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Acto quinto

     Galería del Palacio de Zaragoza. Decoración con rompimiento después del segundo bastidor. -En el fondo (cuarto bastidor) puerta de la Capilla real que a su tiempo debe abrirse y dejar ver lo interior. -Puerta a la derecha (del actor) que es la entrada general; a la izquierda otra de la cámara del Rey, el espacio entre el rompimiento y el telón de foro es la comunicación con lo interior del Palacio. La galería estará adornada con lujo y elegancia, e iluminada con muchas bugías: adviértense los preparativos de una gran función.

                                                                  

Escena primera

D. GUILLÉN DE MONCADA. D. SANCHO ANTILLÓN. EL COMENDADOR DE AMPOSTA (Templario.) D. JIMÉN DE FOCES. -CABALLEROS.

Al levantarse el telón aparecen los indicados en grupos. Los demás CABALLEROS van entrando succesivamente todos por la puerta de la derecha quedándose unos en la primera galería y yéndose otros a pasearse entre el rompimiento y el telón del foro.

D. MIGUEL DE MONCADA Caballeros, yo no sé
si estamos en Morería.
D. JIMÉN DE FOCES Dudarlo se puede a fe. 2150
COMENDADOR DE AMPOSTA ¿Quién viendo al hijo diría
que tuvo padre tan santo?
D. SANCHO ANTILLÓN ¿Y que Aragón sufriría
y callara agravio tanto?
COMENDADOR DE AMPOSTA La culpa es vuestra, Señores, 2155
y a la verdad que me espanto
que sufráis tales horrores
cuando cansa su violencia
a esos pobres moradores...,
es ya caso de conciencia 2160
tolerar tanto desdoro;
mengua es aquí la paciencia.
D. MIGUEL DE MONCADA ¿Con qué objeto contra el moro
vuestro valor se ejercita,
si aquí le pierde el decoro 2165
a Dios, Don Jaime y le irrita?
D. JIMÉN DE FOCES Callad, Señores, por Cristo.
D. SANCHO ANTILLÓN El pueblo clama y se agita.
D. JIMÉN DE FOCES En que es bien dejarlo insisto.
Reparad en donde estamos. 2170
COMENDADOR DE AMPOSTA Ya, Foces, lo tengo visto.
D. MIGUEL DE MONCADA Hora aquí nada arriesgamos,
bien podéis estar seguro.
D. SANCHO ANTILLÓN Nadie escucha lo que hablamos.
COMENDADOR DE AMPOSTA Y la espada en todo apuro... 2175
D. JIMÉN DE FOCES Una palabra imprudente
perdernos puede, lo juro.
Recordad cuán brevemente
fue el de Ampurias desterrado:
sabéis que severamente 2180
al Obispo ha castigado.
COMENDADOR DE AMPOSTA De muerte al Santo Pastor
sacrílego ha amenazado.
D. JIMÉN DE FOCES Prudencia, sino temor
os inspire tal ejemplo. 2185
D. MIGUEL DE MONCADA Y hora intenta su furor
tal vez profanar el templo.
D. SANCHO ANTILLÓN ¿Provocar al Papa así?,
imposible lo contemplo.
COMENDADOR DE AMPOSTA Pues no me sorprende a mí. 2190
D. MIGUEL DE MONCADA Ni a mí, vive Dios, tampoco.
D. JIMÉN DE FOCES Tener tal lenguaje aquí
es empeño ciego y loco. (Se separa y pasa a la segunda galería.)
D. SANCHO ANTILLÓN Ni él está, ni Coronel;
de los otros temed poco. 2195
COMENDADOR DE AMPOSTA Don Pedro... Tan bueno es él...
D. MIGUEL DE MONCADA Otro tanto que su dueño.
D. SANCHO ANTILLÓN Ello, en verdad, es cruel
mirarnos en tal empeño.
COMENDADOR DE AMPOSTA El Legado le excomulga 2200
y no desarma su ceño.
D. MIGUEL DE MONCADA Que hoy se casa el Rey promulga
y magüer que excomulgado
diz que confiesa y comulga.
D. SANCHO ANTILLÓN No habrá cura ni prelado 2205
que le dé la absolución.
COMENDADOR DE AMPOSTA Las iglesias se han cerrado
y la plebe su intención
de revelarse no oculta:
ya maldice esa ambición 2210
que hasta el Papa mismo insulta.
Si el fuego prende, el tirano
tal vez hoy mismo sepulta.
D. MIGUEL DE MONCADA ¿Y Doña Teresa?
D. SANCHO ANTILLÓN                             En vano
la ha mandado el Rey buscar. 2215
COMENDADOR DE AMPOSTA Guay si la alcanza su mano...
D. SANCHO ANTILLÓN Ella acertose a escapar.
Cuando al Obispo prendieron
no la han podido encontrar
por más que los pretendieron. (FOCES pasa apresuradamente de la segunda a la primera galería, y llegándose a ellos dice:) 2220
D. JIMÉN DE FOCES Señores, Don Pedro viene. (No lo oyen.)
Que es Don Pedro. (Sepáranse.) Ya me oyeron.
COMENDADOR DE AMPOSTA Algo nuevo se previene. (Sepárase.)
D. SANCHO ANTILLÓN De mal agüero es el hombre. (Ídem.)
D. MIGUEL DE MONCADA Yo no sé lo que se tiene (Ídem.) 2225
que no me gusta ni el nombre. (Estos anteriores cuatro versos con rapidez y repartiéndose por la escena.)
 

Escena II

DICHOS. D. PEDRO CORONEL de gala.

(DON PEDRO entra por el foro derecho. LOS CABALLEROS de la segunda galería le hacen plaza y le saludan, él contesta a todos. Después entra en la primera siguiéndole LOS CABALLEROS. Echa una mirada investigadora sobre los cuatro INFANZONES como para reconocerlos, y ellos procuran componer el semblante de manera que nada pueda penetrar de su intención.)

DON PEDRO CORONEL (Aparte al entrar en la primera galería.)
Si aquestos no conspiraban
será cosa que me asombre:
aquí solos conversaban...
(Saludándoles.) Infanzones... Caballeros... 2230
¿Qué será lo que tramaban?
D. SANCHO ANTILLÓN (A FOCES.) ¡Favoritos altaneros!
DON PEDRO CORONEL Que hay nobleza en Aragón
verán hoy los estrangeros.
En tan solemne ocasión 2235
cumplir de nobles la ley.
COMENDADOR DE AMPOSTA ¿Sabremos con qué intención
nos hizo llamar el Rey?
DON PEDRO CORONEL Tal vez quiere que le asistan
los mejores de su grey. 2240
D. MIGUEL DE MONCADA A soldados que se alistan
se les dice para qué.
DON PEDRO CORONEL (Con frialdad.) Los que no quieran resistan a Don Jaime.
D. JIMÉN DE FOCES (Aparte.) No lo hará.
DON PEDRO CORONEL (Con mucha frialdad.)
Si place a los Infanzones, 2245
que si place, yo lo sé,
ver de armados escuadrones
la militar apariencia;
tendrán pocas ocasiones
de ver tantos, en conciencia, 2250
como en el Coso hallarán
que llegaron de Valencia. (Sensación general.)
Trescientas lanzas verán
de lo mejor de esta tierra
que acostumbradas están 2255
por los moros a la guerra,
y por el Rey, mi Señor,
a no acatar en la tierra
más que sólo su valor.
Hay también Alumgavares, 2260
Salvages, mas con honor,
que no tienen otros lares
que los campos de batalla.
De peones a millares,
tanta gente viste malla 2265
que temo que no ha de haber
para todos vitualla.
D. MIGUEL DE MONCADA (Ap. al COMENDADOR.) ¿Qué haremos?
COMENDADOR DE AMPOSTA (Ap. a MONCADA.)                                    Obedecer.
D. MIGUEL DE MONCADA Sólo por curiosidad
he pretendido saber... 2270
DON PEDRO CORONEL (Fríamente.) Ya sé vuestra lealtad.
D. JIMÉN DE FOCES Quién dudará de la nuestra.
DON PEDRO CORONEL Injuria fuera en verdad,
tenéis dada tanta muestra.
D. SANCHO ANTILLÓN Mi fe conocéis sin duda. 2275
DON PEDRO CORONEL Es, Antillón, como vuestra.
COMENDADOR DE AMPOSTA Calla mi lengua, por ruda,
mas mi celo es conocido.
DON PEDRO CORONEL La buena obediencia es muda.
El Rey está persuadido 2280
que todos aquí le acatan. (Pasando la vista por la concurrencia.)
Si hubiere algún atrevido
ya sabrá cómo se tratan
en su Corte desleales,
aunque todos no se matan, 2285
mas gentes tan principales
no han menester este aviso,
que siempre fueron leales.
D. JIMÉN DE FOCES (Ap. a ANTILLÓN.) De amenaza tiene viso
el consejo. ¿Qué decís? 2290
D. SANCHO ANTILLÓN (Ap. a FOCES.) ¡Soldados tan de improviso!
D. MIGUEL DE MONCADA (Aparte al COMENDADOR.)
¿No hay remedio?
COMENDADOR DE AMPOSTA                                Ya lo oís.
DON PEDRO CORONEL (Aparte.) La intención no será santa,
pero calláis y sufrís. 2295
UN PORTERO. (Dentro: derecha.)
Plaza a la Señora Infanta.
OTRO ÍDEM. (Dentro: izquierda.)
Plaza, plaza al Señor Rey.
D. SANCHO ANTILLÓN (Ap. a FOCES.) ¿Qué es esto?
D. JIMÉN DE FOCES                                                  ¿Pues qué os espanta?
Nos tiene bajo su ley.
 

Escena III

DOÑA VIOLANTE, EL LEGADO y su acompañamiento por la puerta derecha. -D. JAIME por la de la izquierda, ambos de gala. -D. PEDRO, LOS INFANZONES, CABALLEROS, ECLESIÁSTICOS, PAJES, DAMAS ESCUDEROS, GUARDIAS que entran por el foro derecho y se colocan en el fondo. -LOS CABALLEROS se dividen en los dos lados del Teatro, quedando en primera fila LOS INFANZONES. Al presentarse EL REY y LA INFANTA se descubren e inclinan. Dos Reyes de armas, uno con las de Aragón y otro con las de Hungría en el Tabardo, son los primeros que entran en la escena: sigue UN PORTERO, a este algunas DAMAS, y después el Legado del Papa dando la mano a la INFANTA DOÑA VIOLANTE, a quien siguen PAJES, ESCUDEROS y algunos ECLESIÁSTICOS de la comitiva del LEGADO. -D. JAIME se adelanta hasta la puerta.
DON JAIME Perdóneme el claro Sol 2300
de vuestro rostro divino
si no he salido al camino
a gozar de su arrebol.
Vuestro esclavo me confieso,
mas átanme aquí cadenas 2305
que aunque doradas, apenas
podréis alcanzar su peso.
Lástima tengo a la Hungría,
Señora, porque os perdió,
que si mucho imaginó 2310
halla más la fantasía.
DOÑA VIOLANTE Mucho debo a mi ventura
en pareceros tan bien:
pero amantes ojos ven
aun no habiéndola hermosura. 2315
DON JAIME Al miraros la belleza
mis ojos idolatraron;
y tal vez me revelaron
del tesoro la riqueza:
mas hora que os llego a oír 2320
tan entendida y modesta
fuera injuria manifiesta
no acabarme de rendir.
DOÑA VIOLANTE La que así de lejos viene
destinada a vos, Señor, 2325
de agradecer vuestro amor
licencia es claro que tiene.
Forzosa razón de Estado
dispuso este casamiento,
mas nunca mi pensamiento 2330
mejor lo hubiera encontrado.
DON JAIME No más digáis, mi Señora,
que a veces mata el placer.
DOÑA VIOLANTE Es forzoso obedecer.
DON JAIME ¿Al esclavo que os adora? 2335
Mas de tan larga jornada
será bien que descanséis
hasta que allí me juréis (Señala a la Capilla, LOS INFANZONES se miran unos a otros.)
ser mía, Violante amada. (La presenta la mano.)
DOÑA VIOLANTE (Tendiendo la suya.)
En todo os debo obediencia. (Echan a andar hacia el foro. Entran en la segunda galería, salen por el foro izquierdo. LAS DAMAS y PAJES siguen a LA REINA.) 2340
DON JAIME Señora, tanta humildad
no sienta a vuestra beldad.
(Al LEGADO.) Esperad, corta es mi ausencia.
 

Escena IV

DICHOS, menos DOÑA VIOLANTE, &c.

(EL REY la ha acompañado y LOS INFANZONES le han seguido con D. PEDRO CORONEL, pero todos vuelven inmediatamente al proscenio.)

DON JAIME (A LOS CABALLEROS.) Doña Violante de Hungría
que aquí vio vuestra atención 2345
será Reina de Aragón
antes que luzca otro día.
(Seña para que se retiren.)
Caballeros, dad lugar,
y dentro volved de un hora;
podréis a vuestra Señora 2350
la mano humildes besar. (LOS CABALLEROS salen por la puerta derecha. LOS ECLESIÁSTICOS le siguen.)
Señor Legado, vos no.
Retirad los Ballesteros. (A D. PEDRO que va a ejecutar la orden y EL REY le detiene.)
¿Llegaron ya los arqueros?
DON PEDRO CORONEL Sí, Señor, todo llegó. 2355
(Seña del REY para que se retire. D. PEDRO se va por la segunda galería, foro derecho, con LOS BALLESTEROS.)
 

Escena V

D. JAIME se pasea meditabundo. EL LEGADO contempla al REY con inquietud. EL REY se para enfrente del LEGADO y clavando en él la vista, con espresión de mal reprimido enojo, le dice:

DON JAIME Ya en fin Doña Violante aquí ha venido
¿y con quién, Cardenal?, ¿quién la acompaña?
Si vos..., nunca os creí tan atrevido
que burlarais así mi justa saña,
¡cómo, quien fulminara el anatema 2360
sobre el Rey de Aragón arrojo tiene
de ponerse a su vista! Audacia estrema,
a que ejemplar castigo se previene.
EL LEGADO Si escuchar se dignara Vuestra Alteza...
DON JAIME El tiempo vuela, Cardenal, sed breve. 2365
EL LEGADO Señor, el pueblo entero, la nobleza...
DON JAIME Sujeta tengo ya su furia aleve.
EL LEGADO El hijo del Católico Don Pedro,
que al Papa le rindiera vasallaje...
DON JAIME Ante ese hombre amado no me arredro, 2370
al yugo que él labró yo me sustraje.
EL LEGADO La Cristiandad, Señor, horrorizada
a un Obispo ultrajar con yerro y lengua.
DON JAIME (Interrumpiéndole.)
¿Quisieran más la Magestad hollada?,
no pude consentir tamaña mengua; 2375
acusarme es injusto de severo
pues vive aún y sin lesión ninguna.
EL LEGADO Entonces, gran Señor, no desespero
que un medio de concordia la fortuna...
DON JAIME Si puede haberle, mas de vos depende, 2380
tenéis para pensarlo breve plazo:
o la respuesta la discordia enciende,
o anuda de la paz el roto lazo.
EL LEGADO Cuanto alcance mi leve poderío...
DON JAIME Todo se alcanza, Cardenal, queriendo: 2385
el anatema levantad.
EL LEGADO                                   No es mío.
DON JAIME ¿Pensáis que por ventura no os entiendo?
Cuando aquí con la Infanta venir osa
el Legado del Papa, trae su bula,
el Pontífice pide alguna cosa, 2390
y en cambio el breve de entredicho anula.
EL LEGADO El Padre de la iglesia que me envía
límite a su piedad poner no sabe,
y benigno tal vez perdonaría
de lo ocurrido aquí la culpa grave, 2395
si el Rey...
DON JAIME                   ¿No os dije yo?, las condiciones
que impone, ¿cuáles son? Decidlas luego.
¿Tributos?
EL LEGADO                   No se venden los perdones.
DON JAIME Cuidad de avivar la llama del fuego.
EL LEGADO Señor, del Rey de Reyes soy ministro, 2400
y la iglesia no teme humano esfuerzo.
DON JAIME ¡Ay de vosotros, si la lanza enristro!
EL LEGADO De mármol soy, (Aparte.) si al miedo me tuerzo.
Bien podéis a placer con férrea mano
aniquilar a un hombre sin defensa; 2405
pero pensad también que sois cristiano,
y es la venganza del Señor inmensa.
Del gremio de los fieles escluido,
sólo el temor contiene a los vasallos;
un Faraón, Don Jaime, un tiempo ha habido 2410
y el mar tragó sus lanzas y sus caballos.
Si estáis (y perdonadme) en vuestro asiento,
si aún sois obedecido, si os acatan,
es, Señor, que han prestado juramento,
y en Roma tales nudos se desatan. 2415
DON JAIME La vida os salva, que os escucho sólo.
El razonar dejemos importuno.
Si naciera a reinar en otro Polo,
os fío no me hablara así ninguno.
Levantar la censura es lo importante, 2420
que yo me he de casar antes de una hora;
si os negáis, Cardenal..., dije bastante.
Qué condición ponéis, decid ahora.
EL LEGADO Del Santo Padre de la Iglesia Nuncio
a Vuestra Alteza vengo delegado. 2425
DON JAIME Al hecho, al hecho, basta ya de anuncio.
EL LEGADO Para vos este pliego me ha entregado. (Dale un pliego, que EL REY toma y mira con atención.)
DON JAIME La Bula..., ya conozco vuestras mañas,
forzoso es verla, y verla con despacio,
porque ha de contener cosas estrañas. 2430
Cardenal, no salgáis de este Palacio. (Entra en su cámara.)
 

Escena VI

EL LEGADO.

Hijo de un Rey a Roma tan sujeto,
¿y seguirá Don Jaime impenitente?
No, mi Dios, por tu gloria me prometo
que humille al polvo la indomada frente. 2435
 

Escena VII

DICHO. D. PEDRO CORONEL apresuradamente.

DON PEDRO CORONEL ¿Su Alteza no estaba aquí?
EL LEGADO En su estancia retirado...
Mas venís acongojado...
DON PEDRO CORONEL No tal. (Entra apresuradamente en la cámara del REY.)
EL LEGADO             ¿Qué le aqueja así? (Quédase meditabundo.)

(En la puerta de la derecha aparecen SANCHO y EL PORTERO primero. EL LEGADO les vuelve la espalda.)

 

Escena VIII

EL LEGADO. SANCHO. EL PORTERO. (Al paño.)

PORTERO Aguardad, que hay aquí gente. 2440
SANCHO Yo aguardaré, no temáis.
PORTERO Pesado por Dios estáis.
Ay de mí, si alguno os siente. (D. PEDRO en la puerta de la cámara del REY.)
DON PEDRO CORONEL Entrad, Señor Cardenal,
que quiere hablaros Su Alteza. (Entra EL LEGADO con D. PEDRO.) 2445
 

Escena IX

SANCHO. EL PORTERO.

SANCHO Vamos, que es mucha fiereza.
PORTERO Si no puedo: ¡hay cosa tal!
SANCHO ¿Descontentas a un amigo
por tan grande fruslería?
PORTERO No es nada la niñería. 2450
¡A la capilla!..., pues digo.
SANCHO ¿No sabes que son mugeres?,
hoy me ha llegado una hermana
curiosa como Aldeana,
y se le antoja ¿qué quieres? 2455
PORTERO A los mismos Infanzones
le entrada se le prohibió.
SANCHO Vamos, vamos, que sé yo
portarme en las ocasiones. (Le da un bolsillo.)
Mi hermana me está esperando; 2460
voy por ella en un momento.
PORTERO ¿Qué hemos de hacer?, lo consiento,
que siempre pequé de blando.
SANCHO Más cortesano Portero
que tú, no es fácil hallar. (Vase por la derecha.) 2465
PORTERO Soy de buen acomodar,
sobre todo por dinero.
 

Escena X

(Después de una muy breve pausa, entra SANCHO con DOÑA TERESA cubierta de un manto muy largo y bastante espeso, para que no sea conocida.)

DOÑA TERESA. SANCHO. EL PORTERO.

SANCHO (Aparte a DOÑA TERESA.)
Bien tapada estáis por Dios.
DOÑA TERESA (Aparte.) ¡Ambición cómo me tienes!
PORTERO Acaba, Sancho, ¿no vienes? 2470
SANCHO Ya estamos aquí los dos.
¿Entramos en la Capilla?
PORTERO No puede ser por ahora.
Qué callada es la señora.
SANCHO Tú hablador a maravilla. 2475
¿No entramos?
PORTERO                          Sí; mas después.
SANCHO ¿Y ahora no?
PORTERO                        Por causa grave.
SANCHO ¿Cuál es?
PORTERO                 No tengo la llave.
SANCHO Pesada la burla es.
DOÑA TERESA (Ap. a SANCHO.) ¡Con que ha de ser imposible! 2480
SANCHO Esperad. Con que...
PORTERO                                   Ocultaros
es primero que esplicaros... (Ruido dentro.)
El Rey..., andad que es terrible. (DOÑA TERESA dice algunas palabras al oído a SANCHO, quien dejándola con EL PORTERO, sale por la puerta de la derecha: DOÑA TERESA y EL PORTERO se retiran a la segunda galería apresuradamente, y desaparecen por el foro de la izquierda.)
 

Escena XI

DON JAIME. DON PEDRO. EL LEGADO.

DON JAIME Es sagrada mi palabra.
EL LEGADO Dios tocó ese corazón. 2485
DON JAIME Está bien, no perdáis tiempo.
EL LEGADO Como gustareis, Señor. (Vase.)
 

Escena XII

DON JAIME. DON PEDRO.

DON JAIME ¡Imposible me parece!
¿Tal pasa viviendo yo?
Ese pueblo que temblaba 2490
mi nombre como el de Dios,
esos nobles de quien supe
poner a raya el furor:
porque a un viejo que me ofende
le pongo en dura prisión, 2495
¿rebeldes alzan el grito?
Esto explicádmelo vos.
DON PEDRO CORONEL Es un Obispo el anciano
que prendisteis, gran Señor,
y el pueblo mira ultrajada 2500
en ello la Religión.
DON JAIME ¡Los menguados!, una muerte
cometerán cada sol,
y porque prendo a un Obispo
me gritan ¡Profanación! 2505
Atropellan el respeto
del que a mandarlos nació;
y guerra impía le mueven
a su natural Señor...
Hasta en mis propios soldados 2510
prendiera la rebelión.
DON PEDRO CORONEL Ninguno el grito rebelde
de los hombre de armas dio.
DON JAIME La cabeza le costara
al que le diera traidor. 2515
DON PEDRO CORONEL Mas consintieron que el vulgo
alce atrevido la voz.
DON JAIME Yo doblaré la rodilla
ante el altar, mas por Dios
que al levantarme, del fuego 2520
que abrasa mi corazón,
aniquilarán los rayos
a quien a Jaime insultó.
DON PEDRO CORONEL Más tarde podréis vengaros,
cuando aplacado el furor 2525
que enciende ahora en sus pechos,
no encontrarle en la prisión...
DON JAIME Pague luego con la vida
el que las puertas le abrió.
DON PEDRO CORONEL No se encuentra al carcelero, 2530
perdiose en la confusión,
que si el pueblo le encontrara
le matara allí, Señor.
Porque no hallando al Obispo
imaginan que murió: 2535
y que el puñal, o el veneno.
DON JAIME ¡Qué mal conocen quién soy!
En la plaza le matara
a la claridad del sol,
si mi justicia quisiera 2540
matarlo. -¿Quién le salvó?
DON PEDRO CORONEL Imposible averiguarlo,
a mi entender, es por hoy.
Él tiene tantos amigos...
Poderosos muchos son, 2545
y el oro lo alcanza todo.
DON JAIME ¿Y de Teresa?
DON PEDRO CORONEL                        Burló
su secreto mis pesquisas;
continuándolas estoy.
DON JAIME Pues si llegáis a prenderla, 2550
en estrecha reclusión
la poned sin que la vea. (Por la puerta de la derecha entra el segundo PORTERO; inmediatamente EL LEGADO y siguiéndole LOS ECLESIÁSTICOS; saludando al pasar al REY se dirigen a la Capilla, que abre EL PORTERO, y entran todos. -EL REY contempla a los que pasan con preocupación.)
DON PEDRO CORONEL (Señalando la Capilla.)
¿Y estáis resuelto, Señor?
DON JAIME A todo por humillarlos,
os lo juro por quien soy. 2555
Estos al cabo se escudan
del santo nombre de Dios,
y yo haré ver que si cedo
es por él, por ellos no.
Levantado el entredicho 2560
yo recobraré mi honor:
corred, Don Pedro, la Corte
aquí convoque un pregón,
y haced que en tanto se inquiera
quien el motín provocó: 2565
su cabeza sobre un tajo...
EL LEGADO (En la puerta de la Capilla.)
Os esperamos, Señor.
DON JAIME Don Pedro, el pregón; la Infanta. (D. PEDRO por la derecha. -Seña de D. JAIME al LEGADO, y este vuelva a entrar en la Capilla.)
 

Escena XIII

DON JAIME.

¿Será verdad que soy yo
el que tanto aquí se humilla? 2570
¿Así su nombre mancilla
quien nunca al miedo cedió? (D. PEDRO entra por la puerta de la derecha, atraviesa el Teatro, pasa a la segunda galería, y se va por el foro derecho.)
¿Me rindo a los hombres?... No:
y he nacido al fin Cristiano...
El hombre, no el Soberano 2575
se postrará ante el altar.
Yo después sabré probar
que aún tengo el cetro en mi mano. (D. JAIME entra en la Capilla. Al propio tiempo entran por la puerta de la derecha LOS CABALLEROS y DAMAS, por el foro derecho servidumbre de Palacio. SANCHO entra con LOS CABALLEROS, ocultándose entre ellos. DOÑA TERESA siempre con manto. Algunas dueñas de Palacio lo llevarán también. CABALLEROS, DAMAS y CRIADOS entran en la Capilla. Las puertas quedan abiertas, y el forillo representa el muro lateral de la Capilla, cuyo altar se supone colocado a la derecha del espectador, por manera que los CABALLEROS presenten el costado derecho. La Capilla parece llena. -DOÑA TERESA y SANCHO se quedan los últimos. -Al ir esta a entrar, seguro de que nadie le observa, SANCHO la detiene y conduce al proscenio. -Durante la escena siguiente ambos interlocutores observan cuidadosamente todas las entradas.)
 

Escena XIV

DOÑA TERESA. SANCHO.

SANCHO Albricias, Señora mía.
DOÑA TERESA ¡Albricias, Sancho!, ¿de qué? 2580
SANCHO El pueblo se ha sublevado.
DOÑA TERESA Y la nobleza.
SANCHO                        También.
Han allanado la torre,
prisión de Don Berenguel.
DOÑA TERESA En libertad el Obispo... 2585
¿A dónde está?
SANCHO                           No lo sé.
DOÑA TERESA Corramos a averiguarlo.
SANCHO Señora, el paso tened:
no le hallaron en la Torre.
El pueblo entiende que el Rey 2590
en secreto le matara.
DOÑA TERESA Sí; le habrá muerto el cruel.
Y no tengo otro testigo...
SANCHO ¿Ya la esperanza perdéis?
Los nobles tienen cabildo, 2595
a su amparo os acoged...
DOÑA TERESA Yo quería presentarme
entre la Infanta y el Rey,
cuando en sacrílego lazo
unidos pensaran ser; 2600
y ya que más no alcanzase,
hacerles probar la hiel
que hoy amarga mi existencia.
SANCHO ¿Que es mejor no conocéis
que el auxilio de sus brazos 2605
los Infanzones os den?
DOÑA TERESA Sí; que si más no consigo,
venganza al menos tendré.
¿Qué importa arriesgue la vida
quien ya ha perdido un laurel? 2610
Vamos, Sancho, mi presencia
podrá ese fuego acrecer.
SANCHO Ya vienen, vamos, Señora,
¡ay de vos, si alguno os ve! (Vanse por la derecha.)
 

Escena XV

DON PEDRO CORONEL. DOÑA VIOLANTE, y su acompañamiento.

DON PEDRO CORONEL Sí, Señora, está Su Alteza 2615
haciendo la paz con Dios;
tan fausto agüero preside
a la suspirada unión.
El iris sois de estos Reinos,
la paz os deben a vos. 2620
¡Que mucho que un Ángel sea
mensagero de tal don!
DOÑA VIOLANTE Plegue a Dios que pueda siempre
feliz hacer con mi amor
al Rey mi esposo y mi dueño, 2625
y a su Reino de Aragón.
Esto le ruego postrada....
DON JAIME (Dentro.) A los hombres no, es a Dios. (Rumor en la Capilla. -Los que están en la escena vuelven la vista hacia ella.)
DOÑA VIOLANTE Ved, Don Pedro, ¿qué ha ocurrido
que promueve tal rumor? (DON PEDRO entra en la Capilla, habla a vista del espectador con alguno de los CABALLEROS, y vuelve después a la escena.) 2630
DON PEDRO CORONEL Leyendo estaba el Legado
la bula de absolución;
el Rey de hinojos postrado
ante el altar la escuchó;
mas oyendo que del Papa 2635
ha de implorar el perdón,
esclama con voz de trueno:
«a los hombres no, es a Dios.»
El Cardenal se suspende,
empero el Rey le miró 2640
y sigue la ceremonia.
Esto es todo en conclusión.
DOÑA VIOLANTE Se humilla como Cristiano,
mas de que es Rey se acordó.
DON PEDRO CORONEL Nunca desmienten sus hechos 2645
a Jaime el Conquistador.
Ya en breve ha de terminarse,
según pienso, la función,
y a Vuestra Alteza por Reina
saludará nuestro amor. 2650
 

Escena XVI

DICHOS. EL REY. -EL LEGADO. -CABALLEROS. -PAGES, &c. que salen de la Capilla, y se colocan en ambas galerías, de manera que por el centro del escenario puedan pasar EL REY y EL LEGADO. Cuando estos salgan al proscenio, se cierra el semicírculo. -EL REY y EL LEGADO en la puerta de la Capilla.

EL LEGADO El Pontífice Romano
levanta la excomunión,
que la justicia a estos Reinos
del Vaticano lanzó. (Bajan al proscenio.)
El Rey hizo penitencia 2655
implorando su perdón.
DON JAIME Cardenal, lo tengo dicho.
Lo he pedido sólo a Dios
consagrarme a la ventura
de vos, mi esposo y Señor, 2660
más que la lengua, Don Jaime,
hablará mi corazón.
DON JAIME El instante venturoso
no lo retardemos, no.
Felices son hoy mis pueblos, 2665
pues que tal Madre les doy. (EL REY hace seña. -EL LEGADO entra en la Capilla. -Siguen DON JAIME y VIOLANTE, DON PEDRO y todo el Acompañamiento. -La escena queda un instante sola.)
 

Escena XVII

EL CONDE DE AMPURIAS, armado. EL OBISPO DE GERONA, cubierto con una gran capa.

EL CONDE DE AMPURIAS Pues bien, si os place al martirio correr;
con vos quiero morir.
EL OBISPO DE GERONA                                    Hazaña loca.
Yo lo debo a mi estado, a mi conciencia.
EL CONDE DE AMPURIAS También he honrado mi valor blasona. 2670
Ya la fe de vasallo tenéis rota:
sin ofender al Rey, debéis, o Conde,
defender vuestras tierras y persona.
Mi consejo seguid; no hagáis que llore
vuestra muerte.
EL CONDE DE AMPURIAS                           Prelado, ¿qué me importa 2675
vivir un día más en la amargura?
Cuando, apenas, Obispo, hará seis horas
puedo el oro romper vuestras cadenas,
quise salvar un alma generosa,
a Ampurias conduciros, con mi acero 2680
defender vuestra vida. -Si malogra
vuestro celo mi intento: si os espone
a una muerte, tal vez lenta, afrentosa,
yo no os quiero dejar: no, lo repito,
el Conde os seguirá cual vuestra sombra. 2685
EL OBISPO DE GERONA Bien, lo consiento: es digna vuestra mano
de ayudarme a acabar tan santa obra.
EL CONDE DE AMPURIAS ¿Y qué hacer pretendéis?, ¿por qué saliendo
del santo Monasterio que hasta ahora
de albergue nos sirvió, venís, Obispo, 2690
donde Don Jaime sus venturas logra?
EL OBISPO DE GERONA A impedir esa unión que se prepara.
EL CONDE DE AMPURIAS ¿Quién de ese tigre las pasiones doma?
EL OBISPO DE GERONA No le injuriéis: la cólera le arrastra,
y entonces ni a sí mismo se perdona; 2695
mas luego calma la razón su afecto,
y las desdichas que ha causado llora.
Yo voy, le imploraré; vencerlo espero
si un solo instante puede hablarle a solas.
EL CONDE DE AMPURIAS Iré con vos.
EL OBISPO DE GERONA                     No hagáis por vida mía, 2700
agravios le traeréis a la memoria.
EL CONDE DE AMPURIAS Escuchadme: y si es tarde...
EL OBISPO DE GERONA                                              No es posible;
están cerradas las Iglesias todas.
EL CONDE DE AMPURIAS ¿No conocéis al Rey?
EL OBISPO DE GERONA                                     Bien le conozco.
¿Pensáis que el entredicho osado rompa? 2705
Aquí esperad.
EL CONDE DE AMPURIAS                        Espero.
EL OBISPO DE GERONA                                      Al punto vuelvo.
EL CONDE DE AMPURIAS Si tardáis, yo entraré.
EL OBISPO DE GERONA                                    No hagáis tal cosa.

(Entra en la cámara del REY.)

 

Escena XVIII

EL CONDE.

¡Santo Pastor!, su celo va a perderle:
sabe apenas que llega a Zaragoza
la Infanta y vuela, sin temor la rabia 2710
del terrible Don Jaime aquí provoca. (Rumor dentro, a la derecha, de muchos pasos, voces bastante a lo lejos.)
¡Cuál rumor, si es el Rey, venga si quiere!,
así terminan mis desdichas todas. (Pasa a la segunda galería.)
 

Escena XIX

EL COMENDADOR. FOCES. ANTILLÓN. MONCADA. DOÑA TERESA. SANCHO, entran por la derecha. EL CONDE en la segunda galería.

DOÑA TERESA (Misteriosamente a los INFANZONES.)
Sí, Caballeros, a una dama ofende,
al pueblo Aragonés su yugo agovia, 2715
de humillar a los nobles Infanzones
Don Jaime, sin reparo, aquí blasona;
y a un Ministro de Dios, crimen horrendo,
la vida... (EL OBISPO sale de la cámara del REY. -EL CONDE se acerca a él. -LOS INFANZONES le contemplan con terror y asombro. -EL CONDE DE AMPURIAS desde el principio de la escena ha observado cuidadosamente del grupo que forman LOS INFANZONES con DOÑA TERESA, mas no pudo oír su conversación.)
 

Escena XX

DICHOS. EL OBISPO.

DOÑA TERESA                   ¡Cielos!, ¡se alzará su sombra!
EL OBISPO DE GERONA Estraño error vuestros sentidos turba. 2720
En vida estoy: ilesa mi persona.
DOÑA TERESA ¿Pues cómo en la prisión no os encontraron?
EL OBISPO DE GERONA Mis cadenas, Teresa, fueron rotas
por este Caballero. (EL CONDE se alza la visera.)
D. JIMÉN DE FOCES                                 ¡El Conde, amigos!
EL OBISPO DE GERONA ¿Y el Rey?, ¿no me diréis?, yo vengo ahora 2725
de su estancia.
ANTILLÓN                          ¿No está?
EL OBISPO DE GERONA                                          No.
DOÑA TERESA                                                 Soy perdida,
tal vez en este instante se desposa.
EL OBISPO DE GERONA ¡Pues cómo!, el entredicho...
EL CONDE DE AMPURIAS                                                Levantado
debe estar.
EL OBISPO DE GERONA ¿Es posible? 2730
EL CONDE DE AMPURIAS ¿Qué os asombra?
¿No os dije yo que al Rey nada detiene?
DOÑA TERESA Amparadme, Señores, amparadme;
impedid esa unión nefanda, odiosa. (Corriendo a la Capilla.)
¡Ah!, no será mientras yo viva: nunca. 2735
Si no queréis venir, iré yo sola. (Va a entrar en la Capilla. EL OBISPO y EL CONDE van a seguirla: las puertas se abren. DON JAIME dando la mano a DOÑA VIOLANTE aparece en el dintel. TERESA retrocede, dando un grito de desesperación, EL OBISPO y EL CONDE la reciben en sus brazos.)
 

Escena XXI

DICHOS. EL REY. DOÑA VIOLANTE, acompañamiento, GUARDIAS.

DON JAIME La Infanta Doña Violante
es ya Reina de Aragón. (DOÑA TERESA da un grito, y cae en los brazos del CONDE: DON JAIME vuelve la cabeza y reconociéndola dice:)
A lo pasado perdón;
pero guarda en adelante. 2740

(Cuadro general.)

FIN

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