¡cómo
sabe | 545 | enganar con angulemas! | | Aquesto es saber vivir; | | ¡mas
no hay viejo que no sea | | marrullero! |
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CALIPSO: | Venid
donde | | en olorosas hogueras | 550 | de cedro y de cinamomo | | os enjuguéis
y trasciendan | | olores sabeos que | | os perfumen. |
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TELÉMACO: |
Tu
belleza | | nos guíe, que obedecer | 555 | toca a quien servir
desea. | |
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CALIPSO: | Pues porque este breve trecho | | que hasta
mi habitación resta | | lo paséis con mayor gusto, | | sátiros de la maleza, | 560 | ninfas de aquesas campañas | |
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SÁTIROS: | (Dentro.) | Di. ¿Qué mandas? |
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CALIPSO: | Que formando de olorosos | | ramos y flores
diversas | | gustosa sombra, que al sol | 565 | le embaracéis,
que no ofenda. | | Con música y bailes, todo | | sea solaz,
júbilo y fiesta. | |
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Salen sátiros y ninfas con
ramos de flores, y quedando en medio los que están
fuera, irán formando lazos y diversas labores, haciéndoles
sombra, y cantan.
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MÚSICA: | Ya de olorosas flores | | vamos
compuestas; | 570 | pabellones frondosos | | tejió la primavera.
| |
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RANACUAJO: | ¡Yo creo que estoy soñando! | |
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CALIPSO: |
Al compás de cadencias | | formad en varios lazos | 575 | sombras
que nos guarezcan. | |
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RANACUAJO: |
¿No
parece | | aquesto cuento de viejas? | |
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(Éntranse todos.)
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Danzan; y al acabar los van acompañando, haciéndoles
sombra; y baja CUPIDO en una mariposa muy adornada, y canta.
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CUPIDO: | (Canta.) | Vuela, vuela, mariposa, | | baja a la
tierra, baja, | 580 | corta, corta los vientos | | con los cuchillos
de tus bellas alas, | | Busca, busca el incendio, | | ronda,
ronda la llama, | | anhela, anhela al fuego, | 585 | pues aspiras,
ansiosa, a lo que abrasa. | | (Se apea.) | (Recitado.) | Y
pues ya en esta isla deliciosa | | estoy, en donde prenda la
amorosa | | llama que me ilumina, | | otra vez en la esfera te
avecina. | 590 | (Vuela la mariposa.) | (Aria.) | El volcán
ansioso | | su incendio vomite | | porque se precipite | | Telémaco,
engañoso; | | perturbe su reposo, | 595 | pues mi culto no admite. | | (Representa.) | Y pues endurecido | | sacude el yugo fiero | | de mi imperio severo | | que la cerviz más rígida
ha oprimido, | 600 | yo haré que mis arpones | | logren la fiera
herida | | de nadie resistida, | | pues niega a mi deidad las
oblaciones. | | Para esto, disfrazado | 605 | de tierno pastorcillo | | vendré por conseguillo, | | si puede Amor estar disimulado | | tiemblen de mi asechanza. | |
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TRIFÓN: | Pues que los amos
se obsequian, | 610 | cortejémonos los criados. | |
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RANACUAJO: |
Para hablar con el respeto | | que merece vuestro estado, | | ¿quién sois? |
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TRIFÓN: | El
grande Trifón, | | señor de tantos y cuantos | 615 |
por el mar y por la tierra, | | ¿Y vos? |
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RANACUAJO: | El gran Ranacuajo, | | señor de traque barraque | | en la corte y en el campo. | |
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TRIFÓN: | Bien me lo dijo esa traza. | 620 |
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RANACUAJO: | Bien
lo declaraba el garbo. | |
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TRIFÓN: | Pues los brazos os
dedico. | |
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CALIPSO: |
Deshechos de un temporal, | | a esta isla, derrotados, | 625 | arribaron
con Éucaris, | | que admitiendo los tratados | | del rey
de Fenicia que | | pretende con firmes lazos | | la unión
de Chipre afianzar, | 630 | logrando su bella mano, | | para llevarla
a su reino | | vino Narbal, que es hermano | | del grande rey
de Fenicia, | | y la iba acompañando | 635 | el heroico Idomeneo, | | rey de Chipre soberano, | | por ser su hermana querida. | |
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ÉUCARIS: |
Y fue piadoso el naufragio, | | pues nos arrojó a esta
isla | 640 | donde hallamos vuestro amparo. | |
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NARBAL: | (Aparte.) | Feliz
fue, pues que por él | | mi muerte se ha dilatado, | | estorbando que no seas | | de mi hermano. Influjo infausto, | 645 | ¿pudiste ser más adverso, | | ni influir más
villano? | |
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IDOMENEO: | Sólo por tan feliz huésped | | pudimos lograr miraros | | más sereno vuestro cielo. | 650 |
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CALIPSO: | No os admire, que en faltando | | el sol se entristece
el cielo, | | y aunque uno se había ausentado, | | otro
heredando sus luces | | es de todas mayorazgo, | 655 | y da luz a este
hemisferio. | |
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IDOMENEO: | (Aparte.) | A espacio, celos, a espacio. | |
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MENTOR: | (Aparte.) | Poderoso es el peligro, | | mas mientras
yo le acompaño | | no hay peligros que lo sean, | 660 | que
la prudencia traslado. | |
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TELÉMACO: | (Aparte.) | ¡Oh!,
no permitan los dioses | | que me venzan sus halagos, | | por
más que el amor pretenda | | entrarse disimulado, | 665 | diciendo: | |
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CUPIDO: | (Dentro.) | Por más que huyas | | te han de
alcanzar de mi arco | | las flechas. |
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LEUCOTOE: | Un
zagal bizarro | 670 | que ya en el redil recoge | | los corderos, que
guardando | | está por ser ya la hora | | en que el
sol va declinando, | | a uno, que rebelde estaba | 675 | para no entrar
porfïando, | | sin persuadirle el chasquido | | de la honda
ni el cayado | | con un arquillo que tiene, | | una flecha le ha
tirado, | 680 | y le traspasó con ella. | |
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CUPIDO: | (Dentro.) | ¿No ve que estoy ocupado? | |
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SIRINGA: | ¡La bella Calipso os llama! | 685 |
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CUPIDO: | (Dentro.) | A
ese nombre iré volando. | |
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LEUCOTOE: | Ya de peña
en peña viene, | | cual cervatillo saltando. | |
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Sale CUPIDO,
con pellico de armiños, y arco y flechas.
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CUPIDO: |
Ya a tu obediencia me tienes. | |
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Con estos versos van llegando
todos, y le manosean.
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LEUCOTOE: | ¡Ay, zagal más aseado! | 690 |
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SIRINGA: | ¡Ay, pastorcillo más cuco! | |
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LEUCOTOE: | ¡Ay,
chiquillo más donoso! | |
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RANACUAJO: | ¡Ay, más gracioso
muchacho! | |
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TELÉMACO: | ¿Cómo, si andas
en el campo, | | no estás tostado del sol? | |
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CUPIDO: | Como
siempre con él ando, | | me conoce y no me ofende, | | porque
con él me levanto | 700 | y me recojo con él. | |
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CALIPSO: |
Pues que tanto os ha gustado | | y ya la noche apacible | | ha tendido el negro manto, | | divirtiéndonos con él | 705 | lograremos este rato. | |
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CUPIDO: | ¿Que quieren jugar conmigo?; | | pues alerta y con cuidado, | | porque a todos cuantos quieren | | conmigo jugar, los hago | 710 | luego caer en la trampa. | |
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RANACUAJO: |
No valen trampas, hermano; | | eso sí, juguemos limpio; | | eso será a los muchachos. | |
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CUPIDO: | Y aun a veces a
los viejos | 715 | si se descuidan. |
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CUPIDO: | Pues yo el juego dispondré. | | Traigan un cordero
manso | | del redil. |
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RANACUAJO: | Mas, que yo no caigo nunca. | |
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SIRINGA: | Deseando
| | estoy que comience el juego. | |
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MENTOR: | (Aparte. | ¡Oh,
intruso rapaz, de cuántos | | ardides que te previenes | 725 | para introducir tu daño!) | | ¡Telémaco! |
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TELÉMACO: |
¡Cuando | | por divertirme Calipso | | lo dispone, fuera extraño | 730 | desaire! |
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TRIFÓN: | (Sale.) |
Maniatado
| | (Saca un cordero maniatado.) | está ya aquí
el pobrecito. | |
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MENTOR: | Pues no es posible evitar | 735 | ya el introducido
daño, | | me retiro, que no es bien, | | en juegos desordenados, | | que los mire la prudencia | | cuando no puede evitarlos. | 740 | (Vase.) |
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CUPIDO: | Ellos propios han de herirse, | | porque Amor no es
necesario | | que hiera a quien hace el riesgo | | diversión
de sus cuidados. | |
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ÉUCARIS: | Empieza a explicar el juego. | 745 |
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CUPIDO: | Pues es, que todos vendados | | los ojos, con varias
flechas | | (de las que en el carcaj traigo) | | han de procurar
herir | | al cordero, y el que errando | 750 | el golpe, no le acertare, | | queda a la pena obligado | | que yo le diese. |
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CALIPSO: |
Pues
dadles | | cintas de vuestros tocados | | para que los vende a
todos. | 755 |
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CUPIDO: | Llegad vos, que me parece | | que os preciáis
del más mirado. | |
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TELÉMACO: | Aquí estoy;
mas ¿por qué dices | | eso de mí? |
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CUPIDO: | Porque
hallo | 760 | en vuestro semblante que | | jamás os habéis
dejado | | vendar los ojos. |
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TELÉMACO: | Es
cierto. | | Hace que se quiere destapar. |
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CUPIDO: | Pues no estorbes
con la mano, | | ya que consientes vendarte, | 765 | porque ella, ¿no
es embarazo? | |
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CUPIDO: |
Pues quien pretende aplicando | | la mano sanar los ojos, | | es
quien más breve ha cegado. | 770 | Vaya, Calipso divina, | | a otro vendando, entretanto | | que yo vendo a aqueste
joven. | |
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IDOMENEO: | No
extraño | | que vos seáis quien me vende, | 775 | cuando
ya me habéis cegado. | |
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CALIPSO: | No entiendo lo que decís. | |
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CALIPSO: | Pues ahora
a Narbal también | | vende Éucaris. |
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NARBAL: | Excusado | 780 | es que me cubras los ojos, | | si con ellos destapados | | no he reparado el despeño. | |
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ÉUCARIS: | Pues de
la razón guiaos, | | y veréis mejor con ella. | 785 |
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SIRINGA: | Ven,
Ranacuajo, | | te vendaré. |
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SIRINGA: | Ya están los hombres cubiertos. | |
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RANACUAJO: | Ya ésta el ojo me ha tapado. | 790 |
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CUPIDO: | Para
cegar a los hombres | | basta la hermosura, cuando | | ellos
se dejan cegar; | | ahora yo soy necesario | | para cegar la hermosura. | 795 | Va vendando a las ninfas. |
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RANACUAJO: | Pues tápalas
bien, muchacho, | | no hagan burla de nosotros. | |
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CUPIDO: | No harán,
pues un ciego, es claro, | | no puede ver el defecto | | del otro,
y pues de mi mano | 800 | quedan vendadas, tomad | | todos flechas. | (Dales
las flechas.) |
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LEUCOTOE: | ¿Cómo has de ver si estás
ciego? | |
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TRIFÓN: | El tiento ahora es el reparo. | |
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CALIPSO: |
Pues mientras todos, confusos, | 805 | pretenden dar en el blanco, | | vuestras voces los animen | | con armoniosos aplausos. | |
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Mientras
cantan, se van mezclando como a tiento, de suerte que al
fin se encuentran TELÉMACO y ÉUCARIS, y hacen
como que se hieren.
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MÚSICA: | A la empresa, al triunfo | | que está destinado | 810 | al que acierte a ciegas | | y vea
cegando. | |
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TELÉMACO: | Pero, ¿quién
es, quién errado | | me ha herido? |
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ÉUCARIS: | ¡Ay
de mí!, | 815 | ¿quién me hiere? ¿Telémaco? | | (Descúbrense.) |
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TELÉMACO: | Pero, ay infeliz, ¿qué
hago? | 820 |
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ÉUCARIS: | Pues la herida me deleita. | |
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TELÉMACO: |
Pues me recrea el agravio. | |
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ÉUCARIS: | Al ver por
quién la padezco... | |
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TELÉMACO: | Al mirar por quién
le paso... | |
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ÉUCARIS: | Vuelve a teñir en mi sangre | 825 | la flecha. | |
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TELÉMACO: | Vuelva tu mano | | a lisonjearme
en herirme. | |
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ÉUCARIS: | ¿Yo, cuando ciega te amo, | | había
de herirte, cómo? | 830 |
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TELÉMACO: | ¿Yo, que fino te
idolatro, | | te he de agraviar? ¿De qué suerte? | |
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TELÉMACO: | Excusado
| | es que lo diga la lengua, | | cuando los ojos más
claro | 835 | lo publican; ¿y te obligo | | con quererte? |
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ÉUCARIS: |
Si
con sabio | | idioma los ojos hablan, | | ¿de qué me sirve
negarlo? | |
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TELÉMACO: | ¿Pero yo, de amor vencido? | 840 |
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Salen LEUCOTOE, TRIFÓN, RANACUAJO
y SIRINGA.
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LEUCOTOE: | Aquí está. | (Hiérense
los dos.) |
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SIRINGA: | Y tú, a mí también,
menguado | 845 | (Descúbrense.) |
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LOS DOS: | ¡En el dolor he encontrado! | |
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TRIFÓN: |
¡Que pica, como que duele! | 850 |
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RANACUAJO: | ¡Que es un pesar que es contento! | |
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SIRINGA: | ¡Que
es una risa que rabio! | |
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CUPIDO: | Ya de mis flechas heridos | | están los que he procurado, | 855 | arda en incendio amoroso | | esta isla | |
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