Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
Anterior Indice




ArribaJornada III

 

Sale CUPIDO.

 
CUPIDO
   ¿Qué venganza del cielo,
qué ira de sus dioses soberanos,
con envidioso celo
del imperio que tengo en los humanos,
pena me dió tan nuevamente fiera, 5
que siendo el mismo Amor, de amores muera?
   Aves enamoradas,
que destas selvas en el Buen Retiro,
o solas, o casadas,
no cantáis versos sin final suspiro, 10
y con ecos dulcísimos sonoros
amor y celos alternáis a coros;
   fieras que las montañas
vivís en soledad, tal vez quejosas
de serlo mis hazañas, 15
faunos lascivos y silvestres diosas,
humor vital, vegetativas almas
de tantos cedros, plátanos y palmas;
   Pastores deste prado,
que tantas veces abrasé de amores: 20
si hubiera yo pensado
lo que era yo, mis penas y rigores,
con más piadoso afecto hubieran sido
en mataros de amor temiendo olvido.
   Tiré sin experiencia 25
de mi mismo dolor, que no sabía
de celos ni de ausencia;
maté sin ver que se acercaba el día
de dar a todos tan cruel venganza,
que me abrasa de amor sin esperanza; 30
   cual suele en blanda cera
arder la luz y consumirse luego,
en mi abrasada esfera
soy alimento de mi propio fuego,
siendo en la cera, que mi fin recela, 35
mi propio ardor el alma de la vela.
   Aves, fieras, pastores,
una ninfa cruel, una pastora,
mata al Amor de amores;
ya no hay amor, ni mata, ni enamora: 40
Sirena es ya, Sirena prende y mata,
y siendo Amor con el amor ingrata.
   Quebrar el arco quiero
en este tronco de mi mal testigo,
pues de mí propio muero: 45
yo me maté, yo fui traidor conmigo:
que en tanta confusión, en tanto abismo,
yo mismo soy veneno de mí mismo.
 

(Sale FEBO.)

 
FEBO
   Quedo, señor Amor, blanda la mano;
que este laurel es mío, 50
que tiene vida y sentimiento humano;
¿no ve que maltratarle es desvarío?
Si quiere enamorarle,
desde lejos podrá mejor tirarle;
   que darle con el arco es bajo modo 55
para el alma que cubre esa corteza,
que tuvo en vida celestial belleza,
si con las flechas mata el mundo todo,
no mate con el arco bajamente;
abrase, tire, prenda, mas no afrente. 60
   Si no le supo herir cuando vivía,
¿por qué le hiere muerto?
o le castiga porque no quería
ser más necia que fue.
CUPIDO
¡Desdicha mía!
Vete, Febo, con Dios.
FEBO
Esto le advierto:
65
respete mi laurel, que ya corona
césares, capitanes y poetas.
¿Cómo no habla? ¿Cómo no blasona?
CUPIDO
Vete, Febo, por Dios, que mis saetas
te han vengado de mí; las que tiraba 70
se vuelven a mi pecho.
FEBO
¿Cómo ha sido?
O ¿quién te hurtó las flechas del aljaba?
Ya soy tu amigo: cuéntame, Cupido,
tan grande novedad, que te prometo
sentir tus penas y guardar secreto. 75
CUPIDO
   ¿Piensas, Febo, que el alma no te miro?
¿Ahora vienes a engañarme, Febo?
FEBO
De verte amar me admiro:
¿no eres tú Amor? ¡Qué prodigioso y nuevo
portento, amar Amor quien no le quiere! 80
¡Llorad, pastores, que el Amor se muere!
CUPIDO
¡Basta, Febo, no más; ya estás vengado!
FEBO
Cuantos males me has hecho, me has pagado.
   Ahora, ingrato Amor, verás quién eres,
pues que, siendo el Amor, de amores mueres. 85
¡Con qué traición mirabas,
con qué crueldad herías!
¡Paga, villano Amor, el mal que has hecho!
Las saetas trocabas,
y a Dafne me rendías, 90
en cuya nieve se abrasó mi pecho;
ya quedo satisfecho
de todos mis agravios
con verte, Amor, rendido;
mira de hoy más, Cupido, 95
cómo hieres los dioses y los sabios,
que tantas maldiciones
alcanzaron castigo a tus traiciones.

 (Vase.) 

CUPIDO
   ¿Qué tal venganza he dado?
Aves, fieras, pastores, 100
venid a ver a Amor enamorado;
y dí los pasadores,
el arco y la cadena,
a la bella Sirena;
ella mata de amores, 105
ella sola es amor, ella enamora;
della os guardad, pastores, desde ahora;
que ya no soy Cupido,
sino el Amor, que fue de amor vencido.
 

(Sale VENUS.)

 
VENUS
   Amor, ¿de qué te lamentas? 110
CUPIDO
De mí mismo, aunque acertara
cuando de ti me quejara,
que verme sin honra intentas.
¿Vienes a ver mis afrentas,
por dicha?
VENUS
Debes de estar
115
loco.
CUPIDO
Pudiera el pesar
enloquecerme de triste,
porque tú sola pudiste
al Amor enamorar.
VENUS
   Pues ¿estáslo, Amor, de mí? 120
CUPIDO
Yo siempre de ti lo estoy,
mas hoy que venganza doy
al mundo, no fue por ti.
VENUS
¿Quieres bien?
CUPIDO
Señora, sí;
y tú lo sabes mejor. 125
VENUS
Mientes, Amor, que en rigor,
por tus ardientes castigos
¿quién tiene más enemigos
en cielo y tierra que Amor?
   ¿Nunca has visto en una voz 130
la gente de algún lugar
juntarse para matar
un fiero animal feroz,
que contra su furia atroz,
de que a todos parte alcanza, 135
cuál con dardo, cuál con lanza,
cuál con alabarda sale,
porque entre todos iguale
al agravio la venganza?
   Pues esto han hecho, contigo 140
los dioses, y yo pudiera,
pues no hay en Tesalia fiera
como tú fuiste conmigo;
Marte en el cielo testigo,
como Adonis en el suelo: 145
pero puesto que recelo
la causa, dime quién es,
para ayudarte después
a pedir piedad al cielo.
CUPIDO
    Dulce madre mía, 150
Lucero el mayor,
que del cielo esmalta
su azul pabellón;
divino planeta,
celeste esplendor, 155
prólogo del día,
preludio del sol,
a quien por benigna,
Júpiter le dio
del tercero cielo 160
la jurisdicción:
yo tuve con Febo,
cuando, cazador,
con valiente brazo
dio muerte a Fitón, 165
la cuestión que sabes,
de que procedió
el laurel de Dafne
con alma y sin voz,
quejóse a los dioses, 170
llamóme traidor;
no sé cuál de todos
a todos vengó.
Hay una serrana,
destos valles flor, 175
gloria de su aldea,
de su prado honor,
basilisco en vista,
humano y feroz,
ángel en belleza, 180
fiera en condición.
Nunca con tal risa
las hojas abrió
la rosa al rocío
del primero albor, 185
cuando Abril la esmalta
del rojo arrebol,
que ocultaba el Marzo
en verde botón:
parece que el cielo 190
jazmines tomó
para hacer al rostro
cándido color.
Si pintar quisiera
tanta perfección, 195
recibiera agravio
su eterno pintor.
Quien mira su brío,
dice con razón
que la primavera 200
por allí pasó.
Yo la vi una fiesta
que al valle salió;
no sé qué me dijo,
prestéla atención; 205
que el oír al ver
siempre fue veloz.
Miróme al descuido,
cuidado me dio;
que en viendo los ojos, 210
¡ay del corazón!
Reparando en ella,
un helado ardor
discurrió mis venas
y la alma llegó. 215
Pregunté la causa
del nuevo vigor,
respondióme el alma,
madre, que era yo;
de suerte, señora, 220
que yo mismo soy
el amor que tengo,
pues muero de amor.
Nunca su ponzoña
al áspid mató, 225
como a mí me mata
mi propio dolor;
del aljaba pienso
que se me cayó,
yendo a recostarme, 230
algún pasador,
y por este lado
de suerte me hirió,
que Amor, que era uno,
se ha partido en dos, 235
a cuanto le digo,
me responde: «No»,
porque todos dicen
que quiere un pastor;
como es igual suyo 240
presto se rindió,
que amores iguales
verdaderos son;
tales partes tiene,
que celoso estoy; 245
que hay gustos que dejan
por un hombre, un dios.
Ella viene, madre,
voyme de temor;
dile que me quiera 250
si tu hijo soy,
de mí no se queje
ningún amador,
yo renuncio el arco,
madre, desde hoy; 255
Sirena le tenga,
que al Amor venció;
madre, ya soy celos,
ya no soy Amor.

 (Vase.) 

 

(Salen SIRENA y SILVIA.)

 
VENUS
   Con justa razón se queja 260
Amor. ¡Qué gentil mujer!
Mas necia debe de ser
si un dios por un hombre deja,
   que implica contradicción
ser amor y no le amar. 265
SILVIA
De hoy más te puedes llamar
vengadora, y con razón,
   de las mujeres que amaron
y que mal pagadas fueron
pues que tus ojos rindieron 270
a quien a tantos negaron:
notable dicha has tenido.
SIRENA
Silvia, yo no estoy contenta,
porque, cuando el Amor sienta
que por Alcino le olvido, 275
   querrá, con desconfianza,
vengarse en los dos celoso.
SILVIA
No hará; que en un poderoso
es bajeza la venganza.
   Si un hombre de gran fortuna 280
dos mil virtudes tuviese,
como vengativo fuese,
no tiene virtud ninguna;
   que es ofensa del valor
el no saber perdonar. 285
SIRENA
Dirá Amor que es castigar
mi amor porque es dios de amor.
   Ve, Silvia, y llámame a Alcino,
hable con mi padre luego,
que Amor, de sí mismo ciego, 290
podrá hacer un desatino;
   casémonos, que después
él me guardará mejor.
SILVIA
Yo voy.
SIRENA
¿Qué me quiere Amor?
Si es amor, lo mismo es 295
   querer a quien he querido.
VENUS
A verte sola esperaba,
menos arrogante y brava,
más amor, menos olvido;
   la madre del Amor soy, 300
Sirena, a quien tratas mal.
SIRENA
Yo, planeta celestial,
en tu misma esfera estoy;
   no soy ninfa de Diana,
ni sus ejercicios sigo 305
por estas selvas.
VENUS
No digo
que no procedes humana
   en querer a quien te quiere,
pero no de mejorarte,
pudiendo en más alta parte, 310
tu injusto desdén se infiere;
   si mi Cupido te adora,
¿cómo ofendes su deidad
con ajena voluntad?
SIRENA
Antes presumo, señora, 315
   que le ofendiera en mudarme,
pues siendo amor verdadero,
en sabiendo que a otro quiero,
podrá su ley castigarme.
VENUS
   ¿Serás la primer mujer 320
que a dos en un tiempo quiera?
SIRENA
Seré la mujer primera
que a entrambos pueda querer;
   el amor ha de ser uno,
esto bien lo sabéis vos, 325
porque la que quiere a dos,
no quiere bien a ninguno.
VENUS
   Poco sabes del papel
del amoroso teatro,
porque a dos, a tres y a cuatro 330
puede entretenerse en él.
SIRENA
   Entretener no es amar.
VENUS
Pues no ames y entretén.
SIRENA
Quiero bien, y querer bien
nunca dio tanto lugar; 335
   que a la mujer que es dichosa
en querer quien la ha querido,
no le ha de quedar sentido
para querer otra cosa.
VENUS
Muchos galanes, señora, 340
acreditan la hermosura.
SIRENA
La mujer que honor procura
sin buena fama, no es buena.
VENUS
   Nunca la verdad se infama;
la virtud ha de vencer. 345
SIRENA
¿Qué virtud puede tener
quien no tiene buena fama?
VENUS
   A la virtud que es segura,
no ofenden injustos nombres.
SIRENA
En habiendo muchos hombres, 350
es oficio la hermosura.
VENUS
   ¡Qué bachillera cansada!
SIRENA
Obrar bien no es hablar mal.
VENUS
Métete monja vestal.
SIRENA
¿Para qué si estoy casada? 355
VENUS
   No has de gozar lo que quieres.

 (Vase.) 

SIRENA
Será injusto tu rigor,
o enemigos del honor,
mujeres para mujeres:
   ¡Qué consejos de una diosa! 360
¡Cuántas se pierden ansí!
 

(Voces de pastores, con silbos y estallidos de hondas.)

 
 

(Dentro.)

 
¡Aquí, pastores, aquí!
SIRENA
De todo estoy temerosa.
 

(Dentro.)

 
   ¡Al lobo, al lobo, pastores!
 

(Salga BATO con pellejo de lobo atado al pescuezo, que le cubre las espaldas, y la cabeza metida por la suya.)

 
BATO
¡Qué desdicha! ¡Muerto vengo! 365
¿Adónde podré esconderme?
SIRENA
¡Ay, triste! Una fiera veo:
¿Por adónde podré huir?
BATO
Por Dios, Sirena, te ruego
que me defiendas.
SIRENA
Él habla:
370
¡cielos, qué animal tan fiero!
Sátiro o fauno, ¿qué quieres?
¿Tan presto te vengas, Venus?
BATO
Que no soy sastre ni macho.
SIRENA
¿Eres centauro?
BATO
¡Eso es bueno!
375
¿Yo cigarro?
SIRENA
Pues ¿quién eres?
¡Ay, Dios!
BATO
Un lobo moderno,
que aun no estoy examinado.
SIRENA
¿Lobo? ¡Socorredme, cielos!
Venus le envía a matarme. 380
BATO
¿Qué viernes o qué embeleco?
Mírame bien, que yo soy;
¿tengo, por dicha, otro gesto
del que tuve siendo Bato?
SIRENA
¡Ay, Bato! Perdona el miedo: 385
¿Podré tentarte la cara?
Él es, ¿qué dudo?
BATO
¿Tan presto
me desconoces, Sirena?
SIRENA
El temor, Bato, es tan ciego,
que cree lo que imagina; 390
pero dime, ¿quién te ha puesto
desta suerte?
BATO
Amor, Sirena.
SIRENA
¿Tú tienes amor?
BATO
¿No tengo
mis diez y nueve sentidos,
sin los demás movimientos? 395
¿No sabes que quiero a Silvia?
Díjome que por secreto
viniese en forma de lobo;
que hay vecino que del sueño
se quitan por acechar 400
si hay en la calle requiebro.
Yo, Sirena, que no estaba
ducho a ser lobo, el pellejo
que ves le quité a Diana,
porque me lo dijo Febo. 405
La Diosa, con el enojo,
cuando las cabañas entro,
solicitó los pastores
de valles, montes y cerros:
juntáronse contra mí; 410
yo, como era lobo nuevo
y no sabía el oficio,
en cuatro pies iba huyendo;
pero como no sabía,
apenas en pie me vieron, 415
huyeron, imaginando
que fuese algún dios mostrenco;
porque hay en Arcadia tantos
que ya nos damos con ellos,
pues solamente no es dios 420
el que no tiene dinero.
De pedradas, finalmente,
y mordeduras de perros,
que por poco me mataran,
tal he quedado, que creo 425
que soy lobo, y así voy
a llevarle su pellejo
y pedir que me perdone;
que Amor, autor de embelecos,
tuvo la culpa de todo. 430
SIRENA
Él viene, y viene a buen tiempo:
pídele, Bato, justicia
de Silvia.
BATO
Ya no me atrevo;
que como andan estos dioses
con tantos enojos, temo 435
que me convierta en gazapo,
o por ventura en vencejo;
y conozco un arcabuz
que está en tirallos tan diestro,
que ha despoblado los aires, 440
y no se halla uno dellos
por un ojo de la cara:
pues si en toro me convierto,
sin que lo sepa la muerte,
dará conmigo en el suelo. 445

 (Vase.) 

 

(Sale CUPIDO.)

 
CUPIDO
¡Oh, bellísima Sirena!
No sin causa tan amenos
hallé los prados de Arcadia,
que obedientes florecieron
a la estampa de tus pies. 450
Pienso que mi madre Venus
habló ya contigo.
SIRENA
Aquí
me dijo tu pensamiento;
yo le respondí que amaba
y que, amando, fuera yerro 455
culpable amar otro amor.
Dilo tú como maestro
de amar, y como quien es
el legislador y dueño
desta universal razón; 460
di que sin culpa me siento,
pues tú fuiste quien de Alcino
me enamoró; mas yo quiero
quererte si tú me das
la libertad para hacerlo. 465
Desenamórame, Amor.
CUPIDO
Si soy Amor, cómo puedo
ser desamor? Ese oficio
hace la ausencia, los celos
o la ingratitud.
SIRENA
Pues todo
470
te ofrece el mismo remedio;
cánsate de verme ingrata,
y pues celoso te veo
de Alcino, auséntate, Amor;
mas ¿cómo ignoras, con serlo, 475
que amor con amor se cura?
Quiere bien otro sujeto:
podrá desenamorarte.
CUPIDO
Toma tú el mismo consejo,
y enamórate de mí: 480
verás cómo olvidas luego
a Alcino.
SIRENA
No puede ser,
si no me quitas primero
el amor que tú me diste.
 

(Salen SILVIA y ALCINO.)

 
ALCINO
Mucho, Silvia, le agradezco 485
que quiera que hable a su padre;
que temo algún mal suceso
como el de Dafne, que hoy lloran
con turbias aguas Peneo
y el Príncipe de Tesalia, 490
que emprendió su casamiento.
SILVIA
Ella, que te adora, Alcino,
quiere poner tierra en medio
con casarse; que este Amor
anda en perseguirla necio, 495
cuanto ella en aborrecerle
discreta.
ALCINO
Detente. ¡Ay, cielo!
¿No es Cupido aquel? ¡Ay, Silvia,
qué buen aborrecimiento!
 

(Amor y SIRENA juntos.)

 
SILVIA
Sí, pero yo diferencio 500
el hablar por accidente
de haber sido por conciertos.
ALCINO
No, Silvia, en la selva solos;
si del mismo Amor no tengo
celos, ¿de quién quieres, Silvia, 505
que tenga en el mundo celos?
SIRENA
Amor, Alcino está allí;
que no le demos, te ruego,
celos; que te doy palabra
de amarte en llegando el tiempo 510
de llevar a la montaña
el ganado, pues con esto
y su ausencia habrá lugar.
CUPIDO
El capítulo primero
de amar, es obedecer; 515
yo me voy, y te obedezco.

 (Vase.) 

ALCINO
No sé cómo acierte a hablarla.
SIRENA
Nunca tuve más deseo
de verte, mi Alcino.
ALCINO
Aparta
los brazos, detén el pecho; 520
que si en él ha entrado amor,
¿cómo podrán estar dentro
dos amores? Muchos años
le goce; que yo no emprendo
competencia con los dioses: 525
ni soy Tifón ni Japeto.
SIRENA
¿Qué dices? ¿Estás en ti?
ALCINO
En ti no estoy, que es lo cierto;
ni en mí, que, si en mí estuviera,
nunca viera lo que veo, 530
con los ojos no hay engaño;
adiós, que al monte me vuelvo:
si bajare al prado, plega...
SIRENA
Bueno está sin juramento;
vete, pues gustas, Alcino, 535
de tratar con tal desprecio
a quien deja un dios por ti.
ALCINO
¿Tú le dejas?
SIRENA
Yo le dejo.
ALCINO
¿Cómo, si le tienes?
SIRENA
¿Yo?
SILVIA
Buenos andáis de conceptos; 540
ea, Alcino, habla a Sirena.
ALCINO
¿Que la hable yo primero?
SILVIA
Quédate ahí como él plega;
que se está el cielo riendo
de los amantes perjuros: 545
Sirena, no des con esto
venganza a Amor, da los brazos
a Alcino.
SIRENA
¿Quién, yo primero?
SILVIA
¡Que venganzas tiene Amor
tan tiernas!
SIRENA
Yo no me vengo.
550
ALCINO
Pues si yo también me enojo.
SIRENA
Pues confiese, como es cierto,
que yo no he tenido culpa.
ALCINO
Que soy tu esclavo confieso,
y que mis brazos te doy. 555
SIRENA
¡Ay, Alcino! ¡Ay, Dios! ¡Ay, muero!
 

(Estará de pies SIRENA en la trampa del teatro, y al abrazarse los dos, se hundirá SIRENA.)

 
ALCINO
¡Oh, Júpiter soberano!
Sirena, Sirena, ¿quién
te lleva?
 

(Dentro SIRENA.)

 
SIRENA
¡Alcino!
ALCINO
¡Mi bien!
Pero ¿qué te llamo en vano? 560
SILVIA
   ¡Qué desdicha! Por aquí
se entró.
ALCINO
Seguiréla yo.
 

(Salga una fuente de agua hacia arriba.)

 
SILVIA
En agua se convirtió.
ALCINO
Lo mismo será de mí,
   Sirena del alma mía; 565
agua son ya tus despojos,
pues hechos fuentes mis ojos,
te harán, de hoy más, compañía;
   heroica hazaña de amor
convertir en agua el fuego, 570
por ver si en ella me anego;
más fue industria que valor:
   vuélveme en agua, y tendremos
un mismo fin; vengarás
tu pecho; mas no, querrás 575
para que no nos juntemos.
   ¡Triste padre cuando oyere
el suceso, y triste yo:
selvas, Sirena murió;
selvas, Alcino se muere! 580

 (Vase.) 

SILVIA
   Airados están los dioses,
Arcadio, contra tus selvas.
 

(Sale BATO.)

 
BATO
Aquí está Silvia, alahé;
que, aunque nunca Amor se venga,
me lo ha de pagar ahora. 585
Pues Silvia, ¿es buena conciencia
que me pongas por quererte
en hábitos que me muerdan
cuantos perros tiene el monte,
que los hay de mil maneras, 590
invisibles y visibles?
SILVIA
¡Ay, Bato, que desas quejas
no es tiempo ahora! Cupido,
viendo inútiles sus flechas,
convirtió a Sirena en agua. 595
BATO
¿Tenemos otra lobera?
SILVIA
Pluguiera a Dios: por aquí,
Bato, asoma la cabeza;
verás qué fuente tan linda.
BATO
Mas qué, ¿me arrojas en ella? 600
SILVIA
¿Estas lágrimas son burla?
 

(Sale una llama de fuego.)

 
BATO
Voy a verla. ¡Que me queman,
que me abrasan!
SILVIA
¿No era fuente?
BATO
Chamuscóme las guedejas.
 

(Cae un lienzo de lo alto en forma de palacio, que dejándolos en el teatro a los dos, cubre todo el monte.)

 
SILVIA
¡Ay, Bato! ¿Quién por el aire, 605
sin que los cuerpos lo sientan,
nos ha traído a esta casa?
BATO
Silvia, tú eres hechicera;
que desde aquello del lobo,
no es posible que no seas 610
o la hija del Sil, Circe,
o la de Colchos, Medea.
SILVIA
¿Yo? ¿Cómo si estoy sin mí?
Ni ¿qué encantadora hubiera
que formara este palacio? 615
BATO
Las columnas que sustentan
la machina son de jaspe
y de mil preciosas piedras.
SILVIA
Locos debemos de estar,
porque por aquella puerta, 620
si no es engaño o es sueño,
salen Cupido y Sirena.
BATO
¡Sirena está viva! Júpiter
con bien me vuelva a mi tierra,
que desde lo del pellejo 625
ande, como ánima en pena.
 

(Salen CUPIDO y SIRENA, y criados que les ponen sillas.)

 
CUPIDO
   Sirena, yo soy Amor;
no temas, yo vivo aquí,
todo lo que ves, fingí
de celos de tu pastor. 630
SIRENA
Justo ha sido mi temor,
dulce Cupido, hasta verte;
que fuera venganza fuerte
e indigna de tu poder,
por querer y no querer 635
darme tan injusta muerte.
CUPIDO
Siéntate.
SIRENA
Dime quién son
los que te sirven aquí.
CUPIDO
Los celos, que van tras mí,
linces en toda traición, 640
la fineza, la ocasión,
la esperanza y la mudanza.
SIRENA
Buen criado la esperanza.
CUPIDO
Y entre éstos, con plaza igual,
los que siempre sirven mal. 645
SIRENA
¿Quién?
CUPIDO
La ausencia y la venganza;
mas por que segura estés,
llega, Silvia; llega, Bato.
SIRENA
Serán los dos en retrato.
CUPIDO
Serán los mismos que ves. 650
BATO
Danos, señora, los pies.
SILVIA
Y en albricias de tu vida,
que yo los brazos te pida.
BATO
Estoy de contento loco.
CUPIDO
¡Hola! ¡Mientras duermo un poco, 655
aperciban la comida.
BATO
   Esta sí que es buena casa;
que sin comer no hay placer,
porque hay dios que sin comer
toda la vida se pasa. 660
SILVIA
Nunca del Amor fue escasa
la mano; aquí comerás
ambrosía.
BATO
Por jamás
supe yo que era ambrosía:
di que me den ollería, 665
que de eso conozco más.
SIRENA
    Quedóse dormido Amor.
SILVIA
Debe de andar desvelado:
cuando tiene el bien hallado,
duerme un amante mejor. 670
BATO
Por allí suena rumor.
 

(Baja DIANA por el aire.)

 
DIANA
De esta suerte, mi venganza
a Venus y a Amor alcanza.
SIRENA
¡Ay, Dios! ¿Quién me lleva?
DIANA
Yo.
 

(Asiendo DIANA a SIRENA, vuelan juntas.)

 
BATO
Silvia, todo se mudó. 675
SILVIA
Todo es venganza y mudanza.
 

(El palacio se sube arriba, y queda descubierto el monte.)

 
CUPIDO
   ¿Qué es eso, Sirena mía?
BATO
¿Cuál Sirena? Aquí bajó
quien volando la llevó
por adonde nace el día. 680
SILVIA
En la cabeza traía
una luna plateada.
CUPIDO
¿Qué es esto, Diana airada?
¿En fe de tu castidad
te atreves a mi deidad? 685
¿Ya no estabas bien vengada?
   ¡Vive el cielo, que has de arder
de amores de Endimión,
si tanta contemplación
poderosa puede ser! 690
Estos deben de tener
la culpa por no avisarme.
¡Matarlos quiero y matarme!
BATO
¡Huye, Silvia, que está loco!
SILVIA
¡Muerta soy!
 

(Huyen los dos.)

 
CUPIDO
¡No lo estoy poco
695
de amor y de no vengarme!
   Bien se conoce que ha sido
venganza de cielo y tierra
este rigor, esta guerra,
este desdén, este olvido: 700
¿Yo rendido, yo vencido,
yo celoso y despreciado?
¿Quién hubiera imaginado?
O ¿cómo pudiera ser
que el mundo llegara a ver 705
el Amor enamorado?
   Conjurados contra mí
los dioses, dieron lugar
que se pudiese vengar
Diana y Febo de mí: 710
poder y nombre perdí;
veneno tan abrasado;
mas fuerte fue quien me ha dado
que Amor de mi propio amor,
soy, para pena mayor, 715
el Amor enamorado.
   Montes, la locura mía
crece en venganza de Febo
y aunque en el amor no es nuevo,
no era yo quien le tenía: 720
yo le daba y repartía,
quedándome descuidado,
y hoy tengo, sin ser amado,
el amor que a todos di,
para que se viese en mí 725
el Amor enamorado.
   Si de la muerte el rigor
mata, la muerte no muere,
lo mismo de amor se infiere
¿cómo muere Amor de amor? 730
Mas ¿de qué sirve el furor,
si no voy desesperado
a vengarme del cuidado
que mi propio amor me da?
guardaos, mortales, que va 735
el Amor enamorado.

 (Vase.) 

 

(Salen FEBO y DIANA.)

 
FEBO
   Estoy agradecido,
bellísima Diana,
del castigo que has dado justamente
al bárbaro Cupido, 740
no sólo yo, mas cuanto de la humana
historia el mundo reconoce y siente.
DIANA
Febo, la novedad del accidente
de amor le vuelve loco.
FEBO
Para lo que merece, todo es poco. 745
DIANA
   Lo que importa es casar los dos amantes,
que puede ser que intente un desvarío
en los que menos pueden.
 

(Salen LISENO, viejo, padre de SIRENA, y ALCINO.)

 
LISENO
Mis lágrimas, Alcino, son bastantes
a vencer la corriente deste río 750
cuando las suyas por su Dafne exceden
las ondas desa mar.
ALCINO
Si de Sirena,
Liseno, hubieras visto la desdicha,
más fuera tu dolor, mayor tu pena.
LISENO
   ¿Soy fiera yo, por dicha, 755
de los montes rifeos?
¿Serán más eficaces tus deseos
que la naturaleza?
Yo lamento, mi ser, tú su belleza:
¿qué amor, que sentimiento 760
puede igualar a un padre?
ALCINO
El de su esposo,
pues concertado ya mi casamiento,
la pierdo con un fin tan lastimoso.
LISENO
   Piadoso el cielo fuera,
si el cuerpo de Sirena me dejara, 765
que a un mármol consagrara,
donde sus honras fúnebres hiciera
con llanto del Arcadia; mas el cielo
aun no me quiso dar este consuelo.
DIANA
   El viejo padre me enternece, Febo. 770
FEBO
Diana, pues con él viene su esposo,
antes que algún engaño intente nuevo
el ofendido Amor, será forzoso
que llegue el desengaño.
DIANA
Lo que es razón intentas. 775
FEBO
Liseno.
LISENO
Febo ilustre.
FEBO
¿Qué lamentas?
LISENO
   A Sirena, mi hija, que me ha muerto
con un traidor engaño,
por tu venganza, Amor.
FEBO
Sirena vive.
ALCINO
¿Cómo, si yo la vi morir?
FEBO
Sí es cierto
780
los brazos le apercibe,
y tú de esposo la dichosa mano,
que fue de Amor el pensamiento vano.
 

(Abriéndose el templo de DIANA, se ve a SIRENA en él.)

 
LISENO
   Pastores destas riberas
que visteis mi tierno llanto, 785
venid a ver mi alegría:
¡Sirena vive!
SILVIA
Lisardo,
Jacinta, ¡corred, llegad!
 

(Los pastores y pastoras salen con instrumentos, y SILVIA y BATO.)

 
BATO
¿De quién ha sido el milagro?
LISENO
De Febo y Diana.
BATO
Quisiera
790
echarme a los pies de entrambos,
ya que ayer se me perdió
una borrica en el prado:
por ventura sabrán della,
y yo les daré su hallazgo. 795
 

(Cantan los MÚSICOS.)

 
MÚSICOS
   Vivan Febo y Diana,
gocen sus rayos,
y Sirena y Alcino
se den las manos.
 

(En este baile y relinchos entren VENUS y CUPIDO, y los aparten.)

 
CUPIDO
   Eso no, mientras yo tengo 800
imperio de los humanos
corazones: Amor soy,
que vengo a vengar mi agravio.
VENUS
Y yo soy Venus, Diana;
que si los dos sois hermanos, 805
Cupido es mi hijo.
DIANA
Venus,
los dos quedarán casados
porque es justo; vete a Chipre,
que son intentos bastardos
de la autoridad de dioses. 810
VENUS
¿Tú conmigo?
FEBO
¡Venus, paso!
¡Mi hermana es Luna en el cielo!
VENUS
¿Qué importa, si es el más bajo?
FEBO
En el centro Proserpina,
Diana en selvas y campos. 815
BATO
Temo que se han de matar,
que ya aperciben los arcos.
SILVIA
¡Ay, Bato! ¡El cielo se rompe!
¡Todo es trueno, todo es rayos!
 

(En este ruido baje en un águila JÚPITER.)

 
JÚPITER
Dioses, ¿queréis, por ventura, 820
con tan recios desagravios,
desconcertar la armonía
de los cielos soberanos?
Tú, Venus, ¿desde el tercero
quieres oponerte al cuarto 825
Príncipe y Rey de la luz
del estrellado teatro?
VENUS
Yo, señor, desde aquí digo
que mi hijo y yo dejamos
a tu arbitrio la sentencia. 830
JÚPITER
Si Febo por tus engaños,
Amor, a Dafne perdió,
la razón, a quien han dado
nombre de alma de la ley,
dice que es derecho llano 835
que Amor no goce a Sirena.
ALCINO
Como de Júpiter santo
es la sentencia.
CUPIDO
No importa;
de él y de todos aguardo
vengarme presto.
ALCINO
Yo sea,
840
Sirena mía, entretanto
tu esposo, y vénguese Amor.
BATO
Señor Jopiter sagrado,
antes que se vuelva al cielo
en ese buitre volando, 845
mande a Silvia que me quiera.
JÚPITER
¡Silvia!
SILVIA
¡Señor!
JÚPITER
¡Quiere a Bato!
SILVIA
Yo te obedezco.
FEBO
Y aquí,
divino planeta cuarto,
Luna, madre de otro sol, 850
que gocéis por muchos años,
dé fin en vuestro servicio
El Amor enamorado.



Anterior Indice