Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
Indice


Abajo

Dónde y cuándo nació Isabel la Católica

Manuel Foronda y Aguilera





  —[308]→  

¿Cuál es la ciudad, villa ó población en que nació Isabel la Católica? ¿En qué día tuvo lugar tan fausto acontecimiento?

Estas son las preguntas que desde hace bastantes años venimos haciéndonos, sin haber podido darnos una contestación satisfactoria, pues la carencia de datos históricos y de documentos fehacientes, indubitados, lo ha impedido. Afirmaciones gratuitas y sin pruebas irrecusables son las empleadas por los distinguidos autores que del suceso se han ocupado, y sólo Colmenares, en su Historia de Segovia, publicada en 1639, trascribe un documento relacionado con el asunto, que dice lo siguiente: «Yo el Rey. Envío mucho saludar á vos el Concejo, Alcaldes, Regidores, Caballeros, Escuderos, Oficiales é omes buenos de la Cibdad de Segovia, como aquellos que amo é de quien mucho río. Falto vos saber que por la gracia de Nuestro Señor, este jueves próximo pasado la Reina Doña Isabel, mi muy cara é muy amarla mujer, encaesció de una Infant, lo cual vos fago saber porque dedos muchas gracias á Dios, así por la deliberación de la dicha Reina mi mujer, como por el nacimiento de la dicha Infant, sobre lo cual mandé ir á vos á Johan del Busto, mi Repostero de camas, leuador de la presente, al cual vos mando dedes las albricias por cuanto yo le fice merced dellas. Dada en la villa de Madrid á XXIII de Abril de LI. Yo el Rey.»

Este documento, que es, hasta ahora, el único conocido que   —309→   oficialmente participa el nacimiento de Doña Isabel, pues las minuciosas investigaciones practicadas en diversos Archivos no han descubierto otro alguno; este documento, repetimos, ni determina, como se ve, la población en que tuvo lugar el acontecimiento, ni consigna claramente otra cosa más sino que éste tuvo lugar en 1451 y, por llevar la fecha «XXIII», en uno de los jueves de Abril, lo cual sólo precisa que éste fué el mes en que se realizó el suceso, porque, á pesar de la frase «próximo pasado», ya estudiaremos oportunamente cuál fué el jueves en que pudo haber venido al mundo la Católica insigne.

Como asimismo se ve, esta omisión de la localidad cuna de tan eximia Infanta, y el deseo de que sea paisana nuestra que los abulenses tenemos, como asimismo los madrileños y los de Madrigal de las Altas Torres, hacen que todos anden buscando deducciones en apoyo de su respectivo deseo, y como ni el documento transcripto ni otro alguno puede servirles de razonable apoyo, acuden á los más apasionados razonamientos, algunos de ellos tan gratuitos, que nos traen a la memoria á cierto médico metido á crítico que, para apoyar su tesis de que Cervantes era manchego, decía que «bastaba ver el paisaje y los molinos de viento que le poblaban»; siendo así que, según demostró después el académico Sr. Blázquez, no había en aquel tiempo ni uno solo de estas artefactos en toda la provincia de Ciudad Real.

Pero no anticipemos juicios, y para que no se nos tache de apasionados -ya que la suerte no ha favorecido nuestros deseos de que Ávila fuese la cuna de la Católica Reina, y, por lo tanto, paisana nuestra-, copiemos literalmente y estudiemos lo que cada uno de los veinte autores que hemos consultado dice del lugar del nacimiento, en cada una de las poblaciones de Ávila, Madrigal de las Altas Torres y Madrid, que son las tres que, desde hace cuatro siglos, vienen disputándose el honor de ser la Cuna de la primera figura de la Historia patria.




Ávila.

ANDRÉS BERNÁLDEZ, Cura que fué de Los Palacios desde 1448 á 1513: Historia de los Reyes Católicos Don Fernando y   —310→   Doña Isabel. Crónica del siglo XV.- Granada, 1856. Tomo I, capítulo IX, pág. 31.- «Del linaje de la Reina Doña Isabel».

«Esta Reina nació año de 1450 años, en el mes de Noviembre, día de Santa Elisabel, en Ávila: fué hija del Rey Don Juan de Castilla.»



Como se ve, á pesar de ser tenido este autor como uno de los más veraces de su época, «por haber sido testigo presencial de los sucesos que relata», según afirma su prologuista Rodrigo Caro, ni el mes ni el día consignados por él, coinciden con lo que el documento del Archivo de Segovia consigna. Esto, unido á ser el único escritor que ha señalado á la ciudad de Ávila como cuna de tan excelsa Reina, hace que no podamos sustentar tan simpática afirmación, y eso que no se han escatimado los medios de consulta, pues hasta en el Archivo Histórico Nacional, donde radican las Actas capitulares de Ávila correspondientes al siglo XV, se ha procurado investigar, aunque inútilmente, tan anhelada noticia.

Queda, pues, en suspenso la idea de que Doña Isabel haya nacido en Ávila, y veamos cómo Madrigal -á pesar de ser tantos los que han fijado esta villa como lugar indiscutible de tan fausto suceso- no aventaja á Ávila más que en el número de autores que han acogido tan dudosa manifestación; pero no en documentar sus gratuitas afirmaciones.




Madrigal.

LUCIO MARINEO SÍCULO, Cronista de los Reyes Católicos: Cosas memorables de España.- Alcalá, 1533. Libro XIX, pág. 154 vto.

«Nació la Reina Doña Isabel en Madrigal, que está de Salamanca casi doce leguas, lugar nombrado porque hay en él mucho vino blanco. Nació en el año de 1449.»



ESTEUAN DE GARIBAY: Los XL libros del Compendio historial de las Crónicas y Universal Historia.- Amberes, 1571. Tomo II, capítulo XLII.

«1451. En este año, la Reina Doña Isabel, en veinte y tres de Abril, día viernes, fiesta de San Jorge, parió una hija en la villa   —311→   de Madrigal, que del nombre de su madre, fué llamada Isabel, etcétera.»



JUAN DE MARIANA: Historia de España.- Valencia, 1783. Libro XXII, cap. X.

«Nació en Madrigal, donde sus padres estaban, a veinte y tres del mes de Abril de 1451.»



ENRIQUE FLÓREZ: Reinas Católicas.- Madrid, 1770.

Página 746. «Su nacimiento fué en Madrigal, á 22 de Abril de 1451.»



Página 788. «Jueves, 22 de Abril de 1451.»

DIEGO CLEMENCÍN: Elogio de la Reina Católica Doña Isabel. Madrid, 1820.

«Doña Isabel nació en Madrigal, pueblo pequeño de Castilla, pero destinado por la Providencia á ser patria de sujetos notables é ilustres.»



WILLIAM H. PRESCOTT: Historia de los Reyes Católicos.- Madrid, 1845. Tomo I, cap. I, pág. 128.

«Esta Princesa acababa de entrar en el cuarto año de su edad al tiempo de la muerte de su padre, porque había nacido en Madrigal á 22 de Abril de 1451.»



MODESTO LAFUENTE: Historia de España.- Madrid, 1888. Tomo VI, cap. XXVII, pág. 42.

«En medio de este laberinto de guerras y de intrigas había nacido en Madrigal (13 Abril 1451), la Princesa Isabel, que el Cielo destinaba á ocupar un día el Trono castellano..., etcétera, etcétera.»



Estos son los siete autores que (sin asegurar que sean los únicos) hemos encontrado al acaso; todos los cuales afirman ser Madrigal la villa en que nació Isabel la Católica. Como se ve, el primero que hizo la afirmación fué Lucio Marineo Sículo, Cronista de los Reyes Católicos, y que, á pesar de haber impreso su obra en 1533, esto es, veintinueve años después de la muerte de la Reina Católica y en vida de la hija y del nieto de aquélla, afirma que nació en 1449.

Si tan poco acertado anduvo, adelantando dos años el nacimiento de la Infanta, ¿quién puede asegurar que la exactitud del   —312→   punto en que señala acaecido el hecho, no correrá pareja con la del año del natalicio?

Nosotros afirmamos que, puesto que Marineo Sículo no indica el documento, ó, en general, la fuente de donde tomó la noticia, hay que dar á sus dos afirmaciones el mismo crédito, y, por consiguiente, ponerlas en cuarentena, la una de la otra, en el cuadro de los errores, ó, cuando menos, de las ligerezas.

Pero el daño que se hace publicando el error es incalculable, puesto que induce -á todos los que juzgan artículo de fe lo dicho por el padre de la criatura- á incurrir y fomentar el error mismo. Prueba de ello son todos los que, sin profundizar esta cuestión, le han seguido en sus afirmaciones.

Garibay, treinta y ocho años después, teniendo, sin duda, conocimiento á medias de la Carta Real fechada en Madrid, consigna ya la fecha de 1451, corrigiendo á Marineo; pero, sin parar mientes en que la Carta Real no dice dónde, respecto al lugar, incurre en el error de decir que fué «viernes 23» el día del natalicio, siendo así que la Carta consigna que fué «este jueves próximo pasado», esto es, el jueves 22, ó, tal vez, el jueves 15. ¡Quién lo sabe!

Mariana..., el gran Mariana, aquel cuya Historia ha sido tenida como un monumento de primera magnitud, no ha querido ser menos -en eso de acoger errores- que los dos historiadores que le precedieron.

Así, lisa y llanamente, dice de Doña Isabel: «Nació en Madrigal, donde sus padres estaban, á 23 de Abril de 1451.»

Lo del nacimiento el 23 queda refutado al ocuparnos Garibay. Lo de que «los padres de la recién nacida estaban Madrigal», no merece ni siquiera que nos detengamos á refutarlo. La Carta Real del Archivo de Segovia está fechada Madrid, á 23 de Abril y firmada por el Rey. ¿Cómo habría de estar éste, á la vez, en Madrid y en Madrigal? ¡Todo sea por Dios!

Flórez, más cauto, sólo incurre en el error de creer lo dicho, sin pruebas, por Marineo; pero acoge la fecha exacta de la Carta Real ya mencionada.

  —313→  

Clemencín no se mete en honduras. Se contenta con dar por buena la afirmación de Marineo, pero sin citar fecha.

Prescott consigna, sin ambages ni rodeos, que hace suya la opinión de Clemencín.

Lafuente sigue, sin más discusiones, la opinión de los anteriormente citados, y, como prueba de lo poco que la cuestión le importaba, deja pasar un «13 de Abril» que es un evidente error de pluma ó de imprenta.

Y ¡así se escribe la Historia!, ó, mejor dicho, así se escribía, porque, afortunadamente, en el siglo en que vivimos no se admiten como hechos históricos indubitados más que los comprobados testifical ó documentalmente.

No creemos necesaria la presentación de nuevos argumentos para demostrar que el natalicio de Isabel la Católica en Madrigal no está comprobado, ni es indubitado ni mucho menos, bastaría para creerlo así la argumentación que, como á continuación vamos á ver, emplean todos los que rompen lanzas en favor de Madrid. ¡Lástima grande que tan noble empeño carezca de una base sólida y esté sólo apoyado en conjeturas más ó menos razonadas, pero conjeturas al fin, y, por lo tanto, que no tienen el carácter de deducciones lógicas á que los preceptistas dan, en algunos casos, el carácter de «consecuencias de sus premisas»!

Transcribamos, pues, literal y cronológicamente, lo dicho por los que adjudican á Madrid la gloria de ser la villa natal de Isabel la Católica.




Madrid.

DIEGO COLMENARES: Historia de Segovia.- Madrid, 1637. Capítulo XXX, pág. 12.

«Feliz fué para España el año siguiente de 1451, con el nacimiento de la Infanta Isabel, Reina que después fué de estos reinos. En cuanto al lugar y día de su nacimiento, pasa lo siguiente; en la Historia deste Rey dice lo siguiente:

'Para este tiempo, á 23 de Abril de dicho año de 1451, nació   —314→   la Infanta Doña Isabel, que fué Princesa y después Reina y Señora nuestra.'



»De lo cual se colige que esto se escribió muchos años después y cuando ya reinaba la Reina Doña Isabel, y acaso era ya difunta, y no dice, el lugar donde nació.

»Fernando del Pulgar y Antonio de Nebrija no escribieron el año ni el lugar del nacimiento de esta señora.

»Lucio Marineo Sículo, en la Historia de España que escribió por los años de 1530 y dedicó al Emperador Don Carlos, dice: 'Nació la Reina Doña Isabel en Madrigal, año de 1449, errando el año y el lugar.'

»Garibay y Mariana dicen que nació en Madrigal este año de 1451, al 25 de Abril.

»El origen verdadero de historia son los Archivos. En el de nuestra ciudad permanece original la Carta siguiente, en forma de Cédula, que entonces se usaba, copiada aquí con toda puntualidad:

'Yo el Rey. Envío mucho saludos, etc., etc., etc.'. (Aquí inserta literalmente la Real Cédula, fecha en Madrid á 23 de Abril de 1451, que hemos trascripto nosotros también, literalmente, al principio del presente trabajo)».



Sigue Colmenares: «El jueves señalado en la carta por día del parto, fué XXII de Abril, día próximo antecedente á la data, conforme al cómputo y letra dominical, que aquel año fué C. Y así consta claro haber sido el parto en Madrid, pues la distancia de Madrigal a Madrid no puede ajustarse á tanta estrechura de tiempo.»

Hasta aquí Colmenares.

ANTONIO DE LEÓN PINEDO: Inventario é Historia de Madrid hasta 1658.- Códice de la Biblioteca Nacional. Ms.

«1451. Nació en esta villa la Infanta Doña Isabel, hija de Don Juan el Segundo y de la Reina Doña Isabel, á 23 de Abril, como afirma el Licdo. Diego de Colmenares en la Historia de Segovia, aunque otros, quitando a esta villa tanta gloria como desta Serenísima Infanta, después Reina Católica, resultó a Castilla y á toda esta Monarquía, quieren que haya sido en la villa de Madrigal.»



  —315→  

DIEGO ORTIZ DE ZÚÑIGA: Anales Eclesiásticos y Seculares de la M. N. y M. L. Ciudad de Sevilla. Madrid, 1677.

«1451. Feliz fué para España el día jueves 22 de Abril de 1451, pues en él nació, en la villa de Madrid, la Infanta Doña Isabel, hija de los Reyes Don Juan y Doña Isabel, su segunda mujer, para gloria y honor de su real sangre y para ser una de las más heroicas Reinas que ha tenido la Cristiandad.»



JOSÉ MARTÍNEZ DE LA PUENTE: Epítome de la Crónica del Rey Don Juan el Segundo de Castilla. Madrid, 1678, pág. 281.

«A los 23 de Abril deste año de 1451 nació la Infanta Doña Isabel, hija del Rey Don Juan el Segundo de Castilla y de Doña Isabel la Portuguesa, su segunda consorte, según afirma el Licenciado Diego de Colmenares en su Historia de Segovia; si bien todos los demás historiadores quieren que en la villa de Madrid, nuestro autor no dice dónde.»



JOSÉ ANTONIO ÁLVAREZ BAENA: Hijos de Madrid. Madrid, 1789.

«Doña Isabel la Católica. Reina propietaria de Castilla y León, nació en Madrid el jueves Santo 22 de Abril del año de 1451, como lo asegura el Licdo. Diego de Colmenares en la Historia de Segovia, desechando la opinión común y corriente hasta su tiempo de que esta gran Reina había nacido en Madrigal. Lucio Marineo Sículo, que imprimió en 1530 su Historia de las cosas memorables de España, fué el primero que dijo que nació en Madrigal. Hernando del Pulgar y Antonio de Nebrija no señalan patria ni año de nacimiento, y Fernán Pérez de Guzmán, en la Historia de Don Juan II, sólo expresa que había nacido en 23 de Abril de 1451, mas sin asignar el lugar. Garibay y Mariana siguieron á Marineo Sículo, en cuanto al nacimiento, y á Hernán Pérez, en el año; pero todas estas dudas las aclaró el diligentísimo historiador de Segovia, que al año 1451, folio 361, dice así, hablando del nacimiento de nuestra Reina:

'El origen verdadero, etc., etc.' (Copia íntegros los párrafos de la obra de Colmenares, transcribe el documento y el párrafo final hasta las palabras 'estrechura de tiempo', inclusive).

»Han seguido esta opinión todos los eruditos historiadores que han escrito después, como Méndez Soler, Ortiz de Zúñiga,   —316→   Puente, Manzano y otros, hasta el R. P. Henrique Flórez, que hace crítica de las palabras y razón de Colmenares sobre la distancia que hay de Madrigal á Madrid; mas no repara que la certeza del nacimiento de la Reina en Madrid se funda en el contexto de la misma carta. Cuando se refiere un caso que no ha sucedido en el mismo lugar en que está el que lo escribe, se dice que sucedió en tal parte; pero cuando ha sido allí, no es menester expresarlo; y así parece que, habiendo sido en Madrigal el parto, debiera el Rey haberse explicado así: 'Este jueves próximo pasado, la Reina Doña Isabel, mi muy cara y muy amada mujer, estando en Madrigal, encaesció de una Infanta.' La misma Reina Católica dió en toda su vida pruebas de haber sido Madrid su dichosa patria, por el mucho amor que tuvo á esta villa y á todos sus vecinos, llenando su Casa Real de criados de las familias nobles de ella.»



AGUSTÍN AZCONA: Historia de Madrid. Madrid, 1843, tomo I.

«Las segundas nupcias fueron muy felices respecto de la sucesión, y, como dice el P. Flórez hablando de esta Reina, si no hubiera dado á la Monarquía otro fruto que la esclarecida Princesa Isabel la Católica, nada tenía que envidiar á las más fecundas del mundo. Estaba la Corte en Madrid, y aquí nació, en jueves Santo, 22 de Abril del año 1451; yo no hallo dificultad en asegurarlo así, aun contra el sentir de doctísimos varones. Encuentro que Lucio Marineo Sículo debió ser el primero que fijase el nacimiento de Doña Isabel la Católica en Madrigal, en lo que me parece que cometió un error, que ha dado margen á que otros yerren, y no prueba demasiada diligencia por parte de este Cronista de los Reyes Católicos el haber señalado aquel acontecimiento en el año 1449. Controversia histórica es ésta de muy grande importancia para la villa de Madrid, que, en mi humilde opinión, debe hacer valer todas las razones que militan en su favor, por cuanto el hecho de que se trata será siempre uno de sus más gloriosos timbres. Contra el aserto de Marineo Sículo, contra el silencio de Pulgar, Nebrija y Pérez de Guzmán, y prescindiendo de lo que Mariana, Garibay y otros historiadores dieron por averiguado, y con cuyo dicho se conformó el muy diligente   —317→   é ilustrado P. Flórez, paréceme se puede sostener que Doña Isabel la Católica fué natural de Madrid. Ninguna razón plausible encuentro para acreditar que la esposa de Don Juan el Segundo viviese por Abril de 1451, y tan próxima ya al parto, fuera de la compañía de su marido.

En los años que llevaban de matrimonio, era este el primer preñado de la Reina, y es muy lógico suponer que al Rey Don Juan no le sería indiferente alcanzar sucesión de esta señora, ya por lo mucho que la apreciaba, ya por los graves motivos de disgusto y de resentimiento respecto del Príncipe D. Enrique, el cual comprometió tantas veces la tranquilidad del Reino y el Trono y la vida de su padre. Y que el Rey Don Juan pensase como yo supongo, se comprueba con el hecho de haber querido dar, con su Cetro, algo más tarde, la sucesión del Reino al Infante D. Alonso, hijo segundo de esta misma Señora, nacido en 1453, pensamiento que no tuvo ejecución porque el Príncipe D. Enrique, legítimo heredero, se había formado ya, en la serie de sus desobediencias y rebeldías, un partido muy poderoso, y, por tanto, muy temible. Si el Rey Don Juan, en la época en que nació Doña Isabel la Católica, se hubiese hallado, como en otras ocasiones, al frente de alguna empresa, en movimiento, por decirlo así, en peligro, se comprendería también mejor que una Reina querida y en su primer embarazo hubiera podido quedar en otro punto que ofreciere tranquilidad y seguridad.

Ni podía tampoco ocultarse á la previsión del Rey y de los suyos, en medio de las turbulencias de la época y á vista de tantas intrigas y tantos odios de partido, que el estar la Reina en lance tan crítico, lejos del Rey y de la Corte, y como abandonada y sin protección, pudiera ser causa de algún grave compromiso, porque el Príncipe D. Enrique y los suyos no tenían la conciencia limpia, y era natural que el recuerdo de tantas y tan punibles demasías les hiciese recelosos, suspicaces y tal vez atrevidos en consecuencia para asegurar á completa satisfacción el porvenir.

Ni se olvide que D. Álvaro de Luna estaba todavía en la plenitud de su poder y que este hombre no era de esos favoritos   —318→   vulgares que no ven á su alrededor sino lo que permite el alcance de su vista material. D. Álvaro tenía en los ojos del entendimiento más perspicacia que en los del rostro. Consta, además, por investigación debida á la diligencia del historiador de Segovia Diego de Colmenares, que en el Archivo de aquel Ayuntamiento existe una carta de notificación firmada por Don Juan el Segundo, cuyo tenor es el siguiente:

'Yo el Rey.- Envío mucho saludar, &.' (Copia la carta de Colmenares.)

Del contexto de este documento constaba la fecha con toda claridad, pues el día 23 de aquel año fué viernes; por consiguiente, el 'jueves próximo pasado' es el 22 del mismo mes.

Garibay y Mariana señalan el 25. Lo que no consta, como quisieran los que defienden que Doña Isabel la Católica nació en Madrigal, es la presencia de la Reina Madre por aquellos días en Madrid. A todas las consideraciones expuestas y á otras que pudieran exponerse, agregaré que el propio Álvarez Baena, sacando del silencio de Don Juan Segundo, respecto del paraje en que la Reina se encontraba, un argumento en favor de la opinión que yo llevo y que, como yo, llevaron aquel escritor Méndez de Silva, Ortiz de Zúñiga, Puente, Pinelo y otros.

Porque, al referir una cosa que no ha sucedido en el propio sitio en que está el que la participa, parece muy natural que se diga en qué parte sucedió; mas cuando ha ocurrido el suceso en el mismo paraje desde el cual se da la noticia de aquél, parece no sólo tolerable, sino hasta natural también, la omisión que se nota en el documento copiado, y debe darse á mayor abundamiento; por supuesto que, relativamente á los hechos y á las personas de que aquí se trata, había menos necesidad de expresar la localidad sobre que se disputa. Añaden algunos, como prueba igualmente de ser nuestra villa la cuna de tan esclarecida Soberana, que ésta tuvo durante toda su vida grande amor á Madrid y á sus vecinos, demostrado de muchos modos, y particularmente en el crecido número de personas colocadas en su servidumbre naturales de nuestra capital. Esta consideración no me parece de gran fuerza, aunque sí creo que Doña Isabel tenía   —319→   afición especial á los madrileños, pues, según Gonzalo Fernández de Oviedo en sus Quincuágenas, sobre decir que el oficial ó cortesano de Madrid y oficios mecánicos vivían tan como hombres de bien que se podían comparar á los escuderos virtuosos y honrados de otras ciudades y villas, y los escuderos y ciudadanos eran semejantes á honrados caballeros, y nobles de Madrid á los Señores y Grandes de Castilla.»



JOSÉ AMADOR DE LOS RÍOS y JUAN DE DIOS DE LA RADA Y DELGADO: Historia de la Villa y Corte de Madrid. Madrid, 1882, tomo II.

Después de hacer referencia á la mayoría de los autores que del natalicio en Madrigal y en Madrid se han ocupado, viene á ocuparse de Colmenares, copia en fotograbado, por ambas caras, la carta de Don Juan II en Segovia, y reproducen los razonamientos que, en su sentir, resuelven la cuestión en favor de Madrid.

CARLOS CAMBRONEO, Cronista de Madrid: «Cosas de antaño». Artículo inserto en la Revista Contemporánea.

«Nacimiento de Isabel la Católica.- Aún no está fallada la litis de si la Reina Doña Isabel 1 nació en Madrid ó en Madrigal, y, desgraciadamente, las pruebas que una y otra parte aducen no son tan concluyentes que puedan hacer formar opinión decidida.

Lucio Marineo Sículo dice que Isabel vió la luz en Madrigal el año de 1449. Andrés Bernáldez, Cura de Los Palacios, afirma que nació en Ávila el 19 de Noviembre de 1450. Alonso de Ávila declara que éste acontecimiento tuvo efecto el 23 de Abril de 1451. Como se ve, existió desde los primeros momentos discordancia respecto á la fecha de nacimiento y punto de naturaleza.

La fecha, sin embargo, quedó perfectamente comprobada con un documento que Diego de Colmenares publicó en su famosa Historia de Segovia, y que vino á decir la última palabra en cuanto á día, mes y año de nacimiento. El diploma es una carta datada en Madrid á 23 de Abril de 1451, en la que el Rey Don Juan II participaba al Ayuntamiento de Segovia que la Reina había dado á luz una Infanta. También dió luz el documento, mas no tanta que aclarase las dudas de los que buscan con afán el   —320→   pueblo de naturaleza de aquella sublime mujer, pues la redacción de la carta nos deja entre sol y sombra mientras queramos formar opinión basada en otra cosa que en conjeturas.

Esta es la carta: 'Yo el Rey.- Envío mucho saludar &.' (Aquí la carta que publica Colmenares.)

Clemencín, Azcona, Amador de los Ríos y el Sr. Rada y Delgado, dedican largos párrafos al estudio de esta carta, inclinándose los últimos en contra del primero, al parecer de que Doña Isabel nació en Madrid.

Averiguado que el 23 de Abril de 1451 fué viernes, parece natural y lógico suponer que la frase del Rey 'este jueves próximo pasado' se refiere al día anterior, y admitida por el propio Clemencín la noticia de que la Infanta nació entre cuatro y cinco de la tarde, viene el tiempo muy tasado para que, hallándose en Madrid el Rey, supiere al otro día la noticia de lo acaecido en Madrigal. Ni quito ni pongo rey, pero ayudo á la versión de que Doña Isabel la Católica nació en esta villa el 22 de Abril de 1451.

Convendría investigar los Archivos municipales de las poblaciones que se consideraban importantes en el siglo XV, por si en ellos se conserva alguna referencia al caso, pues no es de creer que sólo á Segovia transmitiera Don Juan II la noticia.»



Estos son los ocho autores que (sin asegurar que sean los únicos) hemos encontrado al acaso; todos los cuales afirman ser Madrid la villa en que nació Isabel la Católica.

Diego Colmenares fué el primero que lo afirmó, haciendo deducciones más ó menos gratuitas de lo que el documento existente en su tiempo en el Archivo municipal de Segovia consigna; y al decir «en su tiempo», no es que dudemos que hoy exista allí, toda vez que, copiado fotográficamente, le hemos visto reproducido en la Historia de la Villa y Corte de Madrid, publicada en 1862.

No puede creerse que fuera Segovia sólo la población á que Don Juan comunicara la fausta nueva.

Según Clemencín, la Infanta nació entre cuatro y cinco de la tarde; por manera que el Secretario tuvo que redactar y el amanuense   —321→   escribir in continenti la carta ó cartas que el Monarca ordenara, ó la costumbre cancilleresca exigiera, puesto que al día siguiente, según la fecha consignada, las firmó. De manera que si tan sólo se escribió una sola carta, y su letra, en la data, es la misma en todo el cuerpo del documento, puede sospecharse que la Carta Real en cuestión fué redactada y, escrita en la noche del 22 ó en todo el día 23, en cuyo caso las palabras «este jueves próximo pasado» pueden muy bien referirse al Jueves Santo 22 de Abril; pero si llegara á averiguarse, que no fué una carta sola sino que fueron varias, como parece natural, las cartas que fueron escritas, motivo habría para pensar que, tal vez, el documento fué escrito antes ó después del 22, y que el 15 fué el jueves anterior.

Y no se nos diga que en esto de las suposiciones vamos en mala compañía, porque, en cuanto á lo de gratuitas, no igualamos, ni siquiera nos acercamos, á los autores que venimos examinando.

Queda, pues, fijado de un modo incontrovertible, y sin que pueda abrigarse la menor duda, que Doña Isabel nació en Abril de 1431, y que el día fijo del mes en que esto aconteció es discutible.

Y, llegados á este punto, nos vemos obligados á reproducir las palabras que empleamos anteriormente al ocuparnos de las afirmaciones de Marineo Sículo, aplicándoselas á Colmenares y á los que en sus hipótesis le han seguido.

«El daño que se hace publicando lo que sólo es una hipótesis más ó menos aventurada, y, dándolo como cierto, es incalculable, puesto que se induce á los demás á que se tenga por artículo de fe lo supuesto por el padre de la criatura. Prueba de ello, los que, haciendo la vista gorda y 'arrimando el ascua á su sardina'», les siguen en sus manifestaciones.

Estudiemos, pues, los razonamientos de los que adjudican á Madrid la gloria de ser la villa natal de Isabel la Católica. Colmenares, después de consignar con toda la razón del mundo que «el origen verdadero de la Historia son los Archivos», no se da cuenta de que desvirtúa su afirmación al dar por sentado   —322→   lo que el documento no dice, y, después de copiarle literalmente, escribe: «El jueves señalado en la carta por día del parto fué 22 de Abril, día próximo antecedente á la data, conforme al cómputo, y letra dominical, que aquel año fué C.»; y añade: «Y así resulta claro haber sido el parto en Madrid, pues la distancia de Madrigal á Madrid no puede ajustarse á tanta estrechura de tiempo.»

¿Conque resulta claro? Si la estrechez de tiempo para asegurar que desde las cinco de la tarde del jueves hasta el viernes, fecha del documento, no permite afirmar, a cierra ojos, que fué aquel día y en Madrid el natalicio de la infanta, ¿no ha de resultar más imposible el que se pudiera tener noticia del suceso si este acaeció en Madrigal? Lo que hay es que Colmenares no estudió á fondo el documento, en sus cualidades intrínsecas y extrínsecas, creyó á pie juntillas que la carta había sido escrita firmada el día en ella señalado, y fijándose sólo en la distancia de las sus villas entre sí, adjudicó á la de Madrid la paternidad de la Princesa.

Nosotros no afirmamos que no pueda ser Madrid la patria de Doña Isabel. Lo que no podemos pasar por alto es que se asegure que el documento en cuestión lo deja ver claramente, cuando ni lo dice, ni ninguna de sus frases ni palabras dejan entrever ni permiten sospechar que así sea.

¡Quién sabe si en el libro de Actas consistoriales de Segovia (si es que existen los de aquella época) se dirá algo que aclare las dudas que se nos suscitan! No estaría demás el comprobarlo.

Pinedo, sin ambages ni rodeos, es el primer caso que se nos presenta en corroboración de la tesis que en dos ocasiones llevamos expuestas. Díjolo Blas... punto redondo.

«Nació en esta villa, dice, la Infanta..., según afirma el dicho Diego de Colmenares..., aunque otros quieren que haya sido en Madrigal.» Lo dijo Colmenares..., pues basta.

Ortiz de Zúñiga se limita á decir que Doña Isabel nació en Madrid, á 22 de Abril de 1451, sin aducir dato ni razonamiento alguno.

Martínez de la Puente se remite á lo dicho por Colmenares, y tampoco añade dato ni razonamiento alguno.

  —323→  

Álvarez Baena, después de consignar la opinión de Colmenares y de indicar las de Marineo, Pulgar, Nebrija, Pérez de Guzmán, Garibay y Mariana, copia literalmente á Colmenares, incluso el documento en cuestión; indica después que han seguido la opinión de éste Méndez, Silva, Zúñiga, Puente, Manzano y otros, hasta el P. Flórez, y la apoya y corrobora con el curioso razonamiento de que, «cuando un caso no ha sucedido en el lugar en que está el que escribe, se dice que sucedió en tal parte, y cuando ha sido en el mismo sitio donde está el que lo comunica, no es necesario expresarlo», sin tener en cuenta que lo ocurrido puede ser, y perdonemos la buena memoria de Álvarez Baena, que como el Secretario sabía donde estaba la Reina, creyó que todo el mundo estaba tan enterado como él, y de puro sabida la cosa, se le pasó por alto el consignarla, originando esta perturbación que, como vemos, llega hasta hoy, y que debe precaverse por todos los que, por sus cargos, estén llamados á publicar ó á consignar datos ó noticias y no tengan el propósito de que al publicarlos deje de anotar su procedencia. Lástima grande que la doctrina sentada por Baena no haya tomado carta de naturaleza en el país, porque, de haber sido así, su razonamiento sería irrefutable.

Azcona es más de cuidado. Se mete en mayores profundidades, y á ellas hay que ir á buscarle para refutar sus argumentos. Como buen madrileño, aboga por Madrid, y, no contentándose con los razonamientos de Colmenares, Puente, Zúñiga y Baena, aduce otros que, como también son hipotéticos, hemos de dilucidar serenamente, para venir á la triste conclusión de que tampoco Madrid cuenta en su favor con un dato irrecusable é incontrovertible que resuelva á su favor la paternidad local de la excelsa Reina.

Tomándolo del P. Flórez, ensalza á la Princesa con motivo de su nacimiento, y añade «que no halla dificultad en asegurar que estaba la Corte en Madrid y que allí nació en Jueves Santo, 22 de Abril de 1451». Se hace cargo de la controversia sostenida acerca del lugar del nacimiento por varios autores, cuyos nombres cita y nosotros hemos copiado; consigna que ninguna razón plausible encuentra para acreditar que la esposa de Don Juan II;   —324→   viviese, tan próxima ya al parto, fuera de la compañía de su marido; se extiende en consideraciones acerca del cariño que se tenían los regios cónyuges, del interés que tendría el Rey por alcanzar sucesión, de las disensiones con D. Enrique, de la conducta de éste y del conato de entregar el Cetro á D. Alfonso y de otros acontecimientos, para venir á deducir que, como en Abril de 1451 no estaba Don Juan empeñado en ninguna empresa guerrera, es natural que la Reina estuviese al lado de su marido, y que la previsión de éste y la de D. Álvaro de Luna, en cuyos elogios Azcona se extiende, así lo aconsejaban, para venir á parar al documento de Colmenares, que literalmente copia, afirman do que de su contexto aparece con toda «claridad», la fecha exacta del regio natalicio, añadiendo esta paladina confesión;

«Lo que no consta, como quisieran los que defienden que Doña Isabel la Católica nació en Madrigal, es la presencia de la Reina madre por aquellos días en Madrid.»



Copia después Azcona los razonamientos de Baena, que hemos transcripto, y que no reproducimos aquí por estarlo ya literalmente, y termina sin dejar de quitar fuerza á aquello de la predilección de Doña Isabel por Madrid, deducida del número de sus servidores madrileños, á cuyos naturales tributa Fernández de Oviedo grandes elogios.

Como se ve, con la sola transcripción del párrafo en que Azcona confiesa noblemente que «la estancia en Madrid de la Reina madre, por aquellos días, no está comprobada», queda firme nuestra tesis, por aquello de «á confesión de parte, relevación de prueba», y queda, por tanto, rebatida y desvirtuada la anterior afirmación con que encabeza su trabajo, de que «no veía dificultad en asegurar que la Corte estaba en Madrid» en la fecha comentada.

Pero como no queremos que se nos tenga por «mulo de reata», hemos procurado buscar datos que pudieran dar alguna luz en este punto, y nos hemos encontrado con una particularidad que hace que nos abstengamos de asentir á otra de las afirmaciones de Azcona, cuya idea había sido ya indicada por algún otro historiador.

  —325→  

Se dice: la Corte estaba en Madrid...

No lo negamos en absoluto. Tal vez estuviera...; pero nos permitiremos observar lo siguiente:

En la «Crónica de D. Álvaro de Luna» M. S., coetáneo del personaje publicado por Flórez en Madrid, año de 1784, en su página 224 se halla el título 86 con el epígrafe «Título de los fechos tocantes a la historia acaescidos en el año de mill e quatrocientos e cincuenta e un años».

Pues bien: ni en ese título 86, ni en los siguientes hasta el 91, que es lo que abarcan los sucesos acaecidos en todo el año 1451 y ocupando hasta la página 241, y que, como es sabido, relatan todo lo referente al Condestable, valido y primer personaje de la Corte de Don Juan II, no se cita, ni aun por incidencia, la estancia en Madrid de la Corte en todo aquel año, y, lo que es más, no se encuentra la palabra Madrid ni una sola vez..., y eso que se mencionan Burgos, Illescas, Palenzuela, Tembleque, Toledo y Tordesillas.

¿Será que la Corte no estuvo en Madrid? Ni lo afirmarnos ni lo negamos; pero conste que la estancia allí de Don Juan no quiere decir que la Corte estuviera, porque es cosa corriente que los monarcas hayan hecho excursiones, y, por consiguiente, que hayan residido temporadas, más ó menos largas, en parajes donde, no sólo no estaba la Corte, sino que hasta dejaban á su mujer y familia, para acudir á puntos adonde los asuntos de gobierno, las tierras y hasta las cacerías, les llevaban.

Como se ve, lo consignado por Azcona dista mucho de confirmar el nacimiento de Doña Isabel en Madrid y corrobora más nuestras afirmaciones de que en esta cuestión no hay prueba concluyente que lo puntualice.

Amador de los Ríos y Radar Delgado, en su Historia de la Villa y Corte de Madrid, con la publicación del fotograbado que representa la famosa carta que descubrió Colmenares, han venido á comprobar que la versión de éste y las de los que le han seguido están ajustadas al texto, y que, por consiguiente, como en él no se dice el punto donde Doña Isabel nació, no hay otro medio para inclinarse á Madrid que enfrascarse en un sinnúmero   —326→   de hipótesis y de deducciones gratuitas, que, como dictadas bajo la presión de la idea preconcebida de adjudicar á Madrid aquella gloria, adolecen de la falta de imparcialidad que debe revestir toda disquisición histórica. Para demostrar dichos autores que han estudiado á fondo el documento, se dedican á depurar si fué v ó u la letra de la fecha, para deducir que los palos de la XXII, no fué v ó u, y, por lo tanto, no fué 26 el día del nacimiento, y, por consiguiente, no hubo tiempo de recibir la noticia desde Madrigal, con lo cual deducen que Madrid, y sólo Madrid, por estar allí firmado el documento, es la patria de la Reina Católica; y como todos los argumentos son repetición de los empleados por los autores que les precedieron, y nosotros los tenemos ya refutados, no nos extendemos más sobre el particular.

Cambronero, el Cronista de Madrid, recientemente fallecido, es el único que ha visto claro en la cuestión. Espíritu sereno, de gran elevación de miras, ha colocado la cuestión en su verdadero punto de vista, puesto que, después de estudiar el documento y de convenir en que en éste no se dice el punto, exclama: «Desgraciadamente, las pruebas que una y otra parte aducen no son tan concluyentes que puedan hacer formar opinión decidida.» Esto dicho por el Cronista de Madrid, por el cantor de sus glorias, por el amante sincero de la coronada villa, tiene un valor incuestionable y echa por tierra todas las opiniones contrarias.

Amante de su pueblo, dice al final:

«Ni quito ni pongo rey, pero ayudo á la versión de que Doña Isabel la Católica nació en esta villa...» Como se ve, á pesar de su madrileñismo, no se atreve más que á calificar de versión lo dicho por Colmenares y los que le han seguido.

Añade Cambronero la «conveniencia de que se investigaran los Archivos municipales de las poblaciones que se consideraban importantes en el siglo XV, por si en ellos se conserva alguna referencia al caso, pues no es de creer que sólo á Segovia transmitiera Don Juan II la noticia».

Así lo hemos hecho, y cartas de los Archiveros de Burgos, Toledo y Valladolid lo acreditan. En Ávila no hay nada, y en el Archivo Histórico Nacional, donde se hallan las Actas capitulares de la Catedral abulense, tampoco se ha encontrado dato alguno, como asimismo en el Archivo de la Catedral Primada tampoco existe nada referente al asunto, según nos lo atestigua el docto Deán Sr. Estenaga.

Queda, pues, en pie la cuestión; pero como prueba de que hemos evacuado todas las citas que en los diversos trozos transcriptos se han hecho, consignaremos otros cuatro autores también consultados.

HERNÁN PÉREZ DEL PULGAR: Crónica de los Reyes Don Fernando y Doña Isabel.- Valencia, 1780, capítulo I.

«Muerta aquella Reina Doña María, casó con la Reina Doña Isabel, hija del Infante Don Juan que fué hijo del Rey Don Juan de Portugal, de quien ovo primero esta Princesa e después ovo un hijo que llamaron el Infante D. Alfonso.»



JERÓNIMO ZURITA: Anales de Aragón, y

ANTONIO DE NEBRIJA: Crónica de los Reyes Católicos, 1565.

No dicen dónde ni cuándo nació Doña Isabel.

VÍCTOR BALAGUER: Los Reyes Católicos.- Madrid, 1894, tomo I.

«Dícese y asegúrase que Doña Isabel nació en el pueblo de Madrigal, en abril de 1451, y así se afirma y se da como fuera de toda duda después de las disquisiciones del erudito D. Diego de Colmenares en su Elogio de la Reina Católica, opinión aceptada por Guillermo Prescott en su Historia del Reinado de los Reyes Católicos; pero no parecen que sean tan sólidos los argumentos para desvanecer la idea que otros historiadores sostienen respecto á ser Doña Isabel hija de Madrid. Diego de Colmenares, en su Historia de Segovia, se inclina á esta última opinión, que mantiene con firme argumentación y con el hallazgo de un curioso documento, el Sr. D. Juan de la Rada y Delgado, en su Historia de la Villa y Corte de Madrid.

Como se ve, estos cuatro autores, cada uno por su estilo, nada añaden á la cuestión que se debate. Zurita y Nebrija guardan silencio acerca del asunto.

Pérez del Pulgar se limita á consignar que la Infanta nació.

  —328→  

Balaguer ha redactado la noticia de tal manera, que viene á dar la razón á los que sustentan cada una de las opiniones en favor de Madrid ó Madrigal. No nos extraña este disimulado eclecticismo, que revela que, bien sea por no haber dado al asunto toda la importancia que para nosotros tiene, ó bien por no haber querido profundizarle, lo deja por resolver, y hasta termina por dar como autor del hallazgo del documento á Rada y Delgado, siendo así que Colmenares lo publicó antes que Rada nada menos que doscientos veinticinco años.

Parécenos haber llegado al término de estas disquisiciones, en las cuales sólo nos satisface una idea, y es la de que hemos puesto cuanto ha estado de nuestra parte para depurar la cuestión, hasta el punto de que no dudamos que otros hayan podido aventajarnos en perspicacia y, aún en perseverancia, pero lo que sí podemos afirmar es que «en imparcialidad y buen deseo» nadie nos ha superado.

Vuélvase á leer lo que hemos transcripto literalmente de los veinte autores consultados y nuestras modestas apreciaciones; téngase presente el resultado negativo de las exploraciones realizadas en los siete Archivos mencionados, y dígasenos si esas veintisiete fuentes históricas en que nos hemos surtido no revelan, cuando menos, un conato de nuestro buen deseo en la investigación de la verdad.

La suerte no ha favorecido nuestras disquisiciones, puesto que, no ya Ávila, cuya paternidad, como hijo predilecto y Cronista suyo, nos hubiera halagado; no ya Madrigal, que por ser tierra y provincia de Ávila habría satisfecho, en parte, nuestros deseos; pero ni aun siquiera Madrid, cuya representación provincial nos honró, puede ostentar un dato irrecusable, incontrovertible, á su favor; y es que el Altísimo, en sus inescrutables designios, ha querido demostrarnos que, para una mujer tan grande, son patrias muy chicas Madrigal, Ávila y Madrid.

Personalidad de tanta magnitud necesita como patria algo más, mucho más, que el perímetro de una población, la extensión de una provincia ó los límites de una región. Su patria es España entera.

Resumiendo:

Sólo es indubitado que Isabel la Católica nació en Abril de 1451, y que su patria es España.

¡Quiera el Cielo que otros, con más fortuna que la nuestra, consigan puntualizar el día del nacimiento de tal excelsa Reina! ¡Quiera el Cielo que aparezca algún dato irrecusable que determine con fijeza la población en que vivió la luz ese día la Católica Isabel.







Indice