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331

Sin embargo, según comenta Eugenio Sellés, ya en 1845 Joaquín Francisco Pacheco centró su discurso de recepción en la prensa. Al no ser costumbre publicar por esta fecha los discursos, y al no localizar ningún manuscrito entre los fondos de la Real Academia ni ninguna noticia en los periódicos del momento, no sé al respecto sino lo que él apunta: «Joaquín Francisco Pacheco, abogado de buenas causas y gran maestro en la ciencia del derecho, defendía los del periodismo, y exhortaba a esta Academia para que le reconociera beligerancia literaria», Discursos leídos ante la Real Academia Española en la recepción pública de Don Eugenio Sellés el día 2 de junio de 1895 (Tema: «Del periodismo en España»), Madrid, Imp. de la «Revista de Navegación y Comercio», 1895, p. 10.

 

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Eugenio Sellés, id.; Discursos leídos ante la Real Academia Española en la pública recepción del señor Don Isidoro Fernández Flórez el día 13 de noviembre de 1898 (Tema: «La Literatura de la Prensa»), Madrid, Est. Tip. de «El Liberal», 1898. Con respecto a este discurso comentaba Eduardo Gómez de Baquero que, por su tema y entusiasmo, producía cierta extrañeza en el marco de la Real Academia, y añadía que era uno de los discursos «más hermosos pero menos académicos» que había oído (La España Moderna, t. 79 [julio 1895], p. 123).

 

333

Discurso cit., pp. 9 y 10. En todas las citas modernizo la acentuación.

 

334

Discurso cit., p. 33.

 

335

Hay que tener muy en cuenta la fecha del discurso, 1898, para entender el valor y el alcance que tienen afirmaciones como ésta. El discurso de «Fernanflor», que gravita en torno al desastre. intenta salvar la responsabilidad del medio. Dice: «Malos días son estos para los diarios y los redactores de ellos. En la bancarrota universal aparecen, más que otro alguno, responsables. Su culpa fue, sin embargo, la de todos [...]». A continuación, destaca el poder de la lengua común entre españoles e hispanoamericanos en la lucha con el yankee, para terminar con un alegato regeneracionista en el que la Real Academia se convierte en el ejército sucesor de las tropas derrotadas en América.

 

336

Ob. cit., p. 10.

 

337

Ob. cit., p. 11.

 

338

Contestación al discurso de I. Fernández Flórez, cit., pp. 39 y 41. También en J. Valera, Obras completas, Madrid, Aguilar, 19472, t. 3, pp. 1. 179-1.186.

 

339

Argumenta Valera: «No falta quien imagine y crea que esto de escribir con estilo conciso y ligero es invención novísima, y que los antiguos, como gozaban de más vagar y reposo y no tenían en su vivir la agitación de la época presente, pecaban de difusos y hasta de pesados. Yo, sin embargo, no veo a las claras cuándo empezó a caer en desuso el escribir largo y tendido y a ponerse de moda la decantada ligereza de que se nos presenta como cumplido dechado el estilo francés», pp. 51-52. Aporta citas y testimonios en las páginas siguientes.

 

340

Ob. cit., p. 58.