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1

Después de haberlos solicitado y aguardado en vano, hube de limitarme, al publicar en 1952 mis Inscripciones hispanas en verso, a advertir (p. 153): «Pero sp. 6.338 es una inscripción leída quizá mal y suplida con vehementes dudas por Bücheler.» En efecto, el célebre editor de los Carmina epigraphica había anotado en su núm. 238: «misit mihi Huebner ut acceperat descriptum non bene... melius apographum nacti aut ectypum propiora a uero dabimus supplementa». Pero tampoco en 1926, al publicar el suplemento de los Carmina, pudo el continuador de Bücheler, Lommatzsch, a juzgar por su silencio, disponer de aquella «copia mejor o calco» que su predecesor había encontrado a faltar.

Ténganse muy en cuenta estas deficiencias del material con que trabajó el gran filólogo para que no se piense que yo me atreva a enmendarle la plana; mi actuación en este caso se reluce a haber podido disponer de una copia, no ya mejor, sino totalmente exacta, y de las reproducciones gráficas de que él no dispuso; por todo lo cual hago constar aquí expresamente mi agradecimiento al doctor Palol.

 

2

Rodrigo Amador de los Ríos, España. Sus monumentos y artes. Su naturaleza e historia. Burgos, Barcelona,1888, p. 962, nota 2. Copio el comienzo de dicha nota por extenso para que pueda comprobarse cómo de su texto derivó la idea de que el epígrafe métrico formaba parte de una piedra diepígrafa.

 

3

Probablemente equivocada esta última ubicación, según me advierte el doctor Palol, pues la lápida de Primitivo se halla, por lo menos en la actualidad, en el costado derecho, al lado mismo del epígrafe métrico.

 

4

Efectivamente, la afirmación de Amador de los Ríos de que se tratara de hexámetros -motivada probablemente por el ritmo acentuativo de cláusulas como grátus venántes, licio dómus- se aviene muy mal con el conjunto del texto, que ofrece en abundancia series no dactílicas.

 

5

Además, y por no constar las anteriores veces que se ha publicado esta inscripción, creo de interés consignar aquí los siguientes datos de las características materiales del epígrafe apuntados por mi docto informante:

«Inscripción partida en dos partes, que miden cada una 0,9 m. de longitud y 0,6 de altura. Letras de 7 cm. de altura. Bellísima capital cuadrada, sobre mármol. No sabemos si las dos partes enlazan, pera no hay duda de que se trata de una misma pieza. Incompleta, le falta el principio y el final y en la parte superior tiene 15 cm. de moldura cortada. Se encuentra en el muro del atrio de la iglesia, frente a la casa parroquial.»

 

6

Doy estas indicaciones a título de pura hipótesis, y reconociendo, incluso, que se trataría de un arreglo muy fácil para el problema que plantean estas dos letritas, demasiado fácil, quizás, para estribar en una suposición en discrepancia con el dato que la lápida ofrece al lector ingenuo (R, que no P).

 

7

Lo cual deberá tenerse en cuenta para admitir mi interpretación e licio, (que no elicio) en el v. 2.

 

8

Compárese, en efecto, el primer verso, prácticamente sin suplemento en el centro, con las cinco letras que se suponen perdidas en el v. 3 en el lugar correspondiente.

 

9

Circunstancias todas que me vienen sugeridas por la descripción que el doctor Palol me proporciona de les posibilidades de casar con poco intervalo una y otra mitad entre sí, así como de que el grueso de ambas en los bordes de fractura es análogo, etc.

 

10

Véase en fig. 1 un croquis con la posible justificación espacial de los suplementos propuestos para la parte central de la inscripción. Las partes suplidas -trazo discontinuo- se han restituido de acuerdo con las dimensiones de cada una de las letras tal como aparecen en alguna otra parte del epígrafe y, siempre que ha sido posible, en el mismo renglón. Mi parecer es, a juzgar por el espacio que queda en los vv. 1 y 4, que las dos partes de la lápida están hoy algo más separadas de lo que estuvieron cuando ésta se hallaba entera; aparte de que la M de HONOREM -que, según dije, se ha tomado como módulo para el cálculo espacial- pudo ser más ancha, pues el ángulo de ella conservado parece más abierto que los de la M inicial de este verso, sobre la cual se ha calcado la restitución. Algo similar puede anotarse respecto a la A de AT en el v. 1, la indicación de cuyo trazo conservado parece sugerir un ángulo algo mayor que la de las restantes A de dicho renglón. La dificultad podría obviarse en este verso -sugiere amablemente el doctor A. D'Ors- restituyendo, en vez de AT, [S]AT, muy posible, pero que aumentaría todavía las dificultades métricas.

Con todas las reservas antes apuntadas, y sin otra pretensión que procurar una información más completa, he aquí una posible versión castellana:

Feroces jabalíes diezmé -¡y a fe que era grato pera un cazador el paraje!-; huidizos ciervos había atrapado en la red. Mi casa paterna, en recuerdo, remontará los campos con la mancera, guardándome honor en adelante en testimonio de verdad.

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