Con Machado
Ángel Crespo
© Ángel Crespo, 1962 y Herederos de Ángel Crespo
[Nota previa: La reproducción de este poema ha sido autorizada por la Agencia Literaria Carmen Balcells para ser incluida en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, concretamente dentro de la Biblioteca de autor dedicada a Antonio Machado, dirigida por Ángel L. Prieto de Paula. Para cualquier otro uso que desee hacerse del texto, será necesario solicitar el correspondiente permiso a la citada Agencia.]
A don Antonio Machado
le conocí en Valdepeñas.
Le llevaba Juan Alcaide
a beber vino llorando
y luego se sonreían
a la puerta de su casa.
Hablábamos de la tierra
que nos iba devorando
y de la que se pegaba,
al caminar, en sus botas.
Solíamos discutir
cuando yo hablaba de sueños
y don Antonio Machado,
indulgente, sonreía.
Me explicaba la canción
que oíamos en la calle.
La verdad, yo no sabía
bien con quién estaba hablando,
pero cuando me quedaba
solo con Juan y, en castigo,
me ponía de rodillas
frente a la higuera del patio,
yo veía a don Antonio
reprenderle con paciencia
y, entonces, me levantaba
y me perdía en el pueblo.
Don Antonio sonreía,
siempre sonreía, siempre
tenía cuatro palabras
pues cinco ya eran exceso.
Había muerto. No importa:
Le conocí en Valdepeñas.