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11

Tres golpes de timbal, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1990, p. 37.

 

12

Id., p. 289.

 

13

Véase Virginia Gil Amate, Daniel Moyano: la búsqueda de una explicación, Oviedo, Departamento de Filología Española de la Universidad de Oviedo, 1993, pp. 11, 109-110 y 252-253.

 

14

Puede estimarse que ese nuevo lenguaje acarreó «la postulación de un cambio de lógica, una visión opuesta al racionalismo positivista, que se puede vincular con las cosmogonías aborígenes y con el pensamiento oriental, fundamentalmente con elementos del budismo Zen y del taoísmo». Véase Gustavo Lespada, «El vuelo del tigre: depredación y estética (cifra y figuración en la novela de Daniel Moyano)», en Esa promiscua escritura (Estudios sobre literatura latinoamericana), Córdoba (Argentina), Alción Editora, 2002, pp. 139-153 (142). Rodolfo Schweizer ya había percibido en esa novela «la influencia de una cosmovisión indígena» (ob. cit., p. 133). Por su parte, según Virginia Gil Amate, en Tres golpes de timbal la posición del narrador «conecta con una corriente ancestral americana que emana del Popol Vuh, cuyo segundo capítulo atribuye a la palabra el poder creador de materia y por tanto de realidad» (ob. cit., p. 220).

 

15

Véase Virginia Gil Amate, ob. cit., p. 248.

 

16

No es momento para analizar ahora el proceso dominante de la narrativa hispanoamericana, que en los años setenta acusó el impacto de un momento histórico difícil -profunda crisis económica, cuestionamiento de la utopía revolucionaria construida en torno a la Cuba castrista, represión sangrienta en los países del cono sur- y decidió abandonar los territorios del mito para enfrentarse a la historia, una historia de la que la literatura de Moyano parecía querer alejarse. Al respecto, véase Teodosio Fernández, «Narrativa hispanoamericana de fin de siglo. Propuesta para la configuración de un proceso», Cuadernos Hispanoamericanos, n.º 604, octubre 2000, pp. 7-13.

 

17

Tres golpes de timbal, cit., p. 195.

 

18

Eso explica que, como antaño en el atormentado coronel de El oscuro, Moyano imaginara en el carcelero (que también es el padre) «una mezcla de crueldad y desvalimiento, una mueca universal y dolorosa». Véase «Desde los parques», en El trino del diablo y otras modulaciones, cit., pp. 133-151 (140).

 

19

«Tiermusik», en Daniel Moyano, El trino del diablo y otras modulaciones, cit., pp. 189-200 (199).

 

20

Véase «Los oídos de Dios», en Daniel Moyano, Un silencio de corchea, Oviedo, Ediciones KRK, 1999, pp. 19-22. En esa redacción final ha desaparecido la referencia precisa al general Juan Carlos Onganía, quien dirigió un régimen dictatorial desde junio de 1966, cuando llegó al poder tras un golpe de estado, hasta junio de 1970, cuando otro golpe lo derrocó.