1. Obras Póstumas de D. Leandro F. de Moratín, M., 1867, III, p. 230. (N. del E.)
2. Miguel S. Oliver, Un viaje a Francia en 1792, en Los españoles en la Revolución francesa, M., 1914, p. 9 sq. Por ejemplo, mientras Moratín bebe una c[e]rv[e]za en un café, Oliver cree que visita el célebre café Corazza; también confunde el crepúsculo con la cena, la mañana con la comida, al grabador Carnicero con un supuesto Crucero, etc. (N. del E.)
3. O. P., III, p. 231 sq. Equivoca a Francisco Fernández de B[ete]ta con un supuesto Bautista; en vez de Mont[e] (esto es, Monte Pío), entiende anacrónicamente Montoro (el beneficio concedido por Godoy), etc. (N. del E.)
4. Véase R. Andioc, Moratín et Harzenbusch, en Les Langues Néo-Latines, abril de 1962, 160, p. 48 sq. (N. del E.)
5. Véase R. A., Remarques sur l'«epistolario» de D. Leandro Fernández de Moratín, en Mélanges offerts à Marcel Bataillon, Burdeos, 1962, p. 287 sq.
Como se verá, hemos conseguido fechar la oda A la memoria de don Nicolás Fernández de Moratín y el soneto A don Juan Bautista Conti. (N. del E.)
6. Transcribe unos pasajes de su diario el P. Coloma en sus Retratos de antaño (cap. XXV). (N. del E.)
7. El pensador matritense, t. V, p. 185 sq. (nos valemos de la reedición de Barcelona por Francisco Generas, impresor, y Ángel de Tarazona). (N. del E.)
8. 2 de junio de 1790, Artículo V, p. 110-111. Y muy poca diferencia tiene con estos fragmentos de diario la estrafalaria carta en la que la frívola hermana de Nuño caldasiano enumera, en su jerga hispano-francesa, sus quehaceres en la elegante à la dernière. (N. del E.)
9. Op. cit., p. 198. (N. del E.)
10. Ibid., p. 197. (N. del E.)
11. Historia social y económica de España y América (dirigida por J. Vicéns Vives), t. IV, p. 204. (N. del E.)
12. «...Procuré persuadir a varias personas de ambos sexos a hacer este ensayo, y algunas me habían ofrecido practicarlo; ...cierto sujeto... me embió un diario de su vida» (op. cit., p. 200). (N. del E.)
13. Cartas familiares del Abate D. Juan Andrés a su hermano D. Carlos Andrés, dándole noticia del viage que hizo a varias ciudades de Italia en el año 1785, M., 1786-1793, vol. I, carta 1.ª. (N. del E.)
14. Véase R. A., Remarques..., art. cit. (N. del E.)
15. Un solo ejemplo: para decir «a casa de Fulano de Tal», D. Nicolás anteponía una a al nombre del dueño de dicha casa. Poco a poco, Inarco va a sustituir esa letra por el chez francés, cuya forma abreviada llegará a ser definitivamente ch.
Citemos otras abreviaturas de forma constante: ç (cum); ñ (nemo, nihil, non, más un verbo que puede ser: venit, potuit, voluit); rf (refresco); cr (crepúsculo); che (coche); pro (promenade, esto es paseo del Prado); pseo (paseo); Ces (calles, esto es, vuelta por las calles). (N. del E.)
16. Para compensar esa leve infidelidad, reproducimos algunos trozos del Diario en facsímil. (N. del E.)
17. El trozo, como se comprenderá, no figura en nuestra edición, por lo cual se transcribe a continuación:
«I- vino Ruiz; Palacio, Secretaría de Estado; a casa de Melón y Vitorio o Virio; con ellos a la Florida; a casa de Virio o Vitorio.
2.º Palacio; en casa de Virio m[a]nger; paseo a la Florida; Virio.
3.º Palacio, Secretaría, ubi vid[i] P[ríncipe] Pacis; Melón y a Virio; Palacio; paseo; Vitorio.
4.º Palacio; vi al Príncipe de la Paz en casa de D[o]n L[ui]s Codoi. / paseo; palacio; Calles; a casa de Virio.
5.º Palacio; en casa del tío Miguel. / Melón, Virio; con ellos, Palacio.» (N. del E.)
18. Véase R. A., Remarques..., art. cit. (N. del E.)
19. Moratín cobraba en general todos los sábados. (N. del E.)
20. [«mientra» en el original; «En vez de: mientra, lease: mientras» en la fe de erratas del original (N. del E.)]
21. El lector podrá formarse una idea -aproximada- del poder adquisitivo de dicha suma consultando el arancel de precios de algunos productos de primera necesidad publicado por el Memorial Literario de enero de 1785 (p. 121). (N. del E.)
22. Véase en cambio cómo Oliver sabe comentar el siguiente «lacónico» apunte de Moratín, «...noct[e], tocsin sonat, subl[e]v[a]ción populi» (9 de agosto de 1792): «Pero no bien se ha recogido en su albergue, cuando, en punto de media noche, vibra, distante, el toque furioso de una campana, que se extiende de iglesia a iglesia, en la calma solemne de un aire inmóvil, en el silencio de una expectación que permitiría oír el ritmo de la sangre fluyendo por las venas.» (Oliver, p. 92-93). (N. del E.)
23. Op. cit., p. 83. (N. del E.)
24. Obras póstumas, I, p. 169-170. (N. del E.)
25. Véase R. A., Moratín et Hartzenbusch, art. cit. (N, del E.)
26. Según Silvela, en su biografía de Moratín, O. P., I, p. 25. (N. del E.)
27. Hasta entonces vivía en la calle de la Puebla, o por mejor decir, allí vivió hasta 1.º de mayo, pues el diario de D. Nicolás menciona una mudanza el mismo día, y el 3 una «Cas[a] nuev[a]» que debía de estar, según otro apunte de 27 de abril, en la «cav[a] b[a]ja». (N. del E.)
28. Según las Desordenadas y mal digeridas apuntaciones de J. A. Melón (Obras Póstumas de Moratín, III, p. 378) se trata de la Joyería del Rey, sita en la calle de las Veneras, en la que también trabajaba su tío Nicolás Miguel. Los 12 reales son el salario diario del autor. (N. del E.)
29. Nicolás Miguel, segundo hijo de Diego Fernández de Moratín y tío de D. Leandro; según Melón (loc. cit., p. 380) «tenía hijos, y se había casado por poderes, en edad avanzada, con una joven de Segovia que no había visto»; es la llamada tía Isabel.
Moratín gustaba de divertir a sus amigos contándoles las escenas de la boda de su tío; algún parecido tendría aquel matrimonio con el de El Viejo y la Niña.
A. D. Nicolás Miguel le llama nuestro autor Michaelitus en las páginas del diario posteriores a su llegada de Italia en 1797. (N. del E.)
30. Aparece en el diario de D. Nicolás; figura años más tarde en las guías como oficial de la Secretaría de Hacienda. (N. del E.)
31. El célebre café de La Fontana de Oro. (N. del E.)
32. Moratín menciona un número de tíos impresionante; en carta a Jovellanos de 22 de agosto de 1787 (publicada con otras cinco por A. González Blanco en La Lectura, 1910, núm. 117, p. 121-135) dice que son nada menos que catorce: téngase en cuenta que el abuelo D. Diego contrajo dos veces matrimonio (Cotarelo y Mori, Iriarte y su época, M. 1897, Apéndices, p. 523-524). (N. del E.)
33. La plaza vieja, edificada en tiempo de Felipe IV, estaba cerca de la Puerta de Alcalá. (N. del E.)
34. En la Vida de su padre (B. A. E., II, p. XII) dice Moratín que uno de los favorecedores de D. Nicolás era el embajador de Francia, a la sazón conde de Montmorin. (N. del E.)
35. Ms.: Liart; ¿será la prostituta Liarta «que aún es niña» en la época en que D. Nicolás redacta su Arte de las Putas (ed. Cotarelo, M., 1898, p. 61)? (N. del E.)
36. Véase Introducción, p. 16. (N. del E.)
[«p. 19» en el original (N. del E)]
37. Inés González Cordón, de 74 años, «abuel[a]» paterna de D. Leandro. Según la autobiografía del autor (O. P., III, p. 302) habían muerto ya los abuelos matemos; por otra parte, según las partidas de bautismo de D. Diego y D.ª Inés citadas por Cotarelo (op. cit., p. 523) el primero hubiera tenido en 1780 noventa y dos años, y sabemos que en 1769 ya le «reducían los achaques y los largos años a salir muy poco de casa» (O. P., III, p. 305); el propio D. Nicolás, en lo que queda de su diario (1778-1780), no menciona más que a su madre. (N. del E.)
38. No se trata de Jovino, esto es Jovellanos, como apunta Hartzenbusch, sino de un tal joven de Salas (véase Diario de D. Nicolás, 3 dic. 1778); ¿D. Tomás, entonces alcalde de Casa y Corte, o D. Josef, futuro consejero de estado de José I? (N. del E.)
39. La casa de Cabarrús y Compañía, cambiantes, calle del Barco (Guía de Litigantes y pretendientes, 1782). (N. del E.)
40. Ana Fernández de Moratín, hermana del difunto D. Nicolás y de D. Nicolás Miguel, madrina del autor. Casó con Victorio Caleoti, joyero, y vivieron los dos en el cuarto segundo de la casa de la calle de la Puebla, en la que ya ocupaban un piso los abuelos de Moratín (O. P., III, p. 305); Anita la llama M. Silvela en la biografía de su amigo (O. P., I, p. 9), pues apenas tenía doce años al nacer su ahijado. (N. del E.)
41. Se trata seguramente del tío abuelo (esto es: el tío mayor; puede ser también traducción literal de grand-oncle), Manuel González Cordón, cuñado de Diego Fernández de Moratín. «Había entrado en el servicio real en 1742 como supernumerario de mozo de oficio de la Real Guardajoyas. Con este título de mozo supernumerario pasó treinta y siete años, al fin de los cuales, cuando ya no era mozo, avanzó en el año 1779 a ocupar una plaza de mozo de oficio de número. En junio de 1782 ascendió a la plaza de ayuda de la Guardajoyas, puesto que ocupó hasta noviembre de 1796, cuando murió después de cincuenta y cuatro años al servicio de la Casa Real» (J. C. Dowling, Moratín suplicante, R. A. B. M., LXVIII, 2, Ju.-Dic. 1960, p. 500). (N. del E.)
42. Jorge del Río y Villanova, chantre de la iglesia de S. Miguel de los Navarros en Zaragoza, y Predicador de S. M., por lo menos en 1790 (véase G. Dernerson, Don Juan Meléndez Valdés et son temps, P., 1962, p. 166-167). También llevaba el título de Capellán de S. M., en la Real Capilla de S. Isidro de Madrid (G. Estº eclº, 1787). (N. del E.)
43. Comisario de guerra (G. For., Estado militar, 1782); Godoy en sus Memorias (B. A. E., LXXXVIII, p. 228) alude a un «erudito» llamado Abadía; ¿se trata de la misma persona? (N. del E.)
44. Antonio de la Quadra, director de la Sociedad Económica Matritense; a él se alude varias veces en el diario de D. Nicolás, miembro de dicha Sociedad. (N. del E.)
45. Francisco Xavier La Ripa, abogado de los Reales Consejos (Guía de Litigantes y Pretendientes, 1782); era director honorario de los Reales Canales de Aragón en 1804 (Guía de Forasteros, 1804). (N. del E.)
46. Francisco Verdejo González, futuro catedrático de matemáticas en los Reales Estudios (J. Simón Díaz, Historia del Colegio Imperial de Madrid, M., 1959, 11, pássim). D. Nicolás regentó durante varios años y hasta su muerte la cátedra del enfermizo López de Ayala. (N. del E.)
47. Librero de Madrid, editor de la Hormesinda de D. Nicolás. (N. del E.)
48. Será Mariano Pizzi, español de origen italiano, a la sazón catedrático de lengua arábiga en los Reales Estudios (véase Cotarelo, op. cit., p. 116). (N. del E.)
49. La Amistad o El buen amigo (Arch. Municipal, Madrid, Ayuntamiento, I-376-2). (N. del E.)