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DICCIONARIO DE LA LITERATURA CUBANA
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DICCIONARIO DE LA LITERATURA CUBANA

 

C

 

CABALLERO, José Agustín (La Habana,28. 8.1762-Id., 6.4.1835). Realizó estudios como becado en el Real Colegio Seminario de San Carlos y San Ambrosio (1774-1781). Al terminar, con premios en todas las asignaturas, vistió los hábitos clericales. En la misma casa de estudios, en 1785, ganó por oposición la cátedra de Filosofía, que ocupó primero como interino y después en propiedad. Tres años más tarde alcanzó los grados mayores de Licenciado y Doctor en Sagrada Teología en la Real y Pontificia Universidad de La Habana. Allí, posteriormente, fue juez en diversas oposiciones a cátedras y desempeñó el decanato de la Facultad de Teología. Fue uno de los asesores más eficaces del gobierno de Don Luis de las Casas (1790-1796). En 1793 pasó a formar parte de la Sociedad Patriótica, y dentro de ella ese mismo año es nombrado, sucesivamente, miembro de la diputación de la Casa de Educandas, de la Clase de Ciencias y Artes, individuo de la Diputación encargado de la redacción del Papel Periódico, miembro de la comisión encargada de redactar la memoria u ordenanza sobre escuelas públicas en primeras letras y, por último, censor. Fue nombrado director (1794) y más tarde secretario sustituto (1796) del Seminario de San Carlos. Desde 1804 hasta su muerte desempeñó en dicho Seminario la cátedra de Escritura y Teología Moral. En 1811 redactó un Proyecto de Gobierno Autonómico para Cuba, dirigido a las Cortes Nacionales por intermedio del diputado Andrés Jáuregui. En su larga carrera de profesor tuvo como discípulos a Varela, Saco y su sobrino Luz y Caballero. Abogó por la superación del escolasticismo rutinario e introdujo las doctrinas de Locke, Condillac, Bacon y Newton, así como el espíritu del examen crítico y la Física Experimental. Colaboró asiduamente en el Papel Periódico de la Havana, cuya historia hasta 1794 dejó escrita y fue dada a conocer por Antonio Bachiller y Morales en el segundo tomo de sus Apuntes. También colaboró en el Diario de La Habana (1808-1812), El Lince (1811), El Observador Habanero (1.820-1824). Tradujo del latín la Historia del Nuevo Mundo y en especial de México, de Sepúlveda; del inglés la novela Cartas de Milady Julieta Castelvi a su amiga Milady Henriqueta Campley; del francés la correspondencia de Sepúlveda con Melchor Cano y las Lecciones preliminares del curso de estudios, del abate Condillac, etcétera. Se distinguió como crítico literario y de costumbres, notable latinista y orador. Utilizó los seudónimos El amigo de los esclavos, El amigo de los encarcelados, El amante del periódico, El redactor.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Discurso pronunciado en la junta general de la Sociedad Patriótica de La Habana, el 11 de diciembre de 1796 [En honor de D. Luis de las Casas]. La Habana, Imp. del Gobierno, 1796. | Sermón fúnebre en elogio del excelentísimo señor Don Cristóbal Colón, primer almirante, virrey y gobernador general de las Indias Occidentales, su descubridor y conquistador, pronunciado con motivo de haberse trasladado sus cenizas de la Iglesia Metropolitana de Santo Domingo a esta Catedral de Nuestra Señora de la Concepción de la Havana. La Habana, Don Esteban Joseph Boloña, 1796. | Panegírico en honor del gran doctor de la Iglesia San Ambrosio, Arzobispo de Milán, pronunciado el 7 de diciembre de 1797. La Habana, Imp. de la Capitanía General, 1798. | Elogio fúnebre del Excmo. Sr. D. Joseph Manuel González de Candamo, Obispo de Mylasa, pronunciado el 13 de octubre de 1801. La Habana, Imp. de Esteban Boloña, 1801. | Philosophia electiva [Texto en español y latín]. Transcripción del original del siglo XVIII, versión castellana, introducción y notas por Jenaro Artiles. Estudios preliminares de Francisco González del Valle y Roberto Agramonte. La Habana, Universidad de La Habana, 1944 (Biblioteca de autores cubanos, 1. Obras de José Agustín Caballero, 1). | Escritos varios. Pref. por Roberto Agramonte. La Habana, Ed. de la Universidad de La Habana. 1956. 2 v. (Biblioteca de autores cubanos, 21-22. Obras de José Agustín Caballero, 2).

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Agramonte, Roberto. José Agustín Caballero y los orígenes de la conciencia cubana. La Habana, Úcar y García, 1952. | Castro, Raimundo de. A la memoria de un maestro en el centenario de su muerte: Presbítero José Agustín Caballero. La Habana, Molina, 1937. | Escoto, José Augusto. «José Agustín Caballero reformador de los estudios históricos en Cuba», en Revista histórica, crítica y bibliográfica de la literatura cubana. Matanzas 1 (2): 150-156, 1916. | González del Valle, Francisco. «Páginas para la historia de Cuba: documentos para la biografía del Padre José Agustín Caballero», en Cuba Contemporánea. La Habana, 29: 73-85, 1922; Dos orientadores de la enseñanza. El Padre José Agustín Caballero y José de la Luz y Caballero. La Habana, Molina, 1935. | González del Valle, Francisco y Emilio Roig de Leuchsenring. «Bibliografía de José Agustín Caballero», en Homenaje al ilustre habanero Pbro. Dr. José Agustín Caballero y Rodríguez en el centenario de su muerte, 1835-1935. La Habana, Municipio de La Habana, 1935, p. 23-27 (Cuadernos de historia habanera, 1). | Luz y Caballero, José de la. «A la memoria del Doctor Don José Agustín Caballero», en su Escritos literarios. La Habana, Ed. de la Universidad de La Habana, 1946, p. 178-197 (Obras de José de la Luz y Caballero, 6). | Méndez, Manuel Isidro. Notas para el estudio de las ideas éticas en Cuba (Siglo XIX: José A. Caballero, Félix Varela y José de la Luz y Caballero). La Habana, Editorial Lex, 1947. | Menocal, Raimundo. «El Presbítero José Agustín Caballero y el Padre Félix Varela», en su Origen y desarrollo del pensamiento cubano. T. 1. La Habana, Editorial Lex, 1945, p. 159-204. | Monal, Isabel. «Tres filósofos del centenario. El Padre José Agustín Caballero (1762-1835)», en Universidad de La Habana. La Habana, 32 (192): 111-116, oct.-dic. [1968]. | Part. Pung, Francisco. «El Pbro. José Agustín Caballero y el obispo Tres palacios», en Revista Bimestre Cubana. La Habana, 46: 245-255, 1940. | Resaca, Rosario. «El Padre José Agustín Caballero y la formación de la conciencia cubana», en Cuadernos de la Universidad del Aire. La Habana, 3 (43): 23-40, sep. 15, 1952. | Roig de Leuchsenring, Emilio. «El centenario de la muerte de José Agustín Caballero y Rodríguez», en Homenaje al ilustre habanero Pbro. Dr. José Agustín Caballero y Rodríguez en el centenario de su muerte, 1835-1935. La Habana, Municipio de Labana, 1935, p. 7-22 (Cuadernos de historia habanera, 1). | Vallejos, Miguel A. Raúl. «José Agustín Caballero o el eclecticismo sistemático», en Revista de la Biblioteca Nacional. La Habana, 2ª serie, 4 (2): 95-101, 1955. | Vitier, Medardo. «La enseñanza del Padre José Agustín Caballero», en su La filosofía en Cuba. México, D.F., Fondo de Cultura Económica, 1948, p. 49-59. | Zayas, Alfredo. «El Presbítero Don José Agustín Caballero», en Revista cubana. La Habana, 14: 5-28, 1891.
 

CABRERA, Lydia (Nueva York, 20.5.1899). Hija de Raimundo Cabrera y hermana de Ramiro, se educó en La Habana. Desde niña se sintió atraída por las leyendas y creencias mágicas de los negros. Fue iniciada en el folklore afrocubano por Fernando Ortiz. En 1913 comenzó a escribir la crónica social de la revista Cuba y América bajo el seudónimo de Nena. Pasó a residir en París, en donde publicó, traducidos al francés por Francis de Miomandre, sus Contes nègres de Cuba (París, Gallimard, 1936), basados en relatos oídos de viva voz, que constituyen tanto un aporte al conocimiento del folclore negro como una recreación poética. De regreso a Cuba continuó en esta labor que cada vez se fue alejando más de la ficción literaria para derivar hacia un estudio de la cultura afro-cubana, en sus aspectos lingüísticos y antropológicos. Fue asesora de la Junta del Instituto Nacional de Cultura bajo la dictadura de Batista. Trabajos suyos fueron publicados en las revistas francesas Cahiers du Sud, Revue de Paris y Les Nouvelles Litteraires, y en las cubanas Orígenes (1945-1954), Revista Bimestre Cubana (1947), Lyceum (1949), Lunes de Revolución, Bohemia. Su libro Porqué... cuentos negros de Cuba fue también traducido al francés por Francis de Miomandre (París, Gallimard, 1954). En 1955 publicó su recopilación de Refranes de negros viejos (La Habana, Eds. CR, 1955). Al triunfo de la Revolución se marchó del país.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Cuentos negros de Cuba. Pról. de Fernando Ortiz. La Habana, La Verónica, 1940; La Habana, Eds. Nuevo Mundo, 1961 | Porqué... cuentos negros de Cuba. La Habana, Eds. CR, 1948. | El monte igbo finda, ewe erisba, vititinfinda (Notas sobre las religiones, la magia, las supersticiones y el folclore de los negros criollos y del pueblo de Cuba). La Habana, Eds. CR, 1954. | Anagó. Vocabulario lucumí (el yoruba que se habla en Cuba). Pról. de Roger Bastide. La Habana, Eds. CR, 1957. | La sociedad secreta Abakuá narrada por viejos adeptos. La Habana, Eds. CR, 1959.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Carpentier, Alejo. «Los cuentos negros de Lydia Cabrera, en Carteles. La Habana, 28 (41): 40, oct. 11, 1936. | González, Manuel Pedro. «Cuentos y recuentos de Lydia Cabrera», en Nueva Revista Cubana. La Habana, 1 (2): 153-161, jul.-sep., 1959. | Lezama Lima, José. «El nombre de Lydia Cabrera», en su Tratados de La Habana. La Habana, Universidad Central de Las Villas. Depto. de Relaciones Culturales, 1958, p. 144-148. | León, Argeliers. «El monte, de Lydia Cabrera», en Nuestro Tiempo. La Habana, 2 (7): 15-16, sep., 1955. | Miomandre, Francis de. «Sobre El monte, de Lydia Cabrera», en Orígenes. La Habana, 12 (39): 75-78, 1955. | Ortiz, Fernando. «Dos nuevos libros del folclore afrocubano» [Sobre Contes nègres de Cuba], en Revista Bimestre Cubana. La Habana, 42: 307-319, 2do. semestre, 1938; «Lydia Cabrera, una cubana afroamericanista», en Crónica. La Habana, 1 (3): 7-8, mar. 1, 1949. | Portuondo, José Antonio. «Lydia Cabrera (1900)», en su Cuentos cubanos contemporáneos. Selección, pról. y notas de [...]. México, Editorial Leyenda, 1946, p. 91-92. | R. B. «Los negros en Cuba» [Sobre La sociedad secreta Ahakuá, Anagó y Refranes de negros viejos], en Índice de Artes y Letras. Madrid, 13 (127): 24, ago., 1959. | Zambrano, María. «Lydia Cabrera, poeta de la metamorfosis» [sobre Porqué...], en Orígenes. La Habana, 7 (25): 11-15, 1950.

CABRERA Y BOSCH, Raimundo (La Habana, 9.3.1852-Id., 21.5.1923). Realizó sus primeros estudios en Güines (Habana), de donde pasó, becado, al Colegio de San Francisco de Asís de La Habana, en el que se hace bachiller. Cuando intenta unirse a las fuerzas revolucionarias de Céspedes es apresado (1869) y confinado durante diez meses en Isla de Pinos. De allí vuelve enfermo. Poco más tarde logra pasar a España, en cuya Universidad de Sevilla se gradúa en 1873 de Licenciado en Derecho. El mismo año regresa a Cuba y comienza la práctica de su profesión. Al terminar la Guerra de los Diez Años es uno de los fundadores del Partido Liberal Autonomista, en el que despliega amplias actividades hasta que lo abandona en 1893. Un año antes había realizado un corto viaje a los Estados Unidos. Al estallar la guerra de independencia en 1895 viaja por España y Francia, y se instala después en la nación norteamericana hasta la caída del régimen colonial. Ya en la República se dedica a ejercer su profesión de abogado. Colabora en la Casa de Beneficencia y en la Sociedad Económica de Amigos del País, de la cual llegó a ser presidente. En 1917 vuelve a emigrar por un corto tiempo, debido a la situación política. Fue miembro fundador de la Academia de la Historia de Cuba. Como periodista, sus primeras actividades datan de su época escolar. Fue director de La Unión (1878-1885), de Güines. En Nueva York funda en 1897 la revista Cuba y América, que continúa editando en La Habana a partir de enero de 1898 y de la cual fue director hasta su desaparición, en 1917. También fue director de El Tiempo (La Habana, 1909-1912) y colaboró en El País, La Habana Literaria, El Fígaro (1888-1895 y 1901-1922), La República de Cuba (París, 1896), Revista Bimestre de La Habana (1911-1923), El Triunfo (1921). Redujo y comentó la obra Triumphant Democracy, de A. Carnegie, publicándola bajo el título de Los Estados Unidos (La Habana, Imp. Soler, Álvarez, 1889). Su obra Cuba y sus jueces fue traducida al inglés por Laura Guiteras (Cuba and the Cubans. Philadelphia, The Levytype Co., 1896). Mis buenos tiempos fue llevada al italiano por Angelina Fantoli (Parigi, Delgado & Gabrieli, 1921). Poco antes de morir, en 1923, se le tributó un homenaje, efectuado en el Teatro Nacional. Usó los seudónimos Jorge, Henry King, J. C. Trevejos, El andaluz Paco Mantilla, Un poeta del 68 y Coronel Ricardo Buenamar.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Discurso que debió pronunciar en el acto de la inhumación de D. Esteban de Sotolongo y Urrutia. La Habana, Imp. La Antilla, 1871. | Defensa de D. Alonso Fernández en la causa que se le sigue por querella de D. Pedro Soto y Canto. La Habana, 1878. | Viaje a la luna. Acto bufo con dos cuadros. Música de M. I. Mauri, Güines [Habana], Imp. El Demócrata, 1885. | Cuba y sus jueces (rectificaciones oportunas). La Habana, Imp. El Retiro, 1887; 2ª ed. Pról. de Rafael Montoro Id.; 3ª ed. Id.; 4ª ed. Id.; 5ª ed. La Habana, Librería de C. Sala, 1889; 6ª ed. Id.; 7ª ed. aum. con notas y un apéndice. Filadelfia, La Compañía Levytype, 1891; 8ª ed. Id., 1895; 9ª ed. Id., 1896; 10ª ed. La Habana, Ricardo Veloso editor, 1922. | Del parque a la luna. Zarzuela. Revista cómico-lírica sobre asuntos cubanos en un acto y en verso. Música de M. I. Mauri. La Habana, Imp. El Retiro, 1888. | ¡Vapor Correo! Revista cómico-lírica en un acto y cuatro cuadros. Música de Rafael Palau. La Habana, Imp. El Retiro, 1888. | Intrigas de un secretario (Leyenda cubana). Zarzuela en dos actos. Música de Manuel J. Mauri. La Habana, Imp. de Soler, Álvarez, 1889. | Mis buenos tiempos (Memorias de estudiante). La Habana, Imp. de A. Álvarez, 1891; 2ª ed. Pról. de Rafael Montoro. Filadelfia, La Compañía Levytype, 1892; París, Librería Paul Ollendorff [1913?]: 4ª ed. La Habana, Ricardo Veloso editor, 1.922. | Cartas a Govín. Impresiones de un viaje. La Habana, La Moderna, 1892; 2da. ed. La Habana, Librería Cervantes, 1923. | Cartas a Govín sobre la Exposición de Chicago. Impresiones de viaje (segunda serie). La Habana, Tipografía Los Niños Huérfanos, 1893. | Episodios de la guerra. Mi vida en la manigua. (Relato del Coronel Ricardo Buenamar). Pról. de Nicolás Heredia. Filadelfia, La Compañía Levytype, editores 1898; 2ª ed. Id.; 3ª ed. Id. | Cuentos míos (Confidencias profesionales). La Habana, Biblioteca de la revista ilustrada Cuba y América, 1904; 2ª ed. Id., 1905. | Cartas a Estévez. Impresiones de viaje. La Habana, Imp. de Cuba y América, 1906. |Juveniles, ensayos de rimas, por Coronel Ricardo Buenamar (seud.) La Habana, Imp. Cuba y América, 1907. | Borrador de viaje. Correspondencia diaria publicada en el periódico El Tiempo. Julio-octubre, 1910, La Habana, Imp. La Prueba, 1911. | Desde mi sitio. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1911. | Medio siglo. Colección literaria. T. 1. Ensayos de novela. 1864-1868. La Habana, Imp, Militar de Pérez, 1913, | La Casa de Beneficencia y la Sociedad Económica (Sus relaciones con los gobiernos de Cuba). La Habana, Imp. La Universal, 1914. | Los partidos coloniales. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1914. | Sombras que pasan [Novela]. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1916. | Ideales [Novela]. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1918. | Sombras eternas [Novela]. Pról. de Enrique José Varona. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1919. | Mis malos tiempos. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1920. | Sacando hilas. La Habana, Ricardo Veloso, 1922. | La campaña autonomista. Artículos, discursos y documentos publicados en el periódico La Unión, de Güines. 1878-1895. La Habana, Ricardo Veloso, 1923.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Armas, José de «Cuentos de Cabrera», en El Fígaro. La Habana, 21 (35): 426, 1905; «Sombras que pasan» en Cuba y América. La Habana, 2ª época, 20, 7 (2): 36-37, nov. 1916. | Bernal, Emilia. «Sombras eternas, por Raimundo Cabrera», en La Nación. La Habana, 4 (870): 1, mar. 9, 1919. | Borrero y Echeverría, Esteban. «Un libro. Sobre Borrador de viajes» en El Fígaro, La Habana, 22 (27): 411, 1911. | Calcagno, Francisco. «Mis buenos tiempos», en El Fígaro. La Habana, 7 (29): 3, 1891. | Camps, Gabriel. «Mis buenos tiempos (al correr de la pluma)» en La Habana Literaria. La Habana, 2 (7): 150-152, abr. 15, 1892. | Cruz, Manuel de la. «Galería de Cuba y sus jueces», en El Fígaro. La Habana, 7 (21): 3, 1891. | Chacón y Calvo, José María. Don Raimundo Cabrera o la evocación creadora. Discurso leído en la sesión pública celebrada en conmemoración del centenario del nacimiento del ilustre cubano el día 18 de diciembre de 1852. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1952. | Entralgo, Elías. «Tres forjadores finiseculares de la conciencia nacional: Rafael M. Merchán, Raimundo Cabrera y Diego Vicente Tejera y Calzado», en Cuadernos de la Universidad del Aire. La Habana, 4 (48): 376-389, mar. 2, 1953. | Fernández Valdés, Manuel. «Raimundo Cabrera», en Revista Bimestre Cubana. La Habana, 18: 162-170, 1923. | Gálvez, Wenceslao. «Cabrera y sus obras», en El Fígaro. La Habana, 7 (17 y 18): 6 y 2-3 resp., 1891. | García Curbelo, Nicolás. «El inicio literario de Raimundo Cabrera», en Revista Bimestre Cubana. La Habana, 42: 120-123, 1939. | González Curquejo, Antonio. Raimundo Cabrera. Su labor en la Sociedad Económica. La Habana [1923?]. | González Gutiérrez, Diego. «Vida y acción de Raimundo Cabrera», en Revista Bimestre Cubana. La Habana, 71: 255-265, segundo semestre, 1956. | Márquez Sterling, Manuel. «Los personajes de Raimundo Cabrera. Con motivo de su última novela», en El Fígaro. La Habana, 35 (22): 639, 1918; «Raimundo Cabrera y su obra», en La Nación. La Habana, 3 (498): 3 y 12, feb. 20, 1918. | Martínez Echemendía, Luciano R. «Elogio fúnebre del Sr. Dr. Raimundo Cabrera», en Revista Bimestre Cubana. La Habana, 19: 241-283, 1924. | Montoro, Octavio. «Recuerdos biográficos de Raimundo Cabrera», en Revista Bimestre Cubana. La Habana, 59: 265-272, 1927. | Montoro, Rafael. «Raimundo Cabrera 'Amigo del País'», en Revista Bimestre Cubana. La Habana, 18: 171-177, 1923. | Núñez Jiménez, Antonio. «El deportado Raimundo Cabrera», en Bohemia. La Habana, 62 (19): 96-97, may. 8, 1970. | Pogolotti, Marcelo. «Raimundo Cabrera y las lacras coloniales», en su La república de Cuba al través de sus escritores. La Habana, Editorial Lex, 1958, p. 11-15. | Ponce de León, Néstor. «Mis buenos tiempos (Memorias de estudiante). Por [...]. Leído por su autor en la velada de la Sociedad Literaria Hispano-Americana, la noche del 17 del corriente», en El Porvenir. Nueva York, 2 (86): [2-3] oct. 28, 1891. | Reyna, Emilio Jorge. Raimundo Cabrera. Estampa de centenario. La Habana, Impresos Alejandro López, 1951. | Salazar, Salvador. Elogio del Dr. Raimundo Cabrera y Bosch. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1925. | Valdés Rodríguez, Manuel. «Una vida de labor: Raimundo Cabrera», en El Fígaro. La Habana, 29 (10): 111, 1913. | Zayas, Alfredo. «La segunda edición de Mis buenos tiempos», en La Habana Literaria. La Habana, 2 (23): 255-256, dic. 15, 1892.
 

CABRISAS, Hilarión (La Habana, 9.5.1883-Id., 9.4.1939). Cursó sus primeros estudios en Barcelona. Se graduó de bachiller en el Instituto de Matanzas. Durante algún tiempo trabajó con la compañía dramática de Enrique Borrás. De vuelta a Matanzas, participa en las tertulias que con el nombre de «Areópago bohemio» se celebraban en los bajos del Palacio Provincial. Se inicia en el periodismo en La Nueva Aurora, de Matanzas, y pasa después a La Correspondencia, de Cienfuegos. En 1917 se traslada a La Habana. Trabaja en El Día como jefe de redacción y también colabora en Diario de la Marina, Heraldo de Cuba, El Fígaro. Fue miembro de la Academia Nacional de Artes y Letras, del Círculo de Bellas Artes (de cuya Sección de Literatura era presidente al morir), de la Asociación de Escritores Americanos y de la Asociación de la Prensa, de la que fue secretario. En el Concurso Bracale (1918) fue premiado su libreto para ópera Doreya, el cual, con música de Eduardo Sánchez de Fuentes, fue estrenado en el Teatro Nacional de La Habana el 7 de febrero del mismo año.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Esperanza. Poema. Pról. de Agustín Acosta. Matanzas, Tomás González, 1911. | Doreya. Leyenda ideológica en un acto y dos cuadros. Libro de Hilarión Cabrisas, música de Eduardo Sánchez de Fuentes. Pról. de Fernando Ortiz. La Habana, Imp. La Prueba, 1919. | Breviario de mi vida inútil. Versos 1932. «A manera de prólogo», por Jesús Masdeu. La Habana, Carasa, 1932. | El sentido del dolor en el arte. Discurso de ingreso del [...], leído por su autor en la sesión solemne celebrada el día 25 de noviembre de 1937. Contestación al discurso [...] por el presidente de la Academia doctor Eduardo Sánchez de Fuentes. La Habana, Molina, 1937 (Academia Nacional de Artes y Letras). | La caja de Pandora [Poesía]. La Habana, Editorial Hermes, 1939. | Sed de infinito [Poesía]. «Palabras de gratitud», por Antonio Iraizoz. La Habana, Editorial Hermes, 1939. | La sombra de Eros [Poesía]. La Habana, Editorial Hermes, 1939.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Alfonso Roselló, Arturo. «El homenaje a Hilarión Cabrisas», en Carteles. La Habana, 18 (10): 20, mar. 6, 1932. | Arce, Luis A. de. «Cabrisas. Trópico», en su Nicolás Stankévitch. Hilarión Cabrisas. Nevada sobre el trópico. Bocetos. La Habana, P. Fernández, 1941, p. 15-24. | Iraizoz, Antonio. «Despedida a Hilarión Cabrisas», en su Libros y autores cubanos. Santa María del Rosario [Madrid], Editorial Rosareña, 1956, p. 104-106. | Jaume, Adelita. «La caja de Pandora, de Hilarión Cabrisas», en Alfanje, La Habana, 2 (10): 16, 29, dic., 1939. | Lázaro, Ángel. «Recuerdo de unas décimas. En la muerte de Hilarión Cabrisas», en Carteles. La Habana, 33 (19): 27, may. 7. 1939; «Apuntes. Obra póstuma y ejemplo trascendente. A propósito de la edición de las obras de Hilarión Cabrisas», en Carteles. La Habana, 34 (48): 27, nov. 26, 1939. | Lezcano, Miguel. «Hilarión Cabrisas», en Arte. La Habana, 7 (218): 10, nov. 15, 1920. | Remos, Juan José. «Sobre la tumba de Hilarión Cabrisas», en Diario de la Marina. La Habana, 90 (87): 4, abr. 11. 1942. | Roa, Raúl. «Hilarión Cabrisas», en su 15 años después. La Habana, Editorial Librería Selecta, 1950, p. 551. | Villazón Deus, Santiago. «Hilarión Cabrisas, repórter de policía», en Anuario El País. La Habana, : 53-54, 1940. | Vitier, Cintio. «Hilarión Cabrisas», en su Cincuenta años de Poesía cubana (1902-1952). La Habana, Ministerio de Educación. Dirección de Cultura, 1952, p. 47.
 

Caimán Barbudo, El (La Habana, 1966-   ). «Suplemento mensual de cultura publicado por [el diario] Juventud Rebelde», se leía en sus primeros números. Comenzó a salir en marzo, dirigido por Jesús Díaz y con un consejo de redacción integrado por Juan Ayús (a la vez responsable del diseño gráfico), Elsa Claro, José Luis Posada (también encargado de las ilustraciones), Mariano Rodríguez Herrera y Guillermo Rodríguez Rivera. Desde el número 5 aparece Guillermo Rodríguez Rivera como jefe de redacción; Elsa Claro y Mariano Rodríguez Herrera, como redactores, y Silvia Freyre como secretaria de la redacción. A los redactores anteriormente relacionados se unen, desde el número 8, Luis Rogelio Nogueras, Orlando Alomá y Ricardo J. Machado, y desde el número 10, Víctor Casaus. A partir de este último número comparte la responsabilidad de la redacción, con Rodríguez Rivera, Luis Rogelio Nogueras, quien queda posteriormente como único responsable (número 15). Desde ese mismo momento sale como «Publicación quincenal de cultura del periódico Juventud Rebelde». Los antiguos redactores integran entonces un consejo de redacción, al que se suma Mariano Rodríguez Herrera. Con la salida del número 17 termina su primera época, en la cual se publicaron números dedicados a Puerto Rico (4), a Santiago de Cuba (5), a los nuevos poetas (número especial del 20 de enero de 1967 en saludo al «Encuentro con Rubén Darío»). En enero de 1968 (número 18), coincidiendo con el Congreso Cultural de La Habana -al cual está dedicado el número-, comienza su segunda época, en la que la publicación pondrá «énfasis fundamental hacia el objetivo de despertar el interés de los jóvenes en la Literatura y en el Arte». Ve la luz ahora como «Suplemento cultural del periódico Juventud Rebelde». Lo dirige Félix Sautié. A partir del número 23 asume la dirección Alberto Arufe, con Lina de Feria como jefe de redacción. Desde el número 27, Roberto Díaz y María Grant se encargan de la redacción. Como una forma de lograr el objetivo fundamental que se había propuesto la publicación al comenzar su segunda época, se crean las secciones «Grupos Caimán» (desde el número 27), dedicada a publicar trabajos de los jóvenes escritores integrantes de dichos grupos, y «Un periscopio en ascensión» (desde el número 31), para dar a conocer a los jóvenes creadores latinoamericanos. A partir del número 41 queda como una publicación independiente y comienza a ser dirigida por Armando Quesada. Nilda Miranda, que desde el número anterior se había incorporado a la redacción, queda en la misma junto a Roberto Díaz. En este mismo número anuncian el nuevo consejo de redacción, que comenzará a funcionar desde el próximo: Adolfo Cruz, Alejandro G. Alonso, Daniel Díaz Torres, Excilia Saldaña, Eduardo López, Eduardo Heras, Enrique Cirules, Lina de Feria, Guillermo Cabrera, Mario Mencía, Nilda Miranda, Roberto Díaz, Salvador Morales, Sergio Chaple y Waldo Leyva. Este consejo de redacción se convirtió posteriormente (número 47) en un comité de colaboración, al cual se fueron uniendo nuevas figuras, como Max Figueroa, Mirtha Yáñez, Frank Fernández, a la vez que otras dejaron de pertenecer al mismo. Un nuevo cambio en la dirección se produjo a partir del número 50: ahora Roberto Díaz ocupa el cargo de director, con Excilia Saldaña, Nilda Miranda y Enrique Cirules en la redacción, a la que se incorporarán posteriormente Francisco Garzón Céspedes y Armando Oleaga (número 51). Desde el número 61 se ocupan de la redacción Cirules y Garzón Céspedes, a los que se unen después Zayda Inerárity (número 65), Omar González Jiménez (número 67). A partir del número 68 dejó de funcionar el comité de colaboración y quedaron como integrantes de la redacción los dos últimos mencionados, más Osvaldo Navarro. Desde el número 71 es su director Francisco Noa, y Víctor Martín se ha sumado a la redacción. A partir del número 83 integra también la redacción Adolfo Suárez. Desde el número 86 Osvaldo Navarro pasa a ocupar la jefatura de redacción; desde el 93, Zayda Inerárity cesa en la redacción. En esta segunda época ha presentado interesantes números dedicados a la poesía nueva en Latinoamérica (26), a la literatura de ciencia ficción (28), al cine cubano (30), a la historia del libro en Cuba (33), a Matanzas (34), al «boom» de la novela hispanoamericana (suplemento al número 38), a la poesía joven (44) y otros. El Caimán Barbudo no ha centrado su atención solamente en lo literario, sino que -como señalaba su subtítulo- ha abarcado todos los campos del quehacer cultural en nuestro país y en Latinoamérica: política, sociología, música, artes plásticas, arquitectura, teatro, cine. Sus páginas han difundido las nuevas ideas que en esos diversos campos de la cultura han surgido al calor de la época convulsa que vive el continente. Han sido sus colaboradores los nuevos escritores y críticos cubanos surgidos al calor de la Revolución, entre los que se destacan, además de los antes citados como redactores y como pertenecientes al comité de colaboración, Félix Contreras, Salvador Arias, Belkis Cuza Malé, Helio Orovio, Froilán Escobar, Efraín Nadereau, Jesús Cos Cause, David Fernández, Sigifredo Álvarez Conesa, Pedro Pérez Sarduy, Rigoberto Cruz Díaz, Rolando López del Amo, Manuel López Oliva, Raúl Rivero, Julio Travieso, Antonio Conte, Mercedes Santos Moray, Hugo Chinea, Leonardo Acosta, Virgilio Perera, Bladimir Zamora, Arturo Arango, Pedro de la Hoz, Nilda Miranda, José Rivero García, Luis Beiro Álvarez, Alex Fleites, Freddy Artiles, Carlos Suárez, Enrique de la Uz, Alexei Dumpierre, Ariel Hidalgo, Carlos Álvarez Sanabria, Alberto Palenque, Eduardo López Morales y otros. También han prestado su colaboración, ocasionalmente, reconocidas figuras de la literatura cubana y latinoamericana, como Fina García Marruz, Raúl Roa, José Antonio Portuondo, Raúl Aparicio, Nicolás Guillén, Eliseo Diego, Julio Le Riverend, Félix Pita Rodríguez, Fayad Jamís, entre los primeros, y Mario Benedetti, René Depestre y Roque Dalton, entre los segundos. BIBLIOGRAFÍA

Díaz Martínez, Manuel. «Caimán Barbudo», en El Mundo. La Habana, 64 (21 548): 4, abr. 7, 1966. | Lazo, Raimundo. «Una 'profesión' que no existe», en El Mundo. La Habana, 66 (22 144): 2, mar. 7, 1968. | «Mundo católico. Algunas observaciones a El Caimán Barbudo. El Padre Teilhard de Chardina [sic] S. J. y el mundo de la fe», en El Mundo. La Habana, 65 (21 725, 21 731, 21 737 y 21 743): 10, 9, 5 y 9, oct. 30, nov. 6, 13 y 20, 1966, resp, | Rivero. Raúl. «El Nuevo Regañón. Unos poetas y otros...», en Juventud Rebelde. La Habana, : 5, mar. 3, 1967. | Yanes, José. «¿Qué estamos haciendo?», en El Mundo. La Habana, 65 (21 825): 4, feb. 28, 1967.
 

CALCAGNO, Francisco (Güines, Habana, 3.1827 Barcelona, España, 22.3.1903). Hijo del médico italiano Juan Francisco Calcagno y Monti. Realiza los primeros estudios en su pueblo natal. Pasa al Colegio Carraguao de La Habana, y después cursa Filosofía y Letras en nuestra Universidad. Viaja por los Estados Unidos, Francia e Inglaterra y amplía sus conocimientos de idiomas. De regreso a Güines por la muerte de su padre (1860), crea allí la primera biblioteca, la primera imprenta, la primera academia de idiomas y el primer periódico (Álbum Güinero, 1862), todos con sede en su propia casa. En La Habana, de 1864 a 1869, desempeña la subdirección del colegio San Francisco de Asís y Real Cubano. Debido a nuestras guerras de independencia, emigra a España y establece residencia en Barcelona. Colaboró en La Unión, El Progreso, La Habana, El Faro Industrial, La Prensa, La Razón, El País, La Libertad, La Habana Literaria, La Ilustración de Cuba, El Hogar. Publicó una colección titulada Poetas de color, con versos de Plácido, Manzano, etcétera, y entre los que incluía los suyos, firmados bajo el seudónimo de Moreno esclavo Narciso Blanco. Esta colección apareció primero en publicaciones periódicas y luego como libro (La Habana, Imp. Mercantil, 1878; Id., 1887) Tradujo del francés las obras de teatro Adriana Lecouvreur (Nueva York, Imp. Baker y Godwin, 1855), de E. Scribe, Ángelo, tirano de Padua (Nueva York, Imp. Baker y Godwin, 1855) y Torquemada (México, D.F.-Barcelona, 1891; 2ª ed. Barcelona, Tip. Moderna, 1900), de Víctor Hugo. Tradujo al francés un proverbio dramático de C. Navarrete (1887). Usó los seudónimos Narciso Blanco, Un desocupado, Ignoto, Claude La Marche, Schochiklofkfwerhpruchisk.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Mesa revuelta. Colección de artículos de amena literatura, opúsculos, juicios críticos, historietas, novelas, folletines, revistas viejas y otras muchas cosas. T. 1. La Habana, Est. Tip. La Antilla, 1860. | Notas cronológicas de Güines y su jurisdicción. Seguida de la historia de los Principales edificios públicos y de los datos estadísticos de más importancia. La Habana, Imp. Nacional, 1862 | Escenas cubanas. Güines, 1863. | Mesa revuelta; o sea, Recopilación de composiciones antiguas y modernas; entre las cuales figuran picantes agudezas, cuentos, chistes, epigramas, chascarrillos, anécdotas & muy útiles para los enfermos, enamorados, perseguidos de los ingleses, amigos de velorios & e indispensable para los que han llevado calabazas o que padecen arranquitis. Cuaderno tercero. La Habana, Imp. Militar, 1863. | Calcañotipos o sea retratos a la pluma, por un nuevo sistema de mi invención. Güines, Imp. La Antillana, 1864. | Poesías del negro esclavo Narciso Blanco [La Habana?], 1864. | Historia de un muerto y noticias del otro mundo [Novela]. La Habana, Imp. del Directorio, 1875; 2ª ed. Historia de un muerto. Meditaciones sobre las ruinas de un hombre. Barcelona, Casa Editorial Maucci, 1898. | Diccionario biográfico cubano. New York-La Habana, N. Ponce de León-D.E.F. Casona, 1878-1886. | Uno de tantos. Novela cubana. La Habana, Imp. del Avisador Comercial, 1881; 2ª ed. Romualdo. Uno de tantos. La Habana, Est. Tip. El Pilar, 1891. | El vaso de agua con panales [Disertación de física]. La Habana, Imp. de E. Fernández Casona, 1885. | Y yo entre ellas. Ociosidad escrita hace mucho tiempo por un desocupado [En verso]. La Habana, Imp. E. F. Casona, 1885. | El catecismo autonómico o la autonomía al alcance de todos. La Habana, Imp. Obispo 34, 1887. | Los crímenes de Concha. Escenas cubanas. La Habana, Imp. de E. L. Casona, 1887. | En busca del eslabón. Historia de monos. Barcelona, Imp. de S. Manero, 1888. | El aprendiz de zapatero. Monólogo. La Habana, Imp. El Pilar, 1891. | Apuntes biográficos del ilustre sabio cubano D. Tranquilino Sandalio de Noda. Matanzas, Imp. Galería Literaria, 1891. | Las Lazo. La Habana, Imp. El Aerolito, 1893; 2ª ed. Id., 1894; 3ª ed. Mina. La hija del presidiario. Novela cubana histórica, Barcelona, Est. Tip. de J. Famades, 1896. | Recuerdos de antes de ayer. La Habana, Imp. El Pilar, 1893. | Zanella [Conferencia]. Barcelona, Imp. de Salvador Manero, 1893. | Don Enriquito. Novela histórica cubana. La Habana, Imp. El Pilar, 1895; 2ª ed. Un casamiento misterioso. (Musiú Enriquito). Novela cubana. Barcelona, Imp. de T. Lozano, 1897; 3ª ed. Barcelona, Casa Editorial Maucci, 1899. | El emisario. Novela cubana. Pról. de Antonio Guiteras. Barcelona, Librería Ed. Maucci, 1896. | S. I. Novela cubana histórica. Barcelona, Est. Tip. de J. Famades, 1896; 2ª ed. La Habana, Imp. La Discusión, 1916. | La República, única salvación de la familia cubana. Barcelona, Casa Editorial Maucci, 1898. | Aponte. Barcelona, Tip. de Francisco Costa, 1901. 2 t.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Cruz, Manuel de la. «Francisco Calcagno», en su Cromitos cubanos (Bocetos de autores hispanoamericanos). La Habana, Est. Tip. La Lucha, 1892, p. 229-253. | Cuesta Jiménez, Valentín Bernardo. Biografía de D. Juan Francisco Calcagno. Pról. de Raimundo Cabrera. Güines [Habana], Est. Tip. La Universal, 1916. | [Ferrer], Horacio. «Crítica literaria, En busca del eslabón», en El Fígaro. La Habana, 5 (13): 3-6, 1889. | Figarola Caneda, Domingo. «Francisco Calcagno [...]», en El Fígaro. La Habana, 19 (17): 199, 1903. | Varona, Enrique José. «Notas editoriales: el Diccionario biográfico cubano», en Revista Cubana. La Habana, 4: 568-571, 1886; «Revista de libros. Nota sobre Los crímenes de Concha, por Francisco Calcagno», en Revista Cubana. La Habana, 7: 85, 1888.
 

CALLEJAS, Bernardo (La Habana, 19.1.1941). Cursó la primaria en su ciudad natal y hasta 5º año de bachillerato en el Instituto de La Habana, en donde dirigió la revista Raíces. En 1957 se vio precisado a trasladarse a Estados Unidos por su participación en actividades políticas. Allí se vinculó con el Directorio Revolucionario y cursó estudios de High School. Tras el triunfo de la Revolución fue empleado municipal, dirigente de los Jóvenes Rebeldes y miembro de la Comisión Nacional de Alfabetización. Asistió al VIII Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes (Helsinki, 1962). Viajó a la Unión Soviética. Fue jefe de redacción de Hoy Domingo y director de la página internacional de Mella. Ha colaborado en 13 de Marzo, Combate, Unión, La Gaceta de Cuba, Pueblo y Cultura, Cuba, Arte 7, Hoy, Granma, Bohemia, Vida Universitaria, Alma Mater. Con sus libros de cuentos El tratado de Westfalia (1969) y Para aprender a manejar la pistola (1970) obtuvo el premio de la Comisión de Extensión Universitaria. Ganó mención de cuento en los concursos UNEAC de 1970 y 1971. Licenciado en Lenguas y Literaturas Hispánicas en la Universidad de La Habana. Trabaja como asesor literario en la Comisión de Extensión Universitaria. Algunos de su poemas han sido traducidos al ruso.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

El tratado de Westfalia. La Habana, Impresora Universitaria «André Voisin», 1970. | Para aprender a manejar la pistola. La Habana, Comisión de Extensión Universitaria, 1971. | ¿Qué vas a cantar ahora? [Cuento]. Habana, UNEAC, 1971.
 

CALLEJAS, Félix (Bogotá. Colombia, 18.5.1878-La Habana, 22.3.1936). Hijo de padres cubanos, realizó sus primeros estudios en la ciudad de La Habana. Fue profesor de gramática en la Escuela Normal y ocupó importantes cargos en la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes. Junto con Miguel de Carrión creó las revistas Cuba Pedagógica (1903), especializada, y La Edad de Oro (1904), infantil. También, en 1912, fue redactor-propietario de otra revista para niños: Primavera. Colaboró además en El Fígaro (1903-1929), en cuyo concurso de poesía de 1904 obtuvo el primer premio, y en Cuba y América. Fue jefe de redacción de Letras (1910) y Revista de agricultura, comercio y trabajo (1918-1921). Como periodista se destacó sobre todo por su sección humorística titulada «Arreglando el mundo», firmada con el seudónimo Billiken, la cual mantuvo durante unos veinte años, primero en La Prensa y a partir de 1917 en El Mundo. En 1929 creó el semanario satírico Billiken, que alcanzó gran popularidad. Fue miembro fundador de la Academia Nacional de Artes y Letras. Escribió el argumento para la película de propaganda del ejército El soldado Juan (1920) y una comedia titulada Ama de casa.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Vibraciones [Poesía]. La Habana, Imp. Ruiz, 1903. | Vox Patriae [Poesía]. La Habana, Imp. Rambla y Bouza, 1908. | Arreglando el mundo. La Habana, Imp. Artística Comedia, 1914.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Cabrera, Raimundo. «Félix Callejas y su libro» [Arreglando el mundo], en Cuba y América, La Habana, 2ª época, 19, 3 (5): 178, feb. 1915. | Carbó, Sergio. «Los libros nuevos: Arreglando el mundo», en El Fígaro. La Habana, 30 (34): 402, 1914. | Carbonell y Rivero, José Manuel. «Félix Callejas (1878)», en su La poesía lírica en Cuba. Recopilación dirigida, prologada y anotada por [...]. T. 5. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1928, p. 65-66 (Evolución de la cultura cubana. 1608-1927, 5). | Carbonell y Rivero, Miguel Ángel. Félix Callejas. De Espronceda a Rabelais. De poeta desencantado a ironista agresivo. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1927. | Carrión, Miguel de. «Félix Callejas y su libro Vibraciones», en Azul y Rojo. La Habana, 2 (33): [4] ago. 16, 1903. | Montero, Tomás. «Miguel de Carrión. Félix Callejas», en su Caras y caretas (de nuestro ambiente criollo). La Habana, Editorial Montiel, 1951, p. 122-125. | Poveda, Héctor. «[Cierto poeta...]», en Revista de Avance. La Habana, 2, 3 (18): 7, ene. 15, 1928. | Vignier, Rafael. «Billiken y su libro», en Brisas del Yayabo. La Habana, 3ª época. 4 (11): 1, sep. 30, 1914.
 

CALLEJAS Y ANAYA, José María (San Luis del Caney, Oriente, 1.8.1772-La Habana, 31.3.1833). Sentó plaza de cadete a los 15 años. En España continuó estudios militares. Fue ascendido a teniente en 1805. Posteriormente participó en la lucha contra los franceses. Ya con el grado de capitán de infantería regresó a nuestra isla en 1810. Cinco años después fue nombrado comandante interino de artillería de Santiago de Cuba. Trasladado a La Habana, abogó por la creación de un colegio militar (1823). Embarcó a México en 1824 y tomó parte en las últimas defensas españolas en ese país. Enfermo, regresó a Cuba. Aquí continuó su carrera militar, en la que obtuvo numerosas condecoraciones y distinciones. Fue miembro de la Sociedad Patriótica. Entre sus trabajos se encuentran un Proyecto de acueducto de Santiago de Cuba (1821), un plano de La Habana (1824), una Relación de 47 maderas que se emplean frecuentemente en la Isla de Cuba [...] (publicada en el Mensajero Semanal. New York, oct. y nov. de 1829). Al morir, víctima de la epidemia de cólera, colaboraba en un Diccionario Enciclopédico Militar. Su Historia de Santiago de Cuba la redactó en 1823.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Historia de Santiago de Cuba. Pról. de Fernando Ortiz. La Habana, Imp. La Universal, 1911.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Saco, José Antonio. «Necrología. Al aniversario de la muerte del [...]», en su Colección de papeles científicos, históricos, políticos y de otros ramos sobre la Isla de Cuba ya publicados, ya inéditos. T. 2. París, Imp. de D'Aubusson y Kugelmann, 1858, p. 380-385.
 

CAMACHO, Pánfilo D. (San Cristóbal, Pinar del Río, 21.7.1903-La Habana, 3.6.1962). Hijo de campesinos, trabajó en la agricultura mientras estudiaba. Se graduó de bachiller en el Instituto de Pinar del Río. Trasladado a La Habana, en su Universidad obtuvo el título de Doctor en Derecho Civil. Ejerció como periodista profesional. Fue profesor de la Escuela Técnica Industrial «José B. Alemán». Llegó a desempeñar el cargo de Fiscal de Partido. Su trabajo José Antonio Saco. Esbozo biográfico fue premiado por la Sociedad Económica de Amigos del País en 1929. Colaboró en El Triunfo, Excélsior, Revista Bimestre Cubana, Revista de La Habana. Al morir era secretario de la Academia de la Historia de Cuba.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

José Antonio Saco. Estudio biográfico. La Habana, Imp. Molina, 1936. | Estrada Palma, el gobernante honrado. La Habana, Editorial Trópico, 1938. | Eduardo Machado, el legislador trashumante. La Habana, Editorial Trópico, 1943. | Biografía de la Cámara de la Guerra Grande. Trabajo presentado por [...] y aprobado en la sesión ordinaria de 15 de abril de 1943. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1945. | Las generaciones creadoras. Discursos leídos en la recepción pública del [...] la noche del 7 de marzo de 1946; contesta en nombre de la Corporación el Dr. Diego González Gutiérrez. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1946. | Márquez Sterling, un hombre positivo. Conferencia leída en la Escuela de Periodismo Manuel Márquez Sterling, el día 9 de diciembre de 1946. Presentación de Margot Salas Marrero. La Habana, P. Fernández, 1947. | Marta Abreu, una mujer comprendida. La Habana, Editorial Trópico, 1947. | Enrique Collazo, libertador e historiógrafo. Discurso leído por [...] en la sesión pública celebrada el 28 de mayo de 1948, conmemorativa del primer centenario del nacimiento del general Enrique Collazo. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1948. | Martí una vida en perenne angustia. Discurso leído por [...] en la sesión pública celebrada el 27 de enero de 1948, conmemorativa del nacimiento de José Martí. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1948. | Varona, un escéptico creador. La Habana, Sociedad Lyceum, 1949. | Aguilera. El precursor sin gloria. La Habana, Publicaciones del Ministerio de Educación. Dirección de Cultura, 1951. | Montoro, líder del autonomismo. Discurso por [...] leído en la sesión pública celebrada con motivo del centenario del ilustre tribuno el 24 de octubre de 1952. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1952. | Martí y el Partido Revolucionario Cubano. Discurso leído en la sesión pública celebrada el día 10 de abril de 1953. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1953. | Martí, un genio creador. Discurso leído en la sesión pública celebrada el día 27 de enero de 1956. La Habana, El Siglo XX, 1956.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Ardura, Ernesto. «Varona, un escéptico creador», en Revista Cubana. La Habana, 24: 445-447, ene.-jun., 1949. | «Pánfilo D. Camacho», en El Mundo. La Habana, 61 (20 361): 4, jun. 5, 1962.
 

Camafeos (La Habana, 1865). Revista. Comenzó el 30 de abril, en forma semanal. Fue fundada y dirigida por Ángel Mestre y Tolón, quien firmaba sus producciones con las iniciales A. M. i [sic] T. A partir del 2 de julio ocupa la dirección José Socorro de León, el cual encubrió su nombre con el seudónimo Las tres calaveras hasta la entrega del 10 de septiembre. Algunos trabajos suyos aparecieron con el seudónimo Gil Blas. Publicó la revista, fundamentalmente, sátira literaria y política sobre personajes de la época a través de sus poesías y artículos. Además salían agudas semblanzas que se complementaban con las caricaturas y retratos de Nássaro. Fueron sus colaboradores, entre otros, Bertoldo Araña (seud. de José Fornaris), Joaquín Pablo Posada, Fernando Urzáis, Gerónimo Sanz, Un matancero (seud de Eliseo Giberga), Naitano y El hijo del Yucayo. Cesó su publicación el 15 de octubre de 1865 con la entrega 24. Compilado por Araceli García-Carranza se publicó su índice en Índices de revistas cubanas. Siglo XIX (La Habana, Biblioteca Nacional José Martí. Depto. Colección Cubana, 1970, p. 353-404).

BIBLIOGRAFÍA

[García-Carranza, Araceli]. «Camafeos (1865)» en Índices de revistas cubanas. Siglo XIX Compilados por [...]. La Habana, Biblioteca Nacional José Martí. Depto. Colección Cubana, 1970, p. 315-352.
 

Camagüey Ilustrado (Camagüey, 1910-?). «Revista dominical», se lee en el ejemplar más antiguo encontrado, correspondiente el 13 de febrero. Era dirigida por Ernesto de Ugarriza. Recogió parte de la historia de la ciudad. Publicó notas de libros y revistas de la época, cuentos y otros trabajos de carácter general. Colaboraron en sus páginas Ramón Roa, Modesto Corvisón, José Manuel Poveda, Onelio Freyre, Gaspar J. Betancourt, Isolina de Torres Barthelemy, Antonio P. Pichardo y otros. Además reprodujo poemas de conocidos escritores hispanoamericanos de la época. El último número encontrado corresponde al 12 de junio de 1910.
 

CAMPOAMOR, Fernando G. (Artemisa. Pinar del Río, 4.6.1914). Su nombre completo es Fernando González-Campoamor. Bachiller en el Instituto de La Habana, cursó High School en Louisiana (EE.UU.). Posteriormente se graduó de Doctor en Filosofía y Letras en la Universidad de La Habana. En 1935 fundó en Artemisa, bajo el nombre de Proa, una revista y una editorial. Ha viajado por casi todos los países de nuestro continente, además de por España, Francia, Rumania, Hungría, Bulgaria y Yugoslavia. Fue corresponsal internacional de O Cruzeiro (Brasil), París Match (Francia) y El Nacional (Venezuela). Obtuvo los premios periodísticos «Juan Gualberto Gómez», «Álvaro Reynoso» y «Enrique José Varona». Desempeñó los cargos de responsable de la plana cultural de Pueblo (1937-1939), jefe de redacción del Diario Nacional (1946) y responsable de la plana política de Alerta. Ha colaborado también en Bohemia, Revista Bimestre Cubana, Revista Cubana, Lyceum, Gaceta del Caribe, Universidad de La Habana, Tiempo, El Mundo, Casa de las Américas, La Gaceta de Cuba y Unión. Además en Hispania, Hispánica Moderna y Stanford University (EE.UU.), Repertorio Americano (Costa Rica), Universidad de Antioquía (Colombia), Revista Nacional de Cultura y Universidad Central (Caracas), Claridad (Buenos Aires), Universidad (Sta. Fe, Argentina), Babel (Santiago de Chile). Dirigió el Museo Hemingway, del Consejo Nacional de Cultura.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

La tragedia de Cuba. Estudio social en Marcos Antilla. La Habana, Editorial Hermes, 1934. | Tres notas en un tono. Artemisa (Pinar del Río), Editorial Proa, 1936. | Martí, hombre total. Conferencia. La Habana, Publicaciones de la Secretaría de Educación. Dirección de Cultura, 1937. | Discurso al hombre. La Habana, Alfa, 1939. | Archipiélago. Con tarjeta de Gabriela Mistral. La Habana, Editorial Alfa, 1941. | Siembra de aniversario. La Habana, La Verónica, 1941. | Vendimia en capricornio. Artemisa, Editorial Proa, 1941. | Órbita de España. Guión de Lino Novás Calvo. La Habana, Editorial Proa, 1943. | Azcárate, hombre aparte. La Habana, Imp. Ayón, 1946. | Que su llama nos queme. La Habana, Impresora Vega, 1953.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Barreras, Antonio. «Perfil de Fernando G. Campoamor», en Heraldo Pinareño. Pinar del Río, nov. 1, 1941. | C[astro] L[ila]. «[Que su llama nos queme, de Fernando Campoamor]», en Revista de la Biblioteca Nacional. La Habana, 2ª serie, 4 (3): 169-171, 1953. | «Fernando G. Campoamor», en Premio Varona. Año IV. La Habana, P. Fernández, 1948, p. 85. | «Fernando G. Campoamor. Archipiélago [...]», en América. La Habana, 14 (1 y 2): 91, abr. may., 1942. | «Fernando G. Campoamor. Órbita de España [...]», en América. La Habana, 36 (1 y 2): 92-93, ene.-feb., 1948. | González Contreras, Gilberto. «Archipiélago. La Habana, 1941», en Universidad. Publicación de la Universidad Nacional del Litoral. Santa Fe (Argentina), (11): 235-237, 1942. | Landaluce, M. L. «Ensayo. Fernando G. Campoamor. Órbita de España [... ]», en Feria del Libro. La Habana, 1, 1 (6): 7, may., 1943. | Marinello, Juan. «La Tragedia de Cuba, por Fernando G Campoamor», en Masas. La Habana, 1 (6): 22-23, oct.-nov., 1934. | Pando y Ruiz, Irene. «Fernando de Campoamor. La tragedia de Cuba», en Revista Bimestre Cubana. La Habana, 35 (1): 144-146, ene.-feb., 1935.
 

CAMPOS, Diego de (Siglo XVIII). Presbítero. Incluido en la historia de la literatura cubana por su Relación de décimas en torno a la prisión del obispo Morell de Santa Cruz cuando la toma de La Habana por los ingleses. Aunque López Prieto señala que algunos lo suponen natural de Santa Clara, Trelles cree que era español. Este último autor menciona que el Pbro. Campos se opuso a la exacción del donativo eclesiástico mandado por el gobernador inglés de La Habana, conde de Albemarle (1762); también dice que «se embarcó para España». Versos de Diego de Campos se incluían en el folleto Oración fúnebre, que en las exequias de D. Juan Rosa Tellez, expensadas. Por el Dr. Juan Tellez su Hermano Sacriftan mayor de las Parroquiales, y Auxiliares de la Ciudad de la Havana, dixo En el Monafterio de Carmelitas Defcalsas de ella el 26 de Octubre de, 1764. El R. P. Pedro Rothea de la Compañía de Jefus. (Con licencia en la Havana en la Imprenta del Cómputo Eclesiástico. Año 1765) [sic]. Según Pérez Beato un Diego de Campos «Teniente de Cura beneficiado de la parroquial mayor de La Habana, aparece firmando las partidas desde el día 15 de Noviembre hasta el 28 de Julio de 1768. Las últimas firmas están hechas por mano poco segura».

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Relación y diario de la prissión y deftierro del Illíma. Sr. D. Pedro Agustín Morell de Santa Cruz, digniffimo Sr. Obifpo de esta ifla de Cuba, Xamayca y Provincias de la Florida del Confejo de S. M. que mâdó executar al Exmo. Sr. Conde de Albemarle conquiftador de efta ciudad de la Havana. Havana, Imp. de Cómputo Eclefiático, 1762 [sic].

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Carbonell, José M. «Diego de Campos», en su La poesía lírica en Cuba. Recopilación dirigida, prologada y anotada por [...]. T. 1. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1928, p. 87 (Evolución de la cultura cubana. 1608-1927. l). | Lezama Lima, José. «Diego Campos», en su Antología de la poesía cubana. T. 1. La Habana, Consejo Nacional de Cultura, 1965, p. 165-166. | López Prieto, Antonio. Parnaso cubano. Colección de poesías selectas de autores cubanos desde Zequeira a nuestros días, precedida de una introducción histórico-crítica sobre el desarrollo de la poesía en Cuba, con biografías y notas críticas y literarias de reputados literatos por [...]. T. 1. La Habana, editor, Miguel de Villa, 1881, p. XXV-XXIX. | Pérez Beato, Manuel. «Noticias curiosas referentes a escritores de los siglos XVII y XVIII», en Bibliografía cubana del siglo XIX. T. 2. (1826-1840), de Carlos M. Trelles. Matanzas, Imp. Quirós y Estrada, 1912, p. 304. | Trelles, Carlos M. «El sitio de La Habana y la dominación británica en Cuba», en Anales de la Academia de la Historia. La Habana, 5: 42, ene.-dic., 1923.
 

CAMPS, David (Pinar del Río, 8.11.1939). Se inició como actor teatral en 1956. De 1957 a 1960 trabajó con Teatro Estudio. El Consejo Nacional de Cultura lo contrató a partir de 1962 como director y asesor teatral. En sus labores de dirección ha dado preferencia a las producciones de autores cubanos. Ganó mención de teatro en el concurso Casa de las Américas 1971 con En el viejo sueño. Ha colaborado en Diario Libre, Unión, La Gaceta de Cuba. Como autor tiene estrenadas las obras La oficina, Las siete, La fiesta, La tía Paca, En la parada llueve. Adaptó para teatro infantil la novela de Jean Ollivier Colin Lantier (La Habana, Imp. del C.N.C., 1967).

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Balance [Cuento]. La Habana, Eds. R, 1964 (Cuadernos Erre, 19).

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Boudet, Rosa Ileana. «La vuelta en redondo» [Sobre En la parada llueve], en La Gaceta de Cuba, La Habana, (80): 31-32, ene., 1970. | Pozo, Orlando del. «Tres cuentistas jóvenes», en Unión. La Habana, 4 (2): 169-173, abr.-jun., 1965.
 

CAÑIZARES, Dulcila (Santiago de las Vegas, Habana, 1.5.1936). Graduada de maestra en la Escuela Normal de Kindergarten (1956), de música en el Conservatorio Falcón y de italiano en el Círculo Cultural Italo-cubano. Después del triunfo de la Revolución trabajó como periodista en la revista Cuba. Más tarde fue coordinadora de su edición en ruso. Ha colaborado en Mujeres, Romances, Lunes de Revolución, Islas, Signos, La Gaceta de Cuba y Unión. Ha hecho traducciones del portugués y del italiano. Desde 1971 se ocupa en investigaciones. Entre esa fecha y 1975 trabajó en la biografía-testimonio de Gonzalo Roig. Poemas suyos han aparecido en países de Europa y América, traducidos al inglés, portugués e italiano.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Raíces y ternura. Poesía. La Habana, 1960. | Eu sou a poesía. Lisboa, 1961. | Cicatrices de sol. Poesía. La Habana, Ediciones El Puente, 1962. | Déjame donde estoy. Poesía. La Habana, UNEAC, 1966.
 

CAPIRÓ, Eligio Eulogio (Santa Clara, 1.12.1825-Id., 5.1.1859). Realizó sus primeros estudios en la Academia de Santa Clara, de la que fue después profesor. Graduado de maestro, fundó una academia propia, que mantuvo durante cuatro años. Aunque no publicó libro, composiciones suyas en verso aparecieron en las colecciones Lágrimas sobre la tumba del Pbro. D. José Dionisio Veitia (Villa-Clara 1845) y Cuba poética: colección escogida de las composiciones en verso de los poetas cubanos desde Zequeira hasta nuestros días (La Habana, Imp. de la Vda. de Barcina, 1858). En colaboración con Manuel D. González y Miguel J. Gutiérrez escribió la comedia de costumbres, en 3 actos y en verso, Idealismo y realidad (1848). Como periodista colaboró en El Eco de Villaclara y en La Prensa (La Habana). Junto con Manuel D. González y José de Jesús Velis creó en 1856 La Alborada, el segundo periódico de Santa Clara, en donde utilizó el seudónimo de Florentino Ligero. Dedicado a su memoria se publicó el folleto Ofrenda consagrada a la memoria de Eligio E. Capiró la noche del 1º de noviembre de 1865, al ser colocado su retrato en el salón principal de la Sociedad Filarmónica (Villaclara, Imp. El Siglo, 1865).

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Gutiérrez, Miguel Jerónimo. «Eligio Capiró como poeta», en Biografía de Miguel Jerónimo Gutiérrez, revolucionario y poeta cubano, de Luis Marino Pérez. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1912, p. CXL-CLV. | Machado y Gómez, Eduardo. Eligio Eulogio Capiró como hombre privado. Villaclara, Imp. de El Alba, 1865.
 

CARBALLIDO REY, José Manuel (Güines, Habana, 15.3.1913). Cumplidos los doce años, pasa con su familia a Melena del Sur en la provincia de La Habana. Hacia 1930 comienza a trabajar en el central Merceditas. Trasladado a La Habana, labora como sastre y dependiente, a la vez que cursa estudios de maestro normalista. Por aquel entonces se integra a las luchas antimachadistas en el Ala Izquierda Estudiantil. Más adelante ingresa en Unión Revolucionaria Comunista y llega a militar en las filas del Partido Socialista Popular. Se gradúa de Doctor en Pedagogía y en Filosofía y Letras en la Universidad de La Habana. También comenzó estudios de derecho. Profesor de gramática en una escuela primaria superior de la capital (1939), luego pasa a la Escuela Normal de La Habana, donde fue jefe de despacho (1939-1952). En 1941 gana primera mención en el concurso latinoamericano de cuento «Hernández Catá», y dos años más tarde el primer premio. Ha colaborado en Gaceta del Caribe, Orígenes, Bohemia, Carteles, El País Gráfico, Romances, Hoy Domingo, Palante, El Nacional (México), La Nación (Buenos Aires), El Nacional (Caracas). Vinculado a la radio y la televisión nacionales como autor y publicista desde comienzos de la década del 50, al crearse en 1960 el Instituto Cubano de Radiodifusión pasa a desempeñar distintas funciones dentro del organismo, a la vez que continúa en su labor de autor de programas dramáticos y humorísticos para televisión.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

El gallo pinto y otros cuentos. La Habana, Eds. Unión, 1965.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Bueno, Salvador. «José Manuel Carballido Rey. 1913», en su Antología del cuento en Cuba (1902-1952). La Habana, Dirección de Cultura del Ministerio de Educación, 1953, p. 307; «El gallo pinto y otros cuentos», en Unión. La Habana, 4 (4): 171-172, oct.-dic., 1965. | Lorenzo Fuentes, José. «Ambiente y tipos de la Cuba de ayer», en Bohemia. La Habana, 57 (35): 28-29, ago. 27, 1965. | Portuondo, José Antonio. «José Manuel Carballido Rey (1913)», en su Cuentos cubanos contemporáneos. Selección, pról. y notas de [...]. México, D.F., Editorial Leyenda, 1946, p. 213.
 

CARBALLO, Manuel de los Santos (Bolondrón, Matanzas...? 1855-La Habana, 1.4.1898). De padres acaudalados, al estallar la guerra del 68 su familia se ve obligada a abandonar el país por causas económicas y persecuciones políticas. Se establecen en Jalapa, México. De regreso a Matanzas, Carballo trabaja como redactor en el periódico liberal autonomista La Mañana (1889) de Bonifacio Byrne, y dirige el semanario ilustrado Artes y Letras (1893). Colaboró además en La Habana Elegante (donde aparecieron poemas suyos y sus «Palabras en homenaje a Casal») y, ocasionalmente, en Gris y Azul y en El Fígaro. Al comenzar la guerra del 95 se traslada a La Habana, en donde vive enfermo y pobre hasta su muerte. Fue amigo de los Uhrbach y de Byrne. Juana Borrero confesaba que tenía a Voces en la noche entre sus libros de cabecera.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Voces en la noche [Versos]. Pról. de Nicolás Heredia. Matanzas, Imp. La Propaganda, 1893. | Leyenda de la carne. Colección de poemitas. I. Mundano. Matanzas, Imp. El Escritorio, 1895. | Temblorosas. Versos para mujeres. La Habana, Imp. El Fígaro, 1895.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Carbonell, José Manuel. «Manuel de los Santos Carballo (1855-1898)», en su La poesía lírica en Cuba. Recopilación dirigida, prologada y anotada por [...]. T. 4. La Habana, Imp. El Siglo XX 1928, p. 212-214 (Evolución de la cultura cubana. 1608-1927, 4). | Hernani, seud. de José de Jesús Márquez. «Crítica literaria sobre Manuel Santos Carballo», en El Hogar. La Habana, : 4, dic., 31, 1893. | Sanguily, Manuel. «Un poeta matancero» [Sobre Voces en la noche], en su Juicios literarios. T. 1. La Habana, Molina, 1930, p. 205-213 (Obras de Manuel Sanguily, 7).
 

CARBONELL Y FIGUEROA, Néstor Leonelo (Sancti Spíritus, Las Villas, 22.5.1846-[La Habana?] 8.11.1923). Cursó estudios bajo la dirección de Honorato del Castillo. Muy joven aún se incorporó a la lucha independentista. Después de terminada la Guerra de los Diez Años se dedicó al magisterio. Dadas las condiciones políticas del país, emigró a Estados Unidos (1887) y trabajó activamente para lograr la unión de los emigrados revolucionarios. Fundó el Club «Ignacio Agramonte». Estuvo entre los iniciadores del Partido Revolucionario Cubano, una de cuyas presidencias en Tampa desempeñó. Editó el Álbum de la Sociedad Política Cubana «Ignacio Agramonte» (Nueva York, Imp. de El Porvenir, 1891), dedicado a conmemorar el alzamiento del 68. A su regreso a Cuba se dedicó al periodismo. Colaboró en Patria, El Porvenir, Yara, El Cubano, La Lucha, Revista de la Florida. Fundó Contienda. Cultivó la poesía.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Resonancias del pasado. 1º de septiembre de 1916. La Habana, Imp. La Prueba, 1916.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Cortina, José Manuel. Néstor Leonelo Carbonell. Discurso pronunciado por [...] la tarde del lunes 22 de mayo de 1950, en los Salones de la Asociación Nacional de Emigrados Revolucionarios Cubanos, con motivo de conmemorarse el natalicio de Carbonell. La Habana [1950?]. | Jústiz y del Valle, Tomás de. Elogio del Sr. Néstor Leonelo Carbonell. Leído por [...] en la sesión pública celebrada el 22 de mayo de 1946. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1946. | Martí, José. «[Néstor Carbonell]», en su Obras completas. T. 5. La Habana, Editorial Nacional de Cuba, 1963, p. 354.
 

CARBONELL Y RIVERO, José Manuel (Alquízar, Habana, 3.7.1880-?, 20.3.1968). Hijo de Néstor Leonelo Carbonell. Recién nacido fue llevado a Tampa, EE.UU. Allí fundó el periódico El Expedicionario (1896). Combatió en la manigua, donde alcanzó el grado de teniente. Durante los primeros años de la República perteneció al Partido Liberal. Figuró entre los alzados de 1906. En 1907 fue nombrado secretario de la Jurisprudencia General de Escuelas de Cuba. Se graduó de Doctor en Derecho Público en la Universidad de La Habana (1914). En 1919 fundó, con Manuel Márquez Sterling, el Partido Nacionalista. Miembro fundador y presidente de la Academia Nacional de Artes y Letras (1910) y director de sus Anales. También era miembro de la Academia Cubana de la Lengua, de la Academia de la Historia de Cuba, del Ateneo de La Habana y de otras instituciones latinoamericanas. Asistió como delegado a varias conferencias internacionales en representación oficial. Colaborador en La Lucha, La Discusión, Heraldo de Cuba, La Nación, El Fígaro, Azul y Rojo y Letras, en la que también desempeñó el cargo de director. Fue embajador de Cuba en México. Viajó por toda Europa. Bajo la dictadura de Batista fue consejero consultivo (1952-1955) y asesor técnico (1956) del Ministerio de Estado. Recopiló, en dieciocho tomos, una antología de prosa y poesía cubanas con el título Evolución de la cultura cubana. 1608-1927 (La Habana, Imp. El Siglo XX y Montalvo y Cárdenas, 1928). Utilizó los seudónimos Tampa, Cacarajícara, Gerardo de Lavernier y René de Roban.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Enrique Villuendas. Discurso pronunciado en la velada que en homenaje a su memoria se celebró en el teatro Payret la noche del 22 de noviembre de 1905. La Habana, Imp. El Liberal, 1905. | La visión del águila (canto a la patria). La Habana, Rambla, Bouza, 1908. | Alrededor de un gran poeta: Leopoldo Lugones. Conferencia pronunciada el 17 de marzo de 1912, en el Conservatorio Nacional de Música. La Habana, Imp. Seoane y Álvarez, 1912. | Gonzalo de Quesada. Discurso pronunciado en la sesión solemne que celebró la Academia Nacional de Artes y Letras al cumplirse el primer aniversario de la muerte de Gonzalo de Quesada el 9 de enero de 1916. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1916. | La más fermosa; historia de un soneto. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1917. | Frente a la América imperialista la América de Bolívar. Discurso pronunciado en la Academia Nacional de Artes y Letras en la inauguración del curso 1922-1923. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1922. | Mi libro de amor. Poesías. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1922. | Patria. Poesías. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1922. | Penachos. Poesías. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1923. | Miguel Teurbe Tolón; poeta y conspirador. Discurso pronunciado en la inauguración del curso académico 1923-1924. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1924. | Pedro Santacilia: su vida y sus versos. Discurso pronunciado en la inauguración del curso académico 1923-1924. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1924. | Discursos pronunciados en las fiestas celebradas en Lima, Perú, en la conmemoración del centenario de la batalla de Ayacucho, y trabajo presentado como delegado de Cuba al III Congreso Científico celebrado en Lima del 20 de diciembre de 1924 al 6 de enero de 1925. La Habana, Imp. Rambla. Bouza, 1925. | Leopoldo Turla: su poesía y su actuación revolucionaria. Discurso pronunciado en la inauguración del curso académico de 1926-1927. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1926. | Discurso pronunciado en el homenaje conmemorativo del centenario de la muerte de Beethoven celebrado el 26 de marzo de 1927. La Habana, 1927. | Pedro Ángel Castellón; poeta y rebelde. Discurso pronunciado en la inauguración del curso académico de 1928-1929, por el presidente de la Academia Nacional de Artes y Letras [...] Memoria del curso académico de 1927-1928 por el secretario de la Academia Ramón A. Catalá. La Habana, Imp. Avisador Comercial, 1928. | Juan Clemente Zenea; poeta y mártir. Discurso pronunciado en la sesión inaugural del curso académico de 1929-1930. La Habana, Imp. Avisador Comercial, 1929. | Los poetas cubanos y el ideal de independencia. Discurso pronunciado por [...] en la fiesta literaria celebrada en el Teatro Nacional el 21 de mayo de 1927, para conmemorar el vigésimo quinto aniversario del establecimiento de la República. La Habana, Imp. Avisador Comercial, 1929. | Los poetas de El laúd del desterrado: Quintero, Teurbe Tolón, Santacilia, Turla, Castellón, Zenea. Prefacio de Enrique José Varona. La Habana, Imp. Avisador Comercial, 1930. | El dolor de los ciegos y la piedad cubana. Discurso pronunciado el día 25 de junio de 1932. La Habana, Montalvo y Cárdenas, 1932 | Manuel Sanguily: adalid, tribuno y pensador. Discurso pronunciado por [...] en la sesión solemne, que para inaugurar los trabajos del curso académico 1925-1926 y honrar la memoria de Manuel Sanguily, se celebró en el Teatro Nacional (Habana) la noche del 20 de noviembre del año 1925. La Habana, Editorial Lex, 1948. | Discurso pronunciado el 24 de febrero de 1953, en la sesión solemne ordenada por el Consejo Consultivo para conmemorar el Centenario natal de José Martí y el aniversario de la revolución del 24 de febrero de 1895. La Habana, Editorial Carbonell, 1953.| Los orígenes del Ateneo de La Habana. Pról. de José María Chacón y Calvo. La Habana, Editorial Carbonell, 1953. | Carlos A. Boissier y Díaz. Discurso leído el día 24 de junio de 1958. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1958.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Cohucelo, Pedro José. «José Manuel Carbonell», en su Apostolado de amor. La Habana, Editorial Cuba, 1925, p. 368-375. | Jerez Villarreal, J. «Lo que falta y lo que sobra en la Evolución de la cultura cubana [...]», en Diario de la Marina. La Habana, 96 (140): 2, 3ª sección, may. 20, 1928. | Lázaro, Ángel. «En México. Carbonell y la casa de Cuba», en Carteles. La Habana, 25 (27): 30, jul. 2, 1944. | Ruilópez, Ramón. «Nuestros poetas. José Manuel Carbonell», en Cuba y América. La Habana, 14, 31 (3): 31-32, mar., 1910.
 

CARBONELL Y RIVERO, Miguel (Tampa, Florida, 11.5.1894-La Habana, 10.7.1967). Hijo de Néstor Leonelo Carbonell, vino a Cuba con su familia al terminarse la guerra. Se graduó de Derecho en la Universidad de La Habana. Trabajó como redactor de Letras y secretario de redacción de Heraldo de Cuba, El Universal y, más tarde, de La Libertad. Fue editorialista de La Nación, de Márquez Sterling, y fundador, con Enrique Mazas, de La Palabra Libre. Colaboró además en El Comercio. Fue fundador, junto con Manuel Sanguily, del Partido Nacionalista (1917). Como diplomático representó a Cuba en República Dominicana, Haití, Guatemala y México. Viajó además por Italia, Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Bélgica, Holanda, Alemania, Pakistán, Persia, India, etcétera. Miembro de la Academia Nacional de Artes y Letras, de la Academia de la Historia de Cuba y de la Academia Cubana de la Lengua. Fue Doctor Honoris Causa de la Universidad de Haití y miembro de su Consejo de Dirección. Era también miembro correspondiente de varias instituciones culturales latinoamericanas. Asistió a numerosos congresos internacionales. Pronunció conferencias en las universidades de México, Buenos Aires, Quebec, Santo Domingo, La Habana.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Hombres de nuestra América. Pról. de Ismael Clark, La Habana, Imp. La Prueba, 1915. | Evocando al maestro. La Habana, Imp. Seoane y Fernández, 1919. | Los parias. La Habana, Imp. Seoane y Fernández, 1920. | La ruta del fundador. La Habana, Imp. Seoane y Fernández, 1920; 2ª ed. Id., 1923. | El peligro del águila. La Habana, Imp. Seoane y Fernández, 1922; 2ª ed. La Habana, Ed. Guáimaro, 1926. | Antonio Maceo. La Habana, Imp. La Prueba, 1924; La Habana, Ed. Guáimaro, 1926; 2ª ed. La Habana, Imp. Molina, 1934; 4ª ed. La Habana, Tip. Caraso, 1935 | El elogio de los fundadores. La Habana, Ed. Guáimaro, 1926; 2ª ed. Id., 1939. 2 t. | Sembradores y propulsores. La Habana, Ed. Guáimaro, 1926. | Félix Callejas. De Espronceda a Rabelais. De poeta desencantado a ironista agresivo. Discurso de ingreso como miembro de número de la Sección de Literatura, por [...]. Discurso de contestación por Emilio Gaspar Rodríguez. Leídos en la sesión solemne celebrada por dicha corporación la noche del 31 de mayo de 1927. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1927. | En el pórtico. La Habana, Ed. Guáimaro, 1928; 2ª ed. Id., 1938. | La literatura como factor de acercamiento entre los pueblos latinoamericanos. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1928. | En la tribuna. La Habana, Ed. Guáimaro, 1930-1940. 3 t. | El americanismo de Bolívar. La Habana, Ed. Guáimaro, 1938. | Billiken. La Habana, Ed. Guáimaro, 1938. | Juan Gualberto Gómez. La Habana, Ed. Guáimaro, 1938. | Palabras de apoteosis. La Habana, Ed. Guáimaro, 1938. | El poeta de la guerra. La Habana, Ed. Guáimaro, 1938. | Sanguily. La Habana, Ed. Guáimaro, 1938. | Eusebio Hernández. La Habana, Ed. Guáimaro, 1939. 2 t. | La farsa proteccionista. La Habana. Ed. Guáimaro, 1939. | Las generaciones literarias. 3ª ed. La Habana, Ed. Guáimaro, 1939. | Un héroe pintado por sí mismo. La Habana. Ed. Guáimaro. 1939. | Páginas libres. La Habana, Ed. Guáimaro, 1939. | El Sanguily que yo conocí. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1949. | El Varona que yo conocí. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1950. | Una imagen de Céspedes. Discurso leído por [...] en la sesión solemne de su ingreso como académico de número el día 14 de noviembre de 1957. Contestación en nombre de la corporación por Juan J. Remos y Rubio. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1957. | Presencia de Martí en la guerra. Discurso leído en la sesión solemne celebrada el día 27 de enero de 1958. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1958.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

«Miguel Ángel Carbonell. Sanguily [...]», en América. La Habana. 3, (2): 94, ago., 1939.
 

CARBONELL Y RIVERO, Néstor (Alquízar, Habana, 4.5.1883-La Habana, 30.6.1966). En 1887 emigró con su familia a Estados Unidos. Cursó la primera educación con su padre, Néstor Leonelo Carbonell. Regresó a Cuba y estudió bachillerato en el Instituto de Pinar del Río. Más tarde obtuvo el título de Doctor en Derecho Público en la Universidad de La Habana. Fue embajador de Cuba en Argentina y Perú y ministro enArgentina, Chile y Colombia. Tuvo los cargos de Inspector Especial en el Departamento de Instrucción Pública y director de la Oficina Pan Americana de la Secretaría de Estado. Miembro de la Academia de la Historia de Cuba, de la Academia Nacional de Artes y Letras, de la Academia Cubana de la Lengua y de varias instituciones latinoamericanas. Fundó las revistas Letras y Don Pepe, esta última infantil. Colaboró además en El Mundo y La Unión Española. Fundó las ediciones Biblioteca Cubana. Publicó algunas obras de carácter histórico en colaboración con Emeterio Santovenia. Cultivó la oratoria académica. Utilizó los seudónimos Leonel, X, Tartaria, Carlos de Yolanda.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Martí: su vida y su obra. I. Oración pronunciada el día 23 de febrero de 1911, en el Ateneo de La Habana. La Habana, Imp. y Papelería de Rambla y Bouza, 1911. | Martí; su vida y su obra. El poeta. II. Conferencia pronunciada el domingo 23 de febrero de 1913 en los salones del Ateneo de La Habana. La Habana, Seoane y Fernández, 1913| | Próceres. Ensayos biográficos. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1919; La Habana, Montalvo y Cárdenas, 1928. | Martí, su vida y su obra. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1923. | Prosas oratorias. La Habana, Editorial Guáimaro, 1926 | Las conferencias internacionales americanas. La Habana, Montalvo y Cárdenas, 1928. | José Martí: apóstol, héroe y mártir. Oración pronunciada en el Instituto Popular de Conferencias, sala de fiestas de «La Prensa», el día 16 de junio de 1933. Buenos Aires, Julio Suárez, editor, 1933. | Elogio del Coronel Fernando Figueredo Socarrás. Leído por [...] en la sesión solemne celebrada en la noche del 11 de julio de 1935. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1935. | Resumen de una vida heroica. Discurso leído por [...] en la sesión pública celebrada el 13 de junio de 1945. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1945. | Un capítulo de la autobiografía de Martí. Discurso leído por [...] en la sesión pública celebrada el 26 de enero de 1946, conmemorativa del nacimiento de José Martí, La Habana, Imp. El Siglo XX, 1946. | El General Ramón Leocadio Bonachea. Discurso leído por [...] en la sesión pública celebrada el 11 de abril de 1947. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1947. | En torno a una gran vida. Discurso leído en la sesión solemne celebrada el día 10 de octubre de 1948. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1948. | Martí: sus úliimos días. Discurso leído en la sesión solemne celebrada el día 19 de mayo de 1950. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1950. | Martí: carne y espíritu. T. 1. La Habana, Seoane, Fernández, 1951; Id., 1952, 2 t. | Elogio del Sr. Gerardo Castellanos García. Leído por [...] en la sesión solemne celebrada el 22 de febrero de 1957. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1957. | Tampa: cuna del Partido Revolucionario Cubano. Discurso leído por [...] en la sesión solemne de apertura del Año Académico 1957-1958 el día 9 de octubre de 1957. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1957. | El Marqués. Notas al margen de una gran vida. La Habana, Sociedad Colombista Panamericana. Depto. de Imprenta, 1958.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Lázaro, Ángel. «Dentro del cincuentenario. Un libro sobre Martí», en Carteles. La Habana, 33 (4): 56, ene. 27, 1952 | «Néstor Carbonell. Martí: carne y espíritu [...]», en América. La Habana, 44 (1): 91-92, jul., 1954. | Proteo, seud. de ?. «Próceres, por Néstor Carbonell [...]», en Arte. La Habana, 7 (198-199): 22-23, dic. 30, 1919-ene. 15, 1920.
 

CÁRDENAS Y CHÁVEZ, Miguel de (La Habana, 29.9.1808-Id., 1.1.1890). Estudió filosofía en el Real Instituto de San Isidro, de Madrid, y el primer año de la carrera de Derecho. Ingresó en el ejército y sirvió en la Guardia Real. Formó parte del Regimiento de La Habana con el grado de teniente. Más tarde, como capitán, ingresó en el Regimiento de Valencey. Tiempo después, formó parte de las Milicias de Caballería como Coronel Agregado. Fue socio de mérito de la Sociedad Económica de Amigos del País, vocal de la Junta de Maternidad y Beneficencia y miembro de la Junta Superior de Instrucción Pública. Fue además Consejero de Administración, Gentilhombre de Cámara y Senador del Reino. Colaboró en La Prensa, Diario de La Habana, El Artista, Revista de La Habana, El Correo, La Civilización, La Floresta y Faro Industrial de La Habana, en el que trabajó también como corredactor. En La Gaceta de Puerto Príncipe publicaba, en prosa o verso, un folletín semanal de costumbres.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

El castellano de Cuéllar. Drama en cuatro actos y verso. La Habana, 1839. | Flores cubanas. Colección de poesías dedicadas a las habaneras. La Habana, Imp. del Gobierno, 1842. | Al descubrimiento de América por Cristóbal Colón. La Habana, Imp. del Gobierno, 1847. | Poesías. Madrid, Imp. de N. Lorenci, 1854.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Carbonell, José Manuel. «Miguel de Cárdenas y Chávez (1808-1890)», en su La poesía lírica en Cuba. Recopilación dirigida, prologada y anotada por [...]. T. 2. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1928, p. 166-167 (Evolución de la cultura cubana. 1608-1927, 2). | «Crítica literaria», en Prensa de La Habana. La Habana, 4ª época, 14 (165 y 166): 2, jul. 6 y 7, 1855, resp.
 

CÁRDENAS Y RODRÍGUEZ, José María de (Limonar, Matanzas, 30.12.1812-Guanabacoa, Habana, 14.12.1882). Comenzó sus estudios en Matanzas y los continuó en La Habana, en el Colegio San Fernando, donde fue discípulo de José Antonio Saco. En 1834 se dirigió a Estados Unidos para completar sus estudios. Allí trabajó en una casa comercial y trabó amistad con Félix Varela, a quien ayudaba en la corrección de sus obras. Visitó por esa época Canadá y recorrió numerosos estados de la Unión norteamericana. Regresó a Cuba en 1837. Dos años más tarde volvió de nuevo a Estados Unidos. En 1840 se estableció definitivamente en La Habana. Comenzó su carrera literaria en La Prensa y Faro Industrial de La Habana. Colaboró tambien en El Prisma, El Artista, Revista Pintoresca, Flores del Siglo, Revista de La Habana, Revista crítica de ciencias, literatura y artes. Aparecieron poemas suyos en América poética (La Habana, 1854) y otras antologías, pero ganó su renombre como prosista satírico. Utilizó el seudónimo Jeremías de Docaransa.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

No siempre el que escoge acierta. Comedia en cuatro actos y en verso. La Habana, 1841. | Colección de artículos satíricos y de costumbres. Pról. de Cirilo Villaverde. La Habana, Imp. del Faro Industrial, 1847; 2ª ed. La Habana, Consejo Nacional de Cultura, 1963. | Un tío sordo. Comedia original en tres actos y en verso. La Habana, Imp. de Barcina, 1848.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

F. M. «José María de Cárdenas y Rodríguez (Jeremías de Docaransa)», en El Liceo de Matanzas. Matanzas, 5 (1): 84-86, ene. 15, 1883 | López Prieto, Antonio. «José María de Cárdenas y Rodríguez (Jeremías de Docaransa)», en su Parnaso cubano. Colección de poesías selectas de autores cubanos desde Zequeira a nuestros días, precedida de una introducción histórico-crítica sobre el desarrollo de la poesía en Cuba, con biografías y notas críticas y literarias de reputados literatos. T. 1. La Habana, Editor Miguel de Villa, 1881, p. 339-340. | Roig de Leuchsenring, Emilio. José María de Cárdenas y Rodríguez. La Habana, 1916; «José María de Cárdenas y Rodríguez», en su La literatura costumbrista cubana de los siglos XVIII y XIX. IV. Los escritores. La Habana, Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, 1962, p. 101-108. | Zambrana, Ramón. «Bibliografía», en Revista de La Habana. La Habana, 1: 215-219, mar.-ago., 1853.
 

CÁRDENAS Y RODRÍGUEZ, Nicolás de (Limonar, Matanzas, ? 1814-La Habana, 4.7.1868.) Hermano del costumbrista José María de Cárdenas, no tuvo la significación de éste. Muy joven se trasladó a Nueva York. En la dirección del periódico La Prensa (1841) desenvolvió su actividad más importante como periodista. Fue colaborador en El Artista, Diario de La Habana (1841), Faro Industrial de La Habana (1842). Es autor de «Apuntes para la historia de la ciudad de Nuevitas» (en Memorias de la Sociedad Económica. La Habana, : 384-394, 1847, y : 45-55, 98-112, 205-219 y 279-291, 1848). Dejó inéditas varias obras: el drama Diego Velázquez, fragmentos de la novela D. Juan, la leyenda Hatuey y artículos. Utilizó los seudónimos Un cubano ausente de su patria y Teodemófilo. Firmaba también con sus iniciales N.C.R.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Ensayo poético. Nueva York, Imp. de Guillermo Newell, 1836. | Escenas de la vida en Cuba. La Habana, Imp. de R. Oliva, 1841. | Las dos bodas. Novela original. La Habana, Oficina del Faro Industrial, 1844. | Manual del sistema vigente de contribuciones en la isla de Cuba. La Habana, Imp. del Gobierno, 1867.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

«Literatura: Las dos bodas», en Diario de la Marina. La Habana, 1 (219): 2, oct. 29, 1844.
 

CARDI, Juan Ángel (La Habana, 2.10.1914). Todavía en la escuela primaria, editó un semanario humorístico manuscrito. Trabajó como mandadero, vendedor, picapedrero, peón de albañil. Escribió para la radio y la televisión. Colaboró como periodista y dibujante humorístico en Zig-Zag, Actualidad Criolla, El Pitirre, DDT. Obtuvo el premio de cuento del Concurso 26 de Julio de las FAR, en 1970, con su libro Relatos de Pueblo Viejo. Ha recibido mención de testimonio en el Concurso 14 de junio de la UJC (1973) por Itinerario de un bombre de quince años y primera mención en el concurso de literatura policial del MININT (1974) con su novela Viernes en plural. Obtuvo la Orden «Alfredo López» por más de treinta años dedicados al periodismo. Actualmente trabaja en Palante, Verde Olivo y Bohemia.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

La morada del hombre. La Habana, 1960. | La sublime ignorancia. La Habana, 1965. | El amor es una cosa de dos. La Habana, Bolsilibros Palante, 1966. | Brevísima pero muy documentada historia de la prensa. La Habana, Eds. Palante, 1966. | Relatos de Pueblo Viejo. La Habana, Dirección Política de las FAR, 1970. | Itinerario de un hombre de quince años. La Habana, Instituto Cubano del Libro. Editorial Orbe, 1975.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Beltrán, Alejo, seud. de Leonel López Nussa. «El amor es cosa de dos», en Granma. La Habana, 2 (80): 7, mar. 22, 1966. | Mestas, María del Carmen. «El humor es una posición ante la vida», en UPEC. La Habana, 3 (10): 30-31, 1971.
 

CARDOSO, Onelio Jorge (V. JORGE CARDOSO, Onelio)
 

Carnaval, El (La Habana, 1886-[Id?]), Semanario político y satírico. Fundado y dirigido por Emilio Bobadilla. Comenzó a editarse el 20 de marzo. Publicó caricaturas y críticas literarias del propio Bobadilla, firmadas con su conocido seudónimo Fray Candil. Se destaca la aparecida en el número correspondiente al 11 de abril de 1886, que trata sobre la Poética de Campoamor. El ejemplar antes citado fue el último visto.
 

CARPENTIER, Alejo (La Habana, 26.12.1904-París, 24.4.1980). Su primera infancia transcurre en el Cotorro (Habana). Realiza estudios en el Candler College y en el colegio Mimó, interrumpidos por un viaje a Francia en 1912; en París asistió a clases en el Liceo de Jeanson de Sailly. Estudia música con su madre. Inicia la carrera de arquitectura en la Universidad de La Habana (1921), pero pronto la abandona. En ese mismo año comienza a hacer periodismo en La Discusión -donde tiene a su cargo la sección de «Obras famosas»- y luego en Chic, El Heraldo de Cuba y Social. En 1923 es nombrado jefe de redacción de Hispania y, al año siguiente, de Carteles, revista en la que colaborará asiduamente hasta 1948. Escribe una historia de los zapatos para el órgano oficial de la Unión de Fabricantes de Calzado. Participa en la famosa Protesta de los Trece (1923), liderada por Rubén Martínez Villena, y se integra al Grupo Minorista. Asiste a un congreso de escritores celebrado en México (1926), viaja por el país y entabla amistad con el pintor Diego Rivera. Está entre los fundadores de la Revista de Avance, en 1927. En ella publica su poema «Liturgia». Por esa época sufre prisión, acusado de «comunista». En la cárcel escribe la primera versión de su novela ¡Ecue-Yamba-O! Liberado, organiza junto con Amadeo Roldán conciertos de «música nueva», en los que se estrenan en Cuba obras de Stravinsky, Poulenc, Eric Satie, Malipiero. Colabora en Musicalia, Revista de La Habana, Aventura en Mal Tiempo (Santiago de Cuba). En 1928 escribe los argumentos de ballet La Rebambaramba y El milagro de Anaquillé, musicalizados por Amadeo Roldán. Conoce a Robert Desnos en un congreso de periodistas que se celebra en La Habana y, con el pasaporte y los papeles de identidad de éste, abandona subrepticiamente el país. Mariano Brull, funcionario de la embajada cubana en Francia, le arregla su estancia en ese país. Allí trabaja como jefe de redacción de la revista Musicalia -fundada por el compositor mexicano Manuel Ponce-, además de colaborar en Bifur, Documents, Revista de Oriente, Cahier du Sud. Conoce a André Breton, Louis Aragon, Tristan Tzara, Paul Eluard, George Sadoul, Benjamín Peret, Chirico, Ives Tangui, Raymond Quenau, Edgar Varesse, Arthur Honegger, Pablo Picasso. Breton lo invita a colaborar en La Revolution Surrealiste. En 1930 es nombrado jefe de redacción de Imán, revista publicada en castellano. Dirige los estudios «Fonoric», de París, dedicados a grabaciones musicales y programas de radio (1933-1939); allí colabora con Robert Desnos, Antonin Artaud, Jean Louis Barrault en la elaboración de programas radiales, entre los cuales pueden citarse El gran lamento de Fantomes -emitido por el Poste Parisien- y Saludo al mundo, de Walt Whitman -donde se utilizó por primera vez la cinta magnetofónica. Viaja a Madrid, en donde publica ¡Ecue-Yamba-O! (1934) y hace amistad con Federico García Lorca, Rafael Alberti, José Bergamín, Pedro Salinas. Participa, como representante de Cuba, en el II Congreso por la Defensa de la Cultura, celebrado en Madrid y Valencia en 1937, en compañía de Nicolás Guillén, Juan Marinello y Félix Pita Rodríguez. Regresa a Cuba dos años después. Aquí trabaja en la radiodifusora del Ministerio de Educación. Imparte clases de historia de la música en el Conservatorio Nacional (1941). Colabora en Revista Cubana, Conservatorio, La Gaceta del Caribe, Orígenes, Nuestro Tiempo. Con Louis Jouvet visita Haití en 1944. Por encargo del Fondo de Cultura Económica de México, realiza investigaciones musicológicas, especialmente en Santiago de Cuba, las cuales permiten las revalorizaciones del olvidado Esteban Salas y de Manuel Saumell. Al año siguiente se instala en Venezuela, en donde realiza trabajos relacionados con la publicidad y la radio. Colabora en El Nacional de Caracas (1946-1958). Recorre la Gran Sabana Venezolana, el Alto Orinoco y el territorio amazónico entre 1947 y 1948. Con el triunfo de la Revolución cubana, en 1959, regresa a su patria. Aquí es nombrado vicepresidente del Consejo Nacional de Cultura. Imparte clases de historia de la cultura en la Escuela de Historia de la Universidad de La Habana. Al crearse la UNEAC figura entre sus vicepresidentes, además de ser uno de los responsables de la revista Unión, junto con Nicolás Guillén y Roberto Fernández Retamar. En representación oficial viaja a Bulgaria, Rumania, Hungría, Checoslovaquia, Polonia, R.D.A., China, Unión Soviética, Viet Nam. Ocupa la dirección de la Editorial Nacional de Cuba en 1963, cargo que desempeña hasta 1968, año en que es designado ministro consejero para asuntos culturales en la Embajada de Cuba en París. En estos últimos años ha pronunciado numerosas conferencias y ha participado en varios eventos y congresos internacionales, como el VII Festival del Libro Mexicano (1961), el Encuentro de Escritores organizado por la universidad de Concepción, en Chile (1962), comparecencia ante el Tribunal Russell de Estocolmo para denunciar los crímenes cometidos por los norteamericanos en Viet Nam y asistencia a los encuentros internacionales de Ginebra (1968). Ha sido jurado en importantes concursos cubanos y extranjeros. Colabora ocasionalmente en las más importantes publicaciones cubanas (Granma, Casa de las Américas, Unión, Bohemia, etcétera) y en numerosas extranjeras. Escribió los libretos de Yamba-O (1928) y La pasión negra (1932), ambos con música de Marius François Gallard, y Las puertas del sol (1970), con música de Michel Pung. Colaboró con Darius Milhaud en la cantata Invocations, con Paul Claudel en Le livre de Cristophe Colomb -para radio- y con René Dahon Maeterlink en La princese Maleine. Textos suyos han sido musicalizados por varios compositores, entre ellos el cubano Alejandro García Caturla. En Social y Carteles publicó traducciones del francés de cuentos, ensayos y artículos. Tradujo al francés el poema de Pablo Picasso El entierro del Conde de Orgaz. A partir de El reino de este mundo sus novelas han sido traducidas a distintas lenguas occidentales, incluyendo el alemán, checo, danés, eslovaco, finlandés, francés, holandés, húngaro, inglés, italiano, lituano, noruego, polaco, portugués, rumano, ruso, sueco, serviocroata, y algunas de ellas han visto numerosas ediciones. En diciembre de 1974, con motivo de cumplir su setenta aniversario, recibió numerosos homenajes, dentro y fuera de Cuba. El acto central, la noche del 26, fue organizado por el Comité Central del Partido Comunista de Cuba. En 1975, entre otras distinciones, fue investido como Doctor Honoris Causa en Lengua y Literatura Hispánicas de la Universidad de La Habana y recibió los premios internacionales «Cino del Duca» y «Alfonso Reyes 1975».

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

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CARRICANTE, Arturo R. de (La Habana,6.11.1880-Marianao, La Habana, 8.11.1948). Realizó sus primeros estudios en La Habana, donde se graduó de bachiller (1894). En 1902 viajó a México. Obtuvo el premio de crítica en los juegos florales del Ateneo y Círculo de La Habana (1908). Al año siguiente ingresó en el servicio diplomático con el cargo de cónsul de Cuba en Montevideo. Miembro electo de distintas sociedades latinoamericanas. Fue galardonado en Cuba con el Gran Premio de Literatura (1913-1914) de la Academia Nacional de Artes y Letras por su novela Historia de un vencido (El Ñáñigo). Desempeñó distintos cargos en la Secretaría de Educación y el Senado. Fundó la Biblioteca Municipal de La Habana (1920), la cual dirigió hasta 1931, y el Museo José Martí. Fue profesor del Seminario Diplomático y Consular, anexo a la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana (1921). Dirigió Helios (Marianao, 1904). El Mundo Artístico, Revista Martiniana (1921-1927), Revista Crítica y El Dictamen, ambas de Veracruz, México. Fue editor de la edición en español de The Havana Post (1907). Colaboró en La Época (1904-1905), América (1907), La Nación (1919), Azul y Rojo, El Fígaro, Bohemia, Gráfico, El Mundo, Diario de la Marina, Heraldo de Cuba, El Día, La Discusión, El Nuevo País, El Debate, Arte, El Triunfo (cuyos editoriales escribió durante doce años), El Sol (Marianao). Utilizó los seudónimos C. de Arracerit, A. R. de Castro, Blas Gil y Segundo Valbuena.

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CARRILLO Y O'FARRILL, Isaac (La Habana,11.5.1844-Id., 13.11.1901) En 1854 ingresó en el Colegio El Salvador y dos años después pasó a la Real Universidad. Cursó Filosofía, se graduó de Bachiller en Artes (1860) y de Licenciado en Derecho Civil y Canónico (1866). Fue catedrático sustituto del Instituto de Segunda Enseñanza de la Habana (1867). En 1868 ingresó en el Partido Autonomista. Fue hecho prisionero en los sucesos ocurridos en el Teatro Villanueva (1869). Al ser puesto en libertad se trasladó a Nueva York, donde continuó estudios de derecho. Se recibió de abogado en la Corte Suprema del Estado de Nueva York (1874). Fue secretario de redacción de El Mundo Nuevo, y su director durante un año en ausencia de Enrique Piñeyro. En 1899, establecida la intervención norteamericana, volvió a Cuba. Fue nombrado magistrado de la Audiencia de La Habana. Colaboró en El Siglo, Rigoletto, El Occidente (tanto en el de Guanabacoa como en el de La Habana), El País, Aguinaldo Habanero, Revista del Pueblo, El Ateneo. Publicó el periódico La Revolución, del que salió un solo número. Es autor de la novela «María» (1863), que apareció en los folletines de El Siglo. Escribió además las piezas Luchas del alma (1864), El que con lobas anda..., representada en el Teatro Tacón en 1867, y Magdalena (1868?), cuyo manuscrito se perdió.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Escoto, José Augusto. «Isaac Carrillo y O'Farrill: autobiografía y poesías escogidas», en Revista histórica, crítica y bibliográfica de la literatura cubana. Matanzas, 1 (3): 302-319, 1916. | Figarola Caneda, D[omingo]. «Isaac Carrillo y O'Farrill (Páginas de una biografía)», en Cuba y América. La Habana, 8, 5, (107): 98-101, dic. 1901.
 

CARRIÓN Miguel de (La Habana, 9.4.1875-Id., 30.7.1929). Realizó los primeros estudios en su ciudad natal. Se graduó de bachiller en 1890. Ingresó en la Escuela de Derecho, pero tuvo que abandonarla al estallar la última guerra de independencia debido a sus actividades revolucionarias. Emigró a los Estados Unidos. De regreso, en 1903, ganó por oposición una plaza de maestro de enseñanza primaria. Renunció a ella al año siguiente. En 1905 formó parte de la Asociación de Biología. Se graduó de médico en 1908 e ingresó en la Sociedad de Estudios Clínicos de La Habana. Dos años después, la Junta Rectoral de nuestra Universidad le adjudicó la Ayudantía Facultativa del Departamento de Rayos X, adscrita a la Escuela de Medicina, puesto que abandonó en 1913. A partir de entonces prestó servicios en la Asociación Cubana de Beneficencia, hasta que en 1917 ganó por oposición la cátedra de Educación Física, Juegos y Deportes y Anatomía, Fisiología e Higiene en la recién creada Escuela Normal de La Habana. Entre 1921 y 1922 trabajó directamente con el secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes. Como miembro del Partido Popular Cubano fue candidato a representante por la provincia de Oriente (1922). Reintegrado a su cátedra, en 1923, fue nombrado secretario de la escuela y formó parte de una comisión para el estudio de las reformas del Reglamento General de Instrucción Primaria. Por último, en 1926, se le nombró director de la Escuela Normal. Fue miembro de la Academia Nacional de Artes y Letras. Su abundante labor periodística comenzó en 1899 en el efímero Libertad, del que fue redactor. En 1903 fundó la revista especializada Cuba Pedagógica, en la que permaneció hasta abril de 1905. Creó, junto con Félix Callejas, la «revista para niños» La Edad de Oro (1904). También colaboró en las publicaciones Azul y Rojo (de la que fue director en 1904), El Fígaro, Cuba Contemporánea, Letras, Archivo de la Policlínica, Revista de Medicina y Cirugía, El Comercio, La Discusión, La Noche, La Lucha (de la que fue nombrado subdirector en 1919), Heraldo de Cuba. En colaboración con A. M. Aguayo publicó en 1906 la obra de texto escolar Estudios de la naturaleza. Dentro del campo, de su profesión médica publicó Los cálculos renales y su diagnóstico (La Habana, Imp. El Siglo XX, 1912). Sus novelas Las impuras y La esfinge fueron traducidas al ucraniano bajo el título común de Grishnitsi Sfinks (Per z ispah Kiev, «Dnipro», 1966). Pronunció conferencias sobre distintas materias, científicas y literarias. Dejó inconclusa en los folletines de Azul y Rojo su novela El principio de autoridad.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

El milagro. Novela. La Habana, Tipografía particular de Azul y Rojo, 1903. | La última voluntad. El doctor Risco. En familia. De la guerra. Inocencia [Cuentos]. La Habana, Alberto Castillo, editor, 1903. | Las honradas. Novela. La Habana, Librería Nueva, 1917; 2ª. ed. Id., 1919; 3ª ed. Id., 1920; La Habana, Academia de Ciencias de Cuba. Instituto de Literatura y Lingüística, 1966; La Habana, Instituto Cubano del Libro, 1973. | Las impuras. Novela. La Habana, Librería Nueva, 1919; [Lima] Imp. Torres Aguirre [1959]. 2 t.; La Habana, Instituto Cubano del Libro, 1972. | Noche Buena [Relato corto]. La Habana, Imp. Rivero Argüelles. 1924. | La esfinge. Novela. Pról. de Mario Parajón. La Habana, Comisión Nacional Cubana de la UNESCO, 1961. | La última voluntad y otros relatos. Compilación y pról. de Mercedes Pereira Torres. La Habana, Editorial Arte y Literatura, 1975.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Bernal, Emilia. «A Don Miguel de Carrión», en Bohemia. La Habana, 10 (30): 3-4, jul. 27, 1919. |, Bueno, Salvador. «Una mujer en la sociedad burguesa» [Sobre Las honradas], en Unión. La Habana, 6 (2): 168-172, abr.-jun., 1967. | Casey, Calvert. «Carrión o la desnudez», en Lunes de Revolución. La Habana, (52): 15-17, mar. 28, 1960; «La esfinge [de] Miguel de Carrión», en Casa de las Américas. La Habana, 22 (11-12): 63-65, mar.-jun., 1962. | Casteñeda, E. S. «El milagro, de Miguel de Carrión» en Azul y Rojo. La Habana, 3 (1): [2] ene. 3, 1904. | Espinosa, Ciro. «Juicio sobre la novela Las honradas, de Miguel de Carrión», en su Indagación y crítica. Novelistas cubanos. La Habana, Cultural, 1940, p. 121-175. | Gálvez, Napoleón. «Sobre una novela notable (El milagro, por Miguel de Carrión)», en La Discusión. La Habana, 16 (2): 6, ene. 2, 1904. | Hernández Guzmán, José. «Reflexiones semanales (En la muerte de Miguel de Carrión)», en El Dominical de La Lucha. La Habana, : 3, ago. 11, 1929. | Hernández Portela, Ramiro. «Miguel de Carrión y su libro» [Sobre La última voluntad], en Azul y Rojo. La Habana, 2 (6): [5] feb. 8, 1903. | «Homenaje a Miguel de Carrión» en Cuba en la UNESCO. La Habana, 2 (3) sep., 1961 | Lufriú, René. «Notas de un diletante. Las impuras [...]», en El Fígaro. La Habana, 36 (28): 740, jul. 27, 1919. | Mañach, Jorge. «Glosas, Miguel de Carrión», en Excélsior-El País. La Habana, 7 (213): 2, ago. 2, 1929; «Glosas. Las honradas», en Excélsior-El País. La Habana, 7 (217): 2, ago. 6, 1929; «Glosas. El mensaje de Las honradas», en Excélsior-El País. La Habana 7 (219): 2, ago. 8, 1929. | Mañalich, Ramiro. «Miguel de Carrión y Cárdenas, como pedagogo», en Ideas. La Habana, 2 (2): 88-96, sep., 1929. | Márquez Sterling, M. «El milagro», en El Fígaro. La Habana, 19 (51): 626, dic. 20, 1903. | Montori, Arturo. «La obra literaria de Miguel de Carrión», en Cuba Contemporánea. La Habana, 7, 11 (84): 337-352, dic., 1919. | Pogolotti, Marcelo. «El bovarismo criollo» e «Independencia de la mujer», en su La república de Cuba al través de sus escritores. La Habana, Editorial Lex, 1958, p. 50-52 y 54-56, resp. | Puñal [F. L.]. «Acerca de Las impuras. Este año se celebra el centenario del nacimiento de Miguel de Carrión», en Juventud Rebelde. La Habana, : 3, jun. 23, 1975. | Remos, Juan J. «La personalidad literaria de Miguel de Carrión», en Ideas. La Habana, 2 (2): 97-107, sep., 1929. | «Revista de Impresos. La última voluntad, por Miguel de Carrión», en Cuba y América. La Habana, 7 (49): 748, feb. 15, 1903. | Saavedra, Héctor de. «A través de la vida: Crítica de libros. Las impuras [...]», en El Fígaro. La Habana, 36 (25-26): 681, jul. 6-13, 1919. | Torre, Miguel Ángel de la. «Tras la última página. Las impuras [...]», en Heraldo de Cuba. La Habana, 8 (260): 2, oct. 4 1919. | Valle, Adrián del. «El milagro», en Cuba y América. La Habana, 8, 14 (4): 108, ene. 24, 1904. | Varona, Enrique José. «Una novela nietzscheana» [Sobre El milagro], en El Fígaro. La Habana, 21 (6): 62, feb. 5, 1905; «[Carta a Miguel de Carrión sobre Las honradas]», en El Fígaro. La Habana, 34 (38): 728, oct. 21, 1917, | XX, seud. de José Manuel Fuentevilla? «Cinematógrafo habanero» [Sobre La última voluntad], en El Comercio. La Habana, 18 (39): [2] feb. 15, 1903. | Yedra, Elena. «La imagen de la mujer en la obra de Miguel de Carrión: Las honradas», en Islas. La Habana, (51): 121-152, may.-ago., 1975. | Zayas, Fernando de. «La última voluntad», en El Típógrafo. Matanzas, 3 (10): [1] mar. 8, 1903.
 

Carteles (La Habana, 1919-1960). Revista mensual de espectáculos y deportes. Comenzó a salir en junio. Fue fundada por Óscar H. Massaguer, quien ocupó inicialmente la dirección y administración. Desde febrero de 1922 ocupó la jefatura de redacción Federico de Ibarzábal. A partir de mayo de 1924 la revista cambia el formato y toma el subtítulo de «Semanario Nacional». Señala, además, que «inicia hoy una nueva era de prosperidad, esperando pueda en beneficio de sus lectores, desarrollar un extenso programa de iniciativas, que lo conviertan en la mejor revista gráfica de Cuba Republicana». El 30 de noviembre de 1924 Alfredo T. Quílez, que era antes gerente general, se convierte en director, y Emilio Roig de Leuchsenring asume la dirección artística. Desde el 26 de abril de 1925 Alejo Carpentier ocupa la jefatura de redacción. A partir del 2 de enero de 1927 Roig de Leuchsenring asume la subdirección. Desde el 1º de abril de 1928 sólo presenta el nombre del director. En el año 1930 aumenta el número de sus páginas. A partir del 17 de mayo de 1931 Conrado W. Massaguer ocupa la dirección artística, Arturo Alfonso Roselló la jefatura de redacción y Alejo Carpentier la redacción en París. Desde el 23 de septiembre de 1934 vuelve a presentar solamente el nombre de Quílez como director. El 19 de mayo de 1950 presenta el siguiente lema: «Más que una revista una institución nacional, dedicada a servir a Cuba, no a servirse de Cuba.» Comenzó a editar un suplemento infantil a partir del 2 de mayo de 1952. Desde el 10 de enero de 1954 la revista pasó a ser propiedad de Bohemia y Antonio Ortega fue su director. Carteles divulgó esencialmente temas de actualidad e información. Presentó, desde mayo de 1924, una sección editorial sobre política cubana, la cual fue suspendida desde comienzos de 1932 hasta la caída del dictador Machado. Más tarde, hacia 1956, este editorial desaparece lentamente y reaparece al triunfar la Revolución en enero de 1959. Presentó, mediante reportajes, entrevistas o artículos, los acontecimientos políticos y sociales, nacionales e internacionales, más sobresalientes de la época. Publicó, como constante, los artículos costumbristas, históricos y políticos de Emilio Roig de Leuchsenring, muchos de los cuales aparecieron bajo sus seudónimos El curioso parlanchín, U. Noquelosabe, Cristóbal de La Habana, Enrique Alejandro de Hermann. Además aparecían con frecuencia trabajos acerca de la mujer, la educación, la historia de Cuba y universal, las artes plásticas, las figuras cubanas e hispanoamericanas, así como notas teatrales y críticas literarias y cinematográficas. Desde 1925 comenzaron a salir cuentos policíacos y fantásticos extranjeros; entre ellos, especialmente los norteamericanos a partir de 1950. Ya desde 1937 empiezan a aparecer algunos cuentistas cubanos como Enrique Serpa, A. Núñez Olano, Marcelo Salinas y Gustavo Grau Mederos. A partir del 7 de febrero de 1954 la revista contó con una sección fija de cuentistas hispanoamericanos, fundamentalmente cubanos; entre estos últimos figuraron Onelio Jorge Cardoso, Rogelio Llopis, Víctor Agostini, Virgilio Piñera, José Soler Puig, J. M. Carballido y otros. Alrededor del año 1956, comienzan a desaparecer de las páginas de Carteles los temas políticos nacionales de actualidad y no reaparecen hasta el triunfo de la Revolución. Fueron sus colaboradores, además de los ya mencionados, Alejo Carpentier, Félix Pita Rodríguez, Luis G. Wangüemert, Rafael Marquina, Rafael Suárez Solís, Antonio Martínez Bello, Dora Alonso, Roger de Lauria (seud. de Ramón Rivera Gollury), Óscar Pino Santos, Mariblanca Sabas Alomá, Loló de la Torriente, Arturo Ramírez y otros. Finalizó su publicación el 31 de julio de 1960.

BIBLIOGRAFÍA

«Actualidad. Los tribajadores de Carteles responden a Alfredo T. Quílez», en C.T.C. La Habana, 6 (67): 14-15, 39, sep., 1945. | «Del momento actual», en Heraldo de Cuba. La Habana, 20 (191): despedida», en Carteles. La Habana, 35 (2): 27, ene. 10, 1954. | «Réplica a un ataque», en Carteles. La Habana, 16 (19): 11, jul. 12. 1931.
 

Cartera Cubana, La (La Habana, 1838-1840). Revista fundada y dirigida por el doctor Vicente Antonio de Castro, quien solicitó autorización el 18 de abril de 1838 para publicar El Instructor Habanero. No se le concedió el permiso, por lo que varió el plan y el título de la obra. Fundó entonces La Cartera Cubana, la cual comenzó en julio con carácter mensual. En el prospecto, aparecido en la página 2 del Diario de La Habana del 30 de junio de 1838, expresan que no se proponen «que La Cartera Cubana sea un vehículo de escándalo, sino por el contrario, un auxiliar eficaz del orden, de las leyes y de la propagación de los buenos principios de literatura y moral que tanto contribuyeron a la dicha y prosperidad de las naciones». Se editó en cinco tomos con un total de treinta entregas. En la introduccíón del segundo tomo (enero de 1839) anuncian que se le unen los editores de El Plantel. Aunque no menciona los nombres de los mismos, se sabe que eran Ramón de Palma y José Antonio Echeverría. El último tomo varió el formato de la portada. Estuvo dividida en cinco secciones: «Ciencias», «Literatura», «Costumbres», «Poesía», y «Variedades». La primera comprendía artículos sobre historia, medicina, química, educación. Ofrecía las observaciones meteorológicas de cada día y el resumen del mes de las enfermedades existentes en los hospitales de la ciudad. También contaba con la subsección «Apuntes para la historia de la isla de Cuba». La sección de «Literatura» publicó «El arte del buen decir», de Blas María de San Millán, y la crítica de los últimos libros publicados. Los trabajos aparecidos en la tercera sección eran anónimos; se afirma que muchos de ellos fueron escritos por José Victoriano Betancourt, Antonio Bachiller y Morales y Joaquín Santos Suárez. En la sección «Poesía» figuraron los nombres de Anacleto Bermúdez, José Jacinto Milanés, José Zacarías González del Valle, Plácido (seud. de Gabriel de la Concepción Valdés), Ignacio Valdés Machuca, A. Ribot y otros. Finalizó en diciembre de 1840. Confeccionado por Feliciana Menocal, se ha publicado el «Índice general de La Cartera Cubana», aparecido en la Revista de la Biblioteca Nacional José Martí. (La Habana [3ª época], 4 (1-4): 48-71, ene.-dic., 1962).

BIBLIOGRAFÍA

Lanuza, Cayetano. «Comunicados», en Noticioso y Lucero. La Habana, 6 (297): [3] oct. 25, 1838. | Llaverías, Joaquín. «[La Cartera Cubana]» en su Contribución a la historia de la prensa periódica. T. 2. Prefacio de Elías Entralgo. La Habana, Talleres del Archivo Nacional de Cuba, 1959, p. 85-107 (Publicaciones del Archivo Nacional de Cuba, 48). | Majadero, El, seud. de? «Comunicados. Cartera Cubana», en Diario de La Habana. La Habana, (229): 2, ago. 17, 1838. | P[ardo Pimentel, Nicolás]. «A La Cartera Cubana», en Noticioso y Lucero. La Habana, 6 (51): [2] feb. 20, 1839. | Roig de Leuchsenring, Emilio. «La Cartera Cubana y El Artista», en su La literatura costumbrista cubana de los siglos XVIII y XIX. T. 3. La Habana, Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, 1962, p. 143-149 (Colección histórica cubana y americana, 25).
 

Cartera de Señoras (La Habana, 1812). Fue un periódico semanal, Antonio López Prieto señala, en la página LIII del tomo 1 de su Parnaso Cubano (La Habana, Editor Miguel de Villa, 1881), que era su redactor Juan Hernández Otero y que se editó desde el 5 de abril hasta el 28 de junio de 1812. No se ha visto la colección completa. Publicó poesías, modas y consejos a la mujer. También trató sobre el teatro de la época. Los colaboradores aparecieron bajo los seudónimos El cartero y Dr. Oruga. Al referirse a esta publicación, en la segunda parte de su trabajo «Bibliografía de la prensa cubana (de 1764 a 1900) y de los periódicos publicados por cubanos en el extranjero» -en Revista Bibliográfica Cubana (La Habana, 2 (8): 108, mar.-abr., 1938)-, Carlos M. Trelles expresa lo siguiente: «Es de escaso mérito literario.»
 

CASA DE LA CULTURA Y ASISTENCIA SOCIAL Fue fundada en La Habana en 1937 como fusión del Círculo Español Socialista, el Círculo Republicano Español y la Alianza Republicana Española. Una de sus tareas fundamentales consistió en encabezar la lucha de apoyo y solidaridad con el pueblo español y la República Española en armas contra el fascismo. Su labor cultural fue amplia: grupos teatrales, coros, bibliotecas, charlas, conferencias. Contó con delegaciones en varias ciudades del interior. Celebró congresos nacionales en los que participaron delegados de toda la isla. En ellos se discutieron con énfasis los problemas relacionados con la liberación de España del yugo fascista. Hizo circular entre sus socios el periódico Nosotros, que constituyó el órgano de la institución. Al triunfo de la Revolución pasó a integrar la Sociedad de Amistad Cubano-Española (SACE).

BIBLIOGRAFÍA

IV Congreso Nacional. Casa de la Culíura. Unidad Por la liberación de España. Unidad para la ayuda al pueblo español y a su Junta Suprema de Unión Nacional. La Habana, Gráfica Moderna, 1944.
 

CASA DE LAS AMÉRICAS Organismo cultural inaugurado el 4 de julio de 1959. Sus objetivos fundamentales son que América Latina conozca los logros culturales de la Revolución cubana y que el pueblo de Cuba conozca las manifestaciones culturales del resto del continente latinoamericano para romper así, en el orden cultural, con el pasado de aislamiento y desconocimiento mutuo; lograr el intercambio a través de las publicaciones de la Casa con otras instituciones de Hispanoamérica y entre los hombres y mujeres que laboran en el quehacer cultural latinoamericano, mediante encuentros, certámenes literarios y plásticos y a través de festivales, y quebrar el bloqueo cultural impuesto por los Estados Unidos. Desde su fundación, la Casa de las Américas ha sido dirigida por Haydée Santamaría, miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Cuenta con los departamentos de Artes Plásticas, Música, Teatro, Centro de Investigaciones Literarias, la Biblioteca «José A. Echeverría», Canje y Divulgación y Relaciones Internacionales. La actividad más importante que celebra la institución es su concurso literario anual, convocado a partir de octubre de 1959, y que cubre diversos géneros literarios. Auspicia también, por medio de susdistintos departamentos, el Encuentro de Plástica Latinoamericana, la actividad Música en la Casa y los festivales de teatro latinoamericano. El Centro de Investigaciones Literarias prepara actualmente un diccionario de escritores americanos y un panorama histórico literario de nuestro continente. En cuanto a sus publicaciones periódicas, la Casa edita la revista Casa de las Américas, publicación bimestral aparecida en julio de 1960, y que fue dirigida en sus inicios por un consejo de redacción formado por intelectuales latinoamericanos, y a partir del número 30 por Roberto Fernández Retamar; Conjunto, revista trimestral dedicada al teatro latinoamericano, cuyo primer número apareció en julio de 1964; Boletín de Música, que aparece mensualmente desde 1970. El grueso de las publicaciones de la Casa está formado por la colección Premio, edición anual de tantos volúmenes como premios se otorguen en el concurso; la colección Literatura Latinoamericana, que recoge las obras de los autores más representativos de Latinoamérica, desde las más antiguas expresiones del pensamiento indígena en el siglo XVI hasta las últimas manifestaciones de la nueva narrativa; la colección Cuadernos Casa de las Américas, dedicada a la publicación de ensayos y estudios de carácter monográfico; la colección La Honda, creada con el objeto de difundir obras que respondan a un tipo de lectura más ligero, como relatos cortos o breves antologías, además de ser un campo abierto a los autores jóvenes de América Latina; la serie Valoración Múltiple, dedicada a la recopilación de crítica y bibliografía relativas a escritores contemporáneos de América Latina, o a corrientes, escuelas y tendencias predominantes dentro de determinada época; la serie Conferencias y Seminarios, en la cual se recogen los textos o las versiones de los ciclos de conferencias organizados en la Casa; la colección Nuestros Países, que publica monografías sobre los países latinoamericanos y en general lo más trascendental de su pensamiento político y social.

BIBLIOGRAFÍA

Bianchi Ross, Ciro, «Centro de Investigaciones Literarias», en El Mundo. La Habana, 67 (22 201): 2, mayo 14, 1968. | «Casa de las Américas», en Boletín informativo de La Comisión Nacional Cubana de la UNESCO. La Habana, 2 (7): 2-9, dic., 1963. | «La Casa de las Américas y su labor cultural», en Romances. La Habana, 29 (343) abr., 1965. | «Centro de Investigaciones Literarias», en Boletín de la Comisión Nacional Cubana de la UNESCO. La Habana, 7 (22): 16, ene.-feb., 1968. | «Dos señales de actividad de un centro de investigación», en Granma. La Habana, 5 (99). 4, abr. 26, 1969. | «Entrevista con Óscar Collazo, director del Centro de Investigaciones Literarias de la Casa de las Américas», en Granma. La Habana 5 (155): 5, jul. 1, 1969. | Feria, Lina de. «La Casa de las Américas y el intelectual latinoamericano. I», en Juventud Rebelde. La Habana, : 2, feb. 6, 1968; «En la Casa también hay una Galería Latinoamericana, II», en Juventud Rebelde. La Habana, : 2, feb. 7, 1968. | Rodríguez Bethencourt, Miriam. «Casa de las Américas. Centro de Investigaciones Literarias», en El Mundo. La Habana, 67 (22 347): 2, nov. 22, 1968. | Rodríguez Herrera, Mariano. «La Biblioteca de la Casa de las Américas», en Bohemia. La Habana, 55 (52): 12-13, 66, dic. 27, 1963. | Sarusky, Jaime. «Una batalla poco conocida, la Casa de las Américas en el continente», en Bohemia. La Habana, 67 (1): 10-13, ene., 1975.
 

Casa de las Américas (La Habana, 1960). Revista bimestral. Es órgano de la institución cultural del mismo nombre. Inicialmente fue dirigida por Haydée Santamaría (hasta el número 15-16). En el primer número, correspondiente al bimestre junio-julio, aparecían como subdirector y responsables, respectivamente, Alberto Robaina (permanece sólo hasta el número 4) y Fausto Masó y Antón Arrufat. Estos últimos pasan a ser, desde el número 2, secretarios. A partir del número 5 comienza a funcionar un consejo de redacción integrado por Ezequiel Martínez Estrada, Juan José Arreola (sólo figura en este número) y Elvio Romero (hasta el número 10); desde este mismo número queda como único secretario Arrufat, quien en el número siguiente pasa a integrar el consejo de redacción. Entre los números 9 y 11-12 Pablo Armando Fernández realiza funciones de secretario de redacción. Desde este último número Manuel Galich se suma al consejo de redacción, en el que deja de figurar desde el siguiente Antón Arrufat por pasar a ocupar el cargo de jefe de redacción. Julio Cortázar y Emmanuel Carballo forman parte del consejo de redacción desde el número 13-14. Entre los números 17-18 y 29 no aparece director, sólo el consejo de redacción integrado por Haydée Santamaría, Ezequiel Martínez Estrada (sólo hasta el número 26), Manuel Galich, Julio Cortázar, Emmanuel Carballo (hasta el número 27), Ángel Rama (desde el 24) y Sebastián Salazar Bondy (desde el 26). A partir del número 30 Roberto Fernández Retamar funge como director. Aparece, entre este número y el 64, un comité de colaboración integrado por los ya citados Carballo, Cortázar, Galich, Rama, Salazar Bondy (sólo hasta el número 31), así como por René Depestre, Edmundo Desnoes, Lisandro Otero, Graziella Pogolotti, Roque Dalton (entre los números 32 y 60), Mario Vargas Llosa (desde el número32), Jorge Zalamea (entre los números 33 y 62), David Viñas (desde el número 45). Ambrosio Fornet (desde el 40) y Mario Benedetti (desde el 45). A partir del número 41 (y hasta el 50) Orlando Alomá funge como secretario. Posteriormente este cargo es ocupado por Ramón López (entre los números 54 y 65-66). En la introducción al volumen titulado Diez años de la revista Casa de las Américas (La Habana, Instituto Cubano del Libro 1970), se expresa que la misma «como publicación periódica de la Casa de las Américas, ha querido cumplir la tarea que se le encomendara, y por ello, radicalizándose al ritmo de la propia Revolución, ha recogido ejemplos valiosos de la literatura, el pensamiento, la confrontación en nuestro continente, considerándolo siempre como la unidad que es, y que la Revolución ha vuelto a revelarnos». Respecto al contenido de este volumen, editado con motivo de haber arribado la publicación a su primera década de existencia, se señala en la citada introducción lo siguiente: «[...] nos pareció útil, al cabo de estos primeros diez años, recoger algunas de las mejores páginas que han ido apareciendo en ella. Dado el número de materiales, nos ha sido necesario imponernos algunas limitaciones: así, decidimos contar sólo con los textos que aparecieron por vez primera, en nuestra lengua, en la revista; y dentro de éstos, prescindir de aquéllos que hubiesen sido recogidos luego en libros cubanos o que tuviesen una extensión demasiado grande.» A partir del número 67 sólo aparece en el machón de la revista el nombre del director, Fernández Retamar. Desde el 70 Adolfo Cruz-Luis ocupa el cargo de secretario. En las páginas de Casa de las Américas se han publicado cuentos, poemas, fragmentos de novelas, artículos y ensayos de variado carácter -histórico, literario, político, sociológico, estético, etcétera-, críticas y resúmenes bibliográficos; se han difundido noticias de carácter cultural, tanto nacionales como del resto de Latinoamérica, y se han divulgado las actividades de la institución que la publica. Para ello ha contado, durante su trayectoria, con secciones como «Hechos/Ideas», «Ficción» (o «Letras»), «Artes plásticas», «Libros», «Notas y comentarios», «Documentos», «Al pie de la letra» y otras. Con el objetivo de recoger «materiales relativos a nuestra América, que, habiéndose publicado tiempo atrás, son escasamente conocidos», comenzó a aparecer desde el número 80 la sección «Páginas salvadas», en la que han visto la luz textos de José Martí, Julio Antonio Mella, Raúl Roa, Juan Marinello, Rubén Martínez Villena, Regino Pedroso, Emilio Ballagas, Pedro Henríquez Ureña, Gabriela Mistral y otros. Muchos de sus números han sido dedicados a autores, países o hechos importantes del devenir histórico-cultural de Latinoamérica, tales como la nueva literatura cubana (22-23), mexicana (28-29), uruguaya (39) y peruana (64); el escritor argentino Ezequiel Martínez Estrada (33), el encuentro con Rubén Darío (42), el Che Guevara (46); la presencia de África en América (36), la situación del intelectual latinoamericano (45), la guerra del 68 (50), los diez primeros años de Revolución en Cuba (51-52); el imperialismo y los medios masivos de comunicación (77), el XX aniversario del asalto al Moncada (79), las Antillas de habla inglesa (91); Chile (69 y 83), Puerto Rico (70), Panamá (72). Entre sus colaboradores nacionales se destacan conocidas figuras de nuestras letras, como Salvador Bueno, Alejo Carpentier, Eliseo Diego, José Luciano Franco, Nicolás Guillén, Camila Henríquez Ureña, Fayad Jamís, Onelio Jorge Cardoso, Julio Le Riverend, José Lezama Lima, Juan Marinello, Manuel Moreno Fraginals, Virgilio Piñera, José Antonio Portuondo, José Rodríguez Feo, Cintio Vitier, así como Leonardo Acosta, Miguel Barnet, Adelaida de Juan, Guillermo Rodríguez Rivera, Esther Díaz Llanillo, Víctor Casáus, Rine Leal, César Leante, Luis Suardíaz, Ezequiel Vieta, Luis Marré, Rogelio Llopis, César López, Noel Navarro, Eduardo López Morales, Luis Rogelio Nogueras, Marcos Llanos, Antonio Benítez Rojo, Roberto Segre, Enrique López Oliva, Jesús Díaz, Manuel Cofiño, Trinidad Pérez Valdés, Mercedes Santos Moray, Jesús Sabourín, Raúl Hernández Novás, Roberto Díaz, Alejandro G. Alonso, Alberto Díaz Méndez, entre otros muchos. También ha contado con la colaboración de destacados intelectuales extranjeros, entre los que cabe mencionar a Jorge Enrique Adoum, Rafael Alberti, José María Arguedas, Italo Calviño, Ernesto Cardenal, Luis Cardoza y Aragón, Nils Castro, Óscar Collazos, Adalberto Dessau, Carlos Drummond de Andrade, Eduardo Galeano, Juan Gelman, Carlos María Gutiérrez, Noe Jitrik, Bernardo Kordon, Juan Larco, Manuel Maldonado Denis, Michèle y Armand Mattelart, Arqueles Morales, Bertalicia Peralta, Margaret Randall, Carlos Rincón, Gonzalo Rojas, Alejandro Romualdo, Adolfo Sánchez Vázquez, Laurette Sejourné, Jorge Timossi, Idea Vilariño, Ida Vitale y otros. Compilado por Aleida Domínguez y Luz Bertha Marín, y con una introducción de Graziella Pogolotti, apareció Casa de las Américas (1960-1967). Índice (La Habana, Biblioteca Nacional José Martí. Hemeroteca e Información de Humanidades, 1969).

BIBLIOGRAFÍA

Campuzano, Luisa. «Crónica. Casa nº 40: desde la Revolución veinte escritores escriben...», en Revista de la Biblioteca Nacional José Martí. La Habana, 58, 3ª época, 9 (1): 111-114, ene.-mar., 1967. | Torres, Otto Ricardo. «Casa de las Américas, La Habana, Año XI, 1971», en Thesaurus. Bogotá, 28 (1): 168-171, ene.-abr., 1973.
 

Casa del Teatro (V. Boletín de la Casa del Teatro)
 

CASAL, JULIÁN DEL (La Habana, 7.11.1863-Id., 21.10.1893). Cursó estudios en el Real Colegio de Belén, donde ingresó en 1870. Fundó con varios compañeros el periódico clandestino y manuscrito El Estudio, en el que publicó sus primeros versos. Se graduó de bachiller en 1880. Comenzó la carrera de derecho, pero no llelgó a concluirla. En El Ensayo (semanario de ciencias, artes y literatura) apareció la primera colaboración conocida de Casal en un órgano de prensa. Visitó el Nuevo Liceo gracias a su amistad con Nicolás Azcárate. Allí conoció a Ramón Meza y se puso en contacto con los principales autores extranjeros del momento. Trabajó como escribiente de la Intendencia General de Hacienda. En 1888 se trasladó a España. Poco después regresó a La Habana en precaria situación económica. Comenzó a trabajar en La Discusión como corrector de pruebas y periodista. Por esos días estrechó relaciones con la familia Borrero. Fue redactor del semanario La Familia Cristiana (1891-1892). Colaboró en La Habana Elegante, donde publicó una serie de artículos titulada «La sociedad de La Habana» (el primero de ellos, sobre el Capitán General Sabás Marín y su familia, le costó su puesto en la Intendencia General de Hacienda), El Fígaro, La Habana Literaria, El Hogar, El País, La Caricatura, Diario de la Familia, Ecos de las Damas, La Lucha, El Pueblo, El Triunfo, La Unión Constitucional. Junto con Gutiérrez Nájera y José Asunción Silva fue uno de los iniciadores del movimiento modernista. Tradujo poemas en prosa de Baudelaire. Parte de su prosa fue traducida al inglés (Selected Prose of Julián del Casal. Preface por Marshall E. Nunn. El Paso, Texas, University of Alabama, 1949). Utilizó los seudónimos El Conde de Camors, Hernani y Alceste.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Hojas al viento. (Primeras poesías). La Habana, Imp. El Retiro, 1890. | Nieve. (Bocetos antiguos. Mi Museo ideal. Cromos españoles. Marfiles viejos. La gruta del ensueño). La Habana, Imp. La Moderna, 1892; Pról. de Luis G. Urbina. México [1893?]. | Bustos y rimas. La Habana, Imp. La Moderna, 1893. | Selección de poesías. Introd. de Juan J. Geada y Fernández. La Habana, Cultural, 1931. | Poesías completas. Recopilación, ensayo preliminar, bibliografía y notas de Mario Cabrera Saqui. La Habana, Dirección de Cultura del Ministerio de Educación, 1945. | Crónicas habaneras. Compilación e introd. por Ángel Augier. Pról. de Samuel Feijóo. La Habana, Universidad Central de Las Villas, 1963. | Poesías. La Habana, Consejo Nacional de Cultura, 1963 (Edición del centenario). | Prosas. La Habana, Consejo Nacional de Cultura, 1964. 3 v. (Edición del centenario). | Sus mejores poemas. Madrid, Editorial América [s.a.].

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Acosta, Agustín. «Evocación de Julián del Casal», en Revista Cubana. La Habana, 19: 5-15, ene.-jun., 1945. | Arciniegas, Ismael Enrique. «Crítica sobre Nieve», en El País. La Habana, 15, (161): 3, jul. 9 1892. | Augier, Ángel I. «Julián del Casal (Noviembre, 1863-Octubre, 1893)», en Universidad de La Habana. La Habana, 8 (50-51): 133-144, set.-dic., 1943. «Evocación de Julián del Casal», en Policía. La Habana, 2 (25): 4, dic., 1943; «El periodista Julián del Casal», en Álbum del cincuentenario de la Asociación de Reporters de La Habana, 1902-1952. La Habana, Asociación de Reporters de La Habana, 1952, p. 63-64. | Berger, Margaret Robinson. «The influence of Baudelaire on the Poetry of Julian del Casal», en The Romanic Review. New York, 37 (2): 177-187, apr., 1946. | Cadenas, Juan José. «Crítica sobre el libro Nieve», en El País. La Habana, 15 (194): 3, ago. 17, 1892. | Conde Kostia, seud. de Aniceto Valdivia. «Crónica sobre el libro Nieve», en La Lucha. La Habana, 8 (96): 2-3, abr. 22. 1892; «Comentario sobre el libro de Julián del Casal Bustos y Rimas», en El País. La Habana, 17 (18): 2, ene. 21, 1894 | Cruz, Manuel de la. «Julián del Casal», en su Cromitos cubanos. Madrid, Editorial Saturnino Calleja, 1926, p. 229-243 (Obras de Manuel de la Cruz, 5). | Chacón y Calvo, José María. « En torno a un epistolario de Julián del Casal», en Boletín de la Academia Cubana de la Lengua. La Habana, 7 (34): 346-373, jul.-dic., 1958. | Duplessis, Gustavo. Julián del Casal. La Habana, Molina, 1945. | Fernández de Castro, José Antonio. «Aniversario y revisión de Casal», en Revista de La Habana. La Habana, 1, 4 (10): 51-56, oct., 1930. | Figueroa, Esperanza. «Bibliografía de Julián del Casal», en Libros cubanos. Boletín de bibliografía cubana. La Habana, 2 (3-4): 33-38, 1942; «Julián del Casal y Rubén Darío», en Revista Bimestre Cubana. La Habana, (50): 191-208, 1942. | Geada de Prulletti, Rita. «El sentido de la evasión en la poesía de Julián del Casal» y «Bibliografía de y sobre Julián del Casal (1863-1893)», en Revista Iberoamericana. Pittsburgh (Pennsylvania), 32 y 33 (61 y 63): 101 y 139, ene.-jun. y ene.-jun., 1966 y 1967, resp. | Gicovate, Bernardo. «Tradición y novedad en un poema de Julián del Casal», en Nueva revista de filología hispánica. México, 14 (1-2): 119-125, ene.-jun., 1960. | Justo de Lara, seud. de José de Armas y Cárdenas. «Julián del Casal», en Las Avispas. La Habana, 2 (175): 1, oct. 23, 1893. | Lezama Lima, José. «Julián del Casal», en su Analecta del reloj. La Habana, Eds. Orígenes, 1953, p. 62-97; «Julián del Casal», en su Antología de la poesía cubana. T. 3. La Habana, Consejo Nacional de Cultura, 1965, 455-463. | Márquez Sterling, Manuel. «El espíritu de Casal», en El Fígaro. La Habana, 13 (41): 509, oct. 26, 1902. | Martí, José. «Julián del Casal», en su Obras completas. T. 5. La Habana, Editorial Nacional de Cuba, 1963, p. 221-222. | Meza, Ramón. «Julián del Casal», en El Fígaro. La Habana, 26 (43): 543-545, oct. 23, 1910. | Monner Sans, José María. Julián del Casal y el modernismo hispanoamericano. México, D.F., El Colegio de México, 1952. | «Número dedicado a Julián del Casal», en Universidad de La Habana. La Habana, 27 (164): 7-183, 1963. | Nunn, Marshall. «Vida y obras de Julián del Casal», en América. La Habana, 4 (1): 49-55 oct., 1939. | Poncet, Carmen P. «Dualidad de Casal, en Revista Bimestre Cubana. La Habana, 53: 193-212, 1944. | Portuondo, José Antonio. Angustia y evasión de Julián del Casal Conferencia leída el 10 de febrero de 1937 en el Palacio Municipal correspondiente a la Serie sobre Habaneros Ilustres. La Habana, Imp. Molina, 1937. | Remos, Juan J. «El nihilismo de Casal», en Arte. La Habana, 6 (197): 11, dic. 15, 1919. | Roa, Raúl. «Poetas de Cuba. Ensayo sobre Julián del Casal», en Diario de la Marina. La Habana, 94 (3), 3ª sección, : 29, ene. 3, 1926. | Sánchez, Luis Alberto. «Julián del Casal» en su Escritores representativos de América, 2ª Serie. T. 1. Madrid, Editorial Gredos, 1963, p. 122-130. | Sos Gautreau, Ciriaco. Julián del Casal o un falsario de la rima. La Habana, Imp. y Papelería La Prensa, 1893. | Torres Rioseco, A. «A Rebours y dos sonetos de Julián del Casal», en su Ensayos sobre literatura latinoamericana. Segunda serie. México, D.F., 1958, p. 90-92. | Varona, Enrique José. «Revista de libros» [Sobre Hojas al viento], en Revista Cubana. La Habana. 11: 473-477, 1890; «Revista de libros» [Sobre Nieve], en Revista Cubana. La Habana, 16: 142-146, 1892; «Notas editoriales: Julián del Casal», en Revista Cubana. La Habana, 18: 340-341, 1893. | Vitier, Cintio. «Casal como antítesis de Martí. Hastío, forma, belleza, asimilación y originalidad. Nuevos rasgos de lo cubano 'El frío' y 'Lo otro'», en su Lo cubano en la poesía. La Habana, Universidad de Las Villas, 1958. p. 242-268; «Julián del Casal en su centenario», en Estudios críticos, por [...] y Fina García Marruz. La Habana, Biblioteca Nacional José Martí, 1964, p. 5-42.

CASANOVAS, Martín (Barcelona, 2.10.1894-La Habana, 14.4.1966). Su nombre era Martí, castellanizado después a Martín. Llegó a Cuba por los años veinte y perteneció al Grupo Minorista. Colaboró en la revista Social. En 1927 contribuyó a fundar la Revista de Avance, en la que se destacó como crítico de arte. En ese mismo año guardó prisión acusado de comunista y fue expulsado del país por la dictadura de Machado. Radicado en México hasta 1951, adoptó la ciudadanía de ese país por el resto de su vida. Viajó por América del Sur (1951-1953), Europa y países del campo socialista (19541963). Colaboró en Heraldo de Cuba, El Redondel (México), Orbe (Hollywood, EE. UU.), El Noticiero Universal (Barcelona), Berliner Zeitung (R.D.A.). Pertenecía a la Organización Internacional de Periodistas (Checoslovaquia). Volvió a Cuba en 1964. Aquí fue cronista internacional en El Mundo -del cual era corresponsal europeo desde 1960-, y colaborador en Bohemia. Prologó y seleccionó la Órbita de la Revista de Avance (La Habana, UNEAC, 1965; 2ª ed. La Habana, Instituto del Libro, 1972).

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

«Martín Casanovas», en El Mundo. La Habana, 65 (21 555): 1, 8, abr. 15, 1966. || Torriente, Loló de la. «El compañero Martín Casanovas», en El Mundo. La Habana, 65 (21 556): 4, abr. 16, 1966.
 

CASAUS, Víctor (La Habana, 10.3.1944). Tras cursar hasta primer año de bachillerato, se graduó de secretariado en 1959. Cursó dos años en la Escuela de Periodismo y es Licenciado en Lengua y Literaturas Hispánicas de la Escuela de Letras y de Arte de la Universidad de la Habana. Ha trabajado como periodista en la COR y como director de documentales de la televisión nacional. Participó en el Congreso Cultural de la Habana. Colaborador en Granma, Hoy, Bohemia, Verde Olivo, Casa de las Américas, Unión, La Gaceta de Cuba, Cuba, Pensamiento Critico, Juventud Rebelde. Fue miembro del consejo de redacción de El Caimán Barbudo. En el Concurso Casa de las Américas de 1970 obtuvo mención en poesía y en testimonio con De una isla a otra isla y Girón en la memoria, respectivamente. Ha publicado traducciones de poetas norteamericanos y versiones de poemas de Brecht. Trabaja como guionista en el ICAIC.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Todos los días del mundo [Poemas]. La Habana, Eds. La Tertulia, 1966. || Girón en la memoria. La Habana, Casa de las Américas, 1970.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Alomá, Orlando. «Los nuevos», en Casa de las Américas. La Habana, 7, (41): 133-135, mar-abr., 1967.
 

Castalia. Antología de poetas (La Habana, 1920-[1921]). Revista mensual. Comenzó a salir el 15 de marzo. Inicialmente fueron sus directores Roger de Lauria (seud. de Ramón Rivera Gollury) y Paulino G. Báez. A partir del 15 de noviembre de 1920 la dirige solamente Paulino G. Báez. La Jefatura de redacción estaba a cargo de Primitivo Cordero Leyva, quien desde el 15 de febrero de 1921 pasó a ocupar la subdirección. Se hizo cargo entonces de la jefatura de redacción Andrés Núñez Olano. En este año aparecía quincenalmente. Colaboraron en sus páginas poetas cubanos como Rubén Martínez Villena, Nicolás Guillén, Agustín Acosta, Manuel Navarro Luna, Ciana Valdés Roig, Enrique Serpa y otros. Publicó poesías y narraciones de autores hispanoamericanos conocidos. El último número encontrado corresponde al 20 de mayo de 1921. Dicho número fue también el último revisado por León Primelles, según señala en su Crónica cubana. 1919-1922 (La Habana, Editorial Lex, 1957, p. 430).
 

CASTELLANOS, Francisco José (La Habana, 6.12.1892Íd., 10.10.1920). Cursó la primera enseñanza en el Colegio Alemán, de La Habana. Se graduó de Doctor en Derecho Civil y de Doctor en Filosofía y Letras en la Universidad de la Habana. Formó parte de un grupo de intelectuales que se reunió, de 1914 a 1915, en torno a la figura de Pedro Henríquez Ureña. Colaboró en El Fígaro entre 1915 y 1918. En La Nación publicó la serie titulada «El balcón de los diálogos», que firmaba con sus iniciales. Tradujo los Ensayos (México, 1917) de Robert Louis Stevenson y dejó inéditas traducciones de piezas de Lord Dunsay, cuentos de Edith Warthon y ensayos de Alice Meynell.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Ensayos y diálogos. «En memoria de Francisco José Castellanos, amigo en la eternidad» [Poema], por Mariano Brull. «A Francisco José Castellanos, amigo en la clara y eterna noche», Por José María Chacón y Calvo. «In Memoriam», por Félix Lizaso. París, Librería Cervantes, 1926; La Habana, publicación de la Comisión Nacional Cubana de la UNESCO, 1961. || Tres ensayos precedidos de evocación y un estudio. «Evocación», por José María Chacón y Calvo. «Francisco José Castellanos», por Félix Lizaso. La Habana, Secretaría de Educación, Dirección de Cultura, 1938.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Guirao, Ramón. «Francisco José Castellanos, precursor: algunas ideas», en Diario de la Marina. La Habana, 95 (281), 3ª sección,: 33, oct. 9, 1927. || Lizaso, Félix. «Al margen de los nuevos. Francisco José Castellanos: Diálogos y ensayos» en Social. La Habana, 12 (7): 54, 100, jul., 1927; «Francisco J. Castellanos», en su Ensayistas contemporáneos. 1900-1920. La Habana, Editorial Trópico, 1938, p. 218-225 y 278-279. || Maestri, Raoul. «Francisco José Castellanos, precursor: su obra», en Diario de la Marina. La Habana, 95 (281), 34. sección,: 33, oct. 9, 1927. 11 Mañach, Jorge. «Un ensayista cubano, Francisco José Castellanos: precursor», en Revista de Avance. La Habana, 1, 1 (9): 215-220 y 223, ago., 1927. || Soto, Luis de. «Francisco José Castellanos», en Social. La Habana,: 23 y 92, ago., 1929.
 

CASTELLANOS, Jesús (La Habana, 8.8.1879 Id., 29.5.1912). En La Habana cursó la primera enseñanza y el bachillerato, del que se graduó en 1893. Ese mismo año ingresó en la Universidad de la Habana, donde matriculó filosofía y letras y más tarde derecho. Desde muy joven sintió vocación por el dibujo y la literatura. Fue cofundador de los semanarios estudiantiles La Joven Cuba (1894), La juventud Cubana (1894) -donde publicó su primer poema-, y El Habanero (1895). En 1896, antes de terminar sus estudios, fue enviado por sus padres a México. Allí permaneció hasta 1898, tiempo en el que dedicó gran parte de sus esfuerzos y recursos a la causa separatista. Se afilió a los clubs «México y Cuba», «Morelos y Maceo» e «Hijos de Baire». Continuó en la Academia de San Carlos de esa ciudad estudios de dibujo comenzados en la Academia de San Alejandro de La Habana, e ingresó como alumno supernumerario en la Escuela Nacional Preparatoria de México. Ya de regreso a su patria inició estudios de arquitectura en la Universidad de la Habana, los cuales abandonó para graduarse por fin de Doctor en Derecho Civil (1904). Fue nombrado abogado de oficio (1906) y fiscal (1908) de la Audiencia de La Habana. Viajó a Francia, Bélgica y los Estados Unidos. Publicó sus primeros artículos en La Discusión (1901), donde también trabajó como caricaturista. Colaboró en Patria (1901-1902), El Fígaro, Cuba y América, Letras, La Política Cómica, Azul y Rojo. En 1908 obtuvo el premio en los juegos Florales del Ateneo de La Habana por su novela La Conjura. Con Max Henríquez Ureña fundó la Sociedad de Fomento del Teatro y la Sociedad de Conferencias (1910). Fue el primer director de la Academia Nacional de Artes y Letras (1910). Se destacó como conferencista. Utilizó el seudónimo Scarpia.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Cabezas de estudio (Siluetas políticas). La Habana, Imp. Militar 1902. || De tierra adentro. Cuento. La Habana, Imp. Cuba y América, 1906. || La conjura. Novela [y otras narraciones]. Madrid, Tip. de la Revista de Archivos, 1909; Madrid, Editorial América [s.a.] (Biblioteca Andrés Bello, 20). || La manigua sentimental. Novela corta. Madrid, 1910. || Rodó y su Proteo.. Discurso pronunciado el día 6 de noviembre, en la inauguración de la Sociedad de Conferencias. La Habana, Imp. Comas y López, 1910. || Los optimistas. Lecturas y opiniones. Crítica de arte. «Jesús; Castellanos: su vida y su obra», por Max Henríquez Ureña. La Habana, Talleres Tipográficos del Avisador Comercial, 1914 (Colección póstuma publicada por la Academia Nacional de Artes y Letras [1]). || Los argonautas. La manigua sentimental. Cuentos. Pról. de José Manuel Carbonell. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1916 (Colección póstuma publicada por la Academia Nacional de Artes y Letras, 2). || De la vida internacional. Pról. de José Manuel Carbonell. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1916 (Colección póstuma publicada por la Academia Nacional de Artes y Letras, 3). || Los optimistas. Madrid, Editorial América [s.a.] (Biblioteca Andrés Bello, 51).

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Barros, Bernardo G. «Jesús Castellanos», en Cuba Contemporánea. La Habana, 8: 333-335, 1915. || Bazil, Osvaldo. «La bondad de Jesús Castellanos», en su Cabezas de América. La Habana, Molina, 1933, p. 71-75. || Bueno, Salvador. «Jesús Castellanos (1879-1912)», en su Antología del cuento en Cuba (1902-1952). La Habana, Dirección de Cultura del Ministerio de Educación, 1953, p. 29. || Carbonell, Miguel Ángel. «Jesús Castellanos», en su Hombres de nuestra América. Pról. de Ismael Clark. La Habana, Imp. La Prueba, 1915, p. 265-Z71. || Domínguez Roldán, Guillermo. Jesús Castellanos. El porvenir de la literatura. Discurso de recepción del [...] leído por su autor en la sesión solemne celebrada el día 3 de julio de 1913, en el «Ateneo y Círculo de La Habana». Discurso de contestación por el académico de número Max Henríquez Ureña, leído por su autor en la misma sesión. La Habana, Est. Tip. del Avisador Comercial, 1914, p. 5-16, 43-47. || García Vega, Lorenzo. «Jesús Castellanos», en su Antología de la novela cubana. La Habana, Ministerio de Educación. Dirección General de Cultura, 1960, p. 159 || Guerra Núñez, Juan. «La novela de Jesús Castellanos», en Cuba y América. La Habana, 14, 31 (3): 39-40, mar., 1910. || Henríquez Ureña, Max. «En el parque de Jesús del Monte. A propósito de La conjura», en Letras. La Habana, 24 época, 5 (20): 273-274, jun. 6. 1909; «Jesús Castellanos en la vida íntima», en El Fígaro. La Habana, 26 (46)590-591, 1910; «Jesús; Castellanos», en El Fígaro. La Habana, 28 (22): 328, 1912. || Hernández Catá, Alfonso. «La muerte de Jesús Castellanos (carta)», en El Fígaro. La Habana, 28 (29): 426, 1912. 11 Márquez Sterling, Manuel. «De mis lecturas. Cabezas de estudio», en Azul y Rojo. La Habana, 1 (6): 2-3, sep. 7, 1902. || Pogolotti, Marcelo. «Un cubano en el umbral del siglo», en su La república de Cuba al través de sus escritores. La Habana, Editorial Lex, 1958, p. 22-24. || Portuondo, José Antonio. «Jesús Castellanos (1879-1912)», en su Cuentos cubanos contemporáneos. Selección, pról, y notas de [...]. México, D.F., Editorial Leyenda, 1946, p. 13-14. || Rodríguez Embil, Luis. «A la memoria de Jesús Castellanos» en El Fígaro. La Habana, 28 (28): 412, 1912. || Torriente, Loló de la. «Jesús Castellanos: un precursor», en El Mundo. La Habana, 61 (20 369): 4, jun. 4, 1962.|| Velasco, Carlos de. «Castellanos y el hispanoamericanismo», en El Fígaro. La Habana, 31 (36): 458, 1915.
 

CASTELLANOS GARCÍA, Gerardo (Cayo Hueso, EE. UU., 21.10.1879-Guanabacoa, Habana, 21.8.1956). Hijo del comandante del Ejército libertador Gerardo Castellanos Lleonart, exiliado en Cayo Hueso, realizó sus primeros estudios en esa ciudad, a la vez que trabajaba en la manufactura de tabaco. Regresó a Cuba en 1899 con su familia. Estudió piano y violín. En 1900 obtuvo un modesto cargo en la Tesorería General de la República, luego Ministerio de Hacienda, en donde trabajó hasta su jubilación, en 1939. Fue miembro de la Academia de la Historia de Cuba, de la Sociedad Geográfica de Cuba, y de otras instituciones culturales cubanas y extranjeras. En 1936 ganó el primer premio del concurso nacional de la secretaría de Educación por su obra Panorama histórico. Sus primeras colaboraciones aparecieron en El Pilareño, periódico habanero de fines del siglo pasado. Más tarde colaboró en El Estudiante (1899) y El Imparcial, de Matanzas y el Diario de Cuba, de Santiago de Cuba. Después colaboró en las publicaciones habaneras El Triunfo, La Discusión, El Mundo Ilustrado, Bohemia, El Mundo, Revista Bimestre Cubana, El Espectador Habanero. Indice, Ultra, Habana Yacht Club, La Prensa, De este último fue redactor. También colaboró en diversas publicaciones de Guanabacoa, en donde residía. Utilizó el seudónimo Gerardo Casiol.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Relieves. Ensayos biográficos. Carta-pról. de M. Muñoz Bustamante. La Habana, Imp. P. Fernández, 1910. || Adolfo del Castillo; en la paz y en la guerra. || Habana, Editorial Hermes, 1922. || Destellos históricos. Episodios y biografías. La Habana, 1923. || Soldado y conspirador. Trabajo de ingreso presentado a la Academia de la Historia por [...]. (Leído y aprobado en la sesión de noviembre 17 de 1923). La Habana, Editorial Hermes, 1923; 39. ed., Id., 1930. || Aranguren (Del ciclo mambí). La Habana, Editorial Hermes [1923?]. || Juan Bruno Zayas, médico y soldado. La Habana, 1924. || Por Yanquilandia (crónicas fugaces). La Habana, Editorial Hermes, 1924. || Andanzas y atisbos. La Habana, Editorial Hermes, 1925. || Huellas del pasado: viajes por Cuba. La Habana, Editorial Hermes, 1925. || Un paladín (Serafín Sánchez). La Habana, Editorial Hermes, 1926. || Tierras y glorias de Oriente (Calixto García Íñiguez). La Habana, Editorial Hermes, 1927. || Apuntes de un viaje por el cacicazgo de Cueiba. La Habana, Editorial Hermes, 1929. || Nueve caprichos, seguida de Apuntes de un viaje por el cacicazgo de Cueiba. La Habana, Editorial Hermes, 1929. || En busca de San Lorenzo. Muerte de Carlos Manuel de Céspedes. La Habana, Editorial Hermes, 1930. || Paseos efímeros (En automóvil y ferrocarril). Desfile histórico. Guantánamo, Bijagual, Mantua, Remates de Guane. La Habana, 1930. || Francisco Gómez Toro: en el surco del Generalísima. La Habana, Imp. Seoane y Fernández, 1932. || Hacia Gibara... Notas e impresiones. La Habana, Ed. Seoane y Fernández, 1933. 11 Panorama histórico. Ensayo de cronología cubana desde 1492 hasta 1933. La Habana, Úcar, García, 1934. 3 t. || Motivos de Cayo Hueso. Contribución a la historia de las emigraciones revolucionarias cubanas en los Estados Unidos. La Habana, Úcar, García, 1935. || Tópicos coloniales. En torno a Guanabacoa. Discursos leídos en la recepción pública de [...] la noche del 23 de abril de 1936. La Habana, 1936. || Raíces del 10 de octubre de 1868. Aguilera y Céspedes. Discurso leído por [...] en la sesión solemne celebrada el 10 de octubre de 1937. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1937. || Los últimos días de Martí. La Habana, Úcar García, 1937. || Emilio Roig de Leuchsenring. Trabajo leído en la recepción pública de E. R. de L. en la Academia de la Historia de Cuba, el 29 de septiembre de 1938. La Habana, Molina, 1938. || La incógnita del Mayabeque. Güines (Habana), Imp. Valdés, 1938. || Paseo de La Habana a Acapulco. Mi conquista del Pacífico. La Habana, Úcar, García, 1938. || Pensando en Agramonte; Habana-Camagüey. La Habana, Úcar García, 1939. || Legado mambí. Formación, odisea y agonía del archivo del General Máximo Gómez. La Habana, Ucar, García, 1940. || Lucubraciones con motivo de un libro inédito de Manuel Martínez-Moles. La Habana, Molina, 1941. || Sondeo histórico. Máximo Gómez y su Diario de campaña. Conferencia leída en la Institución Hispanocubana de Cultura la noche del 30 de mayo de 1941. La Habana, Úcar García, 1941. || Martí. Conspirador y revolucionario. La Habana, Imp. Úcar, García, 1942. || Resplandores épicos. La Invasión. Máximo Gómez. Cruces. Mal Tiempo. La Habana, Úcar, García, 1942. || Trinidad, la secular y revolucionaria. La Habana, Úcar, García, 1942. || Evocación en el 75 aniversario del Grito de La Demajagua. La Habana, Talleres Alfa, 1943. || Motivos trinitarios. La Habana, Talleres Alfa, 1943. || Lino Dou. Trabajo leído por su autor en sesión solemne el día 8 de noviembre de 1941, en la Asociación Cultura Femenina, Habana. La Habana, Imp. y Papelería Alfa, 1944. || Misión a Cuba; Cayo Hueso y Martí. La Habana, Imp. y Papelería Alfa, 1944. || Oficiando ante Clío (Frutos del Tercer Congreso de Historia). La Habana, Imp. y Papelería Alfa, 1944. || Viajando por los mares de Trinidad. La Habana, Imp. Alfa, 1944. || Historia en Santiago (Reflejos de un congreso). La Habana, Im. Alfa, 1946. || Tarja de bronce: Serafín Sánchez a través de su siglo, julio 2 de 1846 - julio 2 de 1946. Discurso leído por [...] en la sesión pública celebrada el 2 de julio de 1946, conmemorativo del centenario del nacimiento del ilustre cubano. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1946. || Relicario histórico, frutos coloniales de la vieja Guanabacoa. La Habana, Editorial Librería Selecta, 1948.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

B., E. «Gerardo Castellanos G. Paseo de La Habana a Acapulco (Mi conquista del Pacífico)», en América. La Habana, 4 (3): 93, dic., 1939. || Entralgo, Elías. «Algunas obras cubanas trascendentes o trascendentales. «Gerardo Castellanos G.» Panorama histórico [...], en Revista Bibliográfica Cubana. La Habana, 1 0-5-6): 210-211, jul. 1936. dic., 1937. || «Gerardo Castellanos. Pensando en Agramonte [...]», en América. La Habana, 5 (1): 94, ene., 1940. || «Gerardo Castellanos G.» Legado mambí [...]», en América. La Habana, 8 (2): 91, nov., 1940. || «Gerardo G. Castellanos. Motivos trinitarios [...]», en América. La Habana, 21 (1 y 2): 94, ene.-feb., 1944. || «Gerardo G. Castellanos. Trinidad, la secular y revolucionaria [...]», en América. La Habana, 18 (1 y 2): 93, abr.-may., 1943. || González y Contreras, G. Don Gerardo. Contribución a una tipología del espíritu cubano. La Habana, Úcar, García, 1935. || R[odríguez] F[uentes] L[orenzo]. «Bibliografías contemporáneas. Gerardo Castellanos G.», en Revista Bibliográfica Cubana. La Habana, 1 (3): 172-175, may.-jun., 1936. || Roig de Leuchsenring, Emilio. «Historia de historias: el Panorama de Gerardo Castellanos», en Carteles. La Habana, 23 (44): 26, 40, 44, nov. 3, 1935; Gerardo Castellanos, patriota e historiador, símbolo de cubanía. La Habana, Sociedad Cubana de Estudios Históricos e Internacionales, 1956. || Santovenia, Emeterio. «Gerardo Castellanos», en Revista de la Biblioteca Nacional. La Habana, 2ª serie, 7 (3): 179-182, jul.-sep., 1956. 11 Villarronda, Guillermo. «Los últimos días de Martí», en El Espectador Habanero. La Habana, 9 (51): i, sep., 1937.
 

CASTELLÓN, Pedro Ángel (La Habana, 2.8. 1820-[Nueva Orleáns?] Estados Unidos,? [1856?]. Se desconocen los datos acerca de su educación. Se inició en el periodismo como traductor en Faro Industrial de La Habana. Por esa época colaboró también en El Artista (1848-1849). Estuvo vinculado a los planes expedicionarios de Narciso López. Emigró de Cuba antes de 1850. Hacia 1852 se estableció en Nueva Orleáns, desde donde desarrolló sus actividades revolucionarias. Se dedicó al comercio de víveres, fue secretario de la Junta Madre de la Orden de la Joven Cuba, fundada en esa ciudad para ayudar a los planes revolucionarios, bajo la presidencia de un norteamericano, y trabajó como redactor de El Faro de Cuba y El Independiente. Colaboró además en los periódicos neoyorquinos La Verdad y El Filibustero. Por sus actividades en el exilio las autoridades españolas de la isla lo condenaron, en ausencia, a diez años de cárcel. Fue uno de los poetas que integraron la colección El laúd del desterrado (Nueva York, Imp. de la Revolución, 1858). En los periódicos de Nueva York firmó con el seudónimo Cuyaguateje.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Carbonell, José Manuel. «Pedro Ángel Castellón y Lavette (1820-1860)», en su La poesía lírica en Cuba. Recopilación dirigida, prologada y anotada por [...]. T. 3. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1928 p. 35-36 (Evolución de la cultura cubana. 1608-1927, 3); Pedro Ángel Castellón: poeta y rebelde. Discurso pronunciado en la inauguración del curso académico de 1928-1929, por el presidente de la Academia Nacional de Artes y Letras [...] Memoria del curso académico de 1927-1928 por el secretario de la Academia Ramón A. Catalá. La Habana, Imp. Avisador Comercial, 1928. || Luaces, Joaquín Lorenzo. «Pedro Castellón», en La Piragua. La Habana, 1: 181-183, sep. 23, 1856. || «Pedro Ángel Castellón», en Cuba y América. La Habana 7: 779, feb. 15, 1903. || Valdivia, Aniceto. «Un poeta cubano casi desconocido: Pedro Ángel Castellón», en Cuba Contemporánea. La Habana, 3, 8 (4): 365-374, ago., 1915. || Zenca, Juan Clemente. «Mis contemporáneos: Pedro Ángel Castellón», en Revista Habanera. La Habana, 2 entrega 2,:113-114, 1861.
 

CASTILLO, Aurelia (Camagüey, 27.1.1842-Id., 6.8.1920). Se educó en su ciudad natal. Comenzó a escribir desde muy temprano. Abandonó el país en 1875 en compañía de su esposo, coronel del ejército español, expulsado a causa de la protesta que formuló por el fusilamiento de Antonio L. Luaces y Miguel Acosta. Durante los años que permaneció en España (1875-1878) colaboró en la revista Cádiz, en Crónica Meridional (Almería) y El Eco de Asturias. Después de su regreso a Cuba colaboró en La Luz, La Familia, El Camagüey, El Pueblo, El Progreso, Revista de Cuba, Revista Cubana, La Habana Elegante. Participó en las tertulias literarias de José María de Céspedes. Obtuvo accésit (1877) de la Sociedad Colla de Sant Mus por su estudio sobre la Avellaneda. Como fruto de un viaje a Francia aparecieron publicadas en El País sus cartas sobre la Exposición Universal de París. Viajó también por España, Suiza, Italia, Estados Unidos y México. Expulsada de Cuba a causa del pésame enviado a Alfredo Zayas por la muerte de su hermano en el campo insurrecto, se trasladó de nuevo a España (1896-1898). A su regreso fundó el asilo «Huérfanos de la Patria». En 1904 viajó nuevamente a Europa. Formó parte de la directiva de la Sociedad de Labores Cubanas (1906) y participó en la fundación de la Academia Nacional de Artes y Letras (1910). Fue vicedirectora de su Sección de Literatura. Por estos años colaboró en Bohemia, Social y Cuba Contemporánea. Tradujo La figlia d'Iorio, de Gabriel D'Annunzio. En sus últimos años presidió la comisión editora de las obras de la Avellaneda y cuidó la edición de versos de Martí en sus primeras obras completas.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Fábulas. Poemitas morales. Pról. de Patrocinio de Biedma. Cádiz (España), Tipografía La Mercantil, 1879; 2ª ed. La Habana, Imp. de Rambla y Bouza, 1910. || Adiós de Víctor Hugo a la Francia de 1852. La Habana, La Propaganda Literaria, 1885. || Biografía de Gertrudis Gómez de Avellaneda y juicio crítico de sus obras. La Habana, Imp. de Soler, Álvarez, 1887. || Un paseo por Europa. Libro de viajes. Cartas de Francia (exposición de 1889), de Italia y de Suiza. La Habana, La Propaganda Literaria, 1891. || Pompeya. Poema. La Habana, La Propaganda Literaria, 1891. || Un paseo por América. Cartas de México y de Chicago. La Habana, Imp. La Constancia, 1895. || Trozos guerreros y Apoteosis. La Habana, Imp. La Mercantil, 1903. || Cuentos de Aurelia. La Habana, Imp. de Rambla y Bouza, 1912. || Ignacio Agramonte en la vida privada. La Habana, Imp. Rambla y Bouza, 1912. || Escritos de Aurelia Castillo de González y algunos de Francisco González del Hoyo. En apéndice, cartas de los Sres. Rafael Montoro, Manuel de la Cruz, Manuel Sanguily, Dulce María Borrero de Luján y Max Henríquez Ureña. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1913-1918. 6 v.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

«Aurelia Castillo. La dulce poetisa del sentimiento», en Heraldo de Cuba. La Habana, 9 (208): 1, ago. 8, 1920. || Borrero de Luján, Dulce María, «Aurelia Castillo de González», en Cuba Contemporánea. La Habana, 26: 105-118, 1921. || Casal, Julián del. «Aurelia Castillo de González», en su Prosas. T. 1. La Habana, Consejo Nacional de Cultura, l963, p. 257-259. || Cortina, José Antonio. «Aurelia Castillo de González», en Revista de Cuba. La Habana, 5: 500, 1879. || Lezama Lima, José. «Aurelia Castillo de González», en su Antología de la poesía cubana. T. 3, La Habana, Consejo Nacional de Cultura, l965, p. 405. || Poncet, Carolina. «Evocación de Aurelia Castillo», en Revista de la Biblioteca Nacional José Martí. La Habana, 4. (1-4): 89-93, ene.-dic., 1962. || Robert, Dulce María. «Aurelia Castillo de González», en Cuba Contemporánea. La Habana, 2ª época, 20, 6 (4): 133-137, jul., 1916. || Rodríguez Rendueles, M. «Las azucenas de Doña Aurelia», en Evolución, 2ª época, 5 (117): 945-946, dic. 25, 1918.
 

CASTILLO Y PÉREZ, José de Jesús (Bejucal, Habana, 28.11.1786-La Habana, 27.2.1861). Se educó en Estados Unidos, en el colegio Santa María, de Baltimore, donde trabajó más tarde como profesor de elocución inglesa. Fue cofundador del periódico El Patriota Americano (1811). Ese mismo año fue nombrado socio numerario de la Real Sociedad Patriótica de La Habana. Ocupó el cargo de regidor del Ayuntamiento. En 1826 fue electo diputado a Cortes. Fue redactor de El Noticioso Mercantil. Es autor de «Cartas sobre Inglaterra, Francia y España» (El Observador Habanero. La Habana,: 14-22, 25-26, 18-22, 18-23, y 14-16, jul. 31, ago. 15, ago. 31, sep. 15, sep. 30 y oct. 15, 1820, resp.), así como de cartas dirigidas a Andrés Arango y Domingo del Monte, publicadas en la Revista Cubana (La Habana, 13 y 14: 140-145 y 367-371, 1891, resp.)

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Bachiller y Morales, Antonio. «Don José del Castillo», en su Apuntes para la historia de las letras y de la instrucción pública en la isla de Cuba. T.3. La Habana, Cultural, 1937, p. 225-228. || Morales, Vidal. «Dos escritores cubanos: José del Castillo y Pérez-José Gabriel del Castillo y Azcárate», en Cuba y América. La Habana, 4 (89): 4-10, ago. 20. 1900.
 

CASTILLO Y SUCRE, Rafael del (Aguas de Maracaibo, Venezuela, 28.5.1741-Mérida, México, 17.4.1783). Nació cuando su madre se encontraba en viaje de Cuba a Venezuela. Realizó sus estudios en La Habana. Cursó latín, retórica, filosofía, teología moral y escolástica. Se recibió de Bachiller, Licenciado y Maestro en Artes en la Universidad de la Habana. En 1757 obtuvo el título de Doctor. Ese mismo año pasó a España y se graduó de Doctor en Sagrada Teología y de Bachiller en Artes en la Universidad de Sigüenza. Muy joven aún se ordenó de sacerdote. Estudió Derecho Civil en el Real Colegio Seminario de Nobles de Madrid. Cursó además lecciones de física experimental, geografía, historia, etcétera. En 1763 fue elegido catedrático propietario de Teología y Escolástica en el Colegio Seminario de la Iglesia de Cuba. Ese mismo año se le otorgaron órdenes mayores. Fue nombrado administrador y capellán del hospital de caridad de San Francisco de Paula. En 1770 viajó por España, donde se hicieron famosos sus sermones. Se graduó de Bachiller en Sagrados Cánones en 1771. Viajo también por Italia y habló ante la Corte de Roma. Fue nombrado consultor y teólogo de cámara y más tarde covisitador general del Obispado. Obtuvo la dirección del Seminario de San Carlos (1775-1777). Fue tesorero y fiscal de la Real y Pontificia Universidad. Volvió a España en 1777. En 1780 se trasladó a México por haber sido nombrado maestre escuela de la Catedral de Mérida, Yucatán. Con Francisco Xavier Conde y Oquendo tradujo del latín la Memoria histórica de la vida de Fray Daniel Concino, de Lorenzo Rubio, que quedó inédita.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Oración eucarística por el nacimiento del Infante de España Carlos Clemente celebrado en la ciudad de la Habana. Madrid, Imp. de Pérez Soto [1765?].

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Bachiller y Morales, Antonio. «El doctor Don Rafael del Castillo y Sucre», en su Apuntes para la historia de las letras y de la instrucción pública en la isla de Cuba. T. 3. La Habana, Cultural, 1937, p. 96-116.
 

CATALÁ, Ramón A. (La Habana, 18.8.1866-Id., 10.11.1941). Cursó la primaria en La Habana. En sus años estudiantiles fundó el periódico La Infancia y editó El Estudiante. En 1885 comenzó a trabajar en El Fígaro, del que fue administrador y director (1909-1929). Tras graduarse de abogado ejerció con éxito la profesión. Fue cofundador de Heraldo de Cuba (1913) y colaborador en La Lucha y Diario de la Marina. Miembro de la Academia Nacional de Artes y Letras, de la Academia de la Historia de Cuba y de la Academia Cubana de la Lengua. Fue presidente, y más tarde Presidente de Honor, de la Asociación de la Prensa de Cuba. Viajó por América Latina como comisionado gubernamental. Es autor de Divagaciones sobre la novela (La Habana, Imp. El Siglo XX, 1926), leído como contestación al discurso de ingreso en la Academia Nacional de Artes y Letras pronunciado por Carlos Loveira. Dejó inéditas una Historia de Cuba y una Historia de la invasión. Utilizó los seudónimos Fabián Conde, Chroniqueur, Fígaro, Lucas Gómez y Mlle. Nitouche.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Miguel Teurbe Tolón, poeta y conspirador. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1924.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Carbonell, José Manuel. «Ramón A. Catalá y Rivas (1866)», en su La prosa en Cuba. Recopilación dirigida, prologada y anotada por [...]. T. 1. La Habana, Imp. Montalvo y Cárdenas, 1928, p. 53-54 (Evolución de la cultura cubana. 1608-1927, 12.) || Conde Kostia, seud. de Aniceto Valdivia. «Ramón A. Catalá», en su Mi linterna mágica. La Habana, Ministerio de Educación. Instituto Nacional de Cultura, p. 53-55. || Chacón y Calvo, José María. «Don Ramón A. Catalá; con motivo de su muerte», en Revista Cubana. La Habana, 16: 249-250, jul.-dic., 1941. || Lamar Schweyer, Alberto. «Elogio de un talento ingenuo. El Dr. Ramón A. Catalá», en El Fígaro. La Habana, 41 (10): 257, oct., 1924. || Soto Paz, Rafael. «Ramón A. Catalá», en su Antología de periodistas cubanos. La Habana, Empresa Editora de Publicaciones, 1943, p. 190-191.
 

Catálogo (Santiago de Cuba, 1971- ).Boletín de la biblioteca «Elvira Cape». Publicación mimeografiada cuyo primer número correspondió al bimestre enero-febrero. «Con esta publicación, y dentro de sus posibilidades, (más bien limitadas), pretendemos cubrir la necesidad de divulgar una serie de materiales que han resultado del quehacer investigativo y de la labor puramente creativa», señalaban en el trabajo «A modo de ''editorial''», aparecido en el primer número. Integraban su consejo de redacción Adria Guerra, Emilio Setién, Rafael de Nacimiento, Efraín Nadereau y, desde mayo-junio de 1972, Leo Miranda. Posteriormente dicho consejo se denominó de dirección y sufrió variaciones en su estructura, al separarse del mismo Emilio Setién y Efraín Nadereau e incorporarse Efraín Montoya. Desde el ejemplar correspondiente al período enero-abril de 1975, con su mismo título, pasó a ser «Boletín de la Dirección Provincial de Bibliotecas del Consejo Nacional de Cultura de Oriente». Integran entonces su consejo de redacción Efraín Montoya, Esther García, Rafael de Nacimiento, María Teresa Torres y Leo Miranda. En sus páginas se publican trabajos de investigación sobre cuestiones históricas, artísticas y literarias, fundamentalmente sobre la propia ciudad, así como bibliografías técnicas y científicas. En la sección «Notas y noticias» se ofrece información sobre las actividades culturales desarrolladas durante el período en la ciudad. Otras secciones interesantes son «Carteles orientales» (a cargo del Departamento de Artes) y «Bibliografía oriental» (bajo la responsabilidad del Departamento de Colección Cubana). La primera de estas secciones presenta, en cada número el catálogo de carteles existentes en el departamento de los diseñadores de la provincia. En la segunda se ofrece la bibliografía oriental no localizada en la bibliografía nacional. En un número especial de junio de 1972 se publicó un «Bosquejo cronológico de títulos editados en Manzanillo». Además han aparecido poemas de autores de la provincia. Sus colaboradores han sido, entre otros, Jesús Cos Causse, Angelina Castro García, Ángela Castellanos Martí, Alejandro Querejeta, Waldo Leyva, Francisco Ibarra, Luis Díaz, Francisco Lara, Ariel James, Ernesto Crespo Frutos, Amador Montes de Oca y Augusto Blanca.
 

Céfiro, El (Puerto Príncipe, [1866-1868]). Según aparece en el Catálogo de publicaciones periódicas cubanas de los siglos XVIII y XIX (La Habana, Biblioteca Nacional José Martí. Depto. Colección Cubana, 1965, p. 127), era un periódico literario, semanal, publicado de noviembre de 1866 a noviembre de 1868, cuyo fundador fue Emilio Peyrellade y que estuvo dirigido por Domitila García y Sofía Estévez. El ejemplar más antiguo encontrado (19 de abril de 1868) presenta el siguiente subtítulo: «Periódico literario, de modas, costumbres y semi-oficial de la Sociedad Popular de Puerto Príncipe dedicado a sus socios.» Su editor era J. Federico Peyrellade y su redactora Sofía Estévez. Domitila García se había separado de la redacción «por causas ajenas a su voluntad» desde el número 13, según se lee en la reseña que de dicho número aparece en la edición del Diario de la Marina correspondiente al 15 de febrero de 1867. En los escasos números que se conservan se publicaron artículos en prosa sobre diversas cuestiones de interés para la mujer, así como narraciones, firmados estos trabajos por Juana de P., Luisa Jiménez, Elvira, Rufina, La guayabera, La yumurina y otras. Calcagno señala, en su Diccionario biográfico cubano (New York, Imp. y Librería de N. Ponce de León, 1878, p. 268), que Sofía Estévez publicó, en folletines, sus novelas «Alberto el trovador» y «Doce años después». Domitila García expresa en su Álbum poético fotográfico de escritoras y poetisas cubanas (La Habana, Imp. de El Fígaro, 1926, p. 175), lo siguiente: «Por su índole, por ser el primer periódico redactado por dos jóvenes que apenas traspasaban el umbral de la vida, con carácter representativo social, la empresa tuvo una acogida entusiasta en toda la Isla; pero a los dos años de esparcir «El Céfiro» su soplo dulce y perfumado... ¡El huracán de la guerra abatió sus alas!...»
 

CENTRO CUBANO DE INVESTIGACIONES LITERARIAS Quedó constituido a finales de 1961 como dependencia adscrita al Consejo Nacional de Cultura. Fue dirigido por Mario Parajón. Radicaba en el edificio que actualmente ocupa el Instituto de Literatura y Lingüística de la Academia de Ciencias. Su labor principal estuvo fundamentalmente encaminada a la publicación de obras de autores cubanos y españoles. Editó las colecciones Biblioteca Básica de Autores Cubanos, Biblioteca Básica de Autores Españoles y Viajeros. De la primera aparecieron, entre otras, las Obras completas de José Jacinto Milanés (1963), Sab (1963), de Gertrudis Gómez de Avellaneda, Caniquí (1963), de José Antonio Ramos, Vida y escritos de Juan Clemente Zenea (1964), de Enrique Piñeyro, Antología de la poesía cubana (1965), de José Lezama Lima. Entre las españolas, La Celestina (1963), de Fernando de Rojas, La Dorotea (1964), de Lope de Vega, Amadís de Gaula (1965). De la colección Viajeros, La isla de Cuba (1964), de Richard R. Madden, y Viajes de D. Jacinto Salas Quiroga (1964). El Centro ofreció charlas y conferencias. Sus actividades cesaron en 1965.
 

CEPEDA, Josefina de (Placetas, Las Villas, 18.11.1907). Cursó la enseñanza primaria en Pinar del Río, La Habana, Las Villas y Oriente. En Holguín (Oriente) inició los estudios de bachillerato. En la Escuela Normal de Kindergarten se graduó de maestra en 1926. Tres años después concluyó sus estudios de piano, teoría y solfeo en el Conservatorio Hubert de Blanck. En 1938 contrajo nupcias con el escritor José Antonio Ramos. Trabajó veintiún años como maestra de kindergarten en la Escuela Anexa a la Normal. Fue directora y maestra de piano de la Academia de Artes e Idiomas del Círculo Cubano de Bellas Artes, cantante de la Sociedad Coral de La Habana y directora de programas radiales. Ha colaborado en las publicaciones cubanas La Mujer, Diario de la Marina, Revista Bimestre Cubana, Universidad de la Habana, Gaceta del Caribe, Aidos, Artes, Avance, Hoy, Social, El País, Alerta, Ellas, Alma Mater, Acción, Carteles, Horizontes, Matanzas, Senderos, Vanidades, Orto, Pueblo, La Nación Cubana, América, El Camagüeyano, Revista de la Asociación Nacional de Kindergarten, y en las extranjeras Almanaque Ilustrado Hispano-Americano (España), Cuadernos de América y Magazine de El Dictamen (México). Ha dado recitales de sus poesías en el Círculo Cubano de Bellas Artes, Lyceum, Pro-Arte Musical, Conservatorio Orbón. Ha viajado a Estados Unidos y México. Perteneció al Club de Mujeres Profesionales de La Habana. Fue incluida por Juan Ramón Jiménez en la antología La poesía cubana en 1936 (La Habana, P. Fernández, 1937) y por Matilde Muñoz en Antología de poetisas hispanoamericanas modernas (Madrid, Aguilar, 1946). Poemas suyos han sido traducidos al inglés, alemán y polaco.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Grana y armiño. Versos. La Habana, Escuela Tipográfica de la Institución Inclán [1935]. || Versos. [Separata de la Revista Bimestre Cubana]. La Habana, Imp. Molina, 1936. || Palabras en soledad. Poemas del sanatorio (1938-39). La Habana, La Verónica, 1941. || La llama en el mar. Poesías. La Habana, Impresora Vega, 1954.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Acevedo, Javier de. «Josefina de Cepeda», en El Avance Criollo. La Habana, 2 (195): 13, ago. 16, 1935. || A[rciniegas] I[smael] E[nrique]. «Versos, de Josefina de Cepeda», en El Gráfico. Bogotá, 26 (1 293): 753, ago. 22, 1936. || Arocena, Berta. «Palabras en soledad, de Josefina de Cepeda», en El Mundo. La Habana, 40 (12 696): 2, abr. 4, 1941. || Buesa, José. «Grana y armiño», en El Avance Criollo. La Habana, 2 (90): 6, abr. 17, 1935. || Carrera, Julieta, «Mujeres. Cuatro mujeres y el amor», en El Mundo. La Habana, 34 (11 092): 4. oct. 18, 1934. || Costa, Octavio R. «Josefina de Cepeda y la poesía», en Diario de la Marina. La Habana, 123 (53): 4-A, mar. 3, 1955. || G[onzález] M[anuel] P[edro] «La llama en el mar. Josefina de Cepeda [...], en Humanismo. México, 4 (33): 158-160,

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CEPERO BONILLA, Raúl (Sagua la Grande, Las Villas, 28.9.1920-Lima, Perú, 27.11.1962). Muy joven aún trabajó como auxiliar de oficina. Se graduó de bachiller en el Instituto del Vedado (1938) y de Doctor en Leyes en la Universidad de la Habana (1942). Durante sus años de estudiante trabajó como profesor auxiliar de Cívica en el Instituto del Vedado e ingresó en el Partido Comunista, cuyas filas abandonó más tarde. Obtuvo el título de periodista en la Escuela Profesional de Periodismo «Manuel Márquez Sterling» (1951). En 1951 asistió como delegado al Congreso Azucarero de la G.A.T.T., celebrado en Inglaterra. Durante los años de la tiranía batistiana realizó, con los dirigentes de la insurrección, diversas labores intelectuales y políticas. Fue detenido en diversas ocasiones. Al triunfo de la Revolución ocupó los cargos de Ministro de Comercio (1959-1960) y Presidente del Banco Nacional (1960-1962). Presidió numerosas delegaciones económicas cubanas en el extranjero. Viajó a Inglaterra, Francia, Italia, España, RFA, Yugoslavia, Suiza, Dinamarca, Brasil, México, Estados Unidos, Japón. Fue uno de los fundadores de la Comisión de Historia de la Academia de Ciencias. Colaboró en Prensa Libre, Carteles, Bohemia, Acción, Tiempo en Cuba, Cuba Socialista. Al regreso de una conferencia económica internacional, en la que había presidido la delegación cubana, perdió la vida junto a sus compañeros, en accidente de aviación.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Azúcar y abolición. La Habana, Editorial Cenit, 1948; 2ª ed. La Habana, Editorial Echevarría, 1959; Introd. de Carlos Funtanellas. La Habana, Instituto Cubano del Libro, 1971. || El Siglo (1862-68), un periódico en lucha contra la censura. La Habana, Editorial Lex, 1957. || Política azucarera (1952-1958). México, D.F., Editorial Futuro, 1958. || The Cuban Revolution and the sugar markets. La Habana, Editorial Echevarría, 1959. || The Cuban Soviet Agreement. La Habana. Editorial Echevarría,1960. || La independencia económica se conquista con la diversificación de los mercados extranjeros. La Habana, Editorial Echevarría, 1960. || Obras históricas [Contiene: El desarrollo económico de la sociedad: el comunismo primitivo; Azúcar y abolición; Atisbos del economismo histórico en el pensamiento cubano; El Siglo (1862-1968), un periódico en lucha contra la censura; Política azucarera (1952-1958); Discurso en la Séptima Conferencia Regional de la F.A.O.] Introd. de Julio Le Riverend. La Habana, Instituto de Historia, 1963.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Mesa Martín, Aida. «La efemérides de la semana. Raúl Cepero Bonilla», en Bohemia. La Habana, 66 (47): 93, nov. 22, 1974. || Petriccioni Ferrand, Guido. «Azúcar y abolición de Raúl Cepero Bonilla», en Revista de la Biblioteca Nacional. La Habana, 2ª serie, 1 (1): 71, abr., 1949.
 

CERNADAS, Remigio (La Habana,?. 1779- Id., 15.10.1859). Estudió en el Convento de Santo Domingo. En 1817 se graduó de Doctor en Filosofía y Teología en la Universidad de la Habana. Fue rector de la misma en diversas ocasiones (1819, 1826, 1830, 1836 y 1840). En 1830 ingresó como miembro en la Sociedad Patriótica de la Habana. Fue nombrado secretario del Obispado en 1836. Ejerció el magisterio. Se destacó, junto con Félix Varela, como el más notable orador sagrado de su época. Cultivó también la oratoria académica. Firmaba con las iniciales Fr. R. C.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Coordinación del calendario de esta Provincia Santa Cruz de las Indias por Fr. R. C..., Prior del Convento de San Juan de Letrán. [La Habana?], 1828. || Oración fúnebre que en las honras celebradas en la iglesia del Convento de Predicadores, en sufragio del alma del Excmo. e Illmo. Sr. D. Juan José Díaz de Espada y Landa, dignísimo obispo de esta diócesis, el 27 de octubre de este año, con asistencia del ilustre claustro de la Real y Pontificia Universidad, dijo el M. R. P. M. F. Remigio Cernadas, del mismo orden y claustro. La Habana, Imp. de D. José Boloña, 1832. || Sermón predicado el día treinta y uno de noviembre de este año en la iglesia de Santo Domingo por el Padre Maestro Fray Remigio Cernadas, en la función de acción de gracias con que la Real y Pontificia Universidad celebró el restablecimiento de la importante salud del Rey Nuestro Señor. La Habana, Oficina de D. José Boloña, 1832. || Elogio fúnebre en las honras celebradas en el sufragio del alma del Excmo. Sr. Conde de Santovenia en la iglesia del Convento de Reverendos Padres Predicadores, el día 14 de enero de 1832, con asistencia de la Real y Pontificia Universidad que dijo el R. P. Maestro F. Remigio Cernadas. La Habana, Oficina de D. José Boloña, impresor de la Real Casa y Patrimonio y de las Reales Casas de Marina e Ingenieros [1832?]. || Oración fúnebre que en las honras del Illmo. y Rmo. Sr. Dr. Pedro Varela y Jiménez, dignísimo Arzobispo de Santo Domingo, primado de las Indias y administrador electo de este Obispado, dijo el muy R. P. M. Fr. Remigio Cernadas, del orden de predicadores en la iglesia de nuestro P. S. Agustín el 28 de junio de este año. La Habana, Imp. del Gobierno y Capitanía General, 1833. || Oración fúnebre pronunciada en la iglesia de los R. R. P. P. Predicadores en las honras hechas al Excmo. Sr. D. Ángel Laborde y Navarro, Jefe de Escuadra de la Real Armada y Comandante General de este Apostadero. Por [...] el día 6 de mayo, La Habana, Oficina de D. J. Boloña, 1834. || Oración fúnebre que en las honras que la venerable comunidad del Convento de predicadores de esta ciudad, celebró en sufragio del alma de nuestro Católico Monarca el Sr. D. Fernando Séptimo (Q. E. P. D.) el día 24 de Enero de este año, dijo el M. R. P. M. y Doctor en Sagrada Teología, Rector y Cancelario de la Real y Pontificia Universidad Fray Remigio Cernadas. La Habana, Imp. del Gobierno y Capitanía General, 1834. || Oración fúnebre que en las solemnes exequias celebradas en la iglesia del Convenio de Nuestro Padre San Juan de Dios por el alma de nuestro católico Monarca el Señor Don Fernando Séptimo el día 15 de enero de este año dijo el M. Reverendo Padre Maestro Doctor en Sagrada Teología, Rector y Cancelario de esta Real y Pontificia Universidad Fray Remigio Cernadas, del sagrado orden de Predicadores. La Habana, Oficina de Don José Boloña, 1834. || Sermón predicado en la iglesia de nuestro P. S. Agustín el día 11 de julio de 1833, en la fiesta que la señora Condesa de Casa Lombillo dedicó a la preciosa sangre de Nuestro Señor Jesucristo, como un testimonio de su reconocimiento por haberla preservado de la epidemia conocida con el nombre de cólera morbus. La Habana, Oficina de D. José Boloña, impresor de la Real Marina [1834?]. || Oración fúnebre pronunciada por el Muy Reverendo Padre Maestro Fray Remigio Cernadas, Rector y Cancelario de la Real y Pontificia Universidad de la Habana, en las honras que la Real y esclarecida archicofradía del Santísimo Sacramento establecida en la parroquial del Espíritu Santo, consagró a la grata y respetable memoria del Escelentísimo [sic] Señor Don Joaquín Gascue y Pueyo, Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, Mariscal de Campo de los Reales Ejércitos y Subinspector del Departamento del Real Cuerpo de Artillería de esta Plaza, en la iglesia de dicha parroquial el día 12 de noviembre de 1840. La Habana, Oficina de Don José S. Boloña [1840?].

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Sanguily, Manuel. «[Fray Remigio Cernadas]», en su Oradores de Cuba. La Habana, A. Dorrbecker, 1926, p. 24-25 (Obras de Manuel Sanguily, 3).
 

Cervantes (La Habana, 1925-1946). «Revista mensual ilustrada», se leía en la cubierta, pero en su portada aparecía como «Revista mensual ilustrada de literatura. Arte. Ciencia». Fue fundada por Ricardo Veloso, según señala José M. Labraña en la página 747 de su trabajo «La prensa en Cuba» -aparecido en Cuba en la mano. Enciclopedia popular ilustrada (La Habana, Úcar, García, 1940, p. 649-786) y editada en su Librería Cervantes, luego Cultural, S. A. Comenzó a publicarse en mayo de 1925, bajo la dirección de Luis García Triay, el cual fue sustituido por Rafael Pérez Lobo en octubre de 1927. De enero a junio de 1929 presentó en la portada el subtítulo de «Revista bibliográfica mensual ilustrada», que de ahí en adelante aparecería indistintamente en diferentes partes de la revista. Siempre conservó, además, el de «Revista mensual ilustrada». En 1932 solamente salieron los números de enero a junio bajo la dirección de Félix Lizaso. Al reaparecer en julio-agosto de 1933, asumió la dirección Alberto Sánchez. Desde esta misma fecha salió en forma irregular. Entre 1935 y principios de 1937 fueron sus directores sucesivamente, Luis de Miguel y Luis de Loperena. Por último vuelve a ocupar definitivamente la dirección Rafael Pérez Lobo desde julio-agosto de 1937. Aparecían en sus páginas notas y anuncios de libros que estaban a la venta en la librería que la editaba, generalmente acompañados de una nota crítica. Fue más divulgadora de la literatura española que de la cubana. También se ocupó de historia del arte, de gramática, de lingüística, de historia universal y de la mujer. En general, brindó el panorama cultural mundial de su época. Fueron sus colaboradores Juan Marinello, M. I. Mesa Rodríguez, Fernando Lles, Félix Callejas, Conde Kostia (seud. de Aniceto Valdivia), E. Gómez Baquero y otros. Además se publicaron trabajos de reconocidos escritores españoles. Finaliza su salida con el número correspondiente a enero-mayo de 1946.

BIBLIOGRAFÍA

Mis, Georges. «Elogian en París a la revista Cervantes. Contribución a la crisis del libro», en Cervantes. La Habana, 14 (7-8): 27-28, jul-ago., 1939.
 

CÉSPEDES, Carlos Manuel de (Bayamo, Oriente, 18.4.1819-Sierra Maestra, Oriente, 27.2.1874). Cursó la primera enseñanza en el colegio del Convento de Santo Domingo, de Bayamo, en el cual ingresa en 1829. Al egresar de dicho centro viaja a La Habana. En 1835 continúa sus estudios en el Seminario de San Carlos. Se gradúa de Bachiller en Derecho tres años más tarde. Viaja a España en 1840 a completar sus estudios. Obtiene el título de Licenciado en Leyes. De 1842 a 1844 viaja por Francia, Bélgica, Inglaterra, Suiza, Alemania, Italia, Grecia, Turquía, Palestina y Egipto. El dominio que tenía de varios idiomas le permitió estudiar la historia y las instituciones políticas de dichos países. En 1844 regresa a Cuba y se establece en Bayamo como abogado. Fue director de la Sociedad Filarmónica y de su Sección de Declamación. En 1849 fue síndico del Ayuntamiento de Bayamo. De 1852 a 1855 sufrió prisión en tres ocasiones diferentes. Colaboró en La Prensa (La Habana), El Redactor (Santiago de Cuba) y La Antorcha (Manzanillo, Oriente), donde ocupó además el cargo de redactor. En la logia «Buena Fe», constituida en Manzanillo en abril de 1868, desempeñó un papel importante y comenzó sus trabajos conspirativos. El 10 de octubre de 1868 se levanta en armas contra el dominio español, en su ingenio La Demajagua, liberta a sus esclavos y suscribe la Declaración de independencia, con lo que se da inicio a la Guerra de los Diez Años. El 20 de octubre toma militarmente a Bayamo, que es declarada capital provisional y sede del Gobierno de la Revolución. Allí funda el periódico El Cubano Libre. El 27 de diciembre firmó el Decreto sobre la esclavitud. En abril de 1869 la Asamblea de Guáimaro lo designa presidente de la República en Armas. El 29 de mayo de 1870 su hijo Óscar es hecho prisionero por los españoles y fusilado al negarse Céspedes a negociar sobre la base de su capitulación. El 31 de diciembre de 1870 cae prisionera de los españoles su esposa Ana de Quesada. El 27 de octubre de 1873, la Cámara de Representantes depone a Céspedes de su cargo de presidente de la República, acuerdo que acata disciplinadamente. Fija su residencia en San Lorenzo y allí muere combatiendo al enemigo. Es autor del drama El conde de Montgomery. Tradujo del francés El cervecero rey, de D'Arlincour, y Las dos dianas, de Alejandro Dumas; del latín, fragmentos de la Eneida.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

En defensa de Cuba. Madrid, 1841. || En días de prueba. Marzo 1º de 1916. «Al lector», por N[éstor?] C[arbonell?]. La Habana, Imp. La Prueba, 1916 (Biblioteca Cuba, 5). || La voz del precursor. Pról. de Hilda Parets. La Habana, Editorial Cuba, 1937. || De Bayamo a San Lorenzo. Selección y Pról. de Andrés de Piedra-Bueno. La Habana, Ministerio de Educación. Dirección de Cultura, 1944 (Cuba-Dirección de Cultura. Cuadernos de Cultura, 6ª serie, 3). || Cartas a su esposa Ana de Quesada. La Habana, Instituto de Historia, 1964. || Escritos. Compilación [e introd.] de Fernando Portuondo del Prado [y] Hortensia Pichardo Viñals. La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1974. || Poesías [Pról. de] Osvaldo Navarro [La Habana], Consejo Nacional de Cultura. Dirección General de Publicaciones ( 1974?].

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

«Carlos Manuel de Céspedes», en La América. Nueva York, 1 (3): 33-35, jun., 1, 1871. || Céspedes y Quesada, Carlos Manuel de. Carlos Manuel de Céspedes. París, Tipografía de Paul Dupont, 1895. || Cruz, Mary. «Centenario de la caída del Padre de la Patria. Céspedes o la virtud revolucionaria», en La Gaceta de Cuba. La Habana, (120): 17-20, feb., 1974. || Griñán Peralta, Leonardo. Carlos Manuel de Céspedes (Análisis caracterológico). Santiago de Cuba, Universidad de Oriente, 1968 (Serie conmemorativa del centenario, 3). || Lufriu, René. Carlos Manuel de Céspedes, redentor de los esclavos y padre de la patria. La Habana, Imp. y Librería La Propagandista, 1915. || Martí, José. «Céspedes y Agramonte», en su Obras completas. T. 4. La Habana, Editorial Nacional de Cuba, 1963, p. 358-362. || Montemar, Antonio. «Canto al Cauto. ''Peinando lirios...''», en El Mundo. La Habana, 65 (21 707): 5, oct. 9, 1966. || Rodríguez, Mariano. «El niño Carlos Manuel» y «El joven Carlos Manuel (II)», en Juventud Rebelde. La Habana,: 4 y 2, feb. 1 y 3, 1974, resp. || Romero Proenza, Alfonso. «Centenario de la muerte de Carlos Manuel de Céspedes. 1874-1974. Cronología de su vida», en Boletín de Activismo de Historia. La Habana, 1 (1): 4-7 [dic., 1974]. || TrujiIlo, Enrique. «Carlos Manuel de Céspedes», en su Álbum de El Porvenir. New York, 1:47-51, 1890.
 

CÉSPEDES DE ESCANAVERINO, Úrsula (Finca Guajacabito, Bayamo, Oriente, 21.10.1832-Santa Isabel de las Lajas, Las Villas, 2.11.1874). Recibió la enseñanza primaria en su propio hogar. También aprendió música y francés. En 1854 visita Villaclara. Allí conoce a Ginés Escanaverino, con quien se casa en 1857. Obtiene el título de maestra en 1858 y junto con su esposo funda en Bayamo, pensionada por el Municipio, la Academia de Santa Úrsula, para la enseñanza femenina. Se trasladaron a La Habana durante algún tiempo (1863-1865). Posteriormente su esposo obtiene por oposición el cargo de director de la Escuela Superior para Varones, en San Cristóbal, Pinar del Río, mientras ella imparte clases en una escuela para niñas en el mismo lugar. Muertos sus hermanos y preso su padre durante la guerra del 68, la persecución desatada contra su familia los hace trasladarse a Santa Isabel de las Lajas. Sus primeros poemas los había publicado en Semanario Cubano (1855) y El Redactor de Santiago de Cuba, de la capital oriental. También colaboró en La Regeneración (Bayamo); La Antorcha (Manzanillo); La Alborada, Eco de Villaclara (Villaclara); El Fomento, Hoja Económica de Cienfuegos (Cienfuegos); Correo de Trinidad, La Abeja (Trinidad); La Prensa, El Kaleidoscopio, La Idea, Cuba Literaria (La Habana); La Moda Elegante (Cádiz, España). Su libro Cantos postreros fue publicado póstumamente por su esposo en reducida edición privada. Utilizó los seudónimos La serrana y Carlos Enrique Alba.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Ecos de la selva. Poesías. Pról. de Carlos Manuel de Céspedes. Santiago de Cuba, Imp. de Espinal y Díaz, 1861. || Poesías. Pról. y selección de Juan J. Remos. La Habana, Ministerio de Educación. Dirección de Cultura, 1948 (Cuadernos de Cultura, octava serie, 2).

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Bueno, Salvador. «Úrsula Céspedes», en El Mundo. La Habana, 66 (22 145): 2, mar. 8, 1968. || Carbonell, José Manuel. «Úrsula Céspedes de Escanaverino (1832-1874)», en su La Poesía lírica en Cuba. Recopilación dirigida, prologada y anotada por [...]. T. 3. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1928, p. 320-322 (Evolución de la cultura cubana. 1608-1927, 3). || Escanaverino de Hernández, María Dolores. «Úrsula Céspedes de Escanaverino», en Archipiélago. Santiago de Cuba, 2 (16): 289-299, dic. 31, 1929. || García de Coronado, Domitila. «Úrsula Céspedes de Escanaverino», en su Álbum poético-fotográfico de escritoras y poetisas cubanas escrito en 1868 para la señora Doña Gertrudis Gómez de Avellaneda. La Habana, Imp. El Fígaro, 1926, p. 65-76. || Triay, José E. «Úrsula Céspedes», en La Lotería. La Habana, 2 (25): 191, jun. 21, 1885.
 

Cesto de Flores, El (La Habana, 1856-[Id.]). Era un «semanario dominical de amena literatura dedicado al bello sexo», según señala Araceli García Carranza en la página 39 de Índices analíticos (La Habana, Biblioteca Nacional José Martí. Depto. Colección Cubana, 1964). Comenzó a salir en la segunda quincena de marzo. En la sección «Gacetín» del periódico Gaceta de la Habana del 9 de marzo de 1856, se da la noticia de la próxima salida de El Cesto de Flores y se expresa que a su frente se hallan D. Juan Cantalapiedra y D. Antonio González Herrera; no obstante, en la revista aparecen como director Antonio López Arenosa y como redactores Antonio Cantalapiedra y José Poo. Publicó, en gran parte de sus páginas, poesías de autores conocidos, como Rafael María de Mendive, José de Armas y Céspedes, José Fornaris, Ramón Vélez Herrera, Joaquín Lorenzo Luaces y otros; además de traducciones de artículos de literatura extranjera y la novela «María», de López de Arenosa. También prestaron su colaboración Francisco de Paula Gelabert y Antonio Sellén. Aunque sólo se ha encontrado hasta la entrega 12, se sabe que continuó saliendo hasta la 14, pues en la página 3 del periódico Gaceta de la Habana del 25 de junio de 1856, en la sección «Gacetín», se expresa que se halla en circulación dicha entrega. Preparado por Feliciana Menocal, con la colaboración de Araceli García-Carranza, se ha publicado su índice analítico, aparecido en Índices analíticos (La Habana, Biblioteca Nacional José Martí. Depto. Colección Cubana, 1964 P. 40-44).

BIBLIOGRAFÍA

[García-Carranza, Araceli]. «El Cesto de Flores», en Índices analíticos. La Habana, Biblioteca Nacional José Martí. Depto. Colección Cubana, 1964, p. 39.
 

Ciclón (La Habana, 1955-1957; 1959). Revista literaria. Comenzó a salir en enero. Fue su fundador, director y administrador José Rodríguez Feo. Se publicaba cada dos meses. Desde julio de 1955 Virgilio Piñera fungió como secretario. Dejó de publicarse con la salida del ejemplar correspondiente a abril-junio de 1957. En 1959 reapareció y publicó un sólo número, correspondiente al trimestre enero-marzo. Rodríguez Feo, que había sido, junto a José Lezama Lima, codirector de Orígenes, se separó de ésta por un incidente ocurrido a raíz de la publicación de un artículo de Juan Ramón Jiménez en que aludía a Vicente Aleixandre («Crítica paralela», año 10, número 34, 1953, p. 3-14) sin que Lezama Lima contase con su aprobación en calidad de codirector. Entonces editó Ciclón, con la cual, según se expresaba en el primer número «[...] borramos a Orígenes de un golpe. A Orígenes que como todo el mundo sabe tras diez años de eficaces servicios a la cultura en Cuba, es actualmente sólo peso muerto». Ciclón fue una revista puramente literaria que publicaba colaboraciones y traducciones inéditas, tanto de autores nacionales como extranjeros. Estaba completamente alejada de cualquier tipo de problema que no fuese literario, no obstante lo cual, según señala su director cuando reaparece en 1959, su publicación se había suspendido «porque en los momentos en que se acrecentaba la lucha contra la tiranía de Batista y moría en las calles de La Habana y en los montes de Oriente nuestra juventud más valerosa, nos pareció una falta de pudor ofrecer a nuestros lectores «simple literatura». Todo tipo de crítica política o social estaba condenada de antemano por la feroz censura». Tenía una sección fija dedicada a la crítica artístico-literaria: «Barómetro». En la sección «Revaluaciones» se publicaron estudios sobre Rubén Martínez Villena, Oscar Wilde y Macedonio Fernández. En sus páginas aparecieron trabajos de relevantes figuras de las letras en lengua hispánica, entre ellas Luis Cernuda, José Ferrater Mora, Jorge Luis Borges, Dámaso Alonso, Ernesto Sábato, Julián Marías, Alfonso Reyes, Carlos Bousoño, Luis Alberto Sánchez, Guillermo de Torre, Adolfo Bioy Casares, Vicente Aleixandre, Jorge Guillén, Octavio Paz, Julio Cortázar. Contó con la colaboración de numerosos escritores jóvenes, entre ellos Luis Marré, Ambrosio Fornet, Rolando T. Escardó, Luis Suardíaz, Ezequiel Vieta, Rine Leal, Antón Arrufat, César López, Víctor Agostini, Roberto Branly, Manuel Díaz Martínez, Rolando Ferrer, Fayad Jamís, Aldo Menéndez, Pedro de Oráa. Su índice analítico, confeccionado por un equipo de investigadores, ha sido publicado en el tomo 1 de Índices de las revistas cubanas (La Habana, Biblioteca Nacional José Martí. Depto. de Hemeroteca e Información de Humanidades, 1969, p. 237-293).

BIBLIOGRAFÍA

«Borrón y cuenta nueva», en Ciclón. La Habana, 1 (1): [entre 22 23], ene., 1955. || Rodríguez Feo, José. «La neutralidad de los escritores», en Ciclón. La Habana, 4 (1): [entre 36-37], mar., 1959. || Suárez Solís, Rafael. «Las pequeñas causas. Ciclón», en Diario de la Marina. La Habana, 123 (171): 4-A, jul. 21, 1955.
 

Cine Cubano (La Habana,1960- ). Revista mensual. Dirigida por Alfredo Guevara. Ha tenido una periodicidad irregular. Es una publicación especializada en cinematografía que ha dado preferencia siempre a todo lo relacionado con el cine cubano y latinoamericano, para lo cual ha contado con la colaboración de críticos y cineastas cubanos, así como de los dirigentes del ICAIC. Se encuentran, entre los primeros, Mario Rodríguez Alemán, Nicolás Cossío, Daniel Díaz Torres, Enrique Colina, Marisol Trujillo y Roberto Branly. También se han reproducido trabajos y publicado colaboraciones de conocidos críticos y cineastas extranjeros. Ocasionalmente han aparecido en sus páginas artículos y opiniones de escritores cubanos y latinoamericanos, casi siempre sobre la relación entre cine y literatura y cine y cultura. Se destacan Jesús Díaz, Edmundo Desnoes, Roberto Fernández Retamar, Alejo Carpentier, Camila Henríquez Ureña, Graziella Pogolotti, René Méndez Capote, Lisandro Otero, Ambrosio Fornet, Samuel Feijóo, Reynaldo González, Jaime Sarusky, Eliseo Diego, Guillermo Rodríguez Rivera, Víctor Casaus, entre los escritores cubanos, y René Depestre, Roque Dalton, Arqueles Morales, Mario Benedetti, Óscar Collazos, Ángel Rama, Jorge Timossi, entre los latinoamericanos.
 

CÍRCULO DE AMIGOS DE LA CULTURA FRANCESA Fue fundado en La Habana el 6 de diciembre de 1928. Su fundador y primer presidente fue Roberto de la Torre. Tuvo como finalidad propagar la lengua y la cultura francesas, además de dar a conocer otras culturas. Ofreció conferencias en español y francés. Así como conciertos, exposiciones, sesiones cinematográficas, etcétera. Contó con una biblioteca de más de 1500 volúmenes y con una discoteca. Bajo los auspicios del Círculo de Amigos de la Cultura Francesa se constituyó una agrupación de jóvenes literatos, poetas y músicos, que con el nombre de «Grupo Impar» celebró durante varios años un acto mensual de carácter artístico-literario. En 1965 cesó en sus funciones el Círculo de Amigos de la Cultura Francesa.

BIBLIOGRAFÍA

«Le Cercle des Amis de la Culture Française de la Havane (Cuba)», en Anuario Cultural de Cuba 1943. La Habana, Úcar, García, 1944, p. 387-388. || Martínez Bello, Antonio. «Instituciones de cultura privadas», en Libro de Cuba. 67 5.La Habana, Publicaciones Unidas, 1954, p. 675.
 

CÍRCULO DE BELLAS ARTES El 15 de marzo de 1930 quedó constituido el Círculo de Bellas Artes, producto de la fusión de dos instituciones: la Asociación de Pintores y Escultores y el Club Cubano de Bellas Artes. Su primer presidente fue Salvador Salazar Roig. Contaba con las Secciones de Literatura, Pintura, Música, Escultura y Arquitectura, a las que se agregó en 1935 la de Artes Gráficas, en 1945 la de Arte Suntuario y Arte Escénico y en 1956 la de Grabado. El Círculo estaba estructurado de la siguiente manera: un presidente, un secretario de actas, un secretario de correspondencia, un tesorero, un bibliotecario, cada uno con su vice, y diez vocales. Cada sección tenía un presidente y un secretario con sus vices correspondientes y tantos vocales como estimara la propia sección. En agosto de 1951 se publicó Mensuario, boletín mimeografiado del Círculo de Bellas Artes, del que sólo aparecieron los números de 20 de agosto y lº de septiembre de 1951 y lº de octubre de 1952. Los objetivos de la institución, que fue de carácter privado y contó esporádicamente con ayuda oficial, fueron los de agrupar a los cultivadores de las bellas artes y las letras y a todas aquellas personas interesadas en las mismas, además de propiciar exposiciones, conferencias, tertulias literarias, conciertos, concursos y cualquier otra actividad que facilitara el desarrollo de nuestra vida cultural. El Salón Anual de Bellas Artes y la Escuela Libre de Artes Plásticas, organizados ambos por la Asociación de Pintores y Escultores, continuó desarrollando sus funciones. La Escuela Libre funcionó hasta 1967 con el nombre de Taller de Artes Plásticas «Camilo Cienfuegos», donde podían ingresar los interesados en desarrollar alguna vocación plástica. Las últimas actividades de esta institución cultural se desarrollaron en 1968, y estuvieron dedicadas a actos musicales y exposiciones de pintura y escultura con carácter individual.

BIBLIOGRAFÍA

Estatutos del Círculo de Bellas Artes. La Habana, 1945. || Jaume, Adela. «En plena actividad el Círculo de Bellas Artes», en Diario de la Marina. La Habana, 125 (170): 17-A, jul. 20, 1957. || López Salas, María. «El Salón de Bellas Artes», en El Mundo del Domingo. Suplemento del periódico El Mundo. La Habana, : 3, mar. 28, 1965. || Reglamentos del Círculo de Bellas Artes. La Habana, Escobar, 1939. || Torriente, Loló de la. «Salón del Círculo de Bellas Artes», en El Mundo. La Habana, 61 (20 595): 4, mar. 9, 1963.
 

CIRULES, Enrique (Nuevitas, Camagüey, 5.11.1938). Muy joven trabajó como obrero portuario en su ciudad natal. Allí desempeñó, después del triunfo de la Revolución, distintos cargos en la Central de Trabajadores, el Ministerio de Educación y el Consejo Nacional de Cultura. Ha colaborado en El Caimán Barbudo, Casa de las Américas. En 1971 obtuvo el premio de cuento en el concurso 26 de Julio por su libro Los perseguidos. Al año siguiente, en el mismo certamen, ganó en el género de testimonio por Conversación con el último norteamericano. Dirige la revista Revolución y Cultura.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Los perseguidos. La Habana, Instituto Cubano del Libro, 1971. || Conversación con el último norteamericano. La Habana, Instituto Cubano del Libro, 1973.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Byron, Leslie. «Libros cubanos. Concurso MINFAR 1971. Cirules: hombres y fusiles», en Universidad de la Habana, La Habana, (196-197): 343-345, 1972. || Pogolotti, Graziella. «Los distintos modos de la autenticidad», en Universidad de la Habana. La Habana, (198-199): 203-207, ene.-feb., 1973. || Torre Molina, Mildred de la. «El último americano», en La Gaceta de Cuba. La Habana, (115): 30-31, set., 1973. || Vázquez, Antonio. «Los perseguidos», en Santiago. Santiago de Cuba, (7): 231-233, jun., 1972.
 

Civilización, La. Periódico semanal enciclopédico (La Habana 1857-[Id?]). Dedicado a las señoritas y señoras de la Habana. Religión. Historia. Comercio. Industria. Economía. Literatura. Bellas Artes. Biografías. Teatros. Costumbres. Modas. Anuncios; y en suma, todas las noticias importantes y útiles, todas las lecturas provechosas y amenas. El primer ejemplar salió el 23 de agosto. En ninguno de los ejemplares vistos se hace referencia a su director. Mantuvo dos secciones principales: «Revista universal» y «Álbum de las damas». La propia publicación ofrecía una relación de colaboradores en la que se destacaban los nombres de Ramón de Armas, Emilio Blanchet, Manuel Costales, Domingo del Monte [y Portillo], Felipe López de Briñas, Rafael María de Mendive, José Agustín Millán, Rafael Otero, José Socorro de León, José Quintín Suzarte y Ramón Vélez Herrera. Desde el 1º de noviembre de 1857 cambia su formato y mantiene únicamente la sección «Álbum de las damas», que José M. Labraña señala, en la página 652 de su trabajo «La prensa en Cuba» -aparecido en Cuba en la mano. Enciclopedia popular ilustrada (La Habana, Úcar, García, 1940, p. 649-786)-, como un periódico literario con igual nombre dirigido por Luisa Pérez de Zambrana. Fue un periódico de actualidad cultural, tanto nacional como extranjera. Publicó artículos referentes a las bellas artes y sobre figuras literarias sobresalientes y notas bibliográficas. También publicó poesías y relatos de costumbres, modas y consejos a la mujer. Además de los anteriormente citados, colaboraron en sus páginas Antonio Sellén, Joaquín Lorenzo Luaces, F[rancisco] de P[aula] y Gelabert, Antonio Enrique de Zafra, Ramona Pizarro y José de Poo. El último número encontrado tiene fecha 21 de diciembre de 1857.
 

Clavileño. Cuaderno mensual de poesía (La Habana, 1942-1943). Comenzó a salir en agosto, editado por Gastón Baquero, Cintio Vitier, Emilio Ballagas, Eliseo Diego, Justo Rodríguez Santos, Luis Ortega Sierra, Fina García Marruz, Bella García Marruz y Ernesto González Puig. En el número correspondiente a enero-febrero de 1943 (último publicado), solamente aparecen como editores Gastón Baquero, Cintio Vitier, Eliseo Diego y Luis Ortega Sierra. Los dibujos estaban a cargo de Portocarrero y Felipe Orlando. La revista publicaba en su portada fragmentos de obras de la literatura universal. En sus páginas interiores, dedicadas fundamentalmente a la poesía, aparecieron poemas de algunos de sus editores y de Virgilio Piñera, Octavio Smith y Eugenio Florit, entre otros. Su índice analítico confeccionado por un equipo de investigadores, ha sido publicado en el tomo 1 de Índices de las revistas cubanas (La Habana, Biblioteca Nacional José Martí. Depto. de Hemeroteca e Información de Humanidades, 1969, p. 77-91).

BIBLIOGRAFÍA

[Portuondo, José A.]. «La actualidad literaria. Clavileño: La máscara y la persona», en Gaceta del Caribe. La Habana, 1 (2): 3, abr., 1944.
 

Claxon. Revista de difusión cultural (La Habana, 1934-?). Publicación mensual. Editada por la Federación Nacional de Chauffeurs de Cuba. Comenzó a salir en febrero, bajo la dirección de Manuel González Borrero. Desde agosto de 1934 apareció como «Revista defensora de los intereses generales del chauffeur» y a partir de junio de 1935 como «Revista de difusión cultural y automovilismo». En julio de 1936 cambia nuevamente su subtítulo por el de «Tribuna de cultura proletaria y automovilismo». Desde este momento el director se ocupa también de la administración. Presentaba una relación de redactores de la cual formaban parte, entre otros desconocidos hoy, Dora Alonso y Luis Aguiar Poveda. «Todos los nobles espíritus que propugnen el avance y superación de la Humanidad» eran sus colaboradores, según señalaba la propia revista en el machón. Además de artículos y trabajos sobre cuestiones obreras, fundamentalmente relativos a los problemas del ramo cuyos intereses representaba, publicaba trabajos sobre ciencia, filosofía, etcétera, así como poesías y cuentos. En la sección «Notas bibliográficas» (o «bibliografía») aparecían reseñas críticas de libros publicados en Cuba y en el extranjero. También presentó desde julio de 1937 una sección de mujeres redactada por María L. Soler. En sus páginas vieron la luz numerosos cuentos de Dora Alonso, así como colaboraciones de Ángel I. Augier, Juan Marinello, Rafael Esténger, Héctor Poveda, A[rturo] Clavijo Tisseur, Joaquín Dicenta, J. Jerez Villarreal y otros escritores menos conocidos, algunos de ellos latinoamericanos. El último número revisado corresponde a enero-marzo de 1938.

BIBLIOGRAFÍA

[González Borrero, Manuel]. «A los amigos de Claxon» en Claxon. La Habana, 4 (39-40): 28, ago.-sep., 1937; «A lectores y amigos», en Claxon. La Habana, 5 (42): 10, ene.-mar., 1938. || Soler, María L. «Claxon inicia su sección de mujeres», en Claxon. La Habana, 4 (38): 8, jul., 1937. || «Un año más», en Claxon. La Habana, 3 (32): 3, 8, dic., 1936.
 

CLUB ATENAS Sociedad de cultura, recreo e instrucción, fundada por negros y mulatos el 21 de septiembre de 1917. Su tarea fundamental fue contribuir al mejoramiento cultural del pueblo cubano, y en especial de sus asociados. Trabajó además en favor de la igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos. Contó con una mesa directiva formada por un presidente, un secretario, un tesorero y un contador, con los vices correspondientes, y los vocales. Su primer presidente fue Pantaleón Julián Valdés. Contó con las secciones de Ciencias Sociales, Ciencias Naturales, Bellas Artes, Intereses Morales, Intereses Económicos, Literatura, Prensa y Publicaciones y Recreo y Deportes. Cada una de ellas propiciaba diversas actividades, tales como conciertos, exposiciones, conferencias, recitales y veladas. En agosto de 1917 el comité gestor que trabajaba en favor de la organización de la institución publicó Atenas, boletín que siguió apareciendo como órgano oficial del Club. Sus salidas, anunciadas mensualmente, fueron irregulares. La sección de Literatura organizó las «Conversaciones Literarias», reuniones dominicales donde se leían y discutían libros y trabajos de los asociados. En agosto de 1951 el Club Atenas convocó el premio periodístico «Lino D'Ou», que fue otorgado anualmente al periodista profesional que publicara el mejor artículo o reportaje en torno a problemas relacionados con la unificación de la sociedad cubana. En los primeros años del triunfo de la Revolución desapareció esta agrupación basada en una diferenciación racial que ya no tiene razón de ser.

BIBLIOGRAFÍA

«Club Atenas», en Anuario Cultural de Cuba 1943. La Habana, Úcar, García, 1944, p. 380-383, || Martínez Bello, Antonio. «Instituciones de cultura privadas», en Libro de Cuba. La Habana. Publicaciones Unidas, 1954, p. 657. || Valdés Herrera, Ramón María. Discurso en el 29º aniversario de su fundación. 21 de septiembre 1917-1946. La Habana, Imp. Belascoaín 909, 1946.
 

CLUB CUBANO DE BELLAS ARTES Fue constituido oficialmente el 19 de mayo de 1923. Su primer presidente fue Sergio Cuevas Zequeira. Como secretario general fungió Juan Marinello y como vicepresidentes Antonio Iraizoz, Esteban Valderrama -quienes fueron presidentes posteriormente-, Juan J. Remos, Arturo R. de Carricarte, Eduardo González Manet y Eduardo Sánchez de Fuentes. Enrique José Varona fue su presidente de honor. Contó con las secciones de Pintura, Música, Teatro, Literatura e Historia. Surgió esta institución «pensando en Cuba, en sus necesidades artísticas e intelectuales; y sobre todo la idea de agruparnos, de constituir una fuerte organización, que abarcando las Bellas Artes en general, invadiera nuestro bello y fértil suelo, en gloriosa jornada desde oriente hasta occidente, demostrando los cubanos, no sólo nuestra devoción a las artes y letras patrias, sino nuestro inalienable derecho a figurar -en una aspiración generosa- en el concierto de las naciones más cultas de la tierra». Su órgano oficial fue la Gaceta de Bellas Artes. Publicó, en tomos, muchas de las conferencias que ofrecieron. El primer tomo correspondió a El arte y la literatura en Cuba. No se sabe la fecha exacta de su desaparición.

BIBLIOGRAFÍA

«El doctor Joaquín V. Cataneo» [Entrevista], en El País. La Habana, 5 (27): 3, ene. 27, 1927.
 

CLUB DE MATANZAS, EL (Matanzas, 1879-[l882?]). Periódico quincenal de literatura, ciencias y bellas artes. Comenzó a publicarse el lº de diciembre, bajo la dirección de Ildefonso Estrada y Zenea. Lo redactaron Federico Rosado y Guillermo Schweyer. Fue órgano del Club de Matanzas, cuyas actividades culturales y sociales reseñó. Publicó poesías de Emilio Blanchet, Nicolás Heredia, Nicanor A. González, Federico Rosado y otros. Además presentó artículos sobre literatura cubana y extranjera, bellas artes, música e historia local, bajo las firmas de José Luis Prado, F. Pacheco y Bonifacio Byrne. Desde el 10 de abril de 1881 (número extraordinario) ocupó la dirección Guillermo Schweyer. El último número encontrado corresponde al 31 de diciembre de 1881. En la página 25 del Catálogo de publicaciones periódicas cubanas de los siglos XVIII y XIX (La Habana, Biblioteca Nacional José Martí. Depto. Colección Cubana, 1965) se señala que finalizó en julio de 1882 y que le sucedió El Liceo de Matanzas.
 

COFIÑO, Manuel (La Habana, 16.2.1936). Cursó la primaria y el bachillerato (1950-1955) en La Habana. Después del triunfo de la Revolución trabajó como profesor de español y economía política e investigador y redactor de textos del Ministerio de Industrias. Fue jefe de la cátedra de Ciencias Sociales y vicedirector docente del Instituto Preuniversitario de La Habana (1962-1966). Impartió clases de Ciencias Sociales en el ISE. Asistió como delegado del Ministerio de Justicia al Congreso Cultural de La Habana (1968). Ha colaborado en El País Gráfico, Prensa Libre, Bohemia, Revolución, Verde Olivo, El Mundo, La Gaceta de Cuba, Romances, Mujeres, Casa de las Américas, Con la Guardia en Alto, Unión, El Caimán Barbudo, Cuba, Papeles de Son Armadans (Palma de Mallorca), Ahora (Santiago de Chile), Tribuna (Rumania). Ha visitado España y Estados Unidos. En 1969 obtuvo mención en el Concurso David por su libro de poemas Meditaciones y argumentos del transeúnte y el premio de cuento el Concurso 26 de Julio, de las FAR, por Tiempo de cambio. Ganó el premio de novela de 1971 en el Concurso Casa de las Américas por La última mujer y el próximo combate. En 1972 ganó el premio de cuento en el Concurso Infantil «La Edad de Oro» por Las viejitas de las sombrillas. En el Concurso UNEAC 1975 obtuvo mención por su novela Cuando la sangre se parece al fuego. Su novela premiada ha sido traducida al eslovaco, al rumano, al ruso y al inglés. Sus cuentos y poemas han sido traducidos al ruso.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Borrasca. Poemas. La Habana, Impresos Infante. l962. || Un informe adventicio. Cuento. Palma de Mallorca, Separata de Papeles de Son Armadans, l969. || Tiempo de cambio. Cuentos. La Habana, Dirección Política del MINFAR, l969. || Los besos duermen en la piedra. Cuento. Santiago de Chile, Editorial Ahora, 1971. || La última mujer y el próximo combate. La Habana, Ed. Casa de las Américas, 1971; 2ª ed. México, Siglo XXI editores, 1972; Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1972; La Habana, Editorial Arte y Literatura, 1975. || Cuando la sangre se parece al fuego. La Habana, UNEAC, 1975.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

A[rias] S[alvador]. «Manuel Cofiño. Tiempo de cambio [...]» en Anuario L/L. La Habana, (2): 205-206, 1971. || Claro, Elsa. «La primera mujer y el próximo combate», en Juventud Rebelde. La Habana: 2, mar. 18, 1971. || Deschamps Chapeaux, Pedro. «Cuando la sangre se parece al fuego», en La Gaceta de Cuba. La Habana, (135): 4-5, ago., 1975. || Díaz Martínez, Manuel. «Tiempo de cambio», en La Gaceta de Cuba. La Habana (82): 27, abr.-may., 1970. || Donoso Parejas, Miguel. «La última mujer y el próximo combate», en El cuento. Revista de imaginación. México, D. F., 8, 8 (50): 483-484, dic., 1971. || Lavín Cerda, Hernán. «Los besos duermen en la piedra», en separata de Ahora. Santiago de Chile, 1 (22), sep. 14, 1971. || López Ruiz, Juvenal. «Manuel Cofiño López. La última mujer y el próximo combate», en Revista Nacional de Cultura. Caracas, 32 (201): 147-148, nov.-dic., 1971. || Menton, Seymour. «Sobre Manuel Cofiño, La última mujer y el próximo combate», en Revista Iberoamericana. Pittsburgh (EE.UU.), 38 (79): 352-353, abr.-jun., 1972. || Miyares, Eloína. «Algo sobre La última mujer y el próximo combate», en Santiago. Santiago de Cuba, (8): 249-253, sep., 1972. || Oleaga, Armando. «La última mujer y el próximo combate», en El Caimán Barbudo. La Habana, 2ª época (51): 28-29, nov., 1971. || Paporov, Yuri. «Una auténtica novela revolucionaria», en Novedades de Moscú. Moscú, nº11 (557): 6, mar., 1973. || Portuondo, José Antonio. «Una novela revolucionaria», en Casa de las Américas. La Habana, 12 (71): 105-106, mar.-abr., 1972. || Rodríguez Sosa, Fernando. «Cofiño por debajo de Cofiño» [Sobre Cuando la sangre se parece al fuego] en Bohemia. La Habana, 67 (33): 24, ago. 15, 1975. || Rojas, Manuel. «La última mujer y el próximo combate», en Casa de las Américas. La Habana, 6 (67): 172-173, jul.-ego., 1971. «[Sobre La última mujer y el próximo combate]», en Cahiers du monde hispanique et luso bresilien. Toulouse (Francia), (17): 247, 1971. || Sosa, Ignacio, «La novela como ilustración y el ensayo como conciencia», en Revista de la Universidad de México. México, D.F., 26 (6-7): 93, feb.-mar., 1972. || «Tiempo de cambio», en Granma. La Habana, 6 (113): 4, may. 12, 1970. || Torre, Augusto de la.«La literatura revolucionaria: La última mujer y el próximo combate». Suplemento de Información. Santiago de Cuba, (12), ene., 1972. || «La última mujer y el próximo combate, una novela de la Revolución», en Verde Olivo. La Habana, 13 (44): 62, oct. 31, 1971.
 

COLEGIO NACIONAL DE BIBLIOTECARIOS UNIVERSITARIOS Quedó constituido el 31 de mayo de 1955, en cumplimiento de la ley número 4 del 13 de noviembre de 1944, que disponía la colegiación de los profesionales universitarios. Agrupó a todos los graduados de la Escuela de Bibliotecarios de la Universidad de la Habana y a los que realizaron cursos en la Escuela de Verano, en la especialidad de Técnica Bibliotecaria, en la propia Universidad. Sus objetivos fueron los mismos que inspiraron la integración de la Asociación Nacional de Bibliotecarios Universitarios (Véase). Estuvo regido por un Comité Ejecutivo formado por un presidente, un secretario general y un tesorero, con sus vices correspondientes, y tres vocales. Contó además con un delegado por cada provincia. Su primer presidente fue Blanca Bahamonde. Cuba Bibliotecológica, que había sido órgano de la Asociación Nacional de Bibliotecarios Universitarios, pasó a ser el boletín oficial del Colegio Nacional de Bibliotecarios Universitarios. En junio de 1960 apareció el último número y cesó en sus funciones esta institución.

BIBLIOGRAFÍA

«Código de ética y moral del Colegio Nacional de Bibliotecarios Universitarios», en Cuba Bibliotecológica. La Habana, 2ª época, 1 (1): 19-22, ene.-mar., 1956. || «Declaración de principios del Colegio Nacional de Bibliotecarios Universitarios», en Cuba Bibliotecológica. La Habana, 2ª época, 1 (1): 6-7 ene.-mar., 1956. || «Estatutos del Colegio Nacional de Bibliotecarios Universitarios», en Cuba Bibliotecológica. La Habana, 2ª época, 1 (1): 8-18, ene.-mar., 1956.
 

Colibrí, El (La Habana, 1847-1848). A continuación del título expresaban: «Dedicado a las damas. Comprende artículos de ciencias, literatura, historia, bellas artes, costumbres, modas, composiciones poéticas, noticias locales, biografías, juicios críticos, máximas, anécdotas, noticias de las modas más recientes y de las publicaciones nuevas en todos ramos que se hagan en España, en esta isla y en los países estrangeros» [sic]. Revista bimensual. Fue fundada por Ildefonso Estrada y Zenea en colaboración con Andrés Poey. Ambos aparecían como directores originalmente. Anunció su salida en el prospecto insertado por sus iniciadores en el Diario de la Habana, correspondiente al 20 de junio de 1847. En su primera entrega aparece una introducción, con fecha 14 de julio de 1847, en la que se expresa la idea de «establecer un periódico dedicado a nuestras Damas, en el que tengan además de las noticias de las modas más recientes, bellas páginas de lectura, tanto en prosa como en verso [...]» Ya en el segundo tomo aparece solamente Ildefonso Estrada y Zenea como director. En la penúltima entrega de este tomo se señala que la propiedad de la publicación ha pasado a manos de Antonio García Gutiérrez, quien, además, se encargará de su dirección. Con fecha 15 de enero de 1848 comenzaron a salir las entregas correspondientes al primer tomo de la segunda época, que apareció con el subtítulo «Miscelánea literaria», además del anterior. Al final del segundo y último tomo de esta época, cuyas entregas habían comenzado a repartirse el 15 de abril de 1848, se anuncia su nuevo director, Juan Miguel de Losada, quien publicó otro primer tomo (1848) correspondiente a lo que él denominó nueva serie. Este tomo final no se ha visto, pero Joaquín Llaverías reproduce en el tomo 2 de su Contribución a la historia de la prensa periódica (La Habana, Talleres del Archivo Nacional de Cuba, 1959, p. 249), el facsímil de su portada. Publicó fundamentalmente poesías y crónicas culturales y de la sociedad de su época. Aparecieron notas bibliográficas y artículos biográficos de personajes no cubanos. Publicó más literatura extranjera que cubana. Colaboraron en sus páginas, además de sus directores, Antonio Bachiller y Morales, Leopoldo Turla, José Fornaris, P[edro] Santacilia, Felipe López de Briñas, Relator (seud. de José María de la Torre), Jeremías de Docaransa (seud. de José María de Cárdenas y Rodríguez), El cisne (seud. de Vicente María de Torres) y otros. Joaquín Llaverías presentó, en las páginas 258-265 de su obra antes citada, un índice de todo lo publicado en esta revista. Además, Feliciana Menocal publicó otro índice en la Revista de la Biblioteca Nacional José Martí (La Habana [3ª época] 5 (1-4): 87-103, ene.-dic., 1963).

BIBLIOGRAFÍA

Llaverías, Joaquín. «[El Colibrí]», en su Contribución a la historia de la prensa periódica. T. 2. Prefacio de Elías Entralgo. La Habana, Talleres del Archivo Nacional de Cuba, 1959, p. 240-250, 254-258 (Publicaciones del Archivo Nacional de Cuba, 48). || Menocal, Feliciana. «[Introducción al] Índice general de El Colibrí», en Revista de la Biblioteca Nacional José Martí. La Habana [3ª época] 5 (1-4): 78-86, ene.-dic., 1963.
 

Colina. Revista de lucha por la cultura (La Habana, 1945-?). Comenzó a publicarse en diciembre, bajo la dirección de Jesús Manzanal. Ocupaba la jefatura de redacción Surama Ferrer. Era el responsable de la sección de arte y cultura Roberto Garriga. La revista mencionaba, como miembros de honor, al rector de la Universidad y al ejecutivo de la F.E.U. Como miembros consejeros aparecían entre otros Miguel A. Fleites, Herminio Portell Vilá, Carlos R. Corría, Luis de Soto y A. Alfonso Bernal. Publicó artículos de historia, política, literatura y medicina. Además, en sus páginas aparecieron noticias internacionales, nacionales, culturales y deportivas. Tuvo como colaboradores a figuras como Emilio Roig de Leuchsenring, Mirta Aguirre, Fernando Ortiz, Juan Luis Martín, Isidro Méndez, Herminio Portell Vilá y otros. El último ejemplar encontrado corresponde a noviembre de 1946.

BIBLIOGRAFÍA

López Salas, María: «Colina. Revista de lucha por la cultura 1946», en Vida Universitaria. La Habana, 17 (190): 25, jun., l996.
 

Colmena, La (La Habana, 1868-[Id]). Periódico semanal de literatura, artes y conocimientos útiles. Comenzó a publicarse el 16 de febrero. No se conoce el nombre de su director, pues no aparecía en el periódico, aunque es interesante destacar que fueron sus suscriptores fundadores Francisco Lersundi y José G. de la Vega, Gobernador y Capitán General de la Isla el primero y Gobernador Político de La Habana el segundo. Este semanario se creó con el objetivo de fundar una escuela diurna para niños y otra nocturna para artesanos, tarea que pensaban realizar mediante el producto de la suscripción. En sus páginas aparecieron, ocasionalmente, producciones de Antonio Bachiller y Morales, Luisa Pérez de Zambrana, Francisco de Paula Gelabert, José Fornaris, Luis Victoriano Betancourt, Felipe Poey. Dedicaba gran parte de sus ocho páginas a problemas de educación. Publicó cuentos y poesías de autores sin importancia literaria, completamente desconocidos hoy. El último ejemplar revisado corresponde al 16 de agosto de 1868. Carlos M. Trelles indica, en la tercera parte de su trabajo «Bibliografía de la prensa cubana (de 1764 a 1900) y de los periódicos publicados por cubanos en el extranjero» -en Revista Bibliográfica Cubana (La Habana, 2 (9): 147, may.-jun., 1938-, que dicho número fue el último que se publicó.
 

Columna (Santiago de Cuba, 1968-?). Revista bimensual de la Columna Juvenil de Escritores y Artistas de Oriente (CJEAO). Comenzó a publicarse en mayo-junio con el propósito de «cubrir el vacío dejado por Cultura'64». Además, intentaba «provocar -sin caer en didactismos obsoletos- una verdadera ofensiva cultural que conmocione a todos los sectores populares -trabajadores, estudiantes y soldados- de la provincia». Editada bajo la orientación de la UJC, era su director Carlos Padrón y su subdirector, Manuel G. Caluff. La redacción y dirección artística estaban a cargo de Amado Cabezas Sanz. En el número 2 (julio-agosto), aparece un consejo de redacción integrado por Waldo Leyva (secretario de redacción), Jesús Cos Causse, Francisco García Benítez, Bertha del Castillo, Pedro Ortiz, Carlos Padrón, Alejandro Querejeta, Rafael Castro, Augusto de la Torre, Ernesto Crespo, Amado Cabezas. Aparecieron en estos dos números (únicos vistos) artículos, críticas y trabajos de creación -poesías y cuentos- de los jóvenes escritores de la provincia.
 

COLLAZO, Enrique (Santiago de Cuba, 28. 5.1848-La Habana, 13.3.1921). En 1857 se trasladó a España, en donde cursó el bachillerato. Obtuvo el grado de alférez en la Academia de Artillería de Segovia (1866). Al estallar la guerra del 68 viaja a los Estados Unidos, desde donde viene a Cuba como expedicionario (1869). Debido al estado anémico en que se encontraba tiene que abandonar las tropas mambisas y se traslada a Jamaica y a Nueva York, y luego a Panamá y a Colombia, donde trabaja como fotógrafo, hasta que logra incorporarse de nuevo a la lucha en 1876. Después del Zanjón viaja con Gómez a Jamaica y más tarde a La Habana (1878) y Nueva York. Allí colabora en Patria (1894). Acompaña a Martí y a Gómez a Santo Domingo, y al estallar de nuevo la guerra desembarca en Cuba otra vez como expedicionario. Alcanzó el grado de general de brigada. Estuvo entre los representantes a la Asamblea de la Yaya (1897). Fue enviado por Calixto García en misión especial ante el gobierno de los Estados Unidos (1898). Dirigió El Cubano (1899). Al constituirse la República fue electo representante a la Cámara. Luego fue nombrado intendente general de la República. Fundó, junto con Márquez Sterling, La Nación (1906). Miembro de la Academia de la Historia de Cuba. Cultivó la pintura. Publicó su relato «De marcha en marcha» junto con otro de Álvaro Catá bajo el título común de-Episodios de la guerra (La Habana, Imp. O'Reilly, 1899). Utilizó los seudónimos Cuba y Aguas verdes.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Desde Yara hasta el Zanjón. Apuntaciones históricas. La Habana, Tipografía La Lucha, 1893; 2ª ed., Id.; La Habana, Instituto del Libro, 1967.| Cuba independiente. La Habana, Imp. La Moderna Poesía, 1900.| La cuestión presidencial en Cuba. La Habana, Imp. C. Martínez, 1905.| Los sucesos de Cienfuegos. La verdad en su lugar. La Habana, 1905.| Los americanos en Cuba. La Habana, Imp. C. Martínez, 1905-1906. 2 v.| La Revolución de Agosto de 1906. La Habana, Casa Editorial C. Martínez, 1907.| Cuba intervenida. La Habana, Imp. C. Martínez, 1910.| Cuba heroica. La Habana, Imp. La Mercantil, 1912.| Cosas de Cuba. Cuentas claras. 1912. La Habana, Imp. La Universal, 1913.| La Guerra en Cuba. Continuación de Cuba heroica por [...] con un bosquejo biográfica del autor por el Dr. Emilio Roig de Leuchsenring. La Habana, Casa editora Librería Cervantes, 1926.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Bueno, Salvador. «Ediciones del centenario del 68 [Sobre Desde Yara hasta el Zanjón]», en Universidad de la Habana. La Habana, 32 (190): 157-158, abr.-jun., 1968.| Camacho, Pánfilo Daniel. Enrique Collazo, libertador e historiógrafo. Discurso leído por [...] en la sesión pública celebrada el 28 de mayo de 1948, conmemorativa del primer centenario del nacimiento del general Enrique Collazo. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1958.| Cruz, Manuel de la. «Desde Yara basta el Zanjón. Apuntaciones históricas por Enrique Collazo», en Revista Cubana. La Habana, 17: 241-255, 1893.| Martínez Arango, Felipe. «Enrique Collazo y Tejada», en Próceres de Santiago de Cuba. (Indice biográfico alfabético). La Habana, 1946, P. 66-67.| Rodríguez García, José Antonio. Sobre la vida y las obras del general Enrique Collazo. La Habana, Publicaciones de la Academia de la Historia, 1923. | Sanguily, Manuel. «La Revolución Cubana juzgada por un insurrecto», en Hojas Literarias. La Habana, 1 (2):123-212, abr., 30, 1893.
 

COLLAZO, MIGUEL (La Habana, 28.10 1936). Cursó hasta tercer año en la Escuela de Artes Plásticas de San Alejandro. Junto a otros artistas expuso en la Galería Lex (1956) y en la Bienal de México. Aprobó el primer año de la carrera administrativa en la Universidad de la Habana. Trabajó como dibujante textil en la Textilera Ariguanabo (1960-1962) y como autor de libretos para televisión (1963). En 1963 matriculó en el Seminario de Dramaturgia auspiciado por el CNC. Obtuvo mención, ese mismo año, en el Concurso Nacional de Teatro del CNC por su obra La boda. Ha viajado por Rumania y Checoslovaquia. Colaborador en Diario Libre, Cultura '64, Unión, La Gaceta de Cuba. Fue responsable nacional de galerías en la Dirección General de Artes Plásticas del CNC. Trabaja como asesor literario en la Dirección Nacional de Literatura del CNC.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

El libro fantástico de Oaj. La Habana, Eds. Unión, l966.| El viaje. La Habana, UNEAC, 1968.| Onotoria. La Habana, UNEAC, 1973.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Llopis, Rogelio. «Epílogo de una ojeada», en Bohemia. La Habana, 59 (5): 33, feb., l967.| Oraá, Francisco de. «Intento de disección de un fantasma» [Sobre Onoloria, en Unión. La Habana, 12 (3-4): 139-149, jul.-dic., 1973.| Piñera, Virgilio. «El libro fantástico de Oaj», en Unión. La Habana, 5, (3): 185-187, jul-sep., 1966.| Sedeña, Livia. «Miguel Collazo y El libro fantástico de Oaj», en Granma. La Habana, 2 (233): 5, ago. 23, 1966.
 

Cometa, El (Nueva York, 1855-[Id]). Órgano de la Joven Cuba. Periódico fundado por Miguel Teurbe Tolón, quien además lo dirigía y redactaba. Su lema era «Luz, Unión i Libertad». Carlos M. Trelles, en la tercera parte de su «Bibliografía de la prensa cubana (1764 a 1900) y de los periódicos publicados por cubanos en el extranjero» -en Revista Bibliográfica Cubana (La Habana, 2 (9): 150, may.-jun., 1938)- señala que el primer número salió el 16 de abril. Se anunciaba como decenal -días 1, 10 y 20 de cada mes-, pero no salió con esa periodicidad. Era editado por José Mesa. En el ejemplar correspondiente al 1 de julio (número 8, último que salió, según expresa Trelles en su trabajo antes citado), Miguel Teurbe Tolón pide a los suscriptores que «desde el presente número en adelante tengan la bondad de entenderse directa i esclusivamente [sic] con el que suscribe, como único propietario y redactor de El Cometa». En este mismo número aparece una advertencia en la que se expresa lo siguiente: «Esta Redacción no admite comunicaciones para insertarse en el periódico, a menos que el manuscrito sea firmado por alguna persona que salga responsable. El comunicado o remitido impreso aparecerá con el nombre o seudónimo que plazca al autor o remitente i la Redacción guardará sijilo [sic] mientras no se requiera la responsabilidad del contenido». Además de artículos y poesías en que se exaltaba la libertad de Cuba y se defendían las ideas anexionistas de la organización de que era vocero, aparecían en sus páginas noticias y trabajos enviados por colaboradores cubanos desde la isla. Mantuvo polémicas con otro periódico editado por cubanos en Nueva York, La Verdad, que era órgano de la junta Cubana. Teurbe Tolón publicaba, aparte de artículos políticos y discursos, sus romances cubanos en la sección de folletín, así como otras poesías bajo el título general de «El tiple libre», firmadas las últimas con su seudónimo Lola la filibustera. Otros colaboradores fueron Francisco Agüero E., Fernando Rodríguez, José Felipe Díaz, Media luna, Eldifonso Jubilao, Tarabilla.
 

COMISIÓN NACIONAL CUBANA DE COOPERACIÓN INTELECTUAL Fue creada en 1925 en cumplimiento del acuerdo tomado a raíz de la terminación de la primera guerra mundial, que establecía la creación de una Comisión Internacional de Cooperación Intelectual y sus correspondientes nacionales, como parte de la organización de la Liga de las Naciones. La Comisión Cubana fue reestructurada en 1937. Instituida como un organismo autónomo, estuvo basada en el principio de la universalidad. Fueron sus objetivos servir de intermediaria entre los organismos culturales de la República y las organizaciones internacionales de cooperación intelectual existentes o de nueva creación. Además, actuar como organismo consultivo y técnico del gobierno en aquellas materias que correspondieran a la labor de cooperación intelectual, así como propender al desarrollo de la cultura en Cuba. Entre sus actividades organizó la Segunda Conferencia o plática de La Habana (noviembre 1941), donde se trataron problemas relacionados con la agresión nazi a los pueblos europeos. Al término de la misma se emitió la Declaración de la Plática de La Habana, con texto en español, inglés, francés y portugués. La Comisión estuvo integrada por tres clases de miembros: corporativos, de número y ex oficio. Los miembros corporativos fueron las asociaciones e instituciones de carácter científico, literario, artístico, jurídico, pedagógico o de cualquier índole análoga. Estuvieron representadas por delegados designados al efecto. Los miembros de número se limitaron a treinta y cinco personas escogidas entre las más destacadas personalidades intelectuales. Los miembros ex oficio fueron los ministros de Estado y de Educación, los directores de Cultura y Enseñanza del Ministerio de Educación, el director de Relaciones Culturales del Ministerio de Estado y los jefes de las oficinas Panamericana y de Conexión con las Instituciones Internacionales del Ministerio de Estado, así como el delegado permanente de la Comisión ante el Instituto Internacional de Cooperación Intelectual con sede en París. Para el ejercicio de sus funciones la Comisión contó con la Junta General, el Consejo Directivo, la Comisión Ejecutiva, la Secretaría General Permanente y las Subcomisiones. El presidente permanente de la Comisión Nacional Cubana fue Antonio Sánchez de Bustamante. La Comisión Nacional Cubana de Cooperación Intelectual fue desintegrándose paulatinamente debido a los conflictos políticos por los que atravesaba el país.

BIBLIOGRAFÍA

Actas y documentos. La Habana, Úcar, García, 1942.| Creación del Centro Internacional de Cooperación Intelectual. La Habana, Úcar, García, 1943.| Rodríguez, Herminio. «Comisión Nacional de Cooperación Intelectual, en Anuario Cultural de Cuba 1943. La Habana, Úcar, García, 1944, p. 331-334.| Torriente, Cosme de la. «La Cooperación Intelectual», en Anuario Cultural de Cuba 1943. La Habana, Úcar, García, 1944, p. 323-330.
 

COMISIÓN NACIONAL CUBANA DE LA UNESCO La UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Técnica), nacida oficialmente el 4 de noviembre de 1946, tiene la función de colaborar con la ONU (Organización de Naciones Unidas) para atender las cuestiones de carácter educativo, científico y cultural. Cuba, como miembro de la UNESCO, tiene una Comisión Nacional Cubana. Fue creada por Decreto Presidencial Nº 4094, de 17 de diciembre de 1947. Su objetivo es mantener y desarrollar la cooperación entre Cuba y la UNESCO e impulsar y coordinar en el país las actividades que se realicen de acuerdo con los programas de esa organización internacional; la Comisión actuará, en lo que a dichas actividades concierne, como organismo asesor del gobierno. Tiene como funciones específicas las siguientes: servir como órgano de consulta del Gobierno Revolucionario en las cuestiones referentes a la UNESCO; servir de enlace entre los diversos ministerios, organismos del Estado y organizaciones nacionales de carácter educativo, científico y cultural y las Comisiones Nacionales de los estados miembros, la secretaría de la UNESCO y los expertos de esa organización; ejecutar y divulgar, en lo que compete, los programas y actividades de la UNESCO en el país e informar a dicha organización y a los organismos con ella relacionados, sobre los logros de Cuba en los campos de la educación, la ciencia y la cultura. Ha sido reestructurada en tres ocasiones por Decreto Presidencial: en noviembre de 1959, en septiembre de 1963 y en julio de 1967, con el fin de lograr una mejor integración y coordinación de las actividades de las instituciones nacionales afines con los programas de la UNESCO. El decreto de julio de 1967 estableció que es función del Ministerio de Educación, organismo al cual está adscrita la Comisión Nacional, designar los integrantes de la misma. Su estructura organizativa es la siguiente: presidente, cargo ocupado desde 1969 por Cordelia Navarro; consejo de dirección, integrado por un representante del Ministerio de Educación, Ministerio de Relaciones Exteriores, Academia de Ciencias, Consejo Nacional de Cultura y de la propia Comisión Cubana; comités de trabajo, integrados por compañeros destacados dentro de los campos de acción de la UNESCO: Educación, Ciencias Exactas, Ciencias Naturales, Ciencias Sociales y Humanas, Cultura y Comunicación; secretaría permanente, cargo desempeñado por María Díaz. La Comisión Nacional Cubana de la UNESCO ha colaborado en proyectos del gobierno revolucionario, tales como la erradicación del analfabetismo, la extensión y mejoramiento de la enseñanza primaria, el impulso al desarrollo científico y cultural. También se ha ocupado de la participación de Cuba en todas las conferencias convocadas por la UNESCO y ha preparado con los distintos organismos del Estado las peticiones de nuestro país dentro de los programas de asistencia técnica. Además, tramita las becas que la organización ofrece a los países miembros y cumplimenta los pedidos de informes, cuestionarios y encuestas. Mantiene estrechas relaciones con todas las entidades públicas, en la esfera de su competencia, y coordina el trabajo realizado por todas ellas y recibe amplia colaboración de las instituciones rectoras del desarrollo cultural del país, tales como el Consejo Nacional de Cultura y el Ministerio de Educación. La Comisión tiene además sus archivos y bibliotecas, esta última al servicio de los estudiosos que deseen utilizarla. Ha organizado también ciclos de conferencias, tanto económicas como científicas o de arte; ha preparado seminarios de investigaciones folclóricas, exposiciones internacionales de arte popular y de trajes regionales. Se ha preocupado por que las actividades que se realizan en el campo teatral, de la música y de las artes plásticas, tengan amplia difusión en el mundo, al propiciar la creación de centros nacionales afines a organismos internacionales no gubernamentales, como la Federación Internacional de Artes Plásticas, el Instituto Internacional del Teatro, el Consejo Internacional de Música y el Consejo Internacional de Museos. La Comisión edita libros y un boletín mensual, que ha aparecido periódicamente desde enero de 1952. Entre los libros publicados está la colección Los fundamentos de la cultura cubana, cursos de seguimiento para recién alfabetizados, Actas de la Sociedad Antropológica de Cuba. El espejo de paciencia y otros muchos títulos.

BIBLIOGRAFÍA

«La Comisión Cubana de la UNESCO», en Boletín informativo de la Comisión Nacional Cubana de la UNESCO. La Habana, 1 (1): 1-2, mar.-abr., 1962.| González Manet, Enrique. «Labor de la Comisión Nacional Cubana de la UNESCO desde 1960», en Boletín informativo de la Comisión Nacional Cubana de la UNESCO. La Habana, 4 (11): 16, jul., 1965.| «Instalación de la nueva Asamblea General y Consejo Ejecutivo de la Comisión Nacional Cubana de la UNESCO», en Boletín informativo de la Comisión Nacional Cubana de la UNESCO. La Habana, 3 (9): 16, oct. 19, 1964.| Massip, Salvador. La Comisión Nacional Cubana de la UNESCO», en El Mundo. La Habana, 47 (15 148): 10, mar. 1, 1949.
 

COMISIÓN PERMANENTE DE LITERATURA  Quedó establecida el 13 de febrero de 1830 como organismo adscrito a la Sección de Educación de la Sociedad Económica de Amigos del País. Su presidente y su secretario fueron, respectivamente, Nicolás de Cárdenas y Manzano y Domingo del Monte. Entre sus miembros figuraron José Antonio Saco, Blas Osés, Anastasio Carrillo y Manuel González del Valle. La Comisión preparó un diccionario de cubanismos con más de setecientas voces, organizó concursos literarios anuales y otros certámenes. Intentó, sin éxito, crear una cátedra gratuita de humanidades. En 1831 fundó la Revista Bimestre Cubana. A solicitud de sus integrantes, la Comisión Permanente de Literatura fue convertida en corporación independiente por Real Orden del 23 de diciembre de 1833, bajo el nombre de Academia Cubana de Literatura.

BIBLIOGRAFÍA

Monte, Domingo del. «Exposición de las tareas de la Comisión de Literatura, leída por su secretario Domingo, del Monte, en la sesión extraordinaria del día 6 de diciembre [sic], en Acta de las juntas Generales de la Real Sociedad Económica de Amigos de este país, celebradas en los días 15, 16 y 17 de diciembre de 1830. La Habana, Imp. del Gobierno Capitanía General y Real Sociedad Económica por S. M., 1831, p. 63-70; «Exposición de las tareas de la Comisión permanente de Literatura, leída por su secretario Domingo del Monte, en la junta extraordinaria de la Sección de Educación del 13 de diciembre, y en la general de la Real Sociedad del 15 del mismo» [sic], en Acta de las juntas Generales de la Real Sociedad Económica de Amigos de este país, celebradas en los días 15, 16 y 17 de diciembre de 1831. La Habana, Imp. del Gobierno, Capitanía General y Real Sociedad Económica por S. M., 1832, p. 41-47; «Exposición de la Comisión permanente de Literatura el año de 1832, extendida por su secretario Domingo del Monte y leída en la junta extraordinaria de la Sección de Educación del 19 de diciembre y en junta general de la Real Sociedad Patriótica del 21 del mismo [sic], en Acta de las Juntas Generales de La Real Sociedad Económica de Amigos de este país, celebradas en los días 17, 18 y 19 de diciembre de 1832. La Habana, Imp. del Gobierno, Capitanía General y Real Sociedad Económica por S.M., 1833, p. 45-50.| Saco, José Antonio. «Fundación de una Academia en La Habana en 1834, y contienda deplorable que se suscitó entre ella y algunos miembros de la Sociedad Económica de La Habana» y «Academia Cubana de Literatura», en su Colección de papeles científicos, históricos, políticos y de otros ramos sobre la isla de Cuba, ya publicados, ya inéditos. T. 3. La Habana, Editora del Consejo Nacional de Cultura, 1963, p. 1-10 y 10-15, resp.| Suárez, Adolfo. «Un momento en el desarrollo de nuestra cultura», en Mensajes. La Habana, 1 (21): [s.p.] oct. 8, 1970.
 

Comunista, El (La Habana, 1939-1941). Revista de teoría y práctica del marxismo-leninismo. Fue publicada mensualmente por el Partido Comunista de Cuba, a partir de noviembre. Su lema era «estudiar y luchar». Formaron el consejo de dirección Blas Roca, Aníbal Escalante, Fabio Grobart y Carlos Rafael Rodríguez. La propia revista define su contenido esencial: «Teoría y práctica por tanto, constituye el núcleo central de El Comunista. Todos los problemas fundamentales, que afectan la vida de nuestro pueblo, serán analizados aquí a la luz del marxismo leninismo, en forma accesible y popular. Su lectura será a la vez de aprendizaje y orientación. El caudal de nuestras experiencias será recogido para guía de todo el pueblo cubano.» También divulgó fragmentos de la obra de Lenin y de Stalin. Colaboraron en sus páginas figuras como Severo Aguirre, Manuel Luzardo, Rubén Calderío, William Z. Foster, Santiago Álvarez, además de los integrantes del consejo de dirección. El último número revisado corresponde a enero de 1941. Continuó saliendo desde abril de 1941 con el título de Fundamentos.
 

CONANGLA FONTANILLES, José (Mont Blanc, Cataluña, 15.9.1875-La Habana, 15.5.1965). Estudió en España hasta alcanzar nivel universitario. En 1895 llegó a Cuba e ingresó en la Universidad de la Habana, donde completó sus estudios. Adoptó la ciudadanía, cubana en 1909. Fue redactor de los diarios El Nuevo País (1905), Cuba (1906-1911), La Noche (1911-1934), El Día (1926-1927), Mercurio (1928). Además colaboró en El Fígaro, Cuba Contemporánea, Revista Bimestre Cubana, El Hogar, Mundial, Universal, América. Fundó y dirigió la Revista Parlamentaria de Cuba (1921-1928). Perteneció a la Sociedad Económica de Amigos del País, a la Academia de la Historia de Cuba y a otras instituciones cubanas y catalanas. Publicó El alma de Cataluña (La Habana, Imp. La Milagrosa, 1941), antología poética catalana con traducciones hechas por él. Es autor del estudio preliminar a los artículos y discursos de Pi y Margall en pro de la autonomía y de la independencia de Cuba (Cuba y Pi y Margall. La Habana, Editorial Lex, 1947). Utilizó el seudónimo Védico.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Elegía de la guerra. Poesías (Impresiones de la guerra de Cuba) amb un prefaci de Joan Maragall. Barcelona, Tipografía Catalana, 1904.| La ciudadanía adoptiva (límite prudencial y legal de sus derechos y deberes), contribución al estudio de una rama del derecho internacional privado. La Habana, Imp. Moderno, 1916.| Cataluña y su voluntad, principales elementos y razones que debe tenerse en cuenta para el estudio de la cuestión catalana. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1919.| El Meu pare, que al cel sia. Evocació biogràfica. Montblanch, Imp. Vda. Amonmany, 1920.| La conspiración y el martirio de Pintó. Conferencia dada en el Centre Catalá de lit. Habana el 10 de julio de 1921. La Habana, 1921. El Eternal. Poesía y prosa. Barcelona, A. Artis impresor, 1921. | Montbianquines. Impressions, tipos y costumbres populares. Montblanch Imp. de J. M. Recasens, 1921.| L'idioma català devant de la ciència, de la historia i de la lliure determinació dels pobles. Discurs inaugural dels Jocs Florals Catalans de l'Havana, celebrats el primer Diumenge de Maig de 1923, al Saló d'Actes de l'Acadèmia de Ciències [Con traducción al castellano] [La Habana], Imp. Graphical Arts, 1923.| Ciudadanía y extranjería. Objeciones a un anteproyecto de ley del Dr. José A. del Cucto, presentadas a la Sección de Derecho Civil de la Comisión Nacional Codificadora. La Habana, Imp. E. López Salas, 1924.| Pasado, presente y futuro de Cataluña. La Habana, Imp. Ntra. Sra. de Montserrat, 1924.| Ricardo del Monte, íntimo, su ceguera y su muerte. Conferencia. La Habana, Imp. y Papelería La Universal, 1927.| Dictamen acompañatorio de la ponencia de Constitución provisional de la República Catalana. La Habana, Burgay, 1928.| El ideal confederativo ibérico. Conferencia dada en el Círculo Republicano Español de la Habana el 3 de junio de 1933. La Habana, Imp. La Milagros, 1933.| El Profundo humanitarismo de Pi Margall. Conferencia. La Habana, Tipógrafos Molina, 1933.| Engaños y errores del comunismo. La Habana, Imp. La Milagrosa, 1934.| La naturaleza de las cosas. Ensayo para un estudio de geografía política, leído ante la Sociedad Geográfica de Cuba, en el salón de actos de la Academia de Ciencias de La Habana, en 23 de junio de 1935. La Habana, Imp. La Milagrosa, 1935.| Espíritu humano y social del arte. Conferencia dada en el Círculo de Bellas Artes de la Habana, el 28 de marzo de 1936. La Habana, Imp. Molina, 1936.| El abate de Pradt y su americanismo paradójico. Estudio leído en el Círculo de Amigos de la Cultura Francesa de la Habana, el día 6 de diciembre de 1937. La Habana, Imp. El Score, 1938.| Federalismo y confederalismo. Conferencia en la Institución Hispano-Cubana de Cultura de la Habana el 15 de septiembre de 1939. La Habana, Imp. Molina, 1939.| Humanología, cultivo de la razón, del sentimiento y del carácter [Ensayos filosóficos]. La Habana, Jesús Montero Editor, 1939.| La vida ejemplar de Sebastián Gelabert. La Habana, Editorial Atalaya, 1939.| Enseñanzas políticas de la ecología. Estudio presentado al Primer Congreso Nacional Cubano de Geografía. La Habana, Imp. Molina, 1943.| Juegos Florales de la Lengua Catalana. (Año 86 de su restauración). Discurso de (Traducción castellana). La Habana, Burgay, 1944.| Las nacionalidades ibéricas. Confederación o separatismo. Conferencia. La Habana, Arellano y Compañía impresores, 1944.| Tomás Gener, del hispanismo ingenuo a la cubanía práctica. Trabajo leído en recepción pública, el día 26 de mayo de 1950. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1950.| Semblanza de Gálvez. Conferencia. La Habana, Imp. de la Universidad de la Habana, 1953.| Martí y Cataluña. Examen retrospectivo de unos conceptos inverosímiles atribuidos al gran Apóstol cubano. La Habana, Publicaciones de la Comisión Nacional Organizadora de los Actos y Ediciones del Centenario y del Monumento a Martí, 1954.| Mirador humanista [Ensayos]. La Habana, 1954.| Los otros sentidos. Resonancias del Canto espiritual de Maragall [Ensayo]. La Habana, Cárdenas, 1957.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Chacón y Calvo, José María «El alma de Cataluña [.. ]», en Revista Cubana. La Habana, 16: 226-228, jul.-dic., 1941.| «José Conangla Fontanilles. Cuba y Pi Margall [...]», en América. La Habana, 35 (1, 2 y 3): 94-95, oct.-nov. y dic., 1947.| «José Conangla Fontanilles. Humanología [... ]», en América. La Habana, 1 (6): 94-95, jun., 1939.| «Letras. Engaños y errores del comunismo. [... l», en Acción. La Habana, 1 (52): 18, oct. 7, 1934. | Suvillaga, Lázaro, seud. de Gilberto González Contreras, «José Conangla Fontanilles», en Mañana. La Habana, 5 (205): 2, ago. 21, 1943.
 

CONCURSOS No encontramos la primera muestra de un concurso organizado sino hasta 1793, fecha de fundación de la Sociedad Patriótica de la Havana. El primer concurso, auspiciado y promovido por dicha Sociedad en el año antes citado, fue convocado a través de las páginas del Papel Periódico de la Havana, y los temas a desarrollar estuvieron ceñidos a cuestiones agrícolas, industriales y a la construcción de caminos. Entre los jurados figuraron Agustín de Ibarra, Joseph Ricardo O'Farrill, el conde de Casa Bayona, Joseph María Peñalver y el marqués Cárdenas de Montehermoso. Ninguno de los trabajos presentados reunió los suficientes méritos para ser premiados. Durante el siglo diversas instituciones culturales crearon concursos. La Sociedad Económica continuó sus certámenes casi todos los años y ofreció diplomas y premios en dinero. Entre los premios que más se destacaron, otorgados por la Sociedad, cabe señalar el de la «Memoria sobre las causas que producen la alternación en las cosechas del café» (1829), de Tranquilino Sandalio de Noda, el de la «Memoria sobre la vagancia en la isla de Cuba» (1830), de José Antonio Saco y el de la «Oda al nacimiento de la Infanta María Isabel Luisa» (1831), de José Antonio Echeverría, premiada por la Comisión de Literatura de la Real Sociedad. En 1834 se celebró un certamen, conocido como Aureola Poética, en honor de Francisco Martínez de la Rosa, a la sazón jefe del gobierno español. El torneo, presidido por el humanista italiano Pablo Veglia, contó con la participación de poetas destacados. El jurado otorgó el premio a las octavas «La Siempreviva», de Plácido (seud. de Gabriel de la Concepción Valdés). En 1844 se fundó el Liceo de La Habana, que de inmediato organizó concursos, conocidos como Juegos Florales. Entre los premiados se destacan Federico Milanés por su «Sátira contra la manía de publicar tomos de poesías con títulos inadecuados y prólogos altisonantes y laudatorios»; Emilio Blanchet por su «¿Qué influencia debe concederse a las novelas y otras obras de ingenio en la moral pública y privada?»; Francisco de Frías, conde de Pozos Dulces, por su «Memoria sobre la industria pecuaria en la isla de Cuba»; Joaquín Lorenzo Luaces, que recibió premios por su composición «A Cyrus Field» y su «Oda al trabajo»; Ramón Vélez Herrera por su «Oda al cable submarino». En 1861 celebró el Liceo de Matanzas sus primeros Juegos Florales, cuyo jurado estuvo presidido por Gertrudis Gómez de Avellaneda. Alcanzó el primer premio Federico Milanés con su «Oda a la muerte de Quintana». En años posteriores fueron galardonados Luis González Acosta, Idelfonso Estrada y Zenea, Luis Alejandro Baralt, Nicolás Heredia. El Liceo Artístico y Literario de Guanabacoa, fundado en 1861, también propició concursos. En 1867 el Liceo de Puerto Príncipe, inaugurado poco tiempo antes, convocó a un concurso para enaltecer la memoria de Gaspar Betancourt Cisneros, del que resultó ganador Enrique José Varona con dos odas elegíacas. También premió ese año la memoria «Conveniencia de reservar a la mujer ciertos trabajos», de Emilio Bacardí. Las Conversaciones Literarias que se celebraban en la casa de José María de Céspedes en La Habana, propiciaron también concursos. Allí recibieron premios «Del teatro bufo y de la necesidad de reemplazarlo fomentando la nueva comedia», de Aurelio Mitjans, el «Adiós de Víctor Hugo a la Francia de 1852», de Aurelia Castillo, y el monólogo en verso «Fernando de Herrera» de Eliseo Giberga. En 1886 la Sociedad Provincial Catalana Colla de Sant Mus le otorgó a Ramón Meza un premio en sus Juegos Florales por la novela Carmela.

Durante la etapa republicana, la mayoría de las publicaciones periódicas, de las instituciones culturales que existían desde la época colonial y de las que surgieron, convocaron a innumerables concursos. Los ateneos de La Habana y de Matanzas, ambos creados al instituirse la República, convocaron a numerosos concursos. El de La Habana premió obras de Dulce María Borrero y Federico Uhrbach; el de Matanzas galardonó a Jesús Castellanos por su novela La conjura. En 1910 se fundó la Academia Nacional de Artes y Letras, que otorgó el Gran Premio Nacional de Artes y Letras, discutido cada año dentro de cada una de las distintas secciones que formaban la institución. Allí alcanzaron distinciones Dulce María Borrero, Carolina Poncet y José Antonio Ramos, entre otros. La revista El Fígaro también realizó concursos, sobre todo a partir de 1910. En 1912 obtuvo premio Emilio Roig de Leuchsenring con un artículo de costumbres titulado «¿Se puede vivir en La Habana sin un centavo?», y en 1921 Agustín Acosta por la décima «A la bandera cubana». Los liceos de La Habana y de Santiago de Cuba ofrecieron Juegos Florales anuales, en los que, entre 1913 y 1915, obtuvo los premios Agustín Acosta. Los Juegos Florales Hispano-cubanos, convocados en 1915, premiaron a Felipe Pichardo Moya por su poema «Visión del istmo». En otras ciudades del interior del país también se celebraron estos eventos, entre los que cabe citar los Juegos Florales de Sancti Spíritus, que premiaron a Bonifacio Byrne en 1916 por su poema «La aguja». En 1925 se convocó a los Juegos Florales Antillanos, celebrados en Santiago de Cuba, en los que resultó ganador Max Henríquez Ureña por su trabajo «El intercambio de influencias literarias entre España y América durante los últimos 50 años. (1875-1925)». En 1928 la actriz argentina, Camila Quiroga convocó, en coordinación con la Secretaría de Instrucción Pública, a un concurso dramático. El primer premio lo obtuvo Marcelo Salinas con Alma guajira y el segundo Jorge Mañach con Tiempo muerto. Entre 1934 y 1957 la firma comercial «El Encanto» otorgó anualmente el premio, periodístico «Justo de Lara» al mejor artículo o crónica periodística presentado. A partir de 1935 y hasta la década del 50, salvo algunas interrupciones, se instauraron los Concursos Nacionales de la Dirección de Cultura de la Secretaría de Educación. Se otorgaron siete premios, dos para obras inéditas y cinco para obras publicadas o inéditas. Aunque después sufrió algunas variantes en sus bases, en los inicios uno de los trabajos inéditos debía corresponder a la vida, la obra y la influencia de Enrique José Varona y el otro a una obra sobre la vida de Ignacio Agramonte. Las obras publicadas o inéditas que concursaran podían ser de carácter histórico, filosófico, crítico, biográfico, económico, social, así como novelas, piezas teatrales, cuentos, ensayos, reportajes y trabajos de investigación científica. Entre 1941 y 1957 el Club de Leones de La Habana otorgó el premio periodístico «Eduardo Varela Zequeira», concedido a los mejores reportajes, según la opinión de los jurados, publicados entre enero y diciembre de cada año. En 1942, el doctor Antonio Barreras estableció en el género cuento el concurso «Fernández Catá», de carácter nacional e internacional. En forma ininterrumpida esos premios fueron concedidos durante varios años a diversos escritores, entre ellos Félix Pita Rodríguez, Onelio Jorge Cardoso. Entre 1943 y 1957 el Municipio de la Habana otorgó el premio periodístico «Ruy de Lugo Viña», concedido al mejor trabajo publicado sobre un asunto libre, de «carácter municipal destinado a promover los lazos que unen las ciudades de América». La Comisión Nacional de Propaganda y Defensa del Tabaco Habano otorgó, desde 1943 y hasta 1952, premios anuales a los mejores artículos relativos al tabaco aparecidos en la prensa radial y escrita. El Ministerio de Defensa creó el premio periodístico «Enrique José Varona», otorgado mensualmente entre 1944 y 1958 al mejor trabajo presentado sobre cuestiones de interés nacional y que debía haber aparecido antes en cualquier publicación radial o escrita. En 1945 se instituyó con carácter nacional, como el más alto galardón periodístico, el premio «Juan Gualberto Gómez», concedido a diferentes formas de trabajo periodístico: reportaje vivo, reportaje de archivo, artículo o crónica, ilustraciones, información gráfica, caricatura y reportaje cinematográfico. El Lyceum Lawn Tennis Club, la Asociación Cubana de Bibliotecarios, el Club Atenas, también convocaron a concursos. Varios grupos y asociaciones teatrales establecieron premios, como el Premio Talía, el Premio Adad, el Premio «Luis de Soto». Después del triunfo de la Revolución desaparecieron los concursos antes mencionadme y surgieron otros. En octubre de 1959 la Casa de las Américas lanzó su primera convocatoria al concurso anual internacional Casa de las Américas, que se ha convertido en uno de los más prestigiosos concursos de habla hispana. Entre los galardonados cubanos se encuentran Fayad Jamís, José Soler Puig, Antonio Benítez, Miguel Cossío, Lisandro Otero, Pablo Armando Fernández y Manuel Cofiño. El Consejo Nacional de Cultura, desde su creación en 1961, ha convocado a diferentes concursos. Así, en1963 convocó a un concurso nacional de teatro y de narraciones infantiles, y en 1972 creó el concurso nacional anual «La Edad de Oro», donde los trabajos presentados, tanto en prosa y en verso como composiciones musicales, deben ser ron temas propios para niños. La Unión de Escritores y Artistas de Cuba convoca desde 1965 y 1967 respectivamente los concursos UNEAC y David. El primero, convocado cada año, admite obras en los géneros de novela («Cirilo Villaverde»), cuento («Luis Felipe Rodríguez», teatro («José Antonio Ramos»), poesía («Julián del Casal») y, cada dos años, ensayo («Enrique José Varona») y biografía («Enrique Piñeyro»). En los últimos concursos se han añadido los premios de literatura infantil («Ismaelillo») y de testimonio («Pablo de la Torriente Brau»). El David, para autores inéditos, admite sólo los géneros de cuento, poesía y teatro. En el primero han sido premiados Ezequiel Vieta, Raúl Aparicio, Noel Navarro, Manuel Díaz Martínez, Raúl González de Cascorro, José Martínez Matos, Alcides Iznaga, Antonio Benítez Rojo, Imeldo Álvarez, Antonio Hernández, Ana Núñez Machín, Hugo Chinea, Federico de Córdova, José R. Brene, etcétera; en el segundo, Raúl Rivero, Luis Rogelio Nogueras, Hugo Chinea, Julio A. Chacón, entre otros. Desde 1969 la Dirección Política de las Fuerzas Armadas Revolucionarias convoca su concurso anual «26 de Julio». Se concursa en novela, poesía, teatro, cuento, testimonio, investigación, ensayo, biografía, música (sinfónica, de cámara, vocal y popular) y artes plásticas (pintura, grabado y escultura). «Todas las obras que se presenten deberán reflejar en su contenido un estímulo a la conciencia y actitud revolucionaria de nuestro pueblo». Han sido premiados Jesús Cos Cause, Roberto Díaz, Adolfo Martí, Manuel Cofiño, Olga Cabrera, Rafael Hernández, José Martínez Matas, Álvaro Prendes, Alfredo Reyes Trejo, Carlos del Toro, José A. Tabares, etcétera. Especial relieve ha tenido también el concurso de novela y cuento polidales, convocado por el Ministerio del Interior, que prácticamente ha creado un nuevo género en nuestra literatura. Otros organismos, como las universidades de la Habana (concurso «13 de marzo») y de Oriente (concurso «28 de mayo Batalla del Uvero»), la Unión de Jóvenes Comunistas (concurso «14 de junio»), la CTC (concurso «Rubén Martínez Villena»), los Comités de Defensa de la Revolución, la Federación de Mujeres Cubanas, la Asociación Nacional de Pequeños Agricultores, la Unión de Periodistas de Cuba, convocan también a concursos en diferentes géneros.

BIBLIOGRAFÍA

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CONDE Y OQUENDO, Francisco Xavier (La Habana, 3.12.1733-Puebla de los Ángeles, México, 5.10.1799). Estudió humanidades con los jesuitas. En la Universidad de San Jerónimo se graduó de Bachiller en Artes y de Doctor en Teología. Fue nombrado provisor y vicario de la Diócesis de La Habana (1770). Explicó Moral y Escritura Santa en el Seminario de San Carlos. Obtuvo el título de abogado. Desempeñó el cargo de Fiscal de la Curia Eclesiástica de La Habana. Se trasladó a España, donde llegó a ser muy apreciado. Fue nombrado por Pío VI, por recomendación del Consejo de Indias, en el cargo de Protonotario Apostólico y Caballero de la Cruz de Oro. Se le asoció al gremio de los Arcades de Roma con el nombre de Ermindo Abidense. Se trasladó a México. Su fama fue allí mayor que en Cuba. Fue nombrado en la iglesia de Puebla y más tarde ocupó el cargo de Canónigo de la Catedral (1796). Entre sus manuscritos se encontró su Discurso sobre la elocuencia sagrada, del que apareció un fragmento en El Álbum de México (1,: 380-385 y 454-457, 1849), además de sermones, el Juicio de la carta apologética del Sr. D. José Pérez Catama, Deán de Valladolid, sobre la opinión de Benedicto XIV que sostenía por válida la consagración sin verbo sustantivo Est y una Colección de varios Papeles jurídicos, Informes, Escritos, Alegatos y Representaciones del Dr. F. Conde y Oquendo. Reimprimió La Josephina (Madrid, D. Antonio de Sancha, 1780), de Fray Jerónimo Gracián, el Trisagio Celestial (Puebla, México, D. Pedro de la Rosa, 1787) y otros.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Sermón que en la fiesta celebrada de orden del M.I. Ayuntamiento de la ciudad de la Habana, en acción de gracias por el nacimiento del Infante, predicó en la Parroquial Mayor el día 10 de marzo de 1772, el Dr. Francisco Xavier Conde, Presbítero Promotor Fiscal de la Curia Eclesiástica. Madrid, Imp. de A. Pérez de Soto, 1772.| Elogio de Felipe V, Rey de España, al cual se adjudicó el segundo premio de eloquencia por la Real Academia Española en junta que celebró el día 22 de junio de 1779. Madrid, Joachín Ibarra, 1779; 2ª ed. México, Felipe de Zúñiga y Ontiveros, 1785.| Oratio in funere Caroli III Hispaniarum atque Indiarum Regis Catholici et Potentissimi, habita in Templo Maximo Angepolitano,[...] Madrid, Regia Academia Hispánica, 1779.| Oración fúnebre que en las exequias militares celebradas por la Plaza de México en su Santa Iglesia Metropolitana el día 28 de noviembre de 1786, dixo el Dr. D.F,X. C... y O..., Prebendado de la Catedral de Puebla. México, D. Felipe Zúñiga y Ontiveros, 1787.| Oración al nacimiento del Príncipe. Madrid, 1792.| Disertación histórica sobre la aparición de la Portentosa imagen de María de la Guadalupe de México. México, Imp. de La Voz de la Religión, 1852-1853. 2 v.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Beristein de Souza. «Un habanero ilustre y poco conocido en su patria: Don Francisco Javier Conde y Oquendo», en Revista de Cuba. La Habana, 11: 317-320, 1882.| Toussaint, Manuel. «La obra de un ilustre cubano en México, el Dr. Francisco Javier Conde y Oquendo», en Universidad de la Habana. La Habana, (22): 125-135, feb., 1939.
 

CONGRESOS. Los congresos, extendidos hoy a casi todas las ramas del saber humano, tuvieron en sus inicios (alrededor de la segunda mitad del siglo XVII) un carácter marcadamente Político. Después, ya entrado el siglo XIX, comienzan a desarrollarse eventos de contenido científico y humanístico. En Cuba, la primera noticia que tenemos de la celebración de este tipo de actividad es en el año 1812, fecha en que tuvo lugar en la ciudad de La Habana una Junta General de Periodistas. El documento que confirma su realización fue hallado en una Miscelánea titulada Cuba histórica y política, que debió pertenecer al bibliógrafo Antonio López Prieto. En 1884 se celebró en la ciudad de Matanzas el primer congreso pedagógico del que se tiene noticia, y ya en el siglo XX, en 1913, se desarrolló en La Habana un denominado Primer Congreso Nacional Pedagógico. Entre el 8 y el 13 de enero de 1939 se celebró en Santiago de Cuba el Primer Congreso de Arte Cubano, auspiciado por diversas instituciones culturales y por diferentes emisoras radiales. También la ciudad de Santiago de Cuba fue sede de Un Primer Congreso Nacional de Educación, entre el 3 y el 7 de enero de 1940, que fue celebrado de acuerdo con recomendaciones del Primer Congreso Internacional de Universidades (La Habana, febrero de 1930). En él se trataron cuestiones de interés para la enseñanza a todos los niveles. En 1941 tuvo lugar en La Habana el Primer Congreso Nacional de Periodistas, cuya organización estuvo a cargo de José Manuel Valdés Rodríguez, Alfredo Núñez Pascual y Lisandro Otero Masdeu. Iguales eventos se celebraron en años posteriores. A partir de 1942 y hasta 1960 tuvieron efecto, en diferentes localidades de la isla, los congresos nacionales de historia, auspiciados por la Sociedad Cubana de Estudios Históricos e Internacionales. Fueron organizados por Emilio Roig de Leuchsenring y tuvieron como finalidad «promover el mayor auge de los estudios históricos, y alentar su cultivo, así como difundir el conocimiento de la historia más allá del círculo de los especialistas, hasta el corazón mismo del pueblo». Auspiciado por varios intelectuales cubanos tuvo efecto en La Habana, entre el 20 y el 27 de febrero de 1953, un Congreso de Escritores Martianos, al cual asistieron algunas representaciones de países latinoamericanos, Estados Unidos y Francia. Se caracterizó, salvo alguna excepción, por presentar una visión incompleta de la vida y obra de José Martí, y por desfigurar su definido pensamiento antiimperialista. Desde el triunfo de la Revolución han tenido lugar varios congresos de carácter cultural y educacional, que han servido para ir viabilizando y esclareciendo las líneas fundamentales de la Revolución en ese campo. Con la asistencia de invitados fraternales de Europa y América se efectuó el Primer Congreso Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (La Habana, 8 al 22 de agosto de 1961), que partió del principio de que «el diálogo de las culturas nacionales es la base sobre la cual se desarrolla la cultura universal». Aprobó una resolución que acepta «como deber y derecho de los escritores y artistas: luchar con sus obras por un mundo mejor», con el fin de «rescatar y revalorizar la tradición cultural cubana, antecedente de la cultura que ha de surgir en la nueva sociedad que estamos edificando». Entre los acuerdos figuró la creación de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. Del 14 al 16 de diciembre de 1962 tuvo lugar en La Habana el Primer Congreso Nacional de Cultura, que fue la culminación de todo un proceso de dos meses de discusión en fábricas, agrupaciones campesinas, granjas, universidades, organizaciones de masa, instituciones culturales, con el fin de opinar sobre el anteproyecto de los planes culturales del gobierno y contribuir con sus iniciativas a la elaboración de los planes de cultura de sus organizaciones respectivas. La resolución final del congreso planteó la ratificación a la política cultural del gobierno revolucionario, la superación cultural de las masas, el estudio e investigación de nuestras raíces culturales. Del 25 al 1º de noviembre de 1967 se celebró en La Habana el Seminario Preparatorio al Congreso Cultural de La Habana, el cual debatió, entre participantes nacionales, cinco puntos que después serían ampliamente tratados en el Congreso, ya con carácter internacional. Ellos fueron: cultura e independencia nacional, la formación integral del hombre, la responsabilidad del intelectual ante los problemas del mundo subdesarrollado, cultura y medios masivos de comunicación y problemas de la creación artística y del trabajo científico y técnico. El Congreso Cultural de La Habana (4-11 de enero de 1968), evento internacional celebrado tras el Seminario preparatorio de carácter nacional ya mencionado, se reunió bajo el rubro de «Reunión de intelectuales de todo el mundo sobre problemas de Asia, África y América Latina», y contó con la participación de cerca de quinientos delegados extranjeros, entre los cuales había científicos, escritores, técnicos, artistas, periodistas, profesores. El punto central sobre el cual giró el Congreso fue el tema «Colonialismo y neocolonialismo en el desarrollo cultural de los pueblos». Se discutieron problemas inherentes al subdesarrollo y al papel que deben desempeñar los intelectuales del tercer mundo, tanto en la creación artística como en el trabajo científico y técnico. El Primer Congreso Nacional de Educación y Cultura (La Habana, 23-30 de abril de 1971) constituye uno de los pasos más firmes dados por la Revolución para definir y orientar todo lo referente a la política educacional y cultural. Los 1800 delegados que participaron, aprobaron unánimemente una declaración final que, siguiendo un desarrollo consecuente de la línea de masas en la educación y la cultura, sirvió para dejar trazados los lineamientos dentro de ambos campos. Plantea además el documento la lucha por una cultura propia y sin la influencia nociva de las corrientes decadentistas que el imperialismo trata de imponer a los países subdesarrollados, y por la defensa y exaltación de los valores latinoamericanos y del tercer mundo, en general.

Varios han sido los congresos internacionales de los que Cuba ha sido país sede. Entre ellos, el Congreso Internacional de Universidades (La Habana, febrero 1930), en el cual se reunieron representaciones de casi todo el mundo para discutir preocupaciones e intereses comunes. Auspiciados por la Sociedad Colombista Panamericana tuvieron lugar en 1942 dos congresos, el Primer Congreso Interamericano de Archiveros, Bibliotecarios y Conservadores de Museos del Caribe y el Primer Congreso Histórico Municipal Interamericano. En 1943 organizó dicha institución el II Congreso de Prensa, que reunió a representantes de la prensa americana. En abril de 1949 La Habana fue sede del Cuarto Congreso del Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana. Entre los delegados cubanos figuraron Fernando Ortiz, José María Chacón y Calvo, Raúl Roa y José Antonio Portuondo. La ciudad de Cárdenas sirvió de marco para la celebración, del 17 al 20 de mayo de 1950, de la Tercera Reunión Continental del Instituto Interamericano de Historia Municipal e Institucional, en la que estuvieron presentes países de la América Central, América del Sur y Las Antillas.

BIBLIOGRAFÍA

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Conjunto (La Habana, 1964; 1967-   ). Revista de teatro publicada por la Casa de las Américas. El primer número correspondió al bimestre julio-agosto. Era su jefe de redacción David Fernández. En 1964 sólo se Publicaron tres números. Reapareció en 1967 (agosto-septiembre) como «Revista de teatro latinoamericano. Órgano del Comité Permanente de los Festivales», con el «propósito de contribuir a que superemos las distancias culturales y nos conozcamos mejor a través del teatro». Para ello, señala, «queremos recoger informaciones, gráficas, críticas sobre lo que se escribe y se realiza para la escena y en ella, en nuestros países. Además publicaremos, en cada número, una obra inédita, completa, de autor latinoamericano y, en la medida de lo posible, dedicaremos números Monográficos al teatro de cada uno de los países que integran este «conjunto» de pueblos llamado América Latina». Desde este mismo número aparecen Rine Leal como jefe de redacción e Isidora Aguirre (Chile), Enrique Avellán (Ecuador), Ramón Chalbaud (Venezuela), Helio Eichbauer (Brasil), Manuel Galich (Guatemala), Juan Vicente Melo (México), Carlos José Reyes (Colombia), Juan Ríos (Perú), Juan Manuel Tenuta (Uruguay), Nora Badía (UNESCO) como miembros de un consejo de redacción. En el número 9 aparece sólo como «Revista de teatro latinoamericano», sin el consejo de redacción anterior. La preparación de este número estuvo bajo la responsabilidad de Manuel Galich, Rine Leal, Óscar Collazos y Arqueles Morales. El siguiente fue preparado por Galich y Morales. Desde el número 11-12 sale como «Publicación del Departamento de Teatro Latinoamericano», bajo la dirección de Manuel Galich, con Adolfo Cruz-Luis como secretario (sólo hasta el número 18.) A partir del número 19 Francisco Garzón Céspedes ocupa la jefatura de redacción. Desde el número 5 incluyó la sección «Entreactos», dedicada a noticias, comentarios y actualidades del teatro latino-americano en relación con lo internacional. Posteriormente comienza a aparecer la sección «Obras recibidas», en la que se ofrece «una breve síntesis bibliográfica de algunas publicaciones teatrales latinoamericanas recibidas por la Casa de las Américas». También han aparecido en sus páginas obras teatrales de creación colectiva, tanto nacionales como de otras naciones latinoamericanas. Han sido sus colaboradores, además de algunos de los integrantes del consejo de redacción antes citados, José Manuel Fernández, Nicolás Dorr, Beatriz Maggi, Carucha Camejo, César López, Edmundo Desnocs, Magaly Muguercia, Abelardo Estorino, Pedro Simón, Nati González Freire, Diony Durán, Freddy Artiles, Karla Barro, Pedro de la Hoz, Rosa Ileana Boudet, así como otros escritores latinoamericanos. Además, como había señalado al reaparecer en 1967, se han publicado en todos sus números obras inéditas de autores latinoamericanos, tales como Jorge Díaz, Enrique Buenaventura, Aimé Cesaire, Manuel Galich, Isidora Aguirre, Jorge Enrique Adoum y otros. En el número 11-12 apareció la obra del cubano Raúl Valdés Vivó «Las naranjas de Saigón». El número 24 fue dedicado al teatro infantil. En las páginas 139-142 del número 15 (enero-marzo de 1973) se ha publicado un «Índice de los primeros quince números de la revista Conjunto», ordenado alfabéticamente por autores.

BIBLIOGRAFÍA

«Los latinoamericanos que cultivan teatro», en Conjunto. La Habana, 2 (4): 1, ago.-sep., 1967.
 

CONSEJO NACIONAL DE CULTURA Fue creado por la ley 926 del Consejo de Ministros, firmada el 4 de enero de 1961, como organismo adscrito al Ministerio de Educación. Mediante la ley 1117, fechada en julio de 1963 dejó de ser un apéndice de dicho Ministerio para convertirse en un organismo central, bajo la superior dirección del Consejo de Ministros. Sus fines y funciones, por tanto, le vienen dados por la referida ley 1117. Corresponde esencialmente al Consejo planificar, orientar y dirigir todas las actividades que en el orden cultural realicen los organismos e instituciones oficiales, tanto nacionales como provinciales y municipales, a fin de que respondan a la política cultural del Estado; la dirección y organización de las actividades musicales de carácter cultural; la dirección y organización del sistema de bibliotecas públicas del país, las actividades relacionadas con las artes plásticas, exposiciones, adquisición y conservación de obras de arte por parte del Estado y la orientación e intensificación de la creación artística, la dirección y organización de espectáculos artísticos; la enseñanza de las artes y aquellas otras disciplinas destinadas a formar el personal técnico indispensable del organismo y sus distintos departamentos; rescatar las tradiciones que constituyen el patrimonio nacional, evitando que se mixtifiquen o desfiguren, ayudando a su conservación, estudio y difusión; la custodia, conservación y restauración de las edificaciones y lugares declarados o que se declaren en el futuro, Monumentos Nacionales; dirigir la orientación y organización de las actividades literarias, fundamentalmente mediante los talleres literarios, verdaderos «centros de estudio, laboratorios literarios donde los escritores noveles se sienten estimulados en su creación y auxiliados en su formación». Funcionan en distintos niveles (regional, municipal); con ellos «el CNC busca [...] agrupar [...] a los que dan sus primeros pasos en la literatura, para evitar que se pierdan, se desorienten o se desencanten por falta de un estímulo adecuado». Reunidos periódicamente analizan sus trabajos -poemas, cuentos, etcétera-; regularmente son visitados por «escritores de mayor experiencia que les ofrecen charlas, lecturas, que enjuician conjuntamente con ellos los escritos de los integrantes del taller, aportando su visión más madura y experimentada de la creación literaria; enviándoles, asimismo, libros, folletos, conferencias, en suma, materiales que les permitan un conocimiento cada día más profundo y amplio de la literatura». Otras funciones del Consejo son la orientación y estímulo del desarrollo de un amplio movimiento de aficionados al arte; la promoción a través de los centros de trabajo y estudiantiles, del interés del pueblo por los espectáculos culturales, bibliotecas, museos; aprobar y tramitar, en coordinación con los organismos y autoridades competentes, la salida al extranjero de los diferentes exponentes de la cultura nacional, exposiciones, conjuntos artísticos y misiones culturales; reglamentar y organizar concursos públicos de carácter literario, como el concurso infantil «La Edad de Oro», y además, certámenes plásticos, etcétera; intervenir en la elaboración de los protocolos de intercambio cultural con el extranjero; orientar, de acuerdo con el Ministerio de Relaciones Exteriores, la labor de los consejeros y agregados culturales, proveyéndoles del material indispensable para el desarrollo de sus funciones; coordinar con los organismos encargados de la radio, la televisión y la prensa, la mejor utilización que pueda hacerse de estos medios de comunicación para el desarrollo de la política cultural del Gobierno. Los lineamientos aprobados en el Primer Congreso Nacional de Educación y Cultura (La Habana, 23-30 de abril de 1971) han servido para afianzar y definir más aún lo referente a nuestra política cultural, función que compete directamente a este organismo. Para el cumplimiento de sus fines y el ejercicio de las actividades que le incumben, el Consejo Nacional de Cultura está estructurado de la siguiente manera: presidente, cargo que ha sido ocupado cronológicamente por Vicentina Antuña, Carlos Lechuga, Eduardo Muzio y Luis Pavón; vicepresidente; el Consejo de Presidencia, formado por el presidente, el vicepresidente, los directores generales y otros que se estime conveniente, que asesora la instrumentación de los planes del desarrollo de la política cultural; el Consejo de Dirección, formado por los antes citados más los delegados provinciales, que se ocupa de estudiar y sugerir las cuestiones básicas de la política cultural, las normas más eficaces para el mejor desarrollo del organismo, así como de recoger y plantear las iniciativas de las organizaciones de masa, las direcciones generales, que se encargan de aplicar la Política cultural del organismo en todo lo relativo a sus actividades específicas, así como de planificar, dirigir, evaluar y controlar el cumplimiento de los planes de trabajo de las direcciones, departamentos y secciones nacionales y provinciales subordinadas a ella; las direcciones nacionales, subordinadas algunas a una Dirección General y otras directamente dirigidas por la Presidencia o Vicepresidencia. En ambos casos desarrollan la orientación cultural concreta de su manifestación. Existen direcciones nacionales especializadas, no especializadas y de apoyo. Son especializadas las direcciones de Literatura, Danza, Música y Artes Plásticas. Son no especializadas las de Relaciones Internacionales, Planeamiento, Economía. Entre las de apoyo figuran, en primer término, el Centro de Documentación, que publica monografías y bibliografías y organiza diferentes actividades culturales, y divulgación, dedicada a la confección de afiches, programas, etcétera. Estas tres directrices que emanan de la direcciones nacionales contribuyen a planificar, hacer efectivo el cumplimiento de las tareas y brindar información relevante para el mejor desarrollo del trabajo conjunto del Consejo Nacional de Cultura. Las delegaciones provinciales de Cultura son los órganos que dirigen, organizan, administran, supervisan y ejecutan las actividades culturales de acuerdo con las orientaciones y directivas que les transmiten el presidente y demás funcionarios del organismo central. Están subordinadas a ellas las delegaciones regionales y municipales. A su vez, el delegado provincial está directamente subordinado al presidente del Consejo y es el máximo representante en provincias del Consejo Nacional de Cultura. Desde la creación de esta institución y hasta el año 1965 funcionó como dependencia de la misma el Centro Cubano de Investigaciones Literarias, que hizo investigaciones y recopilaciones de obras de autores cubanos, así como también tuvo a su cargo la Editora del Consejo Nacional de Cultura, dedicada a la publicación de libros de literatura española y cubana del siglo pasado. Entre muchos títulos publicados figuran los tres tomos de la Antología de la poesía cubana, preparada por José Lezama Lima; Sab, de Gertrudis Gómez de Avellaneda; Contrapunteo cubano del azúcar y el tabaco, de Fernando Ortiz; Poesías, de Julián del Casal; Obras completas, de José Jacinto Milanés; Bosquejo histórico de las letras cubanas de José A. Portuondo. Las funciones del Centro fueron absorbidas por el Instituto de Literatura y Lingüística de la Academia de Ciencias. Han sido órganos de la institución el magazine, más tarde convertido en revista, Pueblo y Cultura (1961-1965?), que fue dirigido a partir del número 14 (septiembre de 1963) y hasta el 23 (mayo de 1964) por Félix Pita Rodríguez. A esta publicación le siguió Revolution et/and Culture, que circuló en tres idiomas (inglés, francés y español). Salieron pocos ejemplares. Entre octubre de 1967 y diciembre de 1970 se editó RC, dirigida por Lisandro Otero, y cuya segunda etapa, ahora bajo el título de Revolución y Cultura, comenzó en marzo de 1972. Su dirección está a cargo de Enrique Grules, junto a estas publicaciones, cada dirección especializada, así como grupos artísticos y direcciones de apoyo, tienen diversas publicaciones artístico-literarias, donde se reflejan la información y la política cultural y técnica del Consejo Nacional de Cultura.

BIBLIOGRAFÍA

«El Centro de Investigaciones Literarias», en Pueblo y Cultura. La Habana, (21): 52-55, mar., l964.| Levante César. «¿Qué son los talleres literarios?», en Revolución y Cultura. La Habana (14): 2-6 [¿sep., 1973?]
 

Conservatorio (La Habana, 1943-?). Revista trimestral publicada por el Conservatorio Municipal de Música de La Habana. El primer número correspondió al trimestre octubre-diciembre. Era su editor Ithiel León. En este primer número se expresaba que su «cartel de acción» era «dar a conocer las manifestaciones artísticas según las más puras tendencias actuales; críticas orientadoras e impersonales; difundir toda esa gran serie de valores de aquí y fuera de aquí que constituyen valiosos aportes a la cultura». Desde octubre-diciembre de 1945 se convirtió en publicación oficial del Conservatorio y fue dirigida por Ithiel León. Dos números después presentó una relación de redactores integrada por los músicos José Ardévol, Harold Gramatges, Argeliers León y Edgardo Martín. A partir de enero-marzo de 1948 Raúl G. Anckerman asume la dirección y administración y el cuerpo de redactores es renovado. «Los cambios introducidos desde este momento en la revista -señaló el nuevo director- obedecen al buen deseo de explorar nuevas rutas de presentación y contenido, tratando de obtener una uniformidad permanente que le imprima fisonomía propia, evitando así experimentos constantes.» Publicación dedicada casi exclusivamente a cuestiones musicales y a divulgar la problemática y las actividades del centro de que era órgano, publicaba en sus inicios, en la contraportada, textos escogidos sobre arte y poesía. Además de los músicos ya mencionados, contó con la colaboración de Alejo Carpentier, Rafael Suárez Solís, Jorge Mañach, Carlos M. de Céspedes y otros. El último ejemplar revisado corresponde a enero-septiembre de 1951.
 

CONTRERAS, Félix (Pinar del Río,10.12.1939) Cursó muy irregularmente algunos grados de la primaria en su ciudad natal. Apenas adolescente se empleó en diferentes labores, a la vez que realizaba algunos estudios de música y pintura. Perteneció al Movimiento 26 de Julio (1957-1959). En 1961 se trasladó a La Habana, becado por el Gobierno Revolucionario, para realizar estudios de secundaria, preuniversitario y dramaturgia. Obtuvo mención (1964) y premio (1965) en concursos del CNC pinareño. En 1966 comenzó estudios de periodismo en la Universidad de la Habana. Asistió al Congreso Cultural de La Habana (1968). Ha trabajado como periodista en Pionero y Cuba Internacional Tiene colaboraciones en Casa de las Américas, Unión, Cultura '64, Bohemia, Mar y Pesca, OCLAE, Granma, Juventud Rebelde. Es uno de los que integran la antología Cinco poetas jóvenes (La Habana, Eds. Belic, 1965). Poemas suyos han sido traducidos al polaco y al rumano.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

El fulano tiempo. La Habana, Eds. Unión, 1969.| Debía venir alguien. Pról. de Eliseo Diego. La Habana, Eds. Unión, 1971.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Nadereau, Efraín. «Un libro donde el poeta Félix Contreras afirma que «debía venir alguien», en Boletín del Poeta. Santiago de Cuba, 2 (3-4): 15-16, mar.-abr., 1972.| Orovio, Helio. «Sobre los cinco», en La Gaceta de Cuba. La Habana, 4 (46): 32, sep., 1965.
 

Cooperación (Guanabacoa, Habana [19451-?). «Periódico de interés general», según reza en el subtítulo del ejemplar más antiguo visto, fechado el 28 de julio de 1945. Fue su director-propietario F. L. Matamoros Fernández. A partir de octubre de 1946 se subtituló «Mensuario y vocero de la cultura» y desde marzo de 1947 «Periódico mensual de información y literatura». Fue una publicación de orientación izquierdista. Aparecieron en sus páginas cuentos, poemas, notas bibliográficas. En ella colaboraron escritores presumiblemente de Guanabacoa, pero también aparecieron trabajos de Fermín Peraza, El Indio Naborí (seud. de Jesús Orta Ruiz), Mario Rodríguez Alemán, Adolfo Menéndez Alberdi, Cleva Solís. Desde mayo de 1947 comenzó a insertar en sus páginas una especie de suplemento, Señal, que según parece estaba bajo la responsabilidad de Mirta García Vélez y Mario Rodríguez Alemán. Tenía este suplemento numeración independiente y paginación propia, pero a la vez continuaba la del mensuario. Allí se publicaban poemas, críticas de libros y notas sobre arte. El último número de Cooperación encontrado corresponde a los meses de julio y agosto de 1947, e incluye Señal de los propios meses y año.
 

Corbeta Vigilancia (Trinidad, Las Villas, 1820-?). Fue el primer periódico de la villa. A continuación del título aparece el subtítulo de «Correo semanario-marítimo de Trinidad», con el lema «Verdad sabida y buena fe guardada», según datos ofrecidos por Francisco Marín Villafuerte en la página 348 de su Historia de Trinidad (La Habana, Jesús Montero, Editor, 1945). Más adelante tomó los títulos de Correo político literario mercantil de Trinidad, Correo de Trinidad, El Correo. Comenzó a salir semanalmente el 3 de septiembre, dato afirmado por la propia publicación en su edición del 3 de enero de 1841. A partir de 1823 se publicaba dos veces a la semana. En 2 de enero de 1842 aparece también con esa periodicidad. Desde el 5 de agosto de 1847 se hace diario. Según parece fue fundado por Cristóbal Murtra, ya que éste introdujo la imprenta en Trinidad y, además, fue quien solicitó y obtuvo el permiso para publicarlo. Antonio Bachiller y Morales, en la página 36 del segundo tomo de su Apuntes para la historia de las letras y de la instrucción pública en la isla de Cuba (La Habana, Academia de Ciencias de Cuba. Instituto de Literatura y Lingüística, 1971), expresa que lo empezó a publicar José Julián Castiñeira y que «puede decirse que introdujo el folletín de los papeles de la Isla, pues desde los primeros números dedicó la parte inferior del periódico a la publicación de artículos amenos y jocosos, siendo dado a la sátira y manejando la lira con tanta y aún más destreza que la humilde prosa». De acuerdo a los ejemplares de los años vistos fue un periódico de interés general e información nacional y extranjera. Reflejó en sus páginas la historia local de Trinidad, tanto en el aspecto histórico social como en el cultural. Reprodujo trabajos de publicaciones cubanas de la época, entre ellos, especialmente, artículos de El Lugareño (seud. de Gaspar Betancourt Cisneros) sobre educación y artículos costumbristas de José Victoriano Betancourt. También publicó poesías, relatos y críticas literarias. Colaboraron en sus páginas Rafael María de Mendive, Plácido (seud. de Gabriel de la Concepción Valdés), Felipe López de Briñas, Rafael Hernández de Alba, J. A. Llópiz, Teodoro Guerrero y otros autores que firmaban con los seudónimos Dásalo, Burquillos, El santanero. En la página 352 de su obra antes citada, Francisco Marín Villafuerte señala que el último número visto por él corresponde al 15 de octubre de 1868, pero Carlos M. Trelles, en la página 178 del tomo 1 de su Bibliografía cubana del siglo XIX (Matanzas, Imp. de Quirós y Estrada, 1911) indica que salió hasta 1869. Sólo se ha revisado, en forma incompleta, desde 1841 hasta 1854 (el último ejemplar encontrado corresponde al 27 de diciembre).

BIBLIOGRAFÍA

Llaverías, Joaquín. «[Correo de Trinidad]», en su Contribución a la historia de la prensa periódica. T. 1. Prefacio de Emeterio S. Santovenia. La Habana, Talleres del Archivo Nacional de Cuba, 1957, p. 184, 186, 188, 190, 206-207, 209, 386-392, 394. (Publicaciones del Archivo Nacional de Cuba, 47).| Morín Villafuerte, Francisco. «[Corbeta Vigilancia]», en su Historia de Trinidad. Pról. de Rafael Rodríguez Altunaga. La Habana, Jesús Montero, Editor, 1945, p. 348-353.
 

CÓRDOVA, Federico (La Habana, 17.11.1878Id., 8.9.1960.). Graduado de Bachiller, se doctoró en Derecho Civil en la Universidad de la Habana (1904). Desempeñó distintos cargos dentro de su profesión y llegó a ser magistrado del Tribunal Supremo en 1933. Profesor de la Escuela de Verano de la Universidad de la Habana, donde impartió cursos sobre Martí y los orígenes de la nacionalidad cubana. También ofreció conferencias en la Facultad de Filosofía y Letras de dicha universidad. Perteneció a la Academia de la Historia, de la cual fue secretario. Viajó por los Estados Unidos, México, Venezuela, España y Francia. Obtuvo premios en los concursos nacionales de literatura del Ministerio de Educación con los trabajos Gaspar Betancourt Cisneros, en 1938, y Manuel Sanguily, en 1942. Fundador de la Revista de historia cubana y americana, colaboró además en Revista Bimestre Cubana, Cuba Contemporánea, así como en publicaciones de la Academia de la Historia y del Ministerio de Educación. Dejó de pertenecer al Tribunal Supremo bajo la dictadura de Batista. En 1959 se le ofreció su reintegración a dicho Tribunal o el cargo de embajador, lo que no pudo aceptar debido a su avanzado edad.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Juan Montalvo. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1922.| José Antonio Saco fue un carácter. La Habana, Tipografía Molino, 1931.| Gaspar Betancourt Cisneros, El Lugareño. La Habana, Editorial Trópico, 1938.| Flor Crombet, el Sucre cubano. La Habana, Cultural, 1939.| La expedición de Duaba. La Habana, Academia de la Historia de Cuba, 1940.| Hombre de mármol; Carlos Manuel de Céspedes. La Habana, Academia de la Historia de Cuba, 1940.| Eloy Alfaro. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1942.| Manuel Sanguily. La Habana, Seoane Fernández, 1942.| Luis Victoriano Betancourt. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1943.| Enrique Piñeyro. la Habana, Imp. El Siglo XX, 1944.| Martí, líder de la independencia cubana. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1947.| Vida y obra de Germán Arciniegas. La Habana, Publicaciones del Ministerio de Educación. Dirección de Cultura, 1950.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Entralgo, Elías. «Todo un cubano», en El Mundo. La Habana, 59 (18 928): A4, sep. 10, 1960.| «Efemérides. 8 de septiembre. Federico Córdova Quesada», en Bohemia. La Habana, 62 (37): 105, sep., 11, 1970.| P[ortuondo] J[osé] A[ntonio]. «Notas bibliográficas. Federico Córdova. Gaspar Betancourt Cisneros. El Lugareño en Baraguá. La Habana, 1 (6): 14, feb. 25, 1938.
 

CÓRDOVA, Federico de (La Habana, 26.12, 1910). Hijo de Federico Córdova. Estudió la primera enseñanza en su ciudad natal. Se graduó de Bachiller en el Instituto de La Habana (1929). En los Estados Unidos cursó estudios militares y de literatura inglesa (1929-1931) y colaboró en La Información (1932-1933), de Nueva York. En 1933 regresó a Cuba. Su ensayo, aún inédito, Personalidad y obra de Federico Nietzsche, fue premiado en el Concurso Nacional de Literatura de la Secretaría de Educación (1937). Graduado de Doctor en Derecho Civil (1938), recibe mención honorífica del Colegio de Abogados en 1942 por su ensayo La libertad condicional, publicado al año siguiente. Inspector general y director general de Prisiones (1944-1952), crea en 1949 la Escuela Nacional Penitenciaria en la Prisión de La Habana. Desde 1959 ha desempeñado importantes cargos en el MINREX. Fue encargado de negocios en Venezuela (1961) y embajador en Gran Bretaña (1962-1963). Además, ha viajado a Escocia, España, Francia, y Checoslovaquia. En 1966 recibe el premio «Enrique Piñeyro», de ensayo, en el concurso de la UNEAC, por su obra El fariseísmo en la política exterior norteamericana. Ha sido jurado en los concursos de la UNEAC, a cuya sección de literatura pertenece. Tiene colaboraciones en Revista Bimestre Cubana, Universidad de la Habana, Política Internacional, Unión, Economía y Desarrollo. Participó en las conferencias de las asociaciones pro Naciones Unidas de Moscú y Ginebra (1973). Es director general de la Asociación Cubana de las Naciones Unidas y miembro de la Comisión de altos estudios políticos del MINREX.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Edgar Allan Poe. La Habana, Imp. Molina, 1932.| El biotipo. La Habana, J. Montero, 1941.| Corea: unificación y solidaridad. La Habana, Ministerio de Relaciones Exteriores. Instituto de Política Internacional [1967].| El fariseísmo en la política exterior norteamericana. La Habana, Eds. Unión, l967.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Agramonte, Roberto. «Libros en revista. Federico de Córdova Castro. Edgar Allan Poe», en Revista Bimestre Cubana. La Habana, 31 (1): 149, ene.-feb., 1933.| Augier, Ángel. «Notas. El fariseísmo como sistema de política», en Unión. La Habana, 6 (3): 115-117, jul.-sep., l967.| Conte, A. «El fariseísmo en la política exterior yanqui» [Entrevista a Federico de Córdova], en La Gaceta de Cuba. La Habana, 5 (53): 3, oct.-nov., l966.| «Espléndido resultó el homenaje de ayer a Carlos Rafael Rodríguez y a Federico de Córdova en Alma Mater», en Diario de la Marina. La Habana, 106 (63): 3, 1ª sección, mar. 15, 1938.| «Lecturas para un viernes. Federico de Córdova Castro. Fariseísmo en la política exterior norteamericana. Premio de Ensayo de la UNEAC La Habana, 1967», en Bohemia. La Habana, 59 (31): 107, ago. 4, 1967.| I.R.L.G. «Bibliografía. El biotipo, ensayo de Clínica Criminal, del doctor Federico de Córdova», en Diario de la Marina. La Habana, 110 (61): 4, 10 sección, mar. 12, 1942.| Otero, José Manuel. «Libros.» El fariseísmo en la política exterior norteamericana, en Granma. La Habana, 3 (229): 6, sep. 15, 1967; «Comentarios de libros. El fariseísmo en la política exterior norte americana», en Verde Olivo. La Habana, 8 (38): 15, sep. 24, 1967.| Torriente, Loló de la. «Federico de Córdova, Premio de Ensayo de la U.N.E.A.C.», en El Mundo del Domingo. Suplemento del periódico El Mundo. La Habana,: 7, dic. 11, 1966.
 

Corona Ferrer, Mariano (Santiago de Cuba, 15.10.1870- Id., 18.4.1914). En su ciudad natal cursó la primera enseñanza. Se hizo tipógrafo e ingresó en los talleres de El Triunfo (1888), donde aparecieron sus primeras colaboraciones. En 1893 fue elegido presidente del gremio de los tipógrafos de Santiago de Cuba. Es perseguido a causa de sus campañas contra el gobierno español y se ve precisado, tras el inicio de la guerra del 95, a incorporarse a la lucha armada. En el campo insurrecto es designado por Antonio Maceo director del periódico El Cubano Libre. Trabajó además como corresponsal de Patria. Al terminar la guerra, ostenta el grado de Comandante del Ejército Libertador. En Santiago de Cuba continúa publicando El Cubano Libre, que más tarde sería clausurado por sus críticas a la intervención norteamericana. Fue electo representante a la Cámara (1902-1906 y 1912-1914). Es autor, entre otras, de la zarzuela El hijo del diablo, y de las piezas Camaleón político, Pesadilla, Los efectos del papalote. Es conocido además como orador. Utilizó los seudónimos Cobeador, Bariguá y Ney.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

De la manigua (Ecos de la epopeya). Pról. de Joaquín Navarro. Santiago de Cuba, Imp. de El Cubano Libre, 1900.| El jaque. Zarzuela cómico-dramática en un acto, dividida en cuatro cuadros, en prosa; verso. Santiago de Cuba, Imp. de El Cubano Libre, 1909.| Veras y bromas. En prosa y verso. Pról. de Gastón Mora. La Habana, Imp. Rambla y Bouza, 1911. | Maceo. Oración fúnebre pronunciada en la Cámara de Representantes por [...] en la sesión solemne celebrada el 7 de diciembre de 1911, 159 aniversario de la muerte del glorioso caudillo. La Habana, Imp. de Rambla y Bouza, 1912.| Prosas. Santiago de Cuba, Biblioteca Popular de Cultura Cubana, 1936.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Enríquez [sic] Ureña, Max. «El libro de un humorista» [Sobre Veras y bromas], en Letras. La Habana, 2ª época, 7 (34): 439, sep. 10, 1911.| Soto Paz, Rafael. «Mariano Corona», en su Antología de periodistas cubanos. La Habana, Empresa Editora de Publicaciones, 1943, p. 102-103.
 

CORONADO, Francisco de Paula (La Habana, 8.1.1870-Id., 30-11.1946). Estudió pedagogía. derecho civil y filosofía y letras en la Universidad de la Habana. Maestro público. Emigró a los Estados Unidos en 1896. En Nueva York fue redactor de Patria y cofundador de Cacarajícara. Al terminar la guerra, volvió a Cuba. Fue Secretario de la legación cubana en México (1902-1904) y trabajó en la Secretaría de Educación. Colaboró en La República, La Habana Elegante, El Fígaro, La Discusión, El Hogar, Cuba y América, Lo República Ibérica, Social, El Porvenir (Nueva York, 1898), Cuba y Puerto Rico (Nueva York, 1898). A fines de 1920 se le nombró director de la Biblioteca Nacional, cargo que desempeñó hasta su muerte. Perteneció a la Sociedad Cubana de Teatro, al Ateneo de La Habana, a la Academia de la Historia de Cuba y a la Academia Española de la Lengua. Acumuló una valiosa biblioteca particular, rica en manuscritos y ediciones príncipe, la cual fue adquirida por la Universidad de Las Villas en 1960. Entre sus obras se citan los títulos Apuntes para la vida del General Antonio Maceo (Nueva York, 1897), Crímenes de España en Cuba (Nueva York, 1898), La toma de Cárdenas en 1930 (La Habana, 1900), Las ediciones de Plácido (La Habana, 1909) y otros. Hizo el prefacio a la edición de 1929 de la Historia de la isla y catedral de Cuba, de Morell de Santa Cruz. Utilizó los seudónimos César de Madrid -con el que ejerció la crítica literaria de tono humorístico-, Paul Beth, Paul Mabeth, El caballero de la blanca luna, Fray Mostén, Pedro Sánchez, Panfilón, Panfilito, Marcelo Du-Quesne, Clarinete.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Frutos coloniales por César de Madrid, aud. [Opúsculos]. La Habana, La Propaganda Literaria. 1891 (Folletos literarios, 1).| Calixto García Íñiguez. Datos para una biografía. La Habana, La Discusión, 1899.| Carlos A. Villanueva. La Habana, El Siglo XX, 1926.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Carbonell, José Manuel. «Francisco de Paula Coronado y Álvaro (1870)», en su La prosa en Cubo. Recopilación dirigida, prologada y anotada por [...]. T. 1. La Habana, Imp. Montalvo y Cárdenas, 1928, p. 81-89 (Evolución de la cultura cubana, 1608-1927, 12).| Chacón y Calvo, José María. «La

de un erudito. Don Francisco de Paula Coronado», en Diario de la Marina. La Habana, 114 (289): 4, dic. 5, 1946.| Santovenia y Echaide, Emeterio Santiago. Elogio del Dr. Francisco de P. Coronado y Álvaro. Leído por [...] en la sesión solemne celebrada el 30 de noviembre de 1948. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1948; «[Francisco de Paula Coronado y Álvaro]», en Feria nacional del libro 7º Habana, 1946. [La Habana, 1947], p. 117-119.| Suvillaga, Lázaro, seud. de Gilberto González y Contreras. «Francisco de Paula Coronado», en Mañana. La Habana, 5 (363): 2, sep. 24, 1943.
 

Correo de la Juventud (La Habana, 1899[Id?]). Semanario ilustrado de literatura y sport. Órgano de la juventud cubana. Comenzó a publicarse el 27 de mayo. Era su director y administrador Raoul Diez Muro. Sus propósitos eran, según se expresaba en el primer número, «difundir por medio de esta pequeña revista semanal, que pretendemos que sea órgano de la juventud cubana, todas aquellas ideas que tiendan a nuestro progreso y elevación moral e intelectual, levantar el espíritu de los indolentes y robustecer el esfuerzo de los laboriosos, tener siempre dispuestas nuestras columnas para la publicación de todos aquellos hechos o proyectos que marcando con estela luminosa la marcha triunfal de nuestra época nos prepara [sic] para un futuro mejor, tal es el propósito de este semanario». Publicó poesías, cuentos y críticas de teatro. Divulgó los relatos sobre la Guerra de Independencia de Tomás Estrada Palma. Contó con la colaboración de E. Hernández Myarel, M. García Kohly, Juan de Dios Tejada, E. Cacho Negrete, J. Betancourt, R. Rodríguez Cáceres, R. Zamora, Comandante M. Secades, Ldo. R. Lorenzo y Pérez, María Suárez Coronado, A. Cañas y otros. El último número revisado corresponde al 9 de septiembre de 1899, pero se sabe que salió por lo menos hasta el 14 de octubre de dicho año, fecha que ofrece Carlos M. Trelles como la del fin de su publicación, en la tercera parte de su trabajo «Bibliografía de la prensa cubana (de 1764 a 1900) y de los periódicos publicados por cubanos en el extranjero» en Revista Bibliográfica Cubana (La Habana,2 (9): 155, may.-jun., 1938).
 

Correo de la Tarde (La Habana, 1857-[1858]). Periódico político, literario, económico y mercantil. Comenzó a salir el 31 de enero. José M. Labraña señala, en la página 659 de su trabajo «La prensa en Cuba» -aparecido en Cuba en la mano. Enciclopedia popular ilustrada (La Habana, Úcar, García, 1940, p. 649-786)-, que fueron sus fundadores Pedro Figueredo, Domingo Arozarena y José Quintín Suzarte. En el periódico sólo aparece el nombre de Suzarte como director-editor, desde el 20 de febrero hasta el 7 de mayo. Se publicaba diariamente. Entre el 7 de mayo y el 11 de noviembre no se específica ningún cargo de la publicación. Desde el 11 de noviembre presenta a José Quintín Suzarte como editor-director y a Tristán Medina como director de la sección moral. También aparecen José Fornaris y Juan Clemente Zenea en los folletines. Tuvo como colaboradores fijos, entre otros, a Ramón Vélez, Fernando Valdés Aguirre, Antonio Sellén y Francisco de Paula y Gelabert. Ofrecía editoriales que trataban sobre educación, política, ciencias y noticias sobre Cuba y España. Anunciaba las funciones artísticas de la época. Aparecieron en sus páginas, además, artículos sobre literatura, novelas extranjeras y relatos de costumbres. El último número revisado corresponde al 26 de diciembre de 1857. Carlos M. Trelles afirma, en la tercera parte de su trabajo «Bibliografía de la prensa cubana (de 1764 a 1900) y de los periódicos publicados por cubanos en el extranjero» -en Revista Bibliográfica Cubana (La Habana 2 (9): 155, may.-jun., 1938)-, que salió hasta el 16 de agosto de 1858.

BIBLIOGRAFÍA

«Correo de la Tarde», en Prensa de la Habana. La Habana, 5ª época, 16 (123): [3] may. 25, 1858.
 

Correo de las Damas (La Habana, 1811). Comenzó a salir en marzo con carácter bisemanal. Fueron sus fundadores y directores Simón Bergaño y Villegas y Joaquín José García. José M. Labraña señala, en la página 659 de su trabajo «La prensa en Cuba» -aparecido en Cuba en la Mano. Enciclopedia popular ilustrada (La Habana, Úcar, García, 1940, p. 649-786)-, que fue el primer periódico dedicado al bello sexo. Esta afirmación aparece en el prospecto que precede a la publicación: «En medio de este entusiasmo -señalan- no falta quien se acuerde del bello sexo, de esas criaturas mitades de hombres, semejantes a el en alma, pero no en la delicadeza de los órganos, y si en Cádiz se publica con destino a ellas un periódico de este mismo nombre, en Londres El Museo de las Sras. (The Lady's Museum). En los Estados Unidos de América el Porto-Follio y otros muchos de las distintas ciudades y otros cultos y libres, como ahora nosotros comenzamos a serlo, tenga la Habana, nuestra querida patria, esto más que hasta la presente no ha tenido» [sic]. A partir del 18 de mayo de 1811 aparece el lema «Miscuit utile & dulci». Publicó historias de mujeres sobresalientes y críticas sobre el teatro de la época. Tanto sus poesías como sus relatos y trabajos sobre educación, eran dedicados a la mujer. Colaboraron en sus páginas Feliza Bracal, José Antonio Puig y otros autores que firmaron con los seudónimos El terulito, Ramona Poncita, La dama tertuliana, etcétera. Con la salida del número 74 (correspondiente al 28 de noviembre de 1811) cesó su publicación.
 

Correo de Nueva York, El (NuevaYork, 1873-? ). Periódico bisemanal dirigido al continente americano. El primer número vio la luz el 3 de octubre. Fue editado en sus inicios por L. Lameda Díaz; posteriormente por J. G. Cadalso y, a partir del 9 de enero de 1875, por José de Armas y Céspedes. Esta publicación se fundó con el ánimo de difundir noticias mercantiles y comerciales para el continente suramericano, pero una vez que Armas y Céspedes se ocupó de la edición, comenzaron a aparecer poemas -en su mayoría del propio Armas-, traducciones del poeta Leopardi realizadas por Luis Alejandro Baralt y cuentos de escritores franceses. También desde esa fecha las noticias sobre la guerra cubano-española cobraron mayor importancia en las páginas del periódico. El último número revisado corresponde al 6 de marzo de 1875.
 

Correo de Trinidad (V. Corbeta Vigilancia)
 

Correo Habanero, El (La Habana, 1863-1864). Periódico literario, científico, crítico-burlesco y de modas. Fue su director-editor José Quintín Suzarte. Comenzó a publicarse semanalmente a partir del 1º de noviembre. Desde el 27 de noviembre de 1863 modifica su subtítulo por «Periódico literario, científico, y crítico y de modas». Presentó tres secciones independientes: «El correo habanero», «Correo de las darnas» y «Las avispas del correo». En ellas aparecieron leyendas, cuentos, novelas, crónicas de salones y de modas y variedades. También se publicaron en sus páginas críticas y sátiras, en prosa o verso, a los vicios, costumbres e injusticias sociales. Entre sus colaboradores figuraron Alfredo Torroella, Ramón Ignacio Arnao, José Fornaris, Francisco y Antonio Sellén, Gustavo A. Suzarte, Rafael María de Mendive y otros. Finalizó el 27 de marzo de 1864. Compilado por Araceli García-Carranza se publicó su índice en Índices de revistas cubanas. Siglo XIX (La Habana, Biblioteca Nacional José Martí. Depto. Colección Cubana, 1970, p. 321-349).

BIBLIOGRAFÍA

[García-Carranza, Araceli]. «El Correo Habanero (1963-1864)», en índices de revistas cubanas. Siglo XIX. Compilados por [...]. La Habana, Biblioteca Nacional José Martí. Depto. Colección Cubana, 1970, p. 317-319.
 

Correo Musical (La Habana, 1917-1918; 1928[Id?]). Revista. Comenzó el 1º de marzo, en forma quincenal, como «órgano del Conservatorio Nacional de Música la Habana». Era su director-propietario Huber de Blanck. Tenía como objetivos fundamentales «estrechar aún más las relaciones profesionales entre los que cultivan nuestro arte, cooperando en lo posible a enaltecer la cultura artística existente, y ofrecer, a la vez a nuestros favorecedores, una lectura fácil e interesante para el hogar». A mediados de 1918 varió su periodicidad a mensual. El último número (34) apareció en octubre de 1918. Diez años después, en noviembre de 1928 (número 35), «resurge a la luz pública, sin compromisos de ninguna clase», según se expresa en el artículo «En nuestro puesto», aparecido en el número mencionado, único revisado de esta nueva etapa. Además se señala en el mismo que la revista «aspira a ofrecer a sus lectores la más completa información sobre todos los conciertos, actos culturales, fiestas, veladas, exámenes, etc., etc., que se efectúen en todo el territorio nacional». Sus subtítulos la caracterizaban ahora como una «Publicación artística universal» y como una «Revista mensual ilustrada». Era editada por la Empresa Correo Musical, cuyo gerente era José Citarella, redactor en la etapa anterior de la revista. Entre sus más conocidos colaboradores se contaron Luis A. Baralt, José A. Rodríguez García, Agustín Acosta, Renée Méndez Capote, J. Joaquín Nin, Jesús J. López, Marcial Joroba (seud. de Tomás Jústiz y del Valle).
 

CORTINA, José Antonio (Guanajayabo, Guamutas, Matanzas, 19.3.1853-La Habana, 14. 11.1884). Cursó la enseñanza primaria en Cárdenas y el bachillerato en Matanzas (1867). En España realizó estudios de Derecho Administrativo, Civil y Canónico (1869-1873). Viajó por diversos países europeos y por los Estados Unidos. Perteneció a la Junta Central del Partido Autonomista (1879), en cuyas campanas políticas participó activamente. Se destacó como orador. Fue miembro de la Sociedad Económica de Amigos del País y de la Sociedad Antropológica, presidente de La Caridad del Cerro, del Liceo de La Habana y de la Sección de Literatura del Liceo de Guanabacoa. Fundó en 1877 la Revista de Cuba, de la cual fue director hasta su muerte. Dejó un tomo de poemas titulado Ecos perdidos (publicado por Luis A. de Arce en su José Antonio Cortina: época y carácter. 1853-1884, p. 191-280). Publicó folletos relacionados con su profesión.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Arce. Luis A. de José Antonio Cortina: época y carácter. 1953-1884. La Habana. Editorial selecta, 1953.| Carbonell, José Manuel. «José Antonio Cortina (1852-1884)», en su La oratoria en Cuba. Recopilación dirigida, prologada y anotada por [...]. T. 2. La Habana, IMP. Montalvo y Cárdenas, 1928,p. 153-155 (Evolución de la cultura cubana. 1608-1927, 8).|Cárdenas, Justo José de. «José Antonio Cortina», en Revista de Cuba. La Habana, 16: 462, 464, 1884.| Cruz, Manuel de la. «José Antonio Cortina», en su Literatura cubana, Madrid, Editorial Saturnino Calleja, 1924, p. 241-245 (Obras de Manuel de la Cruz, 3).| Méndez Capote de Solís, Renée. «José Antonio Cortina», en su Oratoria cubana. Ensayos. La Habana, Imp. Editorial Hermes, 1927, p. 115-117.| Mesa Rodríguez, Manuel I. José Antonio Cortina y Sotolongo. La Habana, Úcar, García, 1936.| Sanguily, Manuel. «José Antonio Cortina el día de su entierro», en su Nobles memorias. La Habana, A. Dorrbecker, Impresor, 1925, p. 75-81 (Obras de Manuel Sanguily, l).| Tejera, Diego Vicente. «José Antonio Cortina. Su muerte», en su Un poco de prosa. La Habana, El Fígaro, 1895, p. 13-21.
 

COS CAUSSE, Jesús (Santiago de Cuba, 15. 10.1945). De familia humilde, trabajó desde Pequeño mientras cursaba la primaria. A Partir de 1959 se incorporó a diversas tareas laborales y políticas de la Revolución. En 1962 obtuvo una beca que le permitió hacerse bachiller y seguir cursos de agronomía en el Instituto «Rubén Martínez Villena». Ha viajado por la U.R.S.S., Vietnam, Corea y R.P. China. Su obra poética ha obtenido menciones en diversos concursos y ha alcanzado premio en el Concurso Nacional de los CDR (1967) y en la Semana de la Poesía en Oriente (1968). Su libro Con el último violín ganó el premio de poesía en el Concurso 26 de Julio en 1970. Codirector del Boletín del Poeta (Santiago de Cuba) «Ha publicado también en El Caimán Barbudo, OCLAE, La Gaceta de Cuba, Unión, Santiago y Revolución y Cultura. Es responsable general de la Sección de Literatura de la Columna juvenil de Escritores y Artistas de Oriente y miembro del consejo de redacción de la revista literaria Columna. Trabaja en el Depto. de Literatura del Consejo Nacional de Cultura en Oriente.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Con el mismo violín. Poesía. Lit Habana, Dirección Política de la FAR, 1970.| El último trovador. Poesía. La Habana, UNEAC, 1975.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Castellanos, Ángela. «Las amas de Cos Causse», en Santiago. Santiago de Cuba, (9): 183-188. dic., 1972.| López Morales, Eduardo. «Libros. Con la ventana abierta», en Juventud Rebelde. La Habana,: 2, feb. 24, 1971.| Querejeta, Alejandro. «Con el mismo violín de Cos Causse», en Sierra Maestra. Santiago de Cuba, feb. 10, 1971.| Santana, Joaquín G. «La poesía, canción y documentos» [Sobre El último trovador], en Bohemia, La Habana, 6 (47): 28, nov. 11, 1975.
 

COSSÍO WOODWARD, Miguel (La Habana, 17.4.1938). Cursó estudios primarios y secundarios en su ciudad natal. Graduado de comercio en la escuela San Agustín. Fue profesor ayudante de la cátedra de economía de la Universidad de la Habana (1966). Delegado al Congreso Cultural de La Habana (1968). Ha viajado por Venezuela, México y Perú. En 1970 obtuvo el premio de novela Casa de las Américas con Sacchario. Es director de educación, ciencia y cultura de la Junta Central de Planificación.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Sacchario. La Habana, Casa de las Américas, 1970; 2ª ed. La Habana, Instituto Cubano del Libro, 1972.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Fornet, Ambrosio. «A propósito de Sacchario», en Casa de las Américas. La Habana, 11 (64): 183-186, ene.-feb. 1971.| Menton, Seymour. «Miguel Cossío Woodward. Sacchario [...]», en Revisa Iberoamericana. Pennsylvania (EE.UU.), 38 (78): 164-166, ene.-mar., 1972.
 

COSTALES, Esther (La Habana, 8.9.1907). Cursó la enseñanza primaria en el Instituto Gloria Allo. Durante tres años recibió clases particulares de Gabriel García Galán. Dejó inconclusos sus estudios de piano y pintura. Trabajó en el Departamento de Prensa del Ministerio de Agricultura (1938-1945). Fue locutora y tuvo a su cargo diversos programas de radio y televisión, uno de los cuales, «Cortando el aire», fue premiado por la ACRIT como el más destacado programa de comentarios de radio y televisión. En 1945 la Escuela Profesional de Periodismo «Manuel Márquez Sterling», le otorgó el Certificado de Aptitud Periodística Profesional. Fue redactora de Romances, Cinema, Revista de Agricultura, Boletín agrícola para el campesino cubano, La Prensa, Acción, Trabajo, Tierra Libre, Zig-Zag. Sus cuentos, poesías y artículos han aparecido en las publicaciones cubanas Carteles, Bohemia, El País Gráfico, Bazar, Cúspide, Opiniones Libres, El Pueblo, Vanidades, Atenea, Tierra Libre, Cervantes, Cátedra, El País, El Mundo, Diario de la Marina, La Publicidad, Islas, Tiempo, Personalidad y Cultura Mental, y en las extranjeras Reconstrucción Social y Heraldo de Sonsonate (El Salvador), Atalaya (Colombia), Centinela (Panamá), Cultura Sexual y Física (Argentina), Sus cuentos «La cicatriz» y «El silencio» fueron premiados en concursos convocados por las revistas Atalaya y Alfa, respectivamente. Ha ofrecido conferencias y lecturas de cuentos y poesías en la II Feria del Libro, el Círculo de Amigos de la Cultura Francesa, la Universidad de la Habana y en otras instituciones. Es autora de Alimentación a base de productos agrícolas cubanos (La Habana, Ministerio de Agricultura. Dirección de Agricultura. Oficina de Cultivos de Emergencia, 1943). Prólogo Plenitud, de Luis Duque, y Alborada, de Sabina Moliner.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Del rosal de María Luz. Poesías. La Habana [193-].| Lo eterno. Poesías. La Habana, Editorial Argos, 1940.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Agudelo, Gilberto. «Esther Costales», en Atalaya. Manizales (Colombia), (79): 7.13, abr., 1941.| Arango, Roberto. Lo eterno, de Esther Costales, en ¡Alerta! La Habana, 7 (34): 3, feb. 8, 1941.| Arocena, Berta. «Una voz de mujer. Nacionalismo en la alimentación», en El Mundo. La Habana, 40 (13 292): 6, mar. 23, 1943.| Coballa, Rosa América. «Esther Costales de Verdura, poesía y emoción hecha mujer», en Pueblo. La Habana,: 5, jun. 26, 1956.| «Lo eterno, por Esther Costales [...]», en Claridad. Buenos Aires, 20, 20 (346): 139-140, ene.-abr., 1940.| Giró, Enrique A. «Esther Costales [...]». en Hechos. La Habana, 2 (17): 34-36, oct., 1953.| Ituarte, Manuel. «Una entrevista con Esther Costales», en Razón en el Mundo. La Habana, 4 (40): 5-7, feb., 1957.| López, Pedro Alejandro. «Atisbos. Lo eterno», en El Mundo. La Habana, 39 (12 626): 4, ene 31, 1941.| Musal, Manuel. «En torno a Lo eterno» en Pueblo. La Habana, 5 (1 168): 5, mar. 11, 1941.| Otero, Ernestina. «Esther Costales», en Mañana. La Habana, 2º época, (247): 2, oct. 20, 1948.
 

COSTALES Y GOVANTES, Manuel (La Habana, 24.10.1815-.Id. 22.3.1866). Realizó estudios en los Padres Escolapios y en el Seminario de San Carlos. Se graduó de Bachiller en Leyes (1833) y de Abogado (1839). Enseñó filosofía, física y derecho patrio. Llegó a ser profesor del Seminario de San Carlos. Miembro de la Sociedad Patriótica (1840), de la cual fue nombrado socio de mérito en 1849. En 1860 fue elegido director de la Sociedad Económica de Amigos del País. Cofundador de La Siempreviva (1838). Coeditor durante algunos años del Aguinaldo Habanero y del Álbum Religioso para los Niños. Codirigió Siglo XIX y Flores del Siglo. Fue redactor de El Faro Industrial y de La Administración. También colaboró en Diario de la Habana, El Artista, Cuba literaria y Los cubanos pintados por sí mismos (la Habana, Imp. de Barcina, 1852). Su Memoria sobre construcción y traslación de los rastros, presentada al Ayuntamiento de La Habana, fue premiada con medalla de oro. Su Libro de lectura para los niños (ocho ediciones entre 1846 y 1867) fue recomendado por la Sección de Educación de la Sociedad Económica. Su obra Educación de la mujer alcanzó siete ediciones (1852-1884).

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Biografía del señor D. José Agustín Govantes. La Habana, Imp. de V. Torres, 1846.| Literatura.

¿Es opuesta a la gloria del escritor la retribución del trabajo literario? La Habana, Imp. de Torres, 1847. D Elogio del Dr. Tomás Ramay, médico honorario de la Real Cámara, socio de honor y de mérito de la Sociedad Económica de Amigos del País. Leído en la junta General y pública del 15 de diciembre de 1849. La Habana, Imp. del Gobierno, 1850.| Nota biográfica del Licenciado D. Juan Francisco Funes. La Habana, 1950.| Florentina. Escenas sociales. La Habana, Imp. del Tiempo, 1856; 2ª ed. Matanzas, Imp. El Yumurí, 1856.| Causa criminal contra el negro criollo, esclavo, Diego Nagle por homicidio al mayoral D. Julián Martínez. La Habana, Imp. del Tiempo, 1859.| Causa criminal contra el pardo libre José Gregorio González por tres homicidios consumados, dos frustrados, incendio y resistencia a la autoridad. La Habana, Imp. de Próspero Massana, 1859.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Eléctico, El, seud. de José Zacarías González del Valle. «Comunicado. Filosofía» [I y II], en Diario de la Habana. La Habana (233 y 236): 2 y 2, ago. 11 y 24. 1838, resp.| Piñeyro, Enrique. «Aguinaldo Habanero, por Manuel Costales» y «Manuel Costales», en Revista del Pueblo. La Habana, 2ª época,: 81-82 y 90, mar. 15 y 30, 1866, resp.
 

COSTUMBRISMO El término costumbrismo designa aquella forma de la literatura realista, característica de la burguesía en ascenso, que se preocupa por retratar y describir los tipos representativos de esa misma clase y sociedad. En todas lo etapas y géneros de la literatura se han dado eventuales descripciones de costumbres, de modos de existencia colectiva y de personajes representativos de las diversas clases sociales. Entre nosotros el Espejo de paciencia (1608) es un excelente resumen de costumbres criollas. Pero el costumbrismo, como género, como forma peculiar de expresión literaria con caracteres propios, no aparecerá sino con el auge de la burguesía. Así ocurrió en la Europa realista de Balzac y de Charles Dickens, con la proliferación de colecciones de artículos titulados Los franceses pintados por sí mismos, Los españoles pintados por sí mismos, etcétera. Lo que ocurre es que, en el proceso de la literatura romántica, el movimiento realista, que le es coetáneo, significa la vista puesta en los tipos característicos de la sociedad burguesa. Esto se hace con un doble objeto: por una parte, es la satisfacción de pintarse a sí mismos los miembros de esta sociedad y de la clase hegemónica, la burguesía, y por otra, el propósito de corregir ciertos errores sociales, determinadas costumbres, en beneficio de la propia clase burguesa. Cuando en Cuba alcanza madurez la clase burguesa de terratenientes cubanos, a fines del siglo XVIII, adquiere también conciencia de sus tipos y de sus costumbres sociales y comienzan sus escritores a descubrirlos y describirlas en los primeros periódicos del país. En el Papel Periódico, la figura más importante de costumbristas será Manuel de Zequeira y Arango, que hizo, en prosa y verso, felices pinturas de tipos y costumbres en artículos firmados con su nombre o con transparentes anagramas como Armenau Queizel, Ezequiel Armuna, Izmael Raquenue, Enrique Agulema, etcétera.

Una de las primeras colecciones de artículos de costumbres que poseemos es la publicada en 1840, con el nombre de Escenas cotidianas, de Gaspar Betancourt Cisneros, El Lugareño. Después del libro de Gaspar Betancourt Cisneros, tenemos la colección de artículos satíricos y de costumbres, del año 1847, publicada por José María de Cárdenas y Rodríguez, que se firmaba con el seudónimo de Jeremías de Docaranza. Estos artículos ya están mucho más influidos por Balzac.

Pero los costumbristas van poniendo poco a poco el dedo en la llaga sobre ciertas cuestiones fundamentales, sobre todo cuando ponen su vista en la raíz de la economía cubana: la caña de azúcar, los ingenios y los esclavos. Anselmo Suárez y Romero, no sólo en su novela Francisco, sino en sus artículos de costumbres, hace una aguda descripción de la vida en el campo y especialmente en los ingenios. Algunos escritores hacen estas descripciones con pretensiones científicas, como es el caso de don Antonio Bachiller y Morales. Bachiller es un erudito que ha estudiado a Cuba primitiva, ha estudiado también la presencia del negro en Cuba y no deja de tener siempre una actitud científica, erudita, en sus artículos de costumbres. No es propiamente un costumbrista como Jeremías de Docaranza, como El Lugareño, como Suárez y Romero, como Francisco de Paula Gelabert, como Juan Francisco Valerio, que son gentes que gozan con la pintura de las costumbres y de los tipos locales. Aparece ya el erudito, el científico, el hombre que trata de encontrar, detrás de la apariencia, la esencia de las cosas. Hay un grupo de hombres de este tipo que colaboraron en periódicos con algunas cosas de tipo costumbrista, pero que, en realidad, son más bien científicos preocupados por lo que hay detrás del tipo pintoresco. Uno de ellos es nada menos que Felipe Poey, la figura mas alta de la ciencia cubana en la segunda mitad del siglo XIX.

Los autores propiamente costumbristas son José Victoriano Betancourt, Anselmo Suárez y Romero, Francisco de Paula Gelabert, Juan Francisco Valerio, Luis Victoriano Betancourt, etcétera. Julián del Casal, en pleno Modernismo, escribió una serie de artículos que no son Propiamente artículos de costumbres, ya que constituyen una sátira social más aguda y directa, personal inclusive, antes que una pintura genérica, de tipos.

Sobre todos los costumbristas publicó Emilio Roig de Leuchsenring una serie de estudios, recogidos en cuatro tomitos de la Colección Histórica Cubana y Americana(1962), que son excelentes para conocer todo el proceso del costumbrismo en Cuba. Roig fue siempre un devoto del costumbrismo, y él mismo contribuyó a la literatura de costumbres. Su primer libro es una colección de artículos de costumbres publicado en San José de Costa Rica, con prólogo de José María Chacón y Calvo, titulado El Caballero que ha perdido su señora (1923). Roig usó diversos seudónimos: El Curioso Parlanchín, Uno que lo sabe, Enrique Alejandro de Hermann y varios otros en las revistas Carteles y Social, en la que publicó sus artículos de costumbres. En los cuatro volúmenes ya mencionados, publicados por la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, se encuentra la nómina completa del costumbrismo, incluyendo los libros, los periódicos, las antologías y los principales costumbristas de Cuba.

El primer álbum de costumbristas, titulado Los cubanos pintados por sí mismos. Colección de tipos cubanos (La Habana, Imp. y Papelería de Barcina, 1852), es una colección de artículos de diversos autores (Zequeira, Cárdenas y Rodríguez, José V. Betancourt, etcétera), recogidos y prologados por un editor español. Pero lo interesante es que este español -Blas San Millán-, realizó su colección de artículos partiendo del concepto correcto de la estrecha relación entre el costumbrismo y la conciencia de la nacionalidad.

«Las naciones -dice San Millán en la Introducción de su libro- son como los individuos; el menor sarcasmo extrangero [sic] hiere agudamente nuestra nacionalidad, y no perdonamos a los que no nacieron en nuestro suelo, que con verdad o sin ella nos zahieran, ni aun siquiera que nos aconsejen.» Y añade más adelante: «Los cubanos han querido también pintarse a sí mismos y sin duda por los mismos motivos que han impulsado a franceses y españoles y que hemos tocado más arriba, tanto en bien como en mal, manifestar lo que valen: su intento no es formar caricaturas, sino retratos de tipos dados y esactos [sic], no individualidades, sino fenómenos generales de la población y de sus costumbres en cada clase; esto les hará tropezar algunas veces con las ridiculeces; ¿y en dónde no abundan? Pero delineados los usos, los rasgos característicos, las profesiones, todas las maneras de vivir a que nos sugetan [sic] las condiciones precisas de cuanto nos rodea, con mano ligera, y con esa candidez franca a quien no ruboriza ni el elogio ni el vituperio propios cuando son verdaderos, se tendrá un cuadro agradable, un espejo sincero en que nos miremos y por el que podremos rehacer algún rizo que se desbarate el peinado, o estirar alguna arruga de la corbata.»

Naturalmente que Blas San Millán no era un separatista cubano ni mucho menos, pero se daba cuenta de que los cubanos querían, como los franceses, como los españoles, etcétera, pintarse a sí mismos para mostrar su diferencia del resto de la humanidad, y acepta que esto sea así, y da una explicación correcta del costumbrismo y de su significación nacionalista. Este álbum primero está ilustrado con grabados de José Robles sobre dibujos de Víctor Patricio de Landaluze.

El segundo álbum, titulado Tipos y costumbres de la Isla de Cuba, editado en La Habana por Miguel de Villa, en 1881, ilustrado también por Landaluze, tiene un prólogo de don Antonio Bachiller y Morales en el cual subraya con gran justeza la significación del costumbrismo, y cómo va evolucionando desde los días del Papel Periódico hasta los momentos en que se edita este álbum. Bachiller señala la influencia del costumbrismo español y muestra cómo los costumbristas cubanos imitaron más a Mesonero Romanos que a Larra. La razón es obvia: Larra es un escritor esencialmente político y comprometido; Mesonero Romanos, por el contrario, es un amable contador de cuentos de la clase media española, muy simpático, exquisito escritor, pero no plantea problemas, no es un crítico mordaz de la situación existente, como lo fuera Larra. De aquí que los escritores cubanos, que eran los exponentes de la manera de ver la realidad de la clase dominante burguesa, prefieran imitar al amable Mesonero Romanos y no al atrevido Fígaro. Sin embargo, a veces la sombra de Larra pasa por más de un escritor de estos años, en los que también está presente la actitud del erudito, del historiador, del investigador, como en Enrique Fernández Carrillo y en el propio Bachiller y Morales.

Es muy comprensible que este gran álbum, que fue el «canto del cisne» del costumbrismo, fuera, al mismo tiempo, un primer intento de acercarse a lo pintoresco, a lo típico, con un sentido científico, con sentido de folclore. Se pudiera decir que en este álbum están las bases de los estudios folclóricos posteriores en Cuba. Porque aquí -lo que no ocurría en el álbum del 1852- ya se pretende dar razones científicas de cosas que antes pasaban inadvertidas. Es el momento positivista, científico, sociológico, folclorista de nuestra evolución cultural. Es al mismo tiempo, un momento en el cual se va a ir integrando cada vez más la conciencia de una pequeña burguesía de profesionales y, sobre todo, una clase nueva de artesanos, de trabajadores, una clase proletaria que comienza lentamente a tener conciencia de sí, que comienza a ser una clase en sí y se apresta a reclamar, la hegemonía en el movimiento histórico.

Sin embargo, esta hegemonía no va a lograrse entonces. Tendrá que transcurrir mucho tiempo para que esta clase en sí se convierta en una clase para sí y pueda culminar en una revolución triunfante. Pero es indudable que todos estos hombres que integraron el movimiento costumbrista, que lo hicieron desde el ángulo literario, y también desde el punto de vista plástico, son factores importantísimos en la formación de la conciencia cubana.

El costumbrismo durante el período republicano -de Emilio Roig de Leuchsenring a Eladio Secades- es apenas un eco del gran movimiento que se iniciara en el siglo XVIII y culminara en el XIX. Expresa ahora la decadencia de la clase que lo engendrara, la burguesía, y va perdiendo, por ello, profundidad y amplitud, hasta su total extinción en los momentos presentes.

BIBLIOGRAFÍA

Bueno, Salvador. Policromía y sabor de costumbristas cubanos. Santiago de Cuba, Universidad de Oriente. Depto. de Extensión y Relaciones Culturales, 1953.|Portuondo, José A. «Landaluze y el costumbrismo en Cuba», en Revista de la Biblioteca Nacional José Martí. La Habana, 3ª época, 63, 14 (1): 51-83, ene.-abr., 1972.| Roig de Leuchsenring, Emilio. La literatura costumbrista cubana de los siglos XVIII y XIX. La Habana, Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, 1962. 4 v. (Colección histórica cubana y americana, 23-26).
 

COVARRUBIAS, Francisco (La Habana, 5.10. 1775-Id., 22.6.1850). Recibió una esmerada educación primaria. Estudió latín, filosofía, cirugía y anatomía. Trabajó como médico cirujano en un ingenio. Desde muy joven comenzó a actuar en comedias caseras, hasta que abandonó la medicina por la escena (1800). Actuó en los principales teatros de La Habana, Matanzas, Cienfuegos y Trinidad. Se le consideró el actor más popular de su época. Como autor, a partir de 1810 comenzó a escribir una o dos obras por año ninguno de cuyos textos ha llegado hasta nosotros. Se le considera el creador del llamado género chico cubano, al adaptar a nuestro ambiente los pasos, sainetes y entremeses españoles. En sus obras solía intercalar canciones (generalmente décimas) que alcanzaban gran popularidad. Entre los títulos de sus obras se mencionan El peón de tierra adentro, La valla de gallos, Las tertulias de La Habana (1814), La feria de Carraguao (1815), Este sí que es chasco (1816), Los velorios de La Habana (1818), El tío Bartolo y la tía Catana (1820), El montero en el teatro (1829), El gracioso sofocado, ¿Quién reirá último?; o Cual más enredador, Los dos graciosos, No hay amor si no hay dinero, El forro del catre. Se retiró del teatro en 1847.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Larrondo y Maza, Enrique. Francisco Covarrubias, fundador del teatro cubano. La Habana, Cultural: 1928.| Millán, José Agustín. Biografía de Don Francisco Covarrubias, primer actor de carácter jocoso de los teatros de La Habana. La Habana, Imp. del Faro, 1851.| Teurbe Tolón, Edwin y Jorge Antonio González «Francisco Covarrubias, creador del género vernáculo cubano», en su Historia del teatro en La Habana. La Habana, Universidad Central de Las Villas, Depto. de Publicaciones, 1961, p. 74-85.
 

CRESPO FRANCISCO, Julio (Zaza del Medio, Las Villas, 18.12. 1935). Comenzó el bachillerato (1950) en el Instituto de Sancti Spíritus, en su provincia natal, pero tuvo que interrumpirlo para desempeñar distintos trabajos. De 1964 a 1966 estudió en la Facultad Obrera Campesina de la misma ciudad. Obtuvo el premio de cuento en el concurso «13 de Marzo» (1972) con Personajes de tu andar: historia y los de poesía en el David 1972 con A párrafo francés y en el concurso de literatura infantil «La Edad de Oro» (1973) con Haré un puente largo. En el concurso 26 de Julio de 1973 obtuvo mención por su libro de cuentos Coordenadas. Ha colaborado en Santiago, Boletín Literario Provincial (CNC, Las Villas), El Caimán Barbudo, La Gaceta de Cuba. Pertenece al Consejo de Redacción de Línea (Sancti Spíritus). Es presidente de la Brigada «Hermanos Saíz» de Las Villas. Desde 1962 trabaja en la biblioteca «Rubén Martínez Villena» de Sancti Spíritus. A partir de 1971 desempeña el cargo de Director Regional de Literatura del Consejo Nacional de Cultura.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

A párrafo francés. La Habana, UNEAC, 1973.| Personal. es de su andar: historia. Cuentos. La Habana, Comisión de Extensión Universitaria de La Habana. Depto. de Publicaciones [1973].| Haré un puente largo... [Poesía infantil]. La Habana, Editorial Gente Nueva, 1974.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Branly, Roberto. «Un autor habla de sus personajes o más bien de la historia» [Entrevista], en Juventud Rebelde. La Habana,:2, jul. 17, 1972; «De cuentista a Poeta», en Juventud Rebelde. La Habana,:3, oct. 3, 1972.| González, Elíseo. «Personajes de tu andar: historia» en El Caimán Barbudo. La Habana, 24 época (73): 30-31, dic., 1973.| «Premio David de poesía» en El Caimán Barbudo, La Habana, 24 época (61): 26, oct., 1972.
 

CRESPO Y BORBÓN, Bartolomé José (El Ferrol, Galicia,?. 1811-La Habana,?. 1871). Hizo sus primeros estudios en el colegio gimnástico-militar de su ciudad natal. Vino a La Habana en 1821 recomendado al comandante general de la Marina, Ángel Laborde, quien facilitó su ingreso en el Colegio de Carraguao, donde fue discípulo, entre otros profesores, de Luz y Caballero. Se graduó de bachiller en el Seminario de San Carlos y pasó a la Real y Pontificia Universidad donde estudió economía política y algunos años de Medicina. Muy joven aún (1826) comenzó a colaborar en publicaciones periódicas. Colaboró en El Nuevo Regañón de la Habana, El Plantel, Noticioso y Lucero, La Mariposa, La Gaceta, La Prensa, El Faro Industrial, Diario de la Marina. Estuvo al frente de una academia mercantil y se dedicó, además, a dar clases privadas. Inventó una máquina para fabricar abanicos. Sus piezas teatrales, donde se recoge el habla típica del pueblo, son un antecedente de nuestro teatro popular. Utilizó el bozal, lenguaje de los negros africanos. Calcagno cita como suya la pieza La muerte de Duelos, de la que no se conoce la edición. Es autor además de Cartas a Simón Mancaperros, bajo el título El Moro Ben Nanmi. Su obra A que me paso por ojos; o, Apuros de Covarrubias fue puesta en escena por el propio Covarrubias en 1840. Su obra Los pelones fue representada con el título la Mecontent; o, Los pelados arrepentidos. Firmó con los seudónimos Lindoro, El Caricate habanero, La sirena cubana, Waltero, Luis de Borbón. Sus más conocidos seudónimos son El anfibio y Creto Gangá.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

El chasco; o, Vale por mil gallegos el que llega a despuntar. Comedia en un acto. La Habana, Imp. José Mª. Palmer, 1838. 11 Los pelones. Sainete. La Habana, Imp. de Oliva, 1839.| El látigo del anfibio. Colección de sus poesías satíricas. Dedicadas a los extravagantes. La Habana, Imp. del Comercio, 1839-1840, 8 cuadernos.| Laberintos y trifucas de canavá. Veraero hiloria en veso de lo que pasó a yo Creto Gangá y nengrita mio Francisca lucumí en la mácara, cuentá por yo memo. Parte primero. Segundo erisión. La Habana, Oliva, 1846.| Un ajiaco; o, La boda de Pancha Jutía y Canuto Raspadura. Juguete cómico. La Habana, Oliva, 1847.| Carta de Creto Gangá a su mujer Frasica Lucumi (q.e.p.d) sobre el médico chino. La Habana, Imp. de Oliva, 1847.| Las habaneras pintadas por sí mismas en miniatura. La Habana, Imp. de Oliva, 1847. | Fiestas con motivo de la llegada del Excmo. Sr. D. José de la Concha. La Habana, 1854.| Gagandisma y sobreinsaliente baile de gente de colore en la Grurieta de Marinabo, la noche de vinticuatro de angoto diete mismo saño de la Siñó y de la rinvueltura de la mundo. Dincrinsión jecha por la negro bosale, Cuñusio po Creto Gangá. La Habana, Imp. «El Iris», 1863.| Debajo del tamarindo. Juguete cómico-lírico en dos cuadros. La Habana, Imp. «La Honradez», 1864.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Andueza, J[osé] M[aría] de. «El chasco; o, Vale por mil gallegos el que llega a despuntar, comedia en un acto, original, de don Bartolomé José Crespo», en su Isla de Cuba pintoresca, histórica, política, literaria, mercantil e industrial. Recuerdos, apuntes, impresiones de dos épocas. Madrid, Boix, 1841, p. 86-90.| Cruz, Mary, Creto Gangá. Pról. de José Antonio Portuondo. La Habana, Instituto Cubano del Libro, 1974.| Huerta, J. G. de la. «Las habaneras pintadas por sí mismos. Su autor don Bartolomé José Crespo» en La Prensa. La Habana, 5, 2ª época (220). [3] oct. 7, 1847. | Roig de Leuchsenring, Emilio. «Bartolomé José Crespo», en su La literatura costumbrista cubana de los siglos XVIII y XIX. Los escritores. La Habana, Oficina del Historiador de la Ciudad, 1962, p. 111-118 (Colección histórica cubana y americana, 26).| X, seud. de ?. «Crítica literaria. Las habaneras pintadas por sí mismas en miniatura. Su autor D. Bartolomé J. Crespo.[...]», en Faro Industrial de la Habana. La Habana, 7 (210): [1-21] ago. 29, 1847.
 

CRIOLLISMO Término con que se conoce en nuestra literatura el tratamiento de temas y motivos vernáculos relacionados con el campesinado. Se manifiesta primordialmente en la lírica y en la narrativa, aunque, atendiendo al aspecto cronológico, no existe coincidencia en la plenitud de sus respectivos desarrollos (mediados del siglo XIX en la lírica; tercera y cuarta décadas del siglo XX en la narrativa). Las primeras manifestaciones criollistas entre nosotros se producen paralelamente al surgimiento del romanticismo; pero debido a las circunstancias históricas por las que atravesaba el país, la tendencia, rebasando los marcos meramente literarios, deviene en una indagación e interpretación de nuestra incipiente nacionalidad, en un planteamiento de «cubanía» por parte de nuestros artistas, los cuales se unen, con ello, al común empeño que distintas figuras se planteaban en otros órdenes de la vida nacional. Literariamente, este paulatino asentamiento de nuestra personalidad se había manifestado ya en la elección de la espinela por parte del campesino como forma propia de expresión en detrimento del romance, típica forma popular española. Por ello, ya desde los primeros empeños criollistas, debidos a Francisco Pobeda y Armenteros (1.796-1881) y Domingo del Monte (1804-1853), se hace evidente que la forma llamada a imponerse como cauce idóneo para la expresión del tema resultaría la decimista, representada por Pobeda, mientras apenas encontraron eco popular los romances cubanos cultivados por Domingo del Monte, aunque es oportuno señalar que no faltan ejemplos de romances en la producción de tipo criollista de nuestros principales poetas cultos de la época, algunos de los cuales -como acontece con Ramón Vélez Herrera- vertieron en este molde sus mejores composiciones («La pelea de gallos», «La flor de la pitahalla»).

En nuestro medio, el criollismo se encuentra íntimamente ligado a otro movimiento -el siboneyismo-, al que se adscriben prácticamente los mismos poetas que se acercaron al criollismo. Dentro de esta última tendencia fueron sus principales cultivadores -aparte de los ya citados Francisco Pobeda y Armenteros y Domingo del Monte- Ramón de Palma («La carrera de patos» «La dama cubana»), que en sus Cantares de Cuba (1854) realizó uno de los primeros estudios sobre nuestra poesía popular; Ramón Vélez Herrera, quien a las composiciones antes citadas une su leyenda poética «Elvira de Oquendo; o, Los amores de una guajira». Miguel Teurbe Tolón, con sus Leyendas cubanas (1856), y los dos principales escritores del movimiento siboneyista, José Fornaris y Joaquín Lorenzo Luaces, coeditores de La Piragua, revista que fue portavoz del movimiento. Luaces, en una zona de su poesía, es autor de varias glosas campesinas, así como de una serie de romances («La guajira coqueta», «El tuerto de Guanajay», etcétera) y de algunas tradiciones cubanas, entre las que se destaca «La cruz de la serventía», no incluida en las distintas ediciones que de sus poesías completas se han realizado; también en sus «Anacreónticas cubanas» encontramos elementos criollistas, los cuales introduce el autor en su romántico empeño por cubanizar el género. Fornaris, más conocido como, cabeza del movimiento siboneyista (Cantos del siboney, 1855), incursionó con mejor fortuna en el criollismo, donde logró algunos romances aceptables como «Las palmas» y «La madrugada en Cuba». Pero sería El Cucalambé (seud. de Juan Cristóbal Nápoles Fajardo), una de las más enigmáticas personalidades de nuestra literatura, la figura que mejor expresaría la tendencia y el único que alcanzó en ella una genuina identificación con los hombres de nuestro campo, que le ha valido mantener una popularidad indeclinable entre ellos a través de más de un siglo (es sabido que numerosas décimas de El Cucalambé son cantadas por nuestros «guajiros», quienes las consideran anónimas, frutos de la entraña popular). El libro de Nápoles Fajardo, Rumores del Hórmigo (1856), conoció ya en el siglo XIX varias ediciones y ha permanecido como la obra más representativa de esta tendencia en nuestra lírica.

Aparte de Luaces, algunos de nuestros poetas románticos mayores nos han legado composiciones de tipo criollista. José Jacinto Milanés cultivó el romance antiesclavista en «El negro alzado» y es autor de varias glosas («El sinsonte y el tocoloro», «Adiós al tiple», «La muchacha bailadora», etcétera), de tono ligero, a veces humorístico. Plácido (seud. de Gabriel de la Concepción Valdés), con sus poemas «Al Yumurí» y «Al Pan», antecede a Fornaris en el tratamiento de temas indigenistas y denota cierta influencia del criollismo en sus letrillas, aunque éstas no pertenecen propiamente a esta tendencia.

En la prosa, el criollismo no tuvo en el siglo XIX igual fuerza significativa que en nuestra lírica, y aunque elementos criollistas puedan encontrarse fundamentalmente en la producción de nuestros costumbristas, esta última tendencia (véase COSTUMBRISMO) posee características muy definidas que la hacen ajena de modo substancial al movimiento criollista. En cambio, el segundo momento de esplendor de la tendencia criollista en nuestra literatura se expresa básicamente en prosa a través de un grupo de narradores encabezados por Luis Felipe Rodríguez, su figura más representativa. Un antecedente de la cuentística de tema campesino cultivada por este autor se encuentra en la producción de Jesús Castellanos reunida en el volumen De tierra adentro (1906), pero ambos autores difieren raigalmente en el tratamiento de la realidad reflejada en sus obras. Mientras en Castellanos el acercamiento al campesino resulta externo y éste es siempre observado con cierta indulgencia por parte del intelectual que se digna descender a él y hacerlo personaje de su obra, Luis Felipe Rodríguez va mucho más allá y, al identificarse plenamente con el destino de nuestros hombres de campo, bucea en las raíces de sus males hasta poner al desnudo la causa de sus penas en libros tan fundamentales para nuestra cuentística como La pascua de la tierra natal (1928) y Marcos Antilla (1932), o en su novela La conjura de La Ciénaga (1924), reelaborada y publicada más tarde con el título de Ciénaga (1937). Con su obra, Luis Felipe Rodríguez incorporó nuestra narrativa al movimiento criollista que se desarrollaba paralelamente en la América Latina y que produjo obras de la significación de La vorágine, Los de abajo o Doña Bárbara, por citar tan sólo los tres grandes clásicos del momento criollista en la novela latinoamericana del siglo XX. A su vez, Luis Felipe Rodríguez abre una senda en nuestra cuentística que sería la más transitada entre nosotros durante la tercera y cuarta décadas del presente siglo. Cultivadores de talla dentro de la tendencia fueron, entre otros, Dora Alonso, Carlos Fernández Cabrera, Raúl González de Cascorro, Carlos Enríquez -autor de una de las novelas más representativas del movimiento, la plástica Tilín García (1939)-, Samuel Feijóo (Juan Quinquín en Pueblo Mocho, 1964). Sin embargo, el apego a un naturalismo estrecho y la reiteración de técnicas anquilosadas, como sucede en Tierra inerme (1961), de Dora Alonso, fueron minando la tendencia, que tuvo en Onelio Jorge Cardoso -en determinada etapa de su obra- un último gran cultivador, que pudo, gracias a su gran fuerza creadora, rebasar los estrechos cauces por los que ésta discurría.

Ya dentro de la narrativa posrevolucionaria, sólo esporádicamente encontramos algunos ejemplos que sigan los patrones del tipo de narración criollista acuñado por Luis Felipe Rodríguez, al cual se ciñen, grosso modo, las ya citadas obras de Dora Alonso y Samuel Feijóo. El tratamiento de la temática campesina por autores más jóvenes, que no ha dejado de ser cultivada en la actual narrativa, discurre, sin embargo, por vías renovadoras, distintas a las que imperaron en el momento de esplendor de la tendencia que hemos dejado bosquejada.
 

CRISTÓBAL PÉREZ, Armando (La Habana, 14.2.1938). Cursó la primera enseñanza en La Habana. Se recibió de Bachiller en Ciencias en el Instituto de Mariano (La Habana) en 1957. En la Universidad de la Habana cursó dos años de Licenciatura en Diplomacia (1961-1962). Matriculó después la Licenciatura en Ciencias Políticas, de la que se graduó en 1972. Obtuvo en 1971 premio en el Concurso Abdala, del MININT, por su ensayo biográfico Guiteras: vida, acción y pensamiento; en 1972, premio en el Concurso Primero de Enero por su novela Explosión en Tallapiedra, mención en el Concurso UNEAC por la novela Amanecer en silencio y mención en el Concurso 26 de julio por su libro de cuentos Contrapuntos. En 1973 fue premiada su novela La ronda de los rubíes en el Concurso Primero de Enero. En 1975 ganó mención en el mismo concurso por su libro Ocho momentos del crimen, algunos de cuyos cuentos aparecieron con otros de Ernesto Morales Alpízar en Siete variaciones policiales. Pról. de Félix Pita Rodríguez (La Habana, Instituto Cubano del Libro. Editorial de Arte y Literatura, 1975). Ha publicado cuentos y artículos ensayísticos en Bohemia, El Caimán Barbudo, Cuba Internacional, Lunes de Revolución. Adaptaciones de su novela La ronda de los rubíes y de algunos de sus cuentos han sido transmitidas por la radio. Participó en el Primer Encuentro Nacional de Talleres Literarios (Varadero, 1974). Ha viajado a la Unión Soviética y la República Democrática Alemana. Es capitán del Ministerio del Interior.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

La ronda de los rubíes. Pról. de Francisco Garzón Céspedes. La Habana, Instituto Cubano del Libro. Editorial Arte y Literatura, 1973.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Barbán, José H. «No es tiempo de ceremonias», en El Caimán Barbudo. La Habana, 2ª época, (86): 20-21, ene., 1975.| Fernández, Olga. «Nueva literatura policial», en Cuba Internacional. La Habana, 5 (45): 42, may., 1973.| «Ganadores del Concurso XIV Aniversario del Triunfo de la Revolución», en Juventud Rebelde. La Habana,: 4, mar. 13, 19174.| Garzón Céspedes, Francisco. «Enfrentamiento con un enigma», en El Caimán Barbudo. La Habana, 2ª época, (86): 20-21, ene., 1975.| «El género policiaco: un arma ideológica», en Moncada. La Habana, 8 (12): 40-42, abr., 1974. |Marqués, Bernardo. «Muchos personajes», en Bohemia. La Habana, 66 (12): 18, mar. 22, 1974. | Morera, José Luis. «Entrevista a Armando Cristóbal Pérez. Los nuevos momentos del crimen», en Despegue, La Habana, 5 (87): 8, sep. 1, 1975.| Pita Rodríguez, Félix. «La ronda de los rubíes», en El Caimán Barbudo. La Habana, 2ª época, (76): 29, mar., 1974.| «La ronda de los rubíes» en La Gaceta de Cuba. La Habana, (120): 25, feb., 1974.| Soledad. «Después de las 8 en Liberación», en Juventud Rebelde. La Habana,: 4 jun. 1, 1975.
 

Crítica (La Habana, 1929-[1930?]; 1934 [Id?].Semanario de política, humorismo y variedades. Según parece, comenzó a publicarse el 15 de diciembre, si tenemos en consideración que el número 2 corresponde al 22 de dicho mes. Tenía como lema «La verdad, toda la verdad, solamente la verdad». Fue dirigido por Aldo Baroni. Fungió como jefe de redacción Jesús J. López. En el ejemplar correspondiente al 5 de enero de 1930 (último de esta etapa que se ha encontrado) aparece la relación de redactores, entre los que se destacan Nicolás Guillén, José Luciano Franco, Enrique Serpa, Emilio Roig de Leuchsenring, Gustavo Robreño y Mario Kuchilán. Todo indica que la situación política imperante en la época impidió continuar su publicación. En abril de 1934 reaparece, en su segunda etapa, siempre bajo la dirección de Aldo Baroni. Cambia su antiguo lema por «Dice todo lo que los demás callan». Generalmente los trabajos no aparecían firmados por sus autores, a excepción de las colaboraciones ocasionales de Nicolás Guillén, Lino Dou y Fernando Ortiz, y las constantes de Emilio Roig de Leuchsenring. Crítica fue una publicación eminentemente política, pero se destaca por la reconocida calidad de sus redactores y colaboradores. El último número revisado corresponde al 17 de junio de 1934.
 

Criticón de la Havana, El (La Habana [1804]). Max Henríquez Ureña afirma, en el tomo 1 de su Panorama histórico de la literatura cubana (La Habana, Edición Revolucionaria, 1967, p. 77), que este periódico empezó a publicarse el 7 de octubre de 1804, y subsistió breve tiempo, pues sólo llegaron a salir nueve números. En la tercera parte de su trabajo «BIBLIOGRAFÍA de la prensa cubana (de 1764 a 1900) y de los periódicos publicados por cubanos en el extranjero» -en Revista Bibliográfica Cubana (La Habana, 2 (9): 161, may.-jun., 1938)-, Carlos M. Trelles consigna, sin embargo, que su salida se inició el 16 de octubre de 1804 y que el día 7 de ese mismo mes se publicó su prospecto. Según Antonio Bachiller y Morales, en el tomo 2 de su obra Apuntes para la historia de las letras y de la instrucción pública en la isla de Cuba (La Habana, Academia de Ciencias de Cuba. Instituto de Literatura y Lingüística, 1971, p. 195), «se suspendió voluntariamente», y además señala que aparecieron en él «algunos poemas y artículos sobre expósitos, calles y críticas literarias de las otras publicaciones, como el Papel Periódico y El Filósofo de la Havana». Trelles también afirma, en su ya citado trabajo, que su publicación se extendió hasta el 11 de diciembre de 1804. No se ha revisado ningún ejemplar.
 

Crónica (La Habana, 1949-?). Revista quincenal de orientación y cultura. Comenzó a salir el 15 de enero, bajo la dirección de Mariano Sánchez Roca. En enero de 1953 (no se han encontrado ejemplares de los años 1950-1952) se encontraba en su segunda época y era dirigida aún por su director inicial. Salía entonces mensualmente. Dicho año fue dedicado al centenario de José Martí, por lo que aparecieron diversos artículos bajo las firmas de Emeterio Santovenia, Gabriela Mistral, José Gómez Sicre y Emilio Roig de Leuchsenring. Publicó el «Ideario Cubano» de Fermín Peraza. Hizo énfasis en la pintura, la música y el teatro cubanos. También salieron artículos sobre arquitectura cubana firmados por Marcelo Pogolotti. Publicó cuentos de Onelio Jorge Cardoso, Gerardo del Valle, Lydia Cabrera, Surama Ferrer, Enrique Labrador Ruiz y Nora Badía. Otras figuras que colaboraron en sus páginas fueron Raúl Roa, Luis Rodríguez Embil, Ricardo Riaño Jauma, Nydia Sarabia, Jorge Mañach, Herminio Portell Vilá. El último número encontrado corresponde a junio de 1953.
 

Crónica del Liceo de Puerto Príncipe (Puerto Príncipe [1867-18681). «Periódico de literatura, ciencias, y artes. Órgano oficial del Instituto de su nombre», se leía en el único ejemplar encontrado, correspondiente al 15 de marzo de 1868. Salía en forma quincenal. Era su director Ignacio Agramonte y Sánchez. Como editor aparecía el marqués de Santa Lucía (Salvador Cisneros Betancourt). Su publicación se había iniciado, según señala Carlos M. Trelles en la tercera parte de su trabajo «BIBLIOGRAFÍA de la prensa cubana (de 1764 a 1900) y de los periódicos publicados por cubanos en el extranjero»- en Revista Bibliográfica Cubana (La Habana, 2 (9): 162, may.-jun., 1938-), en noviembre de 1867. Publicó relatos, poesías y noticias locales. Presentó en la relación de colaboradores a Gertrudis Gómez de Avellaneda, Ana Betancourt de Mora, Ignacio Agramonte Loynaz, Juan Clemente Zenea y Estrada, Emilio Bacardy [sic], José Ramón Betancourt, Francisco de Rubalcava, Enrique de Varona y otros. Trelles consigna, en su ya citado trabajo, que su publicación se extendió hasta 1868 y que en sus páginas escribieron «Esteban de J. Borrero y otros escritores notables de Camagüey».
 

Crónica Habanera, La (La Habana, 1895-?). Periódico semanal de literatura, noticias y anuncios. Redactado por las más eruditas escritoras de Cuba y de la Península. Sólo se han visto dos ejemplares, el primero, salido como número prospecto con fecha 20 de diciembre de 1894, y el otro, el número 1, fechado el 18 de enero de 1895. Dirigido por Domitila García de Coronado -quien firmó trabajos con su seudónimo Ángela-, fue un periódico «escrito exclusivamente para señoras y con la colaboración de respetables caballeros». En los ejemplares vistos hay trabajos, en prosa y en verso, de Luisa Pérez de Zambrana, Carlos Ciaño y Corina Agüero de Costales, entre otros menos conocidos.
 

Crónica Habanera, La (La Habana, 1897-?). «Periódico político- literario, artístico e intereses generales» [sic], se leía en el ejemplar más antiguo revisado (5 de diciembre de 1897). Dirigido por Benito Quevedo, tenía como redactor-jefe al licenciado Alberto Anillo. Se publicaba los domingos. Desde el 22 de febrero de 1898 fue su director-administrador-propietario Pedro Pablo Martín. Cambió de formato el 15 de agosto de 1898 y desde esta misma fecha comenzó a subtitularse «Revista semanal ilustrada dedicada a ciencias, literatura, sport, salones, teatros y espectáculos públicos e intereses generales». Publicó poemas, cuentos, noticias teatrales, notas bibliográficas. Entre sus colaboradores figuran Nieves Xenes, Conde Kostia (seud. de Aniceto Valdivia), Antonio Cuyás Lima, Alberto Anillo. Muchos trabajos aparecieron firmados con seudónimos como Un cómico de la lengua, G. de P., N. El último número revisado corresponde al 11 de diciembre de 1898.
 

Crucero (La Habana, 1960- [Id?]). Revista trimestral. Era órgano del Colegio Nacional de Doctores en Ciencias y en Filosofía y Letras. El primer número correspondió al trimestre enero-marzo. Se ocupó de la dirección general la doctora Amelia Hernández Díaz. Publicaba trabajos de carácter literario, científico y artístico. Colaboraron en sus páginas, entre otros, Raimundo Lazo, Salvador Bueno, Roberto Fernández Retamar y Fayad Jamís. El último ejemplar revisado corresponde al trimestre julio-septiembre de 1960, que, según parece, fue el último que salió.
 

CRUZ, Manuel de la (La Habana, 17.9.1861-Nueva York, 19.2.1896). Cursó sus estudios en el colegio «San Anacleto», de la Habana. Muy joven aún viaja a Francia y España (1883 y 1884) y reside en Barcelona, donde enriquece su formación literaria y política. Desde España envía colaboraciones a La Habana Elegante y la Revista Habanera. Tras su regreso a Cuba colaboró asiduamente en La Ilustración Cubana (1885), de Barcelona, y El Cubano (1887). En 1888 polemiza con Cirilo Villaverde respecto a la figura de Narciso López, que Cruz estimaba era un anexionista.

En 1889 es designado corresponsal del diario La Nación, de Buenos Aires, cargo que desempeña hasta su muerte y desde el que da a conocer a las más destacadas personalidades cubanas. Fue también redactor de El Fígaro y Revista Cubana. Escribió además en El País, El Almendares, El Porvenir. Colaborador de Martí, recorrió la isla para preparar el terreno de la guerra. En 1894 desempeñó en Oriente una misión revolucionaria de unificación de fuerzas. Sostuvo una importante entrevista con Guillermón Moncada. Al comenzar la guerra del 95 se trasladó a Cayo Hueso y de allí a Nueva York, donde trabajó a las órdenes de Tomás Estrada Palma como secretario de la Delegación del Partido Revolucionario Cubano. Por esta misma época labora como redactor en Patria. Desplegó una gran actividad propagandista en favor de la Revolución. Dejó inédito parte de su estudio biográfico sobre Ignacio Agramonte. Utilizó los seudónimos Un académico de la lengua, El académico de Banes, Isaías, Un colaborador asiduo, Enmanuel, Juan de las Guásimas, Micros, Un occidental, Un redactor, Raimundo Rosas, Juan Sincero, Bonifacio Sánchez.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

La hija del montero. Cuento. La Habana, Imp. La Correspondencia de Cuba, 1885. | El capitán Córdova. Novela. La Habana, Tipografía de Ruiz, 1886. | Juan Media Risa. Novela. La Habana, Tipografía de Ruiz, 1887. | Tres caracteres. Bocetos biográficos cubanos, por Isaías (seud.). Key West, Tip. de La Revista Popular, 1889. | Episodios de la revolución cubana. La Habana, Est. Tip. O'Reilly 9, 1890; 2ª. ed. corr. y aum. Pról. de Manuel Márquez Sterling. Notas biográficas por Domingo Figarola Caneda. La Habana, Miranda, López Seña, editores, 1911; La Habana, Instituto del Libro, 1967; Id., 1968. | Cromitos cubanos. Bocetos de autores hispanoamericanos. La Habana, Est. Tip. La Lucha, 1892; «Manuel de la Cruz, 'mambí de las letras'», por Salvador Bueno. La Habana, Editorial Arte y Literatura, 1975. | La revolución cubana y la raza de color. (Apuntes y datos), por Un cubano sin odios (seud.). Key West, Imp. La Propaganda, 1895. | Lienzos heroicos. La Habana, Imp. La Prueba, 1916. | Obras de Manuel de la Cruz [Contiene: T. 1. «Manuel de la Cruz», por José María Chacón y Calvo. Estudios literarios. T. 2. La visión del valle. T. 3. Literatura cubana. T. 4, Episodios de la revolución cubana. T. 5. Cromitos cubanos. T. 6. Crítica y filosofía. T. 7. Estudios históricos]. Madrid, Editorial Saturnino Calleja, 1924-1926. 7 v. | Pasión de Cuba. Selección y pról. de Andrés de Piedra Bueno. La Habana, Dirección de Cultura del Ministerio de Educación, 1947.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Bueno, Salvador, «Manuel de la Cruz, el crítico», en su Figuras cubanas. Breves biografías de grandes cubanos del siglo XIX. La Habana, Comisión Nacional Cubana de la UNESCO, 1964, p. 267-276. | Carbonell, Néstor Leonelo. «Manuel de la Cruz. Episodios de la Revolución Cubana», en El Porvenir. Nueva York, 1 (7) [2] abr. 29, 1890. | Figueroa, Pedro Pablo. Un colorista cubano: Manuel de la Cruz. Boceto literario. Lima, Imp. y Librería y Encuadernación Gil, 1896. | Martí, José. «Carta a Manuel de la Cruz», en su Obras completas. T. 5. La Habana, Editorial Nacional de Cuba, 1963, p. 179-181. | Roa, Raúl. «Manuel de la Cruz», en su Viento sur. La Habana, Editorial Selecta, 1953, p. 396-401. | Sanguily, Manuel. «Cromitos Cubanos», en Hojas literarias. La Habana, 1 (1): 17-63, mar. 31, 1893. | [Trujillo, Enrique]. «La revolución de Cuba. Un libro de Manuel de la Cruz», en El Porvenir. Nueva York, 1 (2): [2] mar. 19, 1890. | Valverde y Maruri, Antonio L. Manuel de la Cruz, historiador y patriota cubano. Discurso leído en la sesión celebrada por la Academia de la Historia de Cuba el 19 de febrero de 1929. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1929. | Vitier, Cintio. «Manuel de la Cruz como caso estilístico en su Crítica sucesiva. La Habana, UNEAC. 1971, p. 326-364.
 

CRUZ, Mary (Camagüey, 25.4.1923). Cursó la primaria y el bachillerato en su ciudad natal. En 1946 se graduó de Doctora en Pedagogía en la Universidad de la Habana. En las Universidades de Wayne (Detroit, EE. UU., 1954-1955) y Coral Gables (Florida, EE. UU., 1956-1958) cursó Enseñanza de Lenguas Modernas Extranjeras y Orientación Vocacional. Fue profesora de español en Wayne University (1953-1955), en North Miami Beach High School (1956-1961) y en la Universidad de la Habana (1963-1964). Laboró como correctora de estilo y redactora científica en la Editorial del Ministerio de Educación de Cuba (1961-1966). Ha viajado por México, España, Canadá, Unión Soviética. Asistió al Primer Congreso Nacional de Cultura (La Habana, 1962). Miembro correspondiente de la Academia de la Historia de Cuba, por Miami, Flo. (1957). Obtuvo el premio «J. M. Tarafa», de la Academia de la Historia de Cuba, por su Camagüey, biografía de una provincia (1955). También ha obtenido mención en el concurso del Teatro Nacional de Cuba (1962) y menciones de biografía en los concursos 26 de Julio de las FAR (1966) y UNEAC (1966). Como periodista trabajó en la COR Nacional y en Granma. Ha colaborado en El País Gráfico, Colorama, Ellas, Vanidades, Cuba, Islas, El Mundo, El Caimán Barbudo, Unión, Anuario L/L; Negro y Blanco y Labores, Ideas, Jueves de Excélsior (México); Diario Las Américas (EE. UU.). Redactó el prólogo y las notas a la edición de la novela de Gertrudis Gómez de Avellaneda, Sab (La Habana, Instituto Cubano del Libro, 1973). Trabaja como investigadora literaria en el Instituto de Literatura y Lingüística de la Academia de Ciencias de Cuba.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Mis versos. La Habana, Editora de libros y folletos, 1941. | Camagüey, biografía de una provincia. La Habana, Imp. Siglo XX, 1955. | Renato Guitart. La Habana, Instituto del Libro, COR Nacional, 1966. | El Mayor. La Habana, Instituto Cubano del Libro, 1972. | Creto Gangá. Pról. de José Antonio Portuondo. La Habana, Instituto Cubano del Libro, 1974.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Bueno, Salvador. «De Iberoamérica», en Información. La Habana, 20 (84): C2, abr. 8, 1956. | Colmenares, Octavio. «Mary Cruz, poetisa y mujer», en Educación. La Habana, 10 (11): 25, nov., 1950. | Cruz, Adolfo. «Biografía de un héroe», en Revolución y Cultura. La Habana [2ª. época] (10): 73-75, 1973. | Galo Herrero, Gustavo. «Antología de poetas cubanos. Mary Cruz», en Policía. La Habana, 2 (18): 80, may., 1943. | Leal, Rine. «Cruz, Mary. Creto Gangá [...]», en Anuario L/L. La Habana, (5): 200-202, 1974. | «Mary Cruz», en Negro y Blanco y Labores. México, D.F.,: 20-21, ene. 7, 1946. | Mejía, Francisco R. «Mis versos», en Plus Ultra. Ciudad Trujillo, 6 (29, 30, 31): 7-8, abr.-may.-jun., 1944. | «Mis versos, poesías por Mary Cruz», en Estampa. Buenos Aires, ene. 19, 1942. | Santos Moray, Mercedes. «Mary Cruz. El Mayor», en El Caimán Barbudo. La Habana, 2ª. época (65): 29-30, feb.-mar., 1973. | [Sinklevich, Víctor]. «Mary Cruz: «URSS, te amo»«, en Novedades de Moscú. Moscú, Nº. 2 (548): 6, 1973.
 

C.T.C. (La Habana, 1939-?). Revista mensual. Órgano oficial de la Confederación de Trabajadores de Cuba (C.T.C.). Comenzó a salir en noviembre, dirigida por Lázaro Peña, quien se mantuvo siempre a su frente. La dirección artística estaba a cargo de Horacio. En enero de 1942 Carlos Fernández R., que hasta ese momento había ocupado la jefatura de redacción, pasa a ser codirector (ya en junio del año citado no aparece como tal). Otras diversas responsabilidades dentro de la publicación fueron desempeñadas en diferentes ocasiones por Jaime Gravalosa, Juan Arévalo, Manuel González Borrero y José Guardia, entre otros. El último ejemplar con formato de revista correspondió a noviembre y diciembre de 1947. El 7 de febrero de 1948 reapareció con formato de periódico, como «Órgano de los Trabajadores». En este número se expresa lo siguiente: «Para cumplir nuestro rol en los días que corren, abandonamos nuestra forma de revista y surgimos como periódico quincenal ahora y muy pronto semanario. Aspiramos a ser la voz de nuestra clase obrera, fiel intérprete de sus anhelos de mejoramiento económico, justicia social, democracia plena e independencia nacional. Nos esforzaremos por iluminar su camino de lucha y ser contribuyentes constantes de todas sus victorias. Ésa es nuestra gran ambición y nuestra firme promesa. Y aquí estamos.» En el número siguiente cambia su subtítulo por el de «Vocero de los trabajadores». De esta etapa sólo se han visto números salteados. En el segundo semestre de 1950 aparece mensualmente y a finales de este mismo año es quincenal. Publicación dedicada a la unificación de todos los trabajadores en su lucha por reivindicaciones económicas, sociales y políticas, fue también órgano de denuncia de las arbitrariedades de los gobernantes de turno y divulgadora de las conquistas alcanzadas por el pueblo soviético en su camino hacia el socialismo. En sus páginas vieron la luz colaboraciones de las más destacadas figuras intelectuales de izquierda y de dirigentes obreros revolucionarios. De estos últimos se reprodujeron, con bastante frecuencia, sus discursos. Además publicó trabajos de interés histórico y literario. Tenía su sección de cines y teatros, así como una página dedicada a la mujer, «Nosotras», bajo la responsabilidad de Helena Gil. Entre los escritores que prestaron su colaboración resaltan Juan Marinello, Emilio Roig de Leuchsenring, Félix Pita Rodríguez, Manuel Navarro Luna, Ángel I. Augier, Benicio Rodríguez Vélez, Julio Le Riverend, Paco Alfonso y Antonio Núñez Jiménez. Otros destacados colaboradores fueron Jesús Menéndez, Blas Roca, Jacinto Torras, Nila Ortega, Ursinio Rojas, Adolfo G. Merino, Flavio Bravo, José María Pérez, Israel Talavera, José M. Fleites, Pedro Luis Padrón y Faustino Calcines.

BIBLIOGRAFÍA

«Cómo se hace C.T.C.», en C.T.C. La Habana, 7 (78): 11-15, ago., 1946. | «Nuestra propaganda, arte y técnica al servicio de la mejor orientación», en C.T.C. La Habana, 5 (57): 20-22, nov., 1944. | «Nuestra salida», en C.T.C. La Habana 9 (94): 1, feb. 7, 1948. | «El nuevo precio de C.T.C.», en C.T.C. La Habana, 6 (63): 2, may., 1945. | «El precio de la revista C.T.C. y la opinión de los lectores», en C.T.C. La Habana, 6 (64): 2, jun., 1945. | «Primer aniversario de C.T.C.», en C.T.C. La Habana, 2 (12): 20, oct., 1940.
 

Cuadernillos del teatro infantil y de la juventud (La Habana, 1965-?). Revista. El primer número correspondió al bimestre julio y agosto. La dirigió Nora Badía. Fueron sus redactores Roberto Fernández, Arminda Valdés Ginebra, Renée Potts y, desde enero de 1966, Dora Alonso. Presentaba en sus páginas, según expresión propia, «todos aquellos materiales, cubanos o extranjeros, ya originales, ya traducidos, que contribuyen a guiar el creciente desarrollo de nuestros artistas profesionalmente entregados a la creación de los espectadores». Colaboraron en sus páginas Natividad González Freire, Joaquín Cobos, Rolando Arencibia, Silvia Barros, René Vega y otros. El último ejemplar encontrado corresponde a enero de 1966.
 

Cuadernos de la Universidad del Aire (La Habana, 1933; 1949-1952). Revista. Publicaba las conferencias pronunciadas en la Universidad del Aire, que dirigía Jorge Mañach. Desde el número 11 se subtituló «Publicación semanal». Cada cuaderno recogía las conferencias de las dos audiciones de la semana: martes y viernes. En esta primera etapa -que se extendió hasta finales de 1933- se ofrecieron dos cursos: «Evolución de la cultura» (diciembre de 1932-abril de 1933), que forma un volumen, con índice al final, de casi 700 páginas, y «Civilización contemporánea» (mayo-octubre de 1933), que integra un volumen de más de 600 páginas. Como conferenciantes desfilaron destacadas personalidades del ambiente cultural cubano de la época, tales como Salvador Salazar, Luis A. Baralt, Jorge Mañach, Francisco Ichaso, Elías Entralgo, Emeterio Santovenia, Félix Lizaso, Emilio Ballagas, Rafael Suárez Solís, Medardo Vitier, Flora Díaz Parrado y otros. En estas conferencias se trataban todo tipo de temas: políticos, sociales, históricos, literarios, etcétera. En enero de 1949 comienzan a salir nuevamente, con un tamaño menor, como Cuadernos de la Universidad del Aire del Circuito CMQ. Desde enero de 1951, con el subtítulo «Mensuario de divulgación cultural», fue su director Jorge Mañach. En este nuevo período, cuyas charlas se extienden hasta diciembre de 1952, se ofrecieron los siguientes cursos: «Ideas y problemas de nuestro tiempo» (cuadernos 1 a 6), «Artes y letras de nuestro tiempo» (cuadernos 7 al 10), «Actualidad y destino de Cuba» (cuadernos 11 al 19), «Afirmaciones cubanas» (cuadernos 20 al 22), «La huella de los siglos» (cuadernos 23 al 37), «Curso del cincuentenario» (cuadernos 38 al 42) y «Los forjadores de la conciencia nacional» (cuadernos 43 al 49). Además de los escritores, críticos e investigadores ya mencionados -muchos de los cuales continuaron colaborando en esta empresa cultural-, participaron en esta etapa Luis Amado Blanco, Vicentina Antuña, José María Chacón y Calvo, Rafael Esténger, Ramiro Guerra, Raimundo Lazo, Fernando Ortiz, Cintio Vitier, Salvador Bueno, Camila Henríquez Ureña, Miguel Ángel Carbonell, Herminio Portell Vilá, Rafael García Bárcena, Juan J. Remos, Marcelo Salinas, Antonio Iraizoz, Luis Gómez Wangüemert, Carlos Rafael Rodríguez, Julio Le Riverend, Emilio Roig de Leuchsenring, Ángel Augier y otros.

BIBLIOGRAFÍA

Anido, Gastón. «Cuadernos de la Universidad del Aire, nº. 1», en Magazine Social. La Habana, 5 (3): 36, 40, abr., 1949; «Cuadernos de la Universidad del Aire, nº. 5», en Magazine Social. La Habana, 5 (10): 36, 40, oct., 1949.
 

Cuadernos de la Universidad del Aire del Circuito CMQ (V. Cuadernos de la Universidad del Aire)
 

Cuadernos de las Culturas Africanas (La Habana, 1961-[Id?]). Revista publicada por la Comisión Nacional Cubana de la UNESCO. El primer número (único que se ha visto) correspondió al trimestre enero-marzo. En el mismo se expresa que la publicación «se propone presentar muy diversos aspectos culturales de origen africano, comprendiendo por tales no solamente los que se han configurado dentro del ámbito social de los pueblos de África, sino también aquellos otros que se han reproducido en suelo americano, transculturando en distintas formas sus expresiones originales. Especial consideración han de tener, por supuesto las desarrolladas en nuestra patria [...]». La dirección estaba a cargo de Isaac Barreal. Como traductores aparecían Paul Bartosch y John DuMoulin. En este primer número fueron reproducidos trabajos de publicaciones extranjeras. También aparecieron artículos del director y de Miguel Barnet.
 

Cuadernos Marxistas (La Habana [1959-1960?]. «Publicación teórica mensual de la Juventud Socialista Universitaria», se lee en el ejemplar más antiguo visto, correspondiente a enero de 1960. Como director aparece Modesto Atocha, quien es sustituido posteriormente por Manuel Villaverde. En sus páginas se reproducían escritos de los fundadores del marxismo-leninismo, así como de otros teóricos socialistas extranjeros. Además veían la luz textos de discursos y conferencias de Juan Marinello, Severo Aguirre, Carlos Rafael Rodríguez, Blas Roca y otros. El último número revisado corresponde a noviembre de 1960.
 

Cuba (V. INRA)
 

Cuba Bibilotecológica (La Habana, 1953-1955; 1956-[1960?]). Revista trimestral. Órgano oficial de la Asociación Nacional de Profesionales de Biblioteca. El primer número correspondió al trimestre enero-marzo. La dirección estaba a cargo de Carmen Rovira Bertrán, quien en 1954 fue sustituida por Luisa León Planas. En el último número de la primera época (correspondiente a enero-junio de 1955) aparecía como directora María Teresa Freyre de Andrade. La publicación intentaba -según se lee en el «Editorial» de su primer número,- «llegar a convertirse en el vehículo indispensable para el intercambio de ideas nuevas, la difusión de noticias y de avances en el campo de nuestros estudios, y la defensa de los más altos intereses de nuestra profesión». Para ello -se añade más adelante- «abre desde ahora sus puertas a todos los bibliotecarios cubanos y extranjeros que quieran colaborar en este empeño, publicando los resultados de sus estudios, experiencias e investigaciones en el campo profesional». En el primer trimestre de 1956 reapareció, en su segunda época, con idéntica periodicidad y formato, pero como órgano oficial del Colegio Nacional de Bibliotecarios Universitarios. Estaba nuevamente bajo la dirección de Luisa León Planas, a quien sucedieron en el cargo Carmen Rovira y Evidia Blanco. En sus páginas se publicaron artículos sobre bibliotecas y bibliógrafos cubanos, sobre cuestiones técnicas y otros problemas relacionados con la profesión de bibliotecario, noticias sobre las actividades que desarrollaban los bibliotecarios cubanos, tanto a través de las asociaciones de que la revista fue órgano oficial como independientemente de las mismas. Además aparecieron reseñas bibliográficas sobre libros cubanos y extranjeros relativos a la materia específica de la revista. Entre sus redactores y colaboradores se contaron Fermín Peraza, Jorge Aguayo, Elena Vérez de Peraza, Ana Rosa Núñez, Andrés Alonso Sánchez, Raquel Robés Masses, Blanca Bahamonde, Olinta Ariosa, Dolores Rovirosa y otros. El último ejemplar revisado corresponde a enero-junio de 1960.
 

Cuba Contemporánea (La Habana, 1913-1927). Revista mensual. El número inicial apareció el 19 de enero. Desde su fundación fue dirigida por Carlos de Velasco, hasta 1920 en que falleció. A partir de mediados de este último año hasta su desaparición, la dirigió Mario Guiral Moreno. A lo largo de toda su existencia contó con un extenso grupo de redactores y colaboradores, entre los que se encontraban Max Henríquez Ureña, Dulce María Borrero, Alfonso Hernández Catá, Ernesto Dihigo, José Antonio Ramos, José María Chacón y Calvo, Carlos Loveira, Luis Rodríguez Embil, Emilio Roig de Leuchsenring, Arturo Montori, Jesús Castellanos, Juan M. Dihigo, Enrique José Varona, Fernando Ortiz, Domingo Figarola-Caneda, José Antonio Fernández de Castro, Bernardo G. Barros, Regino E. Boti, José Manuel Poveda, Manuel Sanguily, Miguel de Carrión, Juan Marinello, Antonio Iraizoz, Jorge Mañach y Agustín Acosta. En distintas ocasiones Julio Villoldo, Enrique Gay Galbó y Francisco González del Valle fungieron como jefe de redacción, secretario de redacción y administrador, respectivamente. Los iniciadores de esta empresa expusieron sus objetivos desde el primer momento: «Abierta a todas las orientaciones del espíritu moderno, sin otra limitación que la impuesta por el respeto a las opiniones ajenas, a las personas y a la sociedad, sin más requisito que el exigido por las reglas del buen decir [...]. Información general de todo lo que pueda interesarnos en cualesquiera de los múltiples aspectos de la inquieta vida de las actuales sociedades; noticia extensa o breve de cuantas obras se publiquen en Cuba y fuera de ella y atañaderas a nuestra historia, así como a la del resto de América; inserción de documentos antiguos y modernos; expresa dedicación al estudio de nuestros problemas en lo administrativo, en lo político, en lo moral y social, en lo económico, en lo religioso; tales son los asuntos que preferentemente ocuparán estas páginas [...]. La parte puramente literaria y artística merecerá también especial atención, puesto que las manifestaciones de las letras y de las artes son muy alto exponente del grado de cultura de los pueblos [...]» Estos lineamientos generales fueron viabilizados a través de varias secciones: «BIBLIOGRAFÍA», a cargo de Max Henríquez Ureña y posteriormente dirigida por Enrique Gay-Galbó, dedicada al comentario de los últimos libros publicados; «Notas editoriales», que, constituidas por resúmenes de noticias o acontecimientos importantes, sirvieron para comentar los principales sucesos de carácter patriótico, político, internacional, literario, científico o artístico relacionados con Cuba; «Noticias», que recogió información sobre los hechos más importantes ocurridos en Cuba y en el extranjero durante el mes anterior al de la publicación de cada número; «Revista de revistas», sección en la que se dieron a conocer extractos o condensaciones de artículos relacionados con Cuba aparecidos en revistas extranjeras; «Revistas extranjeras», donde se publicaron notas y comentarios que reflejan el movimiento literario y cultural del orbe; «Política internacional americana», a cargo de Ernesto Dihigo y Juan Z. Zamora, respectivamente; «Páginas para la historia de Cuba», sección encargada de publicar documentos inéditos relativos a nuestra historia, bajo la dirección de Francisco González del Valle; «Palpitaciones de la vida nacional», que recogió asuntos y problemas de preocupación nacional, encomendada a Arturo Montori, quien firmaba los artículos con el seudónimo Monitor. La publicación resultó un digno esfuerzo, en medio de un período de caos político, social y económico. Patrocinó campañas en favor del feminismo, por la aprobación de la ley del divorcio, en defensa de la enseñanza laica, de la necesidad de colegios cubanos; pero a pesar de tan loables empeños no supieron «atacar las raíces de la problemática nacional y tomar una posición política militante». No obstante, figuras aisladas de nuestra intelectualidad, colaboradores en muchos de sus números, sí supieron ahondar acertadamente en la desastrosa situación cubana, por ejemplo, en la interpretación de la ingerencia de los Estados Unidos en los asuntos internos de la isla. Aparecieron en total 44 volúmenes. El último número correspondió a agosto de 1927. En la colección Publicaciones de la Biblioteca Municipal de La Habana (Serie D: Índices de revistas cubanas, 3) se editó, confeccionado por Fermín Peraza Sarauza, el Índice de Cuba Contemporánea (La Habana, Municipio de La Habana, Depto. de Cultura, 1940).

BIBLIOGRAFÍA

Baralt, Luis A. «El criticismo republicano: Varona y Cuba Contemporánea», en Cuadernos de la Universidad del Aire del Circuito CMQ. La Habana, 3 (39): 85-96, jun. 6, 1952. | [Guiral Moreno, Mario] «Nuestra primera década», en Cuba Contemporánea. La Habana, 11, 31 (121): 5-20, ene., 1923. | Guiral Moreno, Mario. «Cuba Contemporánea. Su origen, su existencia y su significación», en Peraza Sarausa, Fermín. Índice de Cuba Contemporánea. La Habana, Municipio de La Habana. Depto. de Cultura, 1940, p. 9-36 (Publicaciones de la Biblioteca Municipal de La Habana. Serie D: Índices de revistas cubanas, 3). | Habana, Cristóbal de la, seud. de Emilio Roig de Leuchsenring. «Carlos de Velasco y Cuba Contemporánea», en Carteles. La Habana, 33 (10): 77-78, mar. 9, 1952. | Hernández Catá, Alfonso. «Censo espiritual», en Diario de la Marina. La Habana, 96 (78): 2, 3ª. sección, mar. 18, 1928. | «La muerte de Cuba Contemporánea» en Revista de Avance. La Habana, 2, 3 (19): 59, feb., 1928. | Nora, María Luz de, seud. de Loló de la Torriente. «Cincuentenario de Cuba Contemporánea», en Bohemia. La Habana, 55 (17): 76-77, abr. 26, 1963. | Pogolotti, Marcelo. «Cuba Contemporánea», en su La República de Cuba al través de sus escritores. La Habana, Editorial Lex, 1958, p. 41-48. | [Roig de Leuchsenring, Emilio]. «El adiós de Cuba Contemporánea», en Social. La Habana, 13 (3): 3-4, mar., 1928; «Cuba Contemporánea y su labor nacionalista», en Social. La Habana, 14 (12): 42, 67, 72, dic., 1929; «Proyección ciudadana de nuestros hombres de letras. Cuba Contemporánea (1913-1927)», en Carteles. La Habana, 24 (43): 38-39, oct. 24, 1943.
 

Cuba en el Ballet (La Habana, 1970- ). Publicación cuatrimestral editada por el Ballet Nacional de Cuba. El primer número correspondió a septiembre. Integraban su consejo de dirección Ángela Grau, Pedro Simón, Miguel Cabrera y Ricardo Reymena, este último en calidad de asesor artístico. Como colaboradores figuraban destacadas personalidades del ámbito danzario internacional, como Teodori Teodosiev, Fernando Alonso, Tana de Gámez, Irene Lidova, Arnold Haskell y Galina Ulanova, entre otras. Desde el primer número de 1972 Ángela Grau y Pedro Simón se encargaron de la dirección. Ricardo Reymena fungió entonces como director artístico, cargo que fue ocupado más tarde por Pericles Mora. A partir del número 2 de 1974 la dirección quedó a cargo de Pedro Simón. Dedicada por completo a cuestiones relacionadas con la danza, en sus páginas han aparecido fichas técnicas de las primeras figuras del Ballet Nacional de Cuba, así como artículos sobre la historia de esta manifestación en Cuba, las intérpretes famosas que visitaron el país en el pasado v las diferentes puestas en escena de algunos conocidos ballets. También publica entrevistas y artículos informativos sobre las distintas actividades danzarias en Cuba -tanto del Ballet Nacional, en las que se hace hincapié, como de las restantes compañías nacionales- y en el extranjero, todo ello ilustrado con numerosas fotos. Entre sus colaboradores cubanos se cuentan Jorge Antonio González, Dino Carreras, Alejandro G. Alonso, Teresa Trujillo, Graciela Alamar, Hilario Alonso, Israel Moliner y otros. Algunas destacadas personalidades de nuestras letras han colaborado en ella con artículos o poemas, dedicados fundamentalmente a la primera figura del ballet cubano, Alicia Alonso; entre estos colaboradores se encuentran Juan Marinello, Alejo Carpentier, José Lezama Lima, Cintio Vitier, Roberto Fernández Retamar, Eliseo Diego, Loló de la Torriente y Fina García Marruz. En la contraportada de todos sus números se han reproducido obras de nuestros más conocidos artistas plásticos.
 

Cuba en Europa (Barcelona, España, 1910-?). Revista quincenal ilustrada. El primer número correspondió al 10 de marzo. Aunque no consta en el machón, fue dirigida y financiada por un grupo de cubanos residentes en España. En el primer número se expresaba que la revista «se dedicará al estudio de los problemas de resolución indispensable para que entre España y Cuba persistan y sean cada vez más sólidas las relaciones de nación a nación. Esos problemas, principalmente de carácter económico, los estudiaremos sin ningún exclusivismo, imparcial y desapasionadamente». A pesar de ser una revista dedicada en su generalidad a tratar problemas económicos y mercantiles, insertó en sus páginas trabajos de carácter literario e histórico firmados por notables escritores como Conde Kostia (seud. de Aniceto Valdivia), Alfonso Hernández Catá, Enrique Piñeyro, Fernando Ortiz, José A. Ramos, Ramón Meza, Manuel Serafín Pichardo, Luís Rodríguez Embil, Alfredo M. Aguayo, Álvaro de la Iglesia, Adrián del Valle, Saturnino Escoto y Carrión y otros. El último ejemplar revisado (número 172) corresponde al 30 de septiembre y 15 de octubre de 1917. Según parece su salida cesó en este año, pues sólo hasta el mismo la menciona León Primelles en su Crónica cubana. 1915-1918 (La Habana, Editorial Lex, 1955).
 

Cuba en la UNESCO (La Habana, 1960-1965). Revista editada por la Comisión Nacional Cubana de la UNESCO. El primer número apareció en septiembre. Su periodicidad fue muy irregular. Entre 1962 y principios de 1964 no apareció. Integraron el consejo de dirección el doctor Elías Entralgo y Manuel Corrales. Publicó artículos sobre arte, literatura e historia. Dedicó números especiales a figuras intelectuales destacadas, como Cirilo Villaverde, Ramón Meza y Miguel de Carrión. Entre sus colaboradores se destacan Alejo Carpentier, Cintio Vitier, Fernando Portuondo y Salvador Bueno. El último número publicado, editado en febrero de 1965, ofreció una panorámica del teatro cubano.
 

Cuba Ilustrada (La Habana, 1910-[1931?]). Revista mensual. El primer número publicado corresponde a febrero. En él anuncian que esta publicación «llega dispuesta a dar a conocer todo lo que vale y todo lo bello que hay en nuestra patria. Vamos a desenterrar del olvido a los que fueron admiración de generaciones pasadas y que hoy muy pocos recuerdan [...] [y] a mostrar a propios y extraños todo lo grande que hay en Cuba, en las letras y en las ciencias, en las artes [...]». Fue dirigida por Emilio Villaverde. Entre sus colaboradores habituales se contaban Emilio Lufríu, Conde Kostia (seud. de Aniceto Valdivia), Federico de Ibarzábal, Mario Lezcano. Publicó poemas de cubanos del siglo XIX, episodios de la guerra, notas de arte, trabajos sobre historia de América. Se han visto números sueltos de los años 1917 y 1918, y ningún ejemplar entre los años 1919 y 1926, pero se sabe que por lo menos hasta 1922 continuó saliendo, pues en su Crónica cubana. 1919-1922 (La Habana, Editorial Lex, 1957) León Primelles la cita en dichos años e indica que, desde mayo de 1919, fue su jefe de redacción Roger de Lauria (seud. de Ramón Rivera Gollury). El último número localizado no tiene fecha, pero por anuncios y referencias que contiene se puede suponer que sea del año 1931. Consigna como director a Ángel R. Rivero y como propietaria a Mercedes A., viuda de Villaverde. Este ejemplar carece de material literario.
 

Cuba Intelectual (La Habana, 1885; 1909-[1926?]). Repertorio quincenal de ciencias, artes, oficios e intereses generales. Revista que comenzó a salir el 16 de enero. Fue dirigida en toda su trayectoria por José A. Rodríguez García, autor de la mayor parte de los trabajos publicados. Durante su primera época, que se extendió hasta el 28 de febrero de 1885, contó con la colaboración de Antonio Bachiller y Morales, Enrique José Varona, Manuel Sanguily, José Quintín Suzarte, Francisco Calcagno, José de Armas, Rafael Montoro, Felipe Poey y otros. La segunda época comenzó a partir de junio de 1909, en forma mensual, sin subtítulo y con diferente formato. En el prospecto correspondiente a esta segunda época se expresa que «Cuba Intelectual no aspira a llenar ningún vacío, ni a competir con colega alguno; sino a obtener, por medios decorosos el favor del público y a ser una publicación más de las que contribuyen al 'movimiento literario' de la patria amada». A partir del segundo semestre de 1913 cambia el formato y sale irregularmente, en serie numerada. En el último ejemplar revisado (número 79-80, correspondiente a 1926), el director declara: «No se admite ya suscripción, porque ahora Cuba Intelectual no puede ajustarse a la periodicidad por las múltiples ocupaciones de su único redactor.» Y añade que la publicación «se dedica a las bibliotecas públicas de América y Europa, a la correspondencia literaria y al canje periodístico, a instituciones de fines intelectuales análogos a los de esta revista y a determinadas personas». Publicó documentos históricos, discursos de figuras cubanas sobresalientes y artículos de historia universal, de crítica literaria, de educación. Generalmente salía una nota o artículo bibliográfico sobre libros publicados recientemente. Divulgó algunos dramas de Gertrudis Gómez de Avellaneda y poesía hispanoamericana, cubana y española. Prestaron su colaboración, además de los antes mencionados Emilio Blanchet, Luisa Pérez de Zambrana Tomás Jústiz y otros.
 

Cuba Internacional (V. INRA)
 

Cuba Libre (La Habana, 1899-[1910?]). Semanario ilustrado / Política, ciencias, literatura, artes. Era su directora Rosario Sigarroa. Presentaba una relación de redactores formada, entre otros, por Enrique José Varona y Alfredo Zayas, así como una de colaboradores, entre los que se destacaban Dulce María Borrero, Evelio Rodríguez Lendián, Diego Vicente Tejera, Mario García Kohly [sic] y Federico Uhrbach. En sus comienzos, este semanario dedicaba breve espacio a la literatura, pero poco a poco lo fue ampliando hasta ser casi por completo una revista literaria. En ella aparecieron trabajos literarios de Néstor L. Carbonell, Mario Muñoz Bustamante, Esteban Foncueva, Luis Rodríguez Embil, Arturo R. de Carricarte, Bonifacio Byrne, Miguel de Carrión, Ramón Roa, Francisco García Cisneros, José M. Collantes, Femando de Zayas, Carlos de la Torre y García, Aurelia Castillo de González, Mercedes Matamoros. Característico de esta revista fue la publicación de poemas y fragmentos de obras de las principales figuras del modernismo en América Latina. El último número revisado corresponde al 8 de febrero de 1910.
 

Cuba Literaria (La Habana, 1861-1863). Periódico mensual. Inició su salida el 15 de agosto, bajo la dirección de José Fornaris y José Socorro de León. En su introducción se expresa lo siguiente: «Por lo demás no pensamos levantar con Cuba Literaria la pirámide de la ilustración cubana, sino contribuir con nuestro grano de arena como lo han hecho antes La Cartera Cubana, El Álbum, La Floresta, Las Flores del Siglo, La Siempreviva, Las Brisas, etcétera, etcétera. Nuestra misión será de paz. En la época de la construcción no debemos detenernos sino avanzar, no debemos destruirnos unos a los otros sino unirnos para ilustrarnos, porque ilustrarnos es fortalecernos [...]». Se publicó en entregas, que formaron tres tomos, dos correspondientes a la primera época (1861-1862) y uno a la segunda. El tomo 1 de la primera época fue reeditado debido al exceso de suscriptores. Las entregas correspondientes al tomo de la segunda época comenzaron a repartirse a fines de 1862 y concluyeron en 1863, por lo que es éste, y no 1862, el año en que termina su publicación. Este tomo, dirigido sólo por José Fornaris, presentó cambios en el formato y aumentó el número de páginas de cada entrega. Publicó poesías y artículos literarios, políticos y sobre la educación de la mujer. Fornaris escribió para su revista un nuevo libro de Cantos populares. Además divulgó los acontecimientos culturales de la época y ternas de contenido científico. Colaboraron en sus páginas figuras como Gertrudis Gómez de Avellaneda, Rafael María de Mendive, Antonio Bachiller y Morales, Ángel Mestre y Tolón, Emilio Blanchet, Luisa Pérez de Zambrana, Virginia Felicia Auber, Enrique Piñeyro, Ramón Zambrana, Francisco Javier Balmaseda, Joaquín Lorenzo Luaces, Eusebio Guiteras, Felipe López de Briñas, Manuel Costales, Anselmo Suárez y Romero, Antonio y Francisco Sellén, Femando Valdés Aguirre, Felipe Poey y otros. Compilado por Araceli García-Carranza, se publicó su índice en Índices de revistas cubanas. Siglo XIX (La Habana, Biblioteca Nacional José Martí. Depto. Colección Cubana, 1970, p. 217-265).

BIBLIOGRAFÍA

[García-Carranza, Araceli]. «Cuba Literaria (1861-1863)», en Índices de revistas cubanas. Siglo XIX. Compilados por [...]. La Habana, Biblioteca Nacional José Martí. Depto. Colección Cubana, 1970, p. 211-215.
 

Cuba Literaria (Santiago de Cuba, 1904-[1905]). «Revista semanal ilustrada», aparecía como subtítulo en el ejemplar más antiguo visto, correspondiente al 14 de julio. Su propietario fue J. Marino Henríquez y su director-redactor Max Henríquez Ureña. Publicó poesías, cuentos, críticas literarias y otros trabajos de variada índole. Contó con la colaboración de Pedro Henríquez Ureña, Manuel Serafín Pichardo, José M. Carbonell, Francisco García Cisneros, Dulce Mª. Borrero, Lola R. de Tió, entre otros menos conocidos. El último número revisado corresponde al 24 de noviembre de 1904, pero según afirma el propio Max Henríquez Ureña en la segunda parte de su Panorama histórico de la literatura cubana (La Habana, Edición Revolucionaria, 1967, p. 297), su actividad se extendió hasta 1905.
 

Cuba 1960 (La Habana, 1960-[Id.?]). Revista editada por la División de Publicaciones del Departamento de Asuntos Culturales del Ministerio de Relaciones Exteriores. El primer número correspondió a los meses julio, agosto y septiembre. En la «Presentación» del mismo se expresa, entre otras cosas, que «Cuba 1960 es una publicación que responde a estos caracteres precisos: es mensaje de cultura y tribuna de ideas. Recogerá en cada edición el sólido aspecto de la cultura veraz que en el año de la Reforma Agraria tiene a todos los intelectuales honestos del país en laboriosa actividad. Pero Cuba 1960 no se limita sólo a exponer ideas de escritores cubanos, [sino] también de aquellos pensadores que en otras dimensiones del Continente aporten una realidad categórica humana y latinoamericana». En el número de referencia (único que se ha encontrado) aparecieron trabajos de carácter político, textos de intervenciones en la ONU de Raúl Roa, ministro de Relaciones Exteriores del Gobierno Revolucionario, artículos sobre cuestiones culturales, literarias y artísticas, así como trabajos de creación (poemas, cuentos, fragmentos de novela) y reseñas bibliográficas de obras publicadas en Cuba en ese período. Estas últimas eran realizadas por Francisco Baeza. Los trabajos antes mencionados se debían a Raúl Castro, Simone de Beauvoir, Ezequiel Martínez Estrada, Jorge TaIlet, Graziella Pogolotti, Eduardo G. Manet, Fayad Jamís, Fausto Masó, Gustavo Eguren.
 

Cuba Musical (La Habana, 1903-[1905?]). Revista artístico-literaria. Salió con carácter quincenal a partir del 1º. de septiembre. Era dirigida por J. Marín Varona. En el primer número define sus propósitos: «Podría entenderse que Cuba Musical habrá de ocuparse exclusivamente de asuntos musicales o que con el divino arte se relacionen y no es así; porque aún concediendo nuestra Revista especial atención a la música, sus columnas se ufanarán rindiendo culto a la amena literatura y al arte en todas sus manifestaciones.» Hizo énfasis en divulgar las actividades musicales y teatrales de todo el país. Publicó poesías, cuentos, relatos de contenido musical. Dio a conocer datos biográficos sobre músicos célebres, especialmente cubanos. También aparecieron notas bibliográficas. Colaboraron en sus páginas figuras como Max y Pedro Henríquez Ureña, Luis A. Baralt, Conde Kostia (seud. de Aniceto Valdivia), Óscar Ugarte, L. Cavada y otros. El 15 de julio de 1905, la dirección anuncia la suspensión de su salida, para «introducir grandes reformas que redundarán en beneficio de Cuba Musical».
 

Cuba Nueva (La Habana [ 1915-1919?]. «Semanario nacionalista ilustrado», se lee en el ejemplar del primer número visto, de fecha 14 de noviembre de 1915. Era dirigido por Marco Antonio Dolz. Como secretario de redacción figuraba Luis Vázquez de Cuberos. Entre sus redactores estaban Ruy de Lugo Viña, Roberto Blanco Torres (Fray Roblanto), M. Rodríguez Rendueles, Jesús López Silvero y Luis G. Urbina. La propia revista presentaba como colaboradores a Agustín Acosta, Bonifacio Byrne, Emilio Bacardí, Luis Rodríguez Embil, Néstor y José Manuel Carbonell, Medardo Vitier, Rafael Argilagos, Joaquín N. Aramburu, José G. Villa, Joaquín Navarro Riera (Ducazcal), Higinio Medrano. Aparecían críticas de libros, poemas, noticias teatrales. El último ejemplar revisado corresponde al 12 de diciembre de 1915. No se han encontrado ejemplares ni referencias de 1916 y 1917, pero según parece continuó saliendo durante esos años. El 20 de mayo de 1918 comenzó su tercera época, bajo la dirección de Víctor Manuel Cardenal. Salía ahora con otro formato y presentaba un consejo de redacción integrado por Sergio Cuevas Zequeira, Juan J. Remos, Juan Antiga, Arturo Montori y Luis Padilla, entre otros. El último ejemplar de que se tiene noticias corresponde al 10 de julio de 1919, según refiere León Primelles en la página 48 de su Crónica cubana. 1919-1922 (La Habana, EditoriaI Ux, 1957).
 

Cuba Pedagógica (La Habana, 1903-?). Revista de orientación educacional. El primer número salió en noviembre. Fueron sus fundadores Miguel de Carrión, Serafín Pro (quienes fueron además sus directores), Guillermo Gutiérrez y Félix Callejas. También fungieron como directores, posteriormente, Ramiro Guerra, Arturo Montori y Carlos H. Valdés Miranda. Entre sus redactores figuraron Heliodoro García Rojas, Alfredo M. Aguayo, José Mª. Callejas y Alfonso Oliva. Su periodicidad fue variable (quincenal, trimensual y mensual). Esta revista se dedicó fundamentalmente a la publicación de materiales de instrucción escolar, métodos pedagógicos y demás recursos útiles para la enseñanza de alumnos primarios; pero en sus páginas aparecieron también cuentos, poesías, discursos literarios y lecturas para niños. Sus colaboradores más destacados fueron Enrique José Varona, Manuel Márquez Sterling, Juan M. Dihigo, Gonzalo Aróstegui, Dolores Borrero, Federico Uhrbach, Aurelia Castillo. Tuvo una sección bibliográfica que comentó los últimos libros editados. Es de notar que en las últimas revistas encontradas sólo aparecen programas educacionales, índices académicos, métodos de evaluación, etcétera, lo que indica que la publicación, paulatinamente, fue marginando las cuestiones literarias, para convertirse así en una revista técnica. El último número revisado corresponde al 31 de mayo de 1922. Según parece su publicación cesó en este año, pues León Primelles señala, en la página 569 de su Crónica cubana. 1919-1922 (La Habana, Editorial Lex, 1957), que sólo ha visto los números correspondientes al primer semestre del mismo.
 

Cuba. Revista de difusión cultural (Santiago de Cuba, 1930-?). Publicación mensual. Artes, ciencias y letras. Comenzó a salir en mayo, como una continuación de El Chofer de Cuba. Fue dirigida por Manuel González Borrero. En su primer número, el director expresaba que «a pesar del flamante nombre de la publicación, ni hemos de envanecernos por el humilde aporte que estos cuadernos signifiquen en la prensa literaria de nuestra patria, ni mucho menos figurarnos que esta labor nos haga merecedores a otros lauros ni a más títulos que los que, legítimamente, hasta ahora hemos ostentado». Y más adelante añadía: «Prometemos seguir editando, como hasta aquí, una revista para trabajadores alertas y estudiosos, si bien, con un más definido concepto de nuestra responsabilidad en esta esfera.» Desde el número correspondiente a julio-agosto de 1931, Luis Aguiar Poveda ocupó la jefatura de redacción. En sus páginas aparecían poemas, cuentos, artículos de crítica literaria y otros trabajos sobre arte, educación, etcétera. Además, consagraban la parte final al suplemento «El Chofer de Cuba. órgano oficial de la Asociación «Gremio de Conductores de Automóviles de Santiago de Cuba». Automovilismo, aviación y variedades». Fueron sus colaboradores Ángel I. Augier, Manuel Navarro Luna, Rafael Esténger, Lino Horroutiner, Miguel Ángel Macau, Emilio Ballagas, Rosa Hilda Zell, Ciana Valdés Roig, Héctor Poveda, Leonardo Griñán Peralta, Arturo Clavijo Tisseur, Pedro Roig Fernández-Rubio, María C. Escanaverino, Fernando Jústiz, Francisco Domenech y otros. También contó con la colaboración de escritores extranjeros, entre los que se destaca Alberto Guillén, y reprodujo textos de José Carlos Mariátegui. El último ejemplar encontrado corresponde a enero-febrero de 1932.

BIBLIOGRAFÍA

«Año nuevo», en Cuba. Santiago de Cuba, 1 (19-20): 3, nov.-dic., 1931. | G[onzález] B[orrero] M[anuel]. «Una variante en la marcha», en Cuba. Santiago de Cuba, 1 (1): 6, may., 1930.
 

Cuba Socialista (La Habana, 1961-1967). Revista mensual. Comenzó a salir en septiembre. Su consejo de dirección estaba integrado por Fidel Castro, Osvaldo Dorticós Torrado, Blas Roca, Carlos Rafael Rodríguez y Fabio Grobart. En el editorial aparecido en el primer número el Primer Ministro, comandante Fidel Castro, señalaba que los objetivos principales de la publicación eran los siguientes: «Difundir las experiencias de la Revolución cubana. Plantear y discutir los problemas que en los distintos aspectos enfrenta la Revolución. Examinar a la luz de la teoría científica del marxismo los distintos aspectos de la lucha que libra la clase obrera con el apoyo de los campesinos y de las demás capas laboriosas por alcanzar el Socialismo. Contribuir a la preparación ideológica y política -teórica y práctica- de los cuadros y militantes revolucionarios. Dar a conocer en Cuba las experiencias, los problemas y las contribuciones teóricas de los movimientos fraternales de América Latina y del mundo.» El editorial a que nos referimos concluye expresando que la revista «estará dedicada íntegramente a la noble y humana tarea de servir a la lucha por terminar la explotación del hombre por el hombre». Tuvo varias secciones fijas: «Comentarios del mes», con notas sobre problemas internacionales; «En los países socialistas», donde se daba a conocer el desarrollo de aspectos de la vida, la historia, la economía y la educación en estos países; «Vida de la organización revolucionaria» -más tarde llamada «Vida del Partido»- en la que se planteaban asuntos referentes a la estructura y a la vida interna de los núcleos del Partido y se exponían temas al respecto planteados por Marx, Lenin y otros dirigentes revolucionarios; «Documentación», en la que se incluían declaraciones, actas y manifiestos importantes de la historia cubana y extranjera, y «Reseña de libros y publicaciones», con comentarios sobre textos marxistas, libros de historia y de literatura. Fueron colaboradores habituales de esta última sección Mirta Aguirre y Sidroc Ramos. Otros colaboradores de la publicación fueron Juan Marinello, Ernesto Guevara, Armando Hart, Raúl Roa, Sergio Aguirre, Ladislao González Carbajal, Julio Le Riverend, Severo Aguirre, Femando Álvarez Tabío, Raúl Ferrer, Edith García Buchaca, Pelegrín Torras, Isidoro Malmierca, José Antonio Portuondo, Raúl Valdés Vivó, Lionel Soto, Jacinto Torras, Antonio Núñez Jiménez. Con la salida del número 66, correspondiente a febrero de 1967, finalizó su publicación. En dicho número expresa el Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba lo siguiente: «Es criterio y decisión del Buró Político que la publicación de la revista teórica oficial del Partido debe ser interrumpida hasta que el Primer Congreso del mismo adopte decisiones sobre algunos de aquellos problemas teóricos, estratégicos y tácticos del movimiento revolucionario en el mundo y sobre problemas varios de la construcción del socialismo y el comunismo.» Realizado por Aleida Domínguez se publicó Index. Cuba Socialista 1961-1965 (La Habana, Biblioteca Nacional José Martí. Centro de Información Humanística, 1966).
 

Cuba y América (New York, 1897-1898; La Habana, 1899-1917). Periódico quincenal ilustrado, dedicado a los países Hispanoamericanos. El número inicial apareció el 1º. de abril. Fue, según se señalaba en sus páginas, una publicación de «política, intereses generales y variedades», con «crítica, sátira, ilustraciones y caricaturas». Durante toda su existencia fue dirigida por Raimundo Cabrera, quien firmaba algunos de sus artículos con el seudónimo Ricardo Buenamar. Desde el 1º. de enero de 1898 apareció como «Periódico semanal ilustrado, dedicado a los países Hispano-Americanos». Su periodicidad pasó a ser mensual a partir de agosto de 1898. El último número publicado en Nueva York corresponde a septiembre de ese año. Mientras Cuba y América se editó en Nueva York, se definió como una publicación dedicada a los emigrados cubanos que «tratará de responder dentro de su esfera al estado de espíritu, a las necesidades que en la emigración se manifiestan, y al lado de los periódicos que con más autoridad y títulos llevan en Nueva York y en distintos lugares de América la enseñanza del combate -combatiendo también modesta y resueltamente-, será en otro orden de ideas y de labor, como el órgano en que los amantes de las letras y de los estudios políticos y críticos, reflejen sus elucubraciones en estos días amargos de incertidumbres y de destierros». La mayoría de los trabajos se referían a la insurrección en Cuba, narraban episodios de la guerra, tanto en prosa como en verso. Tuvo una sección de «BIBLIOGRAFÍA», que comentaba los últimos libros publicados. Entre los más asiduos colaboradores de esos años figuraban Enrique José Varona, Manuel Sanguily, Nicolás Heredia (quien en ocasiones utilizaba el seudónimo Mostaza), Esteban Borrero Echeverría, Martín Morúa Delgado, Benjamín Giberga, Pedro Santacilia, Francisco de Paula Coronado, los hermanos Carlos Pío y Federico Uhrbach, Rafael de Castro Palomino, Bonifacio Byrne, Justo de Lara (seud. de José de Armas y Cárdenas), Francisco Sellén, Néstor Ponce de León, Luis Montané. Muchas colaboraciones aparecían firmadas con seudónimos, tales como Nadie (Juan Antonio García), Pompeyo (Antonio González Curquejo), Lohengrin (Francisco García Cisneros). Al cese de la dominación española, la publicación comenzó a imprimirse en La Habana como «Revista ilustrada». El primer número editado corresponde al 6 de febrero de 1899. Su periodicidad fue quincenal hasta el 20 de octubre de 1900. Aparecían en el machón, como redactores, Nicolás Heredia y Leopoldo Cancio; como director artístico, Ricardo de la Torriente, y como colaboradores, entre otros menos conocidos, Isaac Carrillo, Carlos M. Trelles, Vidal Morales y Morales, Bonifacio Byrne, Alfredo Zayas, Benjamín Giberga, Tomás Estrada Palma y Andrés Segura Cabrera. Entre el 5 de agosto de 1900 y el 20 de octubre del propio año fungió como director accidental Vidal Morales y Morales. A partir de noviembre de 1900 su formato se hizo más pequeño. Desde ese número la publicación adquirió una proyección más universal, pues comenzaron a aparecer traducciones, temas científicos, novelas europeas. A partir del 1º. de enero de 1901 el formato volvió a ser mayor. El cuerpo de redacción estaba formado, entonces, por Adrián del Valle, Fernando de Zayas, Antonio González Curquejo, Jesús Castellanos, Ramón Meza y Ramiro H. Portela. El 8 de diciembre de 1901 empezó a salir, independiente de la edición mensual, una semanal que publicó entre otros materiales, novelas como Francisco, de Anselmo Suárez Romero, poemas y crónicas de teatro. A partir del 13 de septiembre de 1903, la revista se editó semanalmente. Desde el 6 de octubre de 1906 el formato volvió a ser mayor y presentó el subtítulo «Revista semanal. Política, ciencias, literatura, artes, variedades». Como jefe de redacción fungía Adrián del Valle; como redactores encontramos a Leopoldo Cancio, Antonio González Curquejo, José de Armas, Fernando Ortiz, Lorenzo Frau Marsal, Jesús Castellanos, Ramiro Hernández Portela, Aniceto Valdivia, Fernando de Zayas y Blanche Z. de Baralt, entre otros. En el grupo de colaboradores estaban Ramón Meza, Juan Santos Fernández, Manuel Valdés Rodríguez, Héctor de Saavedra, Enrique Piñeiro, Eulogio Horta, Francisco Sellén, Francisco García Cisneros, José G. Villa, Luis Rodríguez Embil, M. Rodríguez Embil y Eduardo de Ory. A partir del 2 de noviembre de 1907 fue su administrador Adrián del Valle. Desde el 4 de diciembre de ese año volvió a cambiar de formato y comenzó a editarse dos veces por semana. Como director artístico fungía Aurelio Melero. Entre el 2 de julio de 1908 y el 14 de enero de 1909 volvió a ser semanal. Desde febrero de 1909 a noviembre de 1910 su periodicidad fue mensual. La redacción de la revista manifestaría, por esta época, que el propósito de esta publicación es «contribuir a la cultura y regeneración del pueblo cubano. Recordarle su historia, sus ideales, la especialidad de su estado político y su deber de afianzar su Constitución con la práctica recta de los principios democráticos que la informan: de desprenderse de los errores e influencias de su pasado y regir sus destinos con personalidad propia y espíritu americano». En mayo de 1910 apareció el boletín diario El Tiempo, que salió hasta mediados del año 1912, y que tuvo la misma dirección y administración que la revista. Desde el 5 de diciembre de 1910 la publicación cambió de formato y se editó semanalmente; entre el 5 de febrero de 1911 y febrero de 1912 fue mensual. Salvador Salazar fungió como administrador desde el 3 de septiembre de 1911. A finales de febrero de 1912 volvió a salir semanalmente, hasta el 26 de abril de 1913. El 16 de marzo de 1912 aparece Salvador Salazar como jefe de redacción. En el número correspondiente al 26 de abril de 1913 ya mencionado, en una nota del director de la publicaci6n, se señala que «con el presente número, Cuba y América se despide de sus antiguos abonados. A los 16 años de su fundación [...] sentimos flaquear la pluma y ansias de reposo». Reapareció en octubre de 1913, ahora en su segunda época y con un tamaño menor, como publicación mensual. Fueron redactores y colaboradores Max Henríquez Ureña, Domingo Figarola Caneda, Agustín Acosta, Emilia Bernal, Fernando Ortiz, Arturo R. de Carricarte, René Lufríu, Adrián del Valle, Fernando Figueredo, Héctor de Saavedra, Aurelio Miranda, Salvador Massip, Félix Lizaso. Durante todos esos años la revista publicó cuentos, secciones bibliográficas, poemas, capítulos de libros, fragmentos de novelas, traducciones, materiales históricos cubanos e internacionales. Entre otros libros editó, por capítulos, El laúd del desterrado, Poesías de Joaquín Lorenzo Luaces y De tierra adentro, de Jesús Castellanos. El último número publicado corresponde a abril de 1917.

BIBLIOGRAFÍA

«Aniversario de Cuba y América», en Cuba y América. La Habana, 2ª. época, 18, 2 (1): 2, oct., 1914. | Bueno, Salvador. «Cuba y América (1897-1917)», en Universidad de la Habana. La Habana, 30 (177): 153-169, ene.-feb., 1966. | Cabrera, Raimundo. «Cuba y América», en Cuba y América. La Habana, 13, 29 (1): 5-6, feb., 1900; «Historia de Cuba y América», en Cuba y América. La Habana, 15, 34 (1): 9-13, nov, 5, 1911. | «Con los tiempos», en Cuba y América. La Habana, 10, 22 (11): 1, oct. 6, 1906. | «Cuba y América en su segunda época», en Cuba y América. La Habana, 2ª. época, 18, 3 (1): 2, oct., 1914. | «Lo que fuimos y lo que somos», en Cuba y América. La Habana, 2ª. época, 17, 1 (1): 4, cct., 1913.
 

Cuba y la URSS (La Habana, 1945-[1952?]). Revista mensual. órgano del Instituto de Intercambio Cultural Cubano-Soviético. El primer número correspondió al 1º. de agosto. Estuvo dirigida por un consejo integrado por Luis Gómez Wangüemert, Domingo Ravenet, Ricardo Riaño Jauma, Antonio Quevedo y Emilio del Junco. En abril de 1948 su formato se hizo más pequeño y el consejo de dirección se redujo a tres miembros: Luis Gómez Wangüemert, Domingo Ravenet y Emilio del Junco. Desde marzo de 1949 hasta septiembre de 1950, su consejo de redacción estuvo formado por Luis Gómez Wangüemert, Domingo Ravenet y Raúl Macías. A partir de 1950 su consejo de dirección estuvo constituido por Ángel Augier, Serafín Ruiz y Raúl Macías. Fue una revista de contenido variado que tuvo como finalidad divulgar noticias sobre distintos aspectos de la vida en la URSS. Además de conocidos intelectuales soviéticos, colaboraron en la publicación Juan Marinello, Mirta Aguirre, José Luciano Franco y Félix Pita Rodríguez, entre otros. El último número visto corresponde a los meses de mayo-junio de 1952.
 

Cubano, El (Nueva York [1852-1854?]). Periódico que comenzó a salir en 1852, según señala Carlos M. Trelles en la cuarta parte de su «BIBLIOGRAFÍA de la prensa cubana (de1764 a 1900) y de los periódicos publicados por cubanos en el extranjero» -en Revista Bibliográfica Cubana (La Habana, 2 (10-12): 210, jul.-dic., 1938)-. El 5 de marzo de 1853 (volumen 1, número 1) reaparece, luego de haber dejado de publicarse debido a que en «la víspera de entrar en prensa el número 4º. de El Cubano, tuvimos la desgracia de que fuese destruida, por un incendio a media noche, la oficina de La Verdad, en la cual se imprimía nuestro papel», como expresan en el primer número. Su subtítulo lo caracterizaba como un «Periódico político, literario y económico». Su lema era «Patria y Libertad». Fue fundado por Miguel Teurbe Tolón, quien además lo redactaba en español e inglés. «La nueva forma con que reaparece El Cubano -señala- es no solamente más manuable y elegante, cual conviene a semejante clase de publicaciones, sino que cada número de esta nueva serie contendrá una quinta parte más de lectura que los de la antigua. Publicándose cada mes tres números de ocho páginas.» Tenía como objetivo, según expresión propia, «difundir por toda Cuba y Puerto Rico los principios y opiniones que tienden a su Revolución de independencia como único medio de salvarla de los peligros que la cercan». Al igual que otros muchos periódicos publicados por los emigrados cubanos, sus páginas estaban dedicadas a hacer propaganda a favor de la libertad de la isla y a ofrecer noticias sobre las actividades que para lograrla se llevaban a cabo. Su tendencia era el anexionismo. También se publicaban poesías, novelas y extractos de discursos sobre la cuestión cubana, pronunciados en la Cámara de Representantes de Washington. Miguel Teurbe Tolón publicó su novela «Lola Guara». Las colaboraciones aparecían, por lo general, firmadas con seudónimos: María Toles, Don Juan, Jején, Carlos de Colins. Además fueron publicadas poesías de José A. Quintero y Antonio M. Betancourt. En una nota «A los comunicantes» se señalaba que el periódico «no admitirá comunicados anónimos ni bajo seudónimo, que no traigan al pie la firma verdadera de su autor, cuyo secreto será guardado estrictamente, publíquese, o no, el artículo. Se exceptúan de esta regla las comunicaciones de nuestros amigos de Cuba y Puerto Rico». Sólo se han encontrado tres ejemplares, el último con fecha 25 de mayo de 1853, pero Trelles indica en su trabajo antes citado, que su salida se extendió hasta enero de 1854.
 

Cubano Libre [de Santiago de Cuba] El (V. PÁGINAS LITERARIAS)
 

CUENTO El cultivo del cuento -tal como modernamente lo consideramos- resulta de aparición tardía en Cuba, incluso con relación al surgimiento de la novela. En rigor, el primer libro de cuentos en esta acepción que señalamos -Lectura de Pascuas, de Esteban Borrero Echeverría- no viene a publicarse hasta las postrimerías del siglo XIX (1899). El estudio de la cuentística cubana antes de esta fecha está aún por hacerse, pues, dadas las transformaciones del género, una cuidadosa revisión de las revistas literarias del siglo XIX, así como de las páginas de nuestros costumbristas, es factible que arroje un saldo de relatos -si no cualitativamente valiosos al menos cuantitativamente copiosos- que pudieran ubicarse dentro de lo que modernamente clasificamos como viñetas. La propia imprecisión del género, reflejada en la terminología de la época, ha movido a confusión durante años a los historiadores de nuestra literatura, quienes tradicionalmente han venido considerando como novela Matanzas y Yumurí (1837) de Ramón de Palma, con sólo escasas páginas de extensión, mientras que Mozart ensayando su Requiem (1881), de Tristán de Jesús Medina -una noveleta- se halla clasificada como cuento.

Con todo, esta forma no estuvo ausente de la producción de algunas de nuestras figuras literarias más valiosas del siglo XIX (Martí, quien en La edad de oro nos legó la más hermosa trilogía de relatos con que cuenta la narrativa infantil nacional; Casal, Manuel de la Cruz, Cirilo Villaverde); pero ninguno de ellos recogió en volumen estas manifestaciones, las cuales -por otra parte no constituyen lo medular de su actividad como creadores. Resulta lícito, pues, mientras no se realice la investigación que hemos señalado con anterioridad, considerar Lectura de Pascuas como el libro de partida de nuestra cuentística.

Es de deplorar que Borrero Echeverría no incluyera en este tomito su cuento filosófico «Calófilo» -publicado en la Revista de Cuba en 1879-, muy superior a las otras tres narraciones que conforman el volumen. Años más tarde, publicaría el mejor de sus cuentos: El ciervo encantado (1905), alegoría de gran interés sociológico por la sutileza con que en él se aborda un tema -el de la frustración revolucionaria motivada por la ingerencia norteamericana- que habrían de desarrollar con posterioridad los novelistas de la primera generación republicana. No resulta insólito, pues, el silenciamiento que hizo objeto a este cuento la crítica burguesa durante más de medio siglo.

Pero la producción narrativa de Borrero Echeverría es escasa y lastrada por un demasiado evidente propósito filosófico. En realidad, la cuentística de temática cubana tiene su inicio en los cuentos de De tierra adentro (1906), de Jesús Castellanos, cuyo acercamiento al campesino en este libro -tanto temática como formalmente- resulta, sin embargo, esteticista, externo. Póstumamente, su obra cuentística no recogida en De tierra adentro, la cual se inclina a un cosmopolitismo de decidida filiación naturalista sin que por ello deje de encontrarse presente la nota de denuncia social que cada vez iría acentuándose en la producción ulterior de este autor, fue recogida al compilar sus obras la Academia Nacional de Artes y Letras en 1916.

Con todo, la obra cuentística de Jesús Castellanos no tuvo continuadores de talla. Mientras que en poesía nuestro posmodernismo puede mostrar con orgullo el binomio Boti-Poveda, y en la novela, aparte del propio Jesús Castellanos, Carlos Loveira y Miguel de Carrión lograron obras de incuestionable significación entre nosotros, en el período que media entre la publicación de De tierra adentro hasta la aparición de La pascua de la tierra natal (1928), de Luis Felipe Rodríguez, la única obra cuentística importante de autor cubano se desarrolla lejos de nuestra patria, aunque no completamente desvinculada de ella. Nos referimos, por supuesto, a la de Alfonso Hernández Catá, quien continuaría la directriz cosmopolita trazada en nuestra cuentística por Jesús Castellanos bajo la influencia del gran modelo que para los cuentistas de la época representaba Guy de Maupassant. Ante los relatos de Hernández Catá palidecen los de Luis Rodríguez Embil, Miguel Ángel de la Torre y los muy escasos de Loveira y Carrión, aquéllos que con mayor calidad literaria cultivaron el género en este período.

La otra directriz trazada por Jesús Castellanos encuentra su más alta expresión en la obra de Luis Felipe Rodríguez, quien con su ya citado libro La pascua de la tierra natal y muy especialmente con Marcos Antilla (1932), al desviar su atención del propósito sicológico que movía a Castellanos y a Hernández Catá y al centrarla en el sociológico hasta poner claramente de relieve la raíz de los males que afligían al campesino cubano, marca un hito en nuestra cuentística, cuyo rumbo ulterior determinará por varías décadas.

Respondiendo a un criterio estrechamente formalista, se ha tendido a menudo -aún después de nuestra Revolución- a subestimar la importancia literaria de Luis Felipe Rodríguez, argumentándose las deficiencias formales de sus cuentos. Es cierto que hay pobreza formal en sus relatos (pobreza formal de la que, por otra parte, tampoco estaban exentos los contemporáneos suyos que suelen oponérsele, quienes -desdichadamente- tuvieron más alientos para copiar modelos foráneos que para crear una cuentística nacional), mas, con todo, nos parece de elemental justicia para con Luis Felipe recordar que el llamado a la búsqueda de los valores autóctonos que en una de sus direcciones postuló el vanguardismo, encontró oído receptivo en nuestra cuentística en la obra de este autor, obra que no estaba a contrapelo con la norma estética de su época, sino que formaba parte de su sector de avanzada. Resulta injusto, pues, evaluar su obra ahistóricamente y aplicarle una tabla de valores actual que atienda sólo a los elementos formales de la obra.

El movimiento de vanguardia, particularmente fecundo en nuestra poesía, se dejó sentir también en nuestra cuentística.

En 1930 escribió sus cuentos Arístides Fernández, aunque su impresión como libro no vino a realizarse hasta 1959, ya triunfante nuestra Revolución. También en 1930, Pablo de la Torriente Brau, en colaboración con Gonzalo Mazas Garballo, publica Batey.

La cuentística de estos dos autores ostenta diferencias sustanciales con respecto a la cultivada en las décadas anteriores. Arístides Fernández resulta el más influido por las corrientes literarias de vanguardia y el que más se aleja en su obra de los cánones naturalistas imperantes hasta entonces en buena parte de nuestra narrativa. En algunos de sus cuentos pueden rastrearse elementos expresionistas y, en general, sus relatos constituyen un precedente de una cuentística arrealista (tomando el término en su acepción más estrecha) que, pasando por los narradores de Orígenes en los años 40, va a encontrar su mayor cultivo en los primeros años de la década del 60 al 70.

Los cuentos de Batey no hacen entera justicia al talento narrativo que indudablemente poseyó Pablo de la Torriente Brau. Escritos antes de que su autor cumpliera los treinta años, se resienten de cierta ingenuidad tanto formal como temática. Son cuentos de gran dinamismo, escritos con desenfado casi deportivo (piénsese en la importancia que revisten en ellos los motivos tomados al deporte, especialmente en «Páginas de una alegre juventud», relato con que cierra su libro), de muy variada temática, los cuales acusan ya la benéfica influencia de autores norteamericanos -especialmente la de O'Henry «El héroe», «Asesinato en una casa de huéspedes») y una superación del naturalismo zolesco de los autores de la primera generación republicana.

Colaboran también en esta corriente renovadora del género, Federico de Ibarzábal, fuertemente influido por Conrad, con las narraciones de Derelictos (1937) y La charca (1938), así como Enrique Serpa, cuyos mejores cuentos -«Aleta de tiburón», «La aguja»- se insertan en el volumen Felisa y yo (1937). Años más tarde, Serpa publicaría otro libro de cuentos -Noche de fiesta (1951) en el que repite, sin superarlas, la temática y las técnicas formales de su primer libro, lastrado ya por un naturalismo tardío, pleno de recursos melodramáticos.

El tema negro, que alcanzó en el género de poesía su expresión estética más afortunada entre nosotros, no dejó de tentar a los cuentistas. Lidia Cabrera con sus colecciones de relatos Cuentos negros de Cuba (1940) y Por qué...? (1948) se destaca entre sus cultivadores. A ella se unen, entre otros, Ramón Guirao, Carlos Cabrera, Rómulo Lachatañeré (O mío Yemayá, 1938), y Gerardo del Valle, quien recogería sus cuentos ya bien entrada la Revolución en el volumen 1/4 Fambá y 19 cuentos más (1967).

La década del 40 al 50 es particularmente fecunda para nuestra cuentística. En ella llegan a su madurez o producen sus obras más significativas algunos de nuestros más destacados narradores.

De esta década son algunos de los relatos que con posterioridad recogerá en el volumen Guerra del tiempo (1958) la primera figura de nuestra narrativa, Alejo Carpentier. Igualmente aparecen en ella los cuentos de Carne de quimera (1947) y Trailer de sueños (1949), de Enrique Labrador Ruiz, quien en la década anterior había escrito una trilogía de novelas importantes entre nosotros por las innovaciones técnicas que introducían. Surgen los primeros cuentos acabados de nuestros dos más señalados cuentistas contemporáneos: Onelio Jorge Cardoso y Félix Pita Rodríguez. Aparece también la antología de cuentos cubanos de José Antonio Portuondo -Cuentos cubanos contemporáneos (1947)-, la cual tiene como precedente la realizada por Federico de Ibarzábal -Cuentos contemporáneos (1937)-, primera de este tipo en Cuba. Y, finalmente, es creado el Premio Hernández Catá, de tan saludable influencia para el desarrollo de nuestra cuentística. A este concurso anual, que se prolongó por más de una década, presentaron sus cuentos los más destacados narradores de aquel momento. Premios o menciones fueron obtenidos, entre otros, por Onelio Jorge Cardoso, Félix Pita Rodríguez, Enrique Labrador Ruiz, Dora Alonso, Ernesto García Alzola, Raúl González de Cascorro, Raúl Aparicio, José María Carballido Rey, Rosa Hilda Zell.

En contraste con la década precedente, el período que media entre 1950 y el triunfo de nuestra Revolución muestra un cierto estancamiento en el proceso evolutivo del género. Es obvio que el clima político vivido durante la tiranía batistiana conspiraba en contra del cultivo pleno de la literatura. Entre El gallo en el espejo (1952), de Labrador Ruiz, hasta la publicación de El cuentero (1958), de Onelio Jorge Cardoso, el saldo de la producción cuentística en nuestro país resulta desalentador. El grupo que se nucleó en torno a la revista Orígenes, como se sabe, se consagró fundamentalmente al cultivo de la poesía: pero, aún así, algunos de sus integrantes incursionaron en el cuento de modo ocasional. Entre ellos sobresale Eliseo Diego, quien continuará la directriz poético-imaginativa comenzada en los años 30 por Arístides Fernández -a quien el grupo reivindica- en oposición a la línea criollista que continuaba prodigándose, pero ya con mengua de su eficacia artística.

Al triunfo de la Revolución, con respecto a la norma estética prevaleciente, se aprecia una marcada tendencia por parte de los escritores que forman su núcleo de avanzada a liquidar, tanto temática como formalmente, los restos del criollismo cultivado en las décadas anteriores. En estos autores, la influencia de la literatura norteamericana que ya habíamos apuntado como fuerza impulsora de nuestra cuentística a partir, primordialmente, de los años 40, se toma decisiva y se mantendrá, aproximadamente, hasta 1966 en que de modo paralelo comienza a observarse la influencia cada vez más creciente de modelos que proceden de la literatura latinoamericana. Es de resaltar el auge que en los primeros años de la Revolución tuvo la cuentística de la llamada «ficción científica» o la de mera fantasía, cuentística que -en general- tuvo como común denominador el desasimiento de la circunstancia inmediata y en particular del proceso revolucionario por parte de sus autores.

La temática del quehacer revolucionario, por supuesto, no había dejado de cultivarse del todo. Una muestra la tenemos en Gente de Playa Girón (Premio Casa de las Américas 1962), de Raúl González de Cascorro. Pero es a partir de esta fecha señalada que aparece una nueva promoción de cuentistas, quienes -si bien con características individuales muy definidas- se preocupan por expresar artísticamente la coyuntura revolucionaria que les toca vivir, bien abordando la temática de las luchas internas contra los enemigos de la Revolución, en particular la lucha contra los bandidos en las montañas de El Escambray (buena parte de la producción de nuestros narradores más jóvenes ha abordado esta temática, así como la generada por la heroica victoria de nuestro pueblo en Playa Girón), bien tratando de traducir estéticamente en sus infinitas circunstancias cotidianas, el ingente esfuerzo de nuestro pueblo por edificar el socialismo. Entre estos autores se destacan Jesús Díaz (Los años duros, 1966); Julio Travieso (Días de guerra, 1967, Los corderos beben vino, 1970); Hugo Chinea (Escambray 60, 1970, Contra bandidos 1973); Sergio Chaple (Ud. sí puede tener un Buick, 1969); Manuel Cofiño (Tiempo de cambio, 1969); Enrique Cirules (Los perseguidos, 1971); Julio Chacón (Canción militante en tres tiempos, 1972).

Paralelamente a la obra de estos más jóvenes autores, cuentistas de generaciones anteriores continúan produciendo sus obras, tales como César Leante (La rueda y la serpiente, 1969); Imeldo Álvarez (La sonrisa y la otra cabeza, 1971); Noel Navarro (La huella del pulgar, 1972); Antonio Benítez (Tute de Reyes, 1967, El escudo de hojas secas, 1968). En tanto, algunos de los cuentistas más destacados de los años 40 -Onelio Jorge Cardoso, Félix Pita Rodríguez, Dora Alonso- continúan desarrollando su obra con ejemplar espíritu renovador, como puede apreciarse en los cinco volúmenes de nuevos cuentos (El caballo de coral, 1960; La otra muerte del gato, 1964; Iba caminando, 1966; Abrir y cerrar los ojos, 1969; y El hilo y la cuerda, 1974) que con posterioridad al triunfo de la Revolución ha publicado Onelio Jorge Cardoso.

El saldo de la cuentística cubana posrevolucionaria hasta la fecha resulta, quizás, el más satisfactorio que puedan mostrar los distintos géneros literarios cultivados entre nosotros en este período. Cada año los distintos concursos nos revelan el surgimiento de escritores noveles de alta promesa, los cuales con gran frescura van dejando la impresión literaria de la magna empresa que con su trabajo tesonero gesta nuestro pueblo.

Por otra parte, el Primer Congreso Nacional de Educación y Cultura, al delimitar muy claramente los lineamientos de lo que ha de ser la producción literaria en nuestro país, garantiza su correcto desarrollo, por lo que nada obsta para que, haciendo suya la ya rica tradición que en el género posee nuestra literatura y asimilando lo más valioso de la narrativa universal, las nuevas generaciones de narradores deparen a Cuba un sitial de primerísima jerarquía dentro de la cada vez más pujante literatura latinoamericana.

BIBLIOGRAFÍA

Abesgaus, Maia. «El cuento cubano del siglo XX», en Literatura Soviética. Moscú, (10): 177-182, 1966. | Álvarez, Imeldo. «Prehistoria del cuento en Cuba», en La Gaceta de Cuba. La Habana, 10 (103): 13-15. may-jun., 1972. | Benítez, Antonio. «Los precursores del cuento en Cuba», en Unión. La Habana, 9 (1): 6-13, mar., 1972. | Bueno, Salvador. «Trayectoria del cuento y la narración corta en Cuba», en Libro de Cuba. La Habana, Publicaciones Unidas, 1954, p. 602-606. | Fernández Cabrera, Carlos. «La novela y el cuento en Cuba», en Álbum del cincuentenario de la Asociación de Repórters de La Habana. 1902-1952. La Habana, Editorial Lex, 1953, p. 217-222. | Fornet, Ambrosio. En blanco y negro. La Habana, Instituto del Libro, 1967. | Puente, Antonio Eligio de la «Introducción» en Palma, Ramón de. Cuentos cubanos. La Habana, Cultural, 1928, p. V-XLIV. | Remos y Rubio, Juan J. Tendencias de la narración imaginativa en Cuba. La Habana. La Casa Montalvo-Cárdenas, 1935. | Rodríguez Feo, José. «Breve recuento de la narrativa cubana», en Unión. La Habana, 6 (4). 131-136, dic., l967.
 

Cuento, El (La Habana, 1921-[Id?]). Publicación mensual. Comenzó a salir en febrero. La propia revista expresa que estaba dedicada exclusivamente a la publicación de cuentos. En cada edición salían tres cuentos, uno cubano, otro español y otro vertido del francés o del inglés. Sobre los mismos señala que «los cuentos castellanos serán rigurosamente inéditos, y las traducciones se harán de las últimas revistas extranjeras, a fin de impedir que otras publicaciones se adelanten en la traducción». Entre los cuentos publicados figuraron los de Eduardo Zamacois, Pedro Mata, Armando Palacio Valdés, Augusto Martínez Olmedilla, Alfonso Hernández Catá, Lorenzo Frau Marsal, Luis Rodríguez Embil, Francisco G. de Cisneros y otros. El último ejemplar revisado corresponde a abril de 1921.
 

CUEVAS ZEQUEIRA, Sergio (San Juan, Puerto Rico, 31.1.1863-La Habana, 6.3.1926). Cursó las primeras letras en su ciudad natal y el bachillerato en Santurce (Puerto Rico). Ejerció el magisterio y fue director del Liceo de Mayagüez. Se graduó de Doctor en Filosofía y Letras en la Universidad de La Habana (1897), de la cual fue después profesor interino. Volvió a Puerto Rico en 1898. Allí, además de sus actividades pedagógicas, fundó los periódicos El Territorio y Diario de Puerta Rico y fue director de El Liceo y El Liberal. Regresó a Cuba ese mismo año y se dedicó al periodismo. Participó en las contiendas electoralistas de principios de la República. Llegó a ser electo consejero provincial. En 1913 volvió a la Universidad de La Habana como profesor auxiliar de Psicología, Moral y Sociología. Colaboró en Diario de la Marina, La Opinión Nacional, La República Cubana, El Fígaro, Bohemia, Arte, La Discusión. Estuvo entre los primeros redactores de El Mundo. También fundó la revista Las Antillas y dirigió La Gaceta de Bellas Artes. Fue miembro de la Sociedad Teatro Cubano, del Club Cubano de Bellas Artes, del Ateneo de La Habana y fundador de la Academia de la Historia de Cuba. La Academia Internacional de Bruselas lo nombró Profesor Honorario. Dejó inéditos los trabajos Pláticas literarias, La revolución rusa y Problemas de la memoria.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Tesis para optar al grado de Doctor en la Facultad de Filosofía y Letras. Leída y sostenida por [...]. Octubre de 1897. La Habana, Imp. P. Fernández, 1897. | En la contienda. Colección de artículos políticos. Pról. de Gastón Mora. La Habana, Tip. El Fígaro, 1901. | Pláticas agridulces, satirillas Políticas y literarias. Pról. de Manuel Márquez Sterling. La Habana, Imp. P. Fernández, 1906. | Discurso pronunciado por D. Sergio Cuevas Zequeira en el acto de la repartición de premios a los alumnos del Centro Gallego efectuado en el Gran Teatro Nacional. La Habana, Imp. de Solana, 1911. | Discurso pronunciado en la repartición de premios a los alumnos de la Asociación de Dependientes del Comercio el día 2 de septiembre de 1917. La Habana, Imp. P. Fernández, 1918. | La función histórica de España en la Edad Media. Discurso pronunciado en el Centro Asturiano el 4 de agosto de 1918. La Habana, R. Orizondo, 1918. | Carlos Manuel de Céspedes. Discurso pronunciado en la noche del 10 de octubre de 1918. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1919. | Apuntes de moral. Tomados en cátedra, según las diarias conferencias, por el alumno Manuel H. Hernández. La Habana, Imp. y papelería de Rambla y Bouza, 1920. | Apuntes de sociología. Tomados en clase por Horacio Reyes Lovio, Ángel F. Jiménez y Augusto Venegas Muiña. La Habana, Tip. Musical, 1921. | Discurso leído en la Academia de la Historia el 22 de junio de 1922. La Habana, Tip. Moderna, 1922. | Carlos Manuel de Céspedes. Oración inaugural de la serie destinada por la Sección de Ciencias Históricas del Ateneo de la Habana a glorificar a los grandes hombres de Cuba. La Habana, Tip. Moderna, 1923. | Discurso pronunciado en el Club Femenino. La Habana, Tip. Moderna, 1923. | Discurso pronunciado en la Universidad de la Habana confiriendo al Dr. Enrique José Varona el título de Catedrático Honorario. La Habana, Tip. Moderna, 1923. | Manuel de Zequeira y Arango y los albores de la literatura cubana. Apuntes para un ensayo histórico-crítico. La Habana, Tipografía Moderna de Alfredo Dorrbecker, 1923. (Biblioteca de las Antillas. Colección de folletos literarios, históricos y filosóficos, 3). | El Padre Varela: contribución a la historia de la filosofía en Cuba. La Habana, Tip. Moderna, 1923. | Discurso pronunciado en el Centro Catalán con motivo del 203º. aniversario de la pérdida de las libertades catalanas. La Habana, Graphical Arts, 1924. | Mirando hacia el lejano ayer. Apuntes. La Habana, Graphical Arts, 1924. | Tres joyas de la literatura cubana. La Habana, Graphical Arts, 1924. | Mis primeros pasos. Apuntes biográficos. La Habana. Nuestra Señora de Monserrat, 1925. | Ultima verba. La Habana, Nuestra Señora de Monserrat, 1925.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Castellanos, Jesús. «Dr. Sergio Cuevas Zequeira», en su Cabezas de estudio (Siluetas políticas). La Habana, Imp. Militar, 1902, p. 101-103. | González, Gerardo G. «Sergio Cuevas Zequeira, íntimo», en Bohemia. La Habana, 18 (12): 20, mar. 21, 1926. | Rodríguez García, José Antonio. Elogios del Dr. Sergio Cuevas Zequeira, individuo de número, leído por [...] en la sesión solemne celebrada en la noche del 14 de marzo de 1928. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1928.
 

Cultura (Guanajay, Pinar del Río, 1909-?). Revista de ciencias, arte e intereses generales. Comenzó a salir el 7 de noviembre en forma mensual. Era dirigida por Arturo Galí. La redactaban Moisés Miró, Ángel Ortega, Manuel Reyes y Luis Yero. Presentó dos lemas: «Labor Omnia Vincit» y «Sólo la verdad nos pondrá la toga viril». Tenía entre sus propósitos, según expresa la revista, «propagar, difundir la ciencia, aunar ésta en armonioso y bello consorcio, a la amena literatura que solaza y da esparcimiento al ánimo, estableciendo de esta suerte un agradable y sugestivo dualismo. Es lo que nos proponemos los que esta Revista redactamos [...]» Más adelante señala que «la parte pedagógica [...] ha de revestir mayor interés que otra alguna, pues la sagrada y noble causa de la enseñanza, merecerá, justamente nuestra preferente y decidida atención». Poesías, aforismos, cuentos, trabajos sobre educación y certámenes literarios y pedagógicos completan la línea de Cultura. Colaboraron en sus páginas Federico Uhrbach, Fermín V[aldés] Domínguez, Joaquín N. Aramburu, José Rodríguez Vélez, Adolfo Castellanos, Manuel M. Azcuy, Julio Jover Anido y otros. El último ejemplar revisado corresponde al 7 de abril de 1910.
 

Cultura '64 (Santiago de Cuba, 1964-1967). Periódico mensual de arte y literatura. Publicado por el Consejo Nacional de Cultura de Oriente. Comenzó a salir en enero, con Rebeca Chávez como responsable de edición. En el primer número expresaban: «... iniciamos este «tabloide» que recogerá al máximo de sus posibilidades, no solamente opiniones críticas de las más diversas corrientes, sino que difundirá todo aquello que en materia de arte y literatura sea difundible, entendiendo con esto lo que posea calidad y valor, para ello nuestra divisa fundamental ha sido marcada ya por nuestro Primer Ministro: «... con la Revolución todo, contra la Revolución nada...» Desde junio de 1964 empezó a funcionar un consejo de redacción integrado por Madeline Santa Cruz Pacheco y Raúl Pomares. Además de dar a conocer en sus páginas a los nuevos valores literarios de la ciudad, esta publicación mantuvo una constante información sobre los más diversos aspectos del quehacer cultural de Santiago, tanto del presente como del pasado, sin olvidar por ello lo nacional e internacional. Colaboraron en ella, fundamentalmente, los jóvenes escritores y críticos de la capital oriental, entre los que se destacan, por su más constante aporte, Orlando Alomá, Belkis Cuza Malé y Rigoberto Cruz Díaz. Aparecieron trabajos ocasionales de José Antonio Portuondo, Ángel Arango y Lina de Feria. Este tabloide se publicó ininterrumpidamente hasta junio-julio de 1966. Desde ese momento hasta febrero de 1967 (fecha en que salió el último número) sólo apareció una vez, sin numeración. La revista Catálogo, editada por la biblioteca «Elvira Cape», de Santiago de Cuba, dedicó el número correspondiente a noviembre-diciembre de 1972 (año 2, número 6) al «Índice de Cultura '64».
 

Culturales (La Habana, 1966-[1967?]). Revista editada por la Dirección de Divulgación y Publicación del Consejo Nacional de Cultura. Comenzó en noviembre. Integraban la redacción Noel Navarro, Nicolás Cossío y Reynaldo González; los dos primeros formaron, desde el segundo número, el consejo de redacción. Dedicada a ofrecer un amplio panorama de todo el quehacer cultural en el país, aparecían en sus páginas artículos informativos sobre música, museos, monumentos, teatro, cine, arte, exposiciones, etcétera. Además, se publicaron entrevistas con autores y artistas. Firmaban estos trabajos los redactores antes mencionados. También contó con la colaboración de Nora Badía. El último ejemplar encontrado (número 3) corresponde a enero de 1967.
 

Curioso Americano, El (La Habana, 1892-1895 [...] [1939]). Correspondencia entre literatos, americanistas, anticuarios, timbrólogos, & & y revista de todo género de documentos y noticias interesantes [sic]. Durante toda su existencia fue dirigida por Manuel Pérez Beato. Su periodicidad varió en el transcurso de los años, pero prevaleció la salida mensual. La primera época de la publicación comprende del 1º. de diciembre de 1892 a julio de 1893, período en el cual editó catorce números; el año 2 comenzó en octubre de 1894 y finalizó en febrero de 1895, tiempo en el que publicó cinco números. Volvió a salir, ahora en su tercera época, el 15 de julio de 1899 y se publicó hasta octubre de 1900, con un total de doce números editados. Entre enero y mayo de 1901 salieron cinco números. Reapareció en mayo de 1907, ahora en su cuarta época, hasta mayo-junio de 1912. El año 5 aparece en noviembre de 1919, hasta mayo de 1920. No vuelve a ver la luz hasta los meses de septiembre y octubre de 1927, con el subtítulo de «Revista de historia y literatura»; sus salidas en esta época fueron muy irregulares. Desde mayo-junio de 1929 no volvió a aparecer sino hasta septiembre de 1939. Esta revista, de carácter más histórico que literario, tuvo dos secciones principales: una de preguntas y respuestas, donde se evacuaban datos curiosos de interés para literatos, americanistas, anticuarios e historiadores, y otra que tuvo como fin «dar publicidad a cuantos documentos, noticias, descubrimientos, etcétera, sean dignos de sacarse del olvido, sobre todo relacionados con la historia de Cuba». Publicó también genealogías de apellidos cubanos notables. El último número visto corresponde a diciembre de 1939. Bajo la responsabilidad de Araceli García-Carranza se ha confeccionado su índice, que se encuentra a disposición del público en las gavetas del departamento de Colección Cubana de la Biblioteca Nacional José Martí.
 

Cúspide (Central Mercedita, Habana, 1937-1939). Publicación mensual. Órgano del Club «Mercedita». Comenzó a salir el 15 de marzo, bajo la dirección de José Cabrera Díaz. En marzo de 1939 su jefe de redacción, Félix Muñoz, expresa: «Cúspide es, sin duda alguna, al presente, crisol donde se han fundido las esperanzas de buena parte de la intelectualidad 'ignorada' de Cuba.» Publicó fundamentalmente poesía, cuento y crítica literaria. Presentó artículos sobre historia de Cuba, educación, instituciones culturales y figuras literarias. Parte de sus páginas estuvieron dedicadas a la mujer, en el aspecto político y cultural. También salieron notas bibliográficas de libros publicados recientemente. Colaboraron en sus páginas Fernando Ortiz, Mirta Aguirre, Ángel Augier, Mariblanca Sabas Alomá, Dora Alonso, Ricardo Riaño Jauma, Enrique Serpa, Marcelo Salinas, Rafael Marquina, Raimundo Lazo, Félix Lizaso, Josefina García Marruz, Antonio Penichet, Agustín Acosta y otros. Cesó su publicación en agosto de 1939.

BIBLIOGRAFÍA

Madruga, Juan de, seud. de ? «Muere un animador de la cultura», en Cuba Nueva en Acción. La Habana, 2ª. época, 1 (27): 12, ago. 9, 1939.
 

CUZA MALÉ, Belkis (Guantánamo, Oriente, 15.6.1942). Cursó la primaria en su pueblo natal. Se graduó de Bachiller en Letras en el Instituto de Santiago de Cuba (1956-1961). Comenzó estudios en las Escuelas de Letras de las universidades de Oriente y de La Habana, pero no los concluyó. Fue responsable de Relaciones Exteriores y de Literatura y Publicaciones del Provincial del CNC de Oriente. Trabajó como profesora de español en secundarias de Santiago de Cuba. Ha colaborado en Hoy, Granma, Surco, Sierra Maestra, Cultura '64, Oriente, Pueblo y Cultura, Unión, Casa de las Américas, La Gaceta de Cuba, El Mundo, Bohemia, Pájaro Cascabel (México). El Escarabajo de Oro (Argentina), Calé Solo, Unicornio (EE.UU.), Ruedo Ibérico (España), Lettres Nouvelles (Francia). Obtuvo menciones de poesía en los concursos Casa de las Américas 1962, 1963, 1969 y 1970, y en el UNEAC 1968. En este último concurso ganó también mención de biografía. Desde 1968 trabaja como redactora en La Gaceta de Cuba.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

El viento en la pared. Poemas. Pról. de Juan Fernando Esguerra. Santiago de Cuba, Universidad de Oriente. Depto. de Extensión y Relaciones Culturales, 1962. | Los alucinados. Santiago de Cuba, Unión de Escritores y Artistas [1962?]. | Tiempos de sol. Poesía. La Habana, Eds. El Puente, 1963. | Cartas a Ana Frank. La Habana, Eds. Unión, 1966.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Pérez Sarduy, Pedro. «El epistolario Belkis-Ana», en El Caimán Barbudo. La Habana, (3): 22-23, jun., 1966.

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