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ArribaAbajo 1858

Durante la primavera, Gustavo Adolfo sufre una grave enfermedad, que hace que Valeriano venga precipitadamente a Madrid.

Los días 29 y 30 de mayo el periódico La Crónica publica en su folletín las primeras entregas de El caudillo de las manos rojas, que completan durante el mes de junio.

Gustavo Adolfo publica dos notables artículos de crítica en La Época: «Crítica literaria» (23-VIII) y «El maestro Herold» (14-IX). En ellos expone cómo concibe la crítica y la creación artística: un sacerdocio regido por la razón más rigurosa en el primer caso y por la pasión en el segundo.

La escasez de escritos conocidos de Gustavo Adolfo durante estos meses ha hecho que estudiosos como Gamallo Fierros hayan propuesto como suyos artículos firmados con seudónimos: ALÍ en la sección «Revista de Madrid» (El Diario español, entre el 25-VII y 19-IX). Continuaría colaborando anónimamente en fechas posteriores o con los seudónimos de Arlequín y Cupido (1860).

Dibujo  de Gustavo Adolfo Bécquer

Gustavo Adolfo Bécquer, dibujo (1854)
Colección de D.ª Dolores Cabrera de Otero
Sevilla. Fotografía de Rafael Montesinos.

Dibujo  de Gustavo Adolfo Bécquer

Gustavo Adolfo Bécquer, «Fausto» (1860)
Álbumes de Julia Espín,
Biblioteca Nacional, Madrid.

Dibujo  de Gustavo Adolfo Bécquer

Gustavo Adolfo Bécquer, «Concierto de espectros» (1860)
Álbumes de Julia Espín,
Biblioteca Nacional, Madrid.




ArribaAbajo1859

En colaboración con Luis García Luna y bajo seudónimo -Adolfo García- escriben su zarzuela cervantina La venta encantada, con música de Antonio Reparaz, y después editada en la colección El Teatro, de la galería de Alonso Gullón.

El 2 de marzo, con el mismo seudónimo, estrenan en el Teatro de la Zarzuela el sainete en un acto y 15 escenas Las distracciones.

Quizás durante el otoño, Gustavo Adolfo fue introducido en la tertulia de don Joaquín Espín Guillén por Ramón Rodríguez Correa (según Rafael Montesinos) y publicó su «Imitación de Byron» -«Tu pupila es azul, y cuando ríes»-, en El Nene (17-XII), futura rima XIII, un texto límite entre su poesía neoclásica anterior y las Rimas:



Tu pupila es azul, y cuando ríes,
su claridad suave me recuerda
el trémulo fulgor de la mañana,
que en el mar se refleja.

Tu pupila es azul, y cuando lloras,
las transparentes lágrimas en ella
se me figuran gotas de rocío
sobre la violeta.

Tu pupila es azul, y si en su fondo
como un punto de luz radia una idea,
me parece en el cielo de la tarde
una perdida estrella.






ArribaAbajo1860

Durante este año frecuenta el salón de Joaquín Espín y Guillén, músico bien con ocido en Madrid, pues dirigía los coros del Teatro Real y su esposa era hermana de la cantante Isabel Colbrand, ya fallecida, primera esposa de Rossini.

En los álbumes de sus hijas -y fechados en mayo de este año- han quedado recogidos los testimonios de esta relación: en los de Julia, una extraordinaria colección de dibujos y los autógrafos de las rimas XVI -«A Julia»- y XX, ésta cifrada:


Sabe, si alguna vez tus labios rojos
quema invisible atmósfera abrasada,
que el alma que hablar puede con los ojos,
también puede besar con la mirada.



En el álbum de Josefina, dos dibujos y el poema «¡Duerme!», futura rima XXVII, que comienza:


Despierta, tiemblo al mirarte;
dormida, me atrevo a verte.
Por eso, alma de mi alma,
yo velo mientras tú duermes.



Fotografía de un autógrafo

Gustavo Adolfo Bécquer, «Autógrafo de la rima XXVII» (1860)
Álbum de Josefina Espín
Fotografía de Rafael Montesinos.

Fotografía de un autógrafo

Gustavo Adolfo Bécquer, «Autógrafo de la rima XXVII» (1860)
Álbum de Josefina Espín
Fotografía de Rafael Montesinos.

Durante el verano de ese año -o quizás un poco antes- conoce al que iba a ser su mejor amigo: Augusto Ferrán Forniés, delicado poeta, traductor de Byron, Goethe, Heine y otros escritores europeos, que acababa de llegar de Alemania y trataba de situarse en la prensa madrileña. Gustavo Adolfo continúa en los meses siguientes tratando de abrirse camino como escritor teatral: Tal para cual, comedia en un acto de Luis García Luna y Gustavo Adolfo -con el seudónimo de Adolfo García- se estrena en el Teatro de la Zarzuela el 5 de octubre.

La cruz del valle, zarzuela de ambos -Adolfo García- y música de Antonio Reparaz, se representa en el Teatro del Circo el 22 de octubre.

Dibujo

Gustavo Adolfo Bécquer, «La musa» (1860)
Álbum de Josefina Espín
Fotografía de Rafael Montesinos.

Dibujo

Gustavo Adolfo Bécquer, «Grupo familiar» (1860)
Álbum de Josefina Espín
Fotografía de Rafael Montesinos.

Gustavo Adolfo publica colaboraciones en distintas revistas: «La cruz del diablo», La Crónica de Ambos Mundos (21 y 28-X y 11-XI). «Tú y yo. Melodía» -«Cendal flotante de leve bruma»-, en Álbum de Señoritas y Correo de la Moda (24-X), la futura rima XV. Remite a El Museo Universal, para su Almanaque del Museo Universal para 1861, «Melodía», futura rima LXI: «Al ver mis horas de fiebre», que lleva al comienzo en el almanaque este texto: «Es muy triste morir joven y no contar con una sola lágrima de mujer», que denota la soledad angustiosa del poeta a finales de aquel año:



Al ver mis horas de fiebre
e insomnio lentas pasar,
a la orilla de mi lecho,
¿quién se sentará?

Cuando la trémula mano
tienda, próximo a expirar,
buscando una mano amiga,
¿quién la estrechará?

Cuando la muerte vidrie
de mis ojos el cristal,
mis párpados abiertos,
¿quién los cerrara?

Cuando la campana suene
(si suena en mi funeral),
una oración al oírla,
¿quién murmurará?

Cuando mis pálidos restos
oprima la tierra ya,
sobre la olvidada fosa,
¿quién vendrá a llorar?

Quién en fin al otro día,
cuando el sol vuelva a brillar,
de que pasé por el mundo,
¿quién se acordará?



En una carta abierta dirigida a Juan de la Rosa González (La Iberia, 11-XI), responde a su acusación de que era neocatólico y de que escribía teatro sólo por el dinero. Gustavo Adolfo traza con nitidez las razones de su dedicación a la literatura como destino y como medio de vida.

El 5 de diciembre nace, en Sevilla, Julia, hija de Valeriano, que es apadrinada desde Madrid por su tío Gustavo, quien habría escogido para ella el nombre de Julia recordando a Julia Espín y a su primera novia sevillana, Julia Cabrera (según Rafael Montesinos).

Comienza a publicarse El Contemporáneo, el 20 de diciembre, periódico conservador fundado por José Luis Albareda. Gustavo Adolfo figura en su redacción desde el primer número con la primera de las «Cartas literarias a una mujer», incluida en la sección «Variedades», continuando la serie con otras tres en 1861.

El Contemporáneo será hasta 1865 su principal medio de vida y en sus páginas adquirirá su buen nombre de periodista delicado y de gran versatilidad. En sus páginas aparecerán gran parte de sus mejores textos literarios.

Dibujo

Gustavo Adolfo Bécquer, «El poeta y las musas» (1860)
Álbumes de Josefina Espín
Colección de la familia Marañón.

Dibujo

Gustavo Adolfo Bécquer, «Josefina y Julia Espín en el Teatro Real» (1860)
Álbumes de Julia Espín
Biblioteca Nacional, Madrid.




ArribaAbajo1861

Gustavo Adolfo reseña el libro de poemas La Soledad, de Augusto Ferrán en El Contemporáneo (20-I). Años más tarde, al reeditar el libro ampliado (La pereza, Madrid, 1871), Ferrán incluye la reseña como prólogo de su poesía. Constituye uno de los textos fundamentales donde Gustavo Adolfo expuso sus ideas sobre la poesía, defendiendo ante todo «la poesía de los poetas»:

Hay otra [poesía] natural, breve, seca, que brota del alma como una chispa eléctrica, que hiere el sentimiento con una palabra y huye, y desnuda de artificio, desembarazada dentro de una forma libre, despierta, con una que las toca, las mil ideas que duermen en el océano sin fondo de la fantasía.



En El Contemporáneo se suceden sus trabajos todo el año. Leyendas y otros relatos: «La ajorca de oro» (28-III); «La Creación» (6-VI); «El monte de las ánimas. (Leyenda soriana)» (7-XI); «¡Es raro!» (17-XI); «Los ojos verdes» (15-XII); «Maese Pérez, el organista» (27 y 29-XII).

Poemas: «A ella» (23-IV), futura rima XXIII:


Por una mirada, un mundo;
por una sonrisa, un cielo;
por un beso... yo no sé
qué te diera por un beso.



Y «Al amanecer», en El Correo de la Moda (31-VII), futura rima LXII:


Primero es un albor trémulo y vago,
raya de inquieta luz que corta el mar;
luego chispea y crece y se dilata
en ardiente explosión de claridad.
La brilladora lumbre es la alegría;
la temerosa sombra es el pesar.
¡Ay! en la oscura noche de mi alma,
¿cuándo amanecerá?



El 19 de mayo, Gustavo Adolfo se casa con Casta Esteban Navarro hija de un médico de origen soriano, en la parroquia de San Sebastián, de Madrid. Había pedido dispensa de amonestaciones alegando que tenía que salir de la Corte.

Valeriano Bécquer se va abriendo camino también como ilustrador de libros: Andrómeda o la liberación de la mujer (Sanlúcar de Barrameda, 1862), de Rafael Molero de la Borbolla, acoge seis estampas suyas. Y no tardará en colaborar en publicaciones periódicas como El arte en España, El Kiosko, El Museo Universal o Gil Blas. Durante los últimos meses de su vida lo hará en La Ilustración de Madrid. Estas publicaciones constituyen hoy el mejor testimonio de su arte de dibujante excepcional. Y ya fallecido siguieron publicándose estampas sacadas de los dibujos de sus carpetas.

Dibujo

Gustavo Adolfo Bécquer, «Joven romántica»
Museo Romántico, Madrid.




ArribaAbajo1862

Gustavo Adolfo continúa en El Contemporáneo con relatos como «El muerto al hoyo» (9-II); «El rayo de luna. Leyenda soriana» (12 y 13-II); «El aderezo de esmeraldas» (23-III); «El miserere (Leyenda religiosa)» (17-IV); «El Cristo de la calavera, leyenda toledana» (16 y 17-VII); «Tres fechas» (20, 22 y 24-VII); «La venta de los gatos» (28 y 29-XI).

Artículos: «Los maniquíes» (15-II); «El carnaval. “Pot-pourri” de pensamientos extraños» (5-III); «Un drama. Hojas arrancadas de un libro de memorias» (16-III); «La Nena» (30-III); «La belleza» (6-IV); un artículo sobre el cuadro, de Casado del Alisal, «Instalación de las Cortes de Cádiz» (10-VII)...

Su firma se encuentra también en otras publicaciones periódicas durante este año: La América: «La rosa de Pasión» (24-III). O un anodino y discutido texto: «Historia del año viejo de 1862», en el Almanaque de El Museo Universal para 1863.

El 9 de mayo nace en Noviercas (Soria) el primer hijo del matrimonio Bécquer: Gregorio Gustavo Adolfo.

Al iniciarse la nueva temporada teatral estrena la opereta bufa El nuevo Fígaro, firmada con el seudónimo Adolfo Rodríguez -cobija a Gustavo Adolfo y a su amigo Ramón Rodríguez Correa-, en el Teatro de la Zarzuela, el 19 de septiembre. Se mantiene la música original del maestro Ricci.

Publica como artículos retazos de Historia de los templos de España, con ligeras modificaciones, en El Contemporáneo: «Recuerdos de un viaje artístico» (3-IX); «Arquitectura árabe» (9-IX), primer capítulo de «El Cristo de la luz»; «San Juan de los Reyes» (20-IX), que reproduce parte del capítulo IV.

Sus escritos en El Contemporáneo se ocupan de lo más cotidiano, como en la serie «Cualquier cosa», 17 artículos durante el mes de octubre. Pero también de los eventos artísticos de mayor calado, como la serie sobre «La Exposición de Bellas Artes», durante los meses de octubre (16, 19, 22, 24 y 30) y noviembre (5 y 9).




ArribaAbajo1863

Continúa Gustavo Adolfo su producción en El Contemporáneo, con nuevos relatos: una «Variedad» sin título, luego conocida como «Historia de una mariposa y de una araña» (18-I); «Un lance pesado» (15-III); «Un boceto del natural» (28 y 30-V).

Artículos: «La Pascua de Reyes» (7-I); «Las perlas» (27-II); «La pereza» (1-III); «La mujer a la moda» (8-III); «Los bailes de trajes» (27-III); «La leyenda del judío errante» (2-IV); «Entre sueños» (30-IV). Otros posibles: «Los doce linajes de Soria» (5-X); «Teatro Real. El Barbero de Sevilla. Semiramis» (11-X); «Pensamientos. Una mujer buena, nunca es fea» (17-X).

Y también en otras publicaciones, como el año anterior: La América acoge algunas de sus más célebres leyendas: «El gnomo, leyenda aragonesa» (12-I); «La cueva de la mora» (16-I); «La promesa, leyenda castellana» (12-II); «La corza blanca» (27-VI); «El beso, leyenda toledana» (27-VII).

En La Gaceta Literaria, Gustavo Adolfo figura como colaborador desde el comienzo y publica de nuevo «¡Duerme!» (21- I), futura rima XXVII; «Apólogo» (28-II); «La ridiculez» (14-III).

Rica Brown exhumó el texto de Adolfo García, «La crítica», en Espíritu; vuelve a insistir en la importancia del rigor del crítico, evoca el magisterio de Larra y afirma de nuevo el cultivo de la poesía:

«Debiera decirse a los poetas: Sed virtuosos, sed creyentes, sed libres, respetad lo que amáis, buscad la inmortalidad en el amor y la Divinidad en la naturaleza. En fin, santificad vuestra alma como un templo y el ángel de los nobles pensamientos no se desdeñará de aparecer en él.»

El 19 de mayo, La Época anuncia la aparición de una Biblioteca Hispano-Americana de novelas extensas en la que colaborará Gustavo Adolfo.

Clara de Rosemberg, de Adolfo Rodríguez, se estrena en el Teatro de la Zarzuela el 10 de junio de 1863. Música del maestro Ricci.

En algún momento de este verano debieron viajar a Sevilla, regresando a Madrid con Valeriano y sus hijos Alfredo y Julia. Probablemente Valeriano ya se había separado de su esposa Winnefred Coghan. En adelante, Valeriano vive en Madrid, desplazándose desde allí a las otras provincias en sus expediciones artísticas.

G. Ribbans planteó la atribución de La educación de un canario, Páguese a la orden y El diplomático, firmadas por «A. García» como posibles piezas teatrales de Bécquer, o se ha sugerido su participación en libretos de otras zarzuelas, trabajos todos ellos con los que trataba de allegar algún dinero.

A finales de este año se instalaron, en el monasterio de Veruela, Valeriano, Gustavo Adolfo, Casta Esteban y sus hijos. La estancia hasta el otoño de 1864 dará lugar a una amplia producción de los dos hermanos, que se recoge exhaustivamente en las secciones siguientes de esta guía.

Gustavo Adolfo se desplazó en estos meses, en alguna ocasión, a la Corte, por asuntos profesionales, o, ya en el verano a las playas del Norte, a tomar los baños, acompañado de su hermano Valeriano.

Fotografía

«Gustavo Adolfo Bécquer»,
Fotografía de Ángel Alonso Martínez y Hermano.
Colección de D. Enrique Toral Peñaranda.