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Abajo

Depositaria infiel

Gladys Carmagnola



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  —[6]→     —7→  

A mis padres
y a Carlucho,
cuyas manos se tenderán por sobre el río
o entre los resplandores de la hoguera.

A Julio,
Cecilia
y Alejandro,
mediante quienes las mariposas van y vienen
llenando de colores este día de regalo

y a todos aquéllos
para quienes cabe en este pequeño corazón
todo el amor del mundo.

  —[8]→     —9→  

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  —[10]→     —11→  

ArribaAbajoPrólogo

¿Por qué hoy y acá este reclamo a los poetas y por qué justamente estas poesías como respuesta?

Una contestación simple y directa es el antiguo susurro de Hölderlin: lo que queda lo fundan los poetas.

Una respuesta compleja, que sepa de múltiples senderos, exige un diálogo con las oscuridades de nuestra época, con la nostalgia de resplandores ya apagados, y con el reclamo insistente de nuevas epifanías para la misteriosa e incesante faena de existir.

Todo, o parte de esto, es lo que a su manera fundan los poetas, y, en nuestro caso, lo que la autora nos propone a nosotros, sus contemporáneos.

El privilegio de hacerle preguntas pertenecerá entonces, a quienes comprendan la donación y fundación que conforman sus respuestas.

Lorenzo N. Livieres Banks
Presidente
Instituto Cultural Paraguayo-Alemán



  —[12]→     —13→  

The soul selects her own society,
then shuts the door;
to her divine majority
obtrude no more.


Emily Dickinson                



... poéticamente habita
el hombre sobre esta tierra.


Hölderlin (Traducción de Ruth Fischer de Walker)                






  —[14]→     —15→  


ArribaAbajoCon algo más que polvo entre las manos


AbajoIntentaba llegar
con algo más que polvo entre las manos
pero esta vida me tendió una trampa
y me lanzó hasta el fondo del barranco.

De allí emergen mis uñas  5
arrastrando mis huesos lacerados.
De allí brota mi voz
creciendo de entre golpes y arañazos.
Y desde allí mis ojos y mis pies
hallarán un atajo  10
que me lleve al lugar
donde la vida y yo de frente discutamos
-de igual a igual-
las cláusulas leoninas del contrato.

Espérame. Quizá me veas llegar  15
con algo más que polvo entre las manos.

  —16→  


ArribaAbajoSólo palabra


ArribaAbajo Dame la mano y vamos hasta el río.
Ayúdame a encontrar aguas profundas
donde mi antigua piel
se despoje de penas y de culpas;
donde pueda arrojar cada vestido  5
superfluo que me cubra
para olvidarlo allí: que la comente
me deshaga de miedos y ataduras,
los arrastre
o los pudra.  10
Podré emerger al fin, hecha sólo palabra
liberada, desnuda,
sin siquiera este rostro que me han dado
como máscara absurda.

  —17→  


ArribaAbajoCanción


ArribaAbajoUna canción con bello nombre antiguo
me brota sin querer del corazón.
Pasa el agua del río. Entre sus ondas
va el pétalo marchito de una flor
y desde algún peñasco en la ribera  5
a sus notas añado algunas yo.
Sigue el agua del río.
Lleva al justo destino aquel dolor.
Y mi recién nacido se agiganta
dejando oír su voz:  10
empecinado, aquí quiere quedarse
convertido en purísima canción.

Sí. Nuevamente accedo.
¿Por qué decirle no
si puede esta palabra estremecida,  15
directa descendiente del amor,
—18→
crecer, multiplicarse,
y arrastrarme consigo en la misión?

  —19→  


ArribaAbajoAsí de simple


ArribaAbajo De pronto es muy sencillo
hablarte, simplemente,
de las minucias cotidianas
que me suceden.

Es como deslizarme sin temores,  5
abandonada al fin a la corriente,
segura de amarrar en la otra orilla
a algún peñasco el ansia que me lleve.
Así de simple se me ha vuelto el viaje.
Así de simple. Pues sencillamente  10
así es la vida cuando la aceptamos
como a la herida que de tan antigua
ya no duele.

  —20→  


ArribaAbajoDiálogo


ArribaAbajoAmo en verdad este país llamado Tierra.
Anhelo ser el mar que en olas plenas,
con su abrazo de suaves, blancas ondas, lo rodea.
Hasta la última roca en la ribera
se deshará en burbujas, cuando me sienta,  5
y tal será la fuerza
de mis ansias amarradas a ella,
que en su ir y venir, estas ondas inquietas
encontrarán al fin la suave entraña blanda
de la tierra.

Y allí ha de ser: donde la arena,  10
el cielo, el mar, el sol, se vuelven casi una
misma esencia,
el sitio donde esta vida irremediablemente
pasajera
un sueño largamente amado y nunca hallado
duerma.
—21→
¿Has de ser necesariamente mar?
Somos país mediterráneo. ¿Lo recuerdas?  15

  —22→  


ArribaAbajoTraición


ArribaAbajoOh mi país, de pulpa estremecida:
te hemos dañado a muerte el corazón.
Y te resta lugar para otra herida
de frente
o a traición.  5
Sabes por experiencia
-en carne viva-
que es aún más traidor
quien te ultraja o mutila
en nombre del amor.  10

Te dejo entonces sólo la caricia
de una flor
y la música antigua
de mi voz.

Ya no soporto herirme  15
al menos hoy.

  —23→  


ArribaAbajoAmo la lluvia


ArribaAbajo Amo la lluvia mansa o torrencial
que me arrastra muy hondo en mí, muy lejos.

Amo la lluvia:

su olor de vida pura, su eficacia,
su ubicuo afán, su itinerario inmenso;  5
esa manera suya tan sencilla
de germinar o malograr anhelos.

Amo la lluvia.
Y antes de Chernobil nunca jamás pensé
tenerle miedo.

Claro.  10
Podría indefinidamente
continuar con falaces argumentos,
—24→
pero mejor confieso que en verdad no sé por qué
así la quiero.

Amo la lluvia.

Lo sé: tú ya no estás  15
sino de vez en cuando en un recuerdo,
o en un presagio
de libertad -aquel antiguo, irremediable sueño-.

  —25→  


ArribaAbajoLejos


ArribaAbajoHay veces
cuando todo resulta inalcanzable.

Las pobres manos caen, entonces, tristes.
No pueden asir la luz.
No pueden.  5
Y los nudillos sangran, como antes.

¿Estoy así de lejos
que no logro alcanzarme?
¿Por qué parece hoy
demasiado tarde?  10
¿Dónde está esa lejana plenitud
que existe -yo lo sé- en alguna parte?

  —26→  


ArribaAbajoLugar


ArribaAbajo El camino, largo.
La noche
larga también, y negra, interminable.
¿Alguno sabe dónde está el lugar?

Detrás las rocas.  5
Delante el foso oscuro que saltar.
Alrededor,
espesa y acre, antigua oscuridad.

Tú y yo
vamos andando solos  10
buscando otras laderas
donde nos dejen
¿tal vez amar?
Quizá.
—27→
Tú y yo vamos solos.  15
Mejor será admitirlo: siempre solos.

Llegaremos un día
quizás en otra piel a algún lugar.

  —28→  


ArribaAbajoEn nombre del amor


ArribaAbajo En nombre del amor,
del que abusamos tanto, impunemente,
huyo de mis claudicaciones,
arropo el incansable oficio de quererte
y me adentro hasta el sitio  5
detrás de algún recodo de la muerte
para buscar empecinadamente en mí
un extremo del hilo de mi suerte.

En nombre del amor
observo, indago, pido. Inútilmente.  10
(¡De qué modo mancillan ciertos labios
cuando, necios, pretenden
dar forma entre sus sílabas
a un misterio tenaz que no comprenden!)

Con la fugacidad de la palabra  15
del cáliz bienhechor retorno siempre
—29→
aunque más desgajada, más completa,
pues ya no exijo lo que nadie puede.

  —30→  


ArribaAbajoEntonces


ArribaAbajoAquel atardecer
se desbocó mi corazón
y la otra que soy
se me olvidó completamente loca.

Fue entonces cuando al fin pude gritar  5
porque todos supieran que llevaba
tu beso, tibio aún,
sobre la boca.

  —31→  


ArribaAbajoVestigios


ArribaAbajoQuizá nadie lo sepa
aunque en esta memoria guarde lo ocurrido.
Tal vez no sea todo
más que algún intrincado laberinto
que va a ninguna parte  5
como resultan ser a veces los laberintos.

Abro de par en par mis puertas y ventanas
a este julio desmesuradamente frío:
que el viento sur caliente las paredes
y hable por nosotros lo no dicho.  10
Mañana el cuadro sepia en la pared
me dejará en el polvo sus vestigios.

  —32→  


ArribaAbajoSin permiso


ArribaAbajoHa llegado el invierno.
Irrumpió en los rincones sin permiso.
Intentó acurrucarse entre mis sábanas,
arrebatarme mantas y vestidos
dejándome calada hasta los tuétanos,  5
sin nada de lo mío.

¡Más respeto, por Dios! ¡Apártate!
Deja mis huesos que te están prohibidos.
Devuélveme mis cosas. Márchate.
Prometo perdonarte como si nada de esto
hubiera sucedido.
 10

  —33→  


ArribaAbajoDesde el puente


ArribaAbajo Mejor no hacer alarde
de un coraje tan fatuo como ausente
no sólo ahora de mi corazón
(defecto que amamanto desde siempre,
inveterada imperfección  5
que logro sacudirme raras veces,
confundida en los poros de la piel
de antigua, pertinaz sobreviviente):

otra vez el temor, que ganó en mí
su más seguro albergue,  10
agazapado aquí en mis ojos
contempla la otra orilla, desde el puente.

  —34→  


ArribaAbajoVergüenza


ArribaAbajoEs cierto.
Me oculto avergonzada a veces.
Y guardo para mí esta admiración
por unas bellas mandarinas verdes,
por el viento y el agua o un peñasco  5
que a pesar de nosotros permanecen.
No sea que cunda por ahí la voz
y alguien se entere
de que el viejo temor ha renacido
en mí súbitamente:  10
que otra vez soy esa mujer tan triste
que abandona la vida de repente
deseando que al regreso
estén aquí aguardando algunos
pocos pájaros silvestres.

  —35→  


ArribaAbajoRitual


ArribaAbajo¿Alguien ha dicho acaso que estuviera
prohibido ser feliz?
Perdón; no lo recuerdo
o no lo comprendí.

Con más de media legua transitada  5
por los cañaverales del vivir,
ya sé del sitio justo donde crece
la exacta caña dulce para mí.
(Casi seguro es la sencilla clave
de este ritual de ser, estar o parecer feliz,  10
la melodía de los cañaverales.
La caña dulce siempre estaba allí
verdeando en el lucero, en la laguna
que parecía nunca tener fin...
¿Qué alquimia ha germinado la semilla  15
en algún metafórico jardín
—36→
y ha impedido secarse a la laguna
sólo dentro de mí?)

¿Dónde estás, caña dulce que insaciable
pidió esta boca entonces infantil?  20

Nadie jamás me ha dicho que estuviera
prohibido ser feliz.
Si alguien se atreve, que no sea aquí.

  —37→  


ArribaAbajoUn día florecerá la enredadera


ArribaAbajo Cuando se desmorone este ritual
florecerá por fin la enredadera.
Pétalos amarillos vestirán
la piel, el corazón de la madera.
Y allí estarán  5
con toda la verdad de su belleza
sencillamente porque su lugar
es allí mismo, donde se los vea.

Cuando se desmorone este ritual...
¡Un momentito, por favor; espera!  10
¿Cuando se desmorone este ritual?
Habrán mudado todas las estrellas.

  —38→  


ArribaAbajoAroma de guayaba


ArribaAbajo Un levísimo aroma de guayaba
tímidamente entró por mi ventana.

Déjame descansar. Vuelve mañana.
Pero allí se quedó que daba lástima.

Desde entonces me tiene  5
desesperada:
ya inundó su perfume
toda la casa.

¿Cómo no dar albergue
a una guayaba?  10
Si ha traído consigo
toda mi infancia.

  —39→  


ArribaAbajoManchas


(Diálogo de transición)


ArribaAbajo -¿Quién anda canturreando
poemas al amor, a la guayaba,
si ya se suponía nadie ignora
que un poema no sirve para nada;
que es preciso encontrar la justa clave  5
para llenar al menos la cuchara?
Eso, no lo consigue una canción
ni un persistente coro de cigarras.
No. No es precisamente andando por ahí
en minucias carentes de importancia  10
como se exigen paz, justicia, pan
y democracia.

-Discúlpame. Prefiero una canción
aunque se agolpe sangre en la garganta.
Permíteme:  15
Yo misma limpiaré las manchas.

  —[40]→     —41→  

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  —[42]→     —43→  


ArribaAbajoParáfrasis


A Oli, Neiny y Charly





I

ArribaAbajoQuiero contarte cómo fue. De veras:
cuando tenía el corazón
como una flor recién abierta ante la vida.


II

ArribaAbajoEra diciembre aquí;
y un poco más allá, después del río,  5
ardía el verano, turbio, polvoriento,
en ceibos, algarrobos y espinillos.

Once años viví seguramente
por la certeza. Por la certeza de que
nos queríamos.
—44→
Quizá por eso la orfandad llegó  10
-aquélla que hasta ahora no he asumido-
la que no osó venir cuando el incendio
desmoronó las vigas de la casa donde
los dos nacimos
y aplastó cuatro raíces
mientras mis ojos contemplaban desde
el cerco vecino
 15
cómo puede la infancia volverse de pronto
cenizas
si los huesos apenas han crecido.
En vísperas de Navidad supe que nos separaríamos.


III

¿Son salobres las lágrimas así?
Pesan en las pupilas.  20
Y la angustia le añade sus garras al miedo
-horrenda ave negra de rapiña-.
—45→

(Después
él
-pantalones largos-  25
y largo, interminable, el río.
Y aún más largo y tenebroso el día.)

Durante cuatro años el «Monseñor Lasagna»
con sus puertas abiertas sólo a medias a las visitas.

(Lentes, papel de arroz, o ediciones en rústica.)  30

Lanchas, canoas, camalotes, miedo;
calle Colón, la casa de una tía;
(Padrino -Raúl Bertón-:
tú nos querías)
y un pan dulce especial con el abuelo  35
porque «obras son amores»; ¿lo sabías?

Aprendí a crecer sola
acurrucando el miedo en mis orillas.
—46→
Y
-sé que suena algo extraño-  40
sigo aprendiendo poco a poco, todavía.


IV

Fue desde 1950.


V

Un día lo vi en su pieza, en una casa
para siempre distinta:
entre cuatro paredes inauguraba cálculos y cifras  45
(él
conocedor de lunas e intemperies
-más de una vez contempló el lucero por mí,
por culpa mía-).

Y allí lo comprendí:
En realidad no importa que la vida  50
nos arrastre en su afán
—47→
-que no logra borrar esta hermosa costumbre
   de querer a mi hermano
      como antes lo quería-.


VI

Lamento aún su rol de espadachín:  55
tal vez su bella dama no lo merecía.
Un día, en algún lugar, por los valles de Dios,
quizá me atreva a pedirle perdón por haber sido
      depositaria infiel de sus revistas.

  —48→  


ArribaAbajoEn alguna remota madrugada


ArribaAbajo Él estará dormido
en alguna remota madrugada.

Crecen también allí los alelíes
como aromada piel de la muralla.
Aunque no hay mandarinos  5
y es una lástima
que aquí no crezcan lirios como aquéllos
que le gustaban.

Él estará dormido.
Y es una lástima  10
que se marchara así, tan de repente,
que no llegué a decirle cuánto lo amaba.
Que no sabrá ya nunca lo que no dije:
que me hace falta.

  —49→  


ArribaAbajoRefugio


ArribaAbajoTodo el amor del mundo
alberga un corazón humano diminuto.

¿Hay sitio donde cante un ruiseñor
a lo lejos, en un ramaje oscuro
perdido allá, en el paisaje gris  5
que va desdibujándose al crepúsculo?
¿Hay sitio donde alguna alondra cante?
No alcanzan mis oídos ni un murmullo,
y es como si de pronto el universo
fuera un inmenso campanario mudo,  10
sin campana, sin voces,
sin arrullos.

Cabe en este pequeño corazón
todo el amor del mundo.
Y es sin embargo tarde para hablar de amor.  15
—50→
Me han quedado vocablos inconclusos,
incrustados aquí, de cualquier modo,
pidiéndole, a este mezquino corazón, refugio.

¿Escuchas la canción -alondra o ruiseñor-
desde el ramaje oscuro?  20

  —51→  


ArribaAbajoPara qué


ArribaAbajo Vengo de allá,
de la penumbra gris de la nostalgia;
desde el silencio
que me oculta entre sombras la mañana.

Para qué, me pregunto,  5
si ni mis manos ni mi voz te alcanzan.
Para qué, si te has ido como un pájaro
que llevara escondido entre las alas
todo el amor del mundo
-casi nada-.  10
Para qué
este dolor así, esta nostalgia.

Quizá para que entiendas que he dejado
de par en par abiertas las ventanas
por si al tornar del vuelo, de algún modo,  15
allí poses tus alas.

  —52→  


ArribaAbajoComo el río


ArribaAbajo En mis sueños,
cantos profundos y largos.
Cantos profundos y largos
como el río que se escapa
del valle casi olvidado  5
de la infancia
y está en mí
sin apenas decir nada.
Diciéndome casi nada.
¿Casi nada?  10

Tu recuerdo
de los sueños se me escapa
-río sonoro y profundo
de mi infancia-
tu recuerdo que aprisionado  15
como si ya no quedara
sino eso
—53→
de lo que fue tu mirada,
como si ya no existieran
tus pisadas  20
en los rincones profundos
de la casa.

Cantos profundos y largos.
Y el río que se me escapa
como se me va la vida  25
toda lágrimas.

Cómo se me va la vida
con el río de la infancia.

  —54→  


ArribaAbajoCuando tú estabas


ArribaAbajo Caen y caen las hojas
como si nada.
Todavía se siente
por las mañanas
un leve aroma tibio  5
¿jazmín? ¿guayaba?
No. No lo sé muy bien.
Sólo que permanece, que nunca acaba
como perdura -y duele-
esta pena tan larga, tan honda y larga,  10
desconocida
cuando tú estabas.

  —55→  


ArribaAbajoDesde las sombras


ArribaAbajo Para decirte la verdad, te juro
que sólo puedo aquí, desde las sombras,
donde a veces consigo cultivar
alguna que otra solitaria rosa
-de las llamadas rosas sin espinas-  5
hermosa, perfumada, eterna rosa,
como la que hoy pretendo
de una tierna semilla ver que brota
para que tú la mires y compruebes
la fecunda riqueza de las sombras.  10
Yo la aprendí
-lo sabes- de tu boca.

  —[56]→     —57→  

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  —[58]→     —59→  


ArribaAbajoCulpable


ArribaAbajoMe siento triste esta tarde
-cuestión de poca importancia-
por no albergar en las venas
la belleza de la tarde tibia y clara.

Infinita mansedumbre de la tarde.  5
Suave el viento, y sus ondas en las ramas
como maternales olas
me acarician (o amortajan)
para impedir la tristeza
que de pronto me amordaza  10
mientras se me escurre el canto
hecho diminuta lágrima.

Tal belleza, tal belleza
se ha filtrado entre mis ansias,
que sólo ella es culpable  15
de mi tristeza y mis lágrimas.

  —60→  


ArribaAbajoBorrador de testamento


ArribaAbajo ¿Unas flores? ¿Tal vez música?
Oraciones y poemas
y cuatro seguras vueltas de cadena
cuando muera.

Que me hagan caja delgada  5
para que allí se me acorte toda espera,
para que dance la vida
sobre la mirada abierta.

(A quien aquí, más que hija,
es mi dueña,  10
le dejo cuanto fue mío:
un poco de tibia sangre verdadera,
poemas y más poemas.
Ella dispondrá de todo como quiera.
—61→
A quien me amó más que nadie  15
-que no es motivo cualquiera-
mi gratitud por sus brazos,
su tolerancia, su amor y su prudencia).

(A nadie más dejo nada
porque ya nada me resta.  20
Aunque, busca, hermano, aquí:
y llévate alguna letra.)

Por favor, que no haya lágrimas
-salvo que sean unas pocas bien auténticas-.
Nunca hay que gastarlas todas  25
por si acaso aparecen otras penas.

Que me hagan caja delgada:
no molestarán mi faz los gusanos de la arena.
¿No veré ya con mis ojos cañaverales y siembras?
¿ni escucharán mis oídos las tormentas?  30

Pero quizá alguna noche hermosa de primavera
quieran mis ojos mirarse... en las estrellas?
—62→
O anhele mi voz vestirse
de una sílaba siquiera.

Átame  35
con cuatro seguras vueltas de cadena.

  —63→  


ArribaAbajoSólo cuenta el amor


ArribaAbajo Disculpa que no traiga a nuestra cita
sino poquito más que duelos y quebrantos.
Al emprender mi viaje
los augures sabihondos me entregaron
boleto sin retorno  5
a un país que no existe en ningún lado.
Neófita en casi todo,
supuse placentera la aventura y conveniente el trato.
Naturalmente, acepté partir
sin siquiera mirar mi itinerario.  10

Se me extravió entre un libro de poemas
mi único, verdadero calendario,
mientras a pleno sol todos los duendes
fueron ante mis ojos, inmolados.
Intenté reservarte  15
los más jugosos frutos del verano
—64→
-que dejaron apenas
un moho verdigrís en el canasto-.

Hace ya tanto tiempo.
Sin embargo...  20
Acudo a nuestra cita
con solamente polvo entre las manos.
Aquí me tienes hoy
andando todavía, paso a paso.
Sólo cuenta el amor. Recuérdalo.  25
No he podido evitarlo.

  —65→  


ArribaAbajoMariposas


ArribaAbajoDe un modo u otro aposentó el amor
algunas mariposas en mi patio.
Crujen las hojas secas, las ramitas
bajo mis pasos.

Allí las mariposas  5
-alguien tal vez las haya apalabrado-
van y vienen, llenando de colores
este día de regalo.

Súbitamente debo despertar
¿qué habrá pasado?  10

  —66→  


ArribaAbajoFracaso


ArribaAbajoHe querido escribir un poema de amor
que dijera te amo, sinceramente.

Tantas palabras, tantas oraciones,
sin poder elegir ni detenerme
a ver si aún estás  5
aguardando mi voz entre la gente.
Ignoro si comprendes la verdad
o te has marchado solo para siempre.

  —67→  


ArribaAbajoDesprevenida


ArribaAbajoY bien:
Henos aquí de pronto en el silencio
que corta el aire como daga antigua.
Henos aquí de pronto en el silencio.
Y yo, inexperta otra vez. Desprevenida.  5

Pero ya nunca más
depositaria infiel de la palabra
que me entregó la vida.
Ya nunca más
depositaria infiel de la poesía.  10

  —[68]→     —69→  


ArribaA Emily


en memoria de Carlucho




I'm Nobody. Who are you?
Are you Nobody too?

Emily Dickinson                



Arriba Quiero aspirar al alba los jazmines
que un día me negará la primavera
cuando ebria de luz llegue a la cita  5
y sean tus manos las que se me tiendan
por sobre el río
o entre los resplandores de la hoguera
para darme cobijo en un rincón
de una olvidada estrella  10
a cuya luz compruebe que he llevado
fatales quemaduras en las venas
y he debido marchar casi desnuda
olvidándolo todo en la ribera
—70→
donde abordé ya en marcha el último carruaje  15
al terminar la fiesta.

Quiero aspirar al alba los jazmines
de las mañanas plenas.

Ya llegarán
bellas desmemoriadas primaveras  20
que ignorarán mi breve nombre Nadie
si por azar lo balbuceó una piedra.

30 de julio de 1992





  —71→  

Acta del Jurado para el
Premio de Poesía
Instituto Cultural Paraguayo-Alemán
1992

  —[72]→     —73→  

De acuerdo con las bases del CONCURSO DE POESÍA 1992 convocado por el Instituto Cultural Paraguayo-Alemán, el jurado, integrado por RAQUEL SAGUIER, VÍCTOR R. CASARTELLI, OSVALDO GONZÁLEZ REAL, JOSÉ ANTONIO BILBAO y JACOBO A. RAUSKIN, se reúne y resuelve por unanimidad cuanto sigue:

PRIMERO: Premiar al libro DEPOSITARIA INFIEL de GLADYS CARMAGNOLA. Esta obra manifiesta, en un amplio registro temático, un pleno dominio del arte literario. La autora maneja, con gracia, una delicada ironía que desnuda las flaquezas mismas de la poesía a la vez que ofrece una cabal comprensión de los límites y de la naturaleza de su canto.

SEGUNDO: Dar, sin orden de prelación, menciones honoríficas a PORQUE TENGA NOMBRE LO QUERIDO de MODESTO ESCOBAR AQUINO, BREVIARIO DE UN AMOR DE TEATRO de MIGUEL A. CABALLERO M. y COSMOVISIONES de LILIANA CAPIEL.

Asunción, 18 de setiembre de 1.992

Firmas: Raquel Saguier, Víctor R. Casartelli, Osvaldo González Real, José Antonio Bilbao, Jacobo A. Rauskin.

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