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501

Andrés Amorós, en La novela intelectual, pág. 392, recoge la lista en la que Pérez de Ayala ordenó una serie de títulos (algunos no llegaron a lograrse) con vistas a organizar El ombligo del mundo. Sólo dos de los nueve nombres que allí aparecen son los que quedaron como definitivos: Grano de Pimienta y Mil Perdones (publicada en 1922), y El profesor auxiliar; pero aún no ha fijado el título de La triste Adriana, que aparece esbozado como «Adulterio de poeta. Adriana». Si esta novela, con su título definitivo, apareció por vez primera en La Novela de Hoy, el 9 de noviembre de 1923, la lista debió de ser confeccionada con anterioridad a esta fecha.

 

502

Prólogo a Troteras cit., pág. 19.

 

503

Según nos informa Andrés Amorós en el art. cit. en nota 1. Sobre las relaciones entre los dos ciclos poemáticos son de esencial interés los trabajos de Ángeles Prado: el art. cit. «Las novelas poemáticas...» y la reciente Introducción crítica y notas a su ed. de El ombligo del mundo (Madrid, Ed. Orígenes, 1982); este último trabajo citado es un profundo y completo estudio de las cinco novelas de 1924, a las que, con acierto, se ha añadido Justicia. Personalmente, muestro mi total acuerdo con las conclusiones a las que llega la especialista en Pérez de Ayala, y las coincidencias que en estas páginas se pueden advertir con no pocas de sus apreciaciones, aunque en un nivel más modesto por mi parte, son notorias.

 

504

Á. Prado, «Las novelas poemáticas...», pág. 56. María Josefa Díez de Revenga realiza también un análisis de las cinco novelitas más Justicia en su art. «El ombligo del mundo», Monteagudo, n.º 71, Universidad de Murcia, 1980, págs. 9-18.

 

505

«Licencias poéticas. Marfiles. Abul Abas», O. C., II, páginas 555-556.

 

506

O. C., II, pág. 732.

 

507

Ibíd., pág. 733.

 

508

Íd.

 

509

La Araña, O. C., II, págs. 1088-89.

 

510

Ángeles Prado, «Las novelas poemáticas...», págs. 59-60, explica así el sentido del poema: «Valiéndose de pares de contrarios (aherrojado-errabundo, cárcel-carcelero, carne-espíritu) el poeta expresa el dualismo que caracteriza la existencia humana. El hombre aspira a un conocimiento absoluto de la realidad, pero sus limitaciones se lo impiden, y nunca lo alcanzará.»