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962. Los Tres Picos de Amor

SAN LUIS

Había una vez un matrimonio muy rico, que no tenía ningún hijo y no hallaban a quién dejar las herencias de ellos cuando se murieran. Eran muy viejitos los dos y decían:

-Esto no puede ser que nosotros mañana o pasau no más nos muramos y que no tengamos un hijo a quén dejar lo que tenimos.

Entonce la viejita salió un día al campo y le pidió por favor al «Ave María»299 que ella le prendería velas, y le daría todo lo que él quisiera con tal que le diera un hijo.

Un día se le comenzó a hinchar la rodilla a esta señora, y se le hinchó tanto que al fin nació un niñito.

Y después lo criaron muy regalón, como a un hijo verdadero de ellos. Cuando ya pasaron los años, y el hijo ya era un mozo, el padre lo mandó con doscientas vacas, a venderlas. Le dijo el padre que la mitá de la plata era para él y la mitá para el hijo. Y las vendió a las vacas y se agarró la mitá de la plata. El mozo agarró y con lo que era de él, trocó300 un cuadro, un santo, por cien pesos. Cuando vino,   —726→   le dio al padre la mitá de la venta, y le enseñó al padre y a la madre el cuadro que había costau cien pesos. El padre s'enojó mucho porque había gastáu tanta plata en un santo. La madre s'enojó con el padre porque le dijo qu'él le había dicho que gastara en lo que quisiera. El santo lo ayudó al mozo en toda la vida y le salvó l'alma del Ave María.

Entonce la madre lo mandó a vender trescientas vacas, la mitá para cada uno, y qu'él gastara lo suyo en lo que quisiera. El mozo vendió las vacas y se agarró la mitá de la plata, y guardó la mitá de la madre.

Un día andaba el mozo por una ciudá, y encontró que un hombre vendía una jaulita di oro con una pajarita muy bonita. Y que al mozo le dio por comprarla. Que el santo que él tenía, lu iluminó al mozo pa que lo comprara.

Resultó que la pajarita era una princesa que estaba en encanto, muy donosa y linda. A la noche ella se formó en una niña, como era, y el mozo s'enamoró de ella y se casó. La Princesa le dijo que ella hasta que no llegara el plazo, lo iba abandonar y s'iba ir. Y el joven que le dijo que perdiera cuidau.

Y ya el mozo se jue a la casa y se llevó la pajarita. La pajarita sólo de noche, cuando 'tába él no más, si hacía cristiana.

La madre no dijo nada, pero cuando llegó el padre que s'enojó más todavía, porque había gastáu la plata en eso. La madre s'enojó con el padre porque él li había dau libertá y ahora le quería imponer su voluntá. El mozo no podía decir nada porque si decía el secreto, la niña s'iba a morir.

Ya faltaba poco para que la niña se desencantara, cuando un día dice el mozo que iba ir a la iglesia. Entonce que le dice la niña:

-No te vas porque te podís enamorar di otra niña, y yo voy a ser perdida.

-No se te dé cuidado -que le dice el joven.

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Y se jue no más.

En l'iglesia dio la casualidá qu'staba l'hija 'el Rey y cuando vio este joven tan güen mozo s'enamoró perdidamente d'él. Y ya le dijo la Princesa al Rey qu'ella se quería casar con ese mozo, y con nadie más, y s'enfermó. Y ya ordenó el Rey que viniera ese mozo al palacio y le dijo que palabra de Rey no puede faltar, y que tenía que casarse con la Princesa. El mozo lloraba muchísimo, pero no podía decir su secreto. Y lu hicieron casar no más.

Esa noche del casamiento, el mozo desesperado pensando en la pajarita qu'era su señora, la mató a la Princesa y a la madre d'ella que los cuidaba y se huyó a su casa. Cuando llegó encontró la jaulita vacida301 y un papel de la niña que le decía que tenía que ir a buscarla en La Torre de los Tres Picos de Amores y que tenía que gastar tres pares de zapatos de fierro. El mozo sin decir nada a los padres, se jue. S'hizo hacer los tres pares de zapatos de fierro y comenzó a andar.

Anduvo muchos años, y cuando ya había andau el mundo entero, y ya iba acabando el último par de zapatos, llegó a La Torre de los Tres Picos de Amores. Cuando llegó supo que la Princesa di áhi, qu'era su esposa, estaba para casarse el día siguiente con un Rey vecino. Áhi no más se presentó al palacio y s'hizo conocer y la niña le dijo al Rey qu'ése era su verdadero esposo y que como era casada no se podía volver a casar.

Ya hacieron una fiesta muy grande y se jueron a buscar los padres de crianza, los viejitos, y los trajieron y vivieron muchos años en el palacio de la pajarita, qui ahora era reina, y el mozo, rey.

Victoria Lucero de Luna, 22 años. Tilisarao. Chacabuco. San Luis, 1948.

Muy buena narradora.



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963. Juan sin Miedo

Los Tres Picos de Amores


CÓRDOBA

Era un joven que era muy valiente para peliar. Le pidió al padre que le regalara un puñal que él tenía, para salir a rodar tierra. Y se fue.

En un camino se juntó con un gaucho, que era valiente igual que él. Entonce Juan sin Miedo lo desafió a peliar.

Y se juntaron. Cada uno con un puñal. Peliaron hasta que quedaron cansados los dos. Ninguno de los se cortaron.

De la gran ses302 que tenían se jueron a un rancho que devisaron a pedir agua. Al llegar al rancho, no había gente.

Juan sin Miedo que era el más valiente, devisó para adentro de la casa. Y detrás de la puerta había una tina con agua. Y entonce le dijo al compañero:

-Aquí hay agua, venga, vamos a tomar.

Y el compañero le dice:

-Dentre a tomar usté primero y después voy a tomar yo.

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Cuando Juan sin Miedo se agachó a tomar agua, una víbora que 'taba adentro del tacho, le pegó un picotón. Entonce Juan sin Miedo la tomó con una mano de la cabeza doblandolá contra la orilla 'el tacho y se puso a tomar agua. Y lo llamó al compañero para que aprovechara de tomar agua, mientra él la tenía a la víbora. El compañero tomó agua y salió en seguida afuera. Entonce la víbora le dijo a Juan sin Miedo:

-Yo soy una niña encantada de los diablos. Si usté -le dice la víbora- se anima a peliar tres noches con los diablos, yo volveré a ser niña como era ante.

Entonce Juan sin Miedo le dijo que iba a hablar con el compañero. Y le dijo el compañero que 'taba bien. Entonce volvió Juan sin Miedo adentro de la pieza y le pidió los datos cómo tenía que hacer para peliar con los diablos.

La víbora le dijo que tenía que peliar tres noches y ella podía arreglar cualquer asunto, basta que cuando peleen con los diablos, no vayan a decir ¡ay! Que ellos, ojala los maten los diablos, basta que ellos no digan ¡ay! los pueden hacer ceniza, que ella los haría vivir otra vez. Pero si ellos decían ¡ay!, a ella ya no le alcanzaba el poder para poderlos salvar.

Se quedaron y esperaron para peliar con los diablos.

La primera noche peliaron con los diablos. Al compañero de Juan sin Miedo, al pegarle una puñalada los diablos, dijo ¡ay! y se perdió para siempre. Juan sin Miedo siguió peliando hasta que lo mataron, pero sin decir ¡ay! Lo quemaron los diablos y le aventaron la ceniza. A las dos horas Juan sin Miedo estaba vivo. Y ya la niña estaba medio cuerpo hecha cristiano.

La segunda noche volvió a peliar con los diablos. Lo volvieron a matar, pero no dijo ¡ay! A las dos horas estuvo vivo. La niña estaba más de medio cuerpo hecho cristiano. La tercera noche volvió a peliar. Lo volvieron a matar y no   —730→   dijo ¡ay! Lo volvieron a quemar y le aventaron la ceniza. A las dos horas volvió a vivir. La niña ya 'taba toda hecha cristiano. No volvieron más los diablos. Se acabó el encanto.

Ella le habló a Juan sin Miedo y le dijo que ellas eran tres hermanas y que las tres estaban encantadas de los diablos. Que una era un limón que 'taba en la ventana y la otra era una planta de durazno que 'taba más retirado de la casa ande 'taba ella. Y que para desencantarlas, que él tenía que cuidar el durazno y ella iba a cuidar el limón durante dos días, para que puedan volver las niñas como eran antes. Y le dijo a Juan sin Miedo:

-Va a venir un negro con una copa de licor a envitarlo. Usté no vaya a querer tomar, porque usté se va a morir y le van a robar el durazno.

Entonce Juan sin Miedo se jue a cuidar la planta de durazno. Y ya llegó el negro. Entonce Juan sin Miedo, cuando vino el negro sonriendosé, en envitarlo con el licor, Juan sin Miedo, intentó, con una mano agarrar el vaso, y con la otra mano intentó pegarle una puñalada. Y al hacer el ademán, le saltó una gota de licor en la boca y cayó al suelo, en forma de muerto. Y el negro le robó el durazno.

Bueno... Al ver la niña que este joven no iba para ande ella 'taba, después de dos días, se vino a verlo y lo halló muerto. Ella se puso a llorar porque ella se quería casar con él, y de ver que no daba señal de vida, le dejó un pañuelo bordado con las iniciales de ella, en un bolsillo del saco, donde le decía, si por las dudas viviera: «Si me quieres ir a ver, andá a Los Tres Picos de Amores, que ahí me encuentro yo».

Al poco rato que ella se jue del lado de él, Juan sin Miedo volvió en sí y se jue a ver a la niña al rancho donde 'taba el limón y no encontró ni el limón ni la niña. Y se largó a llorar por los campos. Al estar sentado bajo de un   —731→   árbol, pensando en ella, se empezó a buscar en los bolsillos y encontró el pañuelo donde le decía: Si me quieres ir a ver, andá a Los Tres Picos de Amores. Este joven, desesperadamente no hallaba adonde ir a preguntar en dónde quedaba ese lugar, hasta que por fin devisó un palacio en donde había toda clase de bichos. Y llegó a preguntar que si no conocían ese lugar. Le preguntó al Reis del palacio.

El Rey le contestó que iba a preguntar a todos los bichos del mundo que asistían ahí. Y el Reis, con una flauta llamó a todos los bichos y les preguntó que si no conocían ese lugar. Los bichos contestaron que nunca habían sentido ni nombrar ese lugar. Entonce Juan sin Miedo le preguntó al Rey303 que adónde podía ir a preguntar, que le dieran noticia.

Entonce el Reis le dio un papel escrito para que vaya a la casa de otro Reis donde había todas las clases de aves de todo el mundo.

Y se dirigió a la casa 'el Reis y le entregó el papel. Entonce el Rey le dijo que iba a preguntar a las aves. El Reis con una flauta llamó por primera vez y se asentaron en los árboles y en el suelo, cantidades de aves. Y les preguntó si no conocían ese lugar, Los Tres Picos de Amores. Y las aves contestaron que no habían sentido ese nombre. Pero un icaco304 pidió la palabra al señor Reis y le dijo que había sentido conversar a l'águila renga, que ella 'taba envitada para un casamiento en esa ciudá, pero que no sabía en dónde era. El Rey por segunda vez volvió a tocar la flauta y la águila renga era la única que faltaba. No apareció a la segunda llamada. Vuelve a tocar la flauta por tercera vez y   —732→   se sentó en un árbol abriendo las alas de cansada. Le pregunta el Rey de las águilas que por dónde había andado. Y le dijo que había estado en Los Tres Picos de Amores, donde se casaba la hija de un Rey. Juan sin Miedo le preguntó que si no podía hacer el favor de llevarlo a Los Tres Picos de Amores. Ella le contestó que era muy imposible porque estaba muy cansada. Tanto le rogó él que le acetó de llevarlo.

Bueno... Le dijo que lo iba a llevar. Lo que sí, tenía que buscar diez capones para que le diera de comer a ella durante el viaje porque estaba muy lejo y había que atravesar la mar.

Juan sin Miedo buscó los diez capones y los hizo en forma de un collar y se lo puso al águila. Y él subió sobre las alas. Y l'águila remontó vuelo con toda esta carga.

Cada vez que ella pedía carne tenía que darle un capón.

Ante de llegar a tierra, por varias ocasiones l'águila le pedía carne y ya no había. Entonce, Juan sin Miedo se cortó un pedazo de carne de la pierna de él y le atravesó en el pico. Y llegó a tiempo al frente del palacio. L'águila renga al ver que le salía tanta sangre a él de la pierna, le preguntó qué le pasaba. Entonce él le dijo que como la carne le faltó para dar cumplimiento a ella, se tuvo que cortar un pedazo de la pierna de él para darle. L'águila renga devolvió la carne de él que había tragado y se la vuelve a pegar en la pierna. Quedó como si no se hubiera cortado nunca. Y entonce l'águila renga le dio una piedra de virtú para que él pida lo que él quiera pedir con eso. Y l'águila se despidió y se volvió al palacio de las aves.

Entonce Juan sin Miedo le pidió a la piedra que lo hiciera formar un viejo sucio y todo rotoso, y se dirigió adonde era el casamiento de un príncipe con la niña, la hija del Rey. Al llegar allí unos metros antes de llegar, el Reis lu hizo sacar a patadas. En seguida volvió a insistir. Entonce   —733→   el Príncipe pidió que lo dejaran llegar para ver qué es lo que quería hacer.

El viejo éste, se dentró adentro de la pieza donde 'taban los novios y se puso al lado de la puerta, a limpiarse los ojos, y en seguida sacó un pañuelo del bolsillo del saco y lo abrió haciendosé que se quería limpiar la nariz. Y entonce lu alcanzó a ver la niña y conoció el pañuelo. Pegó un salto dejandoló al novio y lu abrazó a Juan sin Miedo, diciendo:

-Éste es mi novio.

Áhi no más los agarraron a los dos, a la niña y a Juan sin Miedo y los echaron al corral de chanchos. Era en horas de la noche.

Al otro día temprano se levantaron los sirvientes del Rey, como de costumbre. Entonce devisaron, a corta distancia, un palacio mejor que el del Rey.

Y ése era el palacio de Juan sin Miedo que pidió a la piedra de virtú que le dio l'águila renga. Y áhi se casó con la niña y jue la almiración de todo el mundo. Y vivieron felices muchos años.

Agustín Cruz Bustamante, 40 años. Villa de María del Río Seco. Córdoba, 1952.

El narrador es nativo del lugar. Trabajador rural. Ha concurrido a la escuela local.

Villa María del Río Seco: Viejo pueblo del norte de Córdoba que conserva sus costumbres tradicionales y en donde nació Leopoldo Lugones.

Al cuento tradicional se han agregado otros motivos.



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964. Los Tres Picos de Amores

LA RIOJA

Era un matrimonio de dos viejitos pobres. El viejito si ocupaba de pescar. Tenían un solo hijo que era medio chico todavía. Que el chico tenía un perrito y todos los días cuando volvía el viejito de pescar el perrito lo salía a encontrar él primero, antes que llegara a las casas.

Vivían de lo que pescaba el viejito y muchas veces pasaban hambre porque el viejito no sacaba ningún pescado.

En tantos días de pescar, un día sacó el viejito una trucha muy grande. Y al momento que la sacó le habló la trucha y le pidió dos cosas: que no la matara y que le iba a dar una virtú para que sacara siempre muchos pescados si él le daba lo que la trucha le pidiera. El viejito le dijo que cómo no, basta que le diera la virtú de tener siempre mucha pesca. Entonce le dijo que le tenía que dar el primero que saliera a recibirle cuando llegara a la casa. Y él le dijo que bueno, pensando que iba a ser el perrito.

Y el viejito la largó a la trucha y pescó muchísimos pescados. Y se vino a las casas y cuando llegó, el primero que lo salió a encontrar fue el chico.

Bueno... Esa noche el viejito no le dijo nada a la señora. Pero él no durmió en toda la noche pensando en lo que le había prometido a la trucha. Y bueno... Al otro día   —735→   le contó, porque tenía que dir a la mesma hora a la costa de la mar a pescar. Y le dice:

-Che, vieja, sabés qui ayer saqué una trucha muy grande. Y mi habló la trucha y me dijo que le salve la vida y que me iba a dar una virtú, que me iba a dar mucha suerte para pescar si yo le daba el primero que me saliera a encontrar cuando volviera a la casa. Y el primero que me salió a encontrar fue el chico. Y en plazo di un año lo tengo que entregar.

Y bueno, la madre se puso a llorar mucho, y no sabía qué hacer.

En todo el año el viejo pescó más pescados que nunca y tuvieron para comer y vender en abundancia. Cuando llegó el fin del año el viejo tuvo que llevar el chico. La madre queriendo y no queriendo tuvo que dejar que lo entregara, el padre.

Y bueno... Lo llevó al chico el padre. Cuando llegó a la costa de la mar, ande mesmo salió la trucha la primera vez, la trucha lo 'taba esperando áhi. Y se lo entregó al chico. Y la trucha se perdió en el agua con el chico.

Bueno... Esa tarde sacó los pescados más lindos. Bueno... Así que se fue, la señora 'taba llorando. Como sacaba siempre pescados de los mejores y vendía, pasaban bien la vida.

Y pasó el tiempo, hasta que llegó un güen día que el chico llegó a la casa. Qué más contentos 'taban el viejo y la vieja, que no lo esperaban. Y le dice el viejo:

-¡Mirá, vieja, nuestro hijo!

Y el chico 'taba lindo, bien vestido y ya mocito, hecho un joven. Y como las señoras son más curiosas, la madre le preguntaba de todo. Y le decía:

-Decime, hijo ¿cómo te tratan? Y, ¿ande vivís? Y, ¿quién está con vos?

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-Mamita -le dice el chico-, vivo solo. Lo que me acompaña es una sombra. Yo tengo lo que quiero porque tengo esta varita de virtú que me da lo que pido. La sombra anda conmigo y si acuesta también conmigo.

Y áhi no más el chico dice:

-Varita, por la virtú que Dios ti ha dado, dame una mesa bien servida.

Almorzaron y ya el chico dijo que tenía que dirse.

La madre le dio unas pajuelas305 pa cuando 'tuvieran durmiendo y si acostara con él la sombra, él encendiera las pajuelas y viera quén era la sombra.

Y el chico, despidiendosé de los padres se fue. Y ya llegó a la orilla de la mar, y dice:

-Varita, por la virtú que Dios ti ha dado convertime en un pescado.

Y al momento s'hizo un pescau y se largó al agua. Y bueno, fue a salir donde él habitaba con aquella sombra. Esa noche, cuando la sombra se acostó con él, y él echó de ver que dormía, encendió una pajuela para verla. Entonce vido que aquella sombra era una preciosa niña, y él inoraba. Entonce él se quedó encantado mirandolá. Y áhi 'taba cuando se quemó la pajuela y le cae en la cara a la niña. Y claro, al caerle la pajuela caliente en la cara se dispierta. Ya lo vido al joven y se da cuenta de todo, y le dice:

-Pícaro, ahora si querés verme tenés que dir a Los Tres Picos de Amores. Desapareciendosé la sombra, lo dejó al joven solo. Y dende ese momento el joven no durmió más. ¡Qué llorar y llorar y no soportaba nada!

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Bueno... Al otro día determinó viajar a Los Tres Picos de Amores. Bueno... Caminó todo el día y iba no más. Por áhi, en lo que va si acuerda de la varita de virtú que tenía. Le pega dos o tres golpes y le pide una mesa bien servida. Al momento tiene una mesa bien servida. Bueno... Come y sale de viaje. Camina una cierta distancia y devisa un feroz tigre que lo sale a atajar a la vuella306. Y él, claro, trata de disparar. Y en eso se sienta el tigre y lo llama. Y entonces s'hizo valor y se va donde 'taba el tigre. Cuando va llegando le dice al tigre:

-¿Qué quiere, señor?

Y el tigre le dice:

-Mire, joven, lo he llamado pa que nos reparta una res que tenemos muerta. Venga a verla. Somos unos cuantos los dueños y no la podemos repartir.

Bueno... Si allega con el tigre a donde 'taba la res. Áhi 'taban un lión, un perro, un águila, un halcón y una hormiguita. Y entonce pegó en el suelo con la varilla de virtú y dice:

-Varita, por la virtú que Dios ti ha dado, dame una espada que corte un pelo en el aire.

Al momento tuvo una espada que cortaba un pelo en el aire. Y ya le cortó el pecho a la res y le tiró al tigre -esa es la parte que más le gusta al tigre.

Y le dice al lión:

-¿De dónde quiere usté, amigo?

-Déme de la ubre -le dice.

Y áhi le dio un güen pedazo.

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Al perro que era un galgo, le dio un pedazo de los mejores. Le dio lo mesmo al águila y al halcón. Cuando caminó unos pasos le dice l'hormiguita.

-Venga, amiguito, déme de comer.

Y entonce le dio un pedazo de grasa, qu'es lo que más le gusta a las hormigas.

Ya cuando repartió la comida a todos, se trató de dir. Entonces los animales lo llamaron y le dijieron que 'taban muy agradecidos y que le iban a dar una virtú cada uno.

-Saquemé dos pelitos di atrás de l'oreja y guardelós -le dice el tigre-. Cuando se vea en un caso de peligro, diga: Dios y el tigre más peligroso, y ahí voy a 'star yo.

Y áhi el lión le dice, que le saque dos pelos di atrás de l'oreja, y que cuando lo necesite diga:

-Dios y el lión más poderoso -y ahí voy a 'star yo.

Y entonce l'águila y el halcón se sacan una pluma del ala y le dicen:

-Guarde esas plumas y cuando nos necesite diga: Dios y l'águila u el halcón más remontador y poderoso del mundo y ahí vamos dir a ayudarle.

Y ya se quiere dir y l'hormiguita le dice:

-Yo también le voy a dar una virtú. Cortemé una patita y la guarda. Cuando me precise a mí, diga: Dios y l'hormiguita más chiquita que haiga en el mundo. Y áhi voy a 'tar yo con otros de los míos.

La sacó la patita a l'hormiga y sigue viaje. Por áhi ya había caminado muy mucho, se siente cansado, y dice:

-Dios y el águila más remontadora del mundo.

Al momento tuvo un águila grandota y le dice:

-¿Qué quiere, mi amo?

-Quiero que me lleve a Los Tres Picos de Amores.

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Y entonce l'águila le dice:

-Bueno, suba arriba mío y agarresé bien.

Y ya subió. Y ya comenzó a volar l'águila.

Y ya voló todo el día. Ya en la tarde, muy tarde, eligió un algarrobo l'águila, para alojarse. Bueno... Áhi se alojaron en la noche. El joven golpió la varita y le pidió comida y áhi comieron.

Al otro día volvió a remontar vuelo. Voló hasta cerca 'e las doce. Y bajaron a comer. Y después volvieron a volar otra vez. Bueno... Ya a la puesta de sol, había un bosque muy grande y áhi fue y si asentó l'águila. Entonce le dice:

-Quedan muy cerquita Los Tres Picos de Amores. Atrás de este monte 'tán.

Bueno... Así que le dio las gracias al águila y agarró di a pie.

Fue y dio en la primera casa con dos ancianos muy viejos.

-Buenos días, madre vieja -dice.

-Buenos días, hijo -le dice la viejita-. ¿Qué andás haciendo por acá?

-Ando buscando trabajo, madre vieja -le dice.

-No, aquí no va a encontrar trabajo, hijo -le dice-. Usté, lo que va a encontrar es que va a perder la vida.

-¿Ah, sí? Madre vieja, ¿por qué voy a perder la vida?

-Porque hay un gigante brujo en este pueblo, y a todo desconocíu que cai al pueblo tiene que matalo.

Desayunó y le dio las gracias a la viejita, y le dice:

-Voy a salir a recorrer el pueblo.

Los viejitos no querían por ninguna plata que saliera. Bueno... Salió y conversó con algunas personas y l'informaron   —740→   que el gigante brujo tenía muchas niñas encantadas y que por eso los hacía matar a los que iban.

Bueno... Se volvió pa la casa 'e los viejitos y áhi le dicen.

-¿Cómo li ha ido, hijo?

-Bien, madre vieja -le dice-. ¿Es verdá qu'el gigante tiene muchas niñas encantadas?

-Sí, hijo -le dicen los viejitos-. Pero es muy peligroso para sacalo porque es un gigante que ni los ejércitos lo pueden sacar.

Bueno... Esa noche durmió áhi. Al otro día temprano se fue para el pueblo. Cuando iba cerca del palacio del gigante dice:

-Dios y l'hormiguita más chiquita del mundo.

Y se convirtió en una hormiguita chiquita y empezó a caminar y llegó al palacio. Y se comenzó a entrar por los ojos de las llaves. Hasta que llegó y encontró la niña encantada qu'era la sombra y que él iba buscando. Y entonce dijo:

-Dios y un hombre formau.

Y al momento s'hizo un hombre comu era. Cuando lo vio la niña lo reconoció y le dice:

-¿Qui andás haciendo?

Y él le dice:

-¿No me dijiste que si quería verte tenía que venir a Los Tres Picos de Amores?

-Decime vos -le dice-. ¿Cómo podría hacer para quitale la vida al gigante brujo?

Y la niña le dice:

-Él todos los días viene a las ocho a peiname. Y yo conversando le voy a preguntar a dónde tiene la vida, que él pelea con los ejércitos y no lo pueden matar. Entonce mañana   —741→   te venís a esta mesma hora y yo te voy a decir a dónde tiene la vida.

Bueno... Y se despide d'ella y se va. Y dice:

-Dios y l'hormiguita más chiquita -y se vuelve a hacer hormiguita y se va para la casa de los viejitos.

Al llegar a la casa dice:

-Dios y un hombre formau -y se volvió como era.

En la casa le dice la señora vieja:

-Y, ¿cómo ti ha ido, hijo?

-Bien -le dice-, mi han quedau de dar trabajo mañana, en el palacio del gigante. Mañana a la mesma hora tengo que dir otra vez.

Así que al otro día se fue. Cuando 'taba cerca del palacio dice, Dios y l'hormiguita más chica del mundo. Al momento s'hizo una hormiguita. Y dentró otra vez por los ojos de las llaves hasta que llegó ande 'taba la niña encantada que él buscaba. Entonce dice, Dios y un hombre formáu. Y se volvió como era. Depué que se saludaron él le dice a la niña:

-Y ¿qué te dijo el gigante brujo?

-Me dijo que tenía la vida en un güevo, en una paloma que 'taba adentro de una liebre qu'estaba dentro de una gama y que la gama 'taba adentro de un toro negro que 'taba en una laguna muy lejo di aquí.

Bueno... Se despidió y se fue. Llegó a la casa de los viejitos. Se despedió también y salió a buscar la laguna. Cuando caminó un poco trecho dice, Dios y l'águila más remontadora.

Al momento tuvo una águila muy grande y subió en ella, y le dice:

-Me vas a llevar donde 'tá el toro negro que tiene la vida del gigante brujo.

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Bueno... Voló todo el día hasta que llegó a la orilla de la laguna. Esa noche alojó áhi, a l'orilla de la laguna.

Al otro día le dice a l'águila:

-Me vas a decir cuál es el toro que tiene la vida del gigante.

-Mirá -le dice-, el toro negro que anda pasteando allá, ése es.

Bueno... Se despidió de l'águila. Caminó unos pasos y dice, Dios y dos tigres de los más bravos que haiga en el mundo. Al momento 'tuvieron dos tigres y le dicen:

-¿Qué quiere mi amo?

-Quiero que me maten aquel toro negro que anda comiendo en la laguna.

Y áhi no más se trenzaron a peliar. Y no lo podían matar. Pero al fin lo mataron.

Entonce el joven dice: Dios y l'espada más cortadora que haiga en el mundo. Y al momento tuvo l'espada mejor del mundo. La agarró y comenzó a despanzarlo con todo cuidau que no se juera a disparar la gama, pero cuando lo 'taba abriendo saltó la gama y disparó.

Entonce el joven dice: -Dios y los liones más cazadores y bravos del mundo. Y al momento llegaron dos liones y mataron la gama.

En lo que la 'taba despanzando saltó la liebre y se disparó.

Entonce el joven dice, Dios y los perros más ligeros del mundo. Y ahí llegaron los perros más veloces y la corrieron a la liebre y la mataron, y la abrió y le sacó la paloma.

A todo esto el gigante 'taba muy enfermo, que nu había dotor que lo mejorara.

Por áhi se l'escapó la paloma de la mano al joven y voló.

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Entonce el joven dice, Dios y l'halcón más cazador del mundo. Y al momento llegó un halcón y la sacó por matar y la mató. Así que áhi la abrió el joven y le sacó el güevo qu'era la vida del gigante. Se fue ande taba el toro y le cortó las aspas al tronco. También las llevó.

A todo esto el gigante ya 'taba en parte de muerte.

Bueno... Haciendo todo eso, dice el joven, Dios y l'águila más remontadora. Al momento tuvo una águila en su presencia y le dice:

-¿Qué quiere mi amo?

-Quiero que me llevés a Los Tres Picos de Amores.

Y remontó el vuelo l'águila con el joven hasta Los Tres Picos de Amores.

Bueno... Llegó a la casa de los viejitos. Y ya le preguntaron cómo le ha ido. Y esa noche alojó áhi. Al otro día les dice:

-Yo me voy a caminar por el pueblo.

Bueno... En el pueblo 'taba todo lleno qu'él gigante se 'taba muriendo. Y ya se dejó decir el joven qu'él era capaz de curalo. Entonces llegó donde 'taba el gigante y sacó el güevo y se lo enseñó. Y le dice el gigante:

-¡Dameló! Te doy toda mi fortuna y mis palacios con tal que me des el güevo.

Y agarró y se lo sacudió por la cabeza y s'hizo tira el güevo. Al hacerse tira el güevo, se cortó307 el gigante. Sacó las aspas308 del toro y también se las tiró por la cabeza.

Bueno... Y ya le sacó las llaves de la cabecera y abrió todas las puertas y sacó la niña encantada qu'él quería, primero,   —744→   y después sacó todas las otras niñas que tenía encantadas, también.

Bueno... En el pueblo l'hicieron un gran agasajo, le dieron una comilona por l'hazaña qui había hecho, que los libró a todos del gigante.

Bueno... Y el pueblo le pidió que se casara con la niña qu'él quería. Y se casaron. Y hicieron grandes fiestas. Y él trajo a sus padres a vivir con él.

Bueno... Y el joven quedó dueño d'esa ciudá, de Los Tres Picos de Amores. Y yo me vine para acá, y él 'tará todavía en Los Tres Picos de Amores.

Luciano Bulacio, 39 años. Santa Isabel. La Pampa, 1955.

El narrador aprendió éste y otros cuentos de su padre, que era oriundo de El Algarrobo del Águila, La Pampa. Siempre vivió y trabajó en el campo.

El cuento amalgama motivos de otros cuentos.



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Difusión geográfica del cuento

Difusión geográfica del cuento

Nuestro cuento de Los Tres Picos de Amor con sus numerosas versiones y variantes tiene gran difusión en la Argentina. Entre otros, contiene los siguientes motivos:

A. Un joven muy valiente desencanta a una princesa, que se convierte en su esposa, después de afrontar pruebas sobrenaturales.

B. Por causas diversas, generalmente por quebrantar prohibiciones, la esposa debe marcharse hacia la fabulosa ciudad   —746→   de Los Tres Picos de Amor de donde debe rescatarla el esposo.

C. El héroe parte en busca de la esposa. En el muy difícil viaje es ayudado por objetos mágicos, sombrero, botas, capa, por el consejo de ancianas, por los vientos, por animales. Es transportado en último término por una águila vieja a la que tiene que alimentar hasta con su propia carne.

D. Llega en el momento en que la esposa va a casarse nuevamente. Se identifica por medio de objetos mágicos como el anillo y el pañuelo que ella le dejó al partir y así se vence definitivamente el encanto.

En las diversas versiones aquí reunidas hay interpolaciones de cuentos y de motivos diversos. Está difundido en los pueblos de Occidente y en América. Es el tipo 400 de Aarne y Aarne-Thompson. Ver Pino Saavedra, I, p. 390.