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La filosofía de Kant, por M. Carlos Villers, es del año 1801. En el mismo año apareció el Ensayo de una exposición sucinta de la crítica de la razón pura, por Kinker, traducida del idioma holandés, y esta pequeña obra, notable por su claridad, aunque algo superficial, suministró a M. de Tracy materia para una Memoria leída en el Instituto el 7 Floreal del año X de la República, o sea el 27 de Abril del año 1802 (Memorias del Instituto nacional, ciencias morales y políticas, tomo IV, pág. 544). Es curioso ver cómo fue acogido Kant en Francia por el discípulo de una escuela a quien él había hecho tan cruda guerra en Alemania, y el que, muy potente todavía entre nosotros a principios de este siglo, iba bien pronto a perder en dominación y su crédito. M. de Gerando acometió la empresa de bosquejar y criticar en su Historia comparada de los sistemas de filosofía en relación con los principios de los conocimientos humanos, que apareció en 1804, la filosofía crítica (tomo II, cap. XVI y XVII); y si este bosquejo y crítica son todavía superficiales e incompletos, no dejan de tener algún interés, sobre todo si se atiende a la época en que esta historia se escribía. Es necesario también tener en cuenta lo que el mismo M. de Gerando nos dice en una nota de su obra (tomo II, pág. 174), donde manifiesta que cinco años antes de la publicación de este trabajo, había presentado al Instituto una noticia sobre la filosofía crítica, la cual había sido premiada; pero que él, juzgándola por demás insuficiente, había prohibido su impresión, y dos años después mandó una noticia más detallada. El libro titulado la Alemania que contiene algunos pasajes brillantes sobre Kant (parte tercera, cap. VI), impreso en 1810 y suprimido, como sabemos, en el mismo año por el gobierno imperial, apareció en París en el año 1814. Después de haber hablado de los primeros trabajos que se produjeron en Francia con motivo de la filosofía de Kant, debemos citar una colección de trozos escogidos publicados por El Conservador en el año 1800. (El Conservador, o colección de trozos inéditos de historia, de política, de literatura y filosofía, sacados de los manuscritos de N. Francisco (de Neufcastel), París, Crapelet, año VIII, tomo II); que contiene: 1.º una noticia literaria sobre M. Manuel Kant, y sobre el estado de la Metafísica en Alemania en la época en que este filósofo empezó a llamar la atención, sacado de El Espectador del Norte. 2 º Una traducción de un corto escrito de Kant, titulada: Idea de lo que podría ser una historia universal según los aspectos de un ciudadano del mundo. 3.º Una traducción del Compendio de la Religión dentro de los límites de la razón. Este compendio, del cual recientemente han publicado una nueva traducción los señores Lortet y Bouiller (Teoría de Kant sobre la religión dentro de los límites de la razón, traducida por el doctor Lortet, y precedida de una introducción por M. F. Bouiller (París y Lion, 1842)), se atribuye aquí a Kant, y se denomina bajo este título: Teoría de la pura religión moral, considerada en sus relaciones con el puro cristianismo. El traductor Fil. Huldiger ha añadido a esto aclaraciones y consideraciones generales sobre la filosofía de Kant. En esta época había aparecido ya la traducción de una pequeña obra que llevaba por título: Proyecto de paz perpetua (París, 1796), y un corto escrito, del cual yo he publicado una nueva traducción a continuación de la Crítica del Juicio (Observaciones sobre el sentimiento de lo bello y lo sublime, traducido por Payer Imboff, París, 1796). Se ve, pues, con esto, la gran curiosidad que había despertado el nombre de Kant a últimos del siglo pasado, y a principios del presente. Mas no se podía pensar entonces en traducir sus obras más importantes, y hubo que limitarse a hacerlo de algunos de sus cortos escritos. Recordemos también que M. Maine de Biran y M. Royer-Collard, estos espíritus valientes que fueron los primeros en emprender la reforma filosófica con que se honra nuestro siglo, no dejaron de examinar y discutir, el primero en sus escritos, y el segundo, en sus explicaciones, algunas opiniones del filósofo alemán, aunque sin atribuirle por entonces toda la importancia que muy pronto había de merecer, y que revelaron estudios más detenidos. M. Laromiguiere habla también algo de Kant (Lecciones de filosofía, segunda parte, lección VI); pero lo hace de tal modo, que parece probar que le conocía muy poco. Debo citar, por último, el artículo de M. Stapfer en la Biografía Universal.

 

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Véase el Curso de Historia de la filosofía moderna durante los años 1816 y 1817, del cual va a publicar M. Cousin una nueva edición (casa de Ladrange, París, 1846), y principalmente el Curso de Historia de la filosofía moral del siglo XVIII durante el año 1820, parte tercera. -Filosofía de Kant (París, Ladrange, 1842).

 

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La Crítica del la razón pura, traducida por M. Tissot (París, Ladrange, 1836). M. Tissot acaba de publicar una nueva edición de su traducción (París, Ladrange, 1845), en cuya obra ha tenido la feliz idea de seguir el ejemplo dado por Rosenkranz en su excelente edición de obras de Kant, o sea el reproducir la primera edición de obras de Kant, o sea el reproducir la primera edición (1781), indicando por medio de notas, o en un apéndice, las modificaciones introducidas por el autor, en la segunda (1787). Es importante y curioso notar estas modificaciones, y seguir a Kant de la primera a la segunda edición.

 

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Los diversos análisis que hasta aquí se han hecho de estas dos obras en francés o traducidas del alemán, no son de utilidad alguna; pues en vez de procurarse en ellos disminuir las dificultades que pudiera ofrecer el estudio del texto, se limitan a reproducir este, disgregándolo y desfigurándolo. La Academia de Ciencias morales y políticas, habiendo señalado entre sus obras de concurso el Examen crítico de la filosofía alemana, ha dado ocasión a que se hagan importantes estudios sobre Kant, aunque todavía no son conocidos. Véase el repertorio interesante que acaba de publicar M. de Remusat (París, Ladrange, 1845), al que nosotros debemos un excelente fragmento de la Crítica de la rezón pura (Ensayo de filosofía, tomo I).

 

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Lección II, pág. 25 y26.

 

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La primera edición de la Crítica del juicio es de 1790.

 

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Ya he indicado más arriba los pequeños escritos de Kant que han sido traducidos al francés. Volviendo a traducir los ya traducidos, y agregando a ellos los que todavía no lo han sido, se podría formar con todos una colección curiosa y agradable. M. Cousin ha pensado también en este trabajo, y hubiera sido digno de la pluma del traductor de Platón, el trasladar a nuestro idioma las mejores producciones de Kant, bajo el punto de vista literario. Yo, heredero de esta promesa, me esforzaré en justificar la benevolencia que me ha confiado.

 

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La primera traducción es la que he indicado más arriba; es de 1796. La segunda es de M. Keratry; está precedida de un extenso comentario (Examen filosófico de las consideraciones sobre el sentimiento de lo sublime y de lo bello de Kant, París, 1823). Otra traducción se publicó en el mismo año por M. Weyland bajo este título: Ensayo sobre el sentimiento de lo bello y lo sublime.

 

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Véase el prefacio de Rosenkranz, en el tomo que contiene la Crítica del Juicio, y las Observaciones sobre el sentimiento de lo bello y lo sublime (Vorrede, 8, VIII.)

 

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Esta mezcla de finura y naturalidad, es una de las cualidades más sobresalientes del carácter de Kant; es, puede decirse, un rasgo que tiene de común con Sócrates, con el cual justamente se le ha comparado.