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41

Lamennais. (N. de E. Echeverría.)

 

42

Todas estas citas son copiadas textualmente de nuestros estatutos revolucionarios: nos ha parecido excusado engrosar su número. (N. de E. Echeverría.)

 

43

No entendemos por revolución, las asonadas ni turbulencias de la guerra civil: sino el desquicio completo de un orden social antiguo, o el cambio absoluto, tanto en el régimen interior como exterior de una sociedad. (N. de E. Echeverría.)

 

44

Bacon. (N. de E. Echeverría.)

 

45

La Asociación de la Joven Generación Argentina es reserva hacer una clasificación completa de todas las leyes españolas, vigentes entre nosotros, que están en oposición abierta con los principios de la igualdad y la libertad democrática, pasándolas por el crisol de una verdadera crítica filosófica. La naturaleza de esta obra no le permite entrar en pormenores. (N. de E. Echeverría.)

 

46

La Filosofía presiente ya y anuncia el nacimiento de una religión racional del porvenir, más amplia que el Cristianismo, que sirva de base al desenvolvimiento del espíritu humano y a la reorganización de las sociedades europeas, y que satisfaga plenamente las necesidades actuales de la humanidad. ¿Quién será el revelador de esa religión? La humanidad misma. Esta idea que constituye el principio fundamental de la doctrina de Leroux y su escuela, no ha salido aún de la esfera de la especulación, y nos reducimos a anunciarla, no siendo tiempo todavía de ventilar entre nosotros las cuestiones que envuelve. Nuestra fe en el Cristianismo es completa: lo adoptamos, además, como la religión del pueblo, aún cuando quisiéramos verlo reinar con toda su pureza y majestad. (N. de E. Echeverría.)

 

47

Tocqueville. (N. de E. Echeverría.)

 

48

La Asociación presentará en tiempo oportuno un plan completo de instrucción popular, y propondrá medios adecuados para ponerlo en planta. (N. del E.)

 

49

Convención Francesa. (N. de E. Echeverría.)

 

50

Esta palabra simbólica era la décima en su orden primitivo de colocación, pero habiéndose suspendido su explicación en Buenos Aires el año 87 por motivos especiales, se halló por conveniente verificarla en Montevideo, y salió colocada al fin del dogma. Como en su redacción se hace referencia a la que antecede, la hemos dejado así, traspuesta, suponiendo notarán fácilmente los lectores, que el párrafo anterior debe ser el último, porque resume toda la doctrina. El señor Alberdi, redactor de ella, la publicó con la nota siguiente:

«Se ha creído después de terminada la impresión de esta creencia, no deber diferir el desarrollo de esta palabra simbólica. Se ha tenido que cambiar de pluma para redactar con prontitud lo que ha sido meditado con calma: de aquí, en este párrafo, la falta de unidad de estilo». (N. de E. Echeverría.)