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1.       En este punto, tanto la pregunta del señor Sánchez Mazas como la singular respuesta del señor Prieto, resultan por demás oscuras. Parece que la revolución liberal, en su lado político, es parte misma del socialismo democrático. En el aspecto económico se contraponen totalmente. Si se refieren a la Revolución Democrática es distinto, pero tampoco estará implícita en la revolución socialista. En todo caso, aquella significa una etapa que es necesario cubrir para llegar a ésta. Al menos, según la teoría que, hablando de revolución socialista y no de reforma y reconstrucción de España, al modo liberal, que contar forzosamente.

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2.       «Para celebrar el vigésimo aniversario de la muerte de Machado...» fuimos en peregrinación a la mísera casa donde vivió en Segovia. A pesar de que los periódicos no publicaron una palabra y de que la convocatoria no circuló -ni siquiera lo bastante para recabar todas las firmas que hubiera debido llevar-, éramos más de 600 -contando, claro está, los treinta policías o más que fueron de Madrid, empezando por el jefe de la brigada social. Como no permitieron hablar del balcón a la calle, lo hicieron en un patio interior que descubrimos. Bueno, hablar apenas hablaron: sólo dos palabras de Ridruejo, cuatro de Laín Entralgo y otras pocas de Aranguren. Y lectura de algunos poemas de Machado. Pero la cosa tuvo emoción, por lo mismo que fue tan contenida y casi silenciosa. Y el martes de esta semana hubo otro acto en la Universidad que, estuvo mejor aún, porque cuando llegamos nos encontramos con que lo habían suspendido -porque se rajaron M. Pidal y Marañón, o por miedo del decano-; pero unas cuantas mujeres arrancaron el papel en que se anunciaba la suspensión, abrieron las puertas del Paraninfo, entramos en él pacíficamente más de mil personas, nos sentamos y, ante tal decisión, el decano se creyó obligado a celebrar el acto, y así lo dijo, y así lo hizo. Hablaron Montero Díaz, Luis Felipe Vivanco, Ángela Figuera, Pepe Hierro, Celaya -que recibió la ovación del siglo- y, además de varios poemas de Machado, un estudiante leyó unas cuartillas que mandó Marañón. Las leyó, pero no los oyó nadie, porque le armamos a don Prologorio un pateo monumental. Por no haber ido -como tampoco fue a Segovia, después de encabezar la invitación. Si hubiera ido, probablemente le hubieran aplaudido casi con la misma furia con que le pateamos. ¡Es mucho jugar a dos paños mucha vaselina bórica, mucho proclamarse liberal y, al mismo tiempo, justificar las dictaduras! -contradicción que le oí con mis propios oídos, en una conferencia.

(De un informe llegado de Madrid fechado el 7 de marzo).      

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3.       Vital para los como Cataluña tienen conciencia de ello y para los que han perdido esa conciencia, porque una de las causas capitales -sino es que la causa matriz- de la decadencia de España, ha sido el centralismo, absorbente y anquilosante a un tiempo.

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