Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
Indice
Abajo

Datos para la historia de las letras gaditanas (1900-1930)

José Antonio Hernández Guerrero






ArribaAbajoPremodernismo

Al nacer el siglo XX, un poeta y dramaturgo gaditano, tras dura lucha con los editores y empresarios teatrales, conseguía triunfar ante el público madrileño1. La venta de D. Quijote, estrenada en el teatro Apolo, fue muy aplaudida y alabada por la crítica. Supuso un

«saludable intento de renovación del género lírico, aceptado con reserva por los empresarios y acogido por el público con excelente comprensión y buen resultado»2.



Carlos Fernández Shaw -nacido en Cádiz en 1865- es considerado, juntamente con Manuel Reina y Ricardo Gil, un precursor del Modernismo. Ya en 1883 había escrito su primer libro, Poesías, en el que se puede apreciar la influencia de Zorrilla. En 1887 aparece Tardes de Abril y Mayo; en él se insinúan, de manera incipiente, los caracteres que van a definir a la poesía modernista.

«Los tanteos de Fernández Shaw pueden parecer hoy tímidos -decía Cossío-, pero son lo suficientemente expresivos para ser tenidos en cuenta»3.



Mostró su facilidad para dotar al verso de efectos melódicos, utilizó términos referidos a realidades exóticas y empleó palabras despegadas de la tradición retórica.



«¡Oh, verde Erin! Al cabo te contemplo.
Queenstown, alegre; su admirable rada,
nos dan la bienvenida. Ya comienzan,
con su trajín, la carga y la descarga...
Tristes y pobres emigrantes vienen,
llenando, a cientos, resistentes lanchas...
Y al Servia suben, donde voy; el Servia,
de la Línea Cunard.

Laten sus máquinas,
retiemblan encendidas, por que pronto
siga el vapor, sobre la mar, su marcha.
¡Cuan soberbio vapor! Con él me alejo
de las tierras de Europa, de mi España».
[...]4

El poeta gaditano sigue en pocos años a Salvador Rueda, y a Manuel Reina y se empareja, a muy poca distancia, respecto al tiempo, con Ricardo Gil y Manuel Paso. Todos ellos nacieron entre 1857 y 1865.

«Carlos Fernández Shaw indica con mayor numen, a nuestro juicio, que los otros poetas jóvenes de su tiempo, la transición hacia los temas que habrían de ligarles con la poesía intelectualizada del 98 y con la decorativa -salvando otras peculiaridades- del Modernismo»5.



Carlos recibe en Cádiz lecciones de poética de D. Eduardo Benot, otro gaditano, estudioso de la lengua que nos ha dejado una amplia bibliografía filológica6. De éste se conservan también algunas poesías y obras dramáticas. Veamos los versos en los que canta a su Cádiz:


«Nací en Cádiz, la espléndida,
joyel de Andalucía,
donde es azul la atmósfera,
sereno y claro el día,
las tardes de oro y púrpura,
las noches de astros mil.
Del alba, en el crepúsculo,
yo ansiaba ver las flores
vertiendo de sus cálices
delicias y colores
y dando, en tenues átomos,
aromas de Abril»7.

Benot fue ministro de Fomento y miembro de número de la Real Academia Española de la Lengua. Su discurso de ingreso versó sobre temas gramaticales.

Fernández Shaw se traslada en el otoño de 1877 a Madrid. Estudia la segunda enseñanza en el Instituto del Noviciado y la carrera de Derecho en la Universidad Central. Fue secretario y director, más tarde, de la Sección de Literatura del Ateneo Madrileño y colaborador de muchos periódicos y revistas: La Ilustración, El Correo, La Época, ABC, Blanco y Negro, Nuevo Mundo, Por Esos Mundos...

Como dramaturgo compuso numerosas piezas escénicas, que se mantuvieron durante años en las carteleras.

Entre las producciones para el teatro sobresalen: La Tragedia del beso, Margarita la Tornera, Don Lucas del Cigarral, La Canción del Náufrago, Las Bravías, La Revoltosa, Los Buenos Mozos, Los pícaros celos, La Chavala, El Tirador de Palomas, La Maja de Rumbo, La Vida Breve.

Pusieron música a sus obras: Falla, Chapí, Morera, Giménez, Emilio Serrano y Bretón.

Los libros de poemas son: Poesía de la Sierra, La Vida Loca, Poemas del Pinar, El Alma en Pena, El Poema del Caracol, Cancionero Infantil y Los Últimos Cánticos.




ArribaAbajoModernismo

La introducción del Modernismo en Cádiz se efectuó a través de un representante diplomático sudamericano.

«Vino -con sus princesas, sus lirios y sus fuentes- como tenía que venir, de la mano de un cónsul americano. En Cádiz, por razón de su vida marítima, hay muchos cónsules americanos, y entonces casi todos hacían versos»8.



Entre los personajes más importantes de este movimiento literario tenemos que destacar la figura de Eduardo de Ory y Sevilla. Nació en Cádiz el 20 de abril de 1884. Su padre, D. Alejandro María de Ory y García, de familia de tradición marinera, alcanzó el grado de Capitán de Navío de Primera clase. Murió el año 1893 cuando Eduardo contaba sólo nueve años de edad.

Eduardo estudió el bachillerato en el Instituto de Cádiz. Ya entonces demostró sus cualidades y

«excepcionales aptitudes para el periodismo y la literatura»9.



Publicaba periódicos manuscritos íntegramente redactados por él. Colaboró también en El Pueblo Católico, dirigido por el Lectoral de la Catedral de Cádiz, Benito de Elejalde y Coma. A los catorce años publicó su primer periódico impreso, Cádiz en Broma, y El Cascabel y, más tarde, en colaboración con varios escritores gaditanos, Garabato, Siglo Cómico, y Nueva Época.

En el año 1900, Manuel Fernández Mayo, poeta festivo gaditano y asiduo colaborador de prensa, publicó un libro de cuentos, titulado Era vez y vez. Al año siguiente, salen otros libros suyos de poesías, Páginas Alegres, con diálogos cómicos sobre hechos de actualidad y Política en Broma, en verso y prosa. En colaboración con Manuel del Río García, otro poeta gaditano, da a la luz pública otro título: Seis Reales de Risa. Colaboró con otros humoristas gaditanos en una obra teatral titulada, La Pierna Negra o El Escándalo Padre, que se estrenó en el Teatro Principal.

En este año (1901) nace en Puerto Real, Eduardo Gener Cuadrado y, en 1902, otros dos gaditanos que llegarían a ser grandes poetas: Rafael Alberti, en el Puerto de Santa María y Pedro Pérez Clotet, en Villaluenga del Rosario. Este mismo año aparecen los primeros libros de versos de Eduardo de Ory: Plumaditas y Chirigotas y Otras Cosas.

El primer libro de importancia para el estudio de su obra poética es, según Ramos Ortega, Ecos de mi Lira, editado en Cádiz en 1903. Al año siguiente apareció Aires de Andalucía y en 1905, Laureles de Rosas. Estos dos libros están impresos en los talleres de M. Álvarez, de Cádiz. Por estos años la amistad y el conocimiento de la poesía de M. Reina empiezan a influir decisivamente en su obra10.

Desde 1906 a 1909, Edurado fija su residencia en Zaragoza, donde inicia sus pasos en la carrera diplomática. Crea y dirige la revista Azul y, por medio de ella, consigue la amistad de numerosos escritores a los que pide colaboración. Los más importantes fueron Rubén Darío, Manuel Reina, A. Grilo, M. Monterrey, J. Octavio Picón, José Durban, Manuel Hidalgo, Juan J. Gutiérrez Ramos, Leocadio Martín Ruiz, Pepita Vidal, J. Rivas Prade, Enrique González Alonso, y el mismo Eduardo de Ory, que escribía con el seudónimo de «Zahorí» pequeños artículos de crítica literaria. Allí escribió tres nuevos libros de poesía: El Pájaro Azul (1906) y La Primavera Canta (1907); están editados en la librería Hispano-Americana de París. Y Bouquet de Azucenas (1908), en Santamaría Hnos., editores de Zaragoza. En 1909 aparece una antología de poetas españoles contemporáneos, La Musa Nueva, en Gasea Editor, Zaragoza, y un estudio biográfico-crítico, titulado Gómez Carrillo, imprenta de P. Muillot, de París. En esta capital -Zaragoza- inició sus relaciones epistolares con Juan Ramón Jiménez que, por entonces, residía en Moguer.

En 1907 nace en Cádiz el poeta Vicente Carrasco y muere en Madrid el filólogo gaditano Eduardo Benot y Rodríguez que dejaba escritas veinte obras de Filología, Gramática y Crítica Literaria. En marzo de 1908 se publica en Madrid Poesía en la Sierra, de Carlos Fernández Shaw, y en mayo de 1909, su nuevo libro de versos titulado La Vida Loca. En estos mismos años la editorial Garnier, de París, publica a Ory Mariposas de Oro y Alma de Luz. En esta editorial trabajaba su amigo Gómez Carrillo. Ory fue premiado con la Flor Natural en los Juegos Florales de Andújar con el poema titulado «Lo que dicen las campanas».

En este mismo año 1909 regresa a Cádiz y funda, junto con Carlos Meany, Agustín García Gutiérrez y P. Riaño de la Iglesia, la Real Academia Hispano-Americana de Ciencias y Arte. Es entonces cuando aparece el primer número de Diana, revista de más larga duración que Azul. Salieron ciento once números. Vio por primera vez la luz en abril de 1909 y llegó a su fin en diciembre de 1912. Entre sus colaboradores más importantes se encontraban: Rubén Darío, Juan Ramón Jiménez, Gabriel Miró, Amado Nervo, Salvador Rueda, J. Santos Chocano, Vicente Blasco Ibáñez, Francisco Villaespesa, «Azorín», Carlos Fernández Shaw, Jacinto Benavente, Emilio Carrere, Concha Espina de Serna, Fernando de Lapi, Carlos Meany, Norberto Estrada.

En el preludio con el que abre el primer número de la revista expone los objetivos que quiere cubrir:

«Desde ha tiempo, notábase en nuestro país la falta de una revista que, además de ofrecer las geniales producciones de los escritores nacionales de más prestigio, diese también a conocer a los de América Latina, formando así un lazo de fraternidad entre los espíritus pensadores del viejo y nuevo Continente.

Para evitar esa falta, aparece Diana, en cuyas páginas habrán de unirse las dos pléyades de entusiastas paladines del arte, armas hermanas que dejarán en ella las frescas ráfagas de sus entusiastas ideales.

Pero no es sólo Diana portavoz de esas triunfadoras inteligencias; nuestra revista brinda sus columnas a esa juventud ignorada pero valiosa que, encerrada en los limitados horizontes de provincia, lucha falta de protección y medios, para emitir las vibraciones de su fantasía

...».


En el año 1910 aparece el libro Lira Provinciana, de Manuel Monterrey. El prólogo es de Andrés González Blanco y está impreso en la tipografía de Vicente Rodríguez, en Badajoz. Tres libros más -Lo que dicen las campanas, Mármoles Líricos y Desfile de Almas- edita Ory en la imprenta M. Álvarez, de Cádiz.

En 1911 muere Carlos Fernández Shaw. Su cuerpo fue llevado al cementerio de Nuestra Señora de la Almudena. En la lápida de su sepultura se grabaron, cumpliendo sus deseos, los siguientes versos:


«Cuando sueño con la Muerte,
sueño también con mi tumba;
tumba de piedra, sencilla,
donde me busque la luna.
Sueño con el buen asilo
donde tendré sepultura;
sueño con su bien perenne,
sueño con su paz augusta.
Sueño con que allí, muy lejos
de mundanales injurias,
vele por mí, noche y día,
como una estatua mi Musa».

Vázquez de Soria, ya había pedido anteriormente desde Granada que se le coronase, como se hizo con Zorrilla, y que se pusiese su nombre a una calle de Cádiz. Esta iniciativa se llevó a efecto gracias a la solicitud que la tertulia «La Carabela» dirigió al Ayuntamiento. El 21 de junio de 1911, Cádiz rindió tributo a su memoria por iniciativa del presidente de la Diputación, D. Juan Vicente Portela. Se celebró una velada literario-musical en la que colaboraron las Academias Hispano-Americana y Santa Cecilia, la Asociación de Escritores y Artistas, el Ateneo y la Asociación de la Prensa. Este mismo año, aparecieron dos nuevas obras de Fernández Shaw. La primera, anterior en pocos meses a su muerte, La Patria Grande, está dividida en tres partes: Cantos Marciales, Odas Cívicas y Poemas Rústicos. El prólogo es de Teodoro Llorente. La segunda, ya póstuma, se titula Poemas del Pinar. Las dos están editadas en la Librería de los Sucesores de Hernando, Madrid. Tres años más tarde de su muerte, salieron a la luz otros dos nuevos libros: El Poema de los Besos, escrito en verso castellano por el poeta Juan de Avilés (Carlos Fernández Shaw) sobre la versión holandesa, original de Juan Segundo (1511-1536). Está impreso en la Tipografía Artística, Madrid, 1914. El alma en pena lleva como subtítulo «Poema íntimo», y está editado en «Renacimiento», Sociedad Anónima Editorial, Madrid. En el archivo de sus descendientes, se conservan ochenta y cinco obras escritas entre los años 1878 al 1911.

El 31 de enero de 1912, el Ateneo de Madrid le dedicó una velada homenaje en la que actuó la tiple María Palau y el actor Mesejo, que representaron escenas de La Revoltosa. Su hijo D. Guillermo leyó un poema dedicado a la memoria de su padre.

En este año, Eduardo de Ory funda la Editorial España y América y en ella publica su libro de poemas Hacia las Cumbres. De él entresacamos el soneto que le dedica a su tierra natal:




Cádiz


A José Reymundo


«Góndola de marfil; blanca paloma
sobre el nido de paz de sus amores;
canción de los amantes ruiseñores
cuando la luz por oriente asoma.

Deslumbrante deidad, de la que toma
el sol, al contemplarla, resplandores;
edén de la ilusión; ramo de flores
que emana suave, deleitoso aroma.

Sol de la libertad; mansión riente
que tiene, por dosel magnificante,
un cielo todo azul, todo poesía.

Idealidad mecida por los mares,
que escucha enamorada los cantares
del dulce trovador de Andalucía!».

En este mismo año nace en Algeciras el poeta José Luis Cano. En 1913 Ory funda la revista España y América, fruto de su vocación por el nuevo mundo y de su entusiasmo por las letras. En ella se insertaba un suplemento literario que primero se llamó Literatura Hispano-Americana y, posteriormente, Vida Literaria. Con el primer nombre aparecieron ciento cincuenta y ocho números y entre sus colaboradores destacan: R. Darío, M. Ugarte, Amado Nervo, E. Gómez Carrillo, Eduardo Zamacois y R. Lasso de la Vega. Vida Literaria, que nace en enero de 1927, desaparece en junio de 1936. Salieron ciento catorce números.

En 1914 tuvo la «suerte» de visitar a R. Darío cuando viajaba gravemente enfermo en un barco rumbo hacia América. En este mismo año publica Parnaso Colombiano, y dos años más tarde, Manuel Reina. Es un estudio biográfico de su amigo y admirado maestro cordobés. En 1915, el poeta Servando Camúñez, natural de San Fernando, publica un volumen de poemas titulado Versos pasados de moda, y en 1917 aparece el estudio biográfico de Ory, Rubén Darío, dedicado a la memoria del poeta nicaragüense. Este mismo año publica también Hacia las Cumbres y, en 1918, un estudio crítico sobre Amado Nervo.




ArribaAbajoLos Jueves Literarios

El 18 de noviembre de 1920 se inician en el domicilio de D. Luis A. Bas Molina unas veladas literario-musicales que alcanzaron importancia por las peculiaridades de los artistas que actuaban, aunque fuera reducida la cantidad de asistentes.

«Reuniones íntimas y casi secretas... "Los afiliados a la secta modernista" en el estrecho círculo cultural de Cádiz eran algún periodista, otros varios cónsules sudamericanos y dos empleados de Correos. Todos leían poco y escribían bastante. Muchos días venía también el viejo poeta gaditano Eduardo Ory, que tenía en el grupo cierto prestigio pontifical porque se carteaba con todos los escritores de Hispanoamérica y nos enseñaba autógrafos de Amado Nervo, Gutiérrez Nájera y Santos Chocano»11.



D. Luis A. Bas Molina era Canciller del Consulado de Cuba. Escribía, según Pemán, unos versos lujosos, libres y afrancesados, al estilo de Rubén Darío.

Entre los poetas y artistas que intervinieron destacan: D. Adolfo Quijano y Quijano, D. Eduardo de Ory, D. Enrique Miranda y Sánchez, D. Fernando Hernández Exposité, la pianista Srta. Carmen Carrillo, el actor D. Luis Espinosa, etc.

D. José María Pemán, que concurría a aquellas reuniones más dispuesto a la observación que al contagio, adoptaba una postura de escepticismo y desconfianza frente a aquellos

«cónsules americanos, que, para aliviar el aburrimiento burocrático, por cada pasaporte que firmaban se desquitaban con tres "nocturnos", libres y fáciles como la pura indeterminación».



Pero la poesía era para ellos algo más que una simple evasión de los trabajos ordinarios. La concebían como una manera singular de interpretar («vivir») la vida.

«Aquellos cónsules, empleados y periodistas, además, jugaban, como era de rigor, a "los raros". Procuraban distinguirse con algún detalle de su indumentaria; bebían alguna vez ajenjo. Uno había que era "teosofista"12y decía "misas negras" las noches de luna en el pretil de la muralla que da al castillo de San Sebastián»13.



Eduardo de Ory publica en 1921 un libro de pensamientos con el nombre de Aspectos.

El 18 de noviembre de 1922 nace en Arcos de la Frontera el poeta Julio Mariscal Montes.




ArribaAbajoOtras reuniones literarias

Edmundo van der Biest, cónsul general de Venezuela, organiza también fiestas literarias en su domicilio. Asistió de padrino al bautismo de Carlos Edmundo de Ory, hijo de D. Eduardo de Ory, y que después sería el fundador del movimiento poético llamado «postismo». La ceremonia se celebró el 11 de mayo de 1923 y la fiesta que siguió al rito litúrgico consistió en un recital poético. El padrino dedicó a su ahijado unos poemas con los que «deleitó» a todos los invitados.



   «Te haré un poema, ahijadito,
pequeñito y musical,
donde tú, todo enterito,
quepas como un pedacito
de cielo, como un lucerito
      de cristal.

   Quiero escribir mi poema
en la sonrosada yema
de tu dedo, blanca gema,
o sobre tu liga crema
       pajecillo Abril.

    Sal de mar, aroma rico
pondré en mi poema-miel,
pétalo, pluma de abanico,
todo lo alegre y lo chico,
      sonoroso cascabel.

   Porque tu gracia ligera,
cosquilla de primavera,
bulla del agua parlera
me alboroza el corazón,
avispa de oro, certera,
clavas de mi alma en la cera
       tu aguijón.

   Te haré un lindo sonajero
con oro de mi cariño,
con algo alado y ligero,
blancura suave de armiño,
dorada luz de ilusión.
Y así en tus manos de niño
sonará en tu sonajero
      mi corazón»14.

El mismo año fue dado a la publicidad por los editores V. H. Sanz Calleja el tomo De la vida sencilla, primer libro de Pemán. Las poesías que contiene son todas de dos o tres años anteriores a su publicación. Aunque el libro se agotó rápidamente, nunca ha sido reeditado como tal, si bien sus poesías sueltas y dispersas han sido numerosas veces reproducidas en revistas y antologías. A la cabeza del libro figuraba el poema «El Viático», premiado con la Flor Natural en los Juegos Florales de Sanlúcar de Barrameda (23 agosto 1922).

En 1925, Rafael Alberti obtiene el Premio Nacional de Literatura, otorgado por un jurado que integraban Antonio Machado, Menéndez Pidal y Gabriel Miró, por su libro Marinero en Tierra, editado en la Biblioteca Nueva de Madrid. Nuevas Poesías, el segundo libro de poemas de Pemán, fue publicado por la Editorial Voluntad en este mismo año.

D. Enrique Deschamps, cónsul de Santo Domingo y poeta, también solía reunirse con sus amigos periódicamente para leer y comentar los poemas que ellos mismos componían.

Estas reuniones, sin embargo, no se reducen al ámbito de los consulados hispano-americanos. También se organizan en los domicilios de los poetas locales. Amantina Cobos, poetisa y esposa del pintor Villalobos, nos relata una de ellas:

«Fue por segunda vez en casa de Ángeles Calderón -la bella hermana de la poetisa Enma- donde encontramos un lírico refugio para nuestros momentos de gratas ensoñaciones. Antes nos habíamos reunido en la morada del poeta Quijano, donde transcurrieron unas horas inolvidables. En esta última reunión literaria fue reina de la fiesta Ángeles Calderón»15.



La misma D.a Amantina al despedirse de sus «íntimos y admiradores» antes de marcharse a Sevilla, los reunió en su hogar para regalarles con unas inolvidables horas de

«exquisita espiritualidad leyéndoles varios capítulos y poesías de sus próximos e interesantes libros Sevilla en el siglo XVI y Romances Caballerescos»16.



Eran muchos los escritores que, para dar a conocer sus creaciones, se valían de la prensa diaria. Francisco Gual Espúñez, Servando Camúñez, Gitanilla del Carmelo, E. de Ory, Adolfo Quijano y Quijano, Emma Calderón y de Gálvez, M. Fernández Mayo, Federico Lafuente, Ventura Román Nieto, Francisco Javier Caballero17, José María Cabezas Fernández de Castro, José María Pemán, Faustino Díaz, Luis Muñoz Roca, Miguel Benítez de Castro, Marcela Blanco, Alfonso Moreno Espinosa, Ramón Bujones, Antonio Guzmán, Rafael de Urbano, etc. Aparecen repetidas veces con sus versos a lo largo del año 1924 en las páginas del Diario de Cádiz.

También debemos mencionar aquí a un poeta gaditano que prefirió vivir en el ambiente bohemio del Madrid de aquellos años veinte. Se trata de Antonio Rey Moliné. Se firmaba «Dorio de Gádex» y era uno de los tipos más estrafalarios de aquella época.

José Alfonso nos lo retrata así en su libro Del Madrid del Cuplé18:

«menudo, con el rostro amarillo picado de viruela».



Felipe Trigo -el d'Annunzio de Villanueva de la Serena, como lo llamaba Pedro González Blanco- lo sacó a relucir en una de sus novelas y decía que Dorio tenía el color de la leche vomitada. Dorio de Gádex, a pesar de su poético seudónimo, no pudo romper el telón de acero de aquel Madrid y se quedó en el anonimato. Le publicaron alguna poesía de vez en cuando «de puro compromiso». Llevó, como casi todos sus cofrades, una vida muy desbaratada. Su espíritu repulsivo no le impidió alternar con escritores famosos. D. Sassone lo presentó un día a Valle-Inclán en la «Cervecería Candela», sita en la Puerta del Sol.

Valle-Inclán lo integró como personaje en su obra Luces de Bohemia. Lo caracteriza así:

«Dorio de Gádex jovial como un trasgo, irónico como un ateniense, ceceoso como un cañí, mima su saludo versallesco y grotesco»19.



Y después:

«Dorio de Gádex, feo, burlesco, chepudo, abre los brazos, que son como alones sin plumas, en el claro lunero»20.






ArribaAbajoCertámenes y concursos literarios

Pero, sí queremos formarnos una imagen aproximada del ambiente literario gaditano de los años veinte, tendríamos que recordar también los diversos certámenes y concursos poéticos organizados para celebrar fiestas de las más «diferentes significaciones», tanto en la capital como en la provincia.

La Real Academia Hispano-Americana convoca un certamen para celebrar la Fiesta de la Raza. En este mismo año es premiada la colección de poemas que presentó Eduardo de Ory al concurso de higiene popular y cultura física, organizado por «La Unión Médica de Cádiz». Miguel Benítez de Castro consiguió la Flor Natural en los Juegos Florales celebrados en el mes de julio de 1924 en Chiclana, con una poesía titulada «La Molinera». El Círculo de San Fernando, con el propósito de honrar al «insigne» novelista Armando Palacio Valdés durante su permanencia en dicha población, anunció para octubre de 1924 una «Fiesta de la Poesía». Se nombró soberana de la Fiesta a la Srta. María Súnico Peralta y fue premiada con la Flor Natural una poesía titulada «Amor», original de Antonio Guzmán. El 24 de noviembre del mismo año, tuvo lugar en el Gran Teatro de Cádiz una «Fiesta Literaria Homenaje a la Mujer». Fue mantenedora la escritora «feminista» Dª. Carmen Fens de Zaracondegui. El año siguiente fue el Ayuntamiento de Sanlúcar el que organizó otros Juegos Florales.




ArribaAbajoHomenaje a literatos y artistas

Otro aspecto significativo a tener en cuenta serían los frecuentes homenajes a literatos y artistas, ocasión que aprovechaban los poetas para poner de manifiesto sus habilidades. Tendríamos que citar los almuerzos en honor del periodista Rafael Biedma, D. Eugenio Montes (este último homenaje se tuvo que aplazar por el fallecimiento de un hijo de Carlos Mª. de Vallejo), D. Ramón Ventín, los hermanos Álvarez Quintero, D. Pelayo Quintero y Ataún, D. Edmundo van der Biest, etc., etc....




ArribaAbajoLa radio

También contribuyeron en parte a crear un clima literario las emisiones poéticas que se programaron en la emisora local E.A.J. 3. Las conferencias ilustradas con recitales estuvieron a cargo del poeta D. Adolfo Quijano, quien en el período de tiempo que va desde el 29 de octubre de 1925 al 14 de marzo de 1926 dio a conocer las obras de Emilio Carrere, Ramírez Ángel, Juan Luis Cordero, Rafael Laffón, Luis Chamizo, etc.




ArribaAbajoLlegada de Carlos María de Vallejo

En el mes de julio de 1925 llegó a Cádiz un escritor que iba a desarrollar durante ocho años una actividad literaria importante como aglutinador de jóvenes poetas. Carlos María de Vallejo viene a Cádiz como cónsul del Uruguay, cargo que, hasta entonces, desempeñaba en Bremen (Alemania).

Sus primeros versos habían aparecido en el año 1907. Pero, como nos dice José María Pemán:

«Juventud dinámica, curiosa de horizontes, no cristalizó en el ambiente natal. Osciló como un péndulo entre Montevideo y Buenos Aires. Periodista intermitente, conoció a fondo el "metier" profesional, en ambas capitales del Plata. Se singularizó como poeta, perfilándose entre el grupo de su generación -hoy prestigiosa- dentro de las especulaciones del pensamiento romántico»21.



Desempeñó la dirección del diario La Prensa en Fray Bentos (Uruguay). Colaboró después en La Razón, de Montevideo, y actuó de crítico teatral en Tribuna y Crítica, de Buenos Aires.

En 1914, con el malogrado poeta Julio Raúl Nëndilaharsu y otros escritores uruguayos, fundó en Montevideo la revista Tabaré. Fue redactor de El Plata, Diario del Plata y La Noche, donde dirigió la página teatral hasta 1919 en que embarcó para Europa. Además de sus estancias en Brasil y Norteamérica, recorre Francia, Inglaterra, Bélgica, Italia, Portugal y Alemania. Estudioso apasionado de las bellas artes, había desempeñado la Secretaría de la Comisión asesora de bellas artes del Ministerio de Instrucción Pública de su país y la Subsecretaría del Museo Nacional de Montevideo. A su llegada a Cádiz ya había publicado varios libros: El alma de Don Quijote, La capa de Don Juan, Salutación a la Belleza, Castillos en el aire, El Arquero Versátil.

Si venía con una actitud inquieta de renovación continua, ofrecía como plataforma de apoyo el conocimiento detallado de los clásicos españoles Góngora, Garcilaso, Manrique, Fray Luis de León, el Marqués de Santillana, Quevedo y Bécquer. Se sentía muy próximo a los franceses Verlaine, Baudelaire y Mallarmé, además de Ronsard y Verhaeren, y entre los italianos, sus autores favoritos eran Dante, Petrarca, Boccaccio, Leopardi, Rappissardi y Carducci, sin excluir a D'Annunzio.

La intensa actividad en esta época de la Real Academia Hispano Americana, del Ateneo Gaditano, del Círculo Mercantil y de la Sociedad Artística Gaditana (Agrupación de Amigos de las Artes, de las Ciencias y de las Letras), le ofrecen la oportunidad de ponerse en contacto con los conferenciantes españoles que actúan y con los poetas y artistas locales que asisten. Eduardo de Ory, Adolfo Quijano y Quijano, Amantina Cobos, Augusto Conté Lacave, Ramón Bujones, Servando Camúñez, Federico Lafuente, Fernando Aragón Gómez, Eugenio Montes, etc., van integrando progresivamente un círculo de entusiastas y jóvenes escritores. Carlos María los anima y los invita a leer y comentar sus poemas en reuniones periódicas que organiza en su propia casa.

Pero las características de estas fiestas eran muy diferentes de las que se celebraban en el domicilio de Bas Molina. José María Pemán nos las describe así:

«Carlos María de Vallejo daba en su casa "cocktails" vanguardistas, donde los transeúntes de la tribuna del Ateneo solían dar una segunda audición privada, para la que reservaban la parte más escandalosa de su arte nuevo. Vallejo pontificaba tras el mostrador de colorines; presentaba a cada forastero con un cocktail poético, que era una cuartilla, que extraía de una coctelera y donde se contenía una semblanza descoyuntada del paciente de turno. Cuando no había visita forastera, leíamos los de casa, o conocíamos la última literatura americana y francesa». «El cenáculo de Vallejo era decididamente loco y apayasado, y no pasaba de ser para mí un aliciente de mi insaciable curiosidad»22.



D. Edmundo van der Biest falleció en Cádiz el 29 de diciembre de 1926. D. Carlos María de Vallejo, cónsul de Uruguay y «prestigioso poeta» inició un homenaje al que se unieron unánimemente todos los cónsules acreditados en Cádiz. Con el fin de perpetuar su memoria, acordaron

«esculpir una artística placa de mármol con un hermoso motivo funerario, para colocarla en su nicho»23.



Este mismo año Rafael Alberti publica La Amante. Nace en Jerez de la Frontera el poeta José Manuel Caballero Bonald.




ArribaAbajoNueva revista: «Renovación»

Al final del mes de septiembre de 1927 se lanza la noticia de la próxima aparición en Cádiz de un nuevo periódico de Arte, Ciencia y Literatura titulado «Renovación» y de una colección de libros de poesía con el mismo nombre. El prestigio de su director, D. Carlos M.a de Vallejo, hizo augurar una larga y próspera existencia de la revista, cuyas salidas serían mensuales. En el manifiesto dedicatoria, que se repartió profusamente, se exponía

«la orientación de sus propósitos».



Declara abiertamente que

«participa de las fórmulas estéticas y de las intuiciones líricas que han puesto en evidencia los módulos y las ideas dadas a conocer por las cinco escuelas procesales a la creación del vanguardismo»



y, después, manifiesta que

«se afilía al movimiento reaccionista que ha puesto en derrota las rancias pragmáticas de las sofisterías retóricas».



Pretende, incluso, iniciar un nuevo movimiento con rasgos peculiares.

«Su aportación intelectual se caracteriza con la palabra "Renovismo"».



La circunstancia geográfica de su nacimiento es interpretada también como condicionamiento positivo de su carácter progresista:

«Al amanecer en Gades, suelo fértil en el que fecundó la semilla de la libertad del pensamiento, se considera llamada a producir un viento levantino de solano, mercader de una evolución benefactora, en su viejo exponente cultural».



Sus páginas se abren generosamente para acoger sin discriminación a todos los colaboradores que acudan:

«"Renovación" ...ofrece sus columnas a todos los artistas que deseen colaborar en ellas. El conocimiento o el desconocimiento de sus nombres, no ha de influir, en absoluto, para desviar el ángulo recto de su juicio, dispuesto siempre a fijar sus nuevos valores determinativos, en el relieve del grabado o en el plomo dúctil de las linotipias mecánicas».



La nueva de la próxima aparición de la revista fue recibida con esperanza y alegría:

«Cádiz tendrá en los primeros días del mes de octubre entrante, un órgano cultural que ha de hacer honor a sus viejos prestigios. Sea pues bienvenida la revista y acepte nuestras felicitaciones su entusiasta director»24.



Este año 1927 se conmemora el centenario de Góngora. Entre los actos que se celebran destaca el que se organizó en el Ateneo Sevillano. En él estuvo presente Rafael Alberti que acababa de publicar El alba del alhelí, Santander, Libros para amigos de J. M. de Cossío. El 4 de agosto nace en El Puerto de Santa María el poeta José Luis Tejada.




ArribaActividad de Carlos María de Vallejo en el Ateneo Gaditano

La sección de Literatura del Ateneo Gaditano se creó el 8 de enero de 1928. Fueron elegidos por aclamación para los cargos de presidente y secretario los Sres. Lasso de la Vega y Vallejo,

«"Inspirados poetas", quienes se propusieron desarrollar un interesantísimo programa de conferencias y recitales»25

.


El 13 de febrero D. Nicolás González Ruiz, redactor de El Debate, pronunció una conferencia sobre Palacio Valdés. El 1 de marzo tiene lugar un recital poético a cargo de Ventura Román Nieto y Vicente Carrasco.

En el mes de diciembre es designado presidente de dicha sección de Literatura, D. Carlos María de Vallejo, y secretario D. Rafael de Urbano, y se augura una actividad intensa. Se organizó un homenaje entusiasta al poeta andaluz Salvador Rueda. Se va complicando el programa de conferencias y esto hace que en el Diario de Cádiz podamos leer:

«Hay que reconocer el impulso enorme que están dando al círculo cultural gaditano estos nobles entusiastas de D. Carlos María de Vallejo y D. Rafael de Urbano, que han llevado al Meneo aires renovadores y alentadores»26.



El 4 de abril, Gerardo Diego pronunció una conferencia sobre «Poesía actual». Analizó la obra de Unamuno, Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, Jorge Guillen, Pedro Salinas, José María Cossío, José Bergamín, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Juan Larrea... Desarrolló el concepto de poesía pura

«a propósito de determinadas afirmaciones sobre deshumanización»,



y negó

«que ésta quiera deshumanizarse»,



tal como se afirma en el libro de Ortega y Gasset La deshumanización del Arte.

Para cerrar el curso de Filosofía y Literatura se invitó a D. José Bergamín,

«agudo y elegante prosista que disertó sobre "El arte de Birlibirloque"» 27.



En 1929, Pedro Pérez Clotet publica su primer libro de poemas Signo del Alba. El tema fundamental es el paisaje luminoso de la sierra gaditana. Este año aparece A la rueda, rueda... (Cancionero), editado por la Compañía Ibero Americana de Publicaciones. La crítica contemporánea coincide en señalar dos notas características de este nuevo libro de Pemán: su sencillez y su andalucismo. También ven la luz Sobre los Ángeles, en Madrid, CIAP, y Cal y Canto en la Revista de Occidente, Madrid. Nace en Arcos el poeta A. Murciano. A finales de 1930, D. Carlos María de Vallejo se ausenta de Cádiz. Permaneció durante seis meses en Montevideo, su tierra natal. Allí pronunció numerosas conferencias sobre España. Visitó después Argentina, el Brasil y Portugal, desde donde viaja a París. Al cabo de algo más de un año aparece de nuevo en Cádiz cargado de entusiasmo, proyectos y con dos obras inéditas en «su maleta cuajada de rótulos multicolores»: Piel de Toro, un libro de viajes, que no se llegó a editar, y Los Maderos de San Juan, un glosario de rondas infantiles, romances de evocación ingenua con ilustraciones, del pintor Méndez Margarinos y el músico Cluzeau, ambos muy afamados. Comienza una nueva etapa para las Letras Gaditanas.





 
Indice