Escena
I
|
|
GISBERGA en el
aposento. JUAN bajando por
la montaña.
|
GISBERGA |
Ya va avanzando la noche, |
|
y fría y lóbrega
cierra, |
|
¡y aun no vuelven!...; pero
siento |
|
pasos. ¿Quién
es? |
(Asomando á la
ventana.)
|
|
|
|
GISBERGA |
Ya llegan.
|
|
(Abre GISBERGA, y
entra JUAN con caza y
perros.)
|
¿Y tu amo? |
|
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|
JUAN |
Habrá alzado alguna
pieza.
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|
|
|
JUAN |
Tras mí viene.
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|
Le dejó junto á la
peña |
|
del puente, donde los perros |
|
se nos plantaron de muestra. |
10 |
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GISBERGA |
¿Tan de noche y sigue
rastro? |
|
|
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JUAN |
¡Qué queréis!
Si no le deja |
|
la afición. Díjome al
irse |
|
que á espacio á casa
volviera, |
|
que de cerca me seguía; |
15 |
mas al pie de aquella cuesta |
|
le he esperado largo rato, |
|
y ya creí que me
hubiera |
|
adelantado, tomando |
|
por el atajo. |
|
|
GISBERGA |
Pues, ea,
|
20 |
que te ayude el africano |
|
á descargar, y Teresa |
|
que apronte una buena lumbre. |
|
|
|
JUAN |
Sí, ¡por Dios! que
ahora comienza |
|
una lluvia tan menuda, |
25 |
que cala. |
|
|
|
JUAN |
Allá voy. ¡Bien lo
hemos hecho! |
|
Molidas traigo las piernas. |
|
|
|
Escena
II
|
|
GISBERGA.
DON GARCÍA baja por
las montañas, acercándose á la casa y dando
instrucciones á los que lo acompañan para lo que pasa
en las escenas posteriores. DON
GARCÍA se adelanta solo.
|
GISBERGA |
¿Tan tarde y solo en el
monte, |
|
y ahora que anda tan revuelta |
30 |
Navarra, y el Rey ausente |
|
haciendo á los moros
guerra? |
|
Mas... sí..., estoy
sintiendo pasos; |
|
él es..., sin duda |
(Mira por la
ventana.)
|
se acerca:
|
|
¿eres tú? |
|
|
|
GISBERGA |
Aguarda,
|
35 |
que voy á abrirte la
puerta. |
|
(Lo hace.)
|
Entra, amor mío... Mas
¡cielos, |
|
no es él! |
|
|
DON GARCÍA |
No, no es el que esperas
|
|
tan afanosa y amante, |
|
pero es otro cuyas huellas |
40 |
sólo traen rastro
seguro |
|
cuando hacia ti se enderezan. |
|
|
|
GISBERGA |
Señor caballero, basta, |
|
basta de vanas protestas |
|
de un amor que simpatía |
45 |
en mi corazón no
encuentra. |
|
Dos veces me habéis
buscado, |
|
y dos veces por sorpresa |
|
habéis llegado hasta
mí |
|
aprovechando la ausencia |
50 |
de las gentes de mi casa. |
|
|
|
DON GARCÍA |
Aparta, serrana bella, |
|
el ceño adusto, que
entolda |
|
tus miradas hechiceras. |
|
¿Qué haces entre los
peñascos |
55 |
de estas montañas
desiertas, |
|
donde el sol de tu hermosura |
|
tan breve horizonte encuentra? |
|
Ven, abandona conmigo |
|
estas paredes de tierra, |
60 |
para habitar un palacio |
|
y ver á tus plantas
puesta |
|
toda una corte ostentosa, |
|
toda la Navarra entera. |
|
|
|
GISBERGA |
Si no me enojaran tanto |
65 |
vuestras lisonjas molestas, |
|
á fe que reir me
harían |
|
tan colosales promesas, |
|
porque tan grandes no fuesen |
|
si fuesen más
verdaderas. |
70 |
Toda Navarra: ¡ahí va
poco! |
|
¿Y á quién?
¡A una lugareña! |
|
|
|
DON GARCÍA |
¡Ay, serrana, que es tan
falso |
|
tu pecho como tu lengua, |
|
y para enviar en palabras |
75 |
tus pensamientos á
ella, |
|
lo que crees y lo que dices |
|
tu astuto corazón
trueca! |
|
¿Serrana tú?
¿Tú villana? |
|
Aunque ese sayal que llevas |
80 |
y esa toca te disfraza, |
|
en vano engañarme
intentas; |
|
que no hay serrana que arome |
|
con tal cuidado las trenzas |
|
que en agujas de oro prendes, |
85 |
y acaso con nácar
peinas. |
|
Villana que en los arroyos |
|
se lava y al sol expuesta |
|
y al aire libre ha pasado |
|
diez y nueve primaveras, |
90 |
no tiene tan transparentes |
|
las manos á torno
hechas. |
|
|
|
GISBERGA |
Tened las torpes palabras |
|
que me indignan y
avergüenzan, |
|
ó alguno tal vez que
puede, |
95 |
á la garganta os las
vuelva. |
|
|
|
DON GARCÍA |
¿Quién, el
jayán que allá dentro |
|
enciende la chimenea? |
|
¿Con qué? ¿Tal
vez con el látigo |
|
con que á los galgos
encierra? |
100 |
|
|
|
DON GARCÍA |
¿Ó es el otro
|
|
que de misterios se cerca, |
|
y aquí entre misterios
pasa |
|
su misteriosa existencia, |
|
dando al necio vulgo
pábulo |
105 |
para harto absurdas consejas? |
|
|
|
|
DON GARCÍA |
Lo cierto digo.
|
|
Toda la comarca entera |
|
ya de vosotros murmura |
|
y de vosotros se aleja. |
110 |
La misma corte, Pamplona, |
|
ya en vosotros tiene puesta |
|
su atención, y
aseguraros |
|
á mí me encarga la
Reina. |
|
|
|
|
DON GARCÍA |
Ahora bien, hermosa,
|
115 |
mi valor y mi nobleza |
|
me han colocado en Navarra |
|
de la Real familia cerca. |
|
Yo te amo, y yo solo puedo, |
|
si no esquivas tal oferta, |
120 |
librarte de los peligros |
|
que sobre ti se aglomeran. |
|
|
|
GISBERGA |
Idos, señor caballero, |
|
y no os fatiguéis la
lengua |
|
en promesas ni amenazas |
125 |
que quien las oye desprecia. |
|
Decís que los que
habitamos |
|
esta marañada selva |
|
damos al vulgo que hablar |
|
y que temer á la Reina; |
130 |
pues bien, la Reina y el vulgo |
|
cuando les plazca que vengan, |
|
y verán desvanecidas |
|
tan injuriosas sospechas. |
|
|
|
DON GARCÍA |
Mucho de tu causa fías; |
135 |
mas ¿sabes que malas
lenguas |
|
por espías os delatan |
|
de los moros? |
|
|
|
DON GARCÍA |
Tal lo murmuran;
|
|
y las nocturnas escenas |
140 |
que dicen que en este valle |
|
pasan (que serán
quimeras), |
|
mas que ante el vulgo
ignorante, |
|
que todo mal lo interpreta... |
|
|
|
|
DON GARCÍA |
De magos os acusan,
|
145 |
de quirománticas
ciencias |
|
profesores ó
secuaces... |
|
¡Qué sé
yo! |
|
|
GISBERGA |
Dios nos proteja.
|
|
¡Espías y
nigromantes! |
|
|
|
DON GARCÍA |
Que son crímenes que
llevan |
150 |
á los unos á la
horca, |
|
á los otros á la
hoguera. |
|
|
|
GISBERGA |
¡Por Dios, señor
caballero, |
|
que patrañas tan
groseras |
|
los nobles y cortesanos |
155 |
es imposible que crean! |
|
|
|
DON GARCÍA |
Que aquí un espíritu
habite |
|
que impalpable se aparezca |
|
bajo mil formas distintas, |
|
ya en el llano, ya en la vega; |
160 |
que aquí, con otros
espíritus, |
|
nocturnas rondas emprendan, |
|
y otras semejantes
fábulas |
|
que cuenta la chusma
crédula, |
|
no puede creerlo nadie |
165 |
que cinco sentidos tenga; |
|
mas ¿quién en
vuestros encantos |
|
no creerá si á ver
llega |
|
los poderosos hechizos |
|
que atesora tu belleza? |
170 |
¿Qué mas filtro que
tus ojos, |
|
que filtran y que penetran |
|
los corazones más
duros, |
|
que entre sus rayos se queman? |
|
|
|
GISBERGA |
Idos, caballero, idos; |
175 |
vuestro amor, vuestras
ofertas, |
|
ni puedo admitirlas yo, |
|
ni á poder, las
admitiera. |
|
Idos, por Dios, caballero, |
|
que estoy temiendo que vuelva |
180 |
quien puede de estas palabras |
|
pedirnos á entrambos
cuentas. |
|
Salid de aquí. |
|
|
DON GARCÍA |
En vano trazas
|
|
una inútil resistencia; |
|
un solo criado en casa |
185 |
tienes, y la casa cercan |
|
quienes de ese otro que dices |
|
sabrán defender las
puertas. |
|
Mira. |
|
|
|
(La hace mirar por la ventana y ver los monteros que rodean
la casa.)
|
|
DON GARCÍA |
Y si viene
|
|
le prenderán...; conque
piensa |
190 |
que tengo mucho poder, |
|
que traigo gente resuelta, |
|
que te amo, y que has de ser
mía |
|
por voluntad ó por
fuerza. |
|
|
|
GISBERGA |
¡Cielos! ¿Quién
es este monstruo |
195 |
que así ultraja la
inocencia, |
|
y los respetos más
santos |
|
tan sin pudor atropella? |
|
¿No hay quien contra ti me
ampare? |
|
|
|
DON GARCÍA |
No; no hay nadie; en vano
esperas |
200 |
que en el que fías te
escuche |
|
ni á darte socorro
venga, |
|
no; que aunque ese hombre no
diese |
|
cual da á la corte
sospechas |
|
con su misteriosa vida, |
205 |
por quererte la perdiera. |
|
|
|
GISBERGA |
Primero habrás de
matarme |
|
que yo en seguirte consienta. |
|
|
|
DON GARCÍA |
Pues bien, si no vas amante, |
|
te arrastraré
prisionera |
210 |
|
|
|
(Va á volverse para salir, y por una de las puertas
del fondo aparece DON
RAMIRO.)
|
Escena
IV
|
|
DON GARCÍA
y DON RAMIRO.
|
|
|
DON RAMIRO |
¿No lo visteis? Por la
puerta. |
|
¿Ó juzgáis que
sea brujo |
235 |
que entro por las chimeneas? |
|
Ya sé que el vulgo lo
dice, |
|
pero ¿yo?... ¡Vaya una
idea! |
|
(Riéndose.)
|
|
|
DON GARCÍA |
Acabemos de una vez, |
|
¡voto á Dios!...,
quienquier que seas... |
240 |
|
|
DON RAMIRO |
¡Ésta es mejor!
¿Estáis loco? |
|
Pues me gusta la manera |
|
de pagarme el hospedaje! |
|
¡Bah! Dejad la espada
quieta |
|
y cenemos en sosiego, |
245 |
que es lo que nos interesa. |
|
|
|
DON GARCÍA |
(No sé qué es lo que
me pasa: |
|
jamás vi tanta
impudencia.) |
|
|
|
DON RAMIRO |
Conque ¿qué hay nuevo
en la corte? |
|
¿Qué es lo que se
sabe en ella |
250 |
de don Sancho vuestro padre? |
|
¿Avanza mucho en la
guerra |
|
con los moros? |
|
|
DON GARCÍA |
Los navarros
|
|
siempre en las campañas
llevan |
|
lo mejor, y hombre es mi padre |
255 |
ante quien calla la tierra. |
|
|
|
DON RAMIRO |
¡Bien dicho, viven los
cielos! |
|
(Sacan en un canastillo platos, manteles;
etc.)
|
Pero aquí está ya la
cena, |
|
y pues que viene a
propósito, |
|
vaciemos una botella |
260 |
con un brindis á don
Sancho |
|
y á su pronta y feliz
vuelta. |
|
(Llena las copas y le ofrece
una.)
|
Tomad. |
|
|
|
DON RAMIRO |
¡Cómo!
|
|
Mirad que así las
sospechas |
|
corroboráis de quien
dice |
265 |
que esperáis con
impaciencia |
|
la muerte de vuestro padre |
|
para heredarle la hacienda. |
|
|
|
|
DON RAMIRO |
Bebed entonces,
|
|
y brindemos porque vuelva. |
270 |
|
|
|
DON RAMIRO |
¡Ésta es otra!
|
|
Pues ¿qué
hacéis en esas fiestas |
|
y en esas orgias en que |
|
pasáis las noches
enteras? |
|
¡Bah, bah! Tomad esa
copa |
275 |
y sin recelo bebedla, |
|
que no es mano de traidor, |
|
señor, quien os la
presenta. |
|
|
|
DON GARCÍA |
Hablemos de una vez claro, |
|
que siento que mi paciencia |
280 |
se va menguando, y
escúchame. |
|
|
|
|
DON GARCÍA |
Quienquiera que seas,
|
|
ya hombre vulgar como todos, |
|
ya ministro de esa ciencia |
|
diabólica y misteriosa |
285 |
que lo escondido penetra; |
|
siquiera fueres el mismo |
|
espíritu de tinieblas, |
|
hombre soy en cuyo pecho |
|
ningún vil temor se
alberga, |
290 |
que he nacido en regia cuna |
|
y sangre de rey me alienta. |
|
Cómo he venido á esta
casa, |
|
y á qué, no creo que
deba |
|
á tus ojos esconderse, |
295 |
y esas ambiguas maneras |
|
que usas conmigo, intenciones |
|
recónditas manifiestan. |
|
Pues bien; de una vez
declárate, |
|
que á mí nada me
amedrenta |
300 |
cuando en la ocasión me
encuentro. |
|
|
|
DON RAMIRO |
¡Bah! Todo eso es
bagatela; |
|
aquí estáis en
vuestra casa, |
|
aunque os roa la conciencia |
|
al acordaros del modo |
305 |
con que habéis entrado en
ella. |
|
Pero eso no es dé
cuidado. |
|
Si os pareció hermosa
Elena, |
|
si á galantearla
vinisteis, |
|
si os rechazó esquiva
ella, |
310 |
todo eso es muy natural |
|
y no sale de las reglas: |
|
vos ignorabais que es de otro, |
|
y ella ignoraba quién
erais. |
|
Y en cuanto á esos
temores, |
315 |
que parece que os inquietan, |
|
sobre quién soy ó
quién no, |
|
sólo son vanas
quimeras. |
|
Confieso que hago una vida |
|
montaraz en estas
peñas, |
320 |
y que á veces tengo
antojos |
|
tan raros y tan diversas |
|
costumbres de las que suelen |
|
los hijos de Adán y
Eva, |
|
que tiene razón el
vulgo |
325 |
cuando me hace en mil consejas |
|
el héroe misterioso |
|
y el poder que las maneja. |
|
Mas veo que estáis
inquieto |
|
y que volvéis con
frecuencia |
330 |
los ojos á esa ventana. |
|
¡Ah! Ya caigo: bajo de
ella |
|
habéis la gente
apostado |
|
para que os guarde la puerta. |
|
Bien hecho; pero si os place |
335 |
mandaré que en mis
paneras |
|
los alojen, que hace
frío |
|
y ningún peligro altera |
|
la comarca Juan... |
|
|
|
DON RAMIRO |
A ésos que allá bajo
esperan |
340 |
hospedaje da y
regálalos |
|
con todo cuanto apetezcan. |
|
|
|
DON GARCÍA |
(¡Cielo santo!
¿Qué hombre es éste? |
|
Mas disimular es fuerza, |
|
pues tanto en sí no
podría |
345 |
fiar si solo estuviera.) |
|
Gracias, huésped; mas son
muchos |
|
y os van á causar
molestia... |
|
|
|
|
DON GARCÍA |
A más, ya es tarde,
|
|
y en esa vecina aldea |
350 |
nos esperan los caballos |
|
y monteros. |
|
|
DON RAMIRO |
¡Qué simpleza!
|
|
¿Ir á atravesar el
valle |
|
con una noche como
ésta? |
|
No, no; aquí la
pasaréis, |
355 |
y mañana, cuando vuelva |
|
el claro sol, todos juntos |
|
á la corte iremos. Ea, |
|
remitid, pues, los cumplidos |
|
y sentaos. Nada alegra |
360 |
ni entona mejor á un
hombre, |
|
que un par de viandas recias |
|
y un par de sabrosos tragos |
|
de pura sangre de cepa. |
|
|
|
DON GARCÍA |
Sea: ¿por qué como
huésped |
365 |
despreciar tales ofertas |
|
con mala cara? Escanciad, |
|
y brindo á vuestra
franqueza, |
|
y á los ojos de esa
hermosa, |
|
sea de vos lo que sea... |
370 |
|
|
DON RAMIRO |
Sí, sí, bebamos en
tanto |
|
que se pasa la tormenta, |
|
y con la copa en la mano |
|
la mañana nos
sorprenda. |
|
Bebed, y el ceño severo |
375 |
desembozad. |
|
|
DON GARCÍA |
Sí, ¡por Dios!
|
|
que veo, huésped, en
vos |
|
un bizarro compañero. |
|
|
|
DON RAMIRO |
Dispuesto á cuanto
gustéis, |
|
sea de paz ó de guerra. |
380 |
|
|
DON GARCÍA |
Fama por toda esta tierra |
|
de gran corazón
tenéis. |
|
Dicen que en estas
montañas |
|
no hay quien os resista un
bote, |
|
ni fiera á quien no
acogote |
385 |
vuestro puño. |
|
|
DON RAMIRO |
¡Bah! Patrañas:
|
|
no niego que soy osado; |
|
y cual veis recio y fornido, |
|
jamás me he visto
vencido |
|
cuando á reñir me han
sacado. |
390 |
Pero no habléis de ello
vos. |
|
Con justador tan famoso, |
|
el jayán más
vigoroso, |
|
¿qué tiene que
ver? |
|
|
DON GARCÍA |
¡Por Dios,
|
|
que á ser como bravo
noble, |
395 |
y príncipe cual
vasallo, |
|
jinete en un buen caballo |
|
y con buen lanzón de
roble, |
|
en cierta fiesta que espero |
|
dar muy pronto, me
holgaría |
400 |
teneros de parte mía |
|
como al mejor caballero! |
|
|
|
DON RAMIRO |
Lo siento de corazón, |
|
mas no es posible. |
|
|
|
DON RAMIRO |
Me he metido en otra empresa |
405 |
de más
especulación. |
|
|
|
DON GARCÍA |
¿De más?
Ignoráis la mía. |
|
|
|
|
|
DON RAMIRO |
Es un error
|
|
que padecéis, don
García. |
410 |
|
|
DON GARCÍA |
Yo no creo á ningún
hombre |
|
con sobrehumano poder, |
|
y mal podéis vos saber |
|
lo aquí aún... |
|
|
DON RAMIRO |
No os asombre;
|
|
bien sé que con tanta
maña |
415 |
conducís vuestros
secretos, |
|
que aun los que están
más sujetos |
|
en la red de su maraña |
|
su parte saben no más |
|
y aunque á soltarse
llegara |
420 |
cualquier nudo, no soltara |
|
el nudo de los demás. |
|
Y está bien; pues de ese
modo |
|
contáis seguro vivir. |
|
Mas ¿no hais oído
decir |
425 |
que el diablo lo sabe todo? |
|
|
|
|
DON RAMIRO |
¡Bah! No os
enojéis
|
|
si en vuestro secreto os
hablo; |
|
es porque al cabo, del diablo |
|
ocultarlo no podéis. |
430 |
Parece que esto que os digo, |
|
algo en vuestro ánimo
influye; |
|
mas el vulgo me atribuye |
|
cierto prestigio... ¡Ay,
amigo! |
|
¡El diablo es gran
personaje! |
435 |
Y en todas artes maestro, |
|
no hay humano que en lo
diestro |
|
ni en lo sabio le aventaje. |
|
Mas ya es hora de dormir; |
|
en lo dicho meditad, |
440 |
y consecuencia sacad |
|
de aquí para el
porvenir. |
|
En esta alcoba tenéis |
|
blanda cama; si
queréis, |
|
dadme hora en que se os
despierte |
445 |
para partir á Pamplona. |
|
|
|
DON GARCÍA |
Enviadme á Lucas de
Arjona, |
|
y yo haré con él de
suerte |
|
que sin que se os incomodo |
|
yo esté servido, y mi
gente |
450 |
esté á hora
competente |
|
pronta á lo que me
acomode. |
|
|
|
DON RAMIRO |
Voy á enviárosle,
señor. |
|
Dios os guarde. |
|
|
|
DON RAMIRO |
(No te perderé de
vista.) |
455 |
|
|
DON GARCÍA |
(No te escaparás,
traidor.) |
|
|
|
Escena
VI
|
|
DON GARCÍA
y LUCAS DE
ARJONA.
|
|
|
|
|
DON GARCÍA |
Ese huésped
|
|
con tanta doblez se porta, |
|
que aun me mantiene indeciso |
|
entre el temor y la
cólera. |
500 |
¿Y mis monteros? |
|
|
ARJONA |
Lo mismo
|
|
que vos. Han pasado cosas |
|
allá abajo, que del
vulgo |
|
las hablillas corroboran. |
|
|
|
|
ARJONA |
Que el diablo
|
505 |
parece que cartas toma |
|
en el juego de esta noche. |
|
|
|
|
|
DON GARCÍA |
Habla; sepámosla pronto |
|
y evitemos... |
|
|
ARJONA |
Ante todas
|
510 |
cosas, señor, es
preciso |
|
que sepáis que, con faz
torva, |
|
cuando hacia aquí me
condujo |
|
el huésped, me dijo:
«Arjona, |
|
si en algo estimas tu vida, |
515 |
dile á tu amo que en
todas |
|
las paredes de esta casa, |
|
ojos, oídos y bocas |
|
hay, que ven, oyen y cuentan |
|
lo que entre ellas
pasa». |
|
|
DON GARCÍA |
¡Hola!
|
520 |
Pues en cuenta lo tendremos. |
|
Lucas, por si acaso, ronda |
|
por esos cuartos vecinos; |
|
en todas las puertas dobla |
|
los pasadores; en esa |
525 |
antesala las dos hojas |
|
cierra de la puerta, mientras |
|
yo voy á ver si en esta
otra |
|
hay salida ó escondite, |
|
y luego se hará en la
alcoba |
530 |
igual registro, veamos. |
|
|
|
|
(DON GARCÍA
y ARJONA entran y salen;
DON GARCÍA por la
derecha y ARJONA por el
fondo.)
|
ARJONA |
Aquí hay una puerta
sola, |
|
sin más ventana ni
armario |
|
ni trasto que se interponga; |
|
la pared lisa y no más. |
535 |
|
|
DON GARCÍA |
Lo mismo pasa en esta otra |
|
cámara; ni en esta
alcoba |
|
(La del fondo
derecha.)
|
tampoco hay nada: habla, pues; |
|
ya estamos, Lucas, á
solas. |
|
Y cercado este aposento |
540 |
de cámaras espaciosas |
|
y solitarias, no hay miedo; |
|
conque siéntate, y di,
Arjona. |
|
|
|
ARJONA |
Pues atendedme, señor: |
|
tenía yo con mi tropa |
545 |
toda esta casa maldita |
|
circundada á la
redonda, |
|
cuando salió de ella un
hombre |
|
y enderezó á mi
persona; |
|
díjome que vos pasabais |
550 |
la noche aquí: en una
copa |
|
como un pilón de una
fuente, |
|
nos hizo echar una ronda. |
|
Después nos condujo
él mismo |
|
á una casucha á
ésta próxima, |
555 |
diciendo que allí
tendríamos |
|
que cenar con vuestras sobras, |
|
pues tal era vuestra orden. |
|
|
|
DON GARCÍA |
¡Cuerpo de tal! De mi
propia |
|
boca debiste venir |
560 |
á tomarla. |
|
|
ARJONA |
Esa fué cosa
|
|
que me ocurrió, mas no
pude |
|
ponerla, señor, por
obra. |
|
Me sentaron á la mesa, |
|
trajeron con qué hacer
boca, |
565 |
y el que hacía de
Anfitrión |
|
no me dejó á sol ni
á sombra. |
|
Yo ya intenté á la
deshecha |
|
colarme por una y otra |
|
cámara, mas él
siguióme |
570 |
como sirviéndome. Sorda |
|
desde entonces la sospecha |
|
me royó el alma. Así
toda |
|
la casa anduvimos ambos, |
|
y á nadie topé. Una
olla |
575 |
de agua al fuego vi no
más |
|
en la cocina, y seis lonjas |
|
de jabalí en las
parrillas: |
|
¡para cuarenta, gran
cosa! |
|
Mas ¡juzgad de mi
sorpresa |
580 |
cuando vi que una tras otra |
|
sirvieron ricas viandas |
|
y buen vino en tazas hondas! |
|
|
|
DON GARCÍA |
Es que tendrán las
cocinas |
|
en otra parte. |
|
|
ARJONA |
Es que ahora
|
585 |
viene lo mejor: la mesa |
|
nos la serviría una
moza |
|
como un sol. |
|
|
|
ARJONA |
Mas como las licenciosas |
|
lenguas de vuestros monteros |
590 |
al momento se desbocan, |
|
empezaron á hacerse
agua |
|
con la niña. |
|
|
DON GARCÍA |
Y vergonzosa,
|
|
¿se os
escabulló? |
|
|
ARJONA |
Y aquí entra,
|
|
lo más negro de la
historia: |
595 |
en su lugar á servirnos |
|
entró, bajo horrible
forma... |
|
|
|
|
ARJONA |
Peor:
|
|
el mismo diablo en persona; |
|
un etíope, con la cara |
600 |
más obscura que la
sombra. |
|
Quedámonos como
piedras, |
|
pues nos trajo á la
memoria |
|
las consejas que se cuentan |
|
de esta casa; mas Luis Torras, |
605 |
que tiene un vino insolente |
|
y un alma como hay muy pocas, |
|
le preguntó por la
chica. |
|
El etíope, á la
boca |
|
se llevó la luz, y
abriéndola, |
610 |
nos mostró las fauces
rojas, |
|
mas sin lengua. En esto el
huésped |
|
entró, y héme
aquí. |
|
|
DON GARCÍA |
Me asombra
|
|
tu relato, tanto más, |
|
cuanto que aquí he visto
cosas |
615 |
que me dan que sospechar |
|
alguna traición,
Arjona. |
|
|
|
|
DON GARCÍA |
Al instante, es preciso
|
|
que de esta casa salgamos, |
|
y á sus dueños
sorprendamos. |
620 |
|
|
ARJONA |
Mas sin que demos aviso |
|
á la gente... |
|
|
DON GARCÍA |
¿Es muy distante
|
|
donde se aloja? |
|
|
ARJONA |
Si fuera
|
|
posible que yo saliera |
|
de aquí, todo era un
instante. |
625 |
Están en unas paneras |
|
á este edificio
contiguas. |
|
|
|
DON GARCÍA |
Bueno: á tus mañas
antiguas |
|
vuelve; ¿escalador no
eres? |
|
|
|
ARJONA |
Me llevaba en su partida |
630 |
vuestro padre en los asaltos. |
|
|
|
DON GARCÍA |
Ea, pues, mayores saltos |
|
habrás dado en esta
vida. |
|
Salta por esa ventana. |
|
|
|
ARJONA |
Pero, señor, ¿y la
reja? |
635 |
|
|
DON GARCÍA |
Es de palo, y está
vieja. |
|
(La rompe.)
|
Ya está rota; tierra
gana |
|
en cuanto afirmes el pie, |
|
y ven con mi gente á
mí. |
|
|
|
|
DON GARCÍA |
Tranquilo aquí
|
640 |
vuestra vuelta
aguardaré; |
|
que es muy astuto el
patrón, |
|
y es fuerza que le imitemos |
|
si salir bien pretendemos. |
|
|
|
ARJONA |
Príncipe, tenéis
razón. |
645 |
|
|
DON GARCÍA |
Si vuelves, los más
bizarros |
|
mete por aquí conmigo; |
|
queden los demás
contigo, |
|
y Cristo con los navarros. |
|
|
|
|
|
(Baja por la ventana; DON
GARCÍA le ayuda.)
|
|
|
(Aparece DON
RAMIRO por el fondo derecha.)
|
ARJONA |
Soltadme; ya estoy seguro. |
|
|
|
DON GARCÍA |
Vé, que con el
huésped, juro |
|
que he de hacer un
escarmiento. |
|
|
|
Escena
VII
|
|
DON GARCÍA
y DON RAMIRO.
|
|
|
|
DON GARCÍA |
Mas ¿cómo?
¿Por dónde entráis? |
|
|
|
DON RAMIRO |
Por dónde, no es para
vos. |
|
Tratáis de iros, don
García; |
|
en buen hora, libre os dejo; |
|
mas escuchadme un consejo |
660 |
que os interesa, á fe
mía. |
|
Hay un hombre que os
espía, |
|
que sabe cuanto
intentáis, |
|
que os escucha cuando
habláis, |
|
que cuanto pensáis
sorprende, |
665 |
que os penetra y os comprende |
|
aun lo que á solas
soñáis. |
|
Mirad, pues, lo que
emprendéis, |
|
porque si no andáis con
tino, |
|
en vuestro mismo camino |
670 |
es fuerza que os le
encontréis. |
|
Y sé que á nadie
teméis, |
|
que alienta sangre Real |
|
vuestro valor proverbial; |
|
mas mirad que hay experiencia |
675 |
de que es la mala conciencia |
|
el contrario más fatal. |
|
|
|
DON GARCÍA |
Pues conoces mi valor |
|
y estás viendo que te
escucho, |
|
verás que no temo mucho |
680 |
tu vaticinio impostor. |
|
No, no me infunden pavor |
|
las extrañas aventuras |
|
de que con artes obscuras |
|
me has hecho el juguete
aquí, |
685 |
pues cuanto sepas de mí |
|
no serán más que
imposturas. |
|
|
|
DON RAMIRO |
¿Queréis que hora
á hora os cuente |
|
cuanto hoy por vos ha pasado? |
|
|
|
|
DON RAMIRO |
Pues bien: ¿no habéis
estado
|
690 |
hoy en la ermita del puente? |
|
|
|
|
DON RAMIRO |
¿No habéis á
vuestra gente
|
|
puesto y día
señalado? |
|
|
|
|
DON RAMIRO |
¿No enviasteis á cada
uno
|
|
un emisario diverso, |
695 |
para que en un caso adverso |
|
no lo pierda todo alguno. |
|
|
|
|
DON RAMIRO |
¿No es la última
señal
|
|
para que rompan la valla, |
|
el caballo de batalla |
700 |
y el paramento Real |
|
de vuestro padre? |
|
|
|
DON RAMIRO |
Si en él
|
|
salís jinete á
pasearos, |
|
al volver, ¿no han de
aclamaros |
|
rey de Navarra? |
|
|
|
DON RAMIRO |
Y fiel
|
705 |
vuestro bando á estas
señales, |
|
¿no estará en
tranquilidad |
|
si salís por la ciudad |
|
sin los paramentos Reales? |
|
|
|
|
DON RAMIRO |
Y la Reina, vuestra madre,
|
710 |
que es quien os estorba
sólo, |
|
¿no acaba de ser con
dolo |
|
acusada á vuestro
padre... |
|
|
|
|
DON RAMIRO |
De un crimen horrible
|
|
de adulterio? |
|
|
|
DON RAMIRO |
Y el acusador sois vos..., |
|
que me parece
increíble. |
|
|
|
|
DON RAMIRO |
¡Pardiez!
|
|
En ese caso, señor, |
|
estudiad para otra vez |
720 |
vuestro papel de traidor. |
|
|
|
DON GARCÍA |
Pesadilla, espectro, ú
hombre |
|
que mis secretos más
graves |
|
cual yo mismo lees y sabes... |
|
¿quién eres?
¿Cuál es tu nombre? |
725 |
|
|
DON RAMIRO |
¿Confesáis que cuanto
os hablo |
|
es la verdad, don
García? |
|
|
|
|
DON RAMIRO |
Pues soy desde este
día
|
|
vuestro ángel ó
vuestro diablo. |
|
Doquiera tras vos iré, |
730 |
uniré á vos mi
destino, |
|
vuestro malo ó buen
camino, |
|
diablo ó ángel,
seguiré. |
|
|
|
DON GARCÍA |
¡El diablo! Invención
grosera |
|
que sólo en el vulgo
cabe; |
735 |
mas oye, quien tanto sabe, |
|
fuerza es que me mate ó
muera. |
|
Nadie me amedrenta, no; |
|
puédeme el diablo
vender, |
|
y aquí el diablo ha de
caer, |
740 |
ó aquí bajo él
caeré yo. |
|
|
|
DON RAMIRO |
Tened: caerá uno,
sí, |
|
mas advertid, don
García, |
|
que ni hoy ha de ser el
día, |
|
ni el sitio ha de ser
aquí. |
745 |
Por esa noble matrona |
|
tiempo vendrá en que
lidiemos, |
|
y uno de los dos caeremos. |
|
|
|
DON GARCÍA |
(Con la espada en la
mano.)
|
Cúbrete, pues. |
|
|
|
|
(DON RAMIRO al fin
de esta escena se habrá ido retirando al fondo hacia la
puerta por donde salió, la cual cierra de repente, dejando
á DON GARCÍA
solo en la escena. Al mismo tiempo sale por fuera de la casa
ARJONA con monteros y
caballerizos, con armas y antorchas. DON GARCÍA se abalanza á
la puerta por donde entró DON RAMIRO, y ARJONA sube al mismo tiempo por la
ventana, y varios tras él.)
|
Escena
VIII
|
|
DON GARCÍA,
ARJONA y
monteros.
|
ARJONA |
(Entrando por la
ventana.)
|
¡Señor! |
|
|
|
|
DON GARCÍA |
Seguro
|
|
le tengo aquí, y yo le
juro |
|
que le he de matar
aquí. |
|
|
|
ARJONA |
Dad..., dad... |
(Se agolpan á la puerta,
golpeándola.)
|
Cede... Cayó ya.
|
|
|
|
DON GARCÍA |
Traedme, pues, á ese
traidor. |
755 |
|
|
ARJONA |
(Entra y sale.)
|
Aquí no hay nadie,
señor. |
|
|
|
|
|
DON GARCÍA |
¡Ira de Dios! ¡Con tal
juego |
|
pretende causarme asombro! |
|
Toda la casa en escombro |
760 |
tornaré. ¡Pegadla
fuego! |
|
|
|
|
DON GARCÍA |
¡Silencio, menguados:
|
|
esas teas arrimadla |
|
sin replicar; incendiadla |
|
por todos cuatro costados! |
765 |
¡Fuera, pues: pronto!
¡Cercadle |
|
la casa! ¡Si se
presenta, |
|
atadle por buena cuenta; |
|
mas si resiste, matadle! |
|
(Pegan fuego á la casa, salen y la cercan en
derredor.)
|
Veremos si trampantojos |
770 |
le valen: ¡ó ha de
salir, |
|
ó aquí dentro va
á morir |
|
con las ascuas á los
ojos! |
|
|
|