Pues escucha su horror, porque te asombres, | |
y me digas qué nombre se merece | |
quien con las fieras competir parece. | 50 |
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—222→
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Viendo Almanzor que al pecho dominaba | |
de la infeliz bellísima Doña Ava, | |
llegó por fin a persuadirla al fuerte | |
crimen de dar a Sancho indigna muerte. | |
No me explayo en contarte cada lance | 55 |
que hubo hasta el fin del horroroso trance; | |
el tiempo y aun mi aliento me faltara, | |
si contártelos todos intentara. | |
Ella tomó el puñal, y vio su mano | |
endeble para crimen tan tirano: | 60 |
al veneno apeló; con fraude impía | |
un banquete dispuso, en que a García | |
un criado el veneno administrase, | |
y de tal calidad, que lento obrase, | |
como débil insulto de un desmayo. | 65 |
Lo supe yo: contelo todo al ayo | |
del regio infante, para que prudente | |
evitase un peligro tan urgente. | |
Díjele el nombre del fatal criado | |
(que lo supe después); horrorizado | 70 |
oyome sin hablar; y del secreto | |
usó Gonzalo cual varón discreto. | |
Dispuso que al criado detuviesen | |
con no sé qué motivo, hasta que viesen | |
acabado el festín; y así evitaba | 75 |
la muerte a Sancho, el crimen a Doña Ava. | |
Llegaron al festín la madre impía, | |
el feroz Almanzor y Don García. | |
La Corte de Castilla el aposento | |
llenó de su belleza y lucimiento; | 80 |
mas, ¡qué pronto por lutos se trocaron | |
las galas y las joyas que brillaron! | |
La música empezó su melodía, | |
que luego se trocó en melancolía, | |
Sentáronse en la mesa: yo temblaba; | 85 |
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—223→
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a Sancho, a la Condesa, al Rey miraba. | |
Miré al cielo también con osadía, | |
porque iba a permitir tal tiranía. | |
¿Cómo te explicaré con qué
tormento | |
en tales pechos vi tal fingimiento? | 90 |
Cansose el cielo ya de crimen tanto: | |
escucha sus venganzas con espanto; | |
¡mira si al bien del bueno se interesa! | |
Cuando pidió la copa la Condesa, | |
el oficial, a quien correspondía, | 95 |
ignorando que aquella que veía | |
con tan nuevos primores adornada, | |
era para Sancho destinada, | |
se la trajo; mas ella distraída, | |
llegó a sus falsos labios la bebida. | 100 |
Bebió porción; y al conocer su engaño,
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y vuelto contra sí su mismo daño, | |
con ímpetu quitando el vaso aleve, | |
a Sancho dijo: de mi vaso bebe. | |
Él responde inocente: no apetezco | 105 |
ahora la bebida, ni merezco | |
tan alto honor. Doña Ava sospechando | |
que se va su artificio declarando, | |
se turba. Sancho nota lo que mira; | |
la Corte entera su temblor admira. | 110 |
El Rey también con pálido semblante | |
la turbación aumenta de su amante. | |
Hasta que con rigor, desesperada | |
de verse por su mano declarada, | |
todo el veneno apura. Este desecho | 115 |
con el que tiene en su inhumano pecho, | |
aumenta su vigor, y se adelanta | |
el plazo de su muerte, que la espanta. | |
Entre rencor y furia la Condesa | |
dice su crimen, y su amor confiesa. | 120 |
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—224→
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Al escucharlo el moro, quiso ufano | |
con rostro fiero, y con acero en mano | |
los suyos convocar, y ellos vinieron; | |
pero los castellanos se opusieron, | |
y en campo de batalla fue trocado | 125 |
el salón a las fiestas destinado. | |
Huyeron los secuaces de tu dueño; | |
con sus desgracias aumentó su ceño; | |
la desesperación le hizo valiente, | |
mas nada le valió. De nuestra gente | 130 |
Gonzalo se apartó por más osado, | |
y él solo sobre el Rey se echó arrojado. | |
La espada le arrancó del fuerte brazo, | |
para imponerle el afrentoso lazo | |
de una cadena, mientras Sancho dice | 135 |
qué castigo prescribe al infelice. | |
La confusión que escuchas será parte | |
de la que acabo, Alek, de relatarte. | |