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D. Jaime el Conquistador

Drama histórico en cinco actos y en verso

Patricio de la Escosura

Personages.

                                           DON JAIME EL CONQUISTADOR.
DON PONCE HUGO, Conde de Ampurias.
DON PEDRO CORONES, Mayordomo de Aragón.
DON BERENGUEL CASTELBISBAL, Obispo de Gerona.
EL CARDENAL, Legado del Papa.
SANCHO, Escudero de DOÑA TERESA.
EL COMENDADOR DE AMPOSTA, Vicario del Temple.
DON GUILLÉN DE MONCADA, Infanzón de Aragón.
DON SANCHO ANTILLÓN, Infanzón de Aragón.
DON JIMÉN DE FOCES, Infanzón de Aragón.
DOÑA LEONOR DE CASTILLA, Primera Muger de DON JAIME.
DOÑA TERESA VIDAURA, Dama Aragonesa.
DOÑA VIOLANTE DE HUNGRÍA, Segunda Muger de DON JAIME.
Dos Reyes de Armas.
Dos Porteros.
Damas.
Caballeros.
Eclesiásticos.
Pajes.
Ballesteros.
Acompañamiento.


La escena en Zaragoza y sus inmediaciones, a principios del Siglo XIII.



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Al Señor Don Luis Usoz del Río:

     Mi querido amigo: cuando el haberme sugerido tú la idea de poner en escena a D. Jaime I de Aragón, no fuese título bastante para dedicarte este drama, lo sería suficiente la antigua, sincera y estrecha amistad que nos une. Recibe, pues, esta ofrenda de mi cariño, atendiendo más a la voluntad del que la ofrece, que a la importancia del don.

     Aunque esta mi tercera producción dramática pertenece al género histórico, como las dos que han precedido, difiere sin embargo de aquellas en tanto, cuanto la experiencia ha ratificado mis principios, y hecho variar por consiguiente mi sistema. Siempre he creído, y creo ahora, que el tipo del drama español debe ir a buscarse en nuestros grandes poetas del siglo XVII: pero la diferencia de épocas exige variaciones importantes; y en cuáles y cuántas deban ser estas, estriba para mí toda la dificultad.

     Así es que cuando escribí la Corte del Buen Retiro intenté amalgamar el romanticismo de Calderón con el de Dumas y Víctor Hugo: el público, indulgente en estremo con el drama, repugnó sin embargo abiertamente todo lo que en él halló de transpirenaico. No he sido indócil a sus lecciones: Bárbara Bomberg lo acredita suficientemente. Pero en esta última composición, confieso que el deseo de evitar exageraciones impuso al pensamiento trabas, que produgeron cierta languidez en todo el poema. En Don Jaime he procurado evitar ambos estremos, dejando al ingenio seguir la senda que le marcaba la inspiración del momento.

No estará sin embargo de más esplicar la razón, así del giro que he dado a este drama, como de las pequeñas alteraciones que de la historia he hecho en él.

D. Jaime el Conquistador, por sus hazañas, por la independencia de su carácter, y por la firmeza de su espíritu, es uno de los más grandes monarcas que se cuentan en el catálogo de los de Aragón.

Pero sus batallas, asunto escelente para la historia, y para el poema épico, serían presentadas en el teatro, una ridícula parodia. Era menester para darle a conocer en la escena ir a buscarle en su vida privada; y esto es cabalmente lo que yo he practicado.

Su divorcio de Doña Leonor de Castilla, sus amores con Doña Teresa Vidaura, y su casamiento con Doña Violante de Hungría, son hechos que la historia consigna. La intervención que en este asunto tuvo el desgraciado Obispo de Gerona D. Berenguel Castelbibal no es menos notoria; pero la atrocidad cometida en su persona cortándole la lengua, me ha parecido demasiado repugnante para el teatro, y como tal la he suprimido.

En cuanto al Cardenal Legado del Papa, a quien presento como agente de una intriga política, y haciendo servir la influencia espiritual de su Corte de instrumento para miras de otra especie: sobre que en su efecto es verdad que la Corte romana fue autora del enlace de Don Jaime con Doña Violante, las costumbres del tiempo y el espíritu de aquel siglo, hubieran sido por sí solos autorización suficiente para presentar al personage de que trato, en la forma en que lo hago. Y si bien mis principios conservadores me prescriben la ley de no usar del drama para destruir las creencias políticas y religiosas, que son el apoyo y fundamento de la sociedad, también donde quiera que veo abusos, me considero obligado a combatirlos. La supremacía del Pontífice en materias espirituales, y las pretensiones de la Curia romana para ejercer una influencia omnímoda sobre pueblos y monarcas, son dos cosas enteramente distintas: respetando la primera, combatiré la segunda, siempre que la ocasión se me presente, como un principio absurdo y antisocial.

Necesitaba mi drama un fin moral, el castigo de la ambiciosa Doña Teresa llena en mi concepto de esta indispensable condición.

Creo, mi querido amigo, que el escritor que estima en más su reputación de hombre honrado, que el aura pasagera de la popularidad de un día, nunca tomará demasiadas precauciones para ponerse a cubierto de la gravísima acusación de inmoralidad con que la ligereza de los críticos intenta más de una vez manchar el nombre de los Poetas. He aquí por lo que he creído necesarias las observaciones que preceden.

Por lo que respecta al mérito literario de esta composición, el público la juzgará, y yo de antemano me someto y resigno a su fallo. Una sola observación es la que creo que me es lícito hacer a mis futuros críticos: observación que se funda en un cargo, que en otra ocasión me han dirigido; a saber, que escribo con demasiada precipitación. Yo conozco que con esto han intentado disculpar los yerros de mi entendimiento; pero al mismo tiempo que mi corazón les agradece el buen deseo, mi conciencia me prohíbe aprovecharme de la ingeniosa disculpa que quieren proporcionarme. Es cierto que la Corte del Buen-Retiro se escribió en quince días, pero Bárbara Blomberg es obra de meses, y otro tanto le sucede al Don Jaime. Así, pues, podré haber errado en uno y otro; pero el yerro será obra del entendimiento, y nunca de la voluntad.

Si todos mis jueces hubiesen de mirar esta obra con la indulgencia, que estoy seguro encontrará en ti, no hubiera yo creído necesario nada de lo que llevo dicho; pero en el severo tribunal que me aguarda, no creo que parezca inoportuna esta mi anticipada apología.

Repito, mi querido Luis, que quisiera ofrecerte una obra, digna en todos los conceptos, de tu ilustrado juicio; pero tal cual es me lisongeo de que la mirarás con cariño, por ser del compañero de tu infancia, cuya tierna amistad no han podido entibiar hasta ahora, ni entibiarán en lo sucesivo los años ni los acontecimientos.

                                                                                         Siempre tuyo de corazón

Patricio de la Escosura.



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Acto primero

                                                                 

Tocador de la Reina.

 

DOÑA LEONOR. DOÑA TERESA. DAMAS.

DOÑA LEONOR Ponedme bien el prendido:
dejad vos, Doña Teresa,
no quiero que me toquéis.
DOÑA TERESA Como mande Vuestra Alteza.
DOÑA LEONOR Tenéis mano desdichada. 5
DOÑA TERESA Culpa será de mi estrella.
DOÑA LEONOR (Aparte.) Cuando no de la intención
que no la tengo por buena.
Ahuecad ese brial. (A una DAMA.)
DOÑA TERESA Bella estáis, Señora Reina. 10
DOÑA LEONOR Cuando vos me lo decís
no debo de estar muy fea.
DOÑA TERESA Días hay, Señora mía,
que estáis por demás severa.
DOÑA LEONOR ¿Y la Reina de Aragón 15
a quién tiene que dar cuentas?
¿Quién ha de ser tan osado
que ponga freno a su lengua?
DOÑA TERESA Hablar podéis a placer.
DOÑA LEONOR ¿Vos me dais vuestra licencia? 20
Os olvidáis de quién sois...
DOÑA TERESA Una Dama solariega
de la casa de Vidaura
que a nadie cede en nobleza.
DOÑA LEONOR Y una Dama que en la Corte 25
se tiene por la más bella:
soberana en los torneos,
y que tan alto se eleva
con el loco pensamiento...
DOÑA TERESA Quede con Dios, Vuestra Alteza. 30
DOÑA LEONOR Me habéis de escuchar por Dios.
DOÑA TERESA No juréis... Con vuestra venia,
DOÑA LEONOR He dicho que me escuchéis,
y es razón se me obedezca;
que, después del Rey, aquí 35
soy, Vidaura, la primera.
DOÑA TERESA Vuestra Alteza está enojada,
no sé qué razón se tenga.
DOÑA LEONOR ¿No conocéis de mi enojo
la ocasión, Doña Teresa? 40
DOÑA TERESA Si es conmigo, con dejaros
cesará vuestra querella.
Señora soy en mi casa
si aquí vuestra Camarera.
DOÑA LEONOR No os iréis... Dejadnos solas (A las DAMAS que se van.) 45
No está bien una doncella,
sin quien la guarde en su casa,
y más con tanta belleza.
DOÑA TERESA La doncella está segura;
si como hermosa es honesta, 50
demás, Señora, que a vos
aunque cierto sois mi Reina,
no dejó en su testamento
mi buen padre mi tutela.
Enójanle mis servicios 55
hace días a Su Alteza,
cada acento que profiero
lo escucha como blasfemia;
las sinrazones que sufro
ya, Señora, al colmo llegan. 60
Guárdeos Dios de todo mal,
otorgad vuestra licencia...
Sufrir más no le está bien
a muger de mi nobleza.
DOÑA LEONOR Os he dejado decir 65
a placer, Doña Teresa;
mas lo noble de la sangre
no os servirá de defensa,
que en el que hereda blasones
es la culpa doble afrenta. 70
DOÑA TERESA ¿Qué decís, Doña Leonor...?
DOÑA LEONOR No interrumpáis a la Reina,
que sois hija de vasallo...
DOÑA TERESA Sí, Señora, mas no sierva,
y poner duda en mi honra 75
ni a vos misma lo sufriera.
DOÑA LEONOR Altiva sois por demás,
irascible aragonesa,
y en serlo tanto conmigo
no andáis, a mi ver, muy cuerda. 80
Debierais tener presente
que huérfana os recogiera,
que en Palacio habéis vivido,
que os he sentado a mi mesa.
DOÑA TERESA Me recogisteis a mí, 85
me sacasteis de mis tierras;
soy Señora de vasallos,
no vivo a merced agena.
DOÑA LEONOR La que niega el beneficio
muy mal pagará la deuda. 90
DOÑA TERESA Yo no tengo otra con vos...
DOÑA LEONOR Tened a raya la lengua,
que a sufrir vuestra osadía
no basta ya mi paciencia.
DOÑA TERESA En fin, ¿qué quiere de mí 95
podrá decirme Su Alteza?
DOÑA LEONOR No está bien que yo lo diga,
y quiero que se me entienda.
DOÑA TERESA Para adivinar enigmas,
Señora, no soy profeta. 100
DOÑA LEONOR Bien sabéis vos lo que hacéis.
DOÑA TERESA Nada que hacer no convenga
a una muger como yo.
DOÑA LEONOR Ancha tenéis la conciencia.
DOÑA TERESA ¡Señora! 105
DOÑA LEONOR                No digo nada
que a la verdad no merezca.
DOÑA TERESA Es verdad que lo escuché:
yo no sueño; estoy despierta.
Tengo sangre de Vidaura, 110
y sobrevivió a mi afrenta.
DOÑA LEONOR Valdrale más que ese orgullo
en temor de Dios convierta;
y que implore su perdón,
que tal vez se lo conceda. 115
Pero advierta si a mi voz
rebelde el ánimo cierra,
que a mí no ha de cautivarme
su tan preciada belleza;
y no olvide que Don Jaime 120
aunque ciñe la diadema,
parte su trono conmigo
que soy su esposa, y la Reina. (Vase.)
 

Escena II

DOÑA TERESA.

Eres su esposa..., es verdad,
la Reina..., también es cierto, 125
pero tiembla, te lo advierto,
mi ofendida vanidad.
No te engañe la pasión:
no así provoques mi encono;
que tener delante un trono 130
es muy fuerte tentación.
¡Un trono!..., ¡tanto esplendor!
Todo Aragón a mis pies,
y escuchar: -«¡la esposa es
de Jaime el Conquistador!» 135
En vida fausto y riqueza,
y muriendo alto renombre,
¿quién habrá que no se asombre
del poder de mi belleza?
Mal, Infanta de Castilla, 140
hicisteis en provocarme,
que he de probar por vengarme
a quitaros vuestra silla.
 

Escena III

DOÑA TERESA. DON JAIME.

DON JAIME Claro este día, Señora,
para mí a lucir empieza 145
mostrando vuestra belleza
al corazón que os adora.
DOÑA TERESA Vuestra Alteza a su consorte
engañado piensa hablar.
DON JAIME ¿Quién os puede equivocar 150
con otra a vos en mi Corte?
¡Confundiros con Leonor!
¿Ignoro yo por ventura
que envidian vuestra hermosura
los ángeles del Señor? 155
DOÑA TERESA Muy galán estáis, el Rey.
DON JAIME De vos sólo soy vasallo.
DOÑA TERESA Señor, más vale dejallo,
que ese amor es contra ley.
DON JAIME En amar no hay elección, 160
sino fuerza del destino:
por voluntad no me inclino
que me arrastra el corazón.
DOÑA TERESA Respetad vuestra coyunda.
DON JAIME ¿Y qué importa?
DOÑA TERESA                            Gran Señor, 165
yo soy noble.
DON JAIME ¿El desamor
en eso sólo se funda?
DOÑA TERESA No está bien que una doncella
escuche pláticas tales. 170
Otras menos principales
atiendan vuestra querella.
DON JAIME ¿Juzgaisme vos tan liviano
que a cualquiera rinda el cuello
como a vos que sois destello 175
del alto Dios soberano?
Os engañáis por mi vida,
que vos fuisteis la primera
y habéis de ser la postrera
muger de Jaime querida. 180
DOÑA TERESA ¿Pero, y la Reina, señor?
Con ella casado estáis.
DON JAIME En eso no os engañáis;
pero no tiene mi amor.
DOÑA TERESA Mas lo debiera tener. 185
DON JAIME ¡Amar por obligación!
DOÑA TERESA Eso manda la razón.
DON JAIME Y es imposible de hacer.
Apenas de doce años,
casado en Castilla fui, 190
pensando evitar así
mis vasallos muchos daños.
Amé a Leonor como hermana,
que en aquella tierna edad
no puede amor en verdad 195
rendir el alma lozana.
Si hermosura he visto en vos
con ingenio peregrino,
mas es culpa del destino
que de alguno de los dos. 200
Que os ame quiere mi estrella,
que de no quererlo así,
ni me hiciera tierno a mí
ni a vos, Señora, tan bella.
DOÑA TERESA Debiera el Rey por lo menos, 205
si no escucha la virtud,
pensar que a mí la quietud
me cuestan yerros agenos.
DON JAIME ¿La quietud os turbo yo?
¿Decís, Señora, verdad? 210
DOÑA TERESA Sí, Señor.
DON JAIME Pues acabad:
¿Luego me amáis?
DOÑA TERESA Eso no.
Que si llego yo a querer, 215
tened, Señor, entendido,
que al que fuere mi marido
solamente podrá ser.
Ese amor que mostráis
lo miro como un baldón, 220
que sobra con la intención
para qué a mí me ofendáis.
Guardad vuestros amoríos
para la Reina no más:
ni esperéis de mí jamás 225
que escuche esos desvaríos.
DON JAIME Mirad si es fuerza de estrella
nueva red amor me tiende;
cuando el enojo os enciende
me parecéis muy más bella. 230
DOÑA TERESA Será bien que se termine
de una vez esta contienda,
y que Vuestra Alteza entienda
no hay que esperar que decline...
DON JAIME Ni os lo pido yo tampoco; 235
que a un tiempo adoro y venero,
Teresa; y soy caballero
aunque amor me tiene loco.
DOÑA TERESA ¿Y qué pretendéis, Señor?
DON JAIME ¡Tanto en hablar os ofendo! 240
Que escuchéis sólo pretendo
las quejas de mi dolor.
DOÑA TERESA Ni las quejas están bien
en un Rey tan animoso.
DON JAIME Si he nacido poderoso, 245
hombre he nacido también.
DOÑA TERESA Basta, Señor; que no es justo,
os lo vuelvo a repetir,
que ni vos podáis decir
que escucho amores con gusto. 250
Don Jaime sois de Aragón,
de toda España temido,
pero sin ser mi marido
no tendréis mi corazón.
DON JAIME ¿Habéis de ser tan cruel 255
que me quitéis la esperanza?
DOÑA TERESA Ninguna a mí se me alcanza.
DOÑA LEONOR (Al paño.) ¡Aquí con ella el infiel!
DON JAIME (Con pasión tomando una mano a DOÑA TERESA.)
Partiré con vos mi silla
si otorgáis una mirada. 260
DOÑA LEONOR (Presentándose: bajo al REY.)
No haréis tal, que está ocupada
por la Infanta de Castilla.
 

DOÑA TERESA. D. JAIME. DOÑA LEONOR.

DOÑA LEONOR (Bajo al REY.) Así, D. Jaime, pagáis
a quien os ama constante...
DON JAIME (Saludando.) Para un negocio importante 265
será bien que permitáis...
DOÑA LEONOR Cuando ya no por amor
debierais por cortesía
escuchar la queja mía. (La Reina hace seña a DOÑA TERESA para que se retire, y ésta lo verifica, aunque con disgusto, mirándola con insolencia, y recibiendo de ella una mirada de desprecio.)
DON JAIME ¿Tenéis quejas vos de mí?, 270
en qué las fundáis ignoro.
¿De qué proviene ese lloro?
DOÑA LEONOR Proviene de lo que vi.
DON JAIME ¿Y qué habéis podido ver?
Dejad por Dios esos zelos. 275
DOÑA LEONOR No son zelos, evidencias.
DON JAIME Dejad también las sentencias.
DOÑA LEONOR ¿Esos son vuestros consuelos?
Ya no puedo más sufrir,
Don Jaime, vuestro desvío, 280
las penas del pecho mío
las quiero al menos decir.
DON JAIME Fantasmas imagináis,
que de entrambos son tormento.
DOÑA LEONOR ¿Y de las penas que siento 285
así cruel os burláis?
Fantasmas decís que son,
y yo misma os estoy viendo
el cuello altivo rindiendo
a una adúltera pasión. 290
¿A quién siempre en los torneos
el premio, Jaime, ofrecéis?
Aquí en la Corte atendéis
de una sola a los deseos.
Una sola, ¿y quién es esa? 295
No es vuestra esposa Leonor,
que nadie os inspira amor,
a no ser Doña Teresa.
DON JAIME No diréis que no os escucho
con admirable paciencia. 300
DOÑA LEONOR Como os habla la conciencia,
que a mí me escuchéis no es mucho.
DON JAIME Si no tenéis que decirme
cosa ya que más importe... (Hace que se va.)
DOÑA LEONOR (Deteniéndole.) Quiero que deje la Corte... 305
(D. JAIME insiste in irse, DOÑA LEONOR le detiene.)
Esperad, que habéis de oírme.
DON JAIME Señora, estáis tan a espacio.
DOÑA LEONOR Salga, Señor, salga luego
la muger que os tiene ciego...
DON JAIME Ella saldrá de Palacio. 310
DOÑA LEONOR De la Corte ha de salir.
DON JAIME ¿A algún lejano destierro?
DOÑA LEONOR No, Señor, para un encierro.
DON JAIME No lo habéis de conseguir.
Por no causaros enojo 315
está bien salga de aquí,
pero encerrarla, de mí
no lo espere vuestro antojo.
DOÑA LEONOR ¿Así me tratáis por ella?
DON JAIME La destierro, y os quejáis... 320
DOÑA LEONOR ¿Por qué no la castigáis?
DON JAIME ¿De cuál culpa? ¿De ser ella?
Vos andáis, Leonor, muy ciega,
os fuera mejor callar;
que a veces logra el llorar 325
lo que a las quejas niega.
DOÑA LEONOR Don Jaime, ¿qué me decís?
DON JAIME Que os quejáis con demasía,
y queréis que llegue día
en que tal vez... 330
DOÑA LEONOR ¿Presumís
que tolerarlo pudiera?
Os engañáis por mi vida,
ya que no amada, temida
he de ser por vos siquiera. 335
DON JAIME Mirad, Leonor, lo que hacéis,
que soy el Conquistador.
DOÑA LEONOR ¿Qué ha de hacer vuestro furor?
DON JAIME Os advierto que os perdéis:
hasta el destierro revoco. 340
DOÑA LEONOR Yo la pondré en un convento.
DON JAIME No lo haréis.
DOÑA LEONOR En el momento.
DON JAIME Leonor, Leonor, poco a poco.
DOÑA LEONOR Ella o yo: no hay vacilar; 345
y yo no puedo salir...
DON JAIME Si yo os llegara a decir
que os pudierais engañar...
DOÑA LEONOR El engañado sois vos
si olvidáis que estáis casado; 350
y para siempre ligado,
que lo jurasteis a Dios.
DON JAIME ¿Queréis que olvide esta historia?
Dadla vos misma al olvido.
DOÑA LEONOR Conceded lo que he pedido 355
y renuncio a su memoria.
DON JAIME Os he dicho ya que no,
Leonor, es cosa terrible.
DOÑA LEONOR ¿Vos no queréis inflexible?
Pues sabed que lo haré yo. 360
DON JAIME Nadie mando lo que el Rey
ha llegado a prohibir.
Para el que osa resistir
castigos tiene la ley.
DOÑA LEONOR ¿Para la Reina castigo? 365
DON JAIME No estéis, Señora, tan vana,
hoy reináis... Tal vez mañana...
DOÑA LEONOR ¿Qué decís?
DON JAIME Sé lo que digo. (Vase.)
 

Escena VI

LA REINA DOÑA LEONOR.

¿Así pensáis que se humilla 370
a la Reina de Aragón?
Pues ella, obrando en razón,
no teme vuestra cuchilla. (Llegándose a la puerta y llamando.)
Una dama. -Vive el cielo, (Vuelve al proscenio.)
que me habéis de conocer. (Sale la DAMA.) 375
A Teresa quiero ver, (Vase la DAMA.)
yo sabré atajarle el vuelo. (Siéntase. -A muy breve espacio sale DOÑA TERESA, y se queda al estremo opuesto.)
 

Escena VII

DOÑA LEONOR. DOÑA TERESA.

DOÑA LEONOR Teresa Vidaura,
la noble, la bella,
la fúlgida estrella 380
de todo Aragón:
a vos de hermosura
milagro increíble,
ha poco, terrible
traté sin razón. 385
DOÑA TERESA Lisonjas, Señora,
Teresa no os pide;
que ofensas olvide
podréis conseguir;
pues dice, mi Reina, 390
que erró vuestro labio,
no debo a mi agravio
más cura pedir.
DOÑA LEONOR ¿Estáis satisfecha?
DOÑA TERESA ¿Pudiera no estarlo? 395
Lo estoy.
DOÑA LEONOR                 En lograrlo
gran dicha alcancé.
Mas como al enojo
tal vez soy propensa,
de nuevo la ofensa 400
no sé si os haré.
DOÑA TERESA La Reina se burla
según se está viendo.
DOÑA LEONOR Me vais comprendiendo;
de burlas estoy. 405
DOÑA TERESA Si burlas no fuesen...
DOÑA LEONOR Llegarán a veras,
y tú las sufrieras,
a fe de quien soy.
DOÑA TERESA Pudiera engañarse 410
la Reina.
DOÑA LEONOR                No puede.
Tu orgullo ya escede
de noble pasión.
Y no de que la causa
no alcanzo presumas, 415
ya sé con qué plumas
voló tu ambición...
La lengua no muevas,
la Reina está hablando;
escucha, temblando, 420
Teresa, hasta el fin.
Mi voz te parezca
el grito severo
que el día postrero
dará el Querubín. 425
Muger de artificios,
criada traidora,
a mí, tu Señora,
¿me vendes infiel?
¿Conoces tu crimen? 430
¿Alcanzas la pena?
¿Y aún alzas serena
la frente cruel?
No más tolerarte,
no más: llegó el día. 435
Sufrirte sería
ya más que baldón.
No ultraje estos muros
tu aliento precito.
No más, te repito, 440
serán tu mansión. (Llégase a la puerta.)
Mis pajes -¡Teresa!,
temblad no me enoje. (Salen dos pajes.)
(A los pies.) De aquí se la arroje,
si tarda en salir. (TERESA quiere hablar, la REINA se lo impide.) 445
Pensar aplacarme
es vana esperanza.
DOÑA TERESA (Yéndose.) Entonces venganza,
Leonor, o morir.

FIN DEL ACTO PRIMERO



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Acto segundo

                                                                  

Castillo de DOÑA TERESA a media legua de Zaragoza. Salón gótico con adornos y muebles de la época.

 

Escena primera

DOÑA TERESA sentada, apoyada la cabeza en una mano. -Preocupada, pero no abatida. -DON PEDRO CORONEL.

DON PEDRO CORONEL ¿No me respondéis, Señora? 450
Ved que es del Rey el mensaje;
y Don Pedro Coronel,
su mayordomo, le trae.
DOÑA TERESA A estarme bien yo os prometo
que diera en respuesta un guante, 455
que mancillar a un Vidaura
no lo puede ni Don Jaime.
DON PEDRO CORONEL Muy sentida estáis, Señora,
y no lo merece el lance...
DOÑA TERESA (Levantándose indignada.)
Don Pedro, vos olvidáis 460
quien ha sido mi buen padre.
DON PEDRO CORONEL Recuerdo, Doña Teresa,
y estimo vuestro linaje:
pero en fin, lo que os sucede
no hay porque tanto os agravie. 465
Erais ayer Camarera;
si hoy no lo sois, no os espante,
que es la fortuna de Corte
más que todas variable.
DOÑA TERESA ¡Camarera!, sí, lo fui: 470
tengo de ello que acusarme,
que teniendo yo vasallos
no debí...
DON PEDRO CORONEL                    Teresa, baste:
que toca ya en desleal
vuestro atrevido lenguaje. 475
Señora sois de vasallos,
ni el Rey lo ignora, ni nadie;
mas sois vasalla también
y lo sois de un Rey tan grande...
DOÑA TERESA ¿Os hizo de sus hazañas 480
coronista el gran Don Jaime?
DON PEDRO CORONEL Hízome por obediencia
venir a vos con mensage.
El Rey, Señora, os lo dije,
sin que respuesta lograse, 485
quiere asistáis en su Corte.
DOÑA TERESA ¿Para qué?, ¿para ultrajarme?
DON PEDRO CORONEL Cuales sean sus intentos
preguntadlo al Rey, si os place;
con deciros sus palabras 490
por mi parte hice bastante.
DOÑA TERESA Y aun sobrado me parece.
Volver podéis a buscarle.
DON PEDRO CORONEL ¡Cómo!, ¿sin respuesta alguna?
Señora, ved no se canse 495
de sufrir vuestras locuras
y su cólera descargue.
DOÑA TERESA ¿Una respuesta queréis?
Pues esta mía llevadle,
y repetid mis palabras 500
una por una a Don Jaime.
Despidiome de Palacio
la Reina, Dios se lo pague,
que mugeres como yo
no deben servir a nadie: 505
librarme de que le vea,
merced ha sido y muy grande;
pero ultrage ha sido el modo,
y no puedo perdonarle.
Decid al Rey, que a la Corte 510
en llamarme no se canse.
Donde esté Doña Leonor
que no me espere Don Jaime.
DON PEDRO CORONEL ¿Eso al Rey he de decir?
DOÑA TERESA Si os parece que lo aclare... 515
DON PEDRO CORONEL No, por Dios, pero quisiera...
DOÑA TERESA Os cansáis, Don Pedro, en valde.
DON PEDRO CORONEL No dejéis que al precipicio
vuestra cólera os arrastre.
DOÑA TERESA Os agradezco el consejo, 520
mas no puedo ya tomarle.
Llevad, llevad la respuesta
al Rey de vuestro mensage.
DON PEDRO CORONEL (Yéndose y saludando.)
Puesto que así lo queréis...,
el cielo, Señora, os guarde. 525
DOÑA TERESA Al Rey de cuanto os he dicho
nada el respeto disfrace. (Vase DON PEDRO.)
 

Escena II

DOÑA TERESA.

Más bravo que cortesano
eres Pedro Coronel,
la cólera que te asusta 530
es la que quiero encender.
No hay medio, Doña Teresa,
o el hábito o el laurel:
o morir en la demanda
o el trono bajo mis pies. 535
No son, Jaime, para Damas
mugeres de mi valer;
partirás conmigo el cetro,
o nunca tuya seré.
 

Escena III

DOÑA TERESA. SANCHO, con botas y espuelas.

DOÑA TERESA Venid en buen hora, Sancho: 540
no tardasteis mucho a fe.
SANCHO Encargásteisme, Señora,
la diligencia.
DOÑA TERESA                       Está bien.
¿Hablasteis con el Obispo?
SANCHO Vuestras cartas le entregué; 545
regaba el santo varón
con lágrimas el papel.
DOÑA TERESA ¿Dio respuesta?
SANCHO                           De palabra.
No me quiso detener.
«Aunque anciano y achacoso, 550
me dijo, no tardaré
en ver a Doña Teresa.
Al mayordomo prevén
tú mismo, ensillen mi mula,
la distancia corta es...» 555
DOÑA TERESA En fin, que viene al momento.
SANCHO Como en tres horas esté...
DOÑA TERESA ¿En media legua tres horas?
SANCHO Tienen de plomo los pies
los Obispos...
DOÑA TERESA                        ¿Y la Corte? 560
SANCHO Es la torre de Babel.
Desde anoche que faltáis
todos preguntan por qué.
DOÑA TERESA ¿Y qué dicen?
SANCHO                         Desatinos
y mentiras a placer. 565
Lo que hay de cierto, Señora,
es que desde anoche al Rey
no le ha visto otra persona
que Don Pedro Coronel.
La Reina se está encerrada 570
en su cámara también,
quieren decir que llorando,
mas yo en verdad no lo sé.
DOÑA TERESA ¿No hay más?
SANCHO                        Por Dios los olvidaba:
y fuera cosa de ver. 575
Llegó un Legado del Papa,
nadie sabe para qué.
Dicen uno que es cruzada,
que el Rey va a Jerusalén,
para Granada los otros. 580
Este a Valencia, otro a Fez...
Esto corre por el vulgo,
los nobles dicen que el Rey,
las causas por que ha venido
el que sabe solo es. 585
Añaden que él lo ha pedido,
no para asuntos de fe...
DOÑA TERESA ¿Y con qué objeto no esplican?
SANCHO No lo he llegado a entender.
DOÑA TERESA Vete, Sancho.
SANCHO                        Para veros, 590
y he de decirlo olvidé,
espera vuestra licencia
un caballero.
DOÑA TERESA                       Di quién.
SANCHO Señora, el Conde de Ampurias.
DOÑA TERESA ¿Y le has hecho detener?, 595
venga al punto, no te tardes.
SANCHO Voy, Señora, volaré. (Vase.)
 

Escena IV

DOÑA TERESA. EL CONDE DE AMPURIAS.

DOÑA TERESA Os debo escusas, Señor,
de haberos hecho esperar.
EL CONDE DE AMPURIAS Lo que perdí en el tardar 600
lo gano en ese favor.
DOÑA TERESA Conde, tomad una silla (El CONDE después de saludar se sienta.)
Qué mandáis decid ahora.
EL CONDE DE AMPURIAS Tiemblo esplicarme, Señora.
DOÑA TERESA Temblar vos es maravilla. 605
EL CONDE DE AMPURIAS Jamás la lanza enemiga
me hizo, Señora, temblar,
que Dios me quiso ayudar,
y es muy fuerte mi loriga.
Mas al rayo abrasador 610
de vuestros ojos divinos
a esos rasgos peregrinos
que envidiara al mismo amor...
DOÑA TERESA Conde, Conde, deliráis...
EL CONDE DE AMPURIAS De amor, Señora, deliro. 615
DOÑA TERESA ¿Ningún respeto os inspiro?
EL CONDE DE AMPURIAS No hay para que os ofendáis.
Mi mano os vengo a ofrecer,
mis estados, mis vasallos,
venid, pues, a gobernallos 620
a vuestro solo placer.
Feudatario soy, mas puedo
como el Rey batir moneda,
si otro aquí más noble queda,
al punto el campo le cedo: 625
que aunque sin vos moriré:
cosa que bien no os esté
no intenta quien os adora.
DOÑA TERESA De tan súbita pasión...
EL CONDE DE AMPURIAS Os amo desde que os vi, 630
desde entonces estáis, sí
grabada en el corazón.
Pero en la Corte os miraba,
y en el colmo del favor,
y declararos mi amor 635
siempre el alma recelaba.
DOÑA TERESA Yo agradezco...
EL CONDE DE AMPURIAS                          ¡Agradecer!
DOÑA TERESA Cuando agradece una dama...
EL CONDE DE AMPURIAS Eso no basta a la llama
que ha llegado aquí a prender. 640
DOÑA TERESA Escuchad: costumbre es ley;
las mugeres de mi estado,
en Aragón no han casado
sino por mano del Rey.
EL CONDE DE AMPURIAS (De rodillas, besándole la mano.)
¡Oh venturoso momento! (SANCHO apresuradamente en la puerta del foro, EL REY le sigue y ve al CONDE levantarse.) 645
SANCHO El Rey. (Vase.)
DOÑA TERESA              ¡Don Jaime!
DON JAIME (Apareciendo.)          Sí, yo...
 

Escena V

DON JAIME con botas y espuelas, cubierto de polvo. DOÑA TERESA. -EL CONDE DE AMPURIAS.

DON JAIME De la amorosa plática, Señora,
pésame a la verdad romper el hilo.
DOÑA TERESA El Conde, gran Señor, me hablaba ahora.
EL CONDE DE AMPURIAS Estaba suplicando...
DON JAIME                                 Conde, vilo. 650
EL CONDE DE AMPURIAS No ha de quedar sospecha a Vuestra Alteza.
DON JAIME A los pies de esta dama he visto a un hombre.
DOÑA TERESA ¡Cómo, Señor!,¡dudar de mi pureza!
EL CONDE DE AMPURIAS Mi mano le ofrecía con mi nombre.
DON JAIME ¿Y ella aceptó?
DOÑA TERESA                               Si vos venís en ello. 655
EL CONDE DE AMPURIAS Otorgad pues, Señor, vuestra licencia.
DON JAIME (Aparte, conteniéndose con dificultad.)
No sé cómo en el muro no le estrello. (Haciéndole una seña para que se retire.)
Lo pensaré después: tened paciencia.
EL CONDE DE AMPURIAS (Aparte.) Vive Dio que no sé si me reporte.
DON JAIME (Bajo a DOÑA TERESA.)
¡Un amante, Teresa!
DOÑA TERESA                                  ¡Mi decoro! 660
DON JAIME (Al CONDE.)
Mañana, Conde, os hablaré en la Corte.
EL CONDE DE AMPURIAS (Con altivez mal disfrazada.)
Por que aquí no ha de ser, Señor, ignoro.
DOÑA TERESA (Pasando rápidamente por el lado del CONDE, y bajo a él.)
Cordura, si me amáis.
DON JAIME                                    ¡Sois impaciente!
Amante sois y en suma no lo estraño;
mas debo yo de ser cauto y prudente, 665
que hago oficios de padre.
EL CONDE DE AMPURIAS                                            Ningún daño
temerá de este enlace Vuestra Alteza,
que me falta en verdad merecimiento,
mas me sobran blasones y riqueza
para lograr tan noble casamiento. 670
DON JAIME Vive Dios, Catalán, mal domeñado...
EL CONDE DE AMPURIAS ¿A un infanzón tratáis de mi valía?
DOÑA TERESA (Al CON.) Que os perdéis. (A D. DON JAIME) ¡Por piedad!
DON JAIME (Aparte a DOÑA TERESA.) Como es amado
imprudente mi enojo desafía. 675
(Al CONDE.)
Salid de aquí, Don Ponce, sin demora,
y la Corte también dejad hoy mismo.
EL CONDE DE AMPURIAS ¿Me desterráis a mí?
DON JAIME                                   Marchad, y ahora.
EL CONDE DE AMPURIAS Antes un rayo me hundirá al abismo.
DON JAIME Desleal a su Rey...
DOÑA TERESA                              Señor, delira: 680
no le escuchéis por Dios..., callad el Conde.
DON JAIME (Bajo a DOÑA TERESA.)
El amor que ese pérfido os inspira,
muy mal, Teresa, vuestro pecho esconde.
EL CONDE DE AMPURIAS Renuncio a vuestras tierras y obediencia,
de hoy más ya no he de ser vuestro vasallo. 685
Lo que me niega aquí vuestra violencia
con mi lanza, Don Jaime, he de ganallo. (Vase.)
DON JAIME (Empuñando.)
Aguarda desleal, prueba mi acero.
DOÑA TERESA (Deteniéndole.)
Don Jaime, mi Señor.
DON JAIME (Intentando desasirse.) Él es tu amante. 690
DOÑA TERESA (Siempre deteniéndole.)
¿Y le amo yo?
DON JAIME                         Tal vez: saberlo quiero.
DOÑA TERESA ¿Enviárosle a vos no fue bastante? (Con ternura. -Ademán de placer en EL REY.)
 

Escena VI

DICHOS. SANCHO precediendo al Legado del Papa, a quien acompañan pajes, y otros eclesiásticos que se retiran desde la puerta.

SANCHO (Dentro.) Plaza al Señor Cardenal. (Entra y se coloca en el fondo.)
DON JAIME (A TERESA.) Yo os hablaré antes de irme.
EL LEGADO Cumpliendo de Vuestra Alteza, 695
Señor, las órdenes, vine...
DON JAIME Los preceptos de la Iglesia
yo soy quien espera humilde.
Urge el tiempo, en otra estancia
si esta dama lo permite... 670
DOÑA TERESA Al vasallo que es leal
nunca permiso le pide
el Rey para hacer su gusto.
DON JAIME (Bajo a ella.) Que el esclavo solicite...
DOÑA TERESA (Señalando una de las puertas laterales.)
Allí puede Vuestra Alteza... 675
DON JAIME Señor Cardenal, seguidme. (Entra el CARDENAL y EL REY por la puerta que señaló DOÑA TERESA.)
 

Escena VII

DOÑA TERESA. SANCHO.

DOÑA TERESA Y tú, Sancho, ven conmigo,
y a cabalgar te apercibe
que a Zaragoza has de ir.
SANCHO Otro viage; ¡es posible! 680
DOÑA TERESA Un mensage has de llevar,
que mis congojas termine. (Vanse por el lado opuesto a la puerta porque entraron EL REY y EL CARDENAL. -DON PEDRO CORONEL y el OBISPO DE GERONA entran en el foro.)
 

Escena VIII

EL OBISPO DE GERONA, DON PEDRO CORONEL.

DON PEDRO CORONEL Honrado está este castillo
con Prelado tan insigne.
EL OBISPO DE GERONA Lisonjas, Señor Don Pedro, 685
en la Iglesia no se admiten:
la casa de los Vidauras
honra siempre a quien recibe.
Mas permitid que de veros
en este sitio me admire, 690
pues viniendo a consolar
a quien la Corte despide,
más que de lágrimas hallo
apariencias de festines.
De pages y de escuderos 695
antecámara no hay libre.
Los colores de Don Jaime,
unos contemplo que visten,
y al lado de su blasones,
de Aragón preciados timbres, 670
las llaves del pescador
que a los siervos de Dios sirve.
¿Repele a Doña Teresa
la Corte acaso, o la sigue?
DON PEDRO CORONEL Responder a esa pregunta 675
no podrá quien no adivine,
porque el viento del favor
sin leyes ciertas se rige.
EL OBISPO DE GERONA ¿Mas en fin, porque aquí estáis,
podéis, Don Pedro, decirme? 680
DON PEDRO CORONEL Porque sirvo a mi Señor.
EL OBISPO DE GERONA Luego el Rey...
DON PEDRO CORONEL                          Consuela al triste;
y vos llegáis algo tarde
para que en nada se alivie.
EL OBISPO DE GERONA ¿Aquí Su Alteza ha venido? 685
DON PEDRO CORONEL Su cetrería le sigue,
que la caza...
EL OBISPO DE GERONA                      ¿Por pretesto?
DON PEDRO CORONEL ¡Por pretesto! -No lo dije;
ni lo pensé, porque nunca
cuando el Rey no me lo dice, 690
presumo que sus intentos
adivinar me permite.
EL OBISPO DE GERONA Pero, ¿y las armas de Roma?
DON PEDRO CORONEL Del Legado.
EL OBISPO DE GERONA                       ¿Y qué, le sigue
también a caza el Legado? 695
DON PEDRO CORONEL Aquí entraba cuando vine,
que yo al Rey no acompañé
cuando salió. -Es muy posible
que aquí espere sin testigos
lograr más presto sus fines. 700
EL OBISPO DE GERONA ¿Usar en cosas de Iglesia
de tan profanos ardides?
DON PEDRO CORONEL Yo respeto a vuestra madre,
y a sus ministros humilde,
pero las cosas de Corte 705
de otra manera se miden.
EL OBISPO DE GERONA Nadie sabe del Legado
la misión.
DON PEDRO CORONEL                 La gente dice
que pretende que Don Jaime
en la Cruzada se aliste. 710
EL OBISPO DE GERONA ¡Cruzada! ¡Santo designio!
DON PEDRO CORONEL ¡Santo en verdad!, mientras gime
media España bajo el yugo
del musulmán inflexible,
¿será bien que sus soldados 715
en la ardiente Siria lidien?
Granada no está muy lejos,
Valencia en nuestros confines...
EL OBISPO DE GERONA Hablillas del vulgo son,
y como tales se miren. 720
DON PEDRO CORONEL La nobleza de estos reinos
en la fe de Cristo vive,
por ella toda su sangre
dará con ánimo firme;
mas mientras sólo un Alarbe 725
la arena española pise,
no esperen que en otras playas
la pujante lanza enristre.
Y a un prelado, que del Rey
de continuo al lado asiste, 730
al Obispo de Gerona
que su conciencia dirige,
no está demás que mi celo
la contingencia le avise.
EL OBISPO DE GERONA El Obispo de Gerona 735
siempre consejos admite.
A Su Alteza, si gustáis,
que aquí estoy podéis decirle.
DON PEDRO CORONEL Vedle aquí con el Legado.
Lo que os dije no se olvide. 740
 

Escena IX

EL OBISPO DE GERONA. D. PEDRO CORONES. EL LEGADO y DON JAIME acompañándole.

EL LEGADO (A la puerta de la cámara.)
No prosiga Vuestra Alteza
si no quiere confundirme.
DON JAIME Hasta veros a caballo
no esperéis que me retire.
EL LEGADO Tan cortés como valiente: 745
digno en todo de su estirpe.

(Dirígense a la puerta del foro. -EL OBISPO y D. PEDRO CORONEL saludan. -EL REY y el LEGADO se detienen.)

EL OBISPO DE GERONA La paz del Señor con vos.
DON JAIME Que os encuentre aquí permite
cuando en vos pensando estaba.

(Al LEGADO señalando al OBISPO.)

Mi confesor, el que os dije: 750
en letras y en santidad
veréis que es varón insigne.
EL OBISPO DE GERONA Vuestra Alteza puede siempre
contar con su siervo humilde.
DON JAIME El Legado no os ha visto 755
a vos que sois la más firme
columna de nuestra Iglesia.
EL OBISPO DE GERONA No más, Señor, permitidme:
el Cardenal me dispense
si no salí a recibirle, 760
que ignoraba su venida.
EL LEGADO Llegar incógnito quise
por razones que muy presto
sin duda a vos se confíen.
DON JAIME No retardemos, por Dios, 765
lo que puede concluirse. (Aparte al LEGADO.)
Cardenal, con más secreto
podéis aquí mismo oírle.
EL LEGADO Negocio, Señor, tan grave...
DON JAIME Es fuerza que se termine. 770
Yo ayudaré a la Cruzada,
que es lo que el Papa me pide.
EL LEGADO Y él en nombre del Señor
vuestra corona bendice.
DON JAIME Está bien, pero no basta 775
su bendición a mis fines.
Ya sabéis mis condiciones. (EL REY va conduciendo al CARDENAL a la puerta de la cámara, y al llegar a este verso le saluda y hace entrar por ella.)
DON JAIME (Al OBISPO.) D. Berenguel, vos oídme:
al Legado que os espera
yo de Roma venir hice: 780
consultar quiere con vos:
que es mi vasallo no olvide
el Obispo de Gerona,
y sepa diestro servirme. (Hácele seña para que siga al LEGADO, y así lo ejecuta saludando.)
Mayordomo de Aragón, 785
a la Corte se prohíbe
vuelva page ni escudero
de cuantos con vos me siguen;
en vuestro celo descanso,
que se hará cuanto previne. (D. JAIME entra donde lo hicieron EL LEGADO y el OBISPO.) 790
 

Escena X

D. PEDRO CORONEL.

Vive Dios que me confundo
con tanto estraño suceso,
o el Rey ha perdido el seso:
o a trastornarse va el mundo.
Que a una dama venga a ver, 795
bien: lo comprende cualquiera;
que el Legado le siguiera
también se puede entender:
pero hacer concilio aquí
y olvidarse de la dama, 800
o locura, o tal se llama,
o me falta el juicio a mí. (D. PEDRO sale por la puerta del foro, y al mismo tiempo entra DOÑA TERESA, seguida de SANCHO. D. PEDRO y DOÑA TERESA se saludan.)
 

Escena XI

DOÑA TERESA. SANCHO.

SANCHO Escudero más andante
no se encuentra sin trabajo.
DOÑA TERESA Poco a poco: habla más bajo. 805
¿Con que vendrá?
SANCHO                               En el instante.
Salió todo cual se dice,
Señora, a pedir de boca.
DOÑA TERESA Estará de zelos loca.
SANCHO Hecha un tigre la infelice. 810
De las vísperas salía
cuando el papel la entregué.
DOÑA TERESA ¿Y vendrá?
SANCHO                   Si la dejé,
Señora, que ya venía.
DOÑA TERESA (Para sí.) Hoy Reina, mañana no. 815
SANCHO ¿Y quién me defiende a mí?,
en sabiendo el Rey que fui...
DOÑA TERESA La Reina.
SANCHO                  ¡La Reina!
DOÑA TERESA                                    Yo.
SANCHO La Reina me ha de salvar,
y luego decís que vos... 820
DOÑA TERESA Está bien: vete con Dios,
y no dejes de avisar.
 

Escena XII

DOÑA TERESA.

Ya sabe que está aquí el Rey
y yo soy quien se lo avisa;
ella obedece sumisa 825
de mis intentos la ley.
Vendrá furiosa, demente,
acusando hasta los cielos.
¿Y logrará con sus zelos...?,
mi triunfo más brevemente. 830
 

Escena XIII

DICHA. SANCHO.

SANCHO Apeose en el zaguán.
DOÑA TERESA Libre el paso: venga al punto.
SANCHO (Aparte yéndose.) Embrollado está el asunto,
mas ellas se compondrán. (Vase.)
 

Escena XIV

(Así que sale SANCHO DOÑA LEONOR aparece en la puerta con D. PEDRO CORONEL confuso y azorado. DAMAS que se retiran desde la puerta.)

DOÑA TERESA. DOÑA LEONOR. D. PEDRO CORONEL.

DOÑA LEONOR (A D. PEDRO.) ¿Negármelo pretendéis? 835
DON PEDRO CORONEL Yo, Señora, (Aparte.) ¡fuerte apuro!
DOÑA LEONOR El Rey está aquí, D. Pedro,
yo quiero verle.
DON PEDRO CORONEL Es muy justo.
DOÑA TERESA (Con aparente respeto.) ¡Tantas honras en un día! 840
Merecerlas no presumo.
DOÑA LEONOR (Volviéndole la espalda, y se dirige a D. PEDRO.)
Os digo que quiero verle
sin que se tarde un minuto.
DOÑA TERESA Tome asiento Vuestra Alteza.
DOÑA LEONOR Avisarle al Rey al punto. 845
DOÑA TERESA Hoy sois huéspeda en mi casa,
olvidemos los disgustos.
DON PEDRO CORONEL (A TERESA.) Hablando estáis con la Reina.
DOÑA TERESA ¡La Reina!, yo no la injurio.
DOÑA LEONOR Llamad, llamad a Don Jaime, 850
a él sólo es a quien acuso.
DON PEDRO CORONEL Silencio, Doña Teresa. (A DOÑA LEONOR.)
No atendáis a sus discursos.
(Aparte.) Avisar al Rey conviene.
Estos son dos tigres juntos. (DON PEDRO va a salir, y se encuentra con DON JAIME.) 855
 

Escena XV

DICHOS. DON JAIME, apresuradamente.

DON JAIME (Bajo a la REINA.) ¿Aquí estáis, Señora, vos?
¿Con qué licencia si os place?
¿Qué me queréis, vive Dios?
¿Quién así venir os hace
en perjuicio de los dos? 860
DOÑA TERESA (Aparte.) Hora empieza mi venganza.
DOÑA LEONOR Os vengo a buscar aquí...
DON JAIME ¿Para qué?, ¿con qué esperanza?
DOÑA LEONOR (Bajo con ternura a DON JAIME.)
¿Así me tratáis, así?
Ella sólo todo alcanza. 865
DON JAIME Callad, y volved ahora
a la Corte.
DOÑA LEONOR                   No me vuelvo.
DON JAIME Mi cólera abrasadora...
DOÑA LEONOR A sufrirla me resuelvo.
DON JAIME Mirad no os pese, Señora. 870
DOÑA LEONOR Yo no tengo ya temor,
quitarme más no podéis.
DON JAIME Sí puede, Doña Leonor.
DOÑA LEONOR ¡Mi vida!... Aquí la tenéis,
no la quiero sin honor. 875
DON JAIME Vuestra vida, no por cierto;
mas podéis dejar de ser,
y muy pronto, yo os lo advierto,
del Rey Don Jaime, muger.
DOÑA LEONOR (Que escucha con asombro.)
Será cuando hubiere muerto. 880
DON JAIME Antes será por mi vida,
que es nulo nuestro consorcio...
 

Escena XVI

DICHOS. EL LEGADO, y EL OBISPO DE GERONA. El primero con un pergamino en la mano.

EL LEGADO (Saludando al REY.)
Ya, Señor, está estendida
la sentencia de divorcio.
DOÑA TERESA (Aparte.) Ya estás, Infanta, vencida. 885
DOÑA LEONOR (Fuera de sí.) Justicia, Dios soberano.
(Al LEGADO.) ¿Quién sois vos que tal decide?
EL LEGADO (Al REY.) El Pontífice romano
concede al Rey cuanto pide.
DOÑA LEONOR ¿No hay quien me tienda la mano? 890
DON JAIME Moderad esa violencia.
DOÑA LEONOR ¿Por qué de vos me apartáis?
DON JAIME Señora, por mi conciencia.
DOÑA LEONOR Don Jaime, no me engañáis.
EL LEGADO Doña Leonor, la sentencia, 895
y quien la firma afrentáis.
Parienta en tercero grado
hallamos sois del Rey:
sin dispensa habéis casado
y divorciaros es ley. 900
DOÑA LEONOR (A DOÑA TERESA.) Libre te queda una silla
que ocupaba sobre el trono
Doña Leonor de Castilla...
Se la ha quitado su encono,
la has cubierto de mancilla: 905
ya Reina te piensas ver,
engáñate la esperanza;
quien tal hace a su muger,
con la dama bien se alcanza
lo que después podrá hacer. (Vase.) 910

FIN DEL ACTO SEGUNDO

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