Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.

1.       Credo quia absurdum: decia un gran padre de la iglesia.

Anterior


2.       El escándalo ha llegado á términos que, aun en las mismas Córtes, los eclesiásticos se han ergüido de hereges los unos a los otros tan ridícula como gratuitamente.

     Desdichado balandran,
¿Cuando saldrás de empeñado.

Anterior


3.       Gómez Tejada, en la obra: EL FILÓSOFO: ocupación de nobles y discretos sobre la Etica, Económica y Política de Aristóteles, etc.

Anterior


4.       LOPE DE VEGA, en el romance moral de sus Soledades.

Anterior


5.       Et sermone opus est modo tristi, saepe jocoso. Horacio.

Anterior


6.       Pero ¡que costosos! cuando Hernan Cortés llegó á Méjico, pueblo el menos rudo de América, aquel imperio presentaba el espectáculo mas horroroso de supersticion y barbarie: la sangre humana se derramaba tan profusamente en holocausto á sus dioses, que hasta se amasaba con ella una especie de pan bendito. Todos los años, en diferentes estaciones, les sacrificaban varias víctimas de sangre ilustre, ademas de los prisioneros de guerra á quienes arrancaban el corazon, y se le ofrecían al dios Vitz1iputzlí, el cual creian brutamente que comia corazones: el cuerpo servía de pasto á los que le habian hecho prisionero, teniendo cuidado de devolver la calavera, para que se fijase en el templo. El aspecto que este ofrecia, chapado todo de cráneos humanos, horrorizaba; pero horroriza aun mas el número de víctimas que se inmolaban solemnidades hubo en que se sacrificaron hasta doscientos mil infelices.

     Como la carne humana era el manjar de su dios, cuando faltaban víctimas, se suspendían los oficios sagrados: especie de entredicho que aterraba los animos como presagio de alguna grande calamidad.

     Ocurríase á ella con la declaracion de la guerra, la cual como acto de religion era incumbencia y derecho de los sacerdotes. Para la solemnidad de su publicacion, el topilzin ó sumo-sacerdote se presentaba con lúgubre aparato al emperador, y le decia: Cacique, el dios tiene hambre. Sonaba luego en señal de guerra la terrible trompa santa (que asi se llamaba), y al punto todos los mejicanos tomaban las armas, y se derramaban por las naciones vecinas á hacer presas con que saciar el hambre supuesta de su dios, y la barbarie real de sus ministros. -¡Que diferencia de religion á religion, y de tiempos á tiempos!

Anterior


7.       Philosophi apud nos dicuntur qui amant sapientiam, quae est omnium magistra.

S. Clemente Alexandrino.

Anterior


8.       Sol, ne movearis... Stetit itaque Sol in medio caeli.

JOSUÉ, C. X.

Anterior


9.       El diccionarista define la humanidad en estos términos: «Amor a los malhechores, piedad con las prostitutas, etc.»

Anterior


10.       Cuando los jesuitas solicitaron establecer casas en otros reinos, preguntandoles ¿si eran clérigos, si frailes ó que eran? respondian con su monita peculiar tales cuales.

Anterior


11.       En el interrogatorio que se le hizo, confesó que lo que le decidió á quitar la vida al rey, fué haber sabido que S. M. iba á hacer la guerra al papa: «que haciendo la guerra al papa, se la hacia al mismo Dios porque el papa es Dios, y Dios es el papa.»

Anterior


12.       ¡Ojo avisor, compatriotas! que aun hay entre nosotros mucho teocrata de esta mala ralea jesuítica.

Anterior


13.       Salvages, como el diccionarísta no lo esplique no se entiende bien en castellano, aunque algo me huele á salvagina.

Anterior


14.       GUIA ESPIRITUAL que desembraza el alma, y la conduce al interior camino para alcanzar la perfecta contemplación: por el Dr. Miquel Molinos. -Zaragoza, 1677.

Anterior


15.       El P. Feijóo, Teatro crítico, tom. III, disc. 6, núm. 10.

Anterior


16.       Attendite vobis et universo gregi, In quo vos Spiritus Sanctus posuit episcopos, regere Ecclesiam Dei, quam acquisivit sangitine suo. -AC. APOST. cap. 20, vers. 28.

Anterior


17.       Así la llama el diccionarista en la nueva edicion.

Anterior


18.       El retrato del impúdico Godoy se hallaba puesto en los altares en algunas iglesias. Pregunto ¿quien hizo esta abominacion? ¡la Filosofía!

Anterior


19.       Pero a Jesucristo no se le llama piedra angular, sino en esta metafora ó alegoría al edificio de la iglesia.

Anterior