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1

Carta escrita al editor de estas poesías. Cito esta carta (originalmente impresa en la edición salmantina ya indicada, y luego reproducida en la edición de Barcelona de 1837) por la Biblioteca de Autores Españoles, t. LXI, págs. 414-416. Indicaré entre paréntesis en el texto las páginas de donde se toman las demás citas de este tomo, en el que también se hallan recogidas las poesías de Iglesias.

 

2

Historia de la lengua y literatura castellana, Madrid, 1915-1920, t. VI, pág. 240.

 

3

Cadalso, Cartas marruecas, edic. Dupuis y Glendinning, «Colección Támesis», Londres, 1966, pág. 99.

 

4

Iglesias, La teología, Salamanca, 1790, págs. 21-23.

 

5

Iglesias, Poesías póstumas, Salamanca, 1798, t. I, página XIII.

 

6

Ibíd., t. II, pág. VIII.

 

7

Ibíd., t. I, págs. IX-X.

 

8

Carta autógrafa de Iglesias, citada por el Marqués de Valmar en el referido tomo de la BAE, pág. CXV.

 

9

Aunque no queda completamente claro el alcance de este título debido a la forma en que está dividida e impresa la obra así llamada en la mayoría de las ediciones, se ha de entender como extensivo tanto a las «Letrillas segundas», con estribillo, como a las «Letrillas primeras», sin estribillo; pues los temas son iguales en ambos grupos de letrillas, y el amante principal de la esposa aldeana, Alexi, reaparece en el segundo grupo. En la Biblioteca de Autores Españoles, el título colectivo de los dos grupos no aparece en ninguna parte del texto, sino sólo en las noticias biográficas y literarias sobre Iglesias.

Tan sólo la letrilla XXXIII del primer grupo y las dos últimas del segundo grupo (la IX y la X), según la edición de 1798 (las cuales debieron ser mal colocadas por Tójar al clasificar éste las poesías del ya fallecido poeta), no están escritas desde el punto de vista de la zagaleja que interviene en las demás. Se añadieron la XI, la XII y la XIII del segundo grupo, tampoco escritas desde el punto de vista femenino, en alguna edición posterior a la de 1798, quizá en la misma en la que se añadieron al primer grupo las letrillas XXXIV y XXXV, que, a diferencia de las otras añadidas, debieron escribirse con la intención de ser incluidas en La esposa aldeana, pues estas dos están escritas desde el punto de vista de la zagaleja. Así hay en conjunto treinta y tres letrillas en el primer grupo según la edición de 1798, treinta y cinco según el texto da la BAE, todas escritas desde el punto de vista femenino, a excepción de la XXXIII; en el segundo grupo hay, según la edición de 1798, diez letrillas, ocho escritas desde el punto de vista femenino, dos desde el masculino; según el texto de la BAE, hay en este grupo trece letrillas, ocho escritas desde el punto de vista femenino, cinco desde el masculino. Es muy evidente por la inclusión de las letrillas de punto de vista discrepante que ninguno de los editores ha entendido a fondo esta obra de Iglesias, aunque se justifica su equivocación en la medida en que algunas de las letrillas mal colocadas tienen temas semejantes a los de La esposa aldeana, señaladamente la muy conocida de La rosa de abril.

No creo que el título La esposa aldeana se entendiera nunca como extensivo a las poesías pastoriles de Iglesias en otros metros (romances, églogas, idilios, odas, cantilenas, trovas, etc.), según dice Juan Antonio Tamayo en el Diccionario de literatura española, publicado por la «Revista de Occidente» (edic. de 1964). Las características tipográficas de las diversas ediciones, así como el punto de vista en las otras poesías pastoriles de Iglesias, hacen ver que no podía aplicárseles tal título.

 

10

La teología, ed. cit., págs. 11-12.

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