Jornada I
|
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Sale SIRENA,
ninfa, huyendo.
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SIRENA |
Júpiter,
sacra deidad, |
|
piedad si no falta en vos, |
|
que dejarais de ser dios |
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si os faltase la piedad: |
|
blasón de la majestad |
5 |
es tenerla aunque castigue, |
|
y a que la espere me obligue; |
|
que no me hubiérades
hecho |
|
para ser alma del pecho |
|
de una fiera que me sigue. |
10 |
No sé por
dónde dilate |
|
el pecho, de temor lleno; |
|
¡cielos, volvedme veneno |
|
porque al comerme le mate! |
|
Cuando esta venganza trate, |
15 |
justo fue si muero
ansí; |
|
pero, ¡qué necia,
¡ay de mí!, |
|
a tal remedio os provoco; |
|
que fuera veneno poco |
|
para el que ella tiene en
sí! |
20 |
Ya, Silvia, pues
no hay favor |
|
en los dioses, montes, dadme |
|
socorro, o precipitadme: |
|
será piadoso rigor; |
|
no hay muerte como el temor, |
25 |
aunque después me la
den; |
|
peñas, encubridme bien, |
|
creced, robles, aumentad |
|
las ramas; ¡cielos,
piedad, |
|
mis padres matáis
también! |
30 |
|
|
|
(Sale ALCINO,
labrador, galán.)
|
ALCINO |
Por aquí
pienso que fue; |
|
éstas son, ¡ay suerte
mía!, |
|
de las flores que
cogía, |
|
y debe el prado a su pie. |
|
¿Si la hallaré?
¿Si podré?... |
35 |
¡Oh, esperanzas! ¡Oh,
temores! |
|
Pero ¿qué
señas mejores |
|
que pies de tal
perfección? |
|
aunque no sé cuáles
son |
|
las estampas o las flores. |
40 |
¡Oh, prado,
que no me des |
|
nuevas della en tantas penas, |
|
por donde van azucenas |
|
las de sus hermosos pies! |
|
Jazmín, pues morir me
ves, |
45 |
¿por dónde va mi
jazmín? |
|
Poned a su curso fin, |
|
tenedla, campos helados, |
|
si os queréis volver en
prados, |
|
que va corriendo un
jardín. |
50 |
Aquí
cayeron ahora, |
|
y aún con lágrimas
también, |
|
que como perlas se ven |
|
sí pasó como la
aurora; |
|
pues si en vuestras hojas
llora, |
55 |
habla, azahar; habla, clavel; |
|
pero ¿qué bulto es
aquel |
|
que detrás de aquella
peña |
|
más temor que cuerpo
enseña, |
|
si está mi esperanza en
él? |
60 |
¿Eres
tú, Sirena mía? |
|
¿Eres tú, mi
bien? |
|
|
|
ALCINO |
Quien te ha llorado
después |
|
que tu muerte presumía: |
|
creí que muerto te
había |
65 |
el fiero animal impío; |
|
pero fue gran desvarío, |
|
pues ningún cuerpo
vivió |
|
después que el alma
faltó; |
|
que eres tú el alma del
mío. |
70 |
Desciende, mi
luz, desciende. |
|
|
|
|
ALCINO |
No impida
|
|
temor tus pies; que mi vida |
|
es quien la tuya defiende. |
|
|
|
SIRENA |
Temor, Alcino, me ofende, |
75 |
de nieve mi vuelve el pie. |
|
|
|
|
SIRENA |
Desciendo en tu confianza. |
|
|
|
ALCINO |
Ven a alentar mi esperanza, |
|
ya que no puedes la fe. |
80 |
|
|
|
(Ella baja.)
|
|
ALCINO |
Seguí
|
|
las flores que habías
perdido, |
|
lenguas por donde he venido, |
|
que me dijeron de ti. |
|
|
|
|
ALCINO |
Sí;
|
85 |
y no fue la vez primera, |
|
ni fuera error, aunque fuera |
|
para peligros mayores, |
|
el preguntar a las flores |
|
por la misma primavera. |
90 |
|
|
SIRENA |
Sólo
tú pudieras ser |
|
de mi corazón sosiego. |
|
|
|
ALCINO |
Pagado me has todo el fuego |
|
en que el mío siento
arder; |
|
en la sangre puede hacer |
95 |
esa inquietud algún
mal. |
|
¿En qué te
traeré el cristal |
|
desta fuente, que algún
día |
|
en mis ojos le traía, |
|
del alma fuente inmortal? |
100 |
|
|
SIRENA |
Esos eran los
cristales |
|
que la mía estima en
más: |
|
voy a beber. |
|
|
ALCINO |
Beberás
|
|
en búcaro de corales: |
|
ya que a recibirla sales |
105 |
para ser cristal en rosa, |
|
no heredes, fuente dichosa, |
|
la lisonja de Narciso: |
|
pero ya tarde te aviso; |
|
que es la causa más
hermosa. |
110 |
Ya que su boca a
tus hielos |
|
hizo tan alto favor, |
|
no dejes beber, pastor, |
|
que me matarás de
celos; |
|
luego te convierte en hielos; |
115 |
siendo en tu campo sereno |
|
copa de ardiente veneno, |
|
y agua de ámbar para
mí. |
|
|
|
|
ALCINO |
Y yo vi
|
|
el clavel de perlas lleno; |
120 |
pero en esta
envidia loca, |
|
tu boca fue el instrumento, |
|
y el agua mi pensamiento, |
|
que se acercaba a tu boca. |
|
|
|
SIRENA |
Galán
estás y discreto. |
125 |
|
|
ALCINO |
¡Qué cosas hace el
pensar, |
|
si fuese en todo lugar |
|
la imaginación efeto! |
|
|
|
SIRENA |
Puesto que me has
obligado |
|
con tal fácil desatino, |
130 |
más que discreto, mi
Alcino, |
|
te quisiera enamorado. |
|
|
|
|
(Salen DAFNE,
ninfa, SILVIA y
BATO, villanos
rústicos.)
|
|
BATO |
Alahé,
|
|
que la vi subido en somo |
|
de un cerro, y que tiene el
lomo, |
135 |
que de conchas no se ve. |
|
¿No
habéis visto la corteza |
|
de un jaspe? Tal es la piel |
|
como que arrojó el
pincel |
|
sobre la naturaleza; |
140 |
como murciélago son |
|
las alas, y llenas de ojos |
|
verdes, dorados y rojos, |
|
sin ser ruedas de
pavón; |
|
en lo que es
dellas más tierno, |
145 |
estrellas se dejan ver |
|
de plata, si puede haber |
|
estrellas en el infierno; |
|
en la reverenda
cola, |
|
bien puede, Dafne, caber |
150 |
la tienda de un mercader: |
|
¿qué digo una tienda
sola? |
|
¡Voto al sol, toda una
praza! |
|
|
|
SILVIA |
Entre las gracias de Bato, |
|
como le cuesta barato, |
155 |
es mentir con linda traza. |
|
|
|
BATO |
Luego
¿tampoco creerás |
|
que tien la barriga verde |
|
en redondo, Dios me acuerde, |
|
cuarenta varas y más? |
160 |
|
|
SILVIA |
¡Qué
graciosa impertinencia! |
|
¿Cómo se puede
saber? |
|
|
|
BATO |
Un sastre lo dijo ayer, |
|
hombre de buena conciencia, |
|
que le
tomó la medida |
165 |
para hacelle mi verdugado. |
|
|
|
DAFNE |
Silvia, a mí me da
cuidado |
|
o verdadera o fingida: |
|
y la cara
¿cómo es? |
|
|
|
BATO |
Eso no es cosa tan fea; |
170 |
mas no hay hombre que la vea |
|
que pueda vivir
después; |
|
un reinoceronte es nada, |
|
es un peñasco de
hielos, |
|
es una mujer con celos, |
175 |
es una suegra enojada; |
|
un pedregoso
barranco |
|
es la frente, y tien por crin |
|
las cerdas de un puerco
espín |
|
labradas de negro y branco; |
180 |
la nariz como
guadaña, |
|
y los ojos dos incendios |
|
cercados de escolopendrios |
|
en vez de ceja y
pestaña. |
|
|
|
SILVIA |
Dafnes, el miedo
sería |
185 |
quien a mentir le provoca. |
|
|
|
BATO |
Tres varas tiene de boca. |
|
|
|
|
BATO |
Si cada día,
|
|
como a los
ganados venga, |
|
se almuerza cuatro cochinos |
190 |
y diez corderos añinos, |
|
¿qué boca quieres que
tenga? |
|
Ayer se
comió un pastor, |
|
que le alcanzó de una
encina. |
|
|
|
DAFNE |
¡Ay dioses, tanta
rüina |
195 |
tanto mal, tanto rigor! |
|
¿Es
Sirena aquélla? |
|
|
SILVIA |
Sí,
|
|
y Alcino el que está con
ella. |
|
|
|
|
SIRENA |
Dafne bella,
|
|
¿adónde vais por
aquí? |
200 |
|
|
DAFNE |
Amaneció
con el día |
|
esta serpiente cruel |
|
en el prado; y como en
él |
|
tan poco reparo había, |
|
venimos al monte huyendo |
205 |
Bato, Silvia y yo. |
|
|
ALCINO |
La tierra
|
|
se despuebla, y en la sierra |
|
van las aldeas haciendo |
|
una ciudad
populosa. |
|
|
|
DAFNE |
Pues tanto sabes, Alcino, |
210 |
¿por qué culpa o
qué destino |
|
esta sierpe venenosa |
|
vino a
Tesalia? |
|
|
ALCINO |
Anteayer
|
|
contaba un sabio pastor |
|
la causa deste rigor. |
215 |
|
|
DAFNE |
A todos harás placer |
|
en referir lo que
sabes. |
|
|
|
ALCINO |
Diré, Dafne, lo que
sé, |
|
que de Doristo escuché |
|
y de otros pastores graves. |
220 |
Después
que el alto Jove omnipotente, |
|
de aquel abismo en sombras
sumergido |
|
sacó el mundo invisible, y
el presente |
|
por tantos siglos en eterno
olvido, |
|
dos causas, la materia y la
eficiente, |
225 |
estaban para ser, no habiendo
sido, |
|
en acto aquésta y en
potencia aquélla, |
|
y entre las dos naturaleza
bella. |
|
Una era cielo en
altos movimientos, |
|
y otra era tierra en firme
compostura; |
230 |
mas como dividió los
elementos, |
|
salió la luz resplandeciente
y pura: |
|
fúlgida antorcha
obscureció los vientos, |
|
globo de plata la tiniebla
obscura, |
|
bordaron el zafir diamantes
claros, |
235 |
del siempre cano mar brillantes
faros. |
|
La verde tierra,
ya del fruto amago, |
|
se entapizó de hierbas y de
ramas, |
|
cubriendo en agua el ara y viento
vago, |
|
al fénix plumas y al
delfín escamas; |
240 |
no conocían el horrible
estrago |
|
de Marte fiero, y sus ardientes
llamas, |
|
los hombres que en la edad de oro
vivían, |
|
ni en los comunes términos
partían. |
|
Tras ésta,
la de plata y la de cobre, |
245 |
en que va comenzaba la malicia |
|
y molestar con fuerza el rico al
pobre, |
|
volviéndose a los cielos la
justicia: |
|
no permiten, airados, que la
cobre, |
|
creciendo la maldad y la
codicia, |
250 |
en la de hierro, con que vio la
tierra |
|
hurto, traición, mentira,
incendio y guerra. |
|
De los gigantes,
el mayor, Tifonte, |
|
subir intenta a la región
divina, |
|
poniendo un monte encima de otro
monte, |
255 |
a quien airado Júpiter
fulmina; |
|
después, con más
rigor, todo horizonte |
|
cubrir de tantas aguas
determina, |
|
que el alto extremo, exento al aire
y hielo, |
|
apenas viese del Olimpo el
cielo. |
260 |
Soberbia
tempestad la tierra inunda; |
|
las nubes ríos, las
estrellas fuentes; |
|
témplase el cielo, y su
piedad redunda |
|
en dar nuevos al sol rayos
lucientes: |
|
volvió la tierra a ser la
vez segunda, |
265 |
y se dejó pisar de sus
vivientes, |
|
produciendo más
fértiles al hombre |
|
cuantas naturalezas tienen
nombre. |
|
Entre las fieras
hórridas famosa, |
|
que entre los partos de la tierra
estimo |
270 |
por la más estupenda y
prodigiosa, |
|
tanto, que aun a pintarla no me
animo, |
|
nació Fitón,
serpiente venenosa, |
|
del gran calor del sol y
húmido limo, |
|
tanto, que por la parte se
corría |
275 |
que en su disforme
producción tenía. |
|
Esta destruye la
Tesalia ahora, |
|
cuya fama cruel el mundo
admira |
|
por cuanto ilustra la oriental
aurora, |
|
y donde el sol en negra sombra
expira: |
280 |
ganados despedaza, hombres
devora, |
|
y Júpiter airado, que los
mira, |
|
mientras que más sus aras
vuelven jaspe, |
|
más duro está que
bárbaro arimaspe. |
|
|
|
|
(Dentro gran ruido de silbos y hondas,
diciendo:)
|
|
¡Huid,
pastores, huid, |
285 |
que desciende de la cumbre |
|
del monte la sierpe al valle! |
|
¡Todo lo tala y
destruye! |
|
¡Huid! |
|
|
|
BATO |
De esta vez, Silvia, me sume |
290 |
Fitón en su escuro
vientre. |
|
|
|
|
|
|
|
|
(Tropezando los unos en los otros huyen, quedando
BATO en el
suelo.)
|
BATO |
No hay cosa que no me ocupe |
|
frío temor: ¡muerto
soy! |
295 |
Ceres y Baco me ayuden. |
|
|
|
|
(Sale FEBO con su
arco y flechas.)
|
FEBO |
De mi cuarta esfera al suelo |
|
bajo, penetrando nubes, |
|
a los montes de Tesalia, |
|
que tristes voces confunden; |
300 |
quejas de un fiero animal, |
|
envueltas en llanto suben |
|
a mis dorados palacios; |
|
su luz eclipsan y cubren. |
|
Dejé el carro a
discreción |
305 |
de Flegón y Etonte;
alumbren |
|
el mundo, y las ruedas de oro |
|
la región etérea
sulquen; |
|
que basta que el primer
móvil, |
|
que tantos Cielos incluve. |
310 |
desde la aurora los lleve |
|
donde su término
cumplen, |
|
hasta que en sueño y
silencio |
|
la obscura noche sepulte, |
|
a las sierras, soledades, |
315 |
y a los hombres, pesadumbres. |
|
Tomé el arco, y las
saetas |
|
pintadas al hombro puse, |
|
antes que otro de los dioses |
|
tan alta hazaña me
usurpe; |
320 |
que la envidia y la
ambición |
|
no hay cosa que no perturben, |
|
así en imperiales
solios, |
|
como, en pajizas techumbres. |
|
Voy en busca de la fiera; |
325 |
mas ya la tierra descubre |
|
uno de los hombres muertos, |
|
por donde le siga y busque; |
|
pero no lo está del
todo. |
|
¿Vives, hombre? |
|
|
BATO |
¡Venus dulce,
|
330 |
Febo dorado, favor! |
|
|
|
FEBO |
Alza el rostro, no te turbes. |
|
|
|
BATO |
¿Qué quieres,
señora sierpe? |
|
|
|
|
BATO |
¿Que la escuche?
|
|
Esta vez, por el pescuezo |
335 |
al estómago me engulle. |
|
|
|
|
BATO |
¿No ve
|
|
la sangre que se me escurre |
|
qué arromadizada viene? |
|
|
|
|
BATO |
No me hurgue;
|
340 |
que cosquillas de una sierpe |
|
no hay hueso que no machuquen; |
|
cómame junto, por Dios, |
|
pero no me despachurre; |
|
manido estoy, no haya miedo |
345 |
que la haga mal en el buche. |
|
|
|
FEBO |
Si estás herido, yo soy |
|
el primero que compuse |
|
aforismos medicables; |
|
muestra el pecho,
¿qué rehuyes? |
350 |
|
|
BATO |
¡Ay, que me muque,
señores! |
|
¡Ay, señores, que me
muque! |
|
|
|
|
|
FEBO |
¿Aun no dejas que te
cure? |
|
Médico soy. |
|
|
BATO |
Tarde viene:
|
355 |
no he menester que me purgue. |
|
|
|
|
BATO |
Yo no;
|
|
que estas verdes alegustres |
|
donde huyendo tropecé, |
|
de no le ver me disculpen. |
360 |
|
|
|
BATO |
Señor, no me lo
pregunte: |
|
así Dios le dé
salud. |
|
|
|
FEBO |
Villano vil, no te excuses, |
|
que tú me la has de
enseñar. |
365 |
|
|
BATO |
¿Yo cómo, si nunca
supe |
|
por adónde van las
sierpes? |
|
|
|
FEBO |
No hayas miedo que te injurie |
|
yendo conmigo; que soy |
|
Febo, el autor de la lumbre |
370 |
celestial; yo soy Apolo. |
|
|
|
BATO |
Señor Pollo, el que nos
hunde |
|
a rayos en el verano, |
|
y en el invierno se escurre; |
|
por acá los labradores |
375 |
se quejan que no madure |
|
las cosas cuando es
sazón, |
|
que unas cría y otras
pudre; |
|
y también los
segadores, |
|
que dicen que los aturde, |
380 |
porque no hay vino que beban, |
|
que al momento no le suden. |
|
|
|
FEBO |
Camina, ignorante, y dime, |
|
antes que Fitón se
oculte, |
|
dónde le tengo de
hallar. |
385 |
|
|
BATO |
Mire, señor, que se
aburre, |
|
porque se le ha de mamar |
|
como a higo por Octubre; |
|
tenga lástima a sus
años, |
|
porque dan las juventudes |
390 |
dolor si en agraz se van. |
|
|
|
|
BATO |
A mí no me culpe,
|
|
pues él por fuerza me
lleva; |
|
pero diga, ansí se
enjugue |
|
de las aguas del invierno |
395 |
entre sus martas azules, |
|
si es sol que todo lo ve, |
|
¿no es necedad que
procure |
|
que yo le enseñe la
sierpe? |
|
|
|
FEBO |
¡Villano, no me
disgustes! |
400 |
Ahora soy cazador; |
|
saetas llevo, y no luces, |
|
con que deste al otro polo |
|
no hay cosa que dificulte. |
|
Ven sin temor; que me aflige |
405 |
ver lo que esta tierra sufre: |
|
que sólo es digna de
Febo |
|
una hazaña tan ilustre. |
|
|
|
|
(Salen ARISTEO,
Príncipe de Tesalia, y COREBO, criado.)
|
COREBO |
No está
lejos Vuestra Alteza |
|
de la gruta donde vive. |
410 |
|
|
ARISTEO |
Ya mi pecho se apercibe, |
|
Dafne hermosa, a tu belleza, |
|
honor de naturaleza |
|
y gloria de mi deseo; |
|
que no ha de negar Peneo, |
415 |
aunque tan ilustre río, |
|
su hija a mi amor, por
mío, |
|
y a mi ser por Aristeo. |
|
Príncipe
heredero soy |
|
de Tesalia. ¿A quién
pudiera |
420 |
dar su hija que fe diera |
|
la nobleza que le doy? |
|
¡Perdido por ella estoy! |
|
|
|
COREBO |
Bien, señor, lo
manifiestas. |
|
|
|
ARISTEO |
Vi, Corebo, en unas fiestas |
425 |
a Dafne, donde excedía |
|
cuantas damas aquel día |
|
las adornaron compuestas; |
|
como el diamante
al rubí, |
|
como la rosa a la flor, |
430 |
y el ámbar a todo olor, |
|
vencer a todas la vi: |
|
todos los sentidos di |
|
al primero movimiento; |
|
y viendo mi entendimiento |
435 |
tan dulce imaginación |
|
solicitó su
atención |
|
por la vista el pensamiento. |
|
Rendíle,
en fin, por los ojos |
|
cuanto supo y pudo amor, |
440 |
como suele al vencedor |
|
el rendido los despojos; |
|
mas creciendo los enojos |
|
de una pena tan suave, |
|
rompió el secreto la
llave. |
445 |
|
|
|
ARISTEO |
La esperanza de mi amor, |
|
Hoy, en posesión acabe. |
|
(Descúbrese el río PENEO en su gruta.)
|
¡Oh!
Tú, famoso e ínclito Peneo, |
|
que entre el Olimpo y Osa |
450 |
riegas el Tempe, que con pies de
rosa |
|
recibe tu cristal en su deseo: |
|
escucha atento al Príncipe
Aristeo, |
|
si no perturba el aire hasta tu
oído |
|
de las sonoras aguas el
rüido; |
455 |
levanta la
cabeza, coronada |
|
de tantas varias flores, y la
copia |
|
de fructíferas ramas
esmaltada, |
|
digno blasón de tu grandeza
propia. |
|
El Nilo por Egipto y
Etiopía, |
460 |
el Gange por la India, y cuantos
sorbe |
|
el mar por todo el orbe, |
|
te rindan vasallaje. |
|
|
PENEO |
Mi Aristeo,
|
|
ese te debe sólo a ti
Peneo. |
|
|
|
ARISTEO |
Ya sabes, claro
río, |
465 |
a que me trae el pensamiento
mío. |
|
|
|
PENEO |
Tendréme por dichoso |
|
en que mi yerno seas, |
|
pues de Dafne deseas, |
|
príncipe, ser esposo, |
470 |
y ella también será
con estas bodas |
|
hermosa reina de las ninfas
todas |
|
que habitan mi ribera; |
|
vuelve a tu casa y confiado
espera. |
|
que en sabiendo su gusto, pues es
justo, |
475 |
te la dará mi amor con mayor
gusto. |
|
|
|
ARISTEO |
De la nobleza de
tu heroico pecho |
|
partiré satisfecho; |
|
que no es razón que un
río semideo |
|
pueda volver atrás. |
|
|
PENEO |
Parte, Aristeo;
|
480 |
porque, entre cuantas cosas tienen
nombre, |
|
los ríos solamente |
|
nunca vuelven atrás de su
corriente; |
|
ejemplo para el hombre, |
|
si es hombre el que no cumple lo
que dice. |
485 |
|
|
ARISTEO |
El cielo te
prospere de aguas puras. |
|
¡Oh dulce auspicio de mi amor
felice! |
|
¡Oh tiempo, pues por todo te
apresuras, |
|
pasa por mí veloz con alas
nuevas, |
|
pero en dándome a Dafne no
te muevas! |
490 |
|
|
|
(Él se va por una parte, y DAFNE entra por otra, y SILVIA.)
|
DAFNE |
Gente de la ciudad, Silvia:
¿qué es esto? |
|
¿y con mi padre
hablando? |
|
|
|
SILVIA |
Estarán por ventura
consultando |
|
tu casamiento. |
|
|
DAFNE |
Siempre fue molesto
|
|
ese cansado nombre a mis
oídos. |
495 |
|
|
|
|
SILVIA |
No parece mujer, pues en
naciendo, |
|
ese nombre les abre los
sentidos, |
|
ni viven otra cosa
persuadiendo |
|
a sus padres jamás. |
|
|
DAFNE |
Pues yo no entiendo
|
500 |
darle esa pesadumbre. |
|
|
|
|
PENEO |
¿Vienes a lo que el
Príncipe venía? |
|
Merece amor, cuidado ha sido
justo, |
|
puesto que más en esta parte
fío |
505 |
de tu elección que de mi
propio gusto. |
|
Él es el
heredero |
|
de Tesalia y de Marte, |
|
en cuya militar doctrina y
arte |
|
al mas ejercitado le prefiero. |
510 |
¿Qué respondes? |
|
|
DAFNE |
Amado padre mío,
|
|
bien sabes que a las selvas me
desvío, |
|
huyendo, así de dioses como
de hombres, |
|
no sólo las personas, mas
los nombres. |
|
Yo soy ninfa del coro |
515 |
de la casta Diana; |
|
perdona si el respeto, si el
decoro |
|
por ley divina y obediencia
humana |
|
debido a obligaciones
naturales, |
|
fuera de prendas tales, |
520 |
te pierdo, pues no puedo
obedecerte. |
|
|
|
PENEO |
¿Cuando esperaba de Tesalia
verte, |
|
Dafne, reina y señora, y que
me dieras |
|
nietos que en mis riberas |
|
los viera yo mancebos, |
525 |
ya Martes, y ya Febos, |
|
correr gallardos persiguiendo
fieras, |
|
inobediente y loca me
respondes? |
|
¡Qué bien al grande
amor que me has debido, |
|
y a tus obligaciones,
correspondes! |
530 |
Pues no me verás
más. |
|
|
DAFNE |
¡Padre querido!
|
|
Metióse entre las ondas, y
cubrióse |
|
de un pabellón de
plata. |
|
|
|
SILVIA |
Entre las aguas va diciendo:
«¡Ingrata!» |
|
con murmurar sonoro. |
|
|
DAFNE |
¿Permitióse,
|
535 |
Silvia, jamás a ninfa de
Diana |
|
que se casase? |
|
|
SILVIA |
Que es locura vana
|
|
esto de ninfas: la naturaleza |
|
hizo para los hombres la
belleza |
|
por aumentar el mundo. |
540 |
|
|
DAFNE |
Si un hombre fuera Júpiter
segundo, |
|
rey del supremo imperio, |
|
o por este hemisferio |
|
tuviera la belleza de Narciso, |
|
le tuviera en los céspedes
que piso: |
545 |
aborrezco los hombres, esto es
cierto. |
|
|
|
|
DAFNE |
Yo te advierto
|
|
que della, y de su hijo mal
nacido |
|
no se me da... |
|
|
SILVIA |
Detente, que Cupido
|
|
es un dios que a los dioses
inmortales |
550 |
hace temblar. |
|
|
DAFNE |
Sus bienes y sus males
|
|
son para gente loca, ociosa y
vana: |
|
yo soy ninfa del coro de
Diana. |
|
|
|
SILVIA |
¡Oh, tanto coro y tanto
dianizarte! |
|
|
|
DAFNE |
¡Váyase Venus a casar
con Marte! |
555 |
|
|
|
(Baje VENUS.)
|
VENUS |
Dafne, entre
cuantas ninfas |
|
viven estas verdes selvas, |
|
tan soberbia como hermosa, |
|
y como hermosa soberbia: |
|
¿qué blasonas,
qué presumes, |
560 |
ingrata a naturaleza, |
|
que no crió a la
hermosura |
|
para vivir entre fieras? |
|
¿Sabes que soy de quien
hablas? |
|
¿Sabes que los dioses
tiemblan |
565 |
del menor rayo une influya |
|
mi dulce amorosa estrella? |
|
¿Sabes que es mi hijo
Amor? |
|
¿Sabes que en las almas
reina? |
|
¿Sabes que no se
resiste |
570 |
pecho mortal de sus flechas? |
|
¿Sabes que aquella
armonía |
|
que el cielo y tierra gobierna |
|
es Amor? ¿Sabes que
están |
|
pendientes de su cadena |
575 |
los elementos que pone |
|
en paz de su eterna guerra? |
|
¿Sabes que es concordia
Amor, |
|
y que el cielo se sustenta |
|
en paz, moviendo sus orbes |
580 |
concertada inteligencia? |
|
¿Por qué el
matrimonio huyes, |
|
pues tu mismo ser te
enseña |
|
que alma y cuerpo están
casados |
|
como el agua con la tierra? |
585 |
¿Qué fiera corre este
campo, |
|
qué ave en el aire
vuela, |
|
que hasta tener
compañía |
|
viva contenta y quieta? |
|
¿Burlas mis razones,
Dafne? |
590 |
¿Risa en mi propia
presencia? |
|
Pues ¡por Júpiter
sagrado... |
|
|
|
DAFNE |
No prosigas, aunque sea |
|
atrevimiento al respeto |
|
debido por ley eterna |
595 |
a las celestes deidades, |
|
porque no has de hacer que
tema |
|
ni de tu estrella los rayos, |
|
ni de tu hijo las flechas. |
|
Yo sirvo y amo a Diana; |
600 |
si eres diosa, diosa es ella |
|
que templará como luna |
|
cuanto abrasares cometa, |
|
voyme a buscar, sin temerte, |
|
la soledad de las selvas; |
605 |
que más que escuchar los
hombres, |
|
estimo el tratar con fieras. |
|
(Vase.)
|
|
|
|
SILVIA |
Señora, aunque voy con
ella, |
|
no soy tan bárbara y
loca; |
610 |
suplícole que me tenga |
|
en posesión de mujer |
|
para cuanto me acontezca; |
|
y sepa Su Majestad |
|
que ninguna cosa llega |
615 |
a ser más mal empleada |
|
que hermosura en mujer necia. |
|
¿A los hombres quiere
mal? |
|
Que la imite no lo creas. |
|
¿Qué me han hecho a
mí los hombres |
620 |
porque yo los aborrezca? |
|
(Vase.)
|
|
|
VENUS |
Con razón quedo
corrida. |
|
¡Amor, amor! |
|
|
|
(Sale CUPIDO con
arco y flechas: harále mujer, en hábito corto y
bizarro.)
|
CUPIDO |
Dulce reina,
|
|
dulce madre, dulce diosa, |
|
dulce llama, dulce estrella. |
625 |
¿Qué me mandas? |
|
|
VENUS |
No estoy yo
|
|
para que tan tierno vengas, |
|
puesto que te doy los brazos. |
|
|
|
CUPIDO |
Soy amor, hablo en mi lengua: |
|
mas ¿quién te ha dado
ocasión |
630 |
para el enojo que muestras? |
|
|
|
VENUS |
Una ninfa de Diana, |
|
un hielo, un alma de piedra, |
|
aquí con mil
libertades, |
|
de nuestra deidad blasfema, |
635 |
de nuestro poder se
ríe, |
|
de amar los hombres se
afrenta. |
|
No eres mi hijo, Cupido, |
|
ni permito que me debas |
|
las alas de que formaste |
640 |
las plumas de tus saetas; |
|
pondré el amor en tu
hermano, |
|
no dejaré que me veas |
|
eternamente la cara, |
|
si de Dafne no me vengas. |
645 |
|
|
CUPIDO |
Conozco a Dafne; hoy
haré |
|
que de amores enloquezca; |
|
haréla llorar de celos, |
|
haré que con tristes
quejas |
|
y lágrimas rompa el
aire, |
650 |
y el seco prado humedezca; |
|
no ha de vivir sólo un
punto |
|
con quietud. |
|
|
VENUS |
Venganza fuera
|
|
fácil; mas temo a
Diana, |
|
que luego me dice afrentas, |
655 |
mis adulterios infama, |
|
y la red de hierro alega |
|
con la risa de los dioses |
|
cuando me vieron en ella |
|
con el dios de las batallas; |
660 |
también dice que en la
tierra |
|
quise a Adonis, que hoy es
flor, |
|
y que lloré la tragedia |
|
del sangriento jabalí |
|
entre las mirras sabeas |
665 |
de los campos orientales. |
|
|
|
CUPIDO |
Pues ¿cómo quieres
que emprenda |
|
tu venganza? |
|
|
VENUS |
Enamorando
|
|
della a quien ella no quiera. |
|
|
|
CUPIDO |
Ya sabes, madre y
señora, |
670 |
que el Amor tiene dos flechas: |
|
una de plomo, otra de oro; |
|
la de plomo es cosa cierta |
|
que causa aborrecimiento; |
|
hiriendo a Dafne con ella, |
675 |
y con la de oro algún
dios, |
|
ten por segura la fuerza, |
|
porque al supremo poder |
|
no puede haber resistencia. |
|
|
|
VENUS |
Será discreta venganza. |
680 |
|
|
CUPIDO |
Pues si es venganza discreta, |
|
ata con cintas de nácar |
|
el carro de oro las bellas |
|
palomas de jazmín puro; |
|
vuelve a tu luciente esfera, |
685 |
que yo la pondré por
obra. |
|
|
|
VENUS |
De aquellas rosas que engendra |
|
el sacro monte Pangeo, |
|
producidas de mis venas, |
|
te prometo una guirnalda. |
690 |
|
|
CUPIDO |
Si Juno, si Palas fuera, |
|
te han de rendir vasallaje. |
|
|
|
VENUS |
Guardaos, mujeres soberbias; |
|
que anda enojado el Amor: |
|
amad, o temed sus flechas. |
695 |
|
|
|
(Salen FEBO y
BATO.)
|
|
FEBO |
Ya vi
|
|
el fiero animal gigante. |
|
|
|
BATO |
Pues si le tienes delante, |
|
déjame volver a
mí. |
|
|
|
FEBO |
Quiero que seas
testigo |
700 |
de que la sierpe maté. |
|
|
|
BATO |
Sin verlo lo juraré |
|
y sin que vaya contigo, |
|
al uso, de la
ciudad, |
|
adonde hay tantos que juran, |
705 |
que escriben y que procuran |
|
lo que nunca fue verdad. |
|
|
|
FEBO |
Júpiter,
que mira el suelo, |
|
les dará justo castigo. |
|
|
|
BATO |
No teme el falso testigo |
710 |
a Júpiter ni a su
cielo. |
|
|
|
FEBO |
Súbete a
ese monte, Bato, |
|
y estarás seguro en
él. |
|
|
|
BATO |
Ya silba el monstruo cruel, |
|
del mismo infierno retrato. |
715 |
Huid las
sangrientas garras |
|
de Fitón, ninfas, huid; |
|
pastores, trepad, subid |
|
por esas pardas pizarras; |
|
ya se
acerca. |
|
|
FEBO |
Extraño horror
|
720 |
me pone el fiero vestiglo, |
|
que desde el primero siglo |
|
no le vio el mundo mayor. |
|
(Sale la sierpe echando fuego.)
|
Vertiendo fuego
me espera: |
|
¡Júpiter, dame
favor! |
725 |
|
|
|
FEBO |
Yo haré que a mis manos
muera; |
|
cumplió el
cielo mi esperanza; |
|
bizarro tiro: cayó. |
|
|
|
BATO |
¡Voto al sol, que le
acertó |
730 |
por la mitad de la panza! |
|
|
|
FEBO |
Baja, Bato; que
ya está |
|
vertiendo sangre en el prado. |
|
|
|
BATO |
Aun no estoy asegurado |
|
hacia la cueva se va. |
735 |
|
|
FEBO |
Cortaréle
la cabeza |
|
para ponella en el templo |
|
de Diana. |
|
|
BATO |
Sois ejemplo
|
|
de valor y fortaleza. |
|
Ninfas, pastores,
bajad |
740 |
de los montes a los prados: |
|
los escondidos ganados |
|
por el valle apacentad; |
|
ya puede el rojo
arrebol |
|
dorar la cándida lana |
745 |
desde la fresca mañana |
|
hasta que se ponga el sol; |
|
ya con las
flechas felices |
|
rompió sus manos
feroces. |
|
|
|
|
(Salen DAFNE,
SIRENA, SILVIA y ALCINO.)
|
DAFNE |
Bato, ¿de qué son las
voces? |
750 |
|
|
SIRENA |
Bato, ¿qué victoria
dices? |
|
|
|
ALCINO |
¿Tú
alegre en esta ocasión? |
|
|
|
|
BATO |
Sí, alahé;
|
|
pues ¿no queréis que
lo esté?, |
|
si Febo ha muerto a
Fitón? |
755 |
|
|
|
BATO |
Y cortándole
está
|
|
la cabeza. |
|
|
|
SIRENA |
De la montaña
|
|
bajan los pastores ya. |
|
|
|
DAFNE |
La fama, desde
nosotras, |
760 |
con mil lenguas importunas, |
|
quita los ecos de unas |
|
para ponerlos en otras; |
|
ya se junta todo
el valle |
|
para dalle el parabién. |
765 |
|
|
|
|
ALCINO |
¡Hermoso talle!
|
|
(Sale FEBO con la
cabeza.)
|
Hincaos de rodillas todos. |
|
|
|
|
BATO |
Desde lejos, que aún la
temo; |
770 |
verá qué hocico y
cogote |
|
que tenía el buen
Fitón. |
|
|
|
FEBO |
Venid seguros, pastores, |
|
que el arco de Febo ha muerto |
|
la destrucción de los
montes, |
775 |
el incendio de los valles |
|
y el veneno de los bosques, |
|
para que su protector |
|
de hoy más Tesalia me
nombre. |
|
|
|
ALCINO |
Libertador de la patria, |
780 |
por eternos siglos goces |
|
la gloria de tanta
hazaña. |
|
|
|
DAFNE |
Tú solo mereces nombre |
|
de vencedor inmortal. |
|
|
|
SIRENA |
A tus pies, Febo, se postre |
785 |
cuanto por el cielo ilustras, |
|
cuanto alumbras por el orbe. |
|
|
|
SILVIA |
A tus sacras aras, Febo, |
|
ofrezcan mirras y aloes |
|
los más apartados
indios. |
790 |
|
|
BATO |
En grandes obligaciones |
|
nos ha puesto su mercé; |
|
Dios se lo pague y le torne |
|
con bien de cualquier camino |
|
que vaya del Sur al Norte; |
795 |
que cierto que mos
comía |
|
ese maldito serpoche |
|
en montañas y en
aldeas, |
|
los ganados y los hombres, |
|
ni mos quedaba cochino, |
800 |
aunque su mercé
perdone, |
|
que en verdad que los perniles |
|
bien merecen que se nombren; |
|
ni cabritos, ni terneras, |
|
ni conejos, ni pichones, |
805 |
ni mondonguinos, ni gansos; |
|
pues gallinas, diez o doce, |
|
sin pedir una toalla |
|
ni un panecillo,
zampóse |
|
de un espetón muchas
veces, |
810 |
sin que las plumas lo
estorben: |
|
pues lo que es leche no es
nada |
|
aunque lo cuente a la postre: |
|
de veinte o treinta calderas, |
|
apenas dejaba el cobre. |
815 |
|
|
|
(Dentro relinchos; pastores y pastoras, con instrumentos,
cantando y bailando, y CUPIDO detrás de
ellos.)
|
|
A la gala de
Febo |
|
cantad, pastores, |
|
y coronen sus aras |
|
rosas y flores. |
|
|
|
UNA VOZ |
Del claro Peneo |
820 |
las verdes riberas, |
|
de Arcadia los bosques, |
|
de Tempe las selvas, |
|
a ofrecerle vengan |
|
precisos dones, |
825 |
y coronen sus aras |
|
rosas y flores. |
|
|
|
CUPIDO |
Invisible entre
esa gente |
|
rústica, bárbara y
pobre, |
|
me trae una noble envidia |
830 |
de ver que a Febo coronen |
|
por disparar una flecha, |
|
pues de todo su horizonte |
|
no queda pastor o ninfa |
|
que no le celebre y loe. |
835 |
¡Qué vanaglorioso
está! |
|
¡Qué soberbio se
antepone |
|
a las deidades celestes! |
|
|
|
FEBO |
Entre estas peñas y
robles |
|
un templo tiene mi hermana, |
840 |
la hermosa Diana, adonde |
|
descansa cuando en las selvas, |
|
fieras sigue, ciervos corre; |
|
porque es Diosa de la caza, |
|
y porque Arcadia la invoque, |
845 |
la cabeza de Fitón |
|
quiero que su templo adorne. |
|
|
|
ALCINO |
Ya, de tu victoria alegre, |
|
los blancos velos descoge. |
|
|
|
|
(El templo se abra, y se vea DIANA en altar con un venablo y un
perro al lado, como la pintan.)
|
FEBO |
Entre tus sacros trofeos |
850 |
permite, Diosa triforme, |
|
que a tu noble templo ofrezcan |
|
pastores y cazadores, |
|
tenga lugar esta fiera, |
|
porque no es justo que honre |
855 |
otro altar victoria
mía. |
|
|
|
DIANA |
Febo, tan grandes favores |
|
sólo mi amor los
merece; |
|
cuantos tigres y leones |
|
tiene el Asia, cuantas fieras |
860 |
y armados rinocerontes, |
|
no pudieran ser despojos, |
|
ni en todo el mundo mayores, |
|
que de Fitón la cabeza; |
|
esta ilustre y sobredore |
865 |
los demás triunfos y
ofrendas |
|
con que mis aras componen; |
|
cuando en las selvas Diana, |
|
y cuando Luna en la noche, |
|
a honrarme vendré con
gusto |
870 |
de una fiera tan disforme. |
|
|
|
FEBO |
No por lustros y olimpiadas, |
|
pastores, de hoy más se
note |
|
mi triunfo, sino por
años; |
|
mirad que esta ley impone |
875 |
Febo en premio desta
hazaña |
|
porque mi victoria logre |
|
la memoria que merece; |
|
y quiero que nombre tomen, |
|
estas fiestas que instituyo |
880 |
de Fitón, juegos
fitones. |
|
Daré premio a los que
fueren |
|
ya en la lucha los mejores, |
|
ya en correr, ya en hacer
versos, |
|
en otras gracias conformes |
885 |
la fiesta de aquel día. |
|
|
|
|
BATO |
A Marte asombre
|
|
este triunfo. |
|
|
|
DAFNE |
Cantad y ofrecedle flores. |
|
|
|
|
(Cantan.)
|
|
A la gala de
Febo |
890 |
cantad, pastores, etc. |
|
|
|
|
(Todos se van cantando; quedan FEBO y CUPIDO.)
|
FEBO |
¿Ha
llegado ningún dios, |
|
de cuantos sobre las torres |
|
cristalinas de los cielos |
|
tienen asiento en sus orbes, |
895 |
a tanta fama, a tal gloria, |
|
a tal triunfo, a tanto nombre? |
|
Vulcano es un vil herrero, |
|
¿qué importa que
rayos forje? |
|
Mercurio un tratante humilde, |
900 |
estafeta de la corte |
|
de los dioses celestiales; |
|
pues Marte, de que interrompe |
|
la paz del mundo se alabe, |
|
y de formar escuadrones, |
905 |
rizar plumas, limpiar armas, |
|
lanzas, espadas y estoques; |
|
pues Neptuno, con sus vientos |
|
y sus delfines veloces, |
|
¿quién puede
ser? |
|
|
CUPIDO |
Yo no puedo,
|
910 |
Febo, sufrir que blasones, |
|
afrentando las deidades, |
|
ni que a presumir te arrojes |
|
por una hazaña tan vil, |
|
que cuando a esta tierra
importe, |
915 |
más fue acierto que
valor. |
|
¿Quieres que todos te
adoren |
|
cuantos en Tesalia viven |
|
con dioses, que protectores |
|
tuvieron por tantos siglos, |
920 |
y no es bien que los
provoques? |
|
Vete a matar liebres viles, |
|
si cazador te dispones, |
|
y si sol, a ver hazañas |
|
que de mi valor te informen; |
925 |
que yo, de los dioses todos |
|
el menor, si a mí me
escogen, |
|
humillaré tus
soberbias, |
|
vengaré tus sinrazones, |
|
haré... |
|
|
FEBO |
Detente, rapaz,
|
930 |
si no quieres que de un golpe |
|
deje sin Amor el mundo. |
|
|
|
CUPIDO |
¿Tú a mí? Mal
me conoces. |
|
|
|
FEBO |
Sí conozco: ¿no eres
tú |
|
el que inventó las
traiciones, |
935 |
los agravios, las bajezas, |
|
las guerras, los tratos
dobles, |
|
los adulterios, los celos, |
|
y otras tantas invenciones, |
|
con que no hay cielo que
dejes, |
940 |
ni tierra que no alborotes? |
|
¿No eres tú el hijo
de Venus, |
|
dama que vivió sin
orden |
|
en Chipre por tantos
años? |
|
No dudes de que te sobren |
945 |
padres nobles y plebeyos: |
|
el que quisieres escoge. |
|
|
|
CUPIDO |
¿Fue la tuya más
horrenda, |
|
cuyas peregrinaciones |
|
sabe Delfos, y las cantan |
950 |
las ranas con roncas voces, |
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trocando en pellejos verdes |
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sus labradores capotes? |
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¿Qué respondes? |
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FEBO |
Por muchacho
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no te arrojo, niño
enorme, |
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desotra parte del cielo. |
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CUPIDO |
Poco a poco y no me apoques: |
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¿qué gigantes
fulminaste? |
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¿Qué rayos tiraste
entonces, |
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que tales soberbias dices? |
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Si matar fieras feroces |
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es gloria, mayor será |
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matar las almas de amores. |
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¿Es blasón rendir las
fieras, |
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más que herir los
corazones? |
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Tú flechas visibles
tiras, |
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yo invisibles, tan veloces |
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que no hay resistencia humana |
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que su ejecución
estorbe. |
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Mira tú: del arco y
flechas, |
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¿quién puede con
más razones |
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blasonar? |
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FEBO |
Mira, Cupido:
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dejando aparte que pones |
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fuego al mundo, que disculpa |
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neciamente tus errores, |
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tus tragedias y venganzas, |
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de que a los hombres despojes |
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de su libertad, no arguyo |
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tu valor. |
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CUPIDO |
Eso respondes:
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pues ¿qué animal es
igual |
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al hombre? |
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FEBO |
Los que te acogen
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son hombres desocupados |
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que viven en ocio torpe: |
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¿qué virtudes has
vencido? |
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CUPIDO |
No quiero afrentar los dioses |
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ni cansarte con ejemplos. |
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¿Tú no te precias de
noble, |
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de sabio y valiente? |
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CUPIDO |
Y si te hiciese que llores |
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de amor, ¿qué
dirás? |
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FEBO |
Vete, infame, y no me enojes. |
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CUPIDO |
A la prueba, y sean testigos |
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esos cielos que nos oyen. |
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FEBO |
Tengo impenetrable el alma. |
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CUPIDO |
Si eres sol, serás
Faetonte; |
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que para fuerzas de amor, |
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ni valen hielos ni soles. |
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