Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
Indice
Abajo

Diálogos

Bartolomé Hidalgo





  —111→  

ArribaAbajoDiálogo patriótico interesante entre Jacinto Chano, capataz de una estancia en las Islas del Tordillo, y el gaucho de la guardia del Monte

 

Se supone recién llegado a la guardia del Monte el capataz CHANO, y en casa del paisano RAMÓN CONTRERAS (que es el gaucho de la guardia).

 

CONTRERAS

    ¡Con que amigo! ¿diaonde diablos
Sale? Meta el redomón,
Desensille, votoalante...
¡Ah pingo que da calor!

CHANO

    De las islas del Tordillo  5
Salí en este mancarrón;
¡Pero si es trabuco. Cristo!
¿Cómo está señó Ramón?

CONTRERAS

    Lindamente, a su servicio...
¿Y se vino del tirón?  10
—112→

CHANO

    Sí, amigo; estaba de balde,
y le dije a Salvador:
andá traéme el azulejo,
apretamelé el cinchón
porque voy a platicar  15
con el paisano Ramón.
Y ya también salí al tranco,
y cuanto se puso el sol
cogí el camino y me vine;
cuando en esto se asustó  20
el animal, porque el poncho
las verijas le tocó...
¡Qué sosegarse este diablo!
A bellaquear se agachó
y conmigo a unos zanjones  25
caliente se enderezó.
Viendomé medio atrasado
puse el corazón en Dios
y en la viuda, y me tendí;
y tan lindo atropelló  30
este bruto, que las zanjas
como quiera las salvó.
¡Eh puta el pingo ligero
bien haya quien lo parió!
Por fin después de este lance  35
—113→
del todo se sosegó,
y hoy lo sobé de mañana
antes de salir el sol,
de suerte que está el caballo
parejo que da temor.  40

CONTRERAS

    ¡Ah, Chano... pero si es liendre
en cualquiera bagualón!...
Mientras se calienta el agua
y echamos un cimarrón
¿qué novedades se corren?  45

CHANO

    Novedades... que sé yo;
hay tantas que uno no acierta
a qué lado caerá el dos,
aunque le esté viendo el lomo.
Todo el pago es sabedor  50
que yo siempre por la causa
anduve al frío y calor.
Cuando la primera patria
al grito se presentó
Chano con todos sus hijos,  55
—114→
¡Ah tiempo aquel, ya pasó!
Si fue en la patria del medio
lo mismo me sucedió,
pero amigo en esta patria...
alcancemé un cimarrón.  60

CONTRERAS

    No se corte, dele guasca,
siga la conversación,
velay mate: todos saben
que Chano, el viejo cantor
a donde quiera que vaya  65
es un hombre de razón,
y que una sentencia suya
es como de Salomón.

CHANO

    Pues bajo de ese entender
emprestemé su atención,  70
y le diré cuánto siente
este pobre corazón,
que como tórtola amante
que a su consorte perdió,
y que anda de rama en rama  75
—115→
publicando su dolor;
así yo de rancho en rancho,
y de tapera en galpón
ando triste y sin reposo,
cantando con ronca voz  80
de mi patria los trabajos
de mi destino el rigor.
En diez años que llevamos
de nuestra revolución
por sacudir las cadenas  85
de Fernando el baladrón
¿qué ventaja hemos sacado?
Las diré con su perdón.
Robarnos unos a otros,
aumentar la desunión,  90
querer todos gobernar,
y de facción en facción
andar sin saber que andamos:
resultando en conclusión
que hasta el nombre de paisano  95
parece de mal sabor,
y en su lugar yo no veo
sino un eterno rencor
y una tropilla de pobres,
que metida en un rincón  100
canta al son de su miseria;
¡no es la miseria mal son!
—116→

CONTRERAS

    ¿Y no se sabe en qué diasques
este enredo consistió?
¡La pujanza en los paisanos  105
que son de mala intención!
Usté que es hombre escribido
por su madre digaló,
que aunque yo compongo cielos
y soy medio payador,  110
a usté le rindo las armas
porque sabe más que yo.

CHANO

    Desde el principio, Contreras,
esto ya se equivocó.
De todas nuestras provincias  115
se empezó a hacer distinción,
como si todas no fuesen
alumbradas por un sol;
entraron a desconfiar
unas de otras con tesón,  120
y al instante la discordia
el palenque nos ganó,
y cuanto nos descuidamos
al grito nos revolcó.
—117→
¿Porque nadie sobre nadie  125
ha de ser más superior?
El mérito es quien decide,
oiga una comparación:
quiere hacer una volteada
en la estancia del rincón  130
el amigo Sayavedra.
Pronto se corre la voz
del pago entre la gauchada;
ensillan el mancarrón
más razonable que tienen.  135
y afilando el alfajor
se vinieron a la oreja
cantando versos de amor;
llegan, voltean, trabajan;
pero amigo, del montón  140
reventó el lazo un novillo
y solito se cortó,
y atrás dél como langosta
el gauchaje se largó...
¡Que recostarlo, ni en chanza!  145
cuando en esto lo atajó
un muchacho forastero,
y a la estancia lo arrimó.
Lo llama el dueño de casa,
mira su disposición  150
y al instante lo conchaba.
—118→
Ahora pues pregunto yo:
¿el no ser de la cuadrilla
hubiera sido razón
para no premiar al mozo?  155
Pues oiga la aplicación.
La ley es una no más,
y ella da su protección
a todo el que la respeta.
El que la ley agravió  160
que la desagravie al punto:
esto es lo que manda Dios,
lo que pide la justicia
y que clama la razón;
sin preguntar si es porteño  165
el que la ley ofendió,
ni si es salteño o puntano,
ni si tiene mal color.
Ella es igual contra el crimen
y nunca hace distinción  170
de arroyos ni de lagunas
de rico ni pobretón:
para ella es lo mismo el poncho
que casaca y pantalón:
pero es platicar de balde,  175
y mientras no vea yo
que se castiga el delito
sin mirar la condición,
—119→
digo que hemos de ser libres
cuando hable mi mancarrón.  180

CONTRERAS

    Es cierto cuanto me ha dicho,
y mire que es un dolor
ver estas rivalidades,
perdiendo el tiempo mejor
sólo en disputar derechos  185
hasta que ¡no quiera Dios!
Se aproveche algún cualquiera
de todo nuestro sudor.

CHANO

    Todos disputan derechos,
pero amigo sabe Dios  190
si conocen sus deberes:
de aquí nace nuestro error,
nuestras desgracias, y penas.
Yo lo digo, sí señor,
¡Qué derechos ni qué diablos!  195
Primero es la obligación,
cada uno cumpla la suya,
y después será razón
que reclame sus derechos;
—120→
así en la revolución  200
hemos ido reculando,
disputando con tesón
el empleo y la vereda,
el rango y la adulación.
Y en cuanto a los ocho pesos...  205
¡el diablo es este Ramón!

CONTRERAS

    Lo que a mí me causa espanto
es ver que ya se acabó
tanto dinero, por Cristo;
mire que daba temor  210
¡tantísima pesería!
¡Yo no sé en qué se gastó!
Cuando el general Belgrano
(que esté gozando de Dios)
entró en Tucumán, mi hermano  215
por fortuna lo topó,
y hasta entregar el rosquete
ya no lo desamparó.
¡Pero ah contar de miserias!
¡De la misma formación  220
sacaban la soldadesca
delgada que era un dolor!
Con la ropa hecha miñangos,
—121→
y el que comía mejor
era algún trigo cocido  225
que por fortuna encontró.
los otros cual más cual menos
sufren el mismo rigor.
Si es algún buen oficial
que al fin se inutilizó,  230
da cuatrocientos mil pasos
pidiendo por conclusión
un socorro: no hay dinero.
Vuelva... todavía no...
Hasta que sus camaradas  235
le largan una camisa
unos cigarros y a Dios.
Si es la pobre y triste viuda
que a su marido perdió
y que anda en las diligencias  240
de remediar su aflicción,
lamenta su suerte ingrata
en un mísero rincón.
De composturas no hablemos:
vea lo que me pasó  245
al entrar en la ciudad
estaba el pingo flacón
y en el pantano primero
lueguito ya se enterró,
—122→
seguí adelante ¡ah barriales!  250
Si daba miedo, señor.
Anduve por todas partes
y vi un grande caserón
que llaman de las comedias,
que hace que se principió  255
muchos años, y no pasa
de un abierto corralón,
y dicen los hombres viejos
que allí un caudal se gastó.
Tal vez al hacer las cuentas  260
alguno se equivocó
y por decir cien mil pesos...
Velay otro cimarrón.
Si es en el paso del ciego
Allí Tacuara1 perdió  265
la carreta el otro día;
y él por el paso cortó
porque le habían informado
que en su gran composición
se había gastado un caudal.  270
Con que amigo no sé yo
por más que estoy cavilando
adónde está el borbollón.
—123→

CHANO

    Eso es querer saber mucho
si se hiciera una razón  275
de toda la plata y oro
que en Buenos Aires entró
desde el día memorable
de nuestra revolución,
y después de buena fe  280
se diera una relación
de los gastos que han habido,
el pescuezo apuesto yo
a que sobraba dinero,
para formar un cordón  285
desde aquí a Guasupicúa;
pero en tanto que al rigor
del hambre perece el pobre,
el soldado de valor.
El oficial de servicios,  290
y que la prostitución
se acerca a la infeliz viuda
que mira con cruel dolor
padecer a sus hijuelos,
entretanto el adulón,  295
el que de nada nos sirve
y vive en toda facción,
disfruta grande abundancia;
y como no le costó
—124→
nada el andar remediado  300
gasta más pesos que arroz.
Y amigo de esta manera,
en medio del pericón
el que tiene es D. Fulano,
y el que perdió se amoló;  305
sin que todos los servicios
que a la patria le prestó,
lo libren de una roncada
que le largue algún pintor.

CONTRERAS

    Pues yo siempre oí decir  310
que ante la ley era yo
igual a todos los hombres.

CHANO

    Mismamente, así pasó,
y en papeletas de molde
por todo se publicó;  315
pero hay sus dificultades
en cuanto a la ejecución.
Roba un gaucho unas espuelas,
o quitó algún mancarrón,
o del peso de unos medios  320
—125→
a algún paisano alivió:
lo prenden, me lo enchalecan,
y en cuanto se descuidó
le limpiaron la caracha,
y de malo y salteador  325
me lo tratan, ni a un presidio
lo mandan con calzador;
aquí la ley cumplió, es cierto,
y de esto me alegro yo,
quien tal hizo que tal pague.  330
Vamos pues a un señorón.
Tiene una casualidad.
ya se ve... se remedió...
Un descuido que a cualquiera
le sucede, sí señor.  335
Al principio mucha bulla,
embargo, causa, prisión,
van y vienen, van y vienen,
secretos, admiración,
¿qué declara? que es mentira,  340
que él es un hombre de honor.
¿Y la mosca? no se sabe,
el estado la perdió,
el preso sale a la calle
y se acaba la función,  345
¿y esto se llama igualdad?
La perra que me parió.
—126→
En fin dejemos amigo,
tan triste conversación,
pues no pierdo la esperanza  350
de ver la reformación.
paisanos de todas layas,
perdonad mi relación:
ella es hija de un deseo,
puro y de buena intención.  355
valerosos generales
de nuestra revolución,
gobierno a quien le tributo
toda mi veneración,
que en todas vuestras acciones  360
os dé su gracia el Señor,
para que enmendeis la plana
que tantos años se erró:
que brille en vuestros decretos
la justicia y la razón,  365
que el que la hizo la pague,
premio al que lo mereció,
guerra eterna a la discordia,
y entonces sí creo yo
que seremos hombres libres  370
y gozaremos el don
más precioso de la tierra:
americanos, unión,
os lo pide humildemente
—127→
un gaucho con ronca voz  375
que no espera de la patria
ni premio ni galardón,
pues desprecia las riquezas
porque no tiene ambición.
y con esto hasta otro día,  380
mande usté amigo Ramón
a quien desea servirle
con la vida y corazón.


    Esto dijo el viejo Chano
y a su pago se marchó,  385
Ramón se largó al rodeo
y el diálogo se acabó.

[1821]



  —128→     —129→  

ArribaAbajoNuevo Diálogo patriótico entre Ramón Contreras, gaucho de la guardia del Monte, y Jacinto Chano, capataz de una estancia en las Islas del Tordillo

 

RAMÓN CONTRERAS visita al capataz JACINTO CHANO.

 

CHANO

    ¿Qué dice, amigo Ramón,
qué anda haciendo por mi pago
en el zaino parejero?

CONTRERAS

    Amigo, lo ando vareando,
porque tiene que correr  5
con el cebruno de Hilario.

CHANO

    ¡Qué me cuenta! Si es así
voy a poner ocho a cuatro
a favor de este bagual.
Mire, amigo que es caballo  10
que en la rompida no más
ya se recostó al contrario.
—130→

CONTRERAS

    ¿Y cómo fue desde el día
que estuvimos platicando?

CHANO

    Con salú; pero sin yerba:  15
desensille su caballo,
tienda el apero y descanse.
tomá este pingo, Mariano,
y con el bayo amarillo
caminá y acollarálo.  20
Mire que de aquí a la guardia
¡hay un tirón temerario!

CONTRERAS

    Y con tantos aguaceros
está el camino pesado,
y malevos que da miedo  25
anda uno no más topando.
Lo bueno que yo afilé
a mi gusto el envenado,
le hice con las de domar
cuatro preguntas al zaino,  30
y en cuanto lo vi ganoso,
—131→
y que se iba alborotando
le aflojé todo y me vine,
pero siempre maliciando.
Velay yerba amigo viejo,  35
iremos cimarroneando.

CHANO

    ¿Y cómo va con la patria
que me tiene con cuidado?
Ayer unos oficiales
cayeron por lo de Pablo  40
y mientras tomaron mate,
lo asentaron, y mudaron,
leyeron unas noticias
atento del rey Fernando,
que solicita con ansia  45
por medio de diputados
ser aquí reconocido,
su constitución jurando.

CONTRERAS

    Anda el runrún hace días,
por cierto no lo engañaron:  50
los diputados vinieron,
y desde el barco mandaron
—132→
toda la papelería
a nombre del rey Fernando;
¡y venían roncadores...  55
la puta en los maturrangos!
Pero amigo nuestra junta
al grito les largó el guacho
y les mandó una respuesta
más linda que S. Bernardo...  60
¡Ah gauchos escribinistas
en el papel de un cigarro!
Viendo ellos que no embocaban,
y que los habían torneado,
alzaron los contrapesos  65
y dando vueltas al barco,
se fueron sin despedirse.
vayan con doscientos diablos.

CHANO

    Mire que es hombre muy rudo
el amigo D. Fernando:  70
lo contemplo tan inútil
según me lo he figurado,
que creo que ni silbar
sabe, como yo soy Chano.
de balde dimos la baja  75
a todos sus mandatarios,
—133→
y por nuestra libertad
y sus derechos sagrados
nos salimos campo afuera,
y al enemigo topando,  80
el poncho a medio envolver
y el alfajor en la mano,
con el corazón en Dios
y en el santo escapulario
de nuestra Virgen del Carmen,  85
haciendo cuerpo de gato;
sin reparar en las balas
ni en los fuertes cañonazos,
nos golpeamos en la boca
y ya nos entreveramos;  90
y a éste quiero a éste no quiero,
los fuimos arrinconando,
y a un grito: ¡viva la patria!
El coraje redoblamos,
y entre tiros y humareda,  95
entre reveses y tajos
empezaron a flaquear,
y tan del todo aflojaron,
que de esta gran competencia
ni memoria nos dejaron.  100
De balde en otras aiciones
les dimos contra los cardos;
y si no que le pregunten
—134→
a Posadas el mentado
cómo le fue allá en las Piedras,  105
y después allá en los barcos.
Diga Tristán... más no quiero
gastar pólvora en chimangos,
porque era Tristán más triste
que hombre pobre enamorado.  110
Muesas en la del Cerrito;
marcó flojo y sanguinario
en la aición de Chacabuco,
osorio ese hombre fortacho
allá en los Cerros de Espejo,  115
en la pendencia de Maipo,
hable Quimper y ese O’Relly
y otros muchos que ahora callo.
Todo es de balde, Contreras,
pues si conoce Fernando  120
que aunque haga rodar la taba
culos no más sigue echando,
¿no es una barbaridad
el venir ahora roncando?
Mejor es que duerma poco,  125
porque amigo sus vasallos
el nombre de libertad,
creo que les va agradando,
y como él medio se acueste,
cuanto se quede roncando,  130
—135→
ya le hicieron trus la baca,
y ya me lo capotearon.

CONTRERAS

   ¡Ah Chano, si de sabido
perdiz se hace entre las manos,
cuanto me ha dicho es ansina  135
y yo no puedo negarlo;
pero esté usté en el aquel
que ellos andan cabuleando
a ver si nos desunimos
del todo, y en este caso  140
arrancamos lo que es nuestro
y hasta el chiripá limpiarnos.

CHANO

    ¡No toque amigo ese punto
porque me llevan los diablos!
¿Quién nos mojaría la oreja  145
si uniéramos nuestros brazos?
No digo un rey tan lulingo;
mas ni todos los tiranos
juntos, con más soldadesca
que hay yeguada en nuestros campos  150
nos habían de hacer roncha;
—136→
pero amigo, es el trabajo
que nuestras desavenencias
nos tienen medio atrasados.
¡Ah sangre, amigo, preciosa  155
tanta que se ha derramado!
¿No es un dolor ver, Contreras,
que ya los americanos
vivimos en guerra eterna,
y que al enemigo dando  160
ratos alegres y buenos
los tengamos bien amargos?
Pero yo espero desta hecha
saludar al sol de mayo,
en días más lisonjeros  165
unido con mis hermanos.
Y así no hay que recular,
que ya San Martín el bravo
está en las puertas de Lima
con puros mozos amargos,  170
soldadesca corajuda,
y sigún me han informado
en Lima hay tanto patriota
que Pezuela anda orejeando,
y en logrando su redota  175
ha de cambiar nuestro Estado,
pues renace el patriotismo
en el más infeliz rancho.
—137→

CONTRERAS

    Sí, Señor, dejuramente.
¡Ah momento suspirado!  180
Y en cuanto esto se concluya
al grito nos descolgamos
con latón y garabina,
a suplicarle a un tapado
que largue no más lo ajeno,  185
por que es terrible pecado
contra el gusto de su dueño
usar lo que no se ha dado;
y en concencia yo no quiero
(porque soy muy buen cristiano)  190
que ninguno se condene
por hecho tan temerario.

CHANO

    ¡Eso sí, Ramón Contreras!
¿Se acuerda del fandangazo
que vimos en lo de Andújar  195
cuando el general Belgrano
hizo sonar los cueritos
en Salta a los maturrangos?
Por cierto que en esta aición
(sin intención de dañarnos)  200
—138→
hizo un barro el general
que aun hoy lo estamos pagando.
El quiso ser generoso
y presto miró su engaño,
cuando hizo armas en su contra  205
el juramentado Castro,
que quebrantando su voto
manchó su honor y su grado.
Estas generosidades
muy lejos nos han tirado,  210
porque el tirano presume
que un proceder tan bizarro
sólo es falta de justicia;
pero esto ya se ha pasado,
y no será malo amigo  215
si por fin escarmentamos.
por ahora saque el cuchillo,
despachemos este asado
y sestearemos después,
para ir a lo del Pelado  220
a ver si entre su manada
está, amigo, mi picazo,
que hace días que este bruto
de las mansas se ha apartado.


    Comieron con gran quietud,  225
y después de haber sesteado
—139→
ensillaron medio flojo,
y se salieron al tranco
al rancho de Andrés Bordón,
alias el indio pelado  230
que en las pendencias de arriba
sirvió de triste soldado,
y en Vilcapugio de un tiro
una pierna le troncharon.
dieron el grito en el cerco,  235
los perros se alborotaron,
bordón dejó la cocina
los hizo apear del caballo;
y lo que entre ellos pasó
lo diremos más despacio  240
en otra ocasión, que en ésta
ya la pluma se ha cansado.

[1821]



  —140→     —141→  

ArribaRelación que hace el gaucho Ramón Contreras a Jacinto Chano, de todo lo que vio en las fiestas mayas en Buenos Aires, en el año 1822



CHANO

    ¡Con que mi amigo Contreras,
qué hace en el ruano gordazo!
Pues desde antes de marcar
no lo veo por el pago.

CONTRERAS

    Tiempo hace que le ofrece  5
el venir a visitarlo,
y lo que se ofrece es deuda:
¡pucha! pero está lejazos.
Mire que ya el mancarrón
se me venía aplastando.  10
¿Y usté no fue a la ciudad
a ver las fiestas este año?
—142→

CHANO

¡No me lo recuerde amigo!
Si supiera, ¡voto al diablo!
Lo que me pasa por Cristo!  15
se apareció el veinticuatro
Sayavedra el domador
a comprarme unos caballos:
le pedí a dieciocho reales,
le pareció de su agrado,  20
y ya no se habló palabra,
y ya el ajuste cerramos;
por señas que el trato se hizo
con caña y con mate amargo.
Caliéntase Sayavedra,  25
y con el aguardientazo
se echó atrás de su palabra,
y deshacer quiso el trato.
Me dio tal coraje amigo
que me aseguré de un palo,  30
y en cuanto lo descuidé
sin que pudiera estorbarlo
le acudí con cosa fresca:
sintió el golpe, se hizo el gato,
se enderezó, y ya se vino  35
el alfajor relumbrando:
yo quise meterle el poncho,
pero amigo quiso el diablo
—143→
trompezase en una taba,
y lueguito mi contrario  40
se me durmió en una pierna
que me dejó coloreando:
en esto llegó la gente
del puesto, y nos apartaron.
Se fue y me quedé caliente  45
sintiendo, no tanto el tajo
como el haberme impedido
ver las funciones de Mayo:
de ese día por el cual
me arrimaron un balazo,  50
y pelearé hasta que quede
en el suelo hecho miñangos.
Si usté estuvo Contreras
cuénteme lo que ha pasado.

CONTRERAS

    ¡Ah fiestas lindas, amigo!  55
No he visto en los otros años
funciones más mandadoras,
y mire que no lo engaño.
El veinticuatro a la noche
como es costumbre empezaron.  60
Yo vi unas grandes columnas
en coronas rematando
y ramos llenos de flores
—144→
puestos a modo de lazos.
Las luces como aguacero  65
colgadas entre los arcos,
el cabildo, la pirami,
la recoba y otros lados,
y luego la versería
¡ah cosa linda! un paisano  70
me los estuvo leyendo
pero ¡ah poeta cristiano,
qué décimas y qué trobos!
Y todo siempre tirando
a favor de nuestro aquél:  75
luego había en un tablado
musiquería con fuerza
y bailando unos muchachos
con arcos y muy compuestos
vestidos de azul y blanco,  80
y al acabar, el más chico
una relación echando
me dejó medio... quién sabe.
¡Ah muchachito liviano,
por Cristo que le habló lindo  85
AL VENTICINCO DE MAYO!
Después siguieron los fuegos
y cierto que me quemaron
porque me puse cerquita,
y de golpe me largaron  90
—145→
unas cuantas escupidas
que el poncho me lo cribaron.
A las ocho de tropel
para la Merced tiraron
las gentes a las comedias;  95
yo estaba medio cansado
y enderecé a lo de Roque:
dormí, y al cantar los gallos
ya me vestí; calenté agua,
estuve cimarroneando;  100
y luego para la plaza
cogí y me vine despacio:
llegué ¡bien hayga el humor!
Llenitos todos los bancos
de pura mujerería,  105
y no amigo cualquier trapo
sino mozas como azúcar,
hombres, eso era un milagro;
y al punto en varias tropillas
se vinieron acercando  110
los escueleros mayores
cada uno con sus muchachos
con banderas de la patria
ocupando un trecho largo,
llegaron a la pirami  115
y al dir el sol coloreando
y asomando una puntita...
—146→
Bracatán, los cañonazos,
la gritería, el tropel,
música por todos lados,  120
banderas, danzas, funciones,
los escuelistas cantando,
y después salió uno solo
que tendría doce años,
nos echó una relación...  125
¡Cosa linda amigo Chano!
Mire que a muchos patriotas
las lágrimas les saltaron.
más tarde la soldadesca
a la plaza fue dentrando  130
y desde el fuerte a la iglesia
todo ese tiro ocupando.
Salió el gobierno a las once
con escolta de a caballo
con jefes y comendantes  135
y otros muchos convidados,
doctores, escribinistas,
las justicias a otro lado,
detrás la oficialería
los latones culebreando.  140
la soldadesca hizo cancha
y todos fueron pasando
hasta llegar a la iglesia.
Yo estaba medio delgado
—147→
y enderecé a un bodegón,  145
comí con Antonio el Manco,
y a la tarde me dijeron
que había sortija en el bajo;
me fui de un hilo al paraje.
Y cierto no me engañaron.  150
En medio de la alameda
había un arco muy pintado
con colores de la patria:
gente, amigo, como pasto,
y una mozada lucida  155
en caballos aperados
con pretales y coscojas,
pero pingos tan livianos
que a la más chica pregunta
no los sujetaba el diablo.  160
Uno por uno rompía
tendido como lagarto,
y... zas... ya ensartó... ya no...
¡Oiganlé que pegó en falso!
¡Qué risa, y qué boracear!  165
Hasta que un mocito amargo
le aflojó todo al rocín
y ¡bien haiga el ojo claro!
Se vino al humo, llegó
y la sortija ensartando  170
le dio una sentada al pingo
y todos VIVA: gritaron.
—148→
    Vine a la plaza: las danzas
seguían en el tablado;
y vi subir a un Inglés  175
en un palo jabonado
tan alto como un ombú,
y allá en la punta colgando
una chuspa con pesetas,
una muestra y otros varios  180
premios para el que llegase:
el Inglés era baqueano:
se le prendió al palo viejo,
y moviendo pies y manos
al galope llegó arriba,  185
y al grito ya le echó mano
a la chuspa y se largó
de un pataplús hasta abajo:
de allí a otro rato volvió
y se trepó en otro palo  190
y también sacó una muestra
¡bien haiga el bisteque diablo!
Después se treparon otros
y algunos también llegaron.
Pero lo que me dio risa  195
fueron, amigo, otros palos
que había con unas guascas
para montar los muchachos,
por nombre rompecabezas;
—149→
y en frente, en el otro lado  200
un premio para el que fuesle
hecho rana hasta toparlo;
pero era tan belicoso
aquel potro, amigo Chano,
que muchacho que montaba,  205
contra el suelo, y ya trepando
estaba otro, y zas al suelo;
hasta que vino un muchacho
y sin respirar siquiera
se fue el pobre resbalando  210
por la guasca, llegó al fin
y sacó el premio acordado.
Con poncho y todo trepé
y en cuanto me lo largaron
al infierno me tiró,  215
y sin poder remediarlo
(perdonando el mal estilo)
me pegué tan gran culazo
que si allí tengo narices
quedo para siempre ñato  220
Luego encendieron las velas
y los bailes continuaron
la cuetería y los fuegos.
Después todos se marcharon
—150→
otra vez a las comedias.  225
Yo quise verlas un rato
y me metí en el montón,
y tanto me rempujaron
que me encontré en un galpón,
todo muy iluminado,  230
con casitas de madera
y en el medio muchos bancos.
No salían las comedias
y yo ya estaba sudando,
cuando amigo, derrepente  235
árdese un maldito vaso
que tenía luces dentro
y la llama subió tanto
que pegó fuego en el techo:
alborotose el cotarro,  240
y yo que estaba cerquita
de la puerta, pegué un salto
y ya no quise volver.
Después me anduve paseando
por los cuarteles, que había  245
también muy bonitos arcos
y versos que daba miedo.
    Llegó el veintiséis de mayo
y siguieron las funciones
como habían empezado.  250
—151→
El veintisiete lo mismo:
un gentío temerario
vino a la plaza: las danzas,
los hombres subiendo al palo,
y allá en el rompecabezas  255
a porfía los muchachos.
Luego con muchas banderas
otros niños se acercaron
con una imagen muy linda
y un tamborcito tocando:  260
pregunté qué virgen era.
La Fama, me contestaron:
al tablado la subieron
y allí estuvieron un rato,
adonde uno de los niños  265
los estuvo proclamando
a todos sus compañeros.
¡Ah, pico de oro! Era un pasmo
ver al muchacho caliente,
y más patriota que el diablo.  270
Después hubo volantines,
y un Inglés todo pintado,
en un caballo al galope
iba dando muchos saltos.
entretanto la sortija  275
la jugaban en el Bajo.
Por la plaza de Lorca
—152→
otros también me contaron
que había habido toros lindos.
Yo estaba ya tan cansado  280
que así que dieron las ocho
corté para lo de Alfaro,
donde estaban los amigos
en beberaje y fandango:
eché un cielito en batalla,  285
y me resbalé hasta un cuarto
donde encontré a unos calandrias
calientes jugando al paro.
Yo llevaba unos realitos,
y así que echaron el cuatro  290
se los planté, perdí en boca,
y sin medio me dejaron.
en esto un catre viché,
y me le fui acomodando,
me tapé con este poncho  295
y allí me quedé roncando.
    Esto es, amigo del alma,
lo que he visto y ha pasado.

CHANO

    Ni oirlo quisiera, amigo,
como ha de ser, padezcamos  300
—153→
a bien que el año que viene,
si vivo iré a acompañarlo,
y la correremos juntos.


    Contreras lió su recado
y estuvo allí todo un día;  305
y al otro ensilló su ruano,
y se volvió a su querencia
despidiéndose de Chano.

[1822]





Indice