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El calderero de San Germán o El mutuo agradecimiento

Comedia nueva en tres actos

Gaspar Zavala y Zamora



  —1→  
PERSONAJES
 

 
ALFONSO,    mayordomo de Madama la Condesa de Varrone.
MADAMA LA CONDESA DE VARRONE.
EL MARQUÉS DE BRANCOURT,   afecto a la Condesa.
MONSIEUR1 DRONBELL,   Secretario de Luis XIV, Rey de Francia.
LUIS XIV,   Rey de Francia.
NICOLÁS,   maestro de Calderero.
ENRICO DUSELL,    médico.
DRUNCH,    alquilador de muebles.
UN AYUDANTE    de la plaza.
FAUSTINA,    criada de la Condesa.
UN MANCEBO   de un cambista.
SOLDADOS    que no hablan.
 

La escena2 en París.

 




ArribaAbajoActo primero

 

Un aposento bien adornado de la CONDESA, con algunos taburetes, espejos y cornucopias figuradas.

 
 

(CONDESA por la izquierda con un cofrecito y unas pistolas, en traje de viuda irlandesa3.)

 
CONDESA
Ya es hora de que se haya
levantado. Llamarelo.
Alfonso, conformidad,
pues el Cielo lo ha dispuesto.
 

(ALFONSO por la derecha en traje modesto a la francesa, acabándose de poner la peluca.)

 
ALFONSO
O espere V. S., o no riña 5
si sin la peluca entro
acá, porque no la gasto
mientras que soy cocinero.
Querrá V. S. el chocolate,
¿no es verdad? Pues si yo mesmo 10
no lo hiciera, a fe que tarde
lo tomaría, por cierto.
CONDESA
¿Cómo?
ALFONSO
Como esas bribonas
no tienen gana de hacerlo,
según parece.
CONDESA
Ay Alfonso,
15
como echan entrambas menos
las pasadas conveniencias
de casa, sirven, lo veo,
con mucho disgusto.
ALFONSO
Infames,
no puedo sufrirlas; pero 20
—2→
voy, voy por el chocolate,
que V. S., según comprendo,
ha madrugado, y tendrá
gana. Ello a cocinero
paso desde Mayordomo: 25

 (Aparte.) 

he logrado un buen ascenso.

 (Parte por la derecha.) 

CONDESA
¡Qué honrado es! Hasta ahora
su áspero y adusto genio
encubría su virtud,
si bien fue en sus ministerios 30
celoso y fiel. Esto sólo
le granjeó a poco tiempo
que servía de lacayo
el cargo grave y molesto
de mayordomo: con él 35
cumplió bien siempre, y por eso
siento despedirle.
 

(ALFONSO con un mandil puesto, una servilleta al hombro, y una jícara4 de chocolate en la mano.)

 
ALFONSO
Vaya,
siéntese V. S., y la ruego
que no me riña si está
el chocolate mal hecho, 40
que yo, Señora, tomarlo
bien sé, pero no sé hacerlo.
 

(La CONDESA se sienta, y dejando el cofrecito y las pistolas sobre un taburete empieza a tomar el chocolate.)

 
CONDESA
Bueno está. Yo no sé como
decírselo.

 (Aparte.) 

ALFONSO
Yo me alegro.
CONDESA
Él ha de sentirlo mucho, 45

 (Aparte.) 

y yo más.
ALFONSO
Cuando me acuerdo
de esas mozuelas yo... vaya,

 (Aparte.) 

no las sufriera un momento.
CONDESA
¿Qué dices, Alfonso?
ALFONSO
Nada,
que haga a V. S. buen provecho. 50
CONDESA
Siéntate aquí.
ALFONSO
Yo; Señora,
¿sueña V. S.?
CONDESA
No sueño,
tus años...
ALFONSO
Cincuenta y uno
cumplí; ¿os parezco viejo?
Pues aún puedo sostenerme 55
de pie y sin palo.
CONDESA
Tenemos
que hablar, siéntate.
ALFONSO
Si V. S.
se chancea...
CONDESA
No.
ALFONSO
Pues creo
que aunque hable de veras, yo
no he de hacerlo.
CONDESA
¿No? Así pienso
60
obligarle. ¿También tú
menosprecias mis preceptos,
porque me ves pobre?
ALFONSO
¿Cómo?...
Por vida de... ya me siento.

 (Sentándose con entereza.) 

CONDESA
¿Te has formalizado, Alfonso? 65
ALFONSO
No lo sé, pero me temo
que no he de mirar a V. S.
desde hoy con tanto respeto.
CONDESA
¿Porque soy pobre?
ALFONSO
Hable V. S.

 (Levantándose.) 

o voy a buscar mi almuerzo. 70
CONDESA
Espera. ¡Qué honradez!
ALFONSO
Son

 (Mirando el reloj.) 

las ocho: a las nueve tengo
que hacer, conque estimaré
que V. S. despache presto.
CONDESA
Con qué frases lo diré 75
para que lo sienta menos.

 (Aparte.) 

¿Sabes a qué vino anoche
Monsieur Dronbell?
ALFONSO
No por cierto,
mas si él (como dicen) ama
a V. S. yo creer debo 80
que vendría a verla.
CONDESA
¡Ah!

 (Con dolor.) 

ALFONSO
Como... ¿a qué vino? Yo veo

 (Sobresaltado.)  

que ese Monsieur es sobrado
libertino, y me recelo...
Diga V. S. se atrevió... 85

 (Con viveza.) 

CONDESA
No, Alfonso.
ALFONSO
Es que yo tengo
muy malas noticias de él...
Abusa del valimiento
del Rey, y sus travesuras
bien infelices han hecho 90
—3→
a dos inocentes. Es
un seductor, un perverso,
y si a V. S. en5 esta casa

 (Colérico.) 

se atreviera...
CONDESA
Alfonso.
ALFONSO
Ello

 (Con resolución.) 

me expondría, pero yo 95
le enseñaría el respeto
que V. S. merece.
CONDESA
No,
ya sabe ese caballero
quién soy. Las malas ideas

 (Aparte.) 

de Dronbell callarle pienso; 100
vino sólo...
ALFONSO
A mí me quemen,
si vino a traer algo bueno.
CONDESA
A entregarme este papel.

 (Le da un pliego que él lee con algún sentimiento.)  

Él se afligirá, lo veo,
pero es imposible ya 105
el callárselo. Penetro
su dolor.
 

(ALFONSO acaba de leer, y se enjuga las lágrimas con disimulo.)

 
ALFONSO
Esta desgracia
faltaba no más.
CONDESA
¿Qué advierto?
Por no afligirme a limpiar
su amargo llanto se ha vuelto 110
de espaldas.
ALFONSO
Si el Rey supiera
su virtud no hiciera esto.
Tome V. S.

 (Volviéndola el pliego.) 

CONDESA
Y bien, Alfonso,
¿qué dices?
ALFONSO
Que el Rey lo ha hecho
y está bien hecho.
CONDESA
Es verdad,
115
yo no le culpo, supuesto
que mientras vivió mi esposo
pagó su lealtad y celo6
con esta pensión, faltando
el que le servía, el premio 120
estaba de más7, conque
S. M. obró cuerdo
en quitármela, pues hace
mas falta a quien el empleo
de mi esposo ahora sirve. 125
ALFONSO
¡Qué virtud!
CONDESA
Sólo lo siento
porque es forzoso que ya
de otra manera pensemos.
Desde que el Conde murió
sabes bien cuanto8 se ha hecho 130
para sostener la casa,
por no alcanzar para ello
la pensión: todas las joyas
de mi uso se vendieron
ya: sólo las más precisas 135
en este cofre conservo;
son de muy poco valor,
Alfonso, pero te ruego
que me las vendas hoy mismo.
ALFONSO
¿Cómo tan presto?
CONDESA
Tan presto;
140
sí: y ya que desde hoy
como a criado no puedo
mandarte...
ALFONSO
¿No? ¿Pues qué estoy
despedido?
CONDESA
Harto lo siento,
Alfonso: yo en tu honradez 145
tendría el mayor consuelo
toda mi vida: y acaso
si de mi mismo sustento
pudiera quitarme para
pagarte el salario mesmo 150
que hasta aquí, no te apartara
de mi lado: pero el Cielo
ni aun ese bien me permite
en mi situación.
ALFONSO
Buen premio
saco después de diez años 155
que la sirvo.
CONDESA
Yo te ruego
que no aumentes mi dolor
con tu queja.
ALFONSO
Bien, dejemos9
para luego esa materia.
CONDESA
Vende estas joyas...
ALFONSO
Entiendo.
160
CONDESA
Y estas pistolas que el Conde
tenía en tan grande aprecio.
Con lo que de todo saques,
paga a los criados luego,
—4→
y que se vayan, que yo, 165
amado Alfonso, no tengo
valor para despedirles.
ALFONSO
Si no me voy pronto, creo
que he de llorar como un niño,
aunque ya empiezo a ser viejo. 170
CONDESA
Mira, diles que quisiera
recompensarles el celo
con que me han servido todos,
a más del salario, pero
que ya saben la pobreza 175
con que vivo.
ALFONSO
Esto es hecho.
Voyme. ¿Manda V. S.?
CONDESA
Sí,
esta casa...
ALFONSO
Es cara.
CONDESA
Cierto,
si supieras de algún cuarto10...
ALFONSO
Sí, sé, pero es muy pequeño. 180
CONDESA
¿Cabré yo en él?
ALFONSO
Sí señora.
CONDESA
Pues ya es bastante: en pudiendo
recogerme yo, aunque sea
algo incómodo, ya es bueno,
porque las comodidades 185
con nuestro poco dinero
están reñidas, Alfonso.
ALFONSO
Ella aprieta, y yo no puedo
resistir más. Bien: ¿ocurre
otra cosa?
CONDESA
Sí: supuesto
190
que conoces tú en París
muchas casas del comercio,
quisiera que me buscaras
que trabajar.
ALFONSO
Yo reviento11
de dolor. Bien.
CONDESA
De ese modo,
195
para mí sola bien puedo
ganar el sustento.
ALFONSO
Vaya,
apurar mi sufrimiento
quiere la Condesa. ¿Hay más?
CONDESA
No, Alfonso, sólo te ruego 200
que por ser ya las postreras
impertinencias que creo
darte...
ALFONSO
Con Dios quede V. S.,
éste es el mejor remedio.
 

(Se levanta enternecido, y tomando la jícara va a partir.)

 
CONDESA
Mira que dejas12 aquí 205
las joyas.
ALFONSO
Al punto vuelvo.
 

(Parte por la derecha.)

 
CONDESA
No había yo conocido
hasta ahora, lo confieso,
la virtud de Alfonso. ¡Ah cuánto13
dichosa me hiciera el Cielo 210
con darme un arbitrio para
tenerlo conmigo! Creo
que me serían amables
los trabajos. Cuán14 diverso
es su corazón del que 215
demuestra Dronbell. Perverso
y cruel; él solo es causa
de mi situación. No pienso
que sin su maligno influjo15
me hubiera el Monarca puesto 220
en tan deplorable estado.
Él vengó mis menosprecios
con esta bajeza16, sí:
mas no importa, mientras tengo
mi esperanza en Dios, él basta 225
para enviarme consuelo.
 

(ALFONSO por la derecha.)

 
ALFONSO
¿Tiene V. S. apuntación
de lo que estamos debiendo
al pícaro arrendador
de estos muebles?
CONDESA
Ha un momento
230
que la he tenido en mi mano.
ALFONSO
Sáquela V. S., y veremos
a cuánto asciende.
CONDESA
Bien, voy.
 

(Parte por la izquierda.)

 
ALFONSO
Pobre señora: un espejo

 (Tomando las pistolas y un cofrecito.) 

es donde la vanidad 235
de infinitas de su sexo
debiera mirarse. No,
no se engrieran por cierto
tanto, ni se fiarían
de su opulencia. Yo veo 240
en sus pocos años toda
la virtud que un contratiempo
necesita. Su constancia
—5→
es superior con extremo
a sus desgracias; su rostro 245
siempre apacible y sereno
lo muestra bien; yo quisiera
que llegara todo esto
a los benignos oídos
de nuestro Rey; al momento 250
mejoraría su suerte,
sí: pero, ¿por quién saberlo
podría? El Marqués... Brancourt...
Él es piadoso y afecto
a la Condesa, y no dudo 255
que lo hará, como mis ruegos
se lo pidan: al instante
que salga pasaré a verlo,
me echaré a sus pies, y es fuerza
que las lágrimas de un viejo 260
y los trabajos que aguardan
a mi ama enternecerlo
consigan; si no, yo mismo
hablaré al Rey; su funesto
estado le pintaré17 265
con viveza, y (si es que puedo)
le daré de su virtud
alguna idea; yo espero
que su compasión excite,
y cuando18 no, al mismo Cielo 270
volveré los ojos, que él
piadoso, benigno y tierno,
sin duda la llenará
de venturas y consuelos.
 

(Por la derecha el MARQUÉS.)

 
MARQUÉS
Muy buenos días, Alfonso. 275
ALFONSO
De V. E. criado. A tiempo

 (Aparte.) 

ha venido.
MARQUÉS
¿Sabe usted
si podré ver un momento
a la Condesa?
ALFONSO
Entraré
recado.
 

(Parte por la izquierda.)

 
MARQUÉS
Bien, aquí espero.
280
Una vez que por marido
no me quiera, yo resuelvo
ser su bienhechor: la amo
tiernamente, y compadezco
demasiado sus desgracias, 285
para que no aspire al menos
a aliviárselas.
 

(Por la derecha DRUNCH.)

 
DRUNCH
Monsieur.
Dronbell me ha dicho de cierto,
que han quitado la pensión
a la Condesa; no quiero 290
exponer mi hacienda; voy,
a practicar su consejo.
MARQUÉS
¿Qué busca usted?
DRUNCH
He venido
a recoger un dinero
que me debe mi señora 295
la Condesa, por el tiempo
que ha usado estos muebles.
MARQUÉS
¿Quién
lo asegura?
DRUNCH
Este instrumento

 (Mostrando un papel.) 

que de su puño firmado
me dio ayer.
MARQUÉS
¿A ver? Es cierto,
300
suyo es: me quedo con él,

 (Guardando el papel, y dándole unas monedas.) 

y tome usted su dinero.
DRUNCH
Bien, pero si esta señora
no da un fiador muy bueno
de estos muebles, es preciso 305
llevármelos.
MARQUÉS
¿Cómo es eso
de fiador? ¿Pues su nombre
no bastará para serlo?
Su conducta y su virtud...
DRUNCH
No puede pagar con ello 310
lo que al fin del mes me deba.
MARQUÉS
Sois un pícaro logrero
y sin crianza: eh, partid,
antes que os haga hoy atento
mi bastón.
DRUNCH
Ved que...
MARQUÉS
Partid,
315
y en vuestra vida, os advierto,
que los umbrales piséis
de esta casa, porque temo
que manche vuestra bajeza
la distinción de su dueño. 320
Brancourt... ¿Conoceisle?
DRUNCH
El nombre
conozco.
MARQUÉS
Bien, ese mesmo
será fiador: andad,
—6→
y no olvidéis mi consejo.
DRUNCH
Malas pulgas gasta. Voyme19, 325
que después resolveremos
lo que convenga. He cobrado,
conque lo más está hecho.
 

(Parte por la derecha.)

 
MARQUÉS
Bribón; para éstos no hay más
altura ni privilegio 330
que los luises; su ambición
corrompe sus pensamientos,
y los hace a cada paso
tan impolíticos.
 

(Por la izquierda ALFONSO.)

 
ALFONSO
Luego
sale mi señora.
MARQUÉS
¡Acaso
335
la habré incomodado!
ALFONSO
Creo
que no.
MARQUÉS
Tome usted, Alfonso,

 (Dale el recibo.) 

este papel: se le entrego
porque sepa que ya queda
ese pico satisfecho. 340
Rómpale usted, y no diga
a nadie que fui yo mesmo
quien le satisfice.
ALFONSO
Ah,
¡qué acción tan noble! Yo temo
que se enoje mi señora 345
si le tomo.
MARQUÉS
De saberlo
no tiene necesidad,
y en fin calle usted a lo menos
quien le pagó, y más que sepa
que está pagado.
ALFONSO
Bien, de esto
350
hay poco en París: los más
blasonan lo que no hicieron.
 

(Por la izquierda la CONDESA.)

 
CONDESA
Siento haber hecho aguardar
a V. E.
MARQUÉS
Y yo siento
haber hoy interrumpido 355
su quietud, pero merezco
disculpa.
CONDESA
V. E. se siente
donde guste.

 (Se sientan.)  

ALFONSO
Lo que ha hecho

 (Aparte.) 

me ha dado más esperanza
que la que tenía. Vuelvo 360
muy pronto.

  (A la CONDESA.)  

CONDESA
Bien.
ALFONSO
¿Tiene V. S.
qué mandar?
CONDESA
No, mas te advierto
que no eches algo en olvido.
ALFONSO
Le hablaré al salir, y el Cielo

 (Aparte.) 

que conoce mi intención 365
favorezca mi deseo.
 

(Parte por la derecha.)

 
CONDESA
V. E. se ha retirado
de esta casa, y no penetro
a la verdad el motivo:
si bien vendrá a ser el mesmo 370
que ha alejado de ella a cuantos
antes la favorecieron.
MARQUÉS
¿Y qué motivo es?
CONDESA
El ver
que la habita el desconsuelo,
la tristeza, el infortunio 375
y la pobreza, sujetos20
que por lo común destierran
la sociedad y el obsequio
de donde ellos entran. No,
no culpo a V. E. ni a aquellos 380
que apenas murió mi esposo
se retiraron discretos
de esta casa, porque al fin
a oír solamente el eco
del dolor y la indigencia 385
que le habitan, considero
que nadie debe moverse.
MARQUÉS
Estimo a V. S. el concepto
que hace de mí, pero crea
que se ha engañado: el aspecto 390
de las desgracias ajenas21
me compadece en extremo,
mas no me aleja de aquel
que las padece. En el seno
de mi corazón encuentra 395
el infeliz el consuelo
o la compasión, Madama,
y de ello me lisonjeo
más que de mi jerarquía22.
He frecuentado23 harto tiempo 400
esta casa, he visto en ella
la calamidad, y el eco
del dolor oí mil veces
—7→
pesaroso, lo confieso.
Amaba a V. S. y la amo 405
con la nobleza que debo.
Maliciaron de mi entrada
las gentes; hallaron luego
un apoyo en los criados,
y en las lenguas de ellas y ellos 410
estaba ya mal segura
vuestra opinión; atendiendo
a redimirla, abracé,
con harto dolor, el medio
que había, que era quitarles 415
el frívolo fundamento
de su malicia, y dejé24
de visitaros y veros,
anteponiendo a mi gusto
vuestra opinión y concepto. 420
Hoy vuelvo... Bien sabe V. S.
que jamás usé rodeos,
ni episodios para nada:
mi mano a ofrecerla vuelvo
nuevamente. Con franqueza, 425
Madama, hablad: yo confieso
que lo sentiré, mas si
no os place mi ofrecimiento,
decidlo, y si no marido
seré amigo verdadero. 430
CONDESA
Yo conozco bien las prendas
que adornan el nacimiento
de V. E., y nunca creí
que pudiera un vil pretexto
retirarle de esta casa, 435
como antes dije25. Con esto
satisfago ya la queja,
que ha formado; y atendiendo
al honor que con su mano
me ofrece V. E. le quiero 440
hablar con esa franqueza
que me amonesta, diciendo
que ni el dolor de perder
mi esposo, ni el haber hecho
resolución de vivir 445
en ese estado, ni el necio
reparo de que censuren
las gentes que a elegir vuelvo
marido,
ni en fin, el ver en V. E.
algún requisito opuesto 450
a mis ideas, me obliga
a no abrazarle por dueño
en este instante. Si un día,
como es regular, en ello
pensare, y no ha variado 455
V. E. de pensamiento,
ni estado, no será de otro
mi mano; esto es lo que ofrezco,
asegurándole ahora
con la ingenuidad que debo, 460
que si algún hombre merece
o mereció algún aprecio
de mí, por sus cualidades26,
es Brancourt: ¿gasté rodeos?
MARQUÉS
No, Madama, y aunque sea 465
para desairar27 mi afecto,
alabo y alabaré
esa ingenuidad: mas siento
que no confeséis, supuesto
que no os disgusta Brancourt, 470
ni guardar habéis resuelto
perpetua viudez, ¿qué os mueve
a no darme en el momento
la mano? Será porque...
CONDESA
Si importa a V. E. el saberlo, 475
no cavile28 más; estoy
muy llena de sentimientos
ahora para pensar
en segunda boda; esto,
y no más, hoy me ha impedido 480
abrazar de luego a luego
el honor que me ha ofrecido.
MARQUÉS
Yo fuera sobrado necio,
si violentar pretendiese
vuestro gusto. He descubierto 485
mi amor; mi intención sabéis;
ningunos ojos por bellos
que sean cautivarán
mi corazón mientras tengo
la esperanza de que vos 490
me améis; deseo ser vuestro
más que de otra, conque así
creed que en cualquiera tiempo
que vos quisiereis ser mía,
lo seréis; y aun os confieso 495
que si mañana mudáis,
—8→
como otras, de pensamiento,
y os place más ser ajena,
no será ni un día vuestro
mi corazón, mas seranlo 500
mi poder y mi dinero.
Esto os ofrezco: y porque
podáis mejor conocerlo,
y os sean menos sensibles
que hasta aquí los contratiempos, 505
la pensión que el Rey os quita,
mientras viváis os concedo
yo, pero con la protesta29
que no habéis de agradecerlo
siquiera, pues sentiría 510
que por pagarme un obsequio
que hago a vuestra situación,
y no a vos, en cualquier tiempo
quedarais sin elección
para abrazar otro dueño. 515
¿Tenéis que mandarme?

 (Levantándose.) 

CONDESA
Sí,
que me oiga V. E. un momento.
MARQUÉS
Diga V. S.

 (Sentándose.) 

CONDESA
La promesa
que me hace de que su afecto
será mío siempre, aunque 520
la dudo mucho, la aprecio
y la admito, mas la otra
de la pensión la agradezco
solamente... Ni mi estado,
ni mi honor permiten...
MARQUÉS
Bueno,
525
Madama, ¿creéis por ventura
que soy capaz de ofreceros
un alivio por comprar
torpemente el favor vuestro?
CONDESA
No, Brancourt, no hice de vos 530
tan vil y bajo concepto;
pero los que frecuentar30
os vean mi casa...
MARQUÉS
Eso
se remedia fácilmente.
CONDESA
¿De qué modo?
MARQUÉS
No volviendo
535
jamás a ella; conozco
que lo sentiré, mas pienso
que para aliviar en todo
la situación en que creo,
y amaros como hasta aquí, 540
no necesito volveros
a ver; y así hasta que vos
me aviséis que habéis resuelto
darme la mano, yo propio

 (Levantándose.) 

de esta casa me destierro. 545
A Dios quedad.
CONDESA
Vos pensáis

 (Levantándose.) 

con honradez, lo confieso,
no con escrúpulo. Huir
vos de esta casa, comprendo
que serviría no más 550
para encubrir el sujeto
que mejoraba mi suerte,
no para evitar que el pueblo
que mi desgracia ha sabido,
y me viera sosteniendo 555
mi antiguo porte, creyera
que le sostenía a precio
de mi flaqueza. Brancourt,
el vulgo es sobrado necio
y mordaz, y aunque cabría 560
tal nobleza en vuestro pecho,
está muy lejos de creer
que haya hombre tan caballero
o31 amante que sacrifique
dos luises, sin que a lo menos 565
le dé la dama esperanza
próxima de agradecerlo.
Ved si una mujer32 que estima
como yo su buen concepto
querrá darle este motivo 570
para arriesgarlo o perderlo,
y en fin...
 

(ALFONSO por la derecha.)

 
ALFONSO
Señora, Monsieur
Dronbell aguarda.
CONDESA
Harto siento
que os vea aquí.
MARQUÉS
¿Ha de reñiros?
CONDESA
Brancourt, no tiene para eso 575
licencia; pero si os ve,
andarán mi honor y el vuestro
mal seguros en su lengua.
MARQUÉS
Arrancársela.
CONDESA
Yo os ruego
que os retiréis un instante 580
—9→
a ese primer aposento.
MARQUÉS
No voy con gusto, Madama,
pero al fin os obedezco.
 

(BRANCOURT entra por la izquierda, y ALFONSO parte por la derecha.)

 
CONDESA
¡Ah! ¡Cuánto se adapta al mío
su carácter! Voy creyendo 585
que no podrá resistir
mi corazón el afecto
que le profesa.
 

(ALFONSO a los bastidores, y después de él DRONBELL.)

 
ALFONSO
Aquí está.

  (A DRONBELL.) 

Quedar a la vista quiero,
porque este Dronbell no tiene 590

 (Aparte.)  

cara de hacer nada bueno.
 

(Parte por la derecha.)

 
DRONBELL
Ahora que está en el estado
más deplorable no creo
que desprecie mis ofertas,

 (Aparte.) 

y más si con lo que tengo 595
pensado pierde Brancourt
desde este día su afecto.
Madama, aunque los desaires33
continuos que me habéis hecho
mi olvido disculparían, 600
cuidadoso del efecto
que os causaría aquel orden
injusto que os di ayer, vuelvo
a ver como estáis.
CONDESA
Estimo,
Dronbell, el cuidado vuestro, 605
pero debéis suponer,
que a quien resistió el funesto
golpe de perder al Conde,
no podría en ningún tiempo
abatir otro infortunio. 610
Leí al instante aquel pliego
del Rey con serenidad:
porque a más de que venero
sus providencias, he visto
que no es tan fiero el aspecto 615
de la pobreza en que me han
sumergido sus decretos
como creí. Viviré
tan alegre en el funesto
estado de mi pobreza, 620
como he vivido en los tiempos
de mi opulencia.
 

(Al paño el MARQUÉS.)

 
MARQUÉS
Esta joven
me encanta cada momento
más y más.
DRONBELL
Yo no lo dudo,
Madama, pero contemplo 625
que unidas tantas desgracias
han de rendir vuestro esfuerzo
si no buscáis el alivio.
CONDESA
Ya en mi paciencia le tengo.
DRONBELL
Si fuerais menos ingrata 630
a mis finezas, yo creo
que no sería difícil,
mediando mi valimiento,
que os volviera la pensión
el Rey.
CONDESA
Todos sus decretos
635
son justos, y revocarlos
no puede su entendimiento.
DRONBELL
Yo sé que sí, y cuando no
los caudales que poseo
serán vuestros.
CONDESA
Basta, basta,
640
que habéis olvidado creo,
quién soy, o que habéis perdido
antes de venir el seso.
Estas riquezas, que acaso
la iniquidad, el exceso, 645
o la ambición ha juntado
podrán servir en efecto
para ablandar los rigores
aparentes y funestos
de una astuta y libertina 650
coqueta; pero sois necio
en pensar con armas de oro
rendir los hidalgos pechos.
Y en fin, Madama Varrone
soy siempre: no olvidéis esto 655
si deseáis en mi casa
tener otro día asiento.
DRONBELL
Ahora es ocasión. Madama,
aunque vuestro nacimiento
y decoro sé, creía 660
a la verdad no ofenderos
con lo que os propuse; pues
cerca tenéis un ejemplo34
—10→
de aquesta verdad. Madama
la Mariscala estáis viendo 665
que es de las más principales
de la Corte; su talento
y hermosura aun en palacio
gozan el mayor aprecio,
y no se desdeña hoy 670
ni en público ni en secreto
de pagar las finas ansias
de Brancourt.
CONDESA
¿Qué escucho, Cielos?
MARQUÉS
Dronbell está loco.
 

(Al paño ALFONSO.)

 
ALFONSO
Aún
está aquí: de espacio creo 675
que vino, y yo tengo priesa.
No, pues si no parte luego,
yo haré que se vaya.
CONDESA
¿Quién
dijisteis?
DRONBELL
Brancourt: el serio
Marqués.
MARQUÉS
Estoy por salir
680
a decir que miente.
CONDESA
¿Celos35,
y aún no sé si amo?
DRONBELL
París
mormura de ambos, es cierto,
mas no por eso modera
la Mariscala su extremo, 685
antes bien vemos que hace
más galantería de ello.
MARQUÉS
¡Habrá lengua más infame!
CONDESA
Muerta estoy.
DRONBELL
Logré mi intento.

 (Aparte.) 

MARQUÉS
¿La Mariscala a Brancourt? 690
Dronbell, apenas lo creo.
DRONBELL
Bien público es, y aun anoche,
(Madama, guardad secreto)
dieron un aviso al Rey
de que atropellando riesgos 695
y ultrajando su opinión,
le da entrada en su aposento
muchas noches, y que...
 

(Sale el MARQUÉS.)

 
MARQUÉS
Basta,
Dronbell.
DRONBELL
¿Brancourt aquí, Cielos?
ALFONSO
Descubriose todo.
CONDESA
¡Ay triste!
700
MARQUÉS
Cuanto hablasteis es supuesto.
Vos sois un hombre maligno,
libertino y embustero.
Yo ni he debido finezas
a esa dama, ni aun protesto 705
que la conozco: mas sé
que su honor y su concepto
como el de todas las que
os den en su casa el puesto
que no merecéis, están 710
en el más próximo riesgo
de verse por vuestra lengua
infame ultrajados. Esto
que dice Brancourt aquí
sabrá fuera sostenerlo. 715

 (Haciendo que parte.)  

DRONBELL
Mi espada os dirá...
 

(DRONBELL sacando la espada quiere seguirle; la CONDESA le detiene; y el MARQUÉS vuelve el rostro sin alteración.)

 
MARQUÉS
Madama
se asusta, fuera os espero.
 

(El MARQUÉS va a partir, sale ALFONSO y cierra la puerta guardándose la llave.)

 
ALFONSO
V. E.
perdone si le detengo.
MARQUÉS
¿Qué intenta vmd.?
ALFONSO
Suplicarles
con el debido respeto 720
que guarden para después
sus enojos, advirtiendo
que no es razón que sin darles
motivo para este exceso
mi señora, París crea 725
que su poco entendimiento
o recato le habrá dado.
Esto a sus plantas le ruego
humildemente.
MARQUÉS
Por mí
no perderá en ningún tiempo 730
la Condesa. Voy templado,
porque dije lo que siento.
Conque hablad a ese Monsieur
que tan colérico advierto,
y moderadle.
DRONBELL
Es muy corto,
735
señor Brancourt, el respeto
—11→
que decís para aplacar mis iras.
CONDESA
¿Y el que merezco
yo por mí no basta?
DRONBELL
Basta
para estorbar36 que mi acero 740
donde recibí la ofensa
pase a vindicarme, pero
no basta para yo
(venerando como debo
esta casa) no pretenda 745
quedar fuera satisfecho;
y así abrid la puerta antes
que mi furor...

  (A ALFONSO.)  

ALFONSO
Esto es hecho.
DRONBELL
Dejando37 cortesanías,
la haga bajar38 hasta el suelo. 750
ALFONSO
Advierta V. S...

 (Deteniéndolo.) 

DRONBELL
Eh39, apartad.

 (Forcejeando.40

ALFONSO
Repare que me intereso
en el honor de esta casa
tanto que ya estoy resuelto
a impedir a toda costa, 755
que la ultrajen.
DRONBELL
¿Cómo, necio
atrevido?
ALFONSO
De este modo.

  (Saca dos pistolas, apuntando una al MARQUÉS, y otra a DRONBELL.)  

Sin carga están, pero creo

 (Aparte.) 

que harán el mismo papel
que cargadas.
DRONBELL
Vive el Cielo, que...
760
CONDESA
Tente, Alfonso.
MARQUÉS
El criado
vale un tesoro.
ALFONSO
A su pecho
irá, vive Dios, el tiro
si no cede. Yo pretendo
lo que es justo: de la casa 765
de mi señora no debo
permitir que salga V. S.
ni otro alguno con acero
desnudo. Si está quejoso
de S. E. y su intento 770
es tomar satisfacción,
estorbárselo no quiero:
pero pues tiene dos puertas
la casa, por la del centro
saldrá V. S. y V. E. 775

  (Da la llave a la CONDESA.)  

por esa otra, advirtiendo
que una vez que ya en la calle
se vean, podrán sin miedo
reñir, y aun matarse, si es
que no tiene otro remedio. 780
CONDESA
Yo os lo suplico.
DRONBELL
Aunque sé
que es lo que pide ese necio
criado tan justo, el modo
villano, osado y grosero
con que lo pide, no hubiera 785
contenido mi ardimiento,
pero vuestra insinuación,
Madama, le ha puesto freno.
Guiad, porque temo, que

  (A ALFONSO.)  

si un instante me detengo, 790
la cólera que me anima
reviente41 en mi mismo pecho.
BRANCOURT
¿Abre V. S.?

 (A la CONDESA.)  

ALFONSO
Mis pistolas,
vive Dios, que han hecho efecto.
CONDESA
Ya está.

  (Abriendo la puerta DRONBELL.)  

ALFONSO
Venid.
DRONBELL
Furor mío,
795
ayuda a vengar mis celos.
MARQUÉS
Es vil, él moderará
esa cólera en saliendo.
CONDESA
Entre mi amor y mi duda
no sé cuál42 saldrá venciendo. 800
ALFONSO
Ellos se habrán enfadado,
pero han visto por lo menos,
que no por ser poderosos
han de ultrajar el respeto
de esta casa, pues sabrá 805
estorbarlo el Calderero.
 

(El MARQUÉS y la CONDESA parten por la derecha, y ALFONSO y DRONBELL por la izquierda.)

 

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